La guía de Mario Alfonso

Mario Alfonso
Mario Alfonso
La guía de Mario Alfonso

Barrios

Un barrio es toda subdivisión, con identidad propia, de una ciudad o pueblo. Su origen puede ser una decisión administrativa, inferior al municipio y al distrito, una iniciativa urbanística o, simplemente, un sentido común de pertenencia de sus habitantes basado en la proximidad o historia, y muchas veces reforzado por el antagonismo con otro barrio contiguo. Es importante no confundir con “vecindario”, puesto que este último implica “condición de vecino” o de proximidad más directa. En México, a los barrios de las ciudades se les denomina colonias; en la ciudad de México en particular, la ciudad está dividida, administrativamente, en alcaldías que, a su vez, se subdividen en colonias, pero algunas colonias muy antiguas siguen llamándose barrio, incluso oficialmente: Barrio de San Diego, Barrio de San Mateo Churubusco, Barrio de San Lucas, Barrio de Santa Catarina. La mayoría utiliza el nombre de colonia como las reconocidas, Colonia del Valle, Colonia Roma, Colonia Polanco, Colonia Nápoles, Colonia San José Insurgentes. Barrios no oficiales​ En diversas ciudades algunos de sus sectores reciben el nombre informal de barrio aunque dicho sector se encuentre ubicado dentro de otro barrio oficial o incluso abarque más de un barrio o partes de diferentes barrios. Tal suele ser frecuentemente el caso de los barrios chinos. Un par de ejemplos interesantes son el Barrio "bravo" de Tepito en Ciudad de México, ubicado en la intersección de las colonias Morelos y Guerrero al norte del Centro Histórico de la ciudad y el Barrio de La Lagunilla ubicado entre las colonias Centro Histórico y Guerrero.
Nacido en los años 60’s muy cerca de la Alameda Central, ha sido desde entonces lugar de residencia de inmigrantes Chinos, Coreanos, Indonesios y Filipinos. Con la llegada del Año Nuevo Chino, inician sus festejos adornando las calles y realizando demostraciones de artes marciales y bailes como el baile del dragón y del leon chino, tradición para darles suerte para el año que inicia. El próximo Año Nuevo Chino inicia el 12 de febrero de 2021.
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Барріо-Чіно
19 C. Artículo 123
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Nacido en los años 60’s muy cerca de la Alameda Central, ha sido desde entonces lugar de residencia de inmigrantes Chinos, Coreanos, Indonesios y Filipinos. Con la llegada del Año Nuevo Chino, inician sus festejos adornando las calles y realizando demostraciones de artes marciales y bailes como el baile del dragón y del leon chino, tradición para darles suerte para el año que inicia. El próximo Año Nuevo Chino inicia el 12 de febrero de 2021.
Ubicado al norte del centro histórico, se caracteriza por su historia, tradiciones y su alta actividad comercial, así como por problemáticas sociales como delincuencia y drogadiccion. Cuna de distintas manifestaciones culturales y afamados deportistas. Debido al carácter de sus habitantes, a las luchas sociales en distintos momentos de su historia, así como a la resistencia por la conservación de su identidad, ha merecido el apelativo de Barrio Bravo.
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Tepito
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Ubicado al norte del centro histórico, se caracteriza por su historia, tradiciones y su alta actividad comercial, así como por problemáticas sociales como delincuencia y drogadiccion. Cuna de distintas manifestaciones culturales y afamados deportistas. Debido al carácter de sus habitantes, a las luchas sociales en distintos momentos de su historia, así como a la resistencia por la conservación de su identidad, ha merecido el apelativo de Barrio Bravo.
Se encuentra al noroeste del centro histórico. Se caracteriza principalmente por albergar una gran cantidad de casas porfirianas y por sus cuatro mercados, construidos a finales de la década de 1950. De estos mercados destacan el de muebles y el de ropa, reconocidos a nivel nacional.
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Lagunilla
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Se encuentra al noroeste del centro histórico. Se caracteriza principalmente por albergar una gran cantidad de casas porfirianas y por sus cuatro mercados, construidos a finales de la década de 1950. De estos mercados destacan el de muebles y el de ropa, reconocidos a nivel nacional.
Barrio histórico que con sus 54 manzanas se encuentra en la zona oriente del centro histórico. Tiene su origen en dos de sus cuatro barrios o calpullis en que estaba dividida la Ciudad de México-Tenochtitlan. Parece haberse fundado en 1325. En este barrio se encuentran casi la mitad de los monumentos históricos de la ciudad, algunos de los cuales albergan instituciones educativas o sirven como comercios. En 2011 fue integrado al programa Barrios Mágicos de la CDMX.
La Merced
Barrio histórico que con sus 54 manzanas se encuentra en la zona oriente del centro histórico. Tiene su origen en dos de sus cuatro barrios o calpullis en que estaba dividida la Ciudad de México-Tenochtitlan. Parece haberse fundado en 1325. En este barrio se encuentran casi la mitad de los monumentos históricos de la ciudad, algunos de los cuales albergan instituciones educativas o sirven como comercios. En 2011 fue integrado al programa Barrios Mágicos de la CDMX.

Lugares emblemáticos

Visitar la Ciudad de México no es fácil, de entrada porque es una urbe lo suficiente grande y rica para ofrecer prácticamente de todo. Inclusive para quienes la habitamos de toda la vida, visitar los sitios, monumentos y espacios más importantes es todo un reto –por ejemplo, ¿cuándo fue la última vez que visitaste Xochimilco o los parques ecológicos del Ajusco?–. México ofrece una amplia gama de posibilidades en todos sus escenarios y ecosistemas. En la CDMX la oferta se vuelve más accesible a un público que busca experimentar México por vez primera, o bien, para un mexicano que desee frecuentar cada día más estos lugares que ya conoce y escarbar en su historia. No olvidemos que el orgullo mexicano se refuerza en la medida en que sepamos cada día más sobre nuestro origen, recorrido y probables destinos.
La Plaza de la Constitución, informalmente conocida como El Zócalo, es la plaza principal de la Ciudad de México. Junto con las calles aledañas, ocupa una superficie casi rectangular de aproximadamente 46 800 m² (195 m x 240 m). Se le denominó así en honor a la Constitución de Cádiz promulgada en 1812. Esta es la segunda plaza más grande del mundo y la primera entre los países de habla hispana. 1​ El Zócalo está localizado en el corazón de la zona conocida como Centro Histórico de la Ciudad de México, en la Demarcación Cuauhtémoc. Su localización fue escogida por los conquistadores españoles para ser establecida justo a un lateral de lo que anteriormente era el centro político y religioso de México-Tenochtitlan, capital de los mexicas. Está rodeado por la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México al norte, el Palacio Nacional (sede del Poder Ejecutivo Federal) al este, el Antiguo Palacio del Ayuntamiento y el Edificio de Gobierno (réplica del anterior, ambos del Gobierno de la Ciudad de México sede del Poder Ejecutivo local) al sur, y al oeste por edificios comerciales (como el Portal de Mercaderes), administrativos y hoteles. En la esquina noreste de la plaza, se encuentra el Museo del Templo Mayor, la Plaza Manuel Gamio, así como la estación Zócalo de la Línea 2 del Metro. Desde la época mesoamericana, ha sido sede de hechos importantes en las diversas etapas de la historia de México, así como sitio de concentración y de manifestaciones sociales y culturales. Durante cinco siglos de historia ha sufrido cambios en los elementos y edificios que le rodean y le constituyen; fueron instalados y removidos en numerosas veces jardines, monumentos, circos, mercados, rutas de tranvías, fuentes y otros ornamentos. La fisonomía actual data de 1958. El Zócalo más allá de ser la sede del poder político, económico y religioso de México, así como de ser un espacio donde se mezclan el pasado indígena y virreinal, con casi cinco siglos de historia, es también el lugar donde el pueblo de México se reúne para celebrar fiestas o manifestaciones y han ocurrido hechos históricos de importancia. En el virreinato se realizaron proclamaciones de virreyes o sublevaciones como el Motín de 1692; la plaza fue el punto de encuentro en la entrada triunfal del Ejército Trigarante que consumó la independencia en 1821; en la época independiente se realizaron celebraciones del día de la Independencia; el espacio fue tomado por los ejército de Estados Unidos en 1847 y Francia en 1863. El siglo XX presenció hechos como la celebración del centenario de la independencia en 1910, la toma de la plaza dentro de la Decena Trágica, múltiples manifestaciones políticas, celebraciones de asunciones presidenciales, eventos anuales multitudinarios como el Grito de Dolores y los desfiles conmemorativos de la Independencia de México, la Revolución mexicana y el Día del Trabajo, así como hechos relevantes del Movimiento Estudiantil de 1968. A partir de 1997​ la plaza dio paso a un mayor número de celebraciones populares de tipo cultural, deportivo y de entretenimiento, principalmente conciertos masivos. Sin embargo en el siglo XXI sigue siendo escenario de las mencionadas festividades y manifestaciones sociales. En 2010 fue el escenario principal de los festejos del bicentenario de la independencia. La plaza, al ser parte del Centro Histórico, está considerada como Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1987. Origen del nombre​ A lo largo de su historia, la plaza ha tenido otros nombres oficiales, incluyendo Plaza de Armas, Plaza Principal, Plaza Mayor y Plaza del Palacio. Recibió el nombre actual durante el virreinato, en 1813, porque fue allí donde en Nueva España se juró la Constitución Española, promulgada en Cádiz el año anterior. A la plaza central de la ciudad se le conoce comúnmente como Zócalo, porque en 1843, Antonio López de Santa Anna convocó a un concurso para realizar un monumento conmemorativo por la Independencia de México, resultando ganador Lorenzo de la Hidalga, quien proyectó la construcción de una columna al centro de la plaza. De esta solo se colocó el zócalo o base, pues el monumento nunca se concretó; el zócalo permaneció en el lugar por varios años. Desde entonces, la plaza adoptó coloquialmente el nombre, también, de Zócalo. Historia​ México-Tenochtitlan​ Monumento en la Plaza de la Constitución sobre la leyenda mexica de la fundación de México-Tenochtitlán donde hallaron el águila devorando a la serpiente. El área que hoy ocupa la plaza fue construida dentro del islote original de la ciudad mexica México-Tenochtitlan y formó parte de su Templo Mayor, recinto religioso principalmente en su parte sur. Limitaba al este con las llamadas Casas nuevas de Moctezuma Xocoyotzin (sobre el que se construiría el futuro Palacio Virreinal) y al oeste por las Casas viejas o Palacio de Axayácatl (1469 - 1481) donde el huey tlatoani Ahuitzotl, tío de Moctezuma y predecesor inmediato, también vivieron. Periodo novohispano​ La primera traza de la plaza principal fue hecha por el alarife Alonso García Bravo, poco después de la Caída de México-Tenochtitlan. Después de la destrucción de la ciudad mexica, Hernán Cortés y Alonso García Bravo mantuvieron los cuatro calpullis (sectores de la ciudad) originales, pero dispusieron una traza rectangular al estilo europeo, trazando calles y avenidas de forma rectangular, con la sede de los principales poderes en torno a la plaza. Con el Templo Mayor completamente arrasado, los constructores españoles utilizaron las piedras del mismo y de otros edificios del teocalli para preparar la nueva Plaza Mayor en el año de 1524. La primera traza española situó la nueva plaza en el extremo sur del recinto ceremonial (el borde sur del coatepantli o muro del templo estaría situado en el atrio de la actual Catedral Metropolitana) y reorientaron el espacio de norte a sur, ya que el Gran Teocalli mexica "miraba" hacia el poniente, al igual que la puerta principal del recinto, Cuauhquiáhuac, y de la cual partía la Calzada de Tlacopan, hoy México-Tacuba. El Templo Mayor y las edificaciones mexicas fueron derribadas, y en su lugar fueron erigidos la Catedral y el Palacio Virreinal, para simbolizar el cambio de poderes religioso y político que estaba operando en lo que sería el virreinato de la Nueva España. En el costado poniente se establecieron varios comercios, los cuales dieron origen al Portal de Mercaderes. Durante los primeros tiempos coloniales, la plaza estuvo circundada al norte por la nueva iglesia, y al este por el nuevo palacio de Cortés, construido sobre y con las ruinas del palacio de Moctezuma. En el lado oeste de la plaza, fueron construidos los Portales de Mercaderes, al sur de Cortés, otro palacio, el Palacio del Marqués del Valle de Oaxaca. En el lado sur se hizo el Portal de las Flores. Al lado de este portal fue dispuesto el Palacio del Ayuntamiento, sede del gobierno de la ciudad desde entonces. Ambos estaban detrás de la Acequia Real de la Ciudad de México. Las inundaciones siempre fueron un problema para la plaza y la ciudad en general. Una de las más graves fue durante la Inundación de 1629 llegando las aguas hasta dos metros de altura, destruyendo muchos de los comercios ubicados allí y que requirieron ser reconstruidos. Después de iniciada la construcción de la nueva catedral en 1576, la fisonomía de la plaza cambió. La antigua iglesia estaba dirigida hacia al oriente y no a la propia Plaza. La nueva catedral, concluida hacia 1657 y de tres naves, alzaba hacia el sur sobre la plaza y que dan al área una orientación norte-sur, que existe hasta nuestros días. En gran parte del siglo XVII, la plaza se llenó de comerciantes. Después de que una turba incendió el palacio virreinal en el motín de 1692, la plaza se despejó por completo para dar paso al Mercado del Parián, un conjunto de tiendas ubicadas en la esquina suroeste de la plaza utilizados para el almacén y venta de productos traídos por los galeones de Europa y Asia. Este fue inaugurado en 1703. Sin embargo, esto no impidió que el resto de la Plaza se llenara de nuevo con puestos improvisados como el grupo conocido como "San José", ubicado al lado de la misma Parián. Esto hizo que el historiador Francisco Sedano comentara que era fea y antiestética, además de difícil de caminar por su pavimento irregular de barro en la temporada de lluvias, los perros agresivos de la calle, montones de basura por los comercios y excrementos humanos, entre otros desperdicios. Reformas de 1790​ Con la llegada del nuevo virrey Juan Vicente de Güemes, Conde de Revilla Gigedo, y por la proclamación de Carlos IV en diciembre de 1789, se realizaron reformas en toda la plaza: la repavimentación y renivelación del espacio y la Acequia Real fue cubierta con bloques de piedra; también se instaló una fuente en cada esquina. Durante estos trabajos fueron halladas la Piedra del Sol y una escultura de la diosa Coatlicue. La piedra fue puesta en exhibición en el lado oeste de la Catedral, donde permaneció hasta 1890, cuando fue trasladada al antiguo Museo Arqueológico de la calle Moneda. Los antiguos comerciantes de la plaza se trasladaron a un nuevo edificio llamado el Mercado de Volador, ubicado al sureste de la plaza, donde se encuentra actualmente la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La plaza se convirtió en un espacio público con 64 lámparas; La Catedral fue separada de la plaza con una reja de hierro, fueron colocadas 124 bancas de piedra y se delimitó el perímetro con postes de hierro unidos por una cadena del mismo material. La característica principal de la plaza fue la colocación de una estatua ecuestre de Carlos IV realizada por Manuel Tolsá, la cual se colocó en la esquina sudeste en una base de madera dorada, que se inauguró en diciembre de 1803. Sin embargo, cuando el monumento fue terminado por completo, la base de madera fue sustituida por una piedra ovalada que media 113 metros por 95.5 metros, con su balaustrada propios y fuentes en las esquinas creado por José del Mazo. Este fue el telón de fondo, cuando el virrey Félix María Calleja, otras autoridades y el pueblo reunido juraron lealtad a la Constitución de Cádiz, y la lealtad a la Corona española el 22 de mayo de 1813 en respuesta al inicio de la posterior Independencia de México. Este evento también resultó en el cambio de nombre de la plaza como "Plaza de la Constitución". Los últimos cambios a la plaza antes de la independencia fueron realizados por Manuel Tolsá al colocar la Cruz de Mañozca en la esquina sureste y colocar otra cruz, similar, al noroeste. Ambos se establecieron en un pedestal neoclásico de piedra. México independiente​ El 27 de septiembre de 1821, la división de Vicente Filisola salió de Chapultepec para reunirse con el grueso de las tropas del Ejército Trigarante en Tacuba. A las diez de la mañana, el jefe máximo encabezó el desfile de entrada a la capital, avanzando por el Paseo Nuevo hasta la avenida Corpus Christi, en donde se detuvo en la esquina del convento de San Francisco bajo un arco triunfal. El alcalde decano José Ignacio Ormachea le entregó las llaves de la ciudad. Desfilaron 16 134 efectivos, de los cuales 7 416 eran infantes, 7 955 dragones de caballería, y 763 artilleros, quienes transportaban 68 cañones de diferentes calibres.3​ Entre sus principales oficiales se encontraban Agustín de Iturbide, Vicente Guerrero, Domingo Estanislao Luaces, Pedro Celestino Negrete, Melchor Álvarez, Epitacio Sánchez, José Morán, Nicolás Bravo, Anastasio Bustamante, José Joaquín Parrés, José Antonio de Echávarri, José Joaquín de Herrera, Luis Quintanar, Miguel Barragán, Vicente Filisola, José Antonio Andrade, Felipe de la Garza, Manuel de Iruela, Antonio López de Santa Anna, Gaspar López, Mariano Laris, y Juan Zenón Fernández.4​ Una vez terminado el desfile, en la Catedral de México se celebró una misa en la cual se entonó el Te Deum, después Iturbide dirigió un discurso a la población.5​ Este acto simbólico en la Plaza dio por concluida la guerra de independencia. Tras la Independencia, el monumento a Carlos IV fue desmontado y retirado de la Plaza, fue trasladado al claustro de la Universidad, cercano a la Plaza del Volador; esto la dejó al desnudo, a diferencia de la Plaza del Parián. El 4 y 5 de diciembre de 1826, Lorenzo de Zavala y el general José María Lobato dirigieron un grupo de soldados, artesanos y "pelados" atacando a los Parián. Robaron y quemaron al grito de "¡Muerte a los gachupines!" "¡Viva Lobato y aquellos con furia!"; un grupo de comerciantes murieron y la mayoría de los negocios fueron arrasados. Para el año de 1842, Antonio López de Santa Anna, entonces presidente provisional, expide un bando mediante el cual se ordena la demolición del Mercado Parían, entre otras razones por considerar que: «...la deformidad del edificio llamado Parián, situado en la plaza principal de esta capital, que tanto por su ninguna arquitectura, cuanto por su mal calculada posición, impide y afea del todo la belleza y sorprendente vista que debe presentar dicha plaza principal ...»" Esto dejó al descubierto la Plaza de nuevo, a excepción de algunos fresnos y jardines de flores que fueron plantados y están protegidos por las fronteras de piedra. Santa Anna quería construir un monumento a la Independencia de México en el centro de la Plaza, pero debido a la inestabilidad del país, el proyecto encargado a Lorenzo de Hidalga solo concluyó la base (zócalo), que se quedó allí durante décadas y esto entregó a la plaza su nombre común y de uso popular actual. Se mantuvo así hasta 1866, cuando el Paseo (ruta) del Zócalo fue creado en respuesta a la cantidad de personas que utilizaban la plaza para dar paseos. Un jardín con senderos se creó y fuentes fueron colocadas en cada esquina, 72 bancos de hierro se instalaron y la zona estaba iluminada por lámparas de gas de hidrógeno. La base de Santa Anna, sin embargo, no se eliminó. El 14 de septiembre de 1847, en el marco de la invasión de Estados Unidos y al término de las batallas de la garita de Belén y la de San Cosme, el ejército estadounidense finalmente se apostó en el Plaza principal de la capital, donde el sargento Benjamin S. Roberts bajó el lábaro mexicano e izó el de las barras y las estrellas. El 16 de septiembre el ejército estadounidense organizó un desfile militar por la Alameda y la calle de Plateros. Muchos de los civiles lanzaron piedras e insultos al ejército invasor. Recién llegado en 1864, el emperador Maximiliano retomó el proyecto del monumento a los Héroes de la Independencia que Santa Anna, había dejado inconcluso y para ello le encargó a Ramón Rodríguez Arangoity la remodelación integral del Zócalo, obra en la que el elemento principal lo constituía la columna monumental del proyecto original del arquitecto De la Hidalga. La columna estaría rodeada con esculturas de los héroes de la Independencia y coronada con una gran figura alada. Maximiliano propuso después como remate un águila imperial, rompiendo una cadena y remontando el vuelo. Ante la ausencia de Maximiliano el 16 de septiembre de 1864, tuvo a bien encargar a la emperatriz Carlota para que en su nombre diera inicio oficial a la construcción del monumento. Ella se dirigió al centro del zócalo, en que se había colocado una vistosa tienda, para colocar la primera piedra del monumento, aunque dicha obra volvería a quedar inconclusa, tras la caída del imperio y el fusilamiento de Maximiliano en 1867. En 1878, Antonio Escandón donó un kiosco a la ciudad, en la parte superior de la base de Santa Anna. Estaba iluminado con cuatro candelabros de hierro grande y diseñado similar a uno en el Bois de Boulogne en París; dicha construcción desapareció en el siglo XX. Poco después, la compañía Ferrocarriles del Distrito Federal convirtió parte del Zócalo en una estación de tranvía con taquilla de boletos y un andén. Los tranvías y la iluminación se transformaron a energía eléctrica en 1894, y las calles del Zócalo fueron pavimentadas con asfalto en 1891. Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta principios del siglo XX, el Zócalo volvió a llenarse de puestos de mercado, incluyendo el "Centro Mercantil", que vendía tela, ropa y moda Art Nouveau. Siglo XX​ En 1910 el Zócalo fue el escenario principal de los festejos del Centenario de la Independencia Mexicana, momento culminante del proceso de embellecimiento que había vivido como plaza principal a lo largo del Porfiriato. Durante la Decena Trágica, en el marco de la Revolución mexicana, el Palacio Nacional fue bombardeado desde un fuerte militar cercano, dañando también al Zócalo, mismo que fue escenario de distintos enfrentamientos en ese periodo. En 1914, los fresnos plantados en el siglo anterior (que habían crecido considerablemente) fueron sacados, se trazaron senderos nuevos, se delinearon áreas verdes, el espacio del jardín fue creado y fueron plantadas palmeras en cada esquina de la plaza. Ese mismo año el 6 de diciembre, habría de presenciar la llegada de las tropas villistas y zapatistas que ocuparon el Palacio Nacional. El 23 de marzo de 1938, de forma espontánea, se reunieron aproximadamente cien mil personas de todas las clases sociales en una enorme manifestación de respaldo a la expropiación petrolera. En 1958 la plaza adquirió su austero aspecto actual,7​ donde solamente se conservaron los arbotantes y el asta de la bandera. Por primera vez en cuatrocientos años, la plaza adquirió un aspecto despejado. El Zócalo fue el punto de partida del maratón de los Juegos Olímpicos de 1968. Pero la plaza se deterioró hasta que, en la década de 1970, lo único que quedaba eran los postes de luz y un mástil grande en el medio. Entonces el suelo se niveló de nuevo, las vías del tren fueron retiradas, y se colocó la plancha de cemento actual. Además, el estacionamiento de automóviles fue prohibido y la forma de la plaza era cuadrado de 200 metros a cada lado. Más tarde, en la década de 1970, el Zócalo estaba pavimentado con adoquines de color rosa, se plantaron pequeños árboles protegidos por rejas de metal, y se sembraron pequeñas áreas de pastos alrededor del asta bandera. Una de las principales aportaciones del movimiento estudiantil de 1968 (tratado con detalle más adelante), sería el inicio de las masivas protestas y manifestaciones ciudadanas que, desfilando por las principales calles de la Ciudad de México, hallaron como punto de reunión final el Zócalo. Si bien es cierto, desde mucho tiempo atrás se presentaban manifestaciones de descontento en la plaza, estas eran básicamente sectoriales, es decir de obreros, campesinos u opositores que normalmente terminaban en represión; ahora el nuevo paradigma marcaba numerosas concentraciones con integrantes más diversos y que en contadas ocasiones (después de 1968) concluyeron en violentos desalojos. Sindicatos independientes y oficiales, organizaciones campesinas y populares, miembros de partidos políticos opositores tanto de izquierda como de derecha y cierres de campañas presidenciales fueron parte de las constantes manifestaciones en el Zócalo después de 1968. Catorce años después, contraviniendo las instrucciones del regente, una multitud encabezada por Arnoldo Martínez Verdugo, reabrió la plaza ondeando miles de banderas rojas en un Zócalo lleno. Ante la tragedia del terremoto del 19 de septiembre de 1985, el Zócalo fue espacio de reunión espontánea, refugio y centro de acopio y distribución de alimentos, ropa y medicinas. Ahí, como en muchos otros puntos de la ciudad, nació una organización ciudadana espontánea y sin precedentes que además utilizó de manera extensa y activa el espacio público. Los estudiantes reabrirían el Zócalo hasta 1987, en el primer movimiento estudiantil que se alzó con una victoria contras las reformas neoliberales en la educación, esto en el marco de la Huelga en la UNAM. Las más relevantes de las concentraciones serían en apoyo al candidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas y las denuncias por un posible fraude electoral en las elecciones presidenciales de 1988. El 12 de enero de 1994 un Zócalo lleno detuvo la guerra en Chiapas; en 1997 de forma espontánea celebró el triunfo democrático después de décadas sin gobierno electo en la Ciudad de México; y hasta 1999 entró al Zócalo, por primera vez, la Marcha del orgullo gay. Fue escenario de la fiesta por la llegada del año 2000, dónde el Tenor mexicano Fernando de la Mora dio la bienvenida al cambio de milenio cantando las mañanitas, acompañado con la música de 200 mariachis justo debajo del asta bandera. Movimiento estudiantil de 1968 Durante el movimiento estudiantil de 1968 el Zócalo fue sitio de manifestaciones multitudinarias convocadas por vez primera en muchas décadas por un movimiento social opositor al gobierno.9​10​ El 13 de agosto de 1968 ocurrió la primera, que convocó a entre 250 y 300 mil personas. La multitud coreaba durante ese hecho que el entonces presidente saliera al balcón a un diálogo público. SAL AL BALCÓN, HOCICÓN - SAL AL BALCÓN, HOCICÓN - SAL AL BALCÓN, HOCICÓN - SAL AL BALCÓN, BOCÓN Consigna que coreaba la multitud el 13 de septiembre de 1968, citada en Poniatowska, Elena. La noche de Tlatelolco.10​ Pero fue el 27 de septiembre, al cumplirse un mes del movimiento, cuando se concentró una mayor cantidad de personas, cerca de 400 mil.11​ A las cinco de la tarde la marcha salió del Museo de Antropología hacia la plaza, en donde ya había 15 mil personas esperando.11​ A las 18:50 los estudiantes subieron hasta el campanario de la Catedral Metropolitana con el permiso del sacerdote Jesús López y repicaron las campanas.11​10​ A las 19:20 un grupo más de manifestantes bajaron la bandera nacional de México del asta bandera y en su lugar izaron una bandera rojinegra de huelga,11​10​ lo cual fue considerado por el gobierno como una provocación.11​ El líder estudiantil Sócrates Campos Lemus dijo a la multitud que, debido a que el gobierno no había dado respuesta a un diálogo público convocado por el movimiento días antes, brigadas estudiantiles permanecerían en el Zócalo. Luego de cantar el Himno Nacional, los estudiantes comenzaron a colocar casas de campaña y a encender antorchas.11​ Para las 1:20 horas del 28 de septiembre luego de un exhorto, el Ejército arribó hasta el Zócalo con los batallones 43o. y el 44o. de Infantería y el 1º de Fusileros Paracaidistas, así como 12 carros blindados de guardias presidenciales y 200 patrullas de la policía del DF.11​ Durante la noche fue izada otra bandera rojinegra distinta a la que habían colocado los estudiantes.11​10​ En las primeras horas de la mañana, el gobierno convocó a un "acto de desagravio a la bandera", en el que participaron decenas de servidores públicos, algunos de los cuales gritaron "no vamos, nos llevan".11​10​ A las 13:25 funcionarios del Departamento del Distrito Federal arriaron la bandera rojinegra y en su lugar colocaron la bandera mexicana. El mecanismo que permitía izarla falló, por lo que quedó a media asta y fue necesario que un camión de bomberos completara la acción rodeado por policías del Cuerpo de Granaderos.12​ Luego de una última advertencia, iniciaron los enfrentamientos entre manifestantes y militares, quienes mostraban bayonetas en sus fusiles para la acción. Cerca de las cuatro de la tarde lograron dispersar a casi todos los manifestantes extendiéndose la persecución y los enfrentamientos hacia las calles aledañas, contando 35 heridos por las refriegas.12​ A las 22:57 horas, el Ejército tuvo el control completo de la plaza. Siglo XXI​ En el marco de la serie de eventos que antecedieron las elecciones presidenciales de 2006 y la crisis política derivada de las acusaciones de posible fraude electoral, el Zócalo fue el asiduo centro de reunión de los simpatizantes del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y posterior candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador. Las concentraciones acontecidas con motivo del respaldo a este personaje en el periodo 2005-2006 estuvieron precedidas por varias de las marchas más multitudinarias de la historia de México. Las más sobresalientes fueron la denominada marcha del silencio el 24 de abril de 2005, que protestó en rechazo al proceso de desafuero iniciado contra López Obrador, las manifestaciones de denuncia ante un posible fraude electoral, que se sucedieron en los meses de julio, agosto y septiembre, las cuales terminaron con el denominado plantón de Paseo de la Reforma a partir del 30 de julio, y en el que el zócalo fue la base de los organizadores de la manifestación, permaneciendo tomada la plaza hasta el 15 de septiembre. También sería el punto de reunión para la conformación de la llamada Convención Nacional Democrática y el Gobierno Legítimo. Su uso por parte de los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador se ha extendido a lo largo de los últimos años, como lo fue para las concentraciones que protestaron contra la reforma energética de 2008, que convocaron a la creación del Movimiento de Regeneración Nacional en 2011, para los actos de cierre de campaña de 2012, así como para las celebraciones y discursos con motivo de su triunfo en las elecciones presidenciales del 1 de julio de 2018, y su toma de posesión el 1 de diciembre del mismo año.13​14​15​16​ En los últimos años, más allá de los organizadores o posturas de pensamiento planteadas, las marchas ciudadanas han rebasado intereses políticos; las más representativas fueron la Marcha blanca del 27 de junio de 2004 en rechazo a la inseguridad vivida en la ciudad y el país; la denominada marcha iluminemos México del 30 de agosto de 2008 que protestó por los altos índices violencia y criminalidad que se extendían por el país a raíz de la guerra contra el narcotráfico. Otras destacadas han sido las manifestaciones por la paz con justicia y dignidad del 8 de mayo de 2011; contra la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto impulsada por el movimiento Soy132 el 23 de mayo de 2012; las movilizaciones por la desaparición forzada de Ayotzinapa en diciembre de 2014; y el plantón de la CNTE contra la reforma educativa en 2013. Entre 17 y 18 de septiembre de 2013, ocupó el espacio para un gran centro de acopio por el huracán Manuel. En 2010, una réplica de la Ángel de la Independencia fue llevada al Zócalo por las fiestas del Bicentenario de la Independencia Mexicana y el Centenario de la Revolución Mexicana. A partir de ahí se convirtió en el principal escenario de los festejos que iniciaron el 15 de septiembre. Cerca de las 22:00 h arribo el Desfile del Bicentenario al Zócalo, y cerca de las 22:30 se realizó la presentación de la coreografía masiva “México Unido”, los espectáculos de El Árbol de la Vida, El Coloso, Vuela México y el Concierto de Flamas en el Palacio Nacional. Alrededor de las 23:00 h se llevó a cabo el tradicional Grito de Independencia, por parte del presidente Felipe Calderón Hinojosa. Acto seguido de juegos pirotécnicos en el Zócalo y un juego de luces en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.18​ El 29 de marzo de 2017 se iniciaron trabajos de remodelación en la plancha de la plaza, la primera a gran escala que se realiza desde la década de 1960; la plaza fue ampliada en un 10% y mejorada para favorecer al peatón, así como el montaje seguro, que no dañe la plancha, de estructuras para distintos eventos. La obra se llevó a cabo del 29 de marzo al 26 de agosto, se agregaron 2,000 m² a la superficie total, un carril vehicular se eliminó, se habilitaron ocho cruceros seguros con mayor flujo peatonal, se colocó concreto hidráulico arquitectónico en placas de dos por dos metros para una vista tipo mosaico, se instaló un sistema de anclaje con puntos de izaje específicos y discretos para cuidar la imagen del sitio y evitar futuros daños por montaje de escenarios o carpas, personal del INAH acompañó cada labor para avalar la protección del patrimonio histórico, al inicio se realizaron cinco calas (excavaciones de 50 centímetros) junto con personal del INAH para asegurar que no se causaran afectaciones al patrimonio. Celebraciones y concentraciones masivas​ Ceremonia del Grito de Dolores​ En el año de 1845, el presidente Antonio López de Santa Anna instauró oficialmente la Ceremonia del Grito para recordar al cura Hidalgo y a los héroes que lucharon por la independencia. Estableciendo que se realizara esta cada 15 de septiembre a las 23:00 horas. También es importante mencionar que aunque El Grito de Independencia tuvo lugar hasta la madrugada del 16 de septiembre, y como lo describe Artemio del Valle Arizpe en su libro El Palacio Nacional de México, Santa Anna estableció que la conmemoración tuviera lugar la noche del 15 de septiembre para evitar la fatiga de despertarse a horas tempranas para festejar el acontecimiento. Desfile militar del 16 de septiembre en el Zócalo de la Ciudad de México El 27 de septiembre de 1821, el ejército trigarante, con Agustín de Iturbide a la cabeza, entró a la Ciudad de México y con esto la justa independentista llegó a su fin. Este episodio dio origen al desfile militar con el que se conmemoran las fiestas patrias. La ruta del desfile – por Paseo de la Reforma hasta Palacio Nacional – fue la que siguió el mencionado ejército cuando entró a la capital del país. En 1825 fue la primera ocasión en que el 16 de septiembre tomó forma de fiesta nacional. Las autoridades de la Ciudad de México publicaron un bando en el que se pidió a los ciudadanos iluminar sus casas, ventanas y balcones con cortinas, flámulas y gallardetes. El presidente de la República, Guadalupe Victoria, recibió felicitaciones de diplomáticos y corporaciones eclesiásticas y civiles. Después se efectuó un desfile que llegó a Palacio Nacional. En 1915, Venustiano Carranza creó el Arma de Aviación Militar, esta arma desfiló por primera vez en una parada militar el 16 de septiembre de 1917, y es el antecedente histórico de la participación de la Fuerza Aérea Mexicana en los desfiles militares. Álvaro Obregón festejó el 16 de septiembre con una ceremonia en el campo militar de Balbuena cambió el desfile militar para el 27 de septiembre de 1921, para celebrar el centenario de la consumación de la Independencia. En 1930, participaron más de 25 mil efectivos, hubo parada aérea, lo que significó la participación de la Fuerza Aérea Mexicana. En 1931 y 1934, el desfile tradicional se convirtió en una ceremonia dónde el secretario de Guerra y Marina condecoró a las banderas históricas de México. En 1935, el presidente Lázaro Cárdenas ordenó que se volvieran a realizar los desfiles militares el 16 septiembre de manera ininterrumpida, hasta convertirse en una tradición en México.21​22​23​ Desfile deportivo del 20 de noviembre​ El 20 de noviembre de 1930 se realizó por primera vez, aunque de manera informal, un desfile cívico deportivo por las calles de la Ciudad de México para conmemorar el aniversario de la Revolución mexicana. En 1936 fue oficializado el evento tras ser decretada la festividad por el Senado de la República. Es a partir de 1941 que contó con la presencia en el balcón de central de Palacio Nacional, del presidente de la República, que en ese momento era Manuel Ávila Camacho. Además de los elementos del ejército y dependencias federales que desfilaban en atuendo deportivos y realizando demostraciones atléticas o tablas rítmicas, durante el festejo participaban deportistas amateurs y profesionales que hubieran tenido alguna destacada actuación en el extranjero, como era el caso de los medallistas olímpicos o alguno de los representativos nacionales de deportes como fútbol, béisbol, frontenis, etc. Dadas las tensiones vividas por la crisis política del 2006, el entonces presidente Vicente Fox canceló el desfile; reinstaurado durante el sexenio de Felipe Calderón, dejó de celebrarse definitivamente desde 2012. Desfile del Día del Trabajo​ Aunque desde 1913 se llevaban a cabo algunas manifestaciones simbólicas para conmemorar el día del trabajo en el Zócalo, fue hasta su oficialización en 1922 que participaron de manera formal organizaciones obreras como la CGT y la CROM. En 1925 se coordina un festejo organizado por las principales agrupaciones sindicales, en el que participa como espectador desde el balcón central de Palacio Nacional el entonces presidente Plutarco Elías Calles. La mecánica del evento consistía en una especie de salutación al presidente de la república, acompañando los pasos con cánticos y consignas del movimiento obrero; desfilaban ante él todos los sindicatos oficiales, organizaciones campesinas y populares, y cerraban el desfile los llamados sindicatos independientes. La consolidación de la Confederación de Trabajadores de México en la década de 1940 y su líder Fidel Velázquez, llevó a su organización a ser la principal participante, y a él, un permanente acompañante del presidente en turno en el balcón central. El desfile oficial que contaba con la participación del presidente fue cancelado definitivamente en 1995.25​26​ El Zócalo y el presidencialismo mexicano​ Con la transformación de la figura presidencial en el eje de la vida política del país a partir de la década de 1920, los símbolos del poder de esta (la silla y banda presidencial; los Pinos, etc.) se convirtieron en actores de los rituales que daban significado e imagen al ejercicio del poder. Desde luego el Zócalo, por contener el Palacio Nacional, fue parte de estos elementos simbólicos, especialmente porque era importante en ceremonias como la toma de posesión, donde el presidente, luego del desfile multitudinario que lo trasladaba desde la sede del Congreso, tenía un recibimiento festivo en el Zócalo y hacia su entrada a Palacio Nacional; lugar donde realizaba sus primeros actos como jefe del ejecutivo, en algunas ocasiones incluyendo un saludo desde el Balcón central a la multitud. En la ceremonia del informe presidencial, el mandatario asistía a Palacio para colocarse la banda presidencial e iniciar el recorrido a la sede del congreso, todo ello en el marco de un desfile multitudinario. En tanto que el Balcón central se convirtió en la tribuna de honor desde donde el Comandante supremo encabezaba los desfiles conmemorativos del 1 de mayo, 16 de septiembre y 20 de noviembre. La última concentración popular en la plaza para celebrar una asunción al poder de un presidente había ocurrido con motivo de la toma de posesión de Vicente Fox el 1 de diciembre de 2000. Volvería a realizarse una con motivo de la investidura de Andrés Manuel López Obrador el 1 de diciembre de 2018, como cierre de los eventos relacionados a su toma de protesta, se llevó a cabo un evento de respaldo popular y festival artístico, en el que representantes de 68 grupos indígenas le entregaron de manera simbólica el denominado bastón de mando, un acto inédito en la relación de las autoridades nativas y la presidencia de la república; para concluir el evento dio un discurso ante 150 mil asistentes. Además de ser el punto de encuentro en manifestaciones de apoyo popular al primer mandatario, como ocurría en la mencionada toma de posesión o en alguna de las múltiples demostraciones de lealtad de organizaciones campesinas, obreras y populares afiliadas al partido oficial PRI. Tal como ocurrió el 23 de marzo de 1938 para apoyar la expropiación petrolera realizada por Lázaro Cárdenas, hecha cinco días antes; el 15 de septiembre de 1942 para alentar y defender la política de Unidad Nacional de Manuel Ávila Camacho en el marco de la participación de México en la segunda guerra mundial, evento en el que estuvo acompañado por seis de los ocho expresidentes vivos de ese momento: Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez y Lázaro Cárdenas (no estuvieron presentes Pedro Lascurain y Roque González Garza); y el 3 de septiembre de 1982 para respaldar la nacionalización de la banca por parte de José López Portillo.29​30​31​32​ Conciertos​ * Juan Gabriel con 350,000 asistentes el 1 de enero del 2000, este es el récord de mayor asistencia al zócalo * Café Tacuba con 170,000 asistentes el 5 de junio de 2005 * Shakira con 210,000 asistentes el 27 de mayo de 2010 * Vicente Fernández con 217,000 asistentes el 14 de febrero de 2009 * Paul McCartney canto el 10 de mayo de 2012 ante 200,000 asistentes * Justin Bieber que cantó ante 210,000 personas. * OV7 se despide en abril de 2003 con 175,000 asistentes * Roger Waters da un espectáculo el 1 de octubre del 2016 ante más de 200,000 personas. * Concierto Estamos Unidos Mexicanos el 8 de octubre de 2017 con 170,000 espectadores; en conmemoración y apoyo a los damnificados por los sismos del 7 y el 19 de septiembre. * Caifanes con 120,000 asistentes el 10 de noviembre de 2017 como parte de la Semana de las Juventudes 2017​ Ceremonias de honores e izamiento de la bandera monumental​ * Izamiento de la bandera monumental en la Plaza de la Constitución. * Arriaje de bandera monumental en la Plaza de la Constitución.24 de febrero (Día de la Bandera Mexicana). * 15 y 16 de septiembre (Aniversario de la Independencia de México). * 20 de noviembre (Aniversario de la Revolución mexicana). * 14 de febrero. Muerte de Vicente Guerrero * 22 de febrero. Muerte de Francisco I. Madero * 28 de febrero. Muerte de Cuauhtémoc * 10 de abril. Muerte de Emiliano Zapata * 21 de mayo. Muerte de Venustiano Carranza * 17 de julio. Muerte de Álvaro Obregón * 18 de julio. Muerte de Benito Juárez * 30 de julio. Muerte de Miguel Hidalgo y Costilla * 19 de septiembre. Muerte de 45.000 personas en el terremoto de 1985, de una magnitud de 8.5 grados en la Escala de Richter * 2 de octubre. Aniversario de los caídos en la lucha por la democracia de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, en 1968. * 7 de octubre. Conmemoración del sacrificio del senador Belisario Domínguez, en 1913. * 22 de diciembre. Aniversario de la muerte de José María Morelos, en 1815. Referencias en la cultura​ Cine​ * En la trama de la película Río Escondido (1947) de Emilio Fernández, María Félix escucha la voz aparente de la Campana de Dolores en el Palacio Nacional. * Una toma nocturna de la plaza aparece en Salón México (1948) de Emilio Fernández. * Al final de la secuencia de introducción de Spectre (película), James Bond lucha contra un agente de SPECTRE llamado Marco Sciarra en un helicóptero sobre la Plaza.
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Зокало
S/N P.za de la Constitución
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La Plaza de la Constitución, informalmente conocida como El Zócalo, es la plaza principal de la Ciudad de México. Junto con las calles aledañas, ocupa una superficie casi rectangular de aproximadamente 46 800 m² (195 m x 240 m). Se le denominó así en honor a la Constitución de Cádiz promulgada en 1812. Esta es la segunda plaza más grande del mundo y la primera entre los países de habla hispana. 1​ El Zócalo está localizado en el corazón de la zona conocida como Centro Histórico de la Ciudad de México, en la Demarcación Cuauhtémoc. Su localización fue escogida por los conquistadores españoles para ser establecida justo a un lateral de lo que anteriormente era el centro político y religioso de México-Tenochtitlan, capital de los mexicas. Está rodeado por la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México al norte, el Palacio Nacional (sede del Poder Ejecutivo Federal) al este, el Antiguo Palacio del Ayuntamiento y el Edificio de Gobierno (réplica del anterior, ambos del Gobierno de la Ciudad de México sede del Poder Ejecutivo local) al sur, y al oeste por edificios comerciales (como el Portal de Mercaderes), administrativos y hoteles. En la esquina noreste de la plaza, se encuentra el Museo del Templo Mayor, la Plaza Manuel Gamio, así como la estación Zócalo de la Línea 2 del Metro. Desde la época mesoamericana, ha sido sede de hechos importantes en las diversas etapas de la historia de México, así como sitio de concentración y de manifestaciones sociales y culturales. Durante cinco siglos de historia ha sufrido cambios en los elementos y edificios que le rodean y le constituyen; fueron instalados y removidos en numerosas veces jardines, monumentos, circos, mercados, rutas de tranvías, fuentes y otros ornamentos. La fisonomía actual data de 1958. El Zócalo más allá de ser la sede del poder político, económico y religioso de México, así como de ser un espacio donde se mezclan el pasado indígena y virreinal, con casi cinco siglos de historia, es también el lugar donde el pueblo de México se reúne para celebrar fiestas o manifestaciones y han ocurrido hechos históricos de importancia. En el virreinato se realizaron proclamaciones de virreyes o sublevaciones como el Motín de 1692; la plaza fue el punto de encuentro en la entrada triunfal del Ejército Trigarante que consumó la independencia en 1821; en la época independiente se realizaron celebraciones del día de la Independencia; el espacio fue tomado por los ejército de Estados Unidos en 1847 y Francia en 1863. El siglo XX presenció hechos como la celebración del centenario de la independencia en 1910, la toma de la plaza dentro de la Decena Trágica, múltiples manifestaciones políticas, celebraciones de asunciones presidenciales, eventos anuales multitudinarios como el Grito de Dolores y los desfiles conmemorativos de la Independencia de México, la Revolución mexicana y el Día del Trabajo, así como hechos relevantes del Movimiento Estudiantil de 1968. A partir de 1997​ la plaza dio paso a un mayor número de celebraciones populares de tipo cultural, deportivo y de entretenimiento, principalmente conciertos masivos. Sin embargo en el siglo XXI sigue siendo escenario de las mencionadas festividades y manifestaciones sociales. En 2010 fue el escenario principal de los festejos del bicentenario de la independencia. La plaza, al ser parte del Centro Histórico, está considerada como Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1987. Origen del nombre​ A lo largo de su historia, la plaza ha tenido otros nombres oficiales, incluyendo Plaza de Armas, Plaza Principal, Plaza Mayor y Plaza del Palacio. Recibió el nombre actual durante el virreinato, en 1813, porque fue allí donde en Nueva España se juró la Constitución Española, promulgada en Cádiz el año anterior. A la plaza central de la ciudad se le conoce comúnmente como Zócalo, porque en 1843, Antonio López de Santa Anna convocó a un concurso para realizar un monumento conmemorativo por la Independencia de México, resultando ganador Lorenzo de la Hidalga, quien proyectó la construcción de una columna al centro de la plaza. De esta solo se colocó el zócalo o base, pues el monumento nunca se concretó; el zócalo permaneció en el lugar por varios años. Desde entonces, la plaza adoptó coloquialmente el nombre, también, de Zócalo. Historia​ México-Tenochtitlan​ Monumento en la Plaza de la Constitución sobre la leyenda mexica de la fundación de México-Tenochtitlán donde hallaron el águila devorando a la serpiente. El área que hoy ocupa la plaza fue construida dentro del islote original de la ciudad mexica México-Tenochtitlan y formó parte de su Templo Mayor, recinto religioso principalmente en su parte sur. Limitaba al este con las llamadas Casas nuevas de Moctezuma Xocoyotzin (sobre el que se construiría el futuro Palacio Virreinal) y al oeste por las Casas viejas o Palacio de Axayácatl (1469 - 1481) donde el huey tlatoani Ahuitzotl, tío de Moctezuma y predecesor inmediato, también vivieron. Periodo novohispano​ La primera traza de la plaza principal fue hecha por el alarife Alonso García Bravo, poco después de la Caída de México-Tenochtitlan. Después de la destrucción de la ciudad mexica, Hernán Cortés y Alonso García Bravo mantuvieron los cuatro calpullis (sectores de la ciudad) originales, pero dispusieron una traza rectangular al estilo europeo, trazando calles y avenidas de forma rectangular, con la sede de los principales poderes en torno a la plaza. Con el Templo Mayor completamente arrasado, los constructores españoles utilizaron las piedras del mismo y de otros edificios del teocalli para preparar la nueva Plaza Mayor en el año de 1524. La primera traza española situó la nueva plaza en el extremo sur del recinto ceremonial (el borde sur del coatepantli o muro del templo estaría situado en el atrio de la actual Catedral Metropolitana) y reorientaron el espacio de norte a sur, ya que el Gran Teocalli mexica "miraba" hacia el poniente, al igual que la puerta principal del recinto, Cuauhquiáhuac, y de la cual partía la Calzada de Tlacopan, hoy México-Tacuba. El Templo Mayor y las edificaciones mexicas fueron derribadas, y en su lugar fueron erigidos la Catedral y el Palacio Virreinal, para simbolizar el cambio de poderes religioso y político que estaba operando en lo que sería el virreinato de la Nueva España. En el costado poniente se establecieron varios comercios, los cuales dieron origen al Portal de Mercaderes. Durante los primeros tiempos coloniales, la plaza estuvo circundada al norte por la nueva iglesia, y al este por el nuevo palacio de Cortés, construido sobre y con las ruinas del palacio de Moctezuma. En el lado oeste de la plaza, fueron construidos los Portales de Mercaderes, al sur de Cortés, otro palacio, el Palacio del Marqués del Valle de Oaxaca. En el lado sur se hizo el Portal de las Flores. Al lado de este portal fue dispuesto el Palacio del Ayuntamiento, sede del gobierno de la ciudad desde entonces. Ambos estaban detrás de la Acequia Real de la Ciudad de México. Las inundaciones siempre fueron un problema para la plaza y la ciudad en general. Una de las más graves fue durante la Inundación de 1629 llegando las aguas hasta dos metros de altura, destruyendo muchos de los comercios ubicados allí y que requirieron ser reconstruidos. Después de iniciada la construcción de la nueva catedral en 1576, la fisonomía de la plaza cambió. La antigua iglesia estaba dirigida hacia al oriente y no a la propia Plaza. La nueva catedral, concluida hacia 1657 y de tres naves, alzaba hacia el sur sobre la plaza y que dan al área una orientación norte-sur, que existe hasta nuestros días. En gran parte del siglo XVII, la plaza se llenó de comerciantes. Después de que una turba incendió el palacio virreinal en el motín de 1692, la plaza se despejó por completo para dar paso al Mercado del Parián, un conjunto de tiendas ubicadas en la esquina suroeste de la plaza utilizados para el almacén y venta de productos traídos por los galeones de Europa y Asia. Este fue inaugurado en 1703. Sin embargo, esto no impidió que el resto de la Plaza se llenara de nuevo con puestos improvisados como el grupo conocido como "San José", ubicado al lado de la misma Parián. Esto hizo que el historiador Francisco Sedano comentara que era fea y antiestética, además de difícil de caminar por su pavimento irregular de barro en la temporada de lluvias, los perros agresivos de la calle, montones de basura por los comercios y excrementos humanos, entre otros desperdicios. Reformas de 1790​ Con la llegada del nuevo virrey Juan Vicente de Güemes, Conde de Revilla Gigedo, y por la proclamación de Carlos IV en diciembre de 1789, se realizaron reformas en toda la plaza: la repavimentación y renivelación del espacio y la Acequia Real fue cubierta con bloques de piedra; también se instaló una fuente en cada esquina. Durante estos trabajos fueron halladas la Piedra del Sol y una escultura de la diosa Coatlicue. La piedra fue puesta en exhibición en el lado oeste de la Catedral, donde permaneció hasta 1890, cuando fue trasladada al antiguo Museo Arqueológico de la calle Moneda. Los antiguos comerciantes de la plaza se trasladaron a un nuevo edificio llamado el Mercado de Volador, ubicado al sureste de la plaza, donde se encuentra actualmente la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La plaza se convirtió en un espacio público con 64 lámparas; La Catedral fue separada de la plaza con una reja de hierro, fueron colocadas 124 bancas de piedra y se delimitó el perímetro con postes de hierro unidos por una cadena del mismo material. La característica principal de la plaza fue la colocación de una estatua ecuestre de Carlos IV realizada por Manuel Tolsá, la cual se colocó en la esquina sudeste en una base de madera dorada, que se inauguró en diciembre de 1803. Sin embargo, cuando el monumento fue terminado por completo, la base de madera fue sustituida por una piedra ovalada que media 113 metros por 95.5 metros, con su balaustrada propios y fuentes en las esquinas creado por José del Mazo. Este fue el telón de fondo, cuando el virrey Félix María Calleja, otras autoridades y el pueblo reunido juraron lealtad a la Constitución de Cádiz, y la lealtad a la Corona española el 22 de mayo de 1813 en respuesta al inicio de la posterior Independencia de México. Este evento también resultó en el cambio de nombre de la plaza como "Plaza de la Constitución". Los últimos cambios a la plaza antes de la independencia fueron realizados por Manuel Tolsá al colocar la Cruz de Mañozca en la esquina sureste y colocar otra cruz, similar, al noroeste. Ambos se establecieron en un pedestal neoclásico de piedra. México independiente​ El 27 de septiembre de 1821, la división de Vicente Filisola salió de Chapultepec para reunirse con el grueso de las tropas del Ejército Trigarante en Tacuba. A las diez de la mañana, el jefe máximo encabezó el desfile de entrada a la capital, avanzando por el Paseo Nuevo hasta la avenida Corpus Christi, en donde se detuvo en la esquina del convento de San Francisco bajo un arco triunfal. El alcalde decano José Ignacio Ormachea le entregó las llaves de la ciudad. Desfilaron 16 134 efectivos, de los cuales 7 416 eran infantes, 7 955 dragones de caballería, y 763 artilleros, quienes transportaban 68 cañones de diferentes calibres.3​ Entre sus principales oficiales se encontraban Agustín de Iturbide, Vicente Guerrero, Domingo Estanislao Luaces, Pedro Celestino Negrete, Melchor Álvarez, Epitacio Sánchez, José Morán, Nicolás Bravo, Anastasio Bustamante, José Joaquín Parrés, José Antonio de Echávarri, José Joaquín de Herrera, Luis Quintanar, Miguel Barragán, Vicente Filisola, José Antonio Andrade, Felipe de la Garza, Manuel de Iruela, Antonio López de Santa Anna, Gaspar López, Mariano Laris, y Juan Zenón Fernández.4​ Una vez terminado el desfile, en la Catedral de México se celebró una misa en la cual se entonó el Te Deum, después Iturbide dirigió un discurso a la población.5​ Este acto simbólico en la Plaza dio por concluida la guerra de independencia. Tras la Independencia, el monumento a Carlos IV fue desmontado y retirado de la Plaza, fue trasladado al claustro de la Universidad, cercano a la Plaza del Volador; esto la dejó al desnudo, a diferencia de la Plaza del Parián. El 4 y 5 de diciembre de 1826, Lorenzo de Zavala y el general José María Lobato dirigieron un grupo de soldados, artesanos y "pelados" atacando a los Parián. Robaron y quemaron al grito de "¡Muerte a los gachupines!" "¡Viva Lobato y aquellos con furia!"; un grupo de comerciantes murieron y la mayoría de los negocios fueron arrasados. Para el año de 1842, Antonio López de Santa Anna, entonces presidente provisional, expide un bando mediante el cual se ordena la demolición del Mercado Parían, entre otras razones por considerar que: «...la deformidad del edificio llamado Parián, situado en la plaza principal de esta capital, que tanto por su ninguna arquitectura, cuanto por su mal calculada posición, impide y afea del todo la belleza y sorprendente vista que debe presentar dicha plaza principal ...»" Esto dejó al descubierto la Plaza de nuevo, a excepción de algunos fresnos y jardines de flores que fueron plantados y están protegidos por las fronteras de piedra. Santa Anna quería construir un monumento a la Independencia de México en el centro de la Plaza, pero debido a la inestabilidad del país, el proyecto encargado a Lorenzo de Hidalga solo concluyó la base (zócalo), que se quedó allí durante décadas y esto entregó a la plaza su nombre común y de uso popular actual. Se mantuvo así hasta 1866, cuando el Paseo (ruta) del Zócalo fue creado en respuesta a la cantidad de personas que utilizaban la plaza para dar paseos. Un jardín con senderos se creó y fuentes fueron colocadas en cada esquina, 72 bancos de hierro se instalaron y la zona estaba iluminada por lámparas de gas de hidrógeno. La base de Santa Anna, sin embargo, no se eliminó. El 14 de septiembre de 1847, en el marco de la invasión de Estados Unidos y al término de las batallas de la garita de Belén y la de San Cosme, el ejército estadounidense finalmente se apostó en el Plaza principal de la capital, donde el sargento Benjamin S. Roberts bajó el lábaro mexicano e izó el de las barras y las estrellas. El 16 de septiembre el ejército estadounidense organizó un desfile militar por la Alameda y la calle de Plateros. Muchos de los civiles lanzaron piedras e insultos al ejército invasor. Recién llegado en 1864, el emperador Maximiliano retomó el proyecto del monumento a los Héroes de la Independencia que Santa Anna, había dejado inconcluso y para ello le encargó a Ramón Rodríguez Arangoity la remodelación integral del Zócalo, obra en la que el elemento principal lo constituía la columna monumental del proyecto original del arquitecto De la Hidalga. La columna estaría rodeada con esculturas de los héroes de la Independencia y coronada con una gran figura alada. Maximiliano propuso después como remate un águila imperial, rompiendo una cadena y remontando el vuelo. Ante la ausencia de Maximiliano el 16 de septiembre de 1864, tuvo a bien encargar a la emperatriz Carlota para que en su nombre diera inicio oficial a la construcción del monumento. Ella se dirigió al centro del zócalo, en que se había colocado una vistosa tienda, para colocar la primera piedra del monumento, aunque dicha obra volvería a quedar inconclusa, tras la caída del imperio y el fusilamiento de Maximiliano en 1867. En 1878, Antonio Escandón donó un kiosco a la ciudad, en la parte superior de la base de Santa Anna. Estaba iluminado con cuatro candelabros de hierro grande y diseñado similar a uno en el Bois de Boulogne en París; dicha construcción desapareció en el siglo XX. Poco después, la compañía Ferrocarriles del Distrito Federal convirtió parte del Zócalo en una estación de tranvía con taquilla de boletos y un andén. Los tranvías y la iluminación se transformaron a energía eléctrica en 1894, y las calles del Zócalo fueron pavimentadas con asfalto en 1891. Desde la segunda mitad del siglo XIX hasta principios del siglo XX, el Zócalo volvió a llenarse de puestos de mercado, incluyendo el "Centro Mercantil", que vendía tela, ropa y moda Art Nouveau. Siglo XX​ En 1910 el Zócalo fue el escenario principal de los festejos del Centenario de la Independencia Mexicana, momento culminante del proceso de embellecimiento que había vivido como plaza principal a lo largo del Porfiriato. Durante la Decena Trágica, en el marco de la Revolución mexicana, el Palacio Nacional fue bombardeado desde un fuerte militar cercano, dañando también al Zócalo, mismo que fue escenario de distintos enfrentamientos en ese periodo. En 1914, los fresnos plantados en el siglo anterior (que habían crecido considerablemente) fueron sacados, se trazaron senderos nuevos, se delinearon áreas verdes, el espacio del jardín fue creado y fueron plantadas palmeras en cada esquina de la plaza. Ese mismo año el 6 de diciembre, habría de presenciar la llegada de las tropas villistas y zapatistas que ocuparon el Palacio Nacional. El 23 de marzo de 1938, de forma espontánea, se reunieron aproximadamente cien mil personas de todas las clases sociales en una enorme manifestación de respaldo a la expropiación petrolera. En 1958 la plaza adquirió su austero aspecto actual,7​ donde solamente se conservaron los arbotantes y el asta de la bandera. Por primera vez en cuatrocientos años, la plaza adquirió un aspecto despejado. El Zócalo fue el punto de partida del maratón de los Juegos Olímpicos de 1968. Pero la plaza se deterioró hasta que, en la década de 1970, lo único que quedaba eran los postes de luz y un mástil grande en el medio. Entonces el suelo se niveló de nuevo, las vías del tren fueron retiradas, y se colocó la plancha de cemento actual. Además, el estacionamiento de automóviles fue prohibido y la forma de la plaza era cuadrado de 200 metros a cada lado. Más tarde, en la década de 1970, el Zócalo estaba pavimentado con adoquines de color rosa, se plantaron pequeños árboles protegidos por rejas de metal, y se sembraron pequeñas áreas de pastos alrededor del asta bandera. Una de las principales aportaciones del movimiento estudiantil de 1968 (tratado con detalle más adelante), sería el inicio de las masivas protestas y manifestaciones ciudadanas que, desfilando por las principales calles de la Ciudad de México, hallaron como punto de reunión final el Zócalo. Si bien es cierto, desde mucho tiempo atrás se presentaban manifestaciones de descontento en la plaza, estas eran básicamente sectoriales, es decir de obreros, campesinos u opositores que normalmente terminaban en represión; ahora el nuevo paradigma marcaba numerosas concentraciones con integrantes más diversos y que en contadas ocasiones (después de 1968) concluyeron en violentos desalojos. Sindicatos independientes y oficiales, organizaciones campesinas y populares, miembros de partidos políticos opositores tanto de izquierda como de derecha y cierres de campañas presidenciales fueron parte de las constantes manifestaciones en el Zócalo después de 1968. Catorce años después, contraviniendo las instrucciones del regente, una multitud encabezada por Arnoldo Martínez Verdugo, reabrió la plaza ondeando miles de banderas rojas en un Zócalo lleno. Ante la tragedia del terremoto del 19 de septiembre de 1985, el Zócalo fue espacio de reunión espontánea, refugio y centro de acopio y distribución de alimentos, ropa y medicinas. Ahí, como en muchos otros puntos de la ciudad, nació una organización ciudadana espontánea y sin precedentes que además utilizó de manera extensa y activa el espacio público. Los estudiantes reabrirían el Zócalo hasta 1987, en el primer movimiento estudiantil que se alzó con una victoria contras las reformas neoliberales en la educación, esto en el marco de la Huelga en la UNAM. Las más relevantes de las concentraciones serían en apoyo al candidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas y las denuncias por un posible fraude electoral en las elecciones presidenciales de 1988. El 12 de enero de 1994 un Zócalo lleno detuvo la guerra en Chiapas; en 1997 de forma espontánea celebró el triunfo democrático después de décadas sin gobierno electo en la Ciudad de México; y hasta 1999 entró al Zócalo, por primera vez, la Marcha del orgullo gay. Fue escenario de la fiesta por la llegada del año 2000, dónde el Tenor mexicano Fernando de la Mora dio la bienvenida al cambio de milenio cantando las mañanitas, acompañado con la música de 200 mariachis justo debajo del asta bandera. Movimiento estudiantil de 1968 Durante el movimiento estudiantil de 1968 el Zócalo fue sitio de manifestaciones multitudinarias convocadas por vez primera en muchas décadas por un movimiento social opositor al gobierno.9​10​ El 13 de agosto de 1968 ocurrió la primera, que convocó a entre 250 y 300 mil personas. La multitud coreaba durante ese hecho que el entonces presidente saliera al balcón a un diálogo público. SAL AL BALCÓN, HOCICÓN - SAL AL BALCÓN, HOCICÓN - SAL AL BALCÓN, HOCICÓN - SAL AL BALCÓN, BOCÓN Consigna que coreaba la multitud el 13 de septiembre de 1968, citada en Poniatowska, Elena. La noche de Tlatelolco.10​ Pero fue el 27 de septiembre, al cumplirse un mes del movimiento, cuando se concentró una mayor cantidad de personas, cerca de 400 mil.11​ A las cinco de la tarde la marcha salió del Museo de Antropología hacia la plaza, en donde ya había 15 mil personas esperando.11​ A las 18:50 los estudiantes subieron hasta el campanario de la Catedral Metropolitana con el permiso del sacerdote Jesús López y repicaron las campanas.11​10​ A las 19:20 un grupo más de manifestantes bajaron la bandera nacional de México del asta bandera y en su lugar izaron una bandera rojinegra de huelga,11​10​ lo cual fue considerado por el gobierno como una provocación.11​ El líder estudiantil Sócrates Campos Lemus dijo a la multitud que, debido a que el gobierno no había dado respuesta a un diálogo público convocado por el movimiento días antes, brigadas estudiantiles permanecerían en el Zócalo. Luego de cantar el Himno Nacional, los estudiantes comenzaron a colocar casas de campaña y a encender antorchas.11​ Para las 1:20 horas del 28 de septiembre luego de un exhorto, el Ejército arribó hasta el Zócalo con los batallones 43o. y el 44o. de Infantería y el 1º de Fusileros Paracaidistas, así como 12 carros blindados de guardias presidenciales y 200 patrullas de la policía del DF.11​ Durante la noche fue izada otra bandera rojinegra distinta a la que habían colocado los estudiantes.11​10​ En las primeras horas de la mañana, el gobierno convocó a un "acto de desagravio a la bandera", en el que participaron decenas de servidores públicos, algunos de los cuales gritaron "no vamos, nos llevan".11​10​ A las 13:25 funcionarios del Departamento del Distrito Federal arriaron la bandera rojinegra y en su lugar colocaron la bandera mexicana. El mecanismo que permitía izarla falló, por lo que quedó a media asta y fue necesario que un camión de bomberos completara la acción rodeado por policías del Cuerpo de Granaderos.12​ Luego de una última advertencia, iniciaron los enfrentamientos entre manifestantes y militares, quienes mostraban bayonetas en sus fusiles para la acción. Cerca de las cuatro de la tarde lograron dispersar a casi todos los manifestantes extendiéndose la persecución y los enfrentamientos hacia las calles aledañas, contando 35 heridos por las refriegas.12​ A las 22:57 horas, el Ejército tuvo el control completo de la plaza. Siglo XXI​ En el marco de la serie de eventos que antecedieron las elecciones presidenciales de 2006 y la crisis política derivada de las acusaciones de posible fraude electoral, el Zócalo fue el asiduo centro de reunión de los simpatizantes del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México y posterior candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador. Las concentraciones acontecidas con motivo del respaldo a este personaje en el periodo 2005-2006 estuvieron precedidas por varias de las marchas más multitudinarias de la historia de México. Las más sobresalientes fueron la denominada marcha del silencio el 24 de abril de 2005, que protestó en rechazo al proceso de desafuero iniciado contra López Obrador, las manifestaciones de denuncia ante un posible fraude electoral, que se sucedieron en los meses de julio, agosto y septiembre, las cuales terminaron con el denominado plantón de Paseo de la Reforma a partir del 30 de julio, y en el que el zócalo fue la base de los organizadores de la manifestación, permaneciendo tomada la plaza hasta el 15 de septiembre. También sería el punto de reunión para la conformación de la llamada Convención Nacional Democrática y el Gobierno Legítimo. Su uso por parte de los simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador se ha extendido a lo largo de los últimos años, como lo fue para las concentraciones que protestaron contra la reforma energética de 2008, que convocaron a la creación del Movimiento de Regeneración Nacional en 2011, para los actos de cierre de campaña de 2012, así como para las celebraciones y discursos con motivo de su triunfo en las elecciones presidenciales del 1 de julio de 2018, y su toma de posesión el 1 de diciembre del mismo año.13​14​15​16​ En los últimos años, más allá de los organizadores o posturas de pensamiento planteadas, las marchas ciudadanas han rebasado intereses políticos; las más representativas fueron la Marcha blanca del 27 de junio de 2004 en rechazo a la inseguridad vivida en la ciudad y el país; la denominada marcha iluminemos México del 30 de agosto de 2008 que protestó por los altos índices violencia y criminalidad que se extendían por el país a raíz de la guerra contra el narcotráfico. Otras destacadas han sido las manifestaciones por la paz con justicia y dignidad del 8 de mayo de 2011; contra la candidatura presidencial de Enrique Peña Nieto impulsada por el movimiento Soy132 el 23 de mayo de 2012; las movilizaciones por la desaparición forzada de Ayotzinapa en diciembre de 2014; y el plantón de la CNTE contra la reforma educativa en 2013. Entre 17 y 18 de septiembre de 2013, ocupó el espacio para un gran centro de acopio por el huracán Manuel. En 2010, una réplica de la Ángel de la Independencia fue llevada al Zócalo por las fiestas del Bicentenario de la Independencia Mexicana y el Centenario de la Revolución Mexicana. A partir de ahí se convirtió en el principal escenario de los festejos que iniciaron el 15 de septiembre. Cerca de las 22:00 h arribo el Desfile del Bicentenario al Zócalo, y cerca de las 22:30 se realizó la presentación de la coreografía masiva “México Unido”, los espectáculos de El Árbol de la Vida, El Coloso, Vuela México y el Concierto de Flamas en el Palacio Nacional. Alrededor de las 23:00 h se llevó a cabo el tradicional Grito de Independencia, por parte del presidente Felipe Calderón Hinojosa. Acto seguido de juegos pirotécnicos en el Zócalo y un juego de luces en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.18​ El 29 de marzo de 2017 se iniciaron trabajos de remodelación en la plancha de la plaza, la primera a gran escala que se realiza desde la década de 1960; la plaza fue ampliada en un 10% y mejorada para favorecer al peatón, así como el montaje seguro, que no dañe la plancha, de estructuras para distintos eventos. La obra se llevó a cabo del 29 de marzo al 26 de agosto, se agregaron 2,000 m² a la superficie total, un carril vehicular se eliminó, se habilitaron ocho cruceros seguros con mayor flujo peatonal, se colocó concreto hidráulico arquitectónico en placas de dos por dos metros para una vista tipo mosaico, se instaló un sistema de anclaje con puntos de izaje específicos y discretos para cuidar la imagen del sitio y evitar futuros daños por montaje de escenarios o carpas, personal del INAH acompañó cada labor para avalar la protección del patrimonio histórico, al inicio se realizaron cinco calas (excavaciones de 50 centímetros) junto con personal del INAH para asegurar que no se causaran afectaciones al patrimonio. Celebraciones y concentraciones masivas​ Ceremonia del Grito de Dolores​ En el año de 1845, el presidente Antonio López de Santa Anna instauró oficialmente la Ceremonia del Grito para recordar al cura Hidalgo y a los héroes que lucharon por la independencia. Estableciendo que se realizara esta cada 15 de septiembre a las 23:00 horas. También es importante mencionar que aunque El Grito de Independencia tuvo lugar hasta la madrugada del 16 de septiembre, y como lo describe Artemio del Valle Arizpe en su libro El Palacio Nacional de México, Santa Anna estableció que la conmemoración tuviera lugar la noche del 15 de septiembre para evitar la fatiga de despertarse a horas tempranas para festejar el acontecimiento. Desfile militar del 16 de septiembre en el Zócalo de la Ciudad de México El 27 de septiembre de 1821, el ejército trigarante, con Agustín de Iturbide a la cabeza, entró a la Ciudad de México y con esto la justa independentista llegó a su fin. Este episodio dio origen al desfile militar con el que se conmemoran las fiestas patrias. La ruta del desfile – por Paseo de la Reforma hasta Palacio Nacional – fue la que siguió el mencionado ejército cuando entró a la capital del país. En 1825 fue la primera ocasión en que el 16 de septiembre tomó forma de fiesta nacional. Las autoridades de la Ciudad de México publicaron un bando en el que se pidió a los ciudadanos iluminar sus casas, ventanas y balcones con cortinas, flámulas y gallardetes. El presidente de la República, Guadalupe Victoria, recibió felicitaciones de diplomáticos y corporaciones eclesiásticas y civiles. Después se efectuó un desfile que llegó a Palacio Nacional. En 1915, Venustiano Carranza creó el Arma de Aviación Militar, esta arma desfiló por primera vez en una parada militar el 16 de septiembre de 1917, y es el antecedente histórico de la participación de la Fuerza Aérea Mexicana en los desfiles militares. Álvaro Obregón festejó el 16 de septiembre con una ceremonia en el campo militar de Balbuena cambió el desfile militar para el 27 de septiembre de 1921, para celebrar el centenario de la consumación de la Independencia. En 1930, participaron más de 25 mil efectivos, hubo parada aérea, lo que significó la participación de la Fuerza Aérea Mexicana. En 1931 y 1934, el desfile tradicional se convirtió en una ceremonia dónde el secretario de Guerra y Marina condecoró a las banderas históricas de México. En 1935, el presidente Lázaro Cárdenas ordenó que se volvieran a realizar los desfiles militares el 16 septiembre de manera ininterrumpida, hasta convertirse en una tradición en México.21​22​23​ Desfile deportivo del 20 de noviembre​ El 20 de noviembre de 1930 se realizó por primera vez, aunque de manera informal, un desfile cívico deportivo por las calles de la Ciudad de México para conmemorar el aniversario de la Revolución mexicana. En 1936 fue oficializado el evento tras ser decretada la festividad por el Senado de la República. Es a partir de 1941 que contó con la presencia en el balcón de central de Palacio Nacional, del presidente de la República, que en ese momento era Manuel Ávila Camacho. Además de los elementos del ejército y dependencias federales que desfilaban en atuendo deportivos y realizando demostraciones atléticas o tablas rítmicas, durante el festejo participaban deportistas amateurs y profesionales que hubieran tenido alguna destacada actuación en el extranjero, como era el caso de los medallistas olímpicos o alguno de los representativos nacionales de deportes como fútbol, béisbol, frontenis, etc. Dadas las tensiones vividas por la crisis política del 2006, el entonces presidente Vicente Fox canceló el desfile; reinstaurado durante el sexenio de Felipe Calderón, dejó de celebrarse definitivamente desde 2012. Desfile del Día del Trabajo​ Aunque desde 1913 se llevaban a cabo algunas manifestaciones simbólicas para conmemorar el día del trabajo en el Zócalo, fue hasta su oficialización en 1922 que participaron de manera formal organizaciones obreras como la CGT y la CROM. En 1925 se coordina un festejo organizado por las principales agrupaciones sindicales, en el que participa como espectador desde el balcón central de Palacio Nacional el entonces presidente Plutarco Elías Calles. La mecánica del evento consistía en una especie de salutación al presidente de la república, acompañando los pasos con cánticos y consignas del movimiento obrero; desfilaban ante él todos los sindicatos oficiales, organizaciones campesinas y populares, y cerraban el desfile los llamados sindicatos independientes. La consolidación de la Confederación de Trabajadores de México en la década de 1940 y su líder Fidel Velázquez, llevó a su organización a ser la principal participante, y a él, un permanente acompañante del presidente en turno en el balcón central. El desfile oficial que contaba con la participación del presidente fue cancelado definitivamente en 1995.25​26​ El Zócalo y el presidencialismo mexicano​ Con la transformación de la figura presidencial en el eje de la vida política del país a partir de la década de 1920, los símbolos del poder de esta (la silla y banda presidencial; los Pinos, etc.) se convirtieron en actores de los rituales que daban significado e imagen al ejercicio del poder. Desde luego el Zócalo, por contener el Palacio Nacional, fue parte de estos elementos simbólicos, especialmente porque era importante en ceremonias como la toma de posesión, donde el presidente, luego del desfile multitudinario que lo trasladaba desde la sede del Congreso, tenía un recibimiento festivo en el Zócalo y hacia su entrada a Palacio Nacional; lugar donde realizaba sus primeros actos como jefe del ejecutivo, en algunas ocasiones incluyendo un saludo desde el Balcón central a la multitud. En la ceremonia del informe presidencial, el mandatario asistía a Palacio para colocarse la banda presidencial e iniciar el recorrido a la sede del congreso, todo ello en el marco de un desfile multitudinario. En tanto que el Balcón central se convirtió en la tribuna de honor desde donde el Comandante supremo encabezaba los desfiles conmemorativos del 1 de mayo, 16 de septiembre y 20 de noviembre. La última concentración popular en la plaza para celebrar una asunción al poder de un presidente había ocurrido con motivo de la toma de posesión de Vicente Fox el 1 de diciembre de 2000. Volvería a realizarse una con motivo de la investidura de Andrés Manuel López Obrador el 1 de diciembre de 2018, como cierre de los eventos relacionados a su toma de protesta, se llevó a cabo un evento de respaldo popular y festival artístico, en el que representantes de 68 grupos indígenas le entregaron de manera simbólica el denominado bastón de mando, un acto inédito en la relación de las autoridades nativas y la presidencia de la república; para concluir el evento dio un discurso ante 150 mil asistentes. Además de ser el punto de encuentro en manifestaciones de apoyo popular al primer mandatario, como ocurría en la mencionada toma de posesión o en alguna de las múltiples demostraciones de lealtad de organizaciones campesinas, obreras y populares afiliadas al partido oficial PRI. Tal como ocurrió el 23 de marzo de 1938 para apoyar la expropiación petrolera realizada por Lázaro Cárdenas, hecha cinco días antes; el 15 de septiembre de 1942 para alentar y defender la política de Unidad Nacional de Manuel Ávila Camacho en el marco de la participación de México en la segunda guerra mundial, evento en el que estuvo acompañado por seis de los ocho expresidentes vivos de ese momento: Adolfo de la Huerta, Plutarco Elías Calles, Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio, Abelardo L. Rodríguez y Lázaro Cárdenas (no estuvieron presentes Pedro Lascurain y Roque González Garza); y el 3 de septiembre de 1982 para respaldar la nacionalización de la banca por parte de José López Portillo.29​30​31​32​ Conciertos​ * Juan Gabriel con 350,000 asistentes el 1 de enero del 2000, este es el récord de mayor asistencia al zócalo * Café Tacuba con 170,000 asistentes el 5 de junio de 2005 * Shakira con 210,000 asistentes el 27 de mayo de 2010 * Vicente Fernández con 217,000 asistentes el 14 de febrero de 2009 * Paul McCartney canto el 10 de mayo de 2012 ante 200,000 asistentes * Justin Bieber que cantó ante 210,000 personas. * OV7 se despide en abril de 2003 con 175,000 asistentes * Roger Waters da un espectáculo el 1 de octubre del 2016 ante más de 200,000 personas. * Concierto Estamos Unidos Mexicanos el 8 de octubre de 2017 con 170,000 espectadores; en conmemoración y apoyo a los damnificados por los sismos del 7 y el 19 de septiembre. * Caifanes con 120,000 asistentes el 10 de noviembre de 2017 como parte de la Semana de las Juventudes 2017​ Ceremonias de honores e izamiento de la bandera monumental​ * Izamiento de la bandera monumental en la Plaza de la Constitución. * Arriaje de bandera monumental en la Plaza de la Constitución.24 de febrero (Día de la Bandera Mexicana). * 15 y 16 de septiembre (Aniversario de la Independencia de México). * 20 de noviembre (Aniversario de la Revolución mexicana). * 14 de febrero. Muerte de Vicente Guerrero * 22 de febrero. Muerte de Francisco I. Madero * 28 de febrero. Muerte de Cuauhtémoc * 10 de abril. Muerte de Emiliano Zapata * 21 de mayo. Muerte de Venustiano Carranza * 17 de julio. Muerte de Álvaro Obregón * 18 de julio. Muerte de Benito Juárez * 30 de julio. Muerte de Miguel Hidalgo y Costilla * 19 de septiembre. Muerte de 45.000 personas en el terremoto de 1985, de una magnitud de 8.5 grados en la Escala de Richter * 2 de octubre. Aniversario de los caídos en la lucha por la democracia de la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, en 1968. * 7 de octubre. Conmemoración del sacrificio del senador Belisario Domínguez, en 1913. * 22 de diciembre. Aniversario de la muerte de José María Morelos, en 1815. Referencias en la cultura​ Cine​ * En la trama de la película Río Escondido (1947) de Emilio Fernández, María Félix escucha la voz aparente de la Campana de Dolores en el Palacio Nacional. * Una toma nocturna de la plaza aparece en Salón México (1948) de Emilio Fernández. * Al final de la secuencia de introducción de Spectre (película), James Bond lucha contra un agente de SPECTRE llamado Marco Sciarra en un helicóptero sobre la Plaza.
Es la sede del Poder Ejecutivo Federal de México. Ubicado al oriente de la Plaza de la Constitución en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en la Demarcación Cuauhtémoc, está construido sobre un área de 40 000 m2. Al formar parte del mencionado conjunto arquitectónico en esa área de la ciudad, es en consecuencia Patrimonio de la humanidad desde 1987. Su construcción se inició en 1522, como segunda residencia privada de Hernán Cortés, encima de una parte del palacio del huey tlatoani Moctezuma Xocoyotzin. Luego fue adquirido por la corona y destinado como sede de los Virreyes de la Nueva España, y de la mayoría de las instituciones coloniales. Durante aquel periodo sufrió un gran incendio y fue semidemolido en 1692, posteriormente fue reconstruido por las autoridades virreinales. Consumada la Independencia de México, fue sede de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial de los diferentes regímenes republicanos y monárquicos del país durante la mayor parte del siglo XIX; incluso fue residencia personal de todos los gobernantes entre 1822 y 1884; a partir de ahí, permaneció como oficina presidencial hasta 1968, recuperando parcialmente dicha función en 2012, y de manera completa en 2018. Además a partir de julio de 2019 volvió a ser residencia del presidente de la república. Sin embargo ha sido permanentemente escenario de actos oficiales, protocolarios y cívicos de la Presidencia de la República, tales como la recepción de Jefes de Estado y de gobiernos extranjeros, entrega de cartas credenciales del cuerpo diplomático y las ceremonias festivas del Grito de Dolores (15 de septiembre) y del inicio de la Independencia (16 de septiembre). Por casi quinientos años esta construcción ha tenido un gran número de ampliaciones y modificaciones en las que han quedado plasmadas las huellas de los distintos gobiernos que ha tenido el país durante el periodo colonial, así como durante su vida como nación independiente. En su construcción se pueden encontrar elementos neoclásicos, barrocos y neocoloniales, siendo el aspecto que hoy tiene el edificio en su exterior resultado de su última ampliación, acontecida durante la segunda década del siglo XX cuando fue añadido el tercer nivel. Alberga un valioso patrimonio histórico-artístico, destacando el conjunto de murales de Diego Rivera. Historia​ Siglo XVI​ Durante la Conquista de México de 1519 a 1520, las fuerzas de Hernán Cortés pusieron sitio a Tenochtitlan y en su avance destruyeron la mayor parte de la ciudad. Derrotados los tenochcas, Hernán Cortés se apropió de ella, junto con el Palacio de Axayacatl o Casas Viejas de Moctezuma, donde se hospedó durante la primera etapa de la Conquista, y en enero de 1522 comenzó la reconstrucción de la ciudad de México-Tenochtitlan, lo que ahora se conoce como el Centro Histórico de la Ciudad de México.1​ La nueva ciudad reconstruida se hizo habitable a partir de 1524, bajo una nueva traza de corte europeo, la cual incluía una plaza central y casas para los conquistadores indígenas y españoles. Las de estos últimos, con una marcada forma de fortaleza. Hernán Cortés como principal conquistador toma el predio del Palacio de Axayacatl ubicado en el lugar que hoy ocupa la casa matriz del Nacional Monte de Piedad y que para la época se encontraba dando frente a la plaza del Empedradillo y a la antigua construcción de la Catedral, en este estableció su primera residencia en la ciudad, por lo que se le conoció como Casas Viejas de Cortés. Más tarde, la Real Audiencia y el primer virrey Antonio de Mendoza la tomaron como casa de gobierno. Cortés, al verse impedido de utilizar su residencia utilizada por el gobierno novohispano, inició la construcción de un nuevo palacio para su uso personal en los terrenos que antes habían ocupado las Casas Nuevas de Moctezuma; residencia que conformó parte de su Marquesado del Valle de Oaxaca, ratificado por cédula real del emperador Carlos V en 1529. El propio Cortés, ayudado por Luis de la Torre y Juan Rodríguez de Salas, se encargó de hacer la traza del edificio, en el predio que ocupaban las Casas nuevas de Moctezuma y una parte donde estuvo el templo de Tezcatlipoca. En 1528 ya podían verse los muros de la planta baja y empezaban a levantarse las habitaciones, columnas y arcos de los patios, todo en cantera labrada. Debido a la lentitud de las obras, Cortés solo habitó por un breve lapso su palacio. Para la construcción usó la mano de obra y materiales que tenía en su marquesado, sobre todo de los pueblos dependientes de Coyoacán, como Tacubaya (para piedras y arena), Cuajimalpa (para madera), etc. En los años inmediatos a la conquista, la Plaza Mayor de la ciudad de México mostraba en su lado oriental la nueva gran propiedad de Hernán Cortés; hacia el sur, las construcciones que albergaban las casas del Cabildo, la cárcel del ayuntamiento y la carnicería; hacia el poniente se levantaban las Casas Viejas de Cortés, rentadas para albergar a la Real Audiencia y al virrey. En el lado norte se encontraba un modesto nuevo templo religioso y las ruinas del Templo Mayor mexica que con el tiempo dejarían su lugar a la catedral. La construcción del palacio culminó en 1550, entre encendidas disputas legales del conquistador y sus herederos con las autoridades enviadas por el rey de España. A la muerte de Cortés en 1547, la obra constaba de tres patios arcados y dos pisos, así como de una extensa huerta en el área que luego sería la Plaza del Volador y que hoy ocupa el edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Al crecer la burocracia del gobierno virreinal, se hizo necesario contar con una sede propia para albergar las instituciones de la Nueva España y con el fin de dejar de pagarle renta a Cortés y a sus herederos. Tras 41 años de litigios sobre rentas y prerrogativas de los Cortés es como el 19 de enero de 1562, el segundo virrey Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón y Martín Cortés, hijo del conquistador, acuerdan la venta del palacio ubicado al costado oriente de la Plaza Mayor de la ciudad, en 264 mil reales (equivalente a 33 mil pesos de aquella época), por lo que devuelven a la familia de Cortes el palacio frente a la catedral. De inmediato fueron trasladadas ahí algunas dependencias virreinales, para lo cual el virrey Luis de Velasco encargo al arquitecto Claudio Arciniega reparar y adaptar las habitaciones de la Casa Real de los Virreyes. Ocho meses después, las Casas Nuevas de Cortés se convierten en la sede del poder virreinal, que por lo mismo reciben desde entonces el nombre de Palacio Virreinal. La construcción de ese entonces se trataba de una maciza fortaleza con troneras en las esquinas, para los cañones y aspilleras en el suelo, para la fusilería; tenía 19 ventanas a lo largo del segundo cuerpo y al centro, sobre el petril, un reloj y una campana.3​ Colindaba al norte con una especie de plaza, la cual terminaba en la actual calle de Moneda que tenía un canal y daba frente al palacio del Arzobispado, al oriente con otro terreno baldío que debió de servir como patio, huerta y ruta de escape para las Ataranzas (puerto de las embarcaciones que navegaban rumbo a Texcoco), al sur con la acequia Real (actualmente la calle de Corregidora), que cruzándola contaba con un terreno en el cual se ponía un mercado que después se conocería como la Plaza del Volador, y al poniente con la Plaza Mayor y el mercado del Parian. El edificio fue adaptado en 1563 para albergar al gobierno, siendo el segundo virrey Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón el primero en residir en él, dentro del piso superior del palacio, junto con la Real Audiencia, mientras tenía abajo la cárcel de la Corte Real (la cual fue quemada en 1659) y una serie de bodegas donde los comerciantes podían ser vigilados. Siglo XVII​ Con el paso de los años se construyeron nuevos edificios en el costado sur oriental, construcciones que no alteraron el extenso jardín ni las huertas que tenía. Hacia finales del siglo, el entonces llamado Palacio de los Virreyes, concebido para la defensa, tenía el aspecto de una fortaleza, con dos torres en las esquinas protegidas por artillería, con pocas ventanas y con troneras para la fusilería". Este palacio era mucho más pequeño que el actual, con solo dos patios y dos alturas; tenía solo tres puertas, dos daban a la Plaza Mayor y una a la calle de las huertas. Durante el gobierno del virrey fray García Guerra, entre los años 1611 y 1612, se construyó una plaza de toros, en la parte oriental del palacio, que resultó destruida por un terremoto. En este siglo el Palacio Virreinal consolidó su imagen como símbolo del poder político. Puertas adentro el virrey y su corte vivían al modo aristocrático de las casas reales europeas, con sus distintas reuniones y festividades, la élite novohispana exhibía su abundancia y preeminencia social. El 15 de enero de 1624 una revuelta de indígenas, mulatos y mestizos incitados por religiosos y encabezados por el arzobispo Juan Pérez de la Serna, irrumpieron en el palacio al grito de consignas contra el gobierno y el virrey Diego Carrillo de Mendoza y Pimentel (quien logró escapar disfrazado como uno de los rebeldes) al tiempo que el edificio era dañado y saqueado. El siguiente virrey, Rodrigo Pacheco y Osorio, ordenó la reparación de los daños y embellecimiento del edificio. Las obras estuvieron a cargo del arquitecto Juan Gómez de Trasmonte, quien a partir de 1628 construyó un conjunto de habitaciones para el virrey y doce balcones con barandales de hierro que daban a la Plaza Mayor. De esos años data la ampliación definitiva de la fachada principal; el aspecto de esta, en aquellos días, consistía en unos portales con arcos de cantera que enmarcaban tres puertas. Al centro de ella había un remate coronado con almenas que mostraba un reloj. Contaba dos niveles y cuatro patios, además de dos puertas laterales en las fachadas sur y norte. El 8 de junio de 1692, una terrible hambruna propició el motín de unos ocho mil indígenas en la Ciudad de México, que se reunieron en la Plaza Mayor para exigir comida. El virrey Gaspar de la Cerda y Mendoza ordenó a los soldados disparar a la multitud desarmada, entre los muertos se contabilizó una mujer embarazada, esto provocó que la gente se hiciera justicia irrumpiendo en el Palacio Virreinal y Ayuntamiento dónde quemaron los edificios y saquearon oficinas, casas particulares y comercios en toda la Ciudad de México. El erudito Carlos de Sigüenza y Góngora intentó salvar muchos de los archivos coloniales que se guardaban en ambos edificios. Al amanecer el día posterior al motín el estado del Palacio era desolador. Muchas áreas de la sólida construcción quedaron hechas cenizas, siendo la zona más devastada la que rodea el Patio de Honor. El virrey Cerda y Mendoza dedicó los meses siguientes a apresar miles de personas acusadas de participar en el incendio y saqueo, ejecutando públicamente a cientos sin comprobar participación ni juicios. Siglo XVIII​ Antes del incendio, y posteriormente, se cuenta que el Palacio Virreinal tenía un estado tal que recordaba un muladar. En su interior había cuartos de habitación de puesteros de la plaza, bodegas para guardar frutas y otros comestibles, fonda y vinatería que se llamaba la botillería, panadería con amasijos, pulquerías, zonas de juego público de naipes y juego de boliche, donde incluso se podía terminar la parranda por la mañana. Todo esto causaban montones de basura que se acumulaban en el interior del Palacio. El Palacio quedó en ruinas varios años, pero en 1711, bajo las órdenes del virrey Pedro Cebrián, se reinició la reconstrucción, manteniendo la composición básica original de dos patios y dos pisos, pero con acabados más moderno tipo Barroco y almenado, dejando de lado mucho de su aspecto de fortaleza; las aspilleras fueron convertidas en ventanas con rejas de hierro. Las obras se enfrentaron a la continua falta de presupuesto, que llegaron a costar 195,500 pesos, razón por la cual el Palacio se mantuvo en obras continuas casi todo el siglo XVIII. En esta época también se construía el nuevo edificio de la Catedral, con el frente a la Plaza Mayor. El Palacio se amplió hacia el Norte, hasta llegar a la calle de Moneda, con patios más pequeños y habitaciones para el virrey, con una pequeña puerta que daba directo a la cárcel de Palacio. La puerta del suroeste daba al patio de honor, cuya parte superior estaba destinada a las habitaciones del virrey; el entresuelo a la secretaría y archivo del virreinato; y la parte baja a la servidumbre, la guardia de alabarderos y los almacenes del estanco del azogue. Este patio se comunicaba con el jardín botánico. El patio central conformado con arqueria soportada por altos pilares almohadillos, daba acceso a las salas de la Real Audiencia, los tribunales de cuentas, del Consulado, de Minería, la Tesorería general, la Capilla real y la Sala del trono. En el extremo norte estaban la cárcel y las habitaciones de los guardianes. Con la llegada del virrey Juan Vicente de Güemes II, Conde de Revillagigedo, que se inicia la limpieza y dignificación del Palacio y la Plaza Mayor; realizando con ello los más importantes trabajos de mantenimiento, funcionalidad y belleza hasta entonces hechos al inmueble. En 1789 se emitió el primer reordenamiento del comercio ambulante e higiene, que desalojó a los comerciantes del Palacio, la Plaza Mayor y las calles de la ciudad de México, aunque con su sucesor en el cargo la situación volvió a lo que solía, pero fuera de Palacio. Durante esa época solo la Capilla Real, construida en la parte oriental, se mantuvo a salvo; ésta tenía pintado el martirio de Santa Margarita por la mano del sevillano Alonso Vázquez. Al sur de la capilla; y tras los edificios de la Casa de Moneda (hoy Museo Nacional de las Culturas) se realizó el Jardín Botánico, que servía de paseo a los habitantes del Palacio. Siglo XIX​ El 15 de septiembre de 1808 fue escenario del primer golpe de estado que se recuerde en territorio novohispano, cuando elementos armados tomaron el palacio y aprendieron al virrey José de Iturrigaray, quien apoyaba abiertamente los intentos autonomistas del Ayuntamiento de la capital, encabezado por Francisco Primo de Verdad y Ramos y Melchor de Talamantes, entre otros. El 27 de septiembre de 1821, después de un desfile por parte del ejército Trigarante, desde el Palacio del Ex Arzobispado, en Tacubaya, Juan O'Donojú entrega el gobierno virreinal a Agustín de Iturbide. Al día siguiente, el 28, se instaló en el Salón de recepciones del antes Palacio Virreinal, la Junta Provisional Gubernativa, que emitió el Acta de Independencia del Imperio Mexicano quedando en espera de que el rey español Fernando VII reclamara para si el trono de México, según el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba. Fernando VII rechazó la independencia de la Nueva España y por ende el trono mexicano. El 19 de mayo de 1822 el Congreso proclamó a Iturbide como emperador, aunque Agustín I continuó viviendo en el palacio de los condes de San Mateo de Valparaíso (actualmente el Museo Palacio Cultural Banamex, también conocido como Palacio de Iturbide), el Palacio virreinal pasa a ser llamado Palacio Imperial. A pesar de las intenciones de transformar el inmueble en un recinto mucho más fastuoso, el gobierno imperial, limitado por la inestabilidad económica y política del naciente país, apenas alcanzó a modificar ligeramente la fachada del edificio; algunos de los cambios fue pintar la fachada principal con un diseño de almohadillados estilo renacentista y la colocación de adoquines en las garitas laterales de cada puerta. Tras la caída de Iturbide en 1823, en el templo de San Pedro y San Pablo (actualmente el Museo de la Luz de la UNAM) se llevan a cabo las sesiones del Congreso Constituyente, que firma el Acta Constitutiva de la Federación Mexicana y, posteriormente, la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824. Fundada la República, el Congreso decretó que todos los lugares que en su nombre llevaran los términos de "Imperial" serían sustituidos por el de "Nacional".8​ y por ello, el Palacio adoptó desde entonces el nombre de Palacio Nacional. Se remodeló para dar cabida a los tres poderes federales que se formaron en la nueva república: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Para entonces, la construcción del Palacio cubría ya toda la fachada poniente que daba a la Plaza Mayor. Los posteriores golpes de estado y revueltas afectaron en menor o mayor medida al Palacio Nacional. Las obras de reconstrucción y adecuación fueron continuas durante el siglo XIX y por causa de los movimientos políticos y simples accidentes, se fueron perdiendo obras artísticas de la época colonial. En 1830 la cárcel fue cambiada al edificio de la Acordada. También se dio la ocupación indebida de espacios, y la anulación de la pequeña puerta que conectaba con la cárcel en 1831 para mejorar la seguridad de las habitaciones presidenciales.1​ El 15 de marzo de 1825, la Suprema Corte de Justicia de la Nación se estableció en la esquina noroeste del Palacio Nacional, lugar donde permaneció hasta 1853.9​ Pero sobre todo, lo que más lo transformó, fue la edificación del Recinto Parlamentario en 1829, creado para albergar la Cámara de Diputados y que habría de incendiarse en 1872. En tanto que la Cámara de senadores se instaló en la planta alta del ala sur en 1845.10​ En julio de 1840, la revuelta federalista de Valentín Gómez Farías y José Urrea ocasionó graves daños al palacio, entre ellos un cañonazo que derribó parte de la fachada en una las torres del inmueble. A raíz de la guerra entre México y Estados Unidos, luego de la toma del último reducto que protegía la ciudad en el Castillo de Chapultepec, el 14 de septiembre de 1847, el ejército estadounidense entró en la plaza principal de la Ciudad de México e izó su bandera en el Palacio Nacional, en señal de victoria, aunque por instrucciones del General Winfield Scott se respetaron las instalaciones. De esta manera, el 16 de septiembre de 1847 en que se celebraría la independencia de México, los estadounidenses concretaban la ocupación del país. La ocupación del ejército de Estados Unidos terminó tras la firma (2 de febrero) y ratificación del Tratado de Guadalupe Hidalgo el 30 de mayo de 1848 por el que se perdió más de la mitad del territorio mexicano. La desocupación del Palacio Nacional se realizó hasta el 28 de junio del mismo año. Al día siguiente se izó de nuevo la bandera nacional mexicana en una ceremonia. En 1852 durante el gobierno del presidente Mariano Arista se llevaron a cabo las primera reformas significativas en Palacio Nacional: Se restauraron los patios del ala norte, que habían quedado abandonados desde que saliera de ahí la cárcel en 1832; se abrió el pasillo que comunica esta área con el patio central por la parte superior; se cambiaron pisos, puertas y ventanas; se dictaron reglamentos para recuperar zonas ociosas y se abrió la tercera puerta de la fachada principal, de uso exclusivo del presidente de la república y conocida más tarde como Puerta Mariana en honor al citado mandatario. El día 5 de febrero de 1857 en el recinto legislativo de Palacio se jura frente a un crucifijo la Constitución de 1857, de corte liberal. Durante la Guerra de los Tres Años o Guerra de Reforma de 1857 a 1861, el país tuvo dos gobiernos simultáneos: por un lado, desde el Palacio Nacional, se mantenían los presidentes del gobierno conservador. Por otro, el presidente Benito Juárez instaló al gobierno federal en el puerto de Veracruz de donde ingresará a la Ciudad de México hasta enero de 1861. El 31 de mayo de 1863, durante la Intervención francesa, Benito Juárez se vio obligado a dejar la capital y por tanto al Palacio Nacional, que simbólicamente, cierra la puerta central.1​ En junio de 1863 el ejército francés ocupó el Palacio Nacional y por breve tiempo de 1863 a 1867, nuevamente se le llamará Palacio Imperial, durante el Segundo Imperio Mexicano de Maximiliano de Habsburgo, aunque no lo usó como residencia, ya que en 1863 el emperador cambió su residencia al Castillo de Chapultepec, dejando al Palacio como un edificio puramente administrativo y de protocolo. No obstante lo anterior, ordenó diversas obras en su interior para que adquiriera un toque majestuoso y dejar atrás algo del estilo sobrio que le caracterizaba, convirtiéndolo en un lugar ideal para bailes y recepciones oficiales, y sede de lujosas oficinas públicas. Se destruyeron las viviendas que por años habían invadido la azotea y se levantó el nivel de los patios para evitar inundaciones, al mismo tiempo que se destruían paredes que por el inevitable deterioro ya resultaban inútiles o peligrosas; uno de los más distintivo de esos cambios que por órdenes expresas de Maximiliano se hicieron, se dio en el Salón de Recepciones: en el amplio y alargado aposento, se retiraron los rasos del techo para dar aire a la magnífica viguería virreinal de cedro, también conocido como Salón del Dosel o del Trono; además fue motivo de redecoración con la instalación de la galería de retratos que recibió óleos de los pinceles de Petronilo Monroy (retrato de Iturbide), José Obregón (retrato de Matamoros), Ramón Pérez (retrato de Allende), Joaquín Ramírez (retrato de Hidalgo) y el propio Santiago Rebull, encargados expresamente por el Emperador para “…buscar una vinculación con el heroico pueblo que presido”. Además, en el Palacio se amplió el Jardín Botánico, se liberó el edificio de la Casa de Moneda y se fundó el Teatro de la Corte; una alteración relevante fue la adición de una nueva escalera en los “Departamentos Imperiales” a la que comúnmente se llama “Escalera de la Emperatriz Carlota”, que hoy comunica los patios marianos. La construcción fue ordenada por Maximiliano a los hermanos Juan y Ramón Agea para uso exclusivo de la corte, y estaría cubierta por un tragaluz de cristal; la peculiar escalinata de muy ligeros peldaños causó revuelo e inquietud en 1867 cuando fue entregada. Por instrucciones del emperador, se convirtió a todos los salones del frente de la fachada principal en un solo e inmenso salón, destinado para banquetes, recepciones oficiales y fiestas de la corte imperial; las paredes se tapizaron con tapiz carmesí que tenía grabado el escudo imperial; se instalaron candelabros de bronce, jarrones de mármol blanco. En los salones se instalaron finos muebles europeos y se colocaron a manera de galería, en los pasillos principales de las áreas del emperador, retratos de los principales héroes de la independencia de México. Las adecuaciones imperiales se hicieron de acuerdo al proyecto de los arquitectos Ramón Rodríguez Arangoiti y Ramón Agea. Derrotado el imperio de Maximiliano, el 15 de julio de 1867 el presidente Benito Juárez regresó a la Ciudad de México, abrió simbólicamente las puertas centrales de Palacio Nacional y presidió, desde el palco central, el desfile triunfal. Pocos años después, con el bronce de varios cañones capturados al conservador Miguel Miramón en Calpulalpan, y con el de los obuses que sirvieron para la defensa de Puebla durante el sitio de 1863 se llevó a cabo la estatua sedente del presidente Juárez que se encuentra entre el primer y segundo Patios Marianos. Ya durante el gobierno del presidente Porfirio Díaz fueron realizadas varias obras de infraestructura, adecuación y modernización del Palacio. Una de ellas fue la creación de una puerta especial para el acceso directo a las oficinas del Ejecutivo en el costado surponiente. Asimismo, se instalaron la primera línea de energía eléctrica y el primer elevador de la ciudad de México, en las áreas de oficinas del presidente, y que aún hoy sigue siendo de uso exclusivo del jefe del ejecutivo federal. En 1877 se construyó un observatorio astronómico y otro meteorológico. El 14 de septiembre de 1886 se llevó a cabo con una ceremonia oficial la instalación de la campana original del templo de Dolores Hidalgo en Guanajuato, la cual fue transportada con honores militares. La llamada Campana de Dolores se ubica en sobre el balcón central de Palacio que da al Zócalo, en un nicho que fue especialmente construido, por lo que se demolió el original copetón del centro. Es a partir de entonces que se usa para celebrar el aniversario del Grito de Dolores. En 1892 el entonces secretario de hacienda José Yves Limantour reinstaló las oficinas de esa dependencia en el ala norte, en torno a tres patios sucesivos, más uno grande interior destinado a la Oficina Impresora del Timbre. Toda la fachada principal se aplanó con mezcla, formando rectángulos que simulaban bloques de piedra. Por dentro se remodelaron las estancias presidenciales, el comedor, el Salón Embajadores, la cocina, la sala de estar, las cocheras y las caballerizas. El último presidente que usó el Palacio Nacional como residencia fue Manuel González, quien terminó de rehabilitar el Castillo de Chapultepec, mismo que seria usado como residencia por su sucesor Porfirio Díaz, siguiendo los pasos de Maximiliano y Lerdo de Tejada. Aunque continuó siendo la sede del Poder Ejecutivo, albergando las oficinas principales de las secretarias de Guerra y Marina, de Gobernación y Hacienda siendo esta última la única que queda a la fecha dentro de Palacio; Además de la comandancia de la Primera Zona Militar. Siglo XX​ Para las fiestas del Centenario de la Independencia, Díaz ordenó en 1901 la rehabilitación casi total del palacio, salvo por el Salón de Recepciones, pero el estado actual del resto de las áreas protocolarias del Palacio Nacional son de esta época. Destacan de estos trabajos los plafones de algunos salones, el Salón Panamericano y la colocación de otro elevador en el área de Hacienda. Es así como durante 1910 se llevan a cabo diferentes ceremonias en Palacio, siendo de estas la más vistosa y última la "Apoteosis de los Héroes" el 6 de octubre en el Patio Central, para lo cual se construyó con madera y otros materiales varios monumentos alegóricos, siendo el principal un catafalco ubicado en el centro del Patio Central el cual se techo totalmente. Durante el denominado Porfiriato, el palacio alcanzó una etapa de esplendor en la que (alternando con la residencia oficial el Castillo de Chapultepec) fue el escenario de innumerables ceremonias y festividades que enaltecían la figura presidencial y revestían al inmueble de la categoría de recinto de gobierno que no tenía desde la época virreinal. En 1902 el recién construido Salón Panamericano fue sede de la II Conferencia Panamericana, reunión cumbre de la Unión Panamericana a la que asistieron representantes de todos los países del continente. Es así como durante la Revolución mexicana y principalmente durante la Decena Trágica (1913), que el Palacio Nacional recibe los daños de la guerra, teniendo el daño más fuerte en la zona de oficinas de la presidencia al sur del palacio. En 1914 fue tomado por las fuerzas Zapatistas y Villistas. En 1926 se inauguró el Salón de la Tesorería (en el espacio que ocupaba la Tesorería desde 1891) y se realizó una reforma profunda al edificio, cuando el presidente Plutarco Elías Calles (a iniciativa del secretario de hacienda Alberto J. Pani) mandó construir la galería o tercer nivel de toda la construcción, así como sustituir la piedra blanca de la fachada por el actual tezontle rojizo que lo caracteriza y cambiar muchas de las características que hasta entonces lo distinguían, como eran las estatuas de ángeles sobre las puertas laterales del frente, retiradas cuando el pretil y las torres se almenaron; se pusieron remates sobre las tres puertas para el asta bandera, se recubrieron con cantera de Chiluca las puertas y ventanas, cornisas, pretiles y remates; se colocó la campana dentro de un nicho flanqueado por atlantes; en el interior se construyó la gran escalera central, la escalera de la secretaria de hacienda y la sala de oficinas de la tesorería central. Dirigió la obra el arquitecto Augusto Petriccioli, y el arreglo de la tesorería Manuel Ortiz Monasterio. Entre 1929 y 1935 Diego Rivera pintó en el cubo de la escalinata una visión panorámica de la historia de México denominada Epopeya del pueblo mexicano, incluyendo una fantasía del mundo del porvenir. En el ala norte del patio central realizó otros murales, entre 1944 y 1952, con temas relativos a la vida de los antiguos pueblos mesoamericanos. En 1945, el presidente Manuel Ávila Camacho ordenó la creación de las Galerías de los Presidentes y de los Insurgentes, que se ubican en el segundo nivel de los patios que dan al Patio de Honor en la zona de presidencia. Con la transformación de la figura presidencial en el eje de la vida política del país a partir de la década de 1920, los símbolos del poder de esta (la silla y banda presidencial; los Pinos, etc.) se convirtieron en actores de los rituales que daban significado e imagen al ejercicio del poder. Desde luego el Palacio Nacional fue parte de estos elementos simbólicos, especialmente porque, al funcionar como despacho presidencial, se volvió el centro emisor de las decisiones y mandatos del presidente de la república. El inmueble era importante en ceremonias como la toma de posesión, donde el presidente, luego del desfile multitudinario que lo trasladaba desde la sede del Congreso, iniciaba sus actividades con el tradicional saludo y foto oficial con los integrantes del gabinete presidencial. En la ceremonia del informe presidencial, el mandatario asistía a Palacio para colocarse la banda presidencial e iniciar el recorrido a la sede del congreso. En tanto que el Balcón central se convirtió en la tribuna de honor desde donde el Comandante supremo encabezaba los desfiles conmemorativos del 1 de mayo, 16 de septiembre y 20 de noviembre. Además de ser el punto de encuentro en manifestaciones de apoyo popular al primer mandatario en el Zócalo, como ocurría en la mencionada toma de posesión o en alguna de las múltiples demostraciones de lealtad de organizaciones campesinas, obreras y populares afiliadas al partido oficial PRI. Al inicio de la segunda mitad del siglo XX, surgió un desprecio y descuido por la herencia colonial en el centro de la ciudad de México se realizaron obras que contrastaban burdamente con los edificios virreinales. Así por ejemplo edificios tan antiguos como el Hospital de Jesús fueron desfigurados con áreas modernas. El Palacio Nacional no se quedó exento de estas ideas y en la década de 1960, en la parte oriente del antiguo huerto, fueron construidos los edificios Landa para albergar más oficinas de la Presidencia, la Primera Zona Militar y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con una arquitectura que en nada armonizaba con el entorno del lugar. Contrario a lo anterior en 1972, se rehabilitó el Recinto Parlamentario con base a litografías y descripciones del siglo XIX, reinaugurándose con una sección especial del Congreso de la Unión el 18 de julio,14​ por estos años también se habilitaron otros salones con ideas vanguardistas que contrastaban con el origen colonial del edificio, como lo fue el vestíbulo del Recinto Parlamentario, entre otros. A consecuencia de las obras del metro y de un proceso de asentamientos desiguales, se resintió la estructura de Palacio. De 1971 a 1976 se tuvieron que ejecutar obras de consolidación, especialmente en el patio central, el de honor y el tercer piso. En el segundo, se encontraron restos de las bases del primitivo Palacio Virreinal, dos de los cuales se conservaron in situ. Se levantó todo el piso del patio y se le puso otro nuevo; se restauraron los muros y se dejaron al descubierto las viejas vigas de cedro con zapatas que sostienen el primer cuerpo del edificio; se cambió el pavimento del patio central y se le puso una fuente octagonal con tres tazones de hierro cuadrilobulados; se uniformó el estilo de las crujías que miran al patio de la Emperatriz. Se remodeló la pared sur del cubo de la escalinata donde esta el mural de Diego Rivera. Se remodelarón los salones de las áreas públicas y presidenciales. Se renovaron las instalaciones y se detuvo el deterioro de la fachada de la antigua Casa de Moneda (hoy Museo de las Culturas). El 1º de mayo de 1984, un individuo lanzó dos bombas molotov, una hacia la Puerta Mariana y otra hacia el balcón presidencial de Palacio Nacional, justo cuando el presidente Miguel de la Madrid presenciaba el tradicional desfile obrero, resultando heridas algunas personas. Después del sismo del 19 de septiembre de 1985 que sacudió la capital de la República, se desocuparon los edificios Landa (que resultaron dañados por los terremotos), junto con otros espacios. Además se tornó preocupante el asentamiento del edificio, principalmente porque comenzó a ser de manera altamente irregular y acelerado. Con lo cual se iniciaron trabajos de rescate del inmueble, no para remodelarlo, sino para evitar su colapso. Principalmente se atacaron problemas de cimentación. Otra intervención se realizó entre 1999-2000 por órdenes del presidente Ernesto Zedillo; en estos trabajos se incluyó la remodelación de la capilla, la demolición de los edificios Landa y otros más antiguos con el fin de recuperar 14 000 metros cuadrados, la idea fue habilitar espacios para la instalación de salas destinadas a exposiciones museográficas permanentes, por lo que ahora se contaba con un museo que alberga copias del Acta de Independencia, el Tratado de Córdoba, entre otros documentos. En los trabajos de restauración se tomó darles un estilo más apegados al siglo XIX a los salones habilitados como vanguardistas en las décadas pasadas, se estableció el jardín botánico en remembranza del de Moctezuma y el Jardín de la Emperatriz, el primero se hallaba originalmente donde hoy esta la Torre Latinoamericana, el segundo ocupó parte del huerto de Palacio. Además el presidente Ernesto Zedillo es quien emite un reglamento para el uso del palacio determinando la creación de la Conservaduría del Palacio Nacional, compuesta por miembros de diferentes ramas del gobierno federal, lo que limita la preeminencia que había tenido el ejecutivo en la administración del inmueble a través del Estado Mayor Presidencial, por lo que la seguridad, mantenimiento y administración del inmueble se divide entre la Secretaria de Hacienda (que controlan la zona abierta al público en general), la Secretaria de la Defensa Nacional quienes controlan los edificios del oriente que dan a la calle de Correo Mayor pertenecientes entonces a la Primera Zona Militar; y la Presidencia de la República quienes a través del Estado Mayor Presidencial controlan el Patio de Honor y la zona de oficinas del presidente. Siglo XXI​ Durante la administración del presidente Vicente Fox se da el primer intento serio de abandonar el edificio por parte de la presidencia, por lo que el entonces secretario de Hacienda y Crédito Público Francisco Gil Díaz toma áreas administradas por Hacienda como oficinas, desalojando las muestras museográficas, aunque muda muchas de sus actividades al edificio de Av. Constituyentes 1001. La idea era convertir las áreas de Presidencia a un museo de sitio, pero la presión de varios sectores sociales obligó a abandonar la idea.20​ Aunque se terminaron los trabajos de remodelación del vestíbulo del Recinto Parlamentario, se abrió el archivo de Francisco I. Madero. En noviembre de 2006 se inauguran los nuevos edificios que dan a la calle de Correo Mayor, que sustituyen a los edificios Landa, estos son destinados a oficinas y cuartel perteneciente a la Primera Zona Militar, que son compartidos por el Estado Mayor Presidencial ya que permiten contar por primera vez con un estacionamiento para funcionarios y visitantes especiales, a este edificio se le cuidaron sus fachadas para mantener la armonía arquitectónica con el resto del conjunto. Con motivo de los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, el presidente Felipe Calderón Hinojosa autorizó el remozamiento del Palacio y de la Casa de Moneda (actualmente Museo Nacional de las Culturas), con el fin de integrarlos en un solo conjunto que cubre toda la manzana. Los trabajos son principalmente en la fachada y su acera principal, trabajos de cimentación con la inyección de lodos con Bentonita. Destaca de entre los festejos del Bicentenario de la Independencia, el rescate de muchas de las áreas destinadas para museografía que habían sido invadidas por la Secretaría de Hacienda, junto con otros espacios, integradas en la Galería Nacional inaugurada el 5 de septiembre de 2010 por el presidente Calderón con la exposición México 200 años: La patria en construcción22​ (abierta al público a partir del 19 de septiembre). En esta exposición destacó la exhibición de once urnas con los restos de los catorce héroes que reposan en la Columna de la Independencia: Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez, Nicolás Bravo, Vicente Guerrero, Mariano Matamoros, Francisco Xavier Mina, José María Morelos y Pavón, Andrés Quintana Roo, Leona Vicario, Guadalupe Victoria, Pedro Moreno y Víctor Rosales; los cuales fueron exhumados del Monumento de la Independencia el 30 de mayo y llevados para su estudio al Castillo de Chapultepec, y recibidos con honores en Palacio Nacional el 16 de agosto, los cuales estuvieron en exhibición hasta el 30 de julio de 2011, exactamente al cumplirse el bicentenario de la ejecución de Miguel Hidalgo, fecha en que regresaron a la Columna de la Independencia y en que concluyó la exposición.23​ Asimismo, en la exposición México 200 años: La patria en construcción se exhibieron documentos como el Acta de Independencia, los Sentimientos de la Nación; así como banderas, muebles y artículos de gran valor histórico. Al igual que los festejos del Centenario en 1910, el Palacio Nacional volvió a ser el gran protagonista en una festividad de enorme relevancia, cuando la noche del 15 de septiembre de 2010 fue el escenario culminante de las celebraciones en el Zócalo por el Bicentenario de la independencia. Un espectáculo con llamas danzantes surgidas de la parte superior de la fachada, acompañadas de música y concluido con fuegos artificiales, dieron paso al celebre Grito de Dolores. Con el antecedente y el marco de una ceremonia de traspaso de funciones, improvisada la noche del 30 de noviembre de 2012; Enrique Peña Nieto, se convirtió en el primer presidente desde Gustavo Díaz Ordaz en despachar en este inmueble, incrementando las actividades oficiales y de trabajo en el recinto, hasta entonces hechas en la Residencia Oficial de los Pinos por los últimos mandatarios.​ El 6 de noviembre de 2014 un grupo de personas incendio la puerta principal del Palacio en medio de las protestas derivadas por la desaparición de 43 estudiantes en Iguala, Guerrero. El 13 de febrero de 2016 recibió la visita de estado del papa Francisco en su calidad de jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano; recepción del máximo jerarca de la Iglesia católica, inédita en la historia del recinto. Como parte de los compromisos iniciales, hechos en campaña, para realizar en los primeros días de su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador comenzó a operar de forma permanente en el despacho presidencial desde el 1 de diciembre de 2018, trasladando de manera definitiva las labores ejecutivas desde la Residencia Oficial de los Pinos (que se convirtió en Centro Cultural) al Palacio Nacional. Posteriormente el 22 de julio de 2019, y luego de 135 años de no serlo, recuperó su condición de Residencia Presidencial, al concretarse la mudanza del mandatario y su familia a un departamento ubicado en el tercer piso del complejo, específicamente en el ala sur junto a las oficinas que ocupaba el Estado Mayor Presidencial (mismas que serían empleadas ahora como área de trabajo de la presidencia). El área del departamento, en forma de escuadra, esta localizada exactamente en la esquina sur del Jardín botánico, y que en el exterior comunica a la calle de Corregidora. Con una extensión de 300 metros cuadrados cuenta con dos recámaras, un estudio, cocina, sala y comedor, así como pasillo principal y vestíbulo. El departamento fue construido por indicaciones del entonces presidente Felipe Calderón durante su sexenio, aunque no era conocido públicamente. La edificación no forma parte del complejo histórico que constituye el patrimonio arquitectónico del Palacio, por lo que su diseño y uso no representan impacto al valor artístico del inmueble. Habría sido el antecesor de López Obrador, Enrique Peña Nieto, quien le dio a conocer la existencia de dicha área, por lo que ya como presidente presentó los planos del lugar, sus características y su consecuente mudanza.​ El Palacio hoy​ El Palacio continúa siendo la sede oficial del Poder Ejecutivo, y es actualmente la residencia oficial del Presidente (desde la conversión en Complejo Cultural de Los Pinos en el área del Bosque de Chapultepec). Aquí se realizan importantes actos protocolarios del Presidente, como jefe de estado: celebración del Grito de Dolores, desfiles militares conmemorativos de la Independencia y de la Revolución mexicana, mensajes del presidente con motivo de sus informes de gobierno, recepción de jefes de Estado y de gobierno extranjeros, recepción de credenciales del cuerpo diplomático acreditado en el país, entre otros eventos. Fachadas​ Situado en el lado oriente del Zócalo de la Ciudad de México, Palacio Nacional es el inmueble más grande de los edificios que rodean la Plaza y uno de los conjuntos arquitectónicos de mayores dimensiones del país. Su fachada principal, revestida con piedra de chiluca y tezontle, muestra, en su parte inferior y media, un estilo barroco sobrio de los siglos XVII y XVIII, y en su parte superior, construida entre 1926 y 1928, el estilo llamado neocolonial. La fachada principal de Palacio Nacional muestra tres ejes que corresponden a sus respectivas entradas monumentales. Los ángulos noroeste y suroeste rematan en torreones de estilo militar. El basamento abarca la planta baja, tiene 25 ventanas rectangulares de pequeñas proporciones El nivel inmediato superior ostenta el mismo número de ventanas, pero de mayores proporciones y protegidas con reja de hierro forjado. La mitad superior, con 39 grandes ventanas balconadas, está revestida con tezontle en varios tonos. Al tercer piso se le conoce como galería y posee 60 ventanas. Dotado de tres portadas, correspondientes a sus puertas monumentales, destaca la central por su simbolismo: en lo alto se observa la campana de Dolores, uno de los objetos históricos de mayor relevancia para la historia mexicana. Debajo de ella se alza el Balcón Presidencial. Remata la portada el escudo nacional flanqueado por un caballero águila y otro español. Las portadas laterales descubren las puertas denominadas Mariana y de Honor; la primera, ubicada en el ala norte, es así conocida en memoria del presidente Mariano Arista, quien la mandó construir en 1852; la otra, orientada al sur, recibe su nombre por el hecho de ser la puerta reservada para uso del Presidente de la República. Esta costumbre data de tiempo atrás cuando los mandatarios se dirigían del Castillo de Chapultepec o de Los Pinos a sus labores en Palacio. Al arribo del mandatario se despliega para su recibimiento una valla de honor de las guardias presidenciales. La fachada cierra en sus extremos con dos densos torreones de estilo militar revestidos de cantería. La fachada lateral norte se extiende a lo largo de la calle de Moneda, la primera de dos partes presenta los mismos elementos formales de la fachada principal pero en un estilo más sobrio y puro característico del siglo XVIII. La segunda parte consta de tres pisos y es, casi en su totalidad, la original del siglo XVIII. Destaca la portada que da acceso al Museo de las Culturas, cuya imponente puerta exhibe ornamentaciones neoclásicas. A los costados de la puerta se levantan dos pares de columnas corintias rematadas con un friso de estilo siglo XVII, el cual sostiene una ventana balconada flanqueada por dos columnas jónicas. La gran portada termina con un frontón de estilo neoclásico y un águila en bronce, agregados, seguramente, durante la época del presidente Porfirio Díaz. El lado oriente muestra una fachada divida en cuatro segmentos de diversas proporciones y estilos. La esquina que conforman las calles de Moneda y Correo Mayor ostenta el mismo estilo arquitectónico de la fachada principal del Museo de la Culturas, no así la fachada adyacente de la antigua Procuraduría, la cual permite observar el estilo neocolonial predominante de las primeras décadas del siglo XX con sus grandes ventanas y balcones enmarcados en cantería. El segmento inmediato muestra la fachada denominada Constanzó, construida en el siglo XVIII en un estilo que puede clasificarse como versallesco, aunque con elementos estilísticos de Luis XVI; entre sus características, destaca el revestimiento en tezontle rojo y los altorrelieves de amorcillos, guirnaldas, figuras humanas, trofeos e instrumentos musicales que se observan en los diversos tableros situados arriba de los ventanales. En el segmento que cierra la fachada oriente, en la esquina de las calles de Correo Mayor y Corregidora, se levantan dos edificios reconstruidos en tiempos recientes, cuyas fachadas presentan el estilo sobrio característico de los años en que se aumentó el cuarto piso a Palacio Nacional. La fachada lateral sur la forman tres partes que, en lo fundamental, siguen el estilo que impuso el arquitecto Petriccioli a Palacio Nacional entre 1926 y 1928; no obstante, la fachada intermedia, que antes correspondía al Archivo General de la Nación, guarda elementos que permiten imaginar la antigua fachada del Palacio Virreinal. Áreas de Presidencia​ Ubicadas en el ala sur de Palacio Nacional, las áreas protocolarias de la Presidencia de la República ocupan los salones que asoman a la Plaza de la Constitución y a la calle de Corregidora. En sus orígenes éstas fueron las habitaciones de los virreyes y alojaron el aparato de la administración real. Fue también, durante diversos momentos del siglo XIX, residencia de presidentes y de los emperadores Maximiliano de Habsburgo y Carlota de Bélgica. La arquitectura de sus espacios ha sufrido múltiples transformaciones al paso de su historia; sin embargo, exhiben abundantes objetos ornamentales y obra plástica de la época del Segundo Imperio y conservan aún el gusto artístico predominante de la época de esplendor del porfiriato. En la primera planta, al final del corredor surponiente, se abren las puertas que llevan a un pequeño salón conocido como Juárez, cuyo nombre se debe a Benito Juárez. Se sabe que por este salón el presidente cruzaba a diario para dirigirse de su despacho a sus austeras habitaciones, que se encontraban en el ala norte de Palacio. Entre los elementos que adornan este salón destacan los óleos del revolucionario y reformador agrarista Emiliano Zapata y del escritor y libertador cubano José Martí realizados por Antonio Albanés García y E. Valderrama, respectivamente. Contiguas al Salón Juárez se localizan las galerías de los Insurgentes y de Presidentes, que sirven de antesala a los salones presidenciales. Situada en el corredor poniente, la Galería de los Insurgentes exhibe una colección de retratos de algunos de los próceres de la independencia nacional. El propósito de esta galería fue exaltar a los héroes nacionales que llevaron a México a convertirse en una nación libre y soberana. El emperador Maximiliano de Habsburgo fue el iniciador de este reconocimiento, cuando en 1865 se realizaron algunos de los óleos más importantes que aquí se muestran. De esta época destacan los retratos de Miguel Hidalgo y Costilla, pintado por Joaquín Ramírez, Mariano Matamoros de José Obregón y Agustín de Iturbide de Petronilo Monroy. Esta galería fue originalmente conocida como la Galería de Iturbide, y se situó en lo que hoy es el Salón de Embajadores. La Galería de los Presidentes, situada en los pasillos del primer piso del área de gobierno, fue creada en 1945 por el entonces presidente de México Manuel Ávila Camacho. Sobre sus muros pende una serie de retratos de diversos mandatarios de los siglos XIX y XX. Se sabe que algunos de ellos posaron para las pinturas; tal fue el caso del retrato de Mariano Arista (1851), quien con uniforme de gala posó para el pintor Edouard Pingret. Muchos otros son recreaciones realizadas por el prolífico pintor Carlos Tejeda entre 1945 y 1946. Sobre los corredores también se exhiben otros objetos de arte, como un juego de candelabros de procedencia francesa traídos a Palacio Nacional durante la época del Segundo Imperio. Los salones presidenciales se componen de un conjunto de áreas conocidas como el Salón Azul, Salón Verde, Salón Morado —así denominados por el color de sus tapices—, el Salón de Embajadores y el Salón de Recepciones, además del Despacho Presidencial, el Comedor y el Antecomedor, entre otros. Esta división en salones fue realizada en 1901, durante la época de esplendor del porfiriato, por el ingeniero Gonzalo Garita, con motivo de la celebración del Segundo Congreso Panamericano (1902). Despacho Presidencial​ El Despacho Presidencial, es considerado el centro emblemático de Palacio Nacional y símbolo de poder para los mexicanos y su clase política. Anterior a los años treinta del siglo XX, este espacio estuvo dividido en dos, una parte acondicionada como área de descanso otra como sala privada, luego de ser unidas fueron decoradas al estilo del salón embajadores. Hoy en día resguarda un nutrido grupo de muebles de estilo renacentista italiano y francés, entre los que destacan el sillón presidencial y el librero, cuyo frontón, soportado por dos cariátides de madera, exhibe en su centro el escudo nacional. En 1901 esta área fue llamada "Sala Privada". Salón de Recepciones​ Es el área de mayor dimensión en la zona presidencial. Tiene cinco ventanales, con sus correspondientes balcones a la Plaza de la Constitución, el del extremo norte queda bajo la campana de la Independencia y es utilizado exclusivamente por el Presidente en los grandes eventos cívicos, especialmente la noche del 15 de septiembre en la conmemoración del Grito de Dolores y el desfile militar del 16 de septiembre conmemorativo del inicio de la independencia. Se ubica a un costado del actual Salón de Embajadores, y fue el único que no se remodeló durante las obras de 1901. En la época Colonial se le llamó Salón del Trono, por encontrarse ahí el asiento con grada y dosel que ocupaba el virrey en las ceremonias. Durante la vida independiente en este lugar estuvo cautivo Benito Juárez debido a la revuelta conservadora ocasionada por el Plan de Tacubaya en 1857, preso por órdenes del entonces presidente Ignacio Comonfort. Las vigas de cedro fueron admiración de Maximiliano de Habsburgo, quien lo utilizó como Salón de Fiestas. En 1902 con motivo de la fiesta de recepción a los representantes del Segundo Congreso Panamericano, se utilizó como espacio complementario del Salón de Embajadores. Este salón guarda cuatro óleos monumentales que representan algunos episodios militares de la historia de México; tres de estos fueron ejecutados durante la presidencia de Porfirio Díaz. El salón se incendió en 1909 y posteriormente fue acondicionado por la proximidad de las Fiestas del Centenario de la Independencia. Salón de Embajadores​ Tiene una superficie de 24 metros de largo por ocho de ancho. En el plafón se observan florones, follajes y mascarones; las superficies lisas están separadas por rectángulos longitudinales adornados con hojas de acacia, cordones dorados y figuras de angelitos sosteniendo un pequeño medallón. Entre las paredes y el plafón hay un friso curvo con ocho relieves que muestran las fases de una batalla. Una sucesión de guirnaldas da unidad al conjunto. Sobre los muros se encuentran pinturas de Miguel Hidalgo, José María Morelos, Vicente Guerrero, Ignacio Allende, Benito Juárez y una alegoría de la Constitución de 1857. Llamado así por ser el salón donde se presentan las cartas credenciales para embajadores y cónsules acreditados en México, ceremonia presidida por el presidente de la República. Este lugar ha sido testigo de acontecimientos históricos, por citar algunos: el 28 de septiembre de 1821 se firmó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano; en 1872 estuvo expuesto por tres días el cuerpo de Benito Juárez, fallecido el 18 de julio; asimismo el 10 de septiembre de 1921, se llevó a cabo el acto conmemorativo del primer centenario de la consumación de la Independencia de México. Salón Morado​ Conocido a principios del siglo XX como "Sala de Ayudantes". Fue restaurado durante el régimen porfiriano. Este salón debe su nombre al color del tapiz que hace juego con un jarrón morado de porcelana que le fue obsequiado a Carmen Romero Rubio de Díaz, segunda esposa de Porfirio Díaz, el cual ostenta una placa de bronce con las iniciales C.R.R. de D.D grabadas. Un óleo del Virrey Juan Vicente Güemes Pacheco de Padilla, Segundo Conde de Revillagigedo, pintado por Carlos Tejeda en 1946, cuelga de la pared. Al igual que en otros salones, pende del techo un candil francés en bronce dorado y cristal, estilo Primer Imperio y sobre las paredes, cuatro arbotantes con figuras de ángel en bronce iluminan el lugar, decoración que otorga majestuosidad y belleza. Mide siete por ocho metros; el plafón es de estilo renacentista, de ahí pende un candil. La transición entre el plafón y las paredes laterales en las que hay tres clases de elementos decorativos: triángulos esféricos flanqueados por modillones; un rectángulo con una cartela central, coronada por una concha de la que surgen guirnaldas y flores; y un conjunto formado por un haz de flechas, un escudo, un trofeo y un casco romano. Salón Verde​ Mide ocho metros por lado y queda al sur del salón morado. En los lunetos de la bóveda están representados, en figuras de mujeres, los elementos conceptuales de los ideales positivistas: la Paz, conquistada por el desarrollo del espíritu, manifestado en las artes; ayudada por el Progreso, materializado en las ciencias y alcanzado por medio de la equidad, corporeizada en la ley y la justicia. En los ejes del recuadro central dos ángeles sostienen un medallón con las iniciales R.M. (República Mexicana), el cual reposa sobre el escudo nacional. A principios del siglo XX, este Salón fue conocido como el "Primer Salón de Audiencias" o como "Salón de Ayudantes". Más tarde se le llamó "Salón de los Secretos", pues ahí tenían lugar las reuniones entre los generales Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Es el único salón que cuenta con doble puerta. Del plafón pende un candil de cristal de Bacarat, con cuarenta y cinco luces. En sus muros, tapizados en tela color verde, se muestran los retratos al óleo del Rey Carlos III de España y el del primer presidente de los Estados Unidos, George Washington. Entre los objetos decorativos, destaca un tibor de Sevres giratorio de porcelana verde con aplicaciones en bronce. Salón Azul​ Mide 13 metros de largo por ocho de ancho, se comunica con el salón verde. Tiene un plafón rectangular con una pintura al temple firmada por A. Mendoza. Entre las paredes y el plafón hay un friso curvo donde los perfiles griegos y romanos forman las siglas R.M. (República Mexicana) y el águila del escudo nacional, unidas por una cadena de guirnaldas. Área conocida originalmente como "Salón de Audiencias", está tapizado en color azul. Al centro del salón hay un candil de cristal estilo Luis XV y también comprende tres arbotantes de cristal cortado. Sobre uno de los muros, se encuentra un retrato al óleo del venezolano Simón Bolívar con el título de "Libertador de Colombia y Perú", réplica del original de Pablo Rojas pintado en 1825, y una escultura en bronce con el nombre de " La Jauría", que representa una cacería inglesa. En cada una de las puertas hay una columna y un dosel tallados en madera de cedro, colocados en la época del Presidente Plutarco Elías Calles, donde se puede apreciar el águila del Escudo Nacional. Salón Juárez​ Salón que lleva el nombre de uno de los presidentes mexicanos que habitó Palacio Nacional en el siglo XIX. La costumbre de Benito Juárez, era trasladarse de sus habitaciones, situadas en el ala norte, al área de gobierno, atravesando este pequeño salón. Salón de Acuerdos​ Mide trece metros de largo por siete de ancho. Conduce a el la puerta de lado oriente de la biblioteca. Tiene un plafón de diseño geométrico, a base de yesería que imita madera. Cada casetón proporciona luz indirecta.39​ El Salón de Acuerdos, llamado originalmente "Sala de Ministros", hoy en día se ocupa para celebrar importantes sesiones de trabajo del presidente de la República con su gabinete y sirve de antesala a sus reuniones. Uno de los episodios históricos acontecidos en este salón fue la aprehensión del presidente Francisco I. Madero. Pese a la defensa de su guardia el presidente fue llevado a la intendencia de Palacio. Salón Morisco​ Pequeño salón de fumadores de estilo morisco —muy en boga en México a finales del siglo XIX—, posiblemente ideado por el arquitecto Antonio Rivas Mercado. Se le llama de este modo porque su decoración está inspirada en el arte islámico. El plafón está trabajado en estuco. Las entradas tienen un arco de medio punto en forma de herradura, que descansa en columnas pareadas, semiocultas y apoyadas en basamentos. A excepción del espejo que es de origen francés, el resto se conserva en un estilo medio oriental. Esta sala es utilizada como lugar de reunión y forma parte de los salones de los mandatarios mexicanos. Esta profundamente decorado con rombos lobulados que inscriben flores de lis estilizadas. El techo esta formado por una bóveda central y las superficies, por un lado circulares y por el otro de ángulo recto, correspondientes a las cuatro esquinas. En estas, limitadas por molduras mudéjares, aparecen roleos de acacia. La unión de plafón y paredes esta hecha a base de molduras escalonadas, diseños geométricos, antefixias, ovos y conchas superpuestas. Comedor Presidencial​ Estancia decorada estilo Luis XIV, que luce sus puertas, plafón y lambrines en encino de Alsacia. Puertas, ventanas y muebles están revestidos en seda roja. En el punto central de la pared norte se encuentra, la chimenea, escoltada por dos aparadores rematados por cuatro cariátides sosteniendo el mueble tridimensional labrados con rocallas y al centro con un espejo ovalado. El plafón tiene tres secciones; la central con tres conjuntos ornamentales de follaje, de los que penden sendos candiles; y las laterales, más pequeñas, con bajorrelieves reticulares. El friso curvo lleva frutas, flores y legumbres, un cordón y ovos enlazados por palmetas y hojas de acanto La mesa tiene lugar para cuarenta personas. Actualmente, forma parte de las áreas reservadas para las actividades presidenciales. Antecomedor Presidencial​ Estancia decorada en 1901 a cargo del Ingeniero Gonzalo Garita, de hechura mexicana. El antecomedor está tapizado en seda con motivos florales y decorado con un plafón en artesonado de cedro y encino del que pende un candil de Bacarat de 15 luces. El piso forma un mosaico de diversas maderas: caoba, cedro, naranjo y ébano. Entre los muebles que adornan este salón destacan los cristaleros tallados en madera de nogal y encino y el conjunto de sillas pertenecientes al tren presidencial de Porfirio Díaz, donde se localiza el escudo nacional. Biblioteca Presidencial​ Mide siete por ocho metros. Se accede a ella por el salón azul. Allí se encuentra un elevador Art nouveau para uso exclusivo del presidente, decorado con las iniciales R.M. enmarcadas por una corona de laureles. Las yeserías imitan madera. El plafón presenta motivos geométricos. Los recuadros del artesonado están pintados en el interior. Al centro hay un rosetón del que pende un candil y del cual parten cuatro recuadros romboidales con pinturas ilusionistas. El friso esta rematado con por una moldura de ovos que unifica el conjunto.42​ Destaca por su acabados, las puertas, los cortinajes de terciopelo rojo y flecos dorados. La pared está recubierta con un tapiz de tela roja. Se pueden apreciar dos libreros de estilo Luis XVI, elaborados en madera con aplicaciones de bronce. La mesa del centro es de estilo ecléctico con reminiscencias del renacimiento francés, al igual que las dos sillas, elaboradas en madera de encino con incrustaciones de bronce y cubiertas con cuero marroquí. Biblioteca​ Biblioteca pública ubicada en la planta baja de las áreas presidenciales, a un costado del Patio de Honor. Cuenta con un acervo de poco más de 22 000 volúmenes de información general.1​ Patio de Honor​[editar] De forma trapezoidal y rodeado por una arquería que conserva elementos arquitectónicos del siglo XVIII, este patio es sitio para ceremonias cívicas y actos de gobierno de la Presidencia de la República. En su lado poniente, se abre la puerta que comunica a la Plaza de la Constitución y, al oriente, se levanta la escalera que conduce a los salones presidenciales.1​ Áreas militares​[editar] Administradas por la Secretaría de la Defensa Nacional: Instalaciones de la primera zona militar. Jardín botánico de zona tropical Jardín botánico de zona árida Áreas de la Secretaria de Hacienda​[editar] Áreas sin acceso al público general1​​[editar] Salón Panamericano​[editar] Tiene 20 metros de largo por nueve de ancho. Fue construido por el arquitecto Antonio Rivas Mercado en 1901. Decorado en estilo Primer Imperio; esta dividido en tres naves por columnas corintias de granito rosa con bases y capiteles dorados, desplantadas sobre pedestales de mármol negro veteado de amarillo y gris con fajas de color ágata. Las pilastras de los muros corresponden a estos apoyos en orden y riqueza. Las puertas son de caoba roja con encuadramientos arquitectónicos de color marfil, cuyos ornatos de laureles, rosas y arabescos suben hasta las cornisas. El plafón muestra el águila nacional y las alegorías de la agricultura, la minería, la industria y el comercio. Iluminan la estancia 300 lámparas de luz incandescente situadas como coronas de estrellas a lo largo de las cornisas, en los casetones y en el plafón, a modo de constelaciones. Flanqueada por las dos puertas laterales, la pared central ostenta un escudo de bronce con las palabras Pax, Lex; Mismo que esta rodeado por las banderas de todos los países independientes de América43​ Salón de los Escudos​[editar] Situado en el ángulo noroeste del Palacio, esta decorado en estilo Francisco I. Tiene un friso con una cadena de hojas de acanto con relieves y ménsulas de madera. En la parte baja se colocó un lambrín de encino. Los muros muestran los escudos de todos los países de América y las antiguas intendencias de la Nueva España.44​ Salón Guillermo Prieto (antes Salón de la Tesorería)​[editar] El salón de cajas se instaló en 1910, y las obras de adaptación se hicieron entre 1925 y 1926. El patio se cubrió con un techo sostenido por vigas de concreto armado en cuyos apoyos se representaron magueyes en flor. Una mampara de hierro, bronce, mármol y madera separan al público de las oficinas. En ella se tallaron las principales monedas de la época independiente, enmarcadas por hojas de acanto. En los ejes verticales lleva tres lámparas de bronce y alabastro en forma de flama y, hacia abajo, un cuerno de la abundancia del que brotan monedas que guían hacia un león. Las ventanillas tienen reja de hierro forjado. Las puertas y el piso son de estilo italianizante.45​ Otras​[editar] Despacho del secretario de Hacienda y Crédito Público. Sala de juntas Salón Verde Salón Café Salón de los retratos Pasillo de cajas con dos bóvedas de seguridad Escalinata de la Emperatriz Oficinas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público Colección Acervo Patrimonial de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público Áreas con acceso al público en general:1​​[editar] Recinto parlamentario​[editar] Recinto Parlamentario El salón tiene dos hileras de asientos sobre gradas con balaustradas y sillones de caoba. En la parte central esta un doncel con galones y flecos de oro donde esta expuesta el Acta de la Independencia y hay dos sillones destinados al presidente de la república y al del congreso. Las galerías están sostenidas por 20 columnas de estilo dórico. Claros semicirculares dan luz a la sala. En la parte superior de los intercolumnios los nombres de los héroes con letras doradas. En el centro del cielo raso hay un medallón dorado del que parten líneas rectas trabajadas en yeso, a puntos que marcan el principio y fin de las lumbreras. Frente al solio, arriba de una puerta con marco de caoba se colocó una lanza que se usó en la campaña de Texas. Un cuadro de Carlos Páris recuerda la batalla de Tampico. Esta sala construida originalmente en 1829 para albergar la cámara de diputados, fue destruida en un incendio en 1872, luego se usó como archivo de la procuraduría fiscal; fue restaurada en 1972, basándose en una litografía de Pedro Gusidi de 1846 y un impreso de 1860, que hacia descripción de ella.46​ Otras áreas​[editar] Biblioteca ubicada en la denominada Capilla de la EmperatrizMuseo de Sitio Recinto de Homenaje a Don Benito Juárez (un museo de sitio con siete salas en las que se muestran los espacios que habitó Benito Juárez y también muchos otros objetos relacionados con su vida) Salón de Homenajes del Recinto a Benito Juárez Vestíbulo del Recinto Parlamentario Galería Nacional (inaugurada el 5 sep. 2010) Biblioteca Fondo Histórico de Hacienda (Antigua Sala de Fundición de Casa de Moneda o Capilla de la emperatriz) Biblioteca y Archivo de Francisco I. Madero. Escalinata principal (que cuenta con los murales de Diego Rivera) Patio central Patios marianos Ventanas Arqueológicas prehispánicas y novohispanas Mural de Diego Rivera Fuente del Pegaso​[editar] La fuente ubicada al centro de Patio Central es una réplica de la original que existió hace más de 300 años en ese mismo sitio, esta tiene en parte superior una representación de un Pegaso, cuyo simbolismo se apega al mito griego de Perseo donde al matar a Medusa nace Pegaso que representa tres virtudes: el valor, la prudencia y la inteligencia ya que Perseo al decidirse a enfrentar a la Medusa fue valiente, al decidir no mirarla de frente fue prudente y al hacerlo a través del reflejo en su escudo fue inteligente. Se considera que estas tres virtudes deben formar parte del carácter de quien ocupe este palacio para gobernar al país. Murales Entre 1929 y 1951, el muralista Diego Rivera realizó cinco murales en la segunda planta en el tejado central, y el espacio de la escalera principal. Los cuales fueron restaurados durante el año 2009, con motivo de los festejos del Bicentenario de la Independencia Mexicana. Los murales del palacio nacional fueron pintados por el artista mexicano Diego Rivera, los cuales fueron realizados entre los años de 1929 y 1951, las obras narran con una extraordinaria síntesis e iconografía periodos significativos de la historia de México, ahí están representados el México precolombino y el México de la tercera década del siglo XX, sin omitir los periodos de la Conquista, el Porfiriato y la Revolución mexicana. La composición y el modo de relatar los hechos históricos es muy parecida a las técnicas que utilizaron los antiguos mexicanos en sus pinturas y códices. Aunque a un inicio estas obras tenían un fin educativo, hoy en día son un gran legado para la plástica mexicana. Dentro de los murales que podemos apreciar está el de la escalinata principal del Palacio Nacional, esta obra llamada México a través de los siglos o Epopeya del pueblo mexicano, representa a México en diversas etapas históricas. La narración visual es cronológica y esta lectura inicia a nuestra derecha, hecho seguramente simbólico para el artista, el recorrido visual tiene inicio con la obra El mundo prehispánico, donde el personaje central es el legendario Quetzalcóatl, situado debajo de un templo y un sol invertido rodeado de discípulos, el siguiente mural describe la lucha del pueblo y ejército mexicano contra la invasión norteamericana (1846-1848). En este se aprecian detalles que resaltan la defensa de la ciudad de México. En el arco central del fresco de la escalera, Diego Rivera pinta lo que para él serían las dos grandes hazañas revolucionarias en la historia de México: la Independencia y la Revolución de 1910, en la siguiente obra se ilustra el Porfiriato y la Revolución mexicana. La última parte de esta gran narración visual titulada México de hoy y mañana, 1945, muestra diversos hechos revolucionarios del siglo XX y ejemplifica la opresión de obreros y campesinos; así como las arraigadas creencias religiosas del pueblo. Aquí quedó reflejado el ideal comunista de Diego Rivera y sus aspiraciones políticas y sociales para el México del futuro. En los pasillos del primer piso del Palacio Nacional se encuentran otros murales de Rivera, sin perder la temática inicial, el primero de ellos, La gran ciudad de Tenochtitlán, datado en 1945, donde se aprecia este islote rodeado de montañas y volcanes. El segundo mural, La cultura Purépecha, establecida en los estados de Michoacán y parte de Jalisco, narra escenas de la industria textil. La cultura Zapoteca, establecida principalmente en la región central de Oaxaca es otro mural que representa la vida cotidiana caracterizada por actividades artesanales como el trabajo de la filigrana de oro para la creación de joyas. El trabajo del oro y la joyería fueron algunas de las actividades económicas más importantes para este pueblo. La siguiente obra de Rivera se titula La Cultura Totonaca, cultura situada al norte de Veracruz. En la parte central de este mural, se ve la ciudad de Tajín, en ella se practicaba el juego de pelota y la danza del volador. Seguido de este mural se encuentra La producción de hule, pequeña obra que relata el uso que le daban a la savia del árbol del Tule, con la cual elaboraban las pelotas utilizadas en el juego ceremonial. El Cultivo del maíz, la siguiente obra, se refiere a la importancia que este grano tenía para la gastronomía mesoamericana y que junto con el frijol, el chile y la calabaza se convirtieron en la base de la alimentación indígena. En La Cosecha del cacao se expone este hermoso árbol cuyo fruto mezclado con agua produce el chocolate, bebida ceremonial reservada para los nobles y sacerdotes. El cacao también tuvo funciones monetarias para las diferentes transacciones comerciales a lo largo y ancho de Mesoamérica. La Industria del Maguey y el Amate, muestra cómo esta planta fue aprovechada de diferentes maneras, por ejemplo de techumbre en la construcción de las casas, en la producción de bebidas embriagantes como: aguamiel, mezcal y pulque, esta última, una poderosa bebida chamánica. Además, su fibra es empleada hasta la fecha para la manufactura de vestidos, escudos y sandalias. El último mural titulado La llegada de Hernán Cortes al puerto de Veracruz, aborda con gran simbolismo el tema de la llegada de los barcos españoles a las costas de Veracruz y la Conquista de Tenochtitlan.
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Національний палац
S/N P.za de la Constitución
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Es la sede del Poder Ejecutivo Federal de México. Ubicado al oriente de la Plaza de la Constitución en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en la Demarcación Cuauhtémoc, está construido sobre un área de 40 000 m2. Al formar parte del mencionado conjunto arquitectónico en esa área de la ciudad, es en consecuencia Patrimonio de la humanidad desde 1987. Su construcción se inició en 1522, como segunda residencia privada de Hernán Cortés, encima de una parte del palacio del huey tlatoani Moctezuma Xocoyotzin. Luego fue adquirido por la corona y destinado como sede de los Virreyes de la Nueva España, y de la mayoría de las instituciones coloniales. Durante aquel periodo sufrió un gran incendio y fue semidemolido en 1692, posteriormente fue reconstruido por las autoridades virreinales. Consumada la Independencia de México, fue sede de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial de los diferentes regímenes republicanos y monárquicos del país durante la mayor parte del siglo XIX; incluso fue residencia personal de todos los gobernantes entre 1822 y 1884; a partir de ahí, permaneció como oficina presidencial hasta 1968, recuperando parcialmente dicha función en 2012, y de manera completa en 2018. Además a partir de julio de 2019 volvió a ser residencia del presidente de la república. Sin embargo ha sido permanentemente escenario de actos oficiales, protocolarios y cívicos de la Presidencia de la República, tales como la recepción de Jefes de Estado y de gobiernos extranjeros, entrega de cartas credenciales del cuerpo diplomático y las ceremonias festivas del Grito de Dolores (15 de septiembre) y del inicio de la Independencia (16 de septiembre). Por casi quinientos años esta construcción ha tenido un gran número de ampliaciones y modificaciones en las que han quedado plasmadas las huellas de los distintos gobiernos que ha tenido el país durante el periodo colonial, así como durante su vida como nación independiente. En su construcción se pueden encontrar elementos neoclásicos, barrocos y neocoloniales, siendo el aspecto que hoy tiene el edificio en su exterior resultado de su última ampliación, acontecida durante la segunda década del siglo XX cuando fue añadido el tercer nivel. Alberga un valioso patrimonio histórico-artístico, destacando el conjunto de murales de Diego Rivera. Historia​ Siglo XVI​ Durante la Conquista de México de 1519 a 1520, las fuerzas de Hernán Cortés pusieron sitio a Tenochtitlan y en su avance destruyeron la mayor parte de la ciudad. Derrotados los tenochcas, Hernán Cortés se apropió de ella, junto con el Palacio de Axayacatl o Casas Viejas de Moctezuma, donde se hospedó durante la primera etapa de la Conquista, y en enero de 1522 comenzó la reconstrucción de la ciudad de México-Tenochtitlan, lo que ahora se conoce como el Centro Histórico de la Ciudad de México.1​ La nueva ciudad reconstruida se hizo habitable a partir de 1524, bajo una nueva traza de corte europeo, la cual incluía una plaza central y casas para los conquistadores indígenas y españoles. Las de estos últimos, con una marcada forma de fortaleza. Hernán Cortés como principal conquistador toma el predio del Palacio de Axayacatl ubicado en el lugar que hoy ocupa la casa matriz del Nacional Monte de Piedad y que para la época se encontraba dando frente a la plaza del Empedradillo y a la antigua construcción de la Catedral, en este estableció su primera residencia en la ciudad, por lo que se le conoció como Casas Viejas de Cortés. Más tarde, la Real Audiencia y el primer virrey Antonio de Mendoza la tomaron como casa de gobierno. Cortés, al verse impedido de utilizar su residencia utilizada por el gobierno novohispano, inició la construcción de un nuevo palacio para su uso personal en los terrenos que antes habían ocupado las Casas Nuevas de Moctezuma; residencia que conformó parte de su Marquesado del Valle de Oaxaca, ratificado por cédula real del emperador Carlos V en 1529. El propio Cortés, ayudado por Luis de la Torre y Juan Rodríguez de Salas, se encargó de hacer la traza del edificio, en el predio que ocupaban las Casas nuevas de Moctezuma y una parte donde estuvo el templo de Tezcatlipoca. En 1528 ya podían verse los muros de la planta baja y empezaban a levantarse las habitaciones, columnas y arcos de los patios, todo en cantera labrada. Debido a la lentitud de las obras, Cortés solo habitó por un breve lapso su palacio. Para la construcción usó la mano de obra y materiales que tenía en su marquesado, sobre todo de los pueblos dependientes de Coyoacán, como Tacubaya (para piedras y arena), Cuajimalpa (para madera), etc. En los años inmediatos a la conquista, la Plaza Mayor de la ciudad de México mostraba en su lado oriental la nueva gran propiedad de Hernán Cortés; hacia el sur, las construcciones que albergaban las casas del Cabildo, la cárcel del ayuntamiento y la carnicería; hacia el poniente se levantaban las Casas Viejas de Cortés, rentadas para albergar a la Real Audiencia y al virrey. En el lado norte se encontraba un modesto nuevo templo religioso y las ruinas del Templo Mayor mexica que con el tiempo dejarían su lugar a la catedral. La construcción del palacio culminó en 1550, entre encendidas disputas legales del conquistador y sus herederos con las autoridades enviadas por el rey de España. A la muerte de Cortés en 1547, la obra constaba de tres patios arcados y dos pisos, así como de una extensa huerta en el área que luego sería la Plaza del Volador y que hoy ocupa el edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Al crecer la burocracia del gobierno virreinal, se hizo necesario contar con una sede propia para albergar las instituciones de la Nueva España y con el fin de dejar de pagarle renta a Cortés y a sus herederos. Tras 41 años de litigios sobre rentas y prerrogativas de los Cortés es como el 19 de enero de 1562, el segundo virrey Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón y Martín Cortés, hijo del conquistador, acuerdan la venta del palacio ubicado al costado oriente de la Plaza Mayor de la ciudad, en 264 mil reales (equivalente a 33 mil pesos de aquella época), por lo que devuelven a la familia de Cortes el palacio frente a la catedral. De inmediato fueron trasladadas ahí algunas dependencias virreinales, para lo cual el virrey Luis de Velasco encargo al arquitecto Claudio Arciniega reparar y adaptar las habitaciones de la Casa Real de los Virreyes. Ocho meses después, las Casas Nuevas de Cortés se convierten en la sede del poder virreinal, que por lo mismo reciben desde entonces el nombre de Palacio Virreinal. La construcción de ese entonces se trataba de una maciza fortaleza con troneras en las esquinas, para los cañones y aspilleras en el suelo, para la fusilería; tenía 19 ventanas a lo largo del segundo cuerpo y al centro, sobre el petril, un reloj y una campana.3​ Colindaba al norte con una especie de plaza, la cual terminaba en la actual calle de Moneda que tenía un canal y daba frente al palacio del Arzobispado, al oriente con otro terreno baldío que debió de servir como patio, huerta y ruta de escape para las Ataranzas (puerto de las embarcaciones que navegaban rumbo a Texcoco), al sur con la acequia Real (actualmente la calle de Corregidora), que cruzándola contaba con un terreno en el cual se ponía un mercado que después se conocería como la Plaza del Volador, y al poniente con la Plaza Mayor y el mercado del Parian. El edificio fue adaptado en 1563 para albergar al gobierno, siendo el segundo virrey Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón el primero en residir en él, dentro del piso superior del palacio, junto con la Real Audiencia, mientras tenía abajo la cárcel de la Corte Real (la cual fue quemada en 1659) y una serie de bodegas donde los comerciantes podían ser vigilados. Siglo XVII​ Con el paso de los años se construyeron nuevos edificios en el costado sur oriental, construcciones que no alteraron el extenso jardín ni las huertas que tenía. Hacia finales del siglo, el entonces llamado Palacio de los Virreyes, concebido para la defensa, tenía el aspecto de una fortaleza, con dos torres en las esquinas protegidas por artillería, con pocas ventanas y con troneras para la fusilería". Este palacio era mucho más pequeño que el actual, con solo dos patios y dos alturas; tenía solo tres puertas, dos daban a la Plaza Mayor y una a la calle de las huertas. Durante el gobierno del virrey fray García Guerra, entre los años 1611 y 1612, se construyó una plaza de toros, en la parte oriental del palacio, que resultó destruida por un terremoto. En este siglo el Palacio Virreinal consolidó su imagen como símbolo del poder político. Puertas adentro el virrey y su corte vivían al modo aristocrático de las casas reales europeas, con sus distintas reuniones y festividades, la élite novohispana exhibía su abundancia y preeminencia social. El 15 de enero de 1624 una revuelta de indígenas, mulatos y mestizos incitados por religiosos y encabezados por el arzobispo Juan Pérez de la Serna, irrumpieron en el palacio al grito de consignas contra el gobierno y el virrey Diego Carrillo de Mendoza y Pimentel (quien logró escapar disfrazado como uno de los rebeldes) al tiempo que el edificio era dañado y saqueado. El siguiente virrey, Rodrigo Pacheco y Osorio, ordenó la reparación de los daños y embellecimiento del edificio. Las obras estuvieron a cargo del arquitecto Juan Gómez de Trasmonte, quien a partir de 1628 construyó un conjunto de habitaciones para el virrey y doce balcones con barandales de hierro que daban a la Plaza Mayor. De esos años data la ampliación definitiva de la fachada principal; el aspecto de esta, en aquellos días, consistía en unos portales con arcos de cantera que enmarcaban tres puertas. Al centro de ella había un remate coronado con almenas que mostraba un reloj. Contaba dos niveles y cuatro patios, además de dos puertas laterales en las fachadas sur y norte. El 8 de junio de 1692, una terrible hambruna propició el motín de unos ocho mil indígenas en la Ciudad de México, que se reunieron en la Plaza Mayor para exigir comida. El virrey Gaspar de la Cerda y Mendoza ordenó a los soldados disparar a la multitud desarmada, entre los muertos se contabilizó una mujer embarazada, esto provocó que la gente se hiciera justicia irrumpiendo en el Palacio Virreinal y Ayuntamiento dónde quemaron los edificios y saquearon oficinas, casas particulares y comercios en toda la Ciudad de México. El erudito Carlos de Sigüenza y Góngora intentó salvar muchos de los archivos coloniales que se guardaban en ambos edificios. Al amanecer el día posterior al motín el estado del Palacio era desolador. Muchas áreas de la sólida construcción quedaron hechas cenizas, siendo la zona más devastada la que rodea el Patio de Honor. El virrey Cerda y Mendoza dedicó los meses siguientes a apresar miles de personas acusadas de participar en el incendio y saqueo, ejecutando públicamente a cientos sin comprobar participación ni juicios. Siglo XVIII​ Antes del incendio, y posteriormente, se cuenta que el Palacio Virreinal tenía un estado tal que recordaba un muladar. En su interior había cuartos de habitación de puesteros de la plaza, bodegas para guardar frutas y otros comestibles, fonda y vinatería que se llamaba la botillería, panadería con amasijos, pulquerías, zonas de juego público de naipes y juego de boliche, donde incluso se podía terminar la parranda por la mañana. Todo esto causaban montones de basura que se acumulaban en el interior del Palacio. El Palacio quedó en ruinas varios años, pero en 1711, bajo las órdenes del virrey Pedro Cebrián, se reinició la reconstrucción, manteniendo la composición básica original de dos patios y dos pisos, pero con acabados más moderno tipo Barroco y almenado, dejando de lado mucho de su aspecto de fortaleza; las aspilleras fueron convertidas en ventanas con rejas de hierro. Las obras se enfrentaron a la continua falta de presupuesto, que llegaron a costar 195,500 pesos, razón por la cual el Palacio se mantuvo en obras continuas casi todo el siglo XVIII. En esta época también se construía el nuevo edificio de la Catedral, con el frente a la Plaza Mayor. El Palacio se amplió hacia el Norte, hasta llegar a la calle de Moneda, con patios más pequeños y habitaciones para el virrey, con una pequeña puerta que daba directo a la cárcel de Palacio. La puerta del suroeste daba al patio de honor, cuya parte superior estaba destinada a las habitaciones del virrey; el entresuelo a la secretaría y archivo del virreinato; y la parte baja a la servidumbre, la guardia de alabarderos y los almacenes del estanco del azogue. Este patio se comunicaba con el jardín botánico. El patio central conformado con arqueria soportada por altos pilares almohadillos, daba acceso a las salas de la Real Audiencia, los tribunales de cuentas, del Consulado, de Minería, la Tesorería general, la Capilla real y la Sala del trono. En el extremo norte estaban la cárcel y las habitaciones de los guardianes. Con la llegada del virrey Juan Vicente de Güemes II, Conde de Revillagigedo, que se inicia la limpieza y dignificación del Palacio y la Plaza Mayor; realizando con ello los más importantes trabajos de mantenimiento, funcionalidad y belleza hasta entonces hechos al inmueble. En 1789 se emitió el primer reordenamiento del comercio ambulante e higiene, que desalojó a los comerciantes del Palacio, la Plaza Mayor y las calles de la ciudad de México, aunque con su sucesor en el cargo la situación volvió a lo que solía, pero fuera de Palacio. Durante esa época solo la Capilla Real, construida en la parte oriental, se mantuvo a salvo; ésta tenía pintado el martirio de Santa Margarita por la mano del sevillano Alonso Vázquez. Al sur de la capilla; y tras los edificios de la Casa de Moneda (hoy Museo Nacional de las Culturas) se realizó el Jardín Botánico, que servía de paseo a los habitantes del Palacio. Siglo XIX​ El 15 de septiembre de 1808 fue escenario del primer golpe de estado que se recuerde en territorio novohispano, cuando elementos armados tomaron el palacio y aprendieron al virrey José de Iturrigaray, quien apoyaba abiertamente los intentos autonomistas del Ayuntamiento de la capital, encabezado por Francisco Primo de Verdad y Ramos y Melchor de Talamantes, entre otros. El 27 de septiembre de 1821, después de un desfile por parte del ejército Trigarante, desde el Palacio del Ex Arzobispado, en Tacubaya, Juan O'Donojú entrega el gobierno virreinal a Agustín de Iturbide. Al día siguiente, el 28, se instaló en el Salón de recepciones del antes Palacio Virreinal, la Junta Provisional Gubernativa, que emitió el Acta de Independencia del Imperio Mexicano quedando en espera de que el rey español Fernando VII reclamara para si el trono de México, según el Plan de Iguala y los Tratados de Córdoba. Fernando VII rechazó la independencia de la Nueva España y por ende el trono mexicano. El 19 de mayo de 1822 el Congreso proclamó a Iturbide como emperador, aunque Agustín I continuó viviendo en el palacio de los condes de San Mateo de Valparaíso (actualmente el Museo Palacio Cultural Banamex, también conocido como Palacio de Iturbide), el Palacio virreinal pasa a ser llamado Palacio Imperial. A pesar de las intenciones de transformar el inmueble en un recinto mucho más fastuoso, el gobierno imperial, limitado por la inestabilidad económica y política del naciente país, apenas alcanzó a modificar ligeramente la fachada del edificio; algunos de los cambios fue pintar la fachada principal con un diseño de almohadillados estilo renacentista y la colocación de adoquines en las garitas laterales de cada puerta. Tras la caída de Iturbide en 1823, en el templo de San Pedro y San Pablo (actualmente el Museo de la Luz de la UNAM) se llevan a cabo las sesiones del Congreso Constituyente, que firma el Acta Constitutiva de la Federación Mexicana y, posteriormente, la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de 1824. Fundada la República, el Congreso decretó que todos los lugares que en su nombre llevaran los términos de "Imperial" serían sustituidos por el de "Nacional".8​ y por ello, el Palacio adoptó desde entonces el nombre de Palacio Nacional. Se remodeló para dar cabida a los tres poderes federales que se formaron en la nueva república: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Para entonces, la construcción del Palacio cubría ya toda la fachada poniente que daba a la Plaza Mayor. Los posteriores golpes de estado y revueltas afectaron en menor o mayor medida al Palacio Nacional. Las obras de reconstrucción y adecuación fueron continuas durante el siglo XIX y por causa de los movimientos políticos y simples accidentes, se fueron perdiendo obras artísticas de la época colonial. En 1830 la cárcel fue cambiada al edificio de la Acordada. También se dio la ocupación indebida de espacios, y la anulación de la pequeña puerta que conectaba con la cárcel en 1831 para mejorar la seguridad de las habitaciones presidenciales.1​ El 15 de marzo de 1825, la Suprema Corte de Justicia de la Nación se estableció en la esquina noroeste del Palacio Nacional, lugar donde permaneció hasta 1853.9​ Pero sobre todo, lo que más lo transformó, fue la edificación del Recinto Parlamentario en 1829, creado para albergar la Cámara de Diputados y que habría de incendiarse en 1872. En tanto que la Cámara de senadores se instaló en la planta alta del ala sur en 1845.10​ En julio de 1840, la revuelta federalista de Valentín Gómez Farías y José Urrea ocasionó graves daños al palacio, entre ellos un cañonazo que derribó parte de la fachada en una las torres del inmueble. A raíz de la guerra entre México y Estados Unidos, luego de la toma del último reducto que protegía la ciudad en el Castillo de Chapultepec, el 14 de septiembre de 1847, el ejército estadounidense entró en la plaza principal de la Ciudad de México e izó su bandera en el Palacio Nacional, en señal de victoria, aunque por instrucciones del General Winfield Scott se respetaron las instalaciones. De esta manera, el 16 de septiembre de 1847 en que se celebraría la independencia de México, los estadounidenses concretaban la ocupación del país. La ocupación del ejército de Estados Unidos terminó tras la firma (2 de febrero) y ratificación del Tratado de Guadalupe Hidalgo el 30 de mayo de 1848 por el que se perdió más de la mitad del territorio mexicano. La desocupación del Palacio Nacional se realizó hasta el 28 de junio del mismo año. Al día siguiente se izó de nuevo la bandera nacional mexicana en una ceremonia. En 1852 durante el gobierno del presidente Mariano Arista se llevaron a cabo las primera reformas significativas en Palacio Nacional: Se restauraron los patios del ala norte, que habían quedado abandonados desde que saliera de ahí la cárcel en 1832; se abrió el pasillo que comunica esta área con el patio central por la parte superior; se cambiaron pisos, puertas y ventanas; se dictaron reglamentos para recuperar zonas ociosas y se abrió la tercera puerta de la fachada principal, de uso exclusivo del presidente de la república y conocida más tarde como Puerta Mariana en honor al citado mandatario. El día 5 de febrero de 1857 en el recinto legislativo de Palacio se jura frente a un crucifijo la Constitución de 1857, de corte liberal. Durante la Guerra de los Tres Años o Guerra de Reforma de 1857 a 1861, el país tuvo dos gobiernos simultáneos: por un lado, desde el Palacio Nacional, se mantenían los presidentes del gobierno conservador. Por otro, el presidente Benito Juárez instaló al gobierno federal en el puerto de Veracruz de donde ingresará a la Ciudad de México hasta enero de 1861. El 31 de mayo de 1863, durante la Intervención francesa, Benito Juárez se vio obligado a dejar la capital y por tanto al Palacio Nacional, que simbólicamente, cierra la puerta central.1​ En junio de 1863 el ejército francés ocupó el Palacio Nacional y por breve tiempo de 1863 a 1867, nuevamente se le llamará Palacio Imperial, durante el Segundo Imperio Mexicano de Maximiliano de Habsburgo, aunque no lo usó como residencia, ya que en 1863 el emperador cambió su residencia al Castillo de Chapultepec, dejando al Palacio como un edificio puramente administrativo y de protocolo. No obstante lo anterior, ordenó diversas obras en su interior para que adquiriera un toque majestuoso y dejar atrás algo del estilo sobrio que le caracterizaba, convirtiéndolo en un lugar ideal para bailes y recepciones oficiales, y sede de lujosas oficinas públicas. Se destruyeron las viviendas que por años habían invadido la azotea y se levantó el nivel de los patios para evitar inundaciones, al mismo tiempo que se destruían paredes que por el inevitable deterioro ya resultaban inútiles o peligrosas; uno de los más distintivo de esos cambios que por órdenes expresas de Maximiliano se hicieron, se dio en el Salón de Recepciones: en el amplio y alargado aposento, se retiraron los rasos del techo para dar aire a la magnífica viguería virreinal de cedro, también conocido como Salón del Dosel o del Trono; además fue motivo de redecoración con la instalación de la galería de retratos que recibió óleos de los pinceles de Petronilo Monroy (retrato de Iturbide), José Obregón (retrato de Matamoros), Ramón Pérez (retrato de Allende), Joaquín Ramírez (retrato de Hidalgo) y el propio Santiago Rebull, encargados expresamente por el Emperador para “…buscar una vinculación con el heroico pueblo que presido”. Además, en el Palacio se amplió el Jardín Botánico, se liberó el edificio de la Casa de Moneda y se fundó el Teatro de la Corte; una alteración relevante fue la adición de una nueva escalera en los “Departamentos Imperiales” a la que comúnmente se llama “Escalera de la Emperatriz Carlota”, que hoy comunica los patios marianos. La construcción fue ordenada por Maximiliano a los hermanos Juan y Ramón Agea para uso exclusivo de la corte, y estaría cubierta por un tragaluz de cristal; la peculiar escalinata de muy ligeros peldaños causó revuelo e inquietud en 1867 cuando fue entregada. Por instrucciones del emperador, se convirtió a todos los salones del frente de la fachada principal en un solo e inmenso salón, destinado para banquetes, recepciones oficiales y fiestas de la corte imperial; las paredes se tapizaron con tapiz carmesí que tenía grabado el escudo imperial; se instalaron candelabros de bronce, jarrones de mármol blanco. En los salones se instalaron finos muebles europeos y se colocaron a manera de galería, en los pasillos principales de las áreas del emperador, retratos de los principales héroes de la independencia de México. Las adecuaciones imperiales se hicieron de acuerdo al proyecto de los arquitectos Ramón Rodríguez Arangoiti y Ramón Agea. Derrotado el imperio de Maximiliano, el 15 de julio de 1867 el presidente Benito Juárez regresó a la Ciudad de México, abrió simbólicamente las puertas centrales de Palacio Nacional y presidió, desde el palco central, el desfile triunfal. Pocos años después, con el bronce de varios cañones capturados al conservador Miguel Miramón en Calpulalpan, y con el de los obuses que sirvieron para la defensa de Puebla durante el sitio de 1863 se llevó a cabo la estatua sedente del presidente Juárez que se encuentra entre el primer y segundo Patios Marianos. Ya durante el gobierno del presidente Porfirio Díaz fueron realizadas varias obras de infraestructura, adecuación y modernización del Palacio. Una de ellas fue la creación de una puerta especial para el acceso directo a las oficinas del Ejecutivo en el costado surponiente. Asimismo, se instalaron la primera línea de energía eléctrica y el primer elevador de la ciudad de México, en las áreas de oficinas del presidente, y que aún hoy sigue siendo de uso exclusivo del jefe del ejecutivo federal. En 1877 se construyó un observatorio astronómico y otro meteorológico. El 14 de septiembre de 1886 se llevó a cabo con una ceremonia oficial la instalación de la campana original del templo de Dolores Hidalgo en Guanajuato, la cual fue transportada con honores militares. La llamada Campana de Dolores se ubica en sobre el balcón central de Palacio que da al Zócalo, en un nicho que fue especialmente construido, por lo que se demolió el original copetón del centro. Es a partir de entonces que se usa para celebrar el aniversario del Grito de Dolores. En 1892 el entonces secretario de hacienda José Yves Limantour reinstaló las oficinas de esa dependencia en el ala norte, en torno a tres patios sucesivos, más uno grande interior destinado a la Oficina Impresora del Timbre. Toda la fachada principal se aplanó con mezcla, formando rectángulos que simulaban bloques de piedra. Por dentro se remodelaron las estancias presidenciales, el comedor, el Salón Embajadores, la cocina, la sala de estar, las cocheras y las caballerizas. El último presidente que usó el Palacio Nacional como residencia fue Manuel González, quien terminó de rehabilitar el Castillo de Chapultepec, mismo que seria usado como residencia por su sucesor Porfirio Díaz, siguiendo los pasos de Maximiliano y Lerdo de Tejada. Aunque continuó siendo la sede del Poder Ejecutivo, albergando las oficinas principales de las secretarias de Guerra y Marina, de Gobernación y Hacienda siendo esta última la única que queda a la fecha dentro de Palacio; Además de la comandancia de la Primera Zona Militar. Siglo XX​ Para las fiestas del Centenario de la Independencia, Díaz ordenó en 1901 la rehabilitación casi total del palacio, salvo por el Salón de Recepciones, pero el estado actual del resto de las áreas protocolarias del Palacio Nacional son de esta época. Destacan de estos trabajos los plafones de algunos salones, el Salón Panamericano y la colocación de otro elevador en el área de Hacienda. Es así como durante 1910 se llevan a cabo diferentes ceremonias en Palacio, siendo de estas la más vistosa y última la "Apoteosis de los Héroes" el 6 de octubre en el Patio Central, para lo cual se construyó con madera y otros materiales varios monumentos alegóricos, siendo el principal un catafalco ubicado en el centro del Patio Central el cual se techo totalmente. Durante el denominado Porfiriato, el palacio alcanzó una etapa de esplendor en la que (alternando con la residencia oficial el Castillo de Chapultepec) fue el escenario de innumerables ceremonias y festividades que enaltecían la figura presidencial y revestían al inmueble de la categoría de recinto de gobierno que no tenía desde la época virreinal. En 1902 el recién construido Salón Panamericano fue sede de la II Conferencia Panamericana, reunión cumbre de la Unión Panamericana a la que asistieron representantes de todos los países del continente. Es así como durante la Revolución mexicana y principalmente durante la Decena Trágica (1913), que el Palacio Nacional recibe los daños de la guerra, teniendo el daño más fuerte en la zona de oficinas de la presidencia al sur del palacio. En 1914 fue tomado por las fuerzas Zapatistas y Villistas. En 1926 se inauguró el Salón de la Tesorería (en el espacio que ocupaba la Tesorería desde 1891) y se realizó una reforma profunda al edificio, cuando el presidente Plutarco Elías Calles (a iniciativa del secretario de hacienda Alberto J. Pani) mandó construir la galería o tercer nivel de toda la construcción, así como sustituir la piedra blanca de la fachada por el actual tezontle rojizo que lo caracteriza y cambiar muchas de las características que hasta entonces lo distinguían, como eran las estatuas de ángeles sobre las puertas laterales del frente, retiradas cuando el pretil y las torres se almenaron; se pusieron remates sobre las tres puertas para el asta bandera, se recubrieron con cantera de Chiluca las puertas y ventanas, cornisas, pretiles y remates; se colocó la campana dentro de un nicho flanqueado por atlantes; en el interior se construyó la gran escalera central, la escalera de la secretaria de hacienda y la sala de oficinas de la tesorería central. Dirigió la obra el arquitecto Augusto Petriccioli, y el arreglo de la tesorería Manuel Ortiz Monasterio. Entre 1929 y 1935 Diego Rivera pintó en el cubo de la escalinata una visión panorámica de la historia de México denominada Epopeya del pueblo mexicano, incluyendo una fantasía del mundo del porvenir. En el ala norte del patio central realizó otros murales, entre 1944 y 1952, con temas relativos a la vida de los antiguos pueblos mesoamericanos. En 1945, el presidente Manuel Ávila Camacho ordenó la creación de las Galerías de los Presidentes y de los Insurgentes, que se ubican en el segundo nivel de los patios que dan al Patio de Honor en la zona de presidencia. Con la transformación de la figura presidencial en el eje de la vida política del país a partir de la década de 1920, los símbolos del poder de esta (la silla y banda presidencial; los Pinos, etc.) se convirtieron en actores de los rituales que daban significado e imagen al ejercicio del poder. Desde luego el Palacio Nacional fue parte de estos elementos simbólicos, especialmente porque, al funcionar como despacho presidencial, se volvió el centro emisor de las decisiones y mandatos del presidente de la república. El inmueble era importante en ceremonias como la toma de posesión, donde el presidente, luego del desfile multitudinario que lo trasladaba desde la sede del Congreso, iniciaba sus actividades con el tradicional saludo y foto oficial con los integrantes del gabinete presidencial. En la ceremonia del informe presidencial, el mandatario asistía a Palacio para colocarse la banda presidencial e iniciar el recorrido a la sede del congreso. En tanto que el Balcón central se convirtió en la tribuna de honor desde donde el Comandante supremo encabezaba los desfiles conmemorativos del 1 de mayo, 16 de septiembre y 20 de noviembre. Además de ser el punto de encuentro en manifestaciones de apoyo popular al primer mandatario en el Zócalo, como ocurría en la mencionada toma de posesión o en alguna de las múltiples demostraciones de lealtad de organizaciones campesinas, obreras y populares afiliadas al partido oficial PRI. Al inicio de la segunda mitad del siglo XX, surgió un desprecio y descuido por la herencia colonial en el centro de la ciudad de México se realizaron obras que contrastaban burdamente con los edificios virreinales. Así por ejemplo edificios tan antiguos como el Hospital de Jesús fueron desfigurados con áreas modernas. El Palacio Nacional no se quedó exento de estas ideas y en la década de 1960, en la parte oriente del antiguo huerto, fueron construidos los edificios Landa para albergar más oficinas de la Presidencia, la Primera Zona Militar y de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, con una arquitectura que en nada armonizaba con el entorno del lugar. Contrario a lo anterior en 1972, se rehabilitó el Recinto Parlamentario con base a litografías y descripciones del siglo XIX, reinaugurándose con una sección especial del Congreso de la Unión el 18 de julio,14​ por estos años también se habilitaron otros salones con ideas vanguardistas que contrastaban con el origen colonial del edificio, como lo fue el vestíbulo del Recinto Parlamentario, entre otros. A consecuencia de las obras del metro y de un proceso de asentamientos desiguales, se resintió la estructura de Palacio. De 1971 a 1976 se tuvieron que ejecutar obras de consolidación, especialmente en el patio central, el de honor y el tercer piso. En el segundo, se encontraron restos de las bases del primitivo Palacio Virreinal, dos de los cuales se conservaron in situ. Se levantó todo el piso del patio y se le puso otro nuevo; se restauraron los muros y se dejaron al descubierto las viejas vigas de cedro con zapatas que sostienen el primer cuerpo del edificio; se cambió el pavimento del patio central y se le puso una fuente octagonal con tres tazones de hierro cuadrilobulados; se uniformó el estilo de las crujías que miran al patio de la Emperatriz. Se remodeló la pared sur del cubo de la escalinata donde esta el mural de Diego Rivera. Se remodelarón los salones de las áreas públicas y presidenciales. Se renovaron las instalaciones y se detuvo el deterioro de la fachada de la antigua Casa de Moneda (hoy Museo de las Culturas). El 1º de mayo de 1984, un individuo lanzó dos bombas molotov, una hacia la Puerta Mariana y otra hacia el balcón presidencial de Palacio Nacional, justo cuando el presidente Miguel de la Madrid presenciaba el tradicional desfile obrero, resultando heridas algunas personas. Después del sismo del 19 de septiembre de 1985 que sacudió la capital de la República, se desocuparon los edificios Landa (que resultaron dañados por los terremotos), junto con otros espacios. Además se tornó preocupante el asentamiento del edificio, principalmente porque comenzó a ser de manera altamente irregular y acelerado. Con lo cual se iniciaron trabajos de rescate del inmueble, no para remodelarlo, sino para evitar su colapso. Principalmente se atacaron problemas de cimentación. Otra intervención se realizó entre 1999-2000 por órdenes del presidente Ernesto Zedillo; en estos trabajos se incluyó la remodelación de la capilla, la demolición de los edificios Landa y otros más antiguos con el fin de recuperar 14 000 metros cuadrados, la idea fue habilitar espacios para la instalación de salas destinadas a exposiciones museográficas permanentes, por lo que ahora se contaba con un museo que alberga copias del Acta de Independencia, el Tratado de Córdoba, entre otros documentos. En los trabajos de restauración se tomó darles un estilo más apegados al siglo XIX a los salones habilitados como vanguardistas en las décadas pasadas, se estableció el jardín botánico en remembranza del de Moctezuma y el Jardín de la Emperatriz, el primero se hallaba originalmente donde hoy esta la Torre Latinoamericana, el segundo ocupó parte del huerto de Palacio. Además el presidente Ernesto Zedillo es quien emite un reglamento para el uso del palacio determinando la creación de la Conservaduría del Palacio Nacional, compuesta por miembros de diferentes ramas del gobierno federal, lo que limita la preeminencia que había tenido el ejecutivo en la administración del inmueble a través del Estado Mayor Presidencial, por lo que la seguridad, mantenimiento y administración del inmueble se divide entre la Secretaria de Hacienda (que controlan la zona abierta al público en general), la Secretaria de la Defensa Nacional quienes controlan los edificios del oriente que dan a la calle de Correo Mayor pertenecientes entonces a la Primera Zona Militar; y la Presidencia de la República quienes a través del Estado Mayor Presidencial controlan el Patio de Honor y la zona de oficinas del presidente. Siglo XXI​ Durante la administración del presidente Vicente Fox se da el primer intento serio de abandonar el edificio por parte de la presidencia, por lo que el entonces secretario de Hacienda y Crédito Público Francisco Gil Díaz toma áreas administradas por Hacienda como oficinas, desalojando las muestras museográficas, aunque muda muchas de sus actividades al edificio de Av. Constituyentes 1001. La idea era convertir las áreas de Presidencia a un museo de sitio, pero la presión de varios sectores sociales obligó a abandonar la idea.20​ Aunque se terminaron los trabajos de remodelación del vestíbulo del Recinto Parlamentario, se abrió el archivo de Francisco I. Madero. En noviembre de 2006 se inauguran los nuevos edificios que dan a la calle de Correo Mayor, que sustituyen a los edificios Landa, estos son destinados a oficinas y cuartel perteneciente a la Primera Zona Militar, que son compartidos por el Estado Mayor Presidencial ya que permiten contar por primera vez con un estacionamiento para funcionarios y visitantes especiales, a este edificio se le cuidaron sus fachadas para mantener la armonía arquitectónica con el resto del conjunto. Con motivo de los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, el presidente Felipe Calderón Hinojosa autorizó el remozamiento del Palacio y de la Casa de Moneda (actualmente Museo Nacional de las Culturas), con el fin de integrarlos en un solo conjunto que cubre toda la manzana. Los trabajos son principalmente en la fachada y su acera principal, trabajos de cimentación con la inyección de lodos con Bentonita. Destaca de entre los festejos del Bicentenario de la Independencia, el rescate de muchas de las áreas destinadas para museografía que habían sido invadidas por la Secretaría de Hacienda, junto con otros espacios, integradas en la Galería Nacional inaugurada el 5 de septiembre de 2010 por el presidente Calderón con la exposición México 200 años: La patria en construcción22​ (abierta al público a partir del 19 de septiembre). En esta exposición destacó la exhibición de once urnas con los restos de los catorce héroes que reposan en la Columna de la Independencia: Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Jiménez, Nicolás Bravo, Vicente Guerrero, Mariano Matamoros, Francisco Xavier Mina, José María Morelos y Pavón, Andrés Quintana Roo, Leona Vicario, Guadalupe Victoria, Pedro Moreno y Víctor Rosales; los cuales fueron exhumados del Monumento de la Independencia el 30 de mayo y llevados para su estudio al Castillo de Chapultepec, y recibidos con honores en Palacio Nacional el 16 de agosto, los cuales estuvieron en exhibición hasta el 30 de julio de 2011, exactamente al cumplirse el bicentenario de la ejecución de Miguel Hidalgo, fecha en que regresaron a la Columna de la Independencia y en que concluyó la exposición.23​ Asimismo, en la exposición México 200 años: La patria en construcción se exhibieron documentos como el Acta de Independencia, los Sentimientos de la Nación; así como banderas, muebles y artículos de gran valor histórico. Al igual que los festejos del Centenario en 1910, el Palacio Nacional volvió a ser el gran protagonista en una festividad de enorme relevancia, cuando la noche del 15 de septiembre de 2010 fue el escenario culminante de las celebraciones en el Zócalo por el Bicentenario de la independencia. Un espectáculo con llamas danzantes surgidas de la parte superior de la fachada, acompañadas de música y concluido con fuegos artificiales, dieron paso al celebre Grito de Dolores. Con el antecedente y el marco de una ceremonia de traspaso de funciones, improvisada la noche del 30 de noviembre de 2012; Enrique Peña Nieto, se convirtió en el primer presidente desde Gustavo Díaz Ordaz en despachar en este inmueble, incrementando las actividades oficiales y de trabajo en el recinto, hasta entonces hechas en la Residencia Oficial de los Pinos por los últimos mandatarios.​ El 6 de noviembre de 2014 un grupo de personas incendio la puerta principal del Palacio en medio de las protestas derivadas por la desaparición de 43 estudiantes en Iguala, Guerrero. El 13 de febrero de 2016 recibió la visita de estado del papa Francisco en su calidad de jefe de Estado de la Ciudad del Vaticano; recepción del máximo jerarca de la Iglesia católica, inédita en la historia del recinto. Como parte de los compromisos iniciales, hechos en campaña, para realizar en los primeros días de su gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador comenzó a operar de forma permanente en el despacho presidencial desde el 1 de diciembre de 2018, trasladando de manera definitiva las labores ejecutivas desde la Residencia Oficial de los Pinos (que se convirtió en Centro Cultural) al Palacio Nacional. Posteriormente el 22 de julio de 2019, y luego de 135 años de no serlo, recuperó su condición de Residencia Presidencial, al concretarse la mudanza del mandatario y su familia a un departamento ubicado en el tercer piso del complejo, específicamente en el ala sur junto a las oficinas que ocupaba el Estado Mayor Presidencial (mismas que serían empleadas ahora como área de trabajo de la presidencia). El área del departamento, en forma de escuadra, esta localizada exactamente en la esquina sur del Jardín botánico, y que en el exterior comunica a la calle de Corregidora. Con una extensión de 300 metros cuadrados cuenta con dos recámaras, un estudio, cocina, sala y comedor, así como pasillo principal y vestíbulo. El departamento fue construido por indicaciones del entonces presidente Felipe Calderón durante su sexenio, aunque no era conocido públicamente. La edificación no forma parte del complejo histórico que constituye el patrimonio arquitectónico del Palacio, por lo que su diseño y uso no representan impacto al valor artístico del inmueble. Habría sido el antecesor de López Obrador, Enrique Peña Nieto, quien le dio a conocer la existencia de dicha área, por lo que ya como presidente presentó los planos del lugar, sus características y su consecuente mudanza.​ El Palacio hoy​ El Palacio continúa siendo la sede oficial del Poder Ejecutivo, y es actualmente la residencia oficial del Presidente (desde la conversión en Complejo Cultural de Los Pinos en el área del Bosque de Chapultepec). Aquí se realizan importantes actos protocolarios del Presidente, como jefe de estado: celebración del Grito de Dolores, desfiles militares conmemorativos de la Independencia y de la Revolución mexicana, mensajes del presidente con motivo de sus informes de gobierno, recepción de jefes de Estado y de gobierno extranjeros, recepción de credenciales del cuerpo diplomático acreditado en el país, entre otros eventos. Fachadas​ Situado en el lado oriente del Zócalo de la Ciudad de México, Palacio Nacional es el inmueble más grande de los edificios que rodean la Plaza y uno de los conjuntos arquitectónicos de mayores dimensiones del país. Su fachada principal, revestida con piedra de chiluca y tezontle, muestra, en su parte inferior y media, un estilo barroco sobrio de los siglos XVII y XVIII, y en su parte superior, construida entre 1926 y 1928, el estilo llamado neocolonial. La fachada principal de Palacio Nacional muestra tres ejes que corresponden a sus respectivas entradas monumentales. Los ángulos noroeste y suroeste rematan en torreones de estilo militar. El basamento abarca la planta baja, tiene 25 ventanas rectangulares de pequeñas proporciones El nivel inmediato superior ostenta el mismo número de ventanas, pero de mayores proporciones y protegidas con reja de hierro forjado. La mitad superior, con 39 grandes ventanas balconadas, está revestida con tezontle en varios tonos. Al tercer piso se le conoce como galería y posee 60 ventanas. Dotado de tres portadas, correspondientes a sus puertas monumentales, destaca la central por su simbolismo: en lo alto se observa la campana de Dolores, uno de los objetos históricos de mayor relevancia para la historia mexicana. Debajo de ella se alza el Balcón Presidencial. Remata la portada el escudo nacional flanqueado por un caballero águila y otro español. Las portadas laterales descubren las puertas denominadas Mariana y de Honor; la primera, ubicada en el ala norte, es así conocida en memoria del presidente Mariano Arista, quien la mandó construir en 1852; la otra, orientada al sur, recibe su nombre por el hecho de ser la puerta reservada para uso del Presidente de la República. Esta costumbre data de tiempo atrás cuando los mandatarios se dirigían del Castillo de Chapultepec o de Los Pinos a sus labores en Palacio. Al arribo del mandatario se despliega para su recibimiento una valla de honor de las guardias presidenciales. La fachada cierra en sus extremos con dos densos torreones de estilo militar revestidos de cantería. La fachada lateral norte se extiende a lo largo de la calle de Moneda, la primera de dos partes presenta los mismos elementos formales de la fachada principal pero en un estilo más sobrio y puro característico del siglo XVIII. La segunda parte consta de tres pisos y es, casi en su totalidad, la original del siglo XVIII. Destaca la portada que da acceso al Museo de las Culturas, cuya imponente puerta exhibe ornamentaciones neoclásicas. A los costados de la puerta se levantan dos pares de columnas corintias rematadas con un friso de estilo siglo XVII, el cual sostiene una ventana balconada flanqueada por dos columnas jónicas. La gran portada termina con un frontón de estilo neoclásico y un águila en bronce, agregados, seguramente, durante la época del presidente Porfirio Díaz. El lado oriente muestra una fachada divida en cuatro segmentos de diversas proporciones y estilos. La esquina que conforman las calles de Moneda y Correo Mayor ostenta el mismo estilo arquitectónico de la fachada principal del Museo de la Culturas, no así la fachada adyacente de la antigua Procuraduría, la cual permite observar el estilo neocolonial predominante de las primeras décadas del siglo XX con sus grandes ventanas y balcones enmarcados en cantería. El segmento inmediato muestra la fachada denominada Constanzó, construida en el siglo XVIII en un estilo que puede clasificarse como versallesco, aunque con elementos estilísticos de Luis XVI; entre sus características, destaca el revestimiento en tezontle rojo y los altorrelieves de amorcillos, guirnaldas, figuras humanas, trofeos e instrumentos musicales que se observan en los diversos tableros situados arriba de los ventanales. En el segmento que cierra la fachada oriente, en la esquina de las calles de Correo Mayor y Corregidora, se levantan dos edificios reconstruidos en tiempos recientes, cuyas fachadas presentan el estilo sobrio característico de los años en que se aumentó el cuarto piso a Palacio Nacional. La fachada lateral sur la forman tres partes que, en lo fundamental, siguen el estilo que impuso el arquitecto Petriccioli a Palacio Nacional entre 1926 y 1928; no obstante, la fachada intermedia, que antes correspondía al Archivo General de la Nación, guarda elementos que permiten imaginar la antigua fachada del Palacio Virreinal. Áreas de Presidencia​ Ubicadas en el ala sur de Palacio Nacional, las áreas protocolarias de la Presidencia de la República ocupan los salones que asoman a la Plaza de la Constitución y a la calle de Corregidora. En sus orígenes éstas fueron las habitaciones de los virreyes y alojaron el aparato de la administración real. Fue también, durante diversos momentos del siglo XIX, residencia de presidentes y de los emperadores Maximiliano de Habsburgo y Carlota de Bélgica. La arquitectura de sus espacios ha sufrido múltiples transformaciones al paso de su historia; sin embargo, exhiben abundantes objetos ornamentales y obra plástica de la época del Segundo Imperio y conservan aún el gusto artístico predominante de la época de esplendor del porfiriato. En la primera planta, al final del corredor surponiente, se abren las puertas que llevan a un pequeño salón conocido como Juárez, cuyo nombre se debe a Benito Juárez. Se sabe que por este salón el presidente cruzaba a diario para dirigirse de su despacho a sus austeras habitaciones, que se encontraban en el ala norte de Palacio. Entre los elementos que adornan este salón destacan los óleos del revolucionario y reformador agrarista Emiliano Zapata y del escritor y libertador cubano José Martí realizados por Antonio Albanés García y E. Valderrama, respectivamente. Contiguas al Salón Juárez se localizan las galerías de los Insurgentes y de Presidentes, que sirven de antesala a los salones presidenciales. Situada en el corredor poniente, la Galería de los Insurgentes exhibe una colección de retratos de algunos de los próceres de la independencia nacional. El propósito de esta galería fue exaltar a los héroes nacionales que llevaron a México a convertirse en una nación libre y soberana. El emperador Maximiliano de Habsburgo fue el iniciador de este reconocimiento, cuando en 1865 se realizaron algunos de los óleos más importantes que aquí se muestran. De esta época destacan los retratos de Miguel Hidalgo y Costilla, pintado por Joaquín Ramírez, Mariano Matamoros de José Obregón y Agustín de Iturbide de Petronilo Monroy. Esta galería fue originalmente conocida como la Galería de Iturbide, y se situó en lo que hoy es el Salón de Embajadores. La Galería de los Presidentes, situada en los pasillos del primer piso del área de gobierno, fue creada en 1945 por el entonces presidente de México Manuel Ávila Camacho. Sobre sus muros pende una serie de retratos de diversos mandatarios de los siglos XIX y XX. Se sabe que algunos de ellos posaron para las pinturas; tal fue el caso del retrato de Mariano Arista (1851), quien con uniforme de gala posó para el pintor Edouard Pingret. Muchos otros son recreaciones realizadas por el prolífico pintor Carlos Tejeda entre 1945 y 1946. Sobre los corredores también se exhiben otros objetos de arte, como un juego de candelabros de procedencia francesa traídos a Palacio Nacional durante la época del Segundo Imperio. Los salones presidenciales se componen de un conjunto de áreas conocidas como el Salón Azul, Salón Verde, Salón Morado —así denominados por el color de sus tapices—, el Salón de Embajadores y el Salón de Recepciones, además del Despacho Presidencial, el Comedor y el Antecomedor, entre otros. Esta división en salones fue realizada en 1901, durante la época de esplendor del porfiriato, por el ingeniero Gonzalo Garita, con motivo de la celebración del Segundo Congreso Panamericano (1902). Despacho Presidencial​ El Despacho Presidencial, es considerado el centro emblemático de Palacio Nacional y símbolo de poder para los mexicanos y su clase política. Anterior a los años treinta del siglo XX, este espacio estuvo dividido en dos, una parte acondicionada como área de descanso otra como sala privada, luego de ser unidas fueron decoradas al estilo del salón embajadores. Hoy en día resguarda un nutrido grupo de muebles de estilo renacentista italiano y francés, entre los que destacan el sillón presidencial y el librero, cuyo frontón, soportado por dos cariátides de madera, exhibe en su centro el escudo nacional. En 1901 esta área fue llamada "Sala Privada". Salón de Recepciones​ Es el área de mayor dimensión en la zona presidencial. Tiene cinco ventanales, con sus correspondientes balcones a la Plaza de la Constitución, el del extremo norte queda bajo la campana de la Independencia y es utilizado exclusivamente por el Presidente en los grandes eventos cívicos, especialmente la noche del 15 de septiembre en la conmemoración del Grito de Dolores y el desfile militar del 16 de septiembre conmemorativo del inicio de la independencia. Se ubica a un costado del actual Salón de Embajadores, y fue el único que no se remodeló durante las obras de 1901. En la época Colonial se le llamó Salón del Trono, por encontrarse ahí el asiento con grada y dosel que ocupaba el virrey en las ceremonias. Durante la vida independiente en este lugar estuvo cautivo Benito Juárez debido a la revuelta conservadora ocasionada por el Plan de Tacubaya en 1857, preso por órdenes del entonces presidente Ignacio Comonfort. Las vigas de cedro fueron admiración de Maximiliano de Habsburgo, quien lo utilizó como Salón de Fiestas. En 1902 con motivo de la fiesta de recepción a los representantes del Segundo Congreso Panamericano, se utilizó como espacio complementario del Salón de Embajadores. Este salón guarda cuatro óleos monumentales que representan algunos episodios militares de la historia de México; tres de estos fueron ejecutados durante la presidencia de Porfirio Díaz. El salón se incendió en 1909 y posteriormente fue acondicionado por la proximidad de las Fiestas del Centenario de la Independencia. Salón de Embajadores​ Tiene una superficie de 24 metros de largo por ocho de ancho. En el plafón se observan florones, follajes y mascarones; las superficies lisas están separadas por rectángulos longitudinales adornados con hojas de acacia, cordones dorados y figuras de angelitos sosteniendo un pequeño medallón. Entre las paredes y el plafón hay un friso curvo con ocho relieves que muestran las fases de una batalla. Una sucesión de guirnaldas da unidad al conjunto. Sobre los muros se encuentran pinturas de Miguel Hidalgo, José María Morelos, Vicente Guerrero, Ignacio Allende, Benito Juárez y una alegoría de la Constitución de 1857. Llamado así por ser el salón donde se presentan las cartas credenciales para embajadores y cónsules acreditados en México, ceremonia presidida por el presidente de la República. Este lugar ha sido testigo de acontecimientos históricos, por citar algunos: el 28 de septiembre de 1821 se firmó el Acta de Independencia del Imperio Mexicano; en 1872 estuvo expuesto por tres días el cuerpo de Benito Juárez, fallecido el 18 de julio; asimismo el 10 de septiembre de 1921, se llevó a cabo el acto conmemorativo del primer centenario de la consumación de la Independencia de México. Salón Morado​ Conocido a principios del siglo XX como "Sala de Ayudantes". Fue restaurado durante el régimen porfiriano. Este salón debe su nombre al color del tapiz que hace juego con un jarrón morado de porcelana que le fue obsequiado a Carmen Romero Rubio de Díaz, segunda esposa de Porfirio Díaz, el cual ostenta una placa de bronce con las iniciales C.R.R. de D.D grabadas. Un óleo del Virrey Juan Vicente Güemes Pacheco de Padilla, Segundo Conde de Revillagigedo, pintado por Carlos Tejeda en 1946, cuelga de la pared. Al igual que en otros salones, pende del techo un candil francés en bronce dorado y cristal, estilo Primer Imperio y sobre las paredes, cuatro arbotantes con figuras de ángel en bronce iluminan el lugar, decoración que otorga majestuosidad y belleza. Mide siete por ocho metros; el plafón es de estilo renacentista, de ahí pende un candil. La transición entre el plafón y las paredes laterales en las que hay tres clases de elementos decorativos: triángulos esféricos flanqueados por modillones; un rectángulo con una cartela central, coronada por una concha de la que surgen guirnaldas y flores; y un conjunto formado por un haz de flechas, un escudo, un trofeo y un casco romano. Salón Verde​ Mide ocho metros por lado y queda al sur del salón morado. En los lunetos de la bóveda están representados, en figuras de mujeres, los elementos conceptuales de los ideales positivistas: la Paz, conquistada por el desarrollo del espíritu, manifestado en las artes; ayudada por el Progreso, materializado en las ciencias y alcanzado por medio de la equidad, corporeizada en la ley y la justicia. En los ejes del recuadro central dos ángeles sostienen un medallón con las iniciales R.M. (República Mexicana), el cual reposa sobre el escudo nacional. A principios del siglo XX, este Salón fue conocido como el "Primer Salón de Audiencias" o como "Salón de Ayudantes". Más tarde se le llamó "Salón de los Secretos", pues ahí tenían lugar las reuniones entre los generales Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles. Es el único salón que cuenta con doble puerta. Del plafón pende un candil de cristal de Bacarat, con cuarenta y cinco luces. En sus muros, tapizados en tela color verde, se muestran los retratos al óleo del Rey Carlos III de España y el del primer presidente de los Estados Unidos, George Washington. Entre los objetos decorativos, destaca un tibor de Sevres giratorio de porcelana verde con aplicaciones en bronce. Salón Azul​ Mide 13 metros de largo por ocho de ancho, se comunica con el salón verde. Tiene un plafón rectangular con una pintura al temple firmada por A. Mendoza. Entre las paredes y el plafón hay un friso curvo donde los perfiles griegos y romanos forman las siglas R.M. (República Mexicana) y el águila del escudo nacional, unidas por una cadena de guirnaldas. Área conocida originalmente como "Salón de Audiencias", está tapizado en color azul. Al centro del salón hay un candil de cristal estilo Luis XV y también comprende tres arbotantes de cristal cortado. Sobre uno de los muros, se encuentra un retrato al óleo del venezolano Simón Bolívar con el título de "Libertador de Colombia y Perú", réplica del original de Pablo Rojas pintado en 1825, y una escultura en bronce con el nombre de " La Jauría", que representa una cacería inglesa. En cada una de las puertas hay una columna y un dosel tallados en madera de cedro, colocados en la época del Presidente Plutarco Elías Calles, donde se puede apreciar el águila del Escudo Nacional. Salón Juárez​ Salón que lleva el nombre de uno de los presidentes mexicanos que habitó Palacio Nacional en el siglo XIX. La costumbre de Benito Juárez, era trasladarse de sus habitaciones, situadas en el ala norte, al área de gobierno, atravesando este pequeño salón. Salón de Acuerdos​ Mide trece metros de largo por siete de ancho. Conduce a el la puerta de lado oriente de la biblioteca. Tiene un plafón de diseño geométrico, a base de yesería que imita madera. Cada casetón proporciona luz indirecta.39​ El Salón de Acuerdos, llamado originalmente "Sala de Ministros", hoy en día se ocupa para celebrar importantes sesiones de trabajo del presidente de la República con su gabinete y sirve de antesala a sus reuniones. Uno de los episodios históricos acontecidos en este salón fue la aprehensión del presidente Francisco I. Madero. Pese a la defensa de su guardia el presidente fue llevado a la intendencia de Palacio. Salón Morisco​ Pequeño salón de fumadores de estilo morisco —muy en boga en México a finales del siglo XIX—, posiblemente ideado por el arquitecto Antonio Rivas Mercado. Se le llama de este modo porque su decoración está inspirada en el arte islámico. El plafón está trabajado en estuco. Las entradas tienen un arco de medio punto en forma de herradura, que descansa en columnas pareadas, semiocultas y apoyadas en basamentos. A excepción del espejo que es de origen francés, el resto se conserva en un estilo medio oriental. Esta sala es utilizada como lugar de reunión y forma parte de los salones de los mandatarios mexicanos. Esta profundamente decorado con rombos lobulados que inscriben flores de lis estilizadas. El techo esta formado por una bóveda central y las superficies, por un lado circulares y por el otro de ángulo recto, correspondientes a las cuatro esquinas. En estas, limitadas por molduras mudéjares, aparecen roleos de acacia. La unión de plafón y paredes esta hecha a base de molduras escalonadas, diseños geométricos, antefixias, ovos y conchas superpuestas. Comedor Presidencial​ Estancia decorada estilo Luis XIV, que luce sus puertas, plafón y lambrines en encino de Alsacia. Puertas, ventanas y muebles están revestidos en seda roja. En el punto central de la pared norte se encuentra, la chimenea, escoltada por dos aparadores rematados por cuatro cariátides sosteniendo el mueble tridimensional labrados con rocallas y al centro con un espejo ovalado. El plafón tiene tres secciones; la central con tres conjuntos ornamentales de follaje, de los que penden sendos candiles; y las laterales, más pequeñas, con bajorrelieves reticulares. El friso curvo lleva frutas, flores y legumbres, un cordón y ovos enlazados por palmetas y hojas de acanto La mesa tiene lugar para cuarenta personas. Actualmente, forma parte de las áreas reservadas para las actividades presidenciales. Antecomedor Presidencial​ Estancia decorada en 1901 a cargo del Ingeniero Gonzalo Garita, de hechura mexicana. El antecomedor está tapizado en seda con motivos florales y decorado con un plafón en artesonado de cedro y encino del que pende un candil de Bacarat de 15 luces. El piso forma un mosaico de diversas maderas: caoba, cedro, naranjo y ébano. Entre los muebles que adornan este salón destacan los cristaleros tallados en madera de nogal y encino y el conjunto de sillas pertenecientes al tren presidencial de Porfirio Díaz, donde se localiza el escudo nacional. Biblioteca Presidencial​ Mide siete por ocho metros. Se accede a ella por el salón azul. Allí se encuentra un elevador Art nouveau para uso exclusivo del presidente, decorado con las iniciales R.M. enmarcadas por una corona de laureles. Las yeserías imitan madera. El plafón presenta motivos geométricos. Los recuadros del artesonado están pintados en el interior. Al centro hay un rosetón del que pende un candil y del cual parten cuatro recuadros romboidales con pinturas ilusionistas. El friso esta rematado con por una moldura de ovos que unifica el conjunto.42​ Destaca por su acabados, las puertas, los cortinajes de terciopelo rojo y flecos dorados. La pared está recubierta con un tapiz de tela roja. Se pueden apreciar dos libreros de estilo Luis XVI, elaborados en madera con aplicaciones de bronce. La mesa del centro es de estilo ecléctico con reminiscencias del renacimiento francés, al igual que las dos sillas, elaboradas en madera de encino con incrustaciones de bronce y cubiertas con cuero marroquí. Biblioteca​ Biblioteca pública ubicada en la planta baja de las áreas presidenciales, a un costado del Patio de Honor. Cuenta con un acervo de poco más de 22 000 volúmenes de información general.1​ Patio de Honor​[editar] De forma trapezoidal y rodeado por una arquería que conserva elementos arquitectónicos del siglo XVIII, este patio es sitio para ceremonias cívicas y actos de gobierno de la Presidencia de la República. En su lado poniente, se abre la puerta que comunica a la Plaza de la Constitución y, al oriente, se levanta la escalera que conduce a los salones presidenciales.1​ Áreas militares​[editar] Administradas por la Secretaría de la Defensa Nacional: Instalaciones de la primera zona militar. Jardín botánico de zona tropical Jardín botánico de zona árida Áreas de la Secretaria de Hacienda​[editar] Áreas sin acceso al público general1​​[editar] Salón Panamericano​[editar] Tiene 20 metros de largo por nueve de ancho. Fue construido por el arquitecto Antonio Rivas Mercado en 1901. Decorado en estilo Primer Imperio; esta dividido en tres naves por columnas corintias de granito rosa con bases y capiteles dorados, desplantadas sobre pedestales de mármol negro veteado de amarillo y gris con fajas de color ágata. Las pilastras de los muros corresponden a estos apoyos en orden y riqueza. Las puertas son de caoba roja con encuadramientos arquitectónicos de color marfil, cuyos ornatos de laureles, rosas y arabescos suben hasta las cornisas. El plafón muestra el águila nacional y las alegorías de la agricultura, la minería, la industria y el comercio. Iluminan la estancia 300 lámparas de luz incandescente situadas como coronas de estrellas a lo largo de las cornisas, en los casetones y en el plafón, a modo de constelaciones. Flanqueada por las dos puertas laterales, la pared central ostenta un escudo de bronce con las palabras Pax, Lex; Mismo que esta rodeado por las banderas de todos los países independientes de América43​ Salón de los Escudos​[editar] Situado en el ángulo noroeste del Palacio, esta decorado en estilo Francisco I. Tiene un friso con una cadena de hojas de acanto con relieves y ménsulas de madera. En la parte baja se colocó un lambrín de encino. Los muros muestran los escudos de todos los países de América y las antiguas intendencias de la Nueva España.44​ Salón Guillermo Prieto (antes Salón de la Tesorería)​[editar] El salón de cajas se instaló en 1910, y las obras de adaptación se hicieron entre 1925 y 1926. El patio se cubrió con un techo sostenido por vigas de concreto armado en cuyos apoyos se representaron magueyes en flor. Una mampara de hierro, bronce, mármol y madera separan al público de las oficinas. En ella se tallaron las principales monedas de la época independiente, enmarcadas por hojas de acanto. En los ejes verticales lleva tres lámparas de bronce y alabastro en forma de flama y, hacia abajo, un cuerno de la abundancia del que brotan monedas que guían hacia un león. Las ventanillas tienen reja de hierro forjado. Las puertas y el piso son de estilo italianizante.45​ Otras​[editar] Despacho del secretario de Hacienda y Crédito Público. Sala de juntas Salón Verde Salón Café Salón de los retratos Pasillo de cajas con dos bóvedas de seguridad Escalinata de la Emperatriz Oficinas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público Colección Acervo Patrimonial de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público Áreas con acceso al público en general:1​​[editar] Recinto parlamentario​[editar] Recinto Parlamentario El salón tiene dos hileras de asientos sobre gradas con balaustradas y sillones de caoba. En la parte central esta un doncel con galones y flecos de oro donde esta expuesta el Acta de la Independencia y hay dos sillones destinados al presidente de la república y al del congreso. Las galerías están sostenidas por 20 columnas de estilo dórico. Claros semicirculares dan luz a la sala. En la parte superior de los intercolumnios los nombres de los héroes con letras doradas. En el centro del cielo raso hay un medallón dorado del que parten líneas rectas trabajadas en yeso, a puntos que marcan el principio y fin de las lumbreras. Frente al solio, arriba de una puerta con marco de caoba se colocó una lanza que se usó en la campaña de Texas. Un cuadro de Carlos Páris recuerda la batalla de Tampico. Esta sala construida originalmente en 1829 para albergar la cámara de diputados, fue destruida en un incendio en 1872, luego se usó como archivo de la procuraduría fiscal; fue restaurada en 1972, basándose en una litografía de Pedro Gusidi de 1846 y un impreso de 1860, que hacia descripción de ella.46​ Otras áreas​[editar] Biblioteca ubicada en la denominada Capilla de la EmperatrizMuseo de Sitio Recinto de Homenaje a Don Benito Juárez (un museo de sitio con siete salas en las que se muestran los espacios que habitó Benito Juárez y también muchos otros objetos relacionados con su vida) Salón de Homenajes del Recinto a Benito Juárez Vestíbulo del Recinto Parlamentario Galería Nacional (inaugurada el 5 sep. 2010) Biblioteca Fondo Histórico de Hacienda (Antigua Sala de Fundición de Casa de Moneda o Capilla de la emperatriz) Biblioteca y Archivo de Francisco I. Madero. Escalinata principal (que cuenta con los murales de Diego Rivera) Patio central Patios marianos Ventanas Arqueológicas prehispánicas y novohispanas Mural de Diego Rivera Fuente del Pegaso​[editar] La fuente ubicada al centro de Patio Central es una réplica de la original que existió hace más de 300 años en ese mismo sitio, esta tiene en parte superior una representación de un Pegaso, cuyo simbolismo se apega al mito griego de Perseo donde al matar a Medusa nace Pegaso que representa tres virtudes: el valor, la prudencia y la inteligencia ya que Perseo al decidirse a enfrentar a la Medusa fue valiente, al decidir no mirarla de frente fue prudente y al hacerlo a través del reflejo en su escudo fue inteligente. Se considera que estas tres virtudes deben formar parte del carácter de quien ocupe este palacio para gobernar al país. Murales Entre 1929 y 1951, el muralista Diego Rivera realizó cinco murales en la segunda planta en el tejado central, y el espacio de la escalera principal. Los cuales fueron restaurados durante el año 2009, con motivo de los festejos del Bicentenario de la Independencia Mexicana. Los murales del palacio nacional fueron pintados por el artista mexicano Diego Rivera, los cuales fueron realizados entre los años de 1929 y 1951, las obras narran con una extraordinaria síntesis e iconografía periodos significativos de la historia de México, ahí están representados el México precolombino y el México de la tercera década del siglo XX, sin omitir los periodos de la Conquista, el Porfiriato y la Revolución mexicana. La composición y el modo de relatar los hechos históricos es muy parecida a las técnicas que utilizaron los antiguos mexicanos en sus pinturas y códices. Aunque a un inicio estas obras tenían un fin educativo, hoy en día son un gran legado para la plástica mexicana. Dentro de los murales que podemos apreciar está el de la escalinata principal del Palacio Nacional, esta obra llamada México a través de los siglos o Epopeya del pueblo mexicano, representa a México en diversas etapas históricas. La narración visual es cronológica y esta lectura inicia a nuestra derecha, hecho seguramente simbólico para el artista, el recorrido visual tiene inicio con la obra El mundo prehispánico, donde el personaje central es el legendario Quetzalcóatl, situado debajo de un templo y un sol invertido rodeado de discípulos, el siguiente mural describe la lucha del pueblo y ejército mexicano contra la invasión norteamericana (1846-1848). En este se aprecian detalles que resaltan la defensa de la ciudad de México. En el arco central del fresco de la escalera, Diego Rivera pinta lo que para él serían las dos grandes hazañas revolucionarias en la historia de México: la Independencia y la Revolución de 1910, en la siguiente obra se ilustra el Porfiriato y la Revolución mexicana. La última parte de esta gran narración visual titulada México de hoy y mañana, 1945, muestra diversos hechos revolucionarios del siglo XX y ejemplifica la opresión de obreros y campesinos; así como las arraigadas creencias religiosas del pueblo. Aquí quedó reflejado el ideal comunista de Diego Rivera y sus aspiraciones políticas y sociales para el México del futuro. En los pasillos del primer piso del Palacio Nacional se encuentran otros murales de Rivera, sin perder la temática inicial, el primero de ellos, La gran ciudad de Tenochtitlán, datado en 1945, donde se aprecia este islote rodeado de montañas y volcanes. El segundo mural, La cultura Purépecha, establecida en los estados de Michoacán y parte de Jalisco, narra escenas de la industria textil. La cultura Zapoteca, establecida principalmente en la región central de Oaxaca es otro mural que representa la vida cotidiana caracterizada por actividades artesanales como el trabajo de la filigrana de oro para la creación de joyas. El trabajo del oro y la joyería fueron algunas de las actividades económicas más importantes para este pueblo. La siguiente obra de Rivera se titula La Cultura Totonaca, cultura situada al norte de Veracruz. En la parte central de este mural, se ve la ciudad de Tajín, en ella se practicaba el juego de pelota y la danza del volador. Seguido de este mural se encuentra La producción de hule, pequeña obra que relata el uso que le daban a la savia del árbol del Tule, con la cual elaboraban las pelotas utilizadas en el juego ceremonial. El Cultivo del maíz, la siguiente obra, se refiere a la importancia que este grano tenía para la gastronomía mesoamericana y que junto con el frijol, el chile y la calabaza se convirtieron en la base de la alimentación indígena. En La Cosecha del cacao se expone este hermoso árbol cuyo fruto mezclado con agua produce el chocolate, bebida ceremonial reservada para los nobles y sacerdotes. El cacao también tuvo funciones monetarias para las diferentes transacciones comerciales a lo largo y ancho de Mesoamérica. La Industria del Maguey y el Amate, muestra cómo esta planta fue aprovechada de diferentes maneras, por ejemplo de techumbre en la construcción de las casas, en la producción de bebidas embriagantes como: aguamiel, mezcal y pulque, esta última, una poderosa bebida chamánica. Además, su fibra es empleada hasta la fecha para la manufactura de vestidos, escudos y sandalias. El último mural titulado La llegada de Hernán Cortes al puerto de Veracruz, aborda con gran simbolismo el tema de la llegada de los barcos españoles a las costas de Veracruz y la Conquista de Tenochtitlan.
El Palacio de Bellas Artes es un recinto cultural ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, considerado el más importante en la manifestación de las artes en México y una de las casas de ópera más renombradas del mundo. Este ha sido escenario y testigo de impactantes acontecimientos tanto artísticos, como sociales y políticos; su construcción data del final de mandato de Porfirio Díaz, por encargo del presidente mexicano con motivo de la celebración del centenario del inicio de la Independencia de México, sin embargo fue inaugurado hasta el 29 de noviembre de 1934 tras el estallido de la Revolución mexicana. Como institución, depende del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), parte de la Secretaría de Cultura del gobierno federal. En 1987 fue declarado por la Unesco como monumento patrimonio de la humanidad. En su interior alberga diversos escenarios y salas para la práctica y exposición de obras. El Museo Palacio de Bellas Artes y el Museo Nacional de Arquitectura se alojan dentro, el primero exhibe de forma permanente 17 obras murales de siete artistas nacionales ejecutadas de 1928 a 1963, entre ellos Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, siendo el más antiguo en el país dedicado a la producción plástica nacional. Así también, es sede de la Orquesta Sinfónica Nacional, la Compañía Nacional de Ópera (Ópera de Bellas Artes), la Compañía Nacional de Danza y del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández. Historia​ El Palacio de Bellas Artes comenzó a construirse el 2 de agosto de 1904 con el objeto de reemplazar al demolido Teatro Nacional de México. El proyecto estuvo a cargo del arquitecto italiano Adamo Boari. El edificio debía ocupar el área comprendida entre las calles La Mariscala, Puente de San Francisco, Santa Isabel y Mirador de la Alameda (hoy llamadas avenida Hidalgo, avenida Juárez, Eje Central Lázaro Cárdenas y Ángela Peralta, respectivamente). Sin embargo, debido a problemas técnicos de hundimiento del suelo, problemas económicos, la salida de Boari del país y la Revolución mexicana, la construcción se suspendió y se reanudó varias veces durante treinta años, en vez de terminarse en los cuatro años originalmente programados. Con el estallido de la Revolución mexicana en 1910, el ritmo de la obra fue perdiendo velocidad hasta que finalmente se suspendió en 1916, Boari abandonó México y dejó en el país más de cuatro mil documentos para la continuación del proyecto. La obra se intentó retomar entre 1919 y 1928, con pocos avances. Cuando México recuperó la estabilidad en términos económicos y sociales, la obra se reanudó en 1931 bajo el mando del arquitecto Federico Mariscal; para entonces tomó el nombre de Palacio de Bellas Artes, y fue inaugurado oficialmente el 29 de septiembre de 1934, por el entonces presidente Abelardo L. Rodríguez, con la obra teatral La verdad sospechosa, de Juan Ruiz de Alarcón, interpretada por la actriz mexicana María Tereza Montoya. Aunque se inauguró aquella noche con una gran función de gala, ya antes se habían realizado conciertos en el edificio aún no concluido. El primer director de orquesta que dirigió un concierto en el Palacio de Bellas Artes fue José F. Vázquez. El 19 de abril de 1938 hubo una manifestación popular impulsada por sectores femeninos, a la que acudieron personas de todas las clases sociales para realizar donaciones voluntarias que ayudaran a cubrir el monto de las indemnizaciones producto de la expropiación petrolera; algunas regalaron joyas, muebles, enseres personales, ahorros infantiles, otras objetos de bajo valor, incluso una anciana llevó una gallina para ayudar a cubrir el pago de la indemnización.1​ Aunque se lograron reunir poco más de 2 millones de pesos, este era un monto realmente simbólico.2​ Las colectas y la emisión de bonos para cubrir la indemnización a las compañías petroleras estuvieron lejos de solucionar el problema económico pero sí constituyeron movilizaciones impresionantes de la opinión pública en apoyo a la situación. La construcción de este gran edificio propició la fundación, en 1946, del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) por parte del gobierno de México, según decreto presidencial de Miguel Alemán Valdés; es desde entonces un organismo desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública del gobierno federal. Inició operaciones como instituto gubernamental con su propia ley orgánica el 1 de enero de 1947, como un instituto dedicado a las artes del siglo XX en México. Arquitectura y distribución​ La altura del edificio es de 53 metros hasta el espiral y 42,5 m hasta el techo. Cuenta con 4 pisos y un estacionamiento subterráneo. Debido a la diferencia en las épocas de inicio y construcción, el palacio tiene varios estilos arquitectónicos predominando el art nouveau en su exterior y el art decó en el interior. El Palacio está asentado sobre una peculiar arcilla llamada montmorillonita y esto provoca un continuo hundimiento del palacio. El hundimiento del suelo comenzó a manifestarse en 1907 y para 1921 ya se había hundido más de 1.80 metros. Hasta la fecha se puede apreciar este fenómeno, pues el palacio se encuentra varios metros por debajo del nivel de la calle. La fachada principal, que da a la Avenida Juárez, está hecha de mármol de Carrara. En el interior del portal hay esculturas del italiano Leonardo Bistolfi, consiste en "Armonía", rodeada de "Dolor", "", "Felicidad", "Paz" y "Amor". Otra parte de la fachada contiene querubines y esculturas que representan la música y la inspiración. En el frente de la plaza del edificio, diseñado por Boari, hay cuatro esculturas de Pegaso que fueron hechas por el catalán Agustí Querol Subirats, éstas habían estado en el Zócalo antes de ser traídas aquí. El techo que cubre el centro del edificio está hecho de cristal diseñado por el húngaro Géza Maróti y representa las musas con Apolo. Una estructura del palacio que desapareció es la Pérgola que se encontraba en el costado poniente del palacio, en la Alameda Central. Fue construida para albergar exhibiciones pictóricas para las celebraciones de 1910 y durante décadas alojó una librería siendo demolida en 1973. En 1982 se realizaron obras para la construcción de un estacionamiento subterráneo.3​ Sala principal​ Cuenta con aforo para 1 677 personas y un escenario de veinticuatro metros de longitud.4​ En él se encuentra el gran telón antifuego (único en el mundo dentro de un teatro de ópera) con la imagen de los volcanes mexicanos Popocatépetl e Iztaccíhuatl, y un peso de 24 toneladas. Este telón fue encargado a la Casa Tiffany de Nueva York a modo de un enorme rompecabezas. En el techo de la sala se encuentra la lámpara de cristales, que fue diseñada por el húngaro Geza Marotti y en la que se representa al dios griego Apolo rodeado de las musas de las artes. La Orquesta Sinfónica Nacional, la Compañía Nacional de Teatro, la Compañía Nacional de Ópera y la Compañía Nacional de Danza presentan sus temporadas regulares en este recinto. Sala Manuel M. Ponce​ Es la segunda en importancia y en número de actividades. En ella se ofrecen actividades literarias, musicales, operísticas y exposiciones, entre otras. Se ubica en el primer piso, del lado oriente. Su nombre conmemora al compositor mexicano de igual nombre. Sala Adamo Boari​ En ella se realizan actividades como presentaciones editoriales, exposiciones y conferencias. Se ubica bajo el vestíbulo de la sala principal, del lado poniente. Museo del Palacio de Bellas Artes. El Museo del Palacio de Bellas Artes es la organización que se encarga de los murales permanentes y otras obras de arte en el edificio, además de organizar exhibiciones temporales. Estas exhibiciones cubren una amplia gama de medios y presentan artistas mexicanos e internacionales, centrándose en artistas clásicos y contemporáneos. Murales Los pisos entre la planta baja y el piso superior están dominados por una serie de murales pintados por la mayoría de los nombres famosos del muralismo mexicano. En el segundo piso se encuentran dos obras de principios de 1950 de Rufino Tamayo: México de hoy y Nacimiento de la nacionalidad, una representación simbólica de la creación del mestizo (persona de ascendencia indígena y española mixta) identidad. En el extremo oeste del tercer piso está El hombre controlador del universo, encargado originalmente por el Centro Rockefeller de Nueva York en 1933. El mural muestra una variedad de temas tecnológicos y sociales. (como los descubrimientos posibilitados por microscopios y telescopios) y fue controvertido por su inclusión de Lenin y un desfile soviético del primero de mayo. Los Rockefeller no estaban contentos con la pintura y el trabajo incompleto finalmente fue destruido y pintado. Diego Rivera lo recreó aquí en 1934. En el lado norte del tercer piso se encuentran La nueva democracía de David Alfaro Siqueiros y el Carnaval de la vida mexicana (cuatro partes) de Rivera; al este se encuentra La catarsis de José Clemente Orozco, que representa el conflicto entre los aspectos "sociales" y "naturales" de la humanidad. Museo Nacional de Arquitectura​ El Museo Nacional de Arquitectura ocupa el último piso del edificio, cubierto por un techo de vidrio y hierro. Contiene exposiciones de reconocidos arquitectos mexicanos, incluyendo modelos, planos y fotografías de obras importantes. Este museo también organiza exhibiciones temporales de sus colecciones en otras instalaciones. El objetivo es exponer al público mexicano al rico patrimonio arquitectónico del país. Algunos de los principales arquitectos presentados en el museo incluyen a Jaime Ortiz Monasterio, Carlos Mijares Bracho, Adamo Boari y Luis Barragán. El museo está dividido en cuatro secciones llamadas "Arquitectura-contrastes: Jaime Ortiz Monasterio y Carlos Mijares Bracho", "Corpus Urbanístico de la Ciudad de México", "Teatro Nacional de México (Plano original)" y "Teatro Nacional de México". También hay exposiciones temporales sobre arquitectura contemporánea. Rincón del tiempo​ Materiales fotográficos, documentales y sonoros, así como objetos, entre otros, se presentan en exposiciones preparadas por el acervo histórico del recinto, para brindar al visitante la oportunidad de conocer la riqueza de la historia del Palacio de Bellas Artes. Acontecimientos, estrenos y ceremonias​ Su escenario ha presentado una gran cantidad de producciones, personalidades y compañías de los más diversos ámbitos: María Tereza Montoya, Zubin Mehta, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, Teresa Berganza, Birgit Nilsson, Marilyn Horne, Alexander Kipnis, Mstislav Rostropóvic, Rudolf Nuréyev, Juan Gabriel, entre otros.​ El 23 de mayo de 1950 se presentó María Callas, cantando Norma; ahí también se realizó la célebre función de Aída en la cual la soprano intercaló un célebre mi bemol al final del segundo acto de dicha ópera. La grabación de ese momento ha pasado a la historia. Callas cantó en este escenario las dos únicas funciones de Rigoletto que dio en su vida. Las grandes orquestas del mundo también se han presentado ahí, como las orquestas filarmónicas de Londres, Nueva York, Viena, Moscú, Los Ángeles, la Real Filarmónica de Londres, la célebre Orquesta de la Juventud Venezolana Simón Bolívar, la Orquesta de París, la de Filadelfia, la Staatskapelle de Dresde, la Sinfónica de Montreal, y las Nacionales de España y China, entre otras. Sus espectáculos son muy variados, ya que se ha presentado música popular, jazz, danza tradicional e incluso ballet y, por supuesto, ópera, e incluso Les Luthiers. Lola Beltrán fue la primera intérprete de música ranchera en cantar con mariachi en este recinto, con más de 17 presentaciones seguida de Juan Gabriel. Ambas presentaciones fueron criticadas. Este escenario también albergó las tomas de posesión como presidentes de México de Miguel Alemán (1946), Adolfo Ruiz Cortines (1952), Adolfo López Mateos (1958) y Gustavo Díaz Ordaz (1964). Óperas estrenadas mundialmente​ * Tabaré, ópera de Heliodoro Oseguera basada en el poema homónimo de Juan Zorrilla de San Martín, estrenada el 31 de agosto de 1935. * Tonatiu, ópera de Manuel Camacho Vega, estrenada el 11 de enero de 1940. * La mulata de Córdoba, ópera en un acto con libreto de Xavier Villaurrutia y música de José Pablo Moncayo, estrenada el 23 de octubre de 1948. * Elena, ópera en un acto con libreto de Francisco Zendejas y música de Eduardo Hernández Moncada, estrenada el 23 de octubre de 1948. * Carlota, ópera en un acto con libreto de Francisco Zendejas y música de Luis Sandi, estrenada el 23 de octubre de 1948. * El último sueño, ópera en un acto y tres cuadros con libreto de Manuel M. Bermejo y música de José F. Vásquez, estrenada el 28 de mayo de 1961. * Severino, ópera en un acto con libreto original en portugués de João Cabral de Melo Neto traducido por el compositor de la música, Salvador Moreno Manzano, estrenada el 28 de junio de 1961. * Misa de seis, ópera en un acto con libreto de Emilio Carballido y música de Carlos Jiménez Mabarak, estrenada el 21 de junio de 1962. * La señora en su balcón, ópera en dos actos con libreto de Elena Garro y música de Luis Sandi, estrenada el 2 de junio de 1964. * La mujer y su sombra, ópera en un acto basada en una obra de Paul Claudel traducida, adaptada y puesta en metro musical por Miguel Alcázar y estrenada el 12 de abril de 1981. * La Güera, ópera en tres actos con libreto de Julio Alejandro y música de Carlos Jiménez Mabarak, estrenada el 26 de septiembre de 1982. * Orestes parte, ópera en dos actos con libreto de José Ramón Enríquez y música de Federico Ibarra, estrenada el 5 de julio de 1987. * Aura, ópera en un acto con libreto de Juan Tovar y música de Mario Lavista, estrenada el 13 de abril de 1989. * Alicia, ópera en dos actos con libreto de José Ramón Enríquez y música de Federico Ibarra, estrenada el 9 de julio de 1995. * El juego de los insectos, ópera en dos actos con libreto de Verónica Musalem y música de Federico Ibarra, estrenada el 8 de julio de 2009. Homenajes luctuosos​ El Palacio de Bellas Artes también ha sido un escenario para la solemnidad y el homenaje para el duelo en funerales de personalidades de las artes y la cultura, que por su trayectoria y contribución a las distintas disciplinas han sido distinguidos con dicho acto. En total han sido 65 personajes quienes han recibido homenajes luctuosos en el magno recinto. El primero fue el muralista José Clemente Orozco en 1949. Los siguientes son los personajes más destacados, cuyo homenaje de cuerpo presente ocurrió en este lugar: José Clemente Orozco; 1949 Virginia Fábregas; 1950 Frida Kahlo; 1954 Diego Rivera; 1957 Agustín Lara; 1970 Rosario Castellanos; 1974 Juan Rulfo; 1986 Rufino Tamayo; 1991 Mario Moreno Cantinflas; 1993 Lola Beltrán; 1996 Octavio Paz; 1998 María Félix; 2002 Consuelo Velázquez; 2005 Raúl Anguiano; 2006 Miguel Aceves Mejía; 2006 Carlos Monsiváis; 2010 Roberto Cantoral; 2010 Leonora Carrington; 2011 Carlos Fuentes; 2012 Chavela Vargas; 2012 José Emilio Pacheco; 2014 Gabriel García Márquez; 2014 Juan Gabriel; 2016 José Luis Cuevas; 2017 Rafael Coronel; 2019 Miguel León Portilla; 2019 José José; 2019 Mantenimiento y controversia​ El 4 de abril de 2009 se anunció que Teresa Vicencio sustituiría a María Teresa Franco en la dirección del Palacio de Bellas Artes. Con esta decisión, Teresa Vicencio quedó al frente de la remodelación que se realizaba en aquel momento, su decisión fue quitar a los arquitectos encargados del proyecto, nombrar a otros y autorizar la intervención de la sala, la cual se había prohibido para respetar las convenciones internacionales de restauración de teatros antiguos dispuestas por la UNESCO. El 19 de noviembre de 2010 se realizó una ceremonia de reinauguración de la sala principal de espectáculos después de una intervención de 3 años que costó 700 millones de pesos. La remodelación fue anunciada como una modernización de la mecánica del escenario, pero la realidad mostró que, sin publicarlo, las autoridades intervinieron la arquitectura y estilo de la sala principal de espéctaculos. Tal intervención, destruyó una gran parte de la unidad estilística en Art Decó que caracterizaba al recinto. El piso de la platea, constituido por una amplia superficie con un declive hasta el foso de orquesta para propiciar la acústica fue cambiado por escalones que con sus ángulos destruyen la acústica. La destrucción de la acústica impuso la necesidad de la instalación de un sistema electrónico de ampliación de sonido. El nuevo piso se recubrió con madera de color claro, que no corresponde con el estilo en que fue diseñada originalmente la sala. Los palcos se hicieron pequeños recubriendo sus paredes de mármol con madera de nogal, un elemento completamente ajeno a la decoración histórica. También se cambiaron las puertas en estilo Art Decó por puertas modernas. Tal intervención destruyó la arquitectura de los palcos. Los balcones, los antepechos del primero, segundo y tercer piso, y los palcos de honor fueron cubiertos en su totalidad con madera de nogal. Las grandes puertas de acceso a la sala se retiraron y se pusieron en su lugar puertas modernas. Muchos elementos decorativos Art Decó en las puertas y los balcones desaparecieron, se retiraron o simplemente ya no son identificables. Se construyó una cabina de sonido al fondo de la platea en un estilo moderno. Todos estos cambios tuvieron como consecuencia una reducción de casi 400 butacas.9​ La remodelación destruyó la arquitectura y decoración Art Decó de la sala principal del Palacio de Bellas Artes. Los periódicos denunciaron que Teresa Vicencio contrató una compañía privada para restaurar el vitral "Apolo y la las musas". Los restauradores profesionales comprobaron que la obra maestra de Tiffany fue dañada.10​ A toda esta destrucción se estableció que no se cumplieron las normas mínimas de seguridad. En la platea se quitaron tres pasillos, se cambió la disposición de las butacas, se clausuró la puerta central construyendo una cabina de sonido fuera de estilo y sacrificando 16 filas de butacas, el material con el que se recubriéron las antepecheras y los palcos resultó ser altamente inflamable. De los palcos penden cables que en cualquier momento pueden provocar incendios. La distribución de los escalones en el segundo y tercer piso fue alterada de tal modo que los escalones no corresponden con las gradas de las filas. Se construyeron seis grandes luminarias del techo que representan un peligro mayor en caso de un siniestro.11​ El 30 de diciembre de 2010 se anunció que ICOMOS interpondrá en París ante el Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO una denuncia en contra del Gobierno mexicano por perpetrar graves atentados contra el inmueble cultural. Tal denuncia podría costarle a Ciudad de México el título de Patrimonio de la Humanidad como consecuencia de la constante destrucción de arquitectura patrimonial que se realiza en México. 12​13​14​15​16​17​ El Arqu. Víctor Jiménez, autor de varios estudios sobre el Palacio de Bellas Artes ha publicado artículos en los que ofrece, desde un punto de vista de profesional de la arquitectura y conocedor del monumento, un resumen de los daños sucedidos. En la revista especializada "Litroal-e" (2012, no. 5) ofrece una síntesis del proceso de destrucción de la sala de espectáculos.
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Палац гармонії
S/N Av. Juárez
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El Palacio de Bellas Artes es un recinto cultural ubicado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, considerado el más importante en la manifestación de las artes en México y una de las casas de ópera más renombradas del mundo. Este ha sido escenario y testigo de impactantes acontecimientos tanto artísticos, como sociales y políticos; su construcción data del final de mandato de Porfirio Díaz, por encargo del presidente mexicano con motivo de la celebración del centenario del inicio de la Independencia de México, sin embargo fue inaugurado hasta el 29 de noviembre de 1934 tras el estallido de la Revolución mexicana. Como institución, depende del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), parte de la Secretaría de Cultura del gobierno federal. En 1987 fue declarado por la Unesco como monumento patrimonio de la humanidad. En su interior alberga diversos escenarios y salas para la práctica y exposición de obras. El Museo Palacio de Bellas Artes y el Museo Nacional de Arquitectura se alojan dentro, el primero exhibe de forma permanente 17 obras murales de siete artistas nacionales ejecutadas de 1928 a 1963, entre ellos Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, siendo el más antiguo en el país dedicado a la producción plástica nacional. Así también, es sede de la Orquesta Sinfónica Nacional, la Compañía Nacional de Ópera (Ópera de Bellas Artes), la Compañía Nacional de Danza y del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández. Historia​ El Palacio de Bellas Artes comenzó a construirse el 2 de agosto de 1904 con el objeto de reemplazar al demolido Teatro Nacional de México. El proyecto estuvo a cargo del arquitecto italiano Adamo Boari. El edificio debía ocupar el área comprendida entre las calles La Mariscala, Puente de San Francisco, Santa Isabel y Mirador de la Alameda (hoy llamadas avenida Hidalgo, avenida Juárez, Eje Central Lázaro Cárdenas y Ángela Peralta, respectivamente). Sin embargo, debido a problemas técnicos de hundimiento del suelo, problemas económicos, la salida de Boari del país y la Revolución mexicana, la construcción se suspendió y se reanudó varias veces durante treinta años, en vez de terminarse en los cuatro años originalmente programados. Con el estallido de la Revolución mexicana en 1910, el ritmo de la obra fue perdiendo velocidad hasta que finalmente se suspendió en 1916, Boari abandonó México y dejó en el país más de cuatro mil documentos para la continuación del proyecto. La obra se intentó retomar entre 1919 y 1928, con pocos avances. Cuando México recuperó la estabilidad en términos económicos y sociales, la obra se reanudó en 1931 bajo el mando del arquitecto Federico Mariscal; para entonces tomó el nombre de Palacio de Bellas Artes, y fue inaugurado oficialmente el 29 de septiembre de 1934, por el entonces presidente Abelardo L. Rodríguez, con la obra teatral La verdad sospechosa, de Juan Ruiz de Alarcón, interpretada por la actriz mexicana María Tereza Montoya. Aunque se inauguró aquella noche con una gran función de gala, ya antes se habían realizado conciertos en el edificio aún no concluido. El primer director de orquesta que dirigió un concierto en el Palacio de Bellas Artes fue José F. Vázquez. El 19 de abril de 1938 hubo una manifestación popular impulsada por sectores femeninos, a la que acudieron personas de todas las clases sociales para realizar donaciones voluntarias que ayudaran a cubrir el monto de las indemnizaciones producto de la expropiación petrolera; algunas regalaron joyas, muebles, enseres personales, ahorros infantiles, otras objetos de bajo valor, incluso una anciana llevó una gallina para ayudar a cubrir el pago de la indemnización.1​ Aunque se lograron reunir poco más de 2 millones de pesos, este era un monto realmente simbólico.2​ Las colectas y la emisión de bonos para cubrir la indemnización a las compañías petroleras estuvieron lejos de solucionar el problema económico pero sí constituyeron movilizaciones impresionantes de la opinión pública en apoyo a la situación. La construcción de este gran edificio propició la fundación, en 1946, del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) por parte del gobierno de México, según decreto presidencial de Miguel Alemán Valdés; es desde entonces un organismo desconcentrado de la Secretaría de Educación Pública del gobierno federal. Inició operaciones como instituto gubernamental con su propia ley orgánica el 1 de enero de 1947, como un instituto dedicado a las artes del siglo XX en México. Arquitectura y distribución​ La altura del edificio es de 53 metros hasta el espiral y 42,5 m hasta el techo. Cuenta con 4 pisos y un estacionamiento subterráneo. Debido a la diferencia en las épocas de inicio y construcción, el palacio tiene varios estilos arquitectónicos predominando el art nouveau en su exterior y el art decó en el interior. El Palacio está asentado sobre una peculiar arcilla llamada montmorillonita y esto provoca un continuo hundimiento del palacio. El hundimiento del suelo comenzó a manifestarse en 1907 y para 1921 ya se había hundido más de 1.80 metros. Hasta la fecha se puede apreciar este fenómeno, pues el palacio se encuentra varios metros por debajo del nivel de la calle. La fachada principal, que da a la Avenida Juárez, está hecha de mármol de Carrara. En el interior del portal hay esculturas del italiano Leonardo Bistolfi, consiste en "Armonía", rodeada de "Dolor", "", "Felicidad", "Paz" y "Amor". Otra parte de la fachada contiene querubines y esculturas que representan la música y la inspiración. En el frente de la plaza del edificio, diseñado por Boari, hay cuatro esculturas de Pegaso que fueron hechas por el catalán Agustí Querol Subirats, éstas habían estado en el Zócalo antes de ser traídas aquí. El techo que cubre el centro del edificio está hecho de cristal diseñado por el húngaro Géza Maróti y representa las musas con Apolo. Una estructura del palacio que desapareció es la Pérgola que se encontraba en el costado poniente del palacio, en la Alameda Central. Fue construida para albergar exhibiciones pictóricas para las celebraciones de 1910 y durante décadas alojó una librería siendo demolida en 1973. En 1982 se realizaron obras para la construcción de un estacionamiento subterráneo.3​ Sala principal​ Cuenta con aforo para 1 677 personas y un escenario de veinticuatro metros de longitud.4​ En él se encuentra el gran telón antifuego (único en el mundo dentro de un teatro de ópera) con la imagen de los volcanes mexicanos Popocatépetl e Iztaccíhuatl, y un peso de 24 toneladas. Este telón fue encargado a la Casa Tiffany de Nueva York a modo de un enorme rompecabezas. En el techo de la sala se encuentra la lámpara de cristales, que fue diseñada por el húngaro Geza Marotti y en la que se representa al dios griego Apolo rodeado de las musas de las artes. La Orquesta Sinfónica Nacional, la Compañía Nacional de Teatro, la Compañía Nacional de Ópera y la Compañía Nacional de Danza presentan sus temporadas regulares en este recinto. Sala Manuel M. Ponce​ Es la segunda en importancia y en número de actividades. En ella se ofrecen actividades literarias, musicales, operísticas y exposiciones, entre otras. Se ubica en el primer piso, del lado oriente. Su nombre conmemora al compositor mexicano de igual nombre. Sala Adamo Boari​ En ella se realizan actividades como presentaciones editoriales, exposiciones y conferencias. Se ubica bajo el vestíbulo de la sala principal, del lado poniente. Museo del Palacio de Bellas Artes. El Museo del Palacio de Bellas Artes es la organización que se encarga de los murales permanentes y otras obras de arte en el edificio, además de organizar exhibiciones temporales. Estas exhibiciones cubren una amplia gama de medios y presentan artistas mexicanos e internacionales, centrándose en artistas clásicos y contemporáneos. Murales Los pisos entre la planta baja y el piso superior están dominados por una serie de murales pintados por la mayoría de los nombres famosos del muralismo mexicano. En el segundo piso se encuentran dos obras de principios de 1950 de Rufino Tamayo: México de hoy y Nacimiento de la nacionalidad, una representación simbólica de la creación del mestizo (persona de ascendencia indígena y española mixta) identidad. En el extremo oeste del tercer piso está El hombre controlador del universo, encargado originalmente por el Centro Rockefeller de Nueva York en 1933. El mural muestra una variedad de temas tecnológicos y sociales. (como los descubrimientos posibilitados por microscopios y telescopios) y fue controvertido por su inclusión de Lenin y un desfile soviético del primero de mayo. Los Rockefeller no estaban contentos con la pintura y el trabajo incompleto finalmente fue destruido y pintado. Diego Rivera lo recreó aquí en 1934. En el lado norte del tercer piso se encuentran La nueva democracía de David Alfaro Siqueiros y el Carnaval de la vida mexicana (cuatro partes) de Rivera; al este se encuentra La catarsis de José Clemente Orozco, que representa el conflicto entre los aspectos "sociales" y "naturales" de la humanidad. Museo Nacional de Arquitectura​ El Museo Nacional de Arquitectura ocupa el último piso del edificio, cubierto por un techo de vidrio y hierro. Contiene exposiciones de reconocidos arquitectos mexicanos, incluyendo modelos, planos y fotografías de obras importantes. Este museo también organiza exhibiciones temporales de sus colecciones en otras instalaciones. El objetivo es exponer al público mexicano al rico patrimonio arquitectónico del país. Algunos de los principales arquitectos presentados en el museo incluyen a Jaime Ortiz Monasterio, Carlos Mijares Bracho, Adamo Boari y Luis Barragán. El museo está dividido en cuatro secciones llamadas "Arquitectura-contrastes: Jaime Ortiz Monasterio y Carlos Mijares Bracho", "Corpus Urbanístico de la Ciudad de México", "Teatro Nacional de México (Plano original)" y "Teatro Nacional de México". También hay exposiciones temporales sobre arquitectura contemporánea. Rincón del tiempo​ Materiales fotográficos, documentales y sonoros, así como objetos, entre otros, se presentan en exposiciones preparadas por el acervo histórico del recinto, para brindar al visitante la oportunidad de conocer la riqueza de la historia del Palacio de Bellas Artes. Acontecimientos, estrenos y ceremonias​ Su escenario ha presentado una gran cantidad de producciones, personalidades y compañías de los más diversos ámbitos: María Tereza Montoya, Zubin Mehta, Luciano Pavarotti, Plácido Domingo, Teresa Berganza, Birgit Nilsson, Marilyn Horne, Alexander Kipnis, Mstislav Rostropóvic, Rudolf Nuréyev, Juan Gabriel, entre otros.​ El 23 de mayo de 1950 se presentó María Callas, cantando Norma; ahí también se realizó la célebre función de Aída en la cual la soprano intercaló un célebre mi bemol al final del segundo acto de dicha ópera. La grabación de ese momento ha pasado a la historia. Callas cantó en este escenario las dos únicas funciones de Rigoletto que dio en su vida. Las grandes orquestas del mundo también se han presentado ahí, como las orquestas filarmónicas de Londres, Nueva York, Viena, Moscú, Los Ángeles, la Real Filarmónica de Londres, la célebre Orquesta de la Juventud Venezolana Simón Bolívar, la Orquesta de París, la de Filadelfia, la Staatskapelle de Dresde, la Sinfónica de Montreal, y las Nacionales de España y China, entre otras. Sus espectáculos son muy variados, ya que se ha presentado música popular, jazz, danza tradicional e incluso ballet y, por supuesto, ópera, e incluso Les Luthiers. Lola Beltrán fue la primera intérprete de música ranchera en cantar con mariachi en este recinto, con más de 17 presentaciones seguida de Juan Gabriel. Ambas presentaciones fueron criticadas. Este escenario también albergó las tomas de posesión como presidentes de México de Miguel Alemán (1946), Adolfo Ruiz Cortines (1952), Adolfo López Mateos (1958) y Gustavo Díaz Ordaz (1964). Óperas estrenadas mundialmente​ * Tabaré, ópera de Heliodoro Oseguera basada en el poema homónimo de Juan Zorrilla de San Martín, estrenada el 31 de agosto de 1935. * Tonatiu, ópera de Manuel Camacho Vega, estrenada el 11 de enero de 1940. * La mulata de Córdoba, ópera en un acto con libreto de Xavier Villaurrutia y música de José Pablo Moncayo, estrenada el 23 de octubre de 1948. * Elena, ópera en un acto con libreto de Francisco Zendejas y música de Eduardo Hernández Moncada, estrenada el 23 de octubre de 1948. * Carlota, ópera en un acto con libreto de Francisco Zendejas y música de Luis Sandi, estrenada el 23 de octubre de 1948. * El último sueño, ópera en un acto y tres cuadros con libreto de Manuel M. Bermejo y música de José F. Vásquez, estrenada el 28 de mayo de 1961. * Severino, ópera en un acto con libreto original en portugués de João Cabral de Melo Neto traducido por el compositor de la música, Salvador Moreno Manzano, estrenada el 28 de junio de 1961. * Misa de seis, ópera en un acto con libreto de Emilio Carballido y música de Carlos Jiménez Mabarak, estrenada el 21 de junio de 1962. * La señora en su balcón, ópera en dos actos con libreto de Elena Garro y música de Luis Sandi, estrenada el 2 de junio de 1964. * La mujer y su sombra, ópera en un acto basada en una obra de Paul Claudel traducida, adaptada y puesta en metro musical por Miguel Alcázar y estrenada el 12 de abril de 1981. * La Güera, ópera en tres actos con libreto de Julio Alejandro y música de Carlos Jiménez Mabarak, estrenada el 26 de septiembre de 1982. * Orestes parte, ópera en dos actos con libreto de José Ramón Enríquez y música de Federico Ibarra, estrenada el 5 de julio de 1987. * Aura, ópera en un acto con libreto de Juan Tovar y música de Mario Lavista, estrenada el 13 de abril de 1989. * Alicia, ópera en dos actos con libreto de José Ramón Enríquez y música de Federico Ibarra, estrenada el 9 de julio de 1995. * El juego de los insectos, ópera en dos actos con libreto de Verónica Musalem y música de Federico Ibarra, estrenada el 8 de julio de 2009. Homenajes luctuosos​ El Palacio de Bellas Artes también ha sido un escenario para la solemnidad y el homenaje para el duelo en funerales de personalidades de las artes y la cultura, que por su trayectoria y contribución a las distintas disciplinas han sido distinguidos con dicho acto. En total han sido 65 personajes quienes han recibido homenajes luctuosos en el magno recinto. El primero fue el muralista José Clemente Orozco en 1949. Los siguientes son los personajes más destacados, cuyo homenaje de cuerpo presente ocurrió en este lugar: José Clemente Orozco; 1949 Virginia Fábregas; 1950 Frida Kahlo; 1954 Diego Rivera; 1957 Agustín Lara; 1970 Rosario Castellanos; 1974 Juan Rulfo; 1986 Rufino Tamayo; 1991 Mario Moreno Cantinflas; 1993 Lola Beltrán; 1996 Octavio Paz; 1998 María Félix; 2002 Consuelo Velázquez; 2005 Raúl Anguiano; 2006 Miguel Aceves Mejía; 2006 Carlos Monsiváis; 2010 Roberto Cantoral; 2010 Leonora Carrington; 2011 Carlos Fuentes; 2012 Chavela Vargas; 2012 José Emilio Pacheco; 2014 Gabriel García Márquez; 2014 Juan Gabriel; 2016 José Luis Cuevas; 2017 Rafael Coronel; 2019 Miguel León Portilla; 2019 José José; 2019 Mantenimiento y controversia​ El 4 de abril de 2009 se anunció que Teresa Vicencio sustituiría a María Teresa Franco en la dirección del Palacio de Bellas Artes. Con esta decisión, Teresa Vicencio quedó al frente de la remodelación que se realizaba en aquel momento, su decisión fue quitar a los arquitectos encargados del proyecto, nombrar a otros y autorizar la intervención de la sala, la cual se había prohibido para respetar las convenciones internacionales de restauración de teatros antiguos dispuestas por la UNESCO. El 19 de noviembre de 2010 se realizó una ceremonia de reinauguración de la sala principal de espectáculos después de una intervención de 3 años que costó 700 millones de pesos. La remodelación fue anunciada como una modernización de la mecánica del escenario, pero la realidad mostró que, sin publicarlo, las autoridades intervinieron la arquitectura y estilo de la sala principal de espéctaculos. Tal intervención, destruyó una gran parte de la unidad estilística en Art Decó que caracterizaba al recinto. El piso de la platea, constituido por una amplia superficie con un declive hasta el foso de orquesta para propiciar la acústica fue cambiado por escalones que con sus ángulos destruyen la acústica. La destrucción de la acústica impuso la necesidad de la instalación de un sistema electrónico de ampliación de sonido. El nuevo piso se recubrió con madera de color claro, que no corresponde con el estilo en que fue diseñada originalmente la sala. Los palcos se hicieron pequeños recubriendo sus paredes de mármol con madera de nogal, un elemento completamente ajeno a la decoración histórica. También se cambiaron las puertas en estilo Art Decó por puertas modernas. Tal intervención destruyó la arquitectura de los palcos. Los balcones, los antepechos del primero, segundo y tercer piso, y los palcos de honor fueron cubiertos en su totalidad con madera de nogal. Las grandes puertas de acceso a la sala se retiraron y se pusieron en su lugar puertas modernas. Muchos elementos decorativos Art Decó en las puertas y los balcones desaparecieron, se retiraron o simplemente ya no son identificables. Se construyó una cabina de sonido al fondo de la platea en un estilo moderno. Todos estos cambios tuvieron como consecuencia una reducción de casi 400 butacas.9​ La remodelación destruyó la arquitectura y decoración Art Decó de la sala principal del Palacio de Bellas Artes. Los periódicos denunciaron que Teresa Vicencio contrató una compañía privada para restaurar el vitral "Apolo y la las musas". Los restauradores profesionales comprobaron que la obra maestra de Tiffany fue dañada.10​ A toda esta destrucción se estableció que no se cumplieron las normas mínimas de seguridad. En la platea se quitaron tres pasillos, se cambió la disposición de las butacas, se clausuró la puerta central construyendo una cabina de sonido fuera de estilo y sacrificando 16 filas de butacas, el material con el que se recubriéron las antepecheras y los palcos resultó ser altamente inflamable. De los palcos penden cables que en cualquier momento pueden provocar incendios. La distribución de los escalones en el segundo y tercer piso fue alterada de tal modo que los escalones no corresponden con las gradas de las filas. Se construyeron seis grandes luminarias del techo que representan un peligro mayor en caso de un siniestro.11​ El 30 de diciembre de 2010 se anunció que ICOMOS interpondrá en París ante el Centro del Patrimonio Mundial de la UNESCO una denuncia en contra del Gobierno mexicano por perpetrar graves atentados contra el inmueble cultural. Tal denuncia podría costarle a Ciudad de México el título de Patrimonio de la Humanidad como consecuencia de la constante destrucción de arquitectura patrimonial que se realiza en México. 12​13​14​15​16​17​ El Arqu. Víctor Jiménez, autor de varios estudios sobre el Palacio de Bellas Artes ha publicado artículos en los que ofrece, desde un punto de vista de profesional de la arquitectura y conocedor del monumento, un resumen de los daños sucedidos. En la revista especializada "Litroal-e" (2012, no. 5) ofrece una síntesis del proceso de destrucción de la sala de espectáculos.
El Hemiciclo a Juárez es un cenotafio de la Ciudad de México, ubicado en la Alameda Central del Centro Histórico, sobre la Avenida Juárez, una de las más importantes arterias de la capital de México. Honra al expresidente mexicano Benito Juárez, cuyos restos reposan en el Panteón de San Fernando. Historia​ Fue construido en 1910 por órdenes de Porfirio Díaz. Es obra del arquitecto Guillermo de Heredia, y las esculturas del italiano Alessandro Lazzerini1​. Está edificado con mármol de Carrara. En su sitio se encontraba el kiosco morisco que fue trasladado al barrio de Santa María la Ribera de la Ciudad de México. Fue inaugurado el 18 de septiembre de 1910, como parte de los festejos del centenario de la independencia de México, en una ceremonia encabezada por Porfirio Díaz, y la presencia de los embajadores de Estados Unidos, España, Argentina y Guatemala. El poeta Luis G. Urbina declamó un poema para la ocasión. Estilo​ De estilo Neoclásico, es semicircular, de fuerte inspiración griega, cuenta con doce columnas de orden dórico, que soporta una estructura con entablamiento y friso del mismo orden. A los costados tiene dos remates de urnas doradas. Al centro tiene un conjunto escultórico, integrado por Benito Juárez sedente, con dos alegorías: la Patria, que corona a Juárez con laureles, en presencia de una segunda que representa a la Ley. En el basamento tiene festones, al centro otro conjunto escultórico que preside un águila republicana con las alas abiertas, en un paramento, con grecas neoaztequistas, en el que reposan dos leones. En su cuerpo central, ostenta un medallón con laureles que enmarca la leyenda: "Al Benemérito Benito Juárez. La Patria." Usos sociales​ El hemiciclo es un punto referencial en la Alameda Central. Ha sido punto de encuentro para el inicio de marchas y mítines populares de movimientos como el estudiantil de 1968 y el de Andrés Manuel López Obrador en 2006. Durante décadas, las conmemoraciones al natalicio de Benito Juárez se realizan de forma protocolaria por los presidentes mexicanos. Durante décadas fue el punto de destino de la Marcha Gay de la ciudad de México hasta que en 1999, el comité organizador decidió llegar al Zócalo capitalino.
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Hemiciclo a Juarez
50 Av. Juárez
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El Hemiciclo a Juárez es un cenotafio de la Ciudad de México, ubicado en la Alameda Central del Centro Histórico, sobre la Avenida Juárez, una de las más importantes arterias de la capital de México. Honra al expresidente mexicano Benito Juárez, cuyos restos reposan en el Panteón de San Fernando. Historia​ Fue construido en 1910 por órdenes de Porfirio Díaz. Es obra del arquitecto Guillermo de Heredia, y las esculturas del italiano Alessandro Lazzerini1​. Está edificado con mármol de Carrara. En su sitio se encontraba el kiosco morisco que fue trasladado al barrio de Santa María la Ribera de la Ciudad de México. Fue inaugurado el 18 de septiembre de 1910, como parte de los festejos del centenario de la independencia de México, en una ceremonia encabezada por Porfirio Díaz, y la presencia de los embajadores de Estados Unidos, España, Argentina y Guatemala. El poeta Luis G. Urbina declamó un poema para la ocasión. Estilo​ De estilo Neoclásico, es semicircular, de fuerte inspiración griega, cuenta con doce columnas de orden dórico, que soporta una estructura con entablamiento y friso del mismo orden. A los costados tiene dos remates de urnas doradas. Al centro tiene un conjunto escultórico, integrado por Benito Juárez sedente, con dos alegorías: la Patria, que corona a Juárez con laureles, en presencia de una segunda que representa a la Ley. En el basamento tiene festones, al centro otro conjunto escultórico que preside un águila republicana con las alas abiertas, en un paramento, con grecas neoaztequistas, en el que reposan dos leones. En su cuerpo central, ostenta un medallón con laureles que enmarca la leyenda: "Al Benemérito Benito Juárez. La Patria." Usos sociales​ El hemiciclo es un punto referencial en la Alameda Central. Ha sido punto de encuentro para el inicio de marchas y mítines populares de movimientos como el estudiantil de 1968 y el de Andrés Manuel López Obrador en 2006. Durante décadas, las conmemoraciones al natalicio de Benito Juárez se realizan de forma protocolaria por los presidentes mexicanos. Durante décadas fue el punto de destino de la Marcha Gay de la ciudad de México hasta que en 1999, el comité organizador decidió llegar al Zócalo capitalino.
Ubicada en la esquina de avenida Madero y Eje Central Lázaro Cárdenas. Es símbolo de la modernización del Mexico de los años 60’s. La Torre Latinoamericana es un rascacielos ubicado en la esquina que forman las calles de Madero y el Eje central Lázaro Cárdenas en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Su ubicación céntrica, su altura (1821​ metros si se incluye la antena, con 44 pisos) y su historia la han convertido en uno de los edificios más emblemáticos de la Ciudad de México. Fue diseñada por el arquitecto mexicano Augusto H. Álvarez. Superó a la Torre Anáhuac y a la Torre Miguel E Abed en la Ciudad de México y al rascacielos Altino Arantes en Brasil. Fue también el edificio más alto de la ciudad desde su construcción en 1956 hasta 1972, año en que se completó el Hotel de México, actualmente el Torre World Trade Center. También obtuvo el récord del rascacielos más alto del mundo fuera de Estados Unidos y por lo tanto de Iberoamérica. Se inauguró como el primer y más grande edificio en el mundo con fachada de vidrio y aluminio. Además, la torre fue el primer rascacielos en construirse en una zona de alto riesgo sísmico, por lo cual sirvió de experimento para la cimentación y construcción de futuros edificios en el mundo. La Torre Latinoamericana es junto con el Taipei 101, la Torre Ejecutiva Pemex, la Torre Mayor, La Torre BBVA Bancomer, La Torre Reforma, la Torre Altus, el U.S. Bank Tower, Wilshire Grand Center, Salesforce Tower, y el Costanera Center, una de las estructuras en estar en una zona de alto riesgo sísmico. Historia​ El predio en donde actualmente se levanta la Torre Latinoamericana fue ocupado antiguamente por la casa de animales del Tlatoani Mexica Moctezuma II , y tras la conquista, se construyó el antiguo Convento de San Francisco. En 1946, la compañía de seguros La Latinoamericana obtuvo permiso de la Secretaría de Hacienda para construir el rascacielos más alto de América Latina, en las calles de Madero y San Juan de Letrán (luego renombrado Eje Central Lázaro Cárdenas), con 44 pisos. La Torre Latinoamericana se construyó para alojar a la compañía La Latinoamericana, Seguros, S.A. Los nombres de los miembros de este grupo de empresarios mexicanos son: Miguel S. Macedo, José A. Escandón y Teodoro Amerlinck. Originalmente, la compañía ocupaba un edificio más pequeño, en la misma ubicación. En 1947, la compañía se reubicó temporalmente a una oficina cercana, durante los ocho años que duró el trabajo de construcción de la torre. Para este ambicioso proyecto, se contrató a un grupo de profesionales: Leonardo Zeevaert y los arquitectos Augusto H. Álvarez y Alfonso González Paullada. La construcción de la torre se inició en febrero de 1948. Leonardo Zeevaert elaboró un amplio programa de investigación del subsuelo para conocer la vulnerabilidad sísmica a la que se enfrentaría la torre y así poder dotar al edificio de un buen aislamiento sísmico para soportar sin problema alguno los movimientos telúricos a los cuales sería sometido. El programa consistió en: sondeo con muestras inalteradas hasta 50 m, en el sitio del edificio; instalación de piezómetros a 18, 28, 33 y 50 m, en el lugar, en la banqueta y en la Alameda Central; Instalaciones de bancos de nivel en el lugar y en la Alameda. Después del estudio, Zeevaert llegó a la conclusión de proyectar una cimentación y estructural que crearía paradigmas en la ingeniería moderna, ya que el subsuelo de la ciudad es fangoso, con consistencia esponjosa. Fue necesario hincar 361 pilotes especialmente diseñados, hasta una profundidad de 33 m para cimentar la torre. Se colocó una cimentación de concreto que permite que el edificio, literalmente "flote" en el subsuelo, independientemente del soporte que le proporcionan los pilotes. Esta tecnología, original de México, fue la primera de su tipo en el mundo y sigue siendo utilizada por todos los constructores de rascacielos para zonas de alto riesgo sísmico. Para soportar un peso total de edificio de 24.100 toneladas, se construyó una estructura rígida de acero con un peso de 3.200 toneladas; que dan forma a 3 sótanos y a 44 pisos que se elevan a 134 metros, más un pararrayos de 54 metros, totalizando 181.331​ metros sobre el nivel de la calle, con una superficie construida de 27.700 metros cuadrados de cristal y 3.200 metros de lámina acanalada de aluminio; la instalación sanitaria por sí sola pesa 50 toneladas y existen más de 4.000 lámparas para iluminación. La Torre Latinoamericana quedó finalizada a principios de 1956, y se inauguró oficialmente el 30 de abril del mismo año, y es así como la compañía se mudó a la torre, en los pisos 4.º al 8.º. El resto del espacio de oficinas en la torre se ofrecía en alquiler. Al momento de su terminación la Torre Latinoamericana era el edificio más alto de Latinoamérica. Su mirador público, ubicado en el piso 44, fue el más alto de la ciudad, hasta la apertura del mirador en el piso 52 de la Torre Mayor, en diciembre del 2004. No obstante, por su céntrica ubicación, se dice que el mirador de la Torre Latino ofrece a la gente la mejor vista de la ciudad. La torre ganó prestigio a nivel mundial, cuando se supo que resistió un fuerte terremoto, el 28 de julio de 1957, de magnitud 7.7 (MW), debido a su construcción con estructura de acero y pilotes profundos, que fueron necesarios dada la frecuencia de sismos en la Ciudad de México, y la composición lodosa del suelo, que hace complicada la construcción sobre ese terreno. Gracias a ello, recibió el premio del American Institute of Steel Construction (Instituto Norteamericano de la Construcción de Acero), por ser "el edificio más alto que jamás haya sido expuesto a una enorme fuerza sísmica", como atestiguan inscripciones en sendas placas en el vestíbulo y mirador del edificio. En 1985, la torre resistió el terremoto del 19 de septiembre, cuya magnitud fue de 8,1 (MW) con epicentro en la costa de Michoacán, y con duración aproximada de poco más de 2 minutos; el 20 de septiembre de ese mismo año, soportó la réplica más grande de este terremoto, que alcanzó una magnitud de 7,5 (MW), con epicentro cerca de Zihuatanejo, Guerrero y, por último, el terremoto del 19 de septiembre del 2017, con una magnitud de 7,1 (MW), con epicentro en los límites de los estados de Morelos y de Puebla, y, después de estos movimientos telúricos, no ha sufrido daños de consideración. A la fecha, se le considera uno de los edificios más seguros de la ciudad y del mundo a pesar de su ubicación potencialmente peligrosa. En el año 2002, el empresario mexicano Carlos Slim adquirió los pisos inferiores de la torre; la torre celebró su 50.º aniversario en 2006. El 30 de abril de dicho año tuvo lugar una ceremonia que incluyó la reapertura de los pisos 38 al 44, que fueron remodelados y un museo. Entre los planes futuros para la torre se incluye el remozamiento de la fachada con materiales modernos, manteniendo el diseño y aspecto original; la torre se considera un monumento histórico. Por ley el aspecto de la fachada no puede alterarse. Ya no es el rascacielos más alto de la Ciudad de México, pero sí uno de los más prestigiosos por ser el primero en el mundo que se construyó en una zona sísmica y en un suelo fangoso, y por ser un ícono de la ciudad, debido a su historia del rascacielos más alto del planeta, fuera de Estados Unidos Detalles importantes​ Primer edificio en el mundo cuya construcción se usó vidrio y aluminio para forrar el armazón. La Torre Latino se afianza mediante 300 pilotes de concreto en una capa de material sólido que los estudios de resonancia ubicaron a 50 m de profundidad. El edificio flota por un sistema de inyección de agua que equilibra sus movimientos ante irregularidades tectónicas. Al concluir su construcción, estuvo en la lista de los 6 rascacielos más altos del mundo. Durante mucho tiempo fue el rascacielos más alto construido en una zona de alto riesgo sísmico. El edificio está inspirado en el Empire State Building de Nueva York. El edificio está equipado con 8 elevadores (ascensores), de alta velocidad, que en su momento fueron los más rápidos del mundo. El área total del rascacielos es de 28,000 m². Después de los cinco terremotos más fuertes en la Ciudad de México, tanto el terremoto de México de 1957 como el terremoto de México de 1985, los terremotos de Guerrero-Oaxaca de 2012, el terremoto de Chiapas de 2017, el terremoto de Puebla de 2017 y el terremoto de Oaxaca de 2018, se le considera uno de los rascacielos más seguros del mundo, junto con la Torre Mayor, la Torre Ejecutiva Pemex, el World Trade Center México, la Torre HSBC, el Edificio Reforma Avantel, el St. Regis Hotel & Residences y laTorre Insignia. Ha sido junto con el Edificio La Nacional, Edificio Miguel E Abed Apycsa, el Edificio Miguel E Abed, Torre Contigo y Edificio El Moro los seis únicos edificios en soportar 5 fuertes terremotos en todo el mundo. Se encuentra a tan solo unos metros del Edificio Miguel E Abed, la Torre Nueva de Tlatelolco y Torre del Caballito. La torre puede soportar un terremoto de 8.7 grados en la escala de Richter. El arquitecto Manuel de la Colina diseñó primeramente un edificio de 25 pisos para la compañía de seguros La Latinoamericana. Su idea la transformó Augusto Álvarez, quien convenció al director de la Latinoamericana don Miguel S. Macedo de alcanzar una mayor altura. Así, la torre pasó a 182 m. Sitios de interés​ Además de poseer oficinas en su interior, este distinguido rascacielos también posee sitios donde puedes pasar un excelente rato de placer para diferentes tipos de gustos, dependiendo cuál sea tu plan. Aquí algunos que pueden ser de tu interés: Piso 36: Museo del Bicentenario. Piso 37: Cafetería y tienda de Souvenirs. Piso 38: Museo de Exposición Permanente "La Ciudad y la Torre a través de los siglos". Piso 44: Terraza. Cabe añadir que en los pisos 42 y 43 están dedicados a algunas exposiciones temporales en distintas épocas del año, acorde al mes que se trate. Así mismo los pisos 42 y 43 el domingo 24 de mayo de 1953, sufrieron cuantiosos daños derivados de un incendio el cual requirió de horas de esfuerzo por parte de Cuartel General de Bomberos debido a la gran distancia que las mangueras tuvieron que recorrer para lograr sofocar las llamas, se registran siete lesionados. Además en el piso 41 de la Torre se encuentra un restaurante-bar.
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Torre Latinoamericana
2 Eje Central Lázaro Cárdenas
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Ubicada en la esquina de avenida Madero y Eje Central Lázaro Cárdenas. Es símbolo de la modernización del Mexico de los años 60’s. La Torre Latinoamericana es un rascacielos ubicado en la esquina que forman las calles de Madero y el Eje central Lázaro Cárdenas en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Su ubicación céntrica, su altura (1821​ metros si se incluye la antena, con 44 pisos) y su historia la han convertido en uno de los edificios más emblemáticos de la Ciudad de México. Fue diseñada por el arquitecto mexicano Augusto H. Álvarez. Superó a la Torre Anáhuac y a la Torre Miguel E Abed en la Ciudad de México y al rascacielos Altino Arantes en Brasil. Fue también el edificio más alto de la ciudad desde su construcción en 1956 hasta 1972, año en que se completó el Hotel de México, actualmente el Torre World Trade Center. También obtuvo el récord del rascacielos más alto del mundo fuera de Estados Unidos y por lo tanto de Iberoamérica. Se inauguró como el primer y más grande edificio en el mundo con fachada de vidrio y aluminio. Además, la torre fue el primer rascacielos en construirse en una zona de alto riesgo sísmico, por lo cual sirvió de experimento para la cimentación y construcción de futuros edificios en el mundo. La Torre Latinoamericana es junto con el Taipei 101, la Torre Ejecutiva Pemex, la Torre Mayor, La Torre BBVA Bancomer, La Torre Reforma, la Torre Altus, el U.S. Bank Tower, Wilshire Grand Center, Salesforce Tower, y el Costanera Center, una de las estructuras en estar en una zona de alto riesgo sísmico. Historia​ El predio en donde actualmente se levanta la Torre Latinoamericana fue ocupado antiguamente por la casa de animales del Tlatoani Mexica Moctezuma II , y tras la conquista, se construyó el antiguo Convento de San Francisco. En 1946, la compañía de seguros La Latinoamericana obtuvo permiso de la Secretaría de Hacienda para construir el rascacielos más alto de América Latina, en las calles de Madero y San Juan de Letrán (luego renombrado Eje Central Lázaro Cárdenas), con 44 pisos. La Torre Latinoamericana se construyó para alojar a la compañía La Latinoamericana, Seguros, S.A. Los nombres de los miembros de este grupo de empresarios mexicanos son: Miguel S. Macedo, José A. Escandón y Teodoro Amerlinck. Originalmente, la compañía ocupaba un edificio más pequeño, en la misma ubicación. En 1947, la compañía se reubicó temporalmente a una oficina cercana, durante los ocho años que duró el trabajo de construcción de la torre. Para este ambicioso proyecto, se contrató a un grupo de profesionales: Leonardo Zeevaert y los arquitectos Augusto H. Álvarez y Alfonso González Paullada. La construcción de la torre se inició en febrero de 1948. Leonardo Zeevaert elaboró un amplio programa de investigación del subsuelo para conocer la vulnerabilidad sísmica a la que se enfrentaría la torre y así poder dotar al edificio de un buen aislamiento sísmico para soportar sin problema alguno los movimientos telúricos a los cuales sería sometido. El programa consistió en: sondeo con muestras inalteradas hasta 50 m, en el sitio del edificio; instalación de piezómetros a 18, 28, 33 y 50 m, en el lugar, en la banqueta y en la Alameda Central; Instalaciones de bancos de nivel en el lugar y en la Alameda. Después del estudio, Zeevaert llegó a la conclusión de proyectar una cimentación y estructural que crearía paradigmas en la ingeniería moderna, ya que el subsuelo de la ciudad es fangoso, con consistencia esponjosa. Fue necesario hincar 361 pilotes especialmente diseñados, hasta una profundidad de 33 m para cimentar la torre. Se colocó una cimentación de concreto que permite que el edificio, literalmente "flote" en el subsuelo, independientemente del soporte que le proporcionan los pilotes. Esta tecnología, original de México, fue la primera de su tipo en el mundo y sigue siendo utilizada por todos los constructores de rascacielos para zonas de alto riesgo sísmico. Para soportar un peso total de edificio de 24.100 toneladas, se construyó una estructura rígida de acero con un peso de 3.200 toneladas; que dan forma a 3 sótanos y a 44 pisos que se elevan a 134 metros, más un pararrayos de 54 metros, totalizando 181.331​ metros sobre el nivel de la calle, con una superficie construida de 27.700 metros cuadrados de cristal y 3.200 metros de lámina acanalada de aluminio; la instalación sanitaria por sí sola pesa 50 toneladas y existen más de 4.000 lámparas para iluminación. La Torre Latinoamericana quedó finalizada a principios de 1956, y se inauguró oficialmente el 30 de abril del mismo año, y es así como la compañía se mudó a la torre, en los pisos 4.º al 8.º. El resto del espacio de oficinas en la torre se ofrecía en alquiler. Al momento de su terminación la Torre Latinoamericana era el edificio más alto de Latinoamérica. Su mirador público, ubicado en el piso 44, fue el más alto de la ciudad, hasta la apertura del mirador en el piso 52 de la Torre Mayor, en diciembre del 2004. No obstante, por su céntrica ubicación, se dice que el mirador de la Torre Latino ofrece a la gente la mejor vista de la ciudad. La torre ganó prestigio a nivel mundial, cuando se supo que resistió un fuerte terremoto, el 28 de julio de 1957, de magnitud 7.7 (MW), debido a su construcción con estructura de acero y pilotes profundos, que fueron necesarios dada la frecuencia de sismos en la Ciudad de México, y la composición lodosa del suelo, que hace complicada la construcción sobre ese terreno. Gracias a ello, recibió el premio del American Institute of Steel Construction (Instituto Norteamericano de la Construcción de Acero), por ser "el edificio más alto que jamás haya sido expuesto a una enorme fuerza sísmica", como atestiguan inscripciones en sendas placas en el vestíbulo y mirador del edificio. En 1985, la torre resistió el terremoto del 19 de septiembre, cuya magnitud fue de 8,1 (MW) con epicentro en la costa de Michoacán, y con duración aproximada de poco más de 2 minutos; el 20 de septiembre de ese mismo año, soportó la réplica más grande de este terremoto, que alcanzó una magnitud de 7,5 (MW), con epicentro cerca de Zihuatanejo, Guerrero y, por último, el terremoto del 19 de septiembre del 2017, con una magnitud de 7,1 (MW), con epicentro en los límites de los estados de Morelos y de Puebla, y, después de estos movimientos telúricos, no ha sufrido daños de consideración. A la fecha, se le considera uno de los edificios más seguros de la ciudad y del mundo a pesar de su ubicación potencialmente peligrosa. En el año 2002, el empresario mexicano Carlos Slim adquirió los pisos inferiores de la torre; la torre celebró su 50.º aniversario en 2006. El 30 de abril de dicho año tuvo lugar una ceremonia que incluyó la reapertura de los pisos 38 al 44, que fueron remodelados y un museo. Entre los planes futuros para la torre se incluye el remozamiento de la fachada con materiales modernos, manteniendo el diseño y aspecto original; la torre se considera un monumento histórico. Por ley el aspecto de la fachada no puede alterarse. Ya no es el rascacielos más alto de la Ciudad de México, pero sí uno de los más prestigiosos por ser el primero en el mundo que se construyó en una zona sísmica y en un suelo fangoso, y por ser un ícono de la ciudad, debido a su historia del rascacielos más alto del planeta, fuera de Estados Unidos Detalles importantes​ Primer edificio en el mundo cuya construcción se usó vidrio y aluminio para forrar el armazón. La Torre Latino se afianza mediante 300 pilotes de concreto en una capa de material sólido que los estudios de resonancia ubicaron a 50 m de profundidad. El edificio flota por un sistema de inyección de agua que equilibra sus movimientos ante irregularidades tectónicas. Al concluir su construcción, estuvo en la lista de los 6 rascacielos más altos del mundo. Durante mucho tiempo fue el rascacielos más alto construido en una zona de alto riesgo sísmico. El edificio está inspirado en el Empire State Building de Nueva York. El edificio está equipado con 8 elevadores (ascensores), de alta velocidad, que en su momento fueron los más rápidos del mundo. El área total del rascacielos es de 28,000 m². Después de los cinco terremotos más fuertes en la Ciudad de México, tanto el terremoto de México de 1957 como el terremoto de México de 1985, los terremotos de Guerrero-Oaxaca de 2012, el terremoto de Chiapas de 2017, el terremoto de Puebla de 2017 y el terremoto de Oaxaca de 2018, se le considera uno de los rascacielos más seguros del mundo, junto con la Torre Mayor, la Torre Ejecutiva Pemex, el World Trade Center México, la Torre HSBC, el Edificio Reforma Avantel, el St. Regis Hotel & Residences y laTorre Insignia. Ha sido junto con el Edificio La Nacional, Edificio Miguel E Abed Apycsa, el Edificio Miguel E Abed, Torre Contigo y Edificio El Moro los seis únicos edificios en soportar 5 fuertes terremotos en todo el mundo. Se encuentra a tan solo unos metros del Edificio Miguel E Abed, la Torre Nueva de Tlatelolco y Torre del Caballito. La torre puede soportar un terremoto de 8.7 grados en la escala de Richter. El arquitecto Manuel de la Colina diseñó primeramente un edificio de 25 pisos para la compañía de seguros La Latinoamericana. Su idea la transformó Augusto Álvarez, quien convenció al director de la Latinoamericana don Miguel S. Macedo de alcanzar una mayor altura. Así, la torre pasó a 182 m. Sitios de interés​ Además de poseer oficinas en su interior, este distinguido rascacielos también posee sitios donde puedes pasar un excelente rato de placer para diferentes tipos de gustos, dependiendo cuál sea tu plan. Aquí algunos que pueden ser de tu interés: Piso 36: Museo del Bicentenario. Piso 37: Cafetería y tienda de Souvenirs. Piso 38: Museo de Exposición Permanente "La Ciudad y la Torre a través de los siglos". Piso 44: Terraza. Cabe añadir que en los pisos 42 y 43 están dedicados a algunas exposiciones temporales en distintas épocas del año, acorde al mes que se trate. Así mismo los pisos 42 y 43 el domingo 24 de mayo de 1953, sufrieron cuantiosos daños derivados de un incendio el cual requirió de horas de esfuerzo por parte de Cuartel General de Bomberos debido a la gran distancia que las mangueras tuvieron que recorrer para lograr sofocar las llamas, se registran siete lesionados. Además en el piso 41 de la Torre se encuentra un restaurante-bar.
La Alameda Central es un parque público del Centro Histórico de la Ciudad de México y por su antigüedad 1592, se clasifica como el más antiguo jardín público de México y de América, se inspiró en la Alameda de Hércules de la ciudad de Sevilla, jardín público creado en 1574 y el más antiguo de España y de Europa. El modelo sevillano fue seguido por otros creadores de jardines urbanos en España como la de Écija (Sevilla)1578 y la Alameda de los Descalzos de Lima. Está delimitada, al norte, por Avenida Hidalgo; al este, por la calle de Ángela Peralta, donde se encuentra el Palacio de Bellas Artes; al sur, por la Avenida Juárez; y al oeste, por la calle Doctor Mora. Desde hace 400 años esta alameda es parte del paisaje urbano de la Ciudad de México. La fundación tuvo en un principio orígenes humildes, cuando el trazado de la ciudad que albergaría estaba recientemente definida, pero el virrey Luis de Velasco comprendió la importancia de dar a los pobladores de la capital de la Nueva España un lugar que al mismo tiempo fuera para «salida y recreación de los vecinos», sirviera de punto de encuentro de una sociedad que gustaba cada vez más lucir y ser reconocida en sus diferencias. El 26 de noviembre del 2012 la Alameda Central fue reinaugurada después de 8 meses de trabajos. La remodelación incluyó la mejora de los parques, la plantación de nuevos árboles, y la restauración de fuentes y del Hemiciclo a Juárez. Historia de la Alameda​ Del nacimiento al siglo XVI​ La petición del Marqués de Salinas realizada a principios de 1592,​ fijó el lugar para el emplazamiento, mismo que con algunas modificaciones aún conserva, un cuadrado dentro de lo que era la plaza o Tianguis de San Hipólito, al sur de la Calzada de Tacuba y enfrente de la iglesia y hospital de la Cofradía de la Santa Veracruz. Tiempo después, a esta primera traza se agregaría una ampliación sobre el sitio donde estaba el Quemadero de la Santa Inquisición, dilatándose sobre las plazuelas de Santa Isabel y San Diego. Para lograr el efecto de parque se mandaron sembrar olmos blancos y negros, traídos de la villa de Coyoacán, y para completar este plan original, el sevillano Francisco de Avis diseño los jardines y se construyó una pila de cantera labrada que lucía como remate una esfera de bronce. La Alameda estaba circundada por una ancha acequia (Canal donde circula agua de riego) que sirvió para evitar el paso de los visitantes indeseables, ya se tratara de personas o animales; esta acequia les ocasionó serios dolores de cabeza a los encargados de darle mantenimiento y desazolve, razón de más para registrar el nombre de Francisco Vega como el primer guardabosque. En sus inicios la entrada se realizaba por una sola puerta, al oriente, donde se encontraba la plaza de Santa Isabel. Siglo XVII​ El siglo XVII del barroco novohispano, deja su impronta en las luces y sombras que acompañan el devenir de la Alameda, semejante a los retablos que pueblan las iglesias de este periodo. Las dos inundaciones que destruirían los jardines, que fueron poblados con flores, y también los antiguos álamos, que serían sustituidos por fresnos; su traza se fue modificando, ahora tiene ocho calzadas, un número igual de prados y jardines y la fuente es en forma de tazón octogonal con un surtidor central. También es significativo el hecho de que por primera vez la Alameda es mencionada en una obra literaria gracias a la inspiración del poeta Arias de Villalobos; hacia 1625 el fraile inglés Tomas Gage hace una descripción donde señala que «Los galanes de la ciudad se van a divertir todos los días, sobre las cuatro de la tarde, unos a caballo y otros en coche, a un paseo delicioso que llaman La Alameda, donde hay muchas calles de árboles que no penetran los rayos del sol. Se ven ordinariamente cerca de dos mil coches con Hidalgos, damas y de gente rica. Los Hidalgos llevan una docena de esclavos africanos y otros con un séquito menos, pero todos los llevan con librea muy costosa, y van cubiertos de randas (Especie de encaje labrado con aguja o tejido; es más grueso y de nudos más apretados que los hechos con palillos), flecos, trenzas y moños de seda, rosas en los zapatos, y con el inseparable Espada al lado. Las señoras van también seguidas de sus lindas esclavas que andan al lado de la carroza tan espléndidamente ataviadas como acabamos de decir, cuyas caras, en medio de tan ricos vestidos y de sus mantillas blancas, parecen como dice el refrán español: "moscas en leche.» Es el siglo en que se dan grandes cambios en la Ciudad de México y La alameda se ha convertido en el paseo más importante, sitio de mascaradas, pero también de diversos personajes como don Carlos de Sigüenza y Góngora y sor Juana Inés de la Cruz. De la fama y fisonomía del jardín quedará constancia en las pinturas, hermosos biombos, de los cuales uno bellísimo de 1690 se puede apreciar en el Museo Franz Mayer y en un dibujo realizado en tinta y acuarela por el arquitecto Juan Gómez de Trasmonte en 1628. La centuria se cierra con grandes desastres naturales como las plagas y epidemias y tocará a la nueva administración generada por los Borbones, hacer manos a la obra, para que en el periodo siguiente, marcado por la Ilustración y las reglas del Neoclasicismo, sirvan de soporte ideológico para realizar los cambios convenientes que adaptan a La Alameda como el escenario adecuado para los eventos que atraían a los vecinos, forasteros y paseantes de diversos orígenes y niveles económicos. Es el siglo del orden, del humanismo jesuita y de tonos afrancesados, pero también del descubrimiento de la mexicanidad. Siglo XVIII​ Siguiendo los preceptos clásicos, en 1770 el virrey Carlos Francisco de Croix impulsó la transformación de la vieja alameda, dándole un mayor tamaño al extenderla sobre las plazuelas de Santa Isabel y San Diego, se le agregan fuentes y plazoletas, así como rotondas menores. El proyecto le fue encargado al capitán de infantería de Flandes Alejandro Dancourt quien no pudo terminarla, para que finalmente bajo la administración de Antonio María de Bucareli y Ursúa se diera por terminada. La forma y diseño son los que conocemos en la actualidad. La descripción del poblano Juan de Viera se detiene en los detalles que adornan la fuente central, pero gracias al testimonio gráfico de José María de Labastida y a otras pinturas se puede establecer con bastante exactitud el aspecto de La Alameda:su forma rectangular, las puertas de mampostería, las glorietas y rotondas circulares, la pequeña acequia que la rodea, las blancas, cuatro fuentes con esculturas de personajes mitológicos y la central que representa a Glauco. Hacia fines del Siglo XVIII, La alameda comparte honores con el Bosque de Chapultepec y el paseo Bucareli, que son también lugares muy concurridos y visitados por numerosos paseantes. Guerra de Independencia y primeros años de la república​ Las convulsiones del periodo de la guerra de Independencia de México provocan graves deterioros, daños y abandono de este emblemático lugar, pero a pesar de estas circunstancias continuó siendo un espacio de reunión y en 1821 desde sus jardines y prados la población de la Ciudad de México fue testigo del gran desfile del Ejército Trigarante encabezado por Agustín de Iturbide. Dentro de las innovaciones de la época destacan las reformas en los pilares, glorietas y estatuas; se realizan obras de reforestación y se construye una nueva fuente con un brocal igual al de la actual, pero en el centro se ubicó un basamento cuyo remate era la estatua de una mujer que representa a La Libertad. Se cuenta con numerosas descripciones como la de Franz Mayer, quien en el año de 1842 comenta la belleza de los árboles y flores, así como la costumbre de acudir por las tardes a la Alameda en coche o a caballo o ponerse en la fila a un lado del paseo, mientras van y vienen los caballeros, o pasearse media hora diciendo naderías junto a la ventanilla de alguna belleza de fama. El espíritu romántico que aún está en su apogeo a mediados del siglo se nota no sólo en otros cuadros de costumbres que dejaron viajeros y aventureros, sino también en algunos testimonios gráficos donde la naturaleza semi-salvaje de un bosque casi apresa a un conjunto de damas y caballeros; aspecto que se repite en la litografía de Casimiro Castro, La Alameda de México, tomada desde un globo aerostático, en el año 1855. Lo cierto es que de manera heterodoxa combina elementos que proceden del geometrismo anterior con nuevos elementos en los cuales se impone la traza irregular y selvática. Segundo Imperio Mexicano y guerras de Reforma​ Al llegar al periodo del Segundo Imperio Mexicano, la Alameda recibe a la regia pareja en muy mal estado a doña Carlota de México y Maximiliano de Habsburgo apadrinan algunos arreglos con la intención de emular los parques parisinos, pero muchos de estos proyectos fueron devorados por el proceso histórico y decayeron, junto con el cuerpo del emperador, en el Cerro de las Campanas, abriendo el camino para Benito Juárez, en julio de 1867, hiciera su entrada triunfal a la capital precisamente por una de las calles que rodean a los jardines, lugar en donde se celebró el heroico acontecimiento en un banquete popular. Poco a poco los aspectos de la modernidad van ganando espacios, los logros de la ciencia y la técnica, tan en boga en las ciudades europeas, impregnan a gobernantes y ciudadanos; por consiguiente, la Alameda es objeto de cambios en su iluminación, para finales de la centuria ya es eléctrica, riego, sustitución de árboles, demolición de antiguas bancas para sustituirlas por otras de hierro fundido al estilo Eiffel, las fuentes del siglo XVIII fueron cambiadas y se agregaron otras, algunas de las cuales permanecen actualmente con el agregado de las esculturas que las identifican bajo el formato de los dioses romanos como Neptuno o Mercurio, además de Venus y las náyades. También el entorno se va modificando con la demolición del acueducto de Santa Fe, iniciado en el año de 1852, la apertura del Paseo de la Reforma, la edificación de inmuebles y obras de saneamiento e infraestructura urbana ligadas a nombres de arquitectos reconocidos como Antonio Rivas Mercado, Eusebio de la Hidalga y García, Ignacio de la Hidalga y García y el ingeniero Roberto Gayol, entre otros. Fue evidente que durante el siglo XIX, sobre todo después de la segunda mitad, la sociedad mexicana se va abriendo a nuevas costumbres y usos, aspecto que se reflejó en una mayor presencia femenina en los paseos y una pronunciada necesidad de esparcimiento. En la Alameda se llevaron a cabo, partir de 1842, los festejos de las principales fiestas cívicas y a medida que se acercaba el fin de siglo fue también más heterogéneo el tipo de diversiones y eventos sociales que tuvieron lugar en los jardines, tal como lo imprimieron en sus páginas los periódicos de la época como El Mundo Ilustrado. Kioscos construcciones provisionales de madera y tela, instalaciones de circos o de juegos para niños, teatro, conciertos de música, venta de juguetes y comida por los llamados ambulantes son algunos de los elementos pintorescos o de color que si bien matizaron y enriquecieron la vida de los capitalinos, hoy nos llevan a registrarlos como ominosos antecedentes del destino que aguardaba a la Alameda en el siguiente siglo, convertirse en un gran tianguis devolviendo lo que le había usurpado el de San Hipólito. Porfiriato​ El siglo XX sorprende a la ciudad capital en pleno proceso de afrancesamiento de las ideas, de las modas arquitectónicas, literarias y estéticas que dejaron una inmensa cauda de múltiples aspectos significativos que el porfiriato alentó para estar a tono con lo europeo y lo civilizado. Las viejas construcciones virreinales compartieron el espacio o fueron desplazadas por otras más modernas, en torno a la Alameda se amplían y extienden calles, el arquitecto Adamo Boari inicia la construcción del nuevo Teatro Nacional, luego el Palacio de Bellas Artes, y de las pérgolas, mientras que el pabellón morisco que se había instalado en el lado sur de la Alameda fue reemplazado por el Hemiciclo a Juárez, que el presidente Don Porfirio Díaz inauguró en 1910, año del centenario y del inicio de la Revolución mexicana. Postrevolución hasta finales del siglo XX​ Durante las siguientes decenas que siguieron al periodo posrevolucionario fueron pocos los cambios significativos que se realizaron en la Alameda, como por ejemplo la instalación de la estatua de Beethoven, un amplio contraste con el crecimiento desmesurado de la ciudad que se desparramó en un sinnúmero de colonias, al mismo tiempo que otros parques marginales comparten con el antiguo jardín la necesidad de la población, que requiere de más áreas verdes para una megalópolis cada año más pavimentada y más árida. Paulatinamente, el paisaje de la Alameda se va ahogando entre automóviles, numerosos hoteles, edificios e importantes museos como el Museo Franz Mayer, el Laboratorio Arte Alameda (donde se ubicaba la Pinacoteca Virreinal) y el Museo Nacional de la Estampa. La Alameda de hoy se ha multiplicado en numerosas caras y siluetas que diariamente la habitan, la atraviesan y la circulan; turistas, estudiantes, lugar de descanso de los que tienen trabajo y de los que lo han perdido, de vendedores ambulantes, merolicos de diversos tipos y quehaceres; se oferta de todo: golosinas, algodón de azúcar, disco compactos, libros, vídeos, ropa, medicinas y ungüentos maravillosos, la buena y la mala suerte, artesanías, la tradicional foto con los Reyes magos o Santa claus, amor y desamor; punto de encuentro y desencuentro de lo tradicional y lo moderno; es un signo de interrogación y un desafío lanzado al futuro y es también, tal como lo plasmara Diego Rivera en su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. Lugar de encuentro de minorías​ La alameda central, como muchos parques públicos centrales, ha sido en punto de encuentro de minorías sociales, como personas en situación de calle, indígenas, sexoservidoras y homosexuales entre otros,​ ya en 1924, el pintor mexicano Manuel Rodríguez Lozano pinto a su amigo Salvador Novo en un Taxi trasladándose a la alameda para "ligar" a jóvenes noctámbulos. La obra Salvadror Novo en Taxi forma parte de la colección permanente del Museo Nacional de Arte. Reinauguración​ El 26 de noviembre de 2012 fue reinaugurada la Alameda Central. Bajo el mandato de Marcelo Ebrard, jefe de gobierno de la Ciudad de México, y el arquitecto Felipe Leal, titular de la SEDUVI, el primer parque de América fue remodelado; se plantaron árboles y se mejoraron los prados, también fueron restauradas las fuentes, las esculturas y el Hemiciclo a Juárez. Se construyeron también cuatro nuevas fuentes ubicadas en las esquinas de la Alameda, la calle de Ángela Peralta se volvió peatonal y se instaló alumbrado público para que la Alameda pueda ser visitada de noche con más seguridad. El encargado del proyecto ejecutivo fue el arquitecto Enrique Lastra, quien resolvió colocar mármol de Santo Tomás, pues es un material que se utiliza en la Ciudad de México desde el Siglo XVI, además, con la intención de homogeneizar la Alameda con el Palacio de Bellas Artes. La inversión total de esta obra fue de 243 millones de pesos mexicanos. Esculturas​ Réplica del Malgré Tout 117 de Jesús F. Contreras, representando una mujer desnuda y encadenada (el original se encuentra en el Museo Nacional de Arte) La Vida y la Paz, de Antonio Álvarez Portugal, una mujer desnuda abraza un tronco de árbol muerto Desespoir, de Agustín Ocampo, escultura en bronce de una mujer desnuda Gladiador con espada, guerrero con gorro frigio que empuña una espada Monumento a Beethoven, muestra a un hombre en actitud suplicante a los pies de un ángel Monumento a Alexander Von Humboldt, efigie del gran científico y viajero alemán. Fuentes​ Las Fuentes de Caritas, se ubican una en cada esquina de la Alameda Fuente de Mercurio, de Juan Bolonia La Primavera La Fuente de Neptuno y los Tritones, de Walter Dubray La Fuente de las Américas, ubicada al centro de la Alameda.
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Аламеда-Сентрал
s/n Avenida Hidalgo
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La Alameda Central es un parque público del Centro Histórico de la Ciudad de México y por su antigüedad 1592, se clasifica como el más antiguo jardín público de México y de América, se inspiró en la Alameda de Hércules de la ciudad de Sevilla, jardín público creado en 1574 y el más antiguo de España y de Europa. El modelo sevillano fue seguido por otros creadores de jardines urbanos en España como la de Écija (Sevilla)1578 y la Alameda de los Descalzos de Lima. Está delimitada, al norte, por Avenida Hidalgo; al este, por la calle de Ángela Peralta, donde se encuentra el Palacio de Bellas Artes; al sur, por la Avenida Juárez; y al oeste, por la calle Doctor Mora. Desde hace 400 años esta alameda es parte del paisaje urbano de la Ciudad de México. La fundación tuvo en un principio orígenes humildes, cuando el trazado de la ciudad que albergaría estaba recientemente definida, pero el virrey Luis de Velasco comprendió la importancia de dar a los pobladores de la capital de la Nueva España un lugar que al mismo tiempo fuera para «salida y recreación de los vecinos», sirviera de punto de encuentro de una sociedad que gustaba cada vez más lucir y ser reconocida en sus diferencias. El 26 de noviembre del 2012 la Alameda Central fue reinaugurada después de 8 meses de trabajos. La remodelación incluyó la mejora de los parques, la plantación de nuevos árboles, y la restauración de fuentes y del Hemiciclo a Juárez. Historia de la Alameda​ Del nacimiento al siglo XVI​ La petición del Marqués de Salinas realizada a principios de 1592,​ fijó el lugar para el emplazamiento, mismo que con algunas modificaciones aún conserva, un cuadrado dentro de lo que era la plaza o Tianguis de San Hipólito, al sur de la Calzada de Tacuba y enfrente de la iglesia y hospital de la Cofradía de la Santa Veracruz. Tiempo después, a esta primera traza se agregaría una ampliación sobre el sitio donde estaba el Quemadero de la Santa Inquisición, dilatándose sobre las plazuelas de Santa Isabel y San Diego. Para lograr el efecto de parque se mandaron sembrar olmos blancos y negros, traídos de la villa de Coyoacán, y para completar este plan original, el sevillano Francisco de Avis diseño los jardines y se construyó una pila de cantera labrada que lucía como remate una esfera de bronce. La Alameda estaba circundada por una ancha acequia (Canal donde circula agua de riego) que sirvió para evitar el paso de los visitantes indeseables, ya se tratara de personas o animales; esta acequia les ocasionó serios dolores de cabeza a los encargados de darle mantenimiento y desazolve, razón de más para registrar el nombre de Francisco Vega como el primer guardabosque. En sus inicios la entrada se realizaba por una sola puerta, al oriente, donde se encontraba la plaza de Santa Isabel. Siglo XVII​ El siglo XVII del barroco novohispano, deja su impronta en las luces y sombras que acompañan el devenir de la Alameda, semejante a los retablos que pueblan las iglesias de este periodo. Las dos inundaciones que destruirían los jardines, que fueron poblados con flores, y también los antiguos álamos, que serían sustituidos por fresnos; su traza se fue modificando, ahora tiene ocho calzadas, un número igual de prados y jardines y la fuente es en forma de tazón octogonal con un surtidor central. También es significativo el hecho de que por primera vez la Alameda es mencionada en una obra literaria gracias a la inspiración del poeta Arias de Villalobos; hacia 1625 el fraile inglés Tomas Gage hace una descripción donde señala que «Los galanes de la ciudad se van a divertir todos los días, sobre las cuatro de la tarde, unos a caballo y otros en coche, a un paseo delicioso que llaman La Alameda, donde hay muchas calles de árboles que no penetran los rayos del sol. Se ven ordinariamente cerca de dos mil coches con Hidalgos, damas y de gente rica. Los Hidalgos llevan una docena de esclavos africanos y otros con un séquito menos, pero todos los llevan con librea muy costosa, y van cubiertos de randas (Especie de encaje labrado con aguja o tejido; es más grueso y de nudos más apretados que los hechos con palillos), flecos, trenzas y moños de seda, rosas en los zapatos, y con el inseparable Espada al lado. Las señoras van también seguidas de sus lindas esclavas que andan al lado de la carroza tan espléndidamente ataviadas como acabamos de decir, cuyas caras, en medio de tan ricos vestidos y de sus mantillas blancas, parecen como dice el refrán español: "moscas en leche.» Es el siglo en que se dan grandes cambios en la Ciudad de México y La alameda se ha convertido en el paseo más importante, sitio de mascaradas, pero también de diversos personajes como don Carlos de Sigüenza y Góngora y sor Juana Inés de la Cruz. De la fama y fisonomía del jardín quedará constancia en las pinturas, hermosos biombos, de los cuales uno bellísimo de 1690 se puede apreciar en el Museo Franz Mayer y en un dibujo realizado en tinta y acuarela por el arquitecto Juan Gómez de Trasmonte en 1628. La centuria se cierra con grandes desastres naturales como las plagas y epidemias y tocará a la nueva administración generada por los Borbones, hacer manos a la obra, para que en el periodo siguiente, marcado por la Ilustración y las reglas del Neoclasicismo, sirvan de soporte ideológico para realizar los cambios convenientes que adaptan a La Alameda como el escenario adecuado para los eventos que atraían a los vecinos, forasteros y paseantes de diversos orígenes y niveles económicos. Es el siglo del orden, del humanismo jesuita y de tonos afrancesados, pero también del descubrimiento de la mexicanidad. Siglo XVIII​ Siguiendo los preceptos clásicos, en 1770 el virrey Carlos Francisco de Croix impulsó la transformación de la vieja alameda, dándole un mayor tamaño al extenderla sobre las plazuelas de Santa Isabel y San Diego, se le agregan fuentes y plazoletas, así como rotondas menores. El proyecto le fue encargado al capitán de infantería de Flandes Alejandro Dancourt quien no pudo terminarla, para que finalmente bajo la administración de Antonio María de Bucareli y Ursúa se diera por terminada. La forma y diseño son los que conocemos en la actualidad. La descripción del poblano Juan de Viera se detiene en los detalles que adornan la fuente central, pero gracias al testimonio gráfico de José María de Labastida y a otras pinturas se puede establecer con bastante exactitud el aspecto de La Alameda:su forma rectangular, las puertas de mampostería, las glorietas y rotondas circulares, la pequeña acequia que la rodea, las blancas, cuatro fuentes con esculturas de personajes mitológicos y la central que representa a Glauco. Hacia fines del Siglo XVIII, La alameda comparte honores con el Bosque de Chapultepec y el paseo Bucareli, que son también lugares muy concurridos y visitados por numerosos paseantes. Guerra de Independencia y primeros años de la república​ Las convulsiones del periodo de la guerra de Independencia de México provocan graves deterioros, daños y abandono de este emblemático lugar, pero a pesar de estas circunstancias continuó siendo un espacio de reunión y en 1821 desde sus jardines y prados la población de la Ciudad de México fue testigo del gran desfile del Ejército Trigarante encabezado por Agustín de Iturbide. Dentro de las innovaciones de la época destacan las reformas en los pilares, glorietas y estatuas; se realizan obras de reforestación y se construye una nueva fuente con un brocal igual al de la actual, pero en el centro se ubicó un basamento cuyo remate era la estatua de una mujer que representa a La Libertad. Se cuenta con numerosas descripciones como la de Franz Mayer, quien en el año de 1842 comenta la belleza de los árboles y flores, así como la costumbre de acudir por las tardes a la Alameda en coche o a caballo o ponerse en la fila a un lado del paseo, mientras van y vienen los caballeros, o pasearse media hora diciendo naderías junto a la ventanilla de alguna belleza de fama. El espíritu romántico que aún está en su apogeo a mediados del siglo se nota no sólo en otros cuadros de costumbres que dejaron viajeros y aventureros, sino también en algunos testimonios gráficos donde la naturaleza semi-salvaje de un bosque casi apresa a un conjunto de damas y caballeros; aspecto que se repite en la litografía de Casimiro Castro, La Alameda de México, tomada desde un globo aerostático, en el año 1855. Lo cierto es que de manera heterodoxa combina elementos que proceden del geometrismo anterior con nuevos elementos en los cuales se impone la traza irregular y selvática. Segundo Imperio Mexicano y guerras de Reforma​ Al llegar al periodo del Segundo Imperio Mexicano, la Alameda recibe a la regia pareja en muy mal estado a doña Carlota de México y Maximiliano de Habsburgo apadrinan algunos arreglos con la intención de emular los parques parisinos, pero muchos de estos proyectos fueron devorados por el proceso histórico y decayeron, junto con el cuerpo del emperador, en el Cerro de las Campanas, abriendo el camino para Benito Juárez, en julio de 1867, hiciera su entrada triunfal a la capital precisamente por una de las calles que rodean a los jardines, lugar en donde se celebró el heroico acontecimiento en un banquete popular. Poco a poco los aspectos de la modernidad van ganando espacios, los logros de la ciencia y la técnica, tan en boga en las ciudades europeas, impregnan a gobernantes y ciudadanos; por consiguiente, la Alameda es objeto de cambios en su iluminación, para finales de la centuria ya es eléctrica, riego, sustitución de árboles, demolición de antiguas bancas para sustituirlas por otras de hierro fundido al estilo Eiffel, las fuentes del siglo XVIII fueron cambiadas y se agregaron otras, algunas de las cuales permanecen actualmente con el agregado de las esculturas que las identifican bajo el formato de los dioses romanos como Neptuno o Mercurio, además de Venus y las náyades. También el entorno se va modificando con la demolición del acueducto de Santa Fe, iniciado en el año de 1852, la apertura del Paseo de la Reforma, la edificación de inmuebles y obras de saneamiento e infraestructura urbana ligadas a nombres de arquitectos reconocidos como Antonio Rivas Mercado, Eusebio de la Hidalga y García, Ignacio de la Hidalga y García y el ingeniero Roberto Gayol, entre otros. Fue evidente que durante el siglo XIX, sobre todo después de la segunda mitad, la sociedad mexicana se va abriendo a nuevas costumbres y usos, aspecto que se reflejó en una mayor presencia femenina en los paseos y una pronunciada necesidad de esparcimiento. En la Alameda se llevaron a cabo, partir de 1842, los festejos de las principales fiestas cívicas y a medida que se acercaba el fin de siglo fue también más heterogéneo el tipo de diversiones y eventos sociales que tuvieron lugar en los jardines, tal como lo imprimieron en sus páginas los periódicos de la época como El Mundo Ilustrado. Kioscos construcciones provisionales de madera y tela, instalaciones de circos o de juegos para niños, teatro, conciertos de música, venta de juguetes y comida por los llamados ambulantes son algunos de los elementos pintorescos o de color que si bien matizaron y enriquecieron la vida de los capitalinos, hoy nos llevan a registrarlos como ominosos antecedentes del destino que aguardaba a la Alameda en el siguiente siglo, convertirse en un gran tianguis devolviendo lo que le había usurpado el de San Hipólito. Porfiriato​ El siglo XX sorprende a la ciudad capital en pleno proceso de afrancesamiento de las ideas, de las modas arquitectónicas, literarias y estéticas que dejaron una inmensa cauda de múltiples aspectos significativos que el porfiriato alentó para estar a tono con lo europeo y lo civilizado. Las viejas construcciones virreinales compartieron el espacio o fueron desplazadas por otras más modernas, en torno a la Alameda se amplían y extienden calles, el arquitecto Adamo Boari inicia la construcción del nuevo Teatro Nacional, luego el Palacio de Bellas Artes, y de las pérgolas, mientras que el pabellón morisco que se había instalado en el lado sur de la Alameda fue reemplazado por el Hemiciclo a Juárez, que el presidente Don Porfirio Díaz inauguró en 1910, año del centenario y del inicio de la Revolución mexicana. Postrevolución hasta finales del siglo XX​ Durante las siguientes decenas que siguieron al periodo posrevolucionario fueron pocos los cambios significativos que se realizaron en la Alameda, como por ejemplo la instalación de la estatua de Beethoven, un amplio contraste con el crecimiento desmesurado de la ciudad que se desparramó en un sinnúmero de colonias, al mismo tiempo que otros parques marginales comparten con el antiguo jardín la necesidad de la población, que requiere de más áreas verdes para una megalópolis cada año más pavimentada y más árida. Paulatinamente, el paisaje de la Alameda se va ahogando entre automóviles, numerosos hoteles, edificios e importantes museos como el Museo Franz Mayer, el Laboratorio Arte Alameda (donde se ubicaba la Pinacoteca Virreinal) y el Museo Nacional de la Estampa. La Alameda de hoy se ha multiplicado en numerosas caras y siluetas que diariamente la habitan, la atraviesan y la circulan; turistas, estudiantes, lugar de descanso de los que tienen trabajo y de los que lo han perdido, de vendedores ambulantes, merolicos de diversos tipos y quehaceres; se oferta de todo: golosinas, algodón de azúcar, disco compactos, libros, vídeos, ropa, medicinas y ungüentos maravillosos, la buena y la mala suerte, artesanías, la tradicional foto con los Reyes magos o Santa claus, amor y desamor; punto de encuentro y desencuentro de lo tradicional y lo moderno; es un signo de interrogación y un desafío lanzado al futuro y es también, tal como lo plasmara Diego Rivera en su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central. Lugar de encuentro de minorías​ La alameda central, como muchos parques públicos centrales, ha sido en punto de encuentro de minorías sociales, como personas en situación de calle, indígenas, sexoservidoras y homosexuales entre otros,​ ya en 1924, el pintor mexicano Manuel Rodríguez Lozano pinto a su amigo Salvador Novo en un Taxi trasladándose a la alameda para "ligar" a jóvenes noctámbulos. La obra Salvadror Novo en Taxi forma parte de la colección permanente del Museo Nacional de Arte. Reinauguración​ El 26 de noviembre de 2012 fue reinaugurada la Alameda Central. Bajo el mandato de Marcelo Ebrard, jefe de gobierno de la Ciudad de México, y el arquitecto Felipe Leal, titular de la SEDUVI, el primer parque de América fue remodelado; se plantaron árboles y se mejoraron los prados, también fueron restauradas las fuentes, las esculturas y el Hemiciclo a Juárez. Se construyeron también cuatro nuevas fuentes ubicadas en las esquinas de la Alameda, la calle de Ángela Peralta se volvió peatonal y se instaló alumbrado público para que la Alameda pueda ser visitada de noche con más seguridad. El encargado del proyecto ejecutivo fue el arquitecto Enrique Lastra, quien resolvió colocar mármol de Santo Tomás, pues es un material que se utiliza en la Ciudad de México desde el Siglo XVI, además, con la intención de homogeneizar la Alameda con el Palacio de Bellas Artes. La inversión total de esta obra fue de 243 millones de pesos mexicanos. Esculturas​ Réplica del Malgré Tout 117 de Jesús F. Contreras, representando una mujer desnuda y encadenada (el original se encuentra en el Museo Nacional de Arte) La Vida y la Paz, de Antonio Álvarez Portugal, una mujer desnuda abraza un tronco de árbol muerto Desespoir, de Agustín Ocampo, escultura en bronce de una mujer desnuda Gladiador con espada, guerrero con gorro frigio que empuña una espada Monumento a Beethoven, muestra a un hombre en actitud suplicante a los pies de un ángel Monumento a Alexander Von Humboldt, efigie del gran científico y viajero alemán. Fuentes​ Las Fuentes de Caritas, se ubican una en cada esquina de la Alameda Fuente de Mercurio, de Juan Bolonia La Primavera La Fuente de Neptuno y los Tritones, de Walter Dubray La Fuente de las Américas, ubicada al centro de la Alameda.
La calle Francisco I. Madero es una de las principales vías de acceso al Centro histórico de la Ciudad de México. La calle comienza a partir del Eje Central Lázaro Cárdenas, como continuación de la Avenida Juárez y corre en sentido de Poniente a Oriente desembocando en la Plaza de la Constitución o Zócalo capitalino. Debe su nombre en honor de Francisco I. Madero, político antireeleccionista y más tarde Presidente de la República, uno de los personajes más importantes de la Revolución mexicana. Historia Esta calle siempre ha sido una de las vías más concurridas y transitadas desde la época colonial. Su traza se le debe al español Alonso García Bravo, por lo que es además de las primeras calles en ser trazadas sobre la nueva ciudad española, sobre las ruinas de la antigua ciudad prehispánica de México-Tenochtitlán. Ha cambiado su nombre con el paso del tiempo, debido a la nomenclatura aplicada y a la designación de calles que se hacía a los oficios o gremios. De esta manera en el tramo comprendido entre las actuales Eje Central Lázaro Cárdenas (San Juan del Letrán en ese entonces) y Bolívar, se denominaba como 1.ª. y 2.ª de San Francisco; entre Bolívar e Isabel la Católica, como Calle de la Profesa; y entre Isabel la Católica y Plaza de la Constitución, como Paseo de Plateros, nombre que rescata y evoca la vocación de esta calle como sitio predilecto para paseo por su variedad comercial. El nombre de Plateros se puso en honor al Santo Cristo de los Plateros. El nombre que conserva le fue puesto por Francisco Villa el 8 de diciembre de 1914. Construcciones notables La ubicación privilegiada de la calle fue elegida para levantar suntuosos palacios como residencias aristocráticas, y a lo largo de los siglos han permanecido algunas de las más notables construcciones coloniales. Épocas Colonial y Virreinal​ Son ejemplos la Casa del Marqués de Jaral de Berrio, hoy conocida como Palacio de Iturbide, que fue hotel después de ser residencia de Agustín de Iturbide, y hoy en día propiedad del Banco Nacional de México, es usado como recinto para exposiciones como Palacio de Cultura Banamex'. Está la Casa de Don José de la Borda , la Casa de la Condesa del Valle de Orizaba, mejor conocida como Casa de los Azulejos, la Casa del Conde de Guadalupe del Peñasco en el número, así como el famoso Convento de San Francisco de Asís, el primero y más grande en el continente americano. De la misma época virreinal, se encuentra el Templo de la Profesa o Casa Profesa de la Compañía de Jesús, que sirvió a los padres oratorianos como oratorio de San Felipe Neri y también un tiempo como Catedral Metropolitana. Época Contemporánea​ Así como aún subsisten edificios virreinales y coloniales, también aquí se levanta uno de los más emblemáticos edificios de toda la ciudad: la Torre Latinoamericana, rascacielos construido en la década de los cincuenta que se convirtió en el más alto de toda la ciudad y que además sobresale por la modernidad de su construcción. La torre fue construida en un predio que anteriormente ocupó terrenos del demolido Convento de San Francisco. También en parte de lo que fue el convento, se halla el edificio "High Life", del arquitecto Silvio Contri, que fuera autor del Palacio de Comunicaciones y Obras Públicas y hoy sede del Museo Nacional de Arte (MUNAL). Resalta por su arquitectura ecléctica el Templo Expiatorio Nacional de San Felipe de Jesús, ubicado a un costado del templo de San Francisco. Otros ejemplos son el edificio "La Mexicana", frente al Templo de la Profesa, de estilo neoclásico, que fuera un famoso café. También está el edificio "La Esmeralda" que albergó a una prestigiada joyería y ahora está ocupado por una tienda de discos, y hoy restaurado y remodelado, aloja en su planta alta el nuevo Museo del Estanquillo, que exhibe la colección de juguetes que el escritor mexicano Carlos Monsiváis donó a la nación. Peatonalización​ Con el plan de rescate del Centro Histórico, en el marco de la celebración del Día del Peatón en el año 2009, el Gobierno del Distrito Federal se comprometió a peatonalizar la calle Francisco I. Madero, que además de funcionar como un conector entre tres espacios emblemáticos en la Ciudad de México, la Alameda Central, el Palacio de Bellas artes y la Plaza de la Constitución; es también un corredor turístico por excelencia, si ya lo era aún con autos circulando, ahora es la ventana perfecta para el lente fotográfico del visitante nacional y extranjero. Su recorrido desde el Eje Central hasta la Plaza de la Constitución (Zócalo) es el mosaico ideal de majestuosas fotografías, imágenes de fachadas, talento ambulante y rostros de hombres, mujeres y pequeños que dejan entrever la identidad de quienes habitan la urbe más importante de México. Los comercios de Madero no sólo cobijan giros de comida y entretenimiento, sino joyería, óptica, ropa, discos, bancos, heladerías, cafeterías y hasta hoteles, museos y una frutería, que lo convierten también en un relevante y singular corredor comercial. Desde la peatonalización, la derrama económica de acuerdo a estimaciones, incrementó 30 por ciento. Entre los trabajos para convertirlo en un andador peatonal estuvieron el de iluminación especial para resaltar la arquitectura de fachadas, así como la colocación de piezas de mármol. En sus cruces vehiculares Bolívar, Isabel la Católica, Palma y Monte de Piedad se colocaron reductores de velocidad. Y un sistema de bolardos retráctiles para garantizar la seguridad de los transeúntes en todo momento. Acorde a su sentido de igualdad, el Corredor Madero ofrece el servicio de préstamo de sillas de ruedas para personas con discapacidad con la finalidad de que puedan recorrerlo y visitar los esplendorosos sitios que alberga. Después de permanecer inhabilitada en los festejos del Bicentenario de la Independencia de México, la noche del lunes 18 de octubre de 2010 fue inaugurada la calle Francisco I. Madero como corredor peatonal por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard Casaubón. El 20 de mayo de 2012 se dio a conocer el galardón convocado por el Gobierno de España hacia el Corredor Peatonal Madero, junto con La Plaza de la República recibiendo en septiembre del mismo año el VIII premio Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (BIAU), el cual reconoce a las mejores obras arquitectónicas y de desarrollo urbano de Latinoamérica, España y Portugal. Adicionalmente estas obras ya habían obtenido otros premios como el Cemex Nacional e Internacional a la Accesibilidad, el Better Cities del Instituto Europeo del Diseño de Madrid, así como el Vivir Mejor en la Ciudad del programa ONU-Hábitat. Actualmente el Corredor Peatonal no permite el paso a vehículos y cuenta con un sistema de bolardos retráctiles para garantizar la seguridad de los transeúntes en todo momento, logrando ser un sitio concurrido y popular entre los paseantes. Con el reciente plan de rescate del Centro Histórico, el Gobierno del Distrito Federal se comprometió a peatonalizar la calle Francisco I. Madero, que además de funcionar como un conector entre dos espacios emblemáticos en la Ciudad de México; la Alameda Central-Palacio de Bellas Artes y Plaza de la Constitución, el Corredor Peatonal Francisco I. Madero es al mismo tiempo una calle comercial, que alberga una arquitectura muy destacada y constituye un sitio de convivencia y encuentro que le brinda al peatón certidumbre, seguridad y accesibilidad en su totalidad.
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Avenida Francisco I. Madero
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La calle Francisco I. Madero es una de las principales vías de acceso al Centro histórico de la Ciudad de México. La calle comienza a partir del Eje Central Lázaro Cárdenas, como continuación de la Avenida Juárez y corre en sentido de Poniente a Oriente desembocando en la Plaza de la Constitución o Zócalo capitalino. Debe su nombre en honor de Francisco I. Madero, político antireeleccionista y más tarde Presidente de la República, uno de los personajes más importantes de la Revolución mexicana. Historia Esta calle siempre ha sido una de las vías más concurridas y transitadas desde la época colonial. Su traza se le debe al español Alonso García Bravo, por lo que es además de las primeras calles en ser trazadas sobre la nueva ciudad española, sobre las ruinas de la antigua ciudad prehispánica de México-Tenochtitlán. Ha cambiado su nombre con el paso del tiempo, debido a la nomenclatura aplicada y a la designación de calles que se hacía a los oficios o gremios. De esta manera en el tramo comprendido entre las actuales Eje Central Lázaro Cárdenas (San Juan del Letrán en ese entonces) y Bolívar, se denominaba como 1.ª. y 2.ª de San Francisco; entre Bolívar e Isabel la Católica, como Calle de la Profesa; y entre Isabel la Católica y Plaza de la Constitución, como Paseo de Plateros, nombre que rescata y evoca la vocación de esta calle como sitio predilecto para paseo por su variedad comercial. El nombre de Plateros se puso en honor al Santo Cristo de los Plateros. El nombre que conserva le fue puesto por Francisco Villa el 8 de diciembre de 1914. Construcciones notables La ubicación privilegiada de la calle fue elegida para levantar suntuosos palacios como residencias aristocráticas, y a lo largo de los siglos han permanecido algunas de las más notables construcciones coloniales. Épocas Colonial y Virreinal​ Son ejemplos la Casa del Marqués de Jaral de Berrio, hoy conocida como Palacio de Iturbide, que fue hotel después de ser residencia de Agustín de Iturbide, y hoy en día propiedad del Banco Nacional de México, es usado como recinto para exposiciones como Palacio de Cultura Banamex'. Está la Casa de Don José de la Borda , la Casa de la Condesa del Valle de Orizaba, mejor conocida como Casa de los Azulejos, la Casa del Conde de Guadalupe del Peñasco en el número, así como el famoso Convento de San Francisco de Asís, el primero y más grande en el continente americano. De la misma época virreinal, se encuentra el Templo de la Profesa o Casa Profesa de la Compañía de Jesús, que sirvió a los padres oratorianos como oratorio de San Felipe Neri y también un tiempo como Catedral Metropolitana. Época Contemporánea​ Así como aún subsisten edificios virreinales y coloniales, también aquí se levanta uno de los más emblemáticos edificios de toda la ciudad: la Torre Latinoamericana, rascacielos construido en la década de los cincuenta que se convirtió en el más alto de toda la ciudad y que además sobresale por la modernidad de su construcción. La torre fue construida en un predio que anteriormente ocupó terrenos del demolido Convento de San Francisco. También en parte de lo que fue el convento, se halla el edificio "High Life", del arquitecto Silvio Contri, que fuera autor del Palacio de Comunicaciones y Obras Públicas y hoy sede del Museo Nacional de Arte (MUNAL). Resalta por su arquitectura ecléctica el Templo Expiatorio Nacional de San Felipe de Jesús, ubicado a un costado del templo de San Francisco. Otros ejemplos son el edificio "La Mexicana", frente al Templo de la Profesa, de estilo neoclásico, que fuera un famoso café. También está el edificio "La Esmeralda" que albergó a una prestigiada joyería y ahora está ocupado por una tienda de discos, y hoy restaurado y remodelado, aloja en su planta alta el nuevo Museo del Estanquillo, que exhibe la colección de juguetes que el escritor mexicano Carlos Monsiváis donó a la nación. Peatonalización​ Con el plan de rescate del Centro Histórico, en el marco de la celebración del Día del Peatón en el año 2009, el Gobierno del Distrito Federal se comprometió a peatonalizar la calle Francisco I. Madero, que además de funcionar como un conector entre tres espacios emblemáticos en la Ciudad de México, la Alameda Central, el Palacio de Bellas artes y la Plaza de la Constitución; es también un corredor turístico por excelencia, si ya lo era aún con autos circulando, ahora es la ventana perfecta para el lente fotográfico del visitante nacional y extranjero. Su recorrido desde el Eje Central hasta la Plaza de la Constitución (Zócalo) es el mosaico ideal de majestuosas fotografías, imágenes de fachadas, talento ambulante y rostros de hombres, mujeres y pequeños que dejan entrever la identidad de quienes habitan la urbe más importante de México. Los comercios de Madero no sólo cobijan giros de comida y entretenimiento, sino joyería, óptica, ropa, discos, bancos, heladerías, cafeterías y hasta hoteles, museos y una frutería, que lo convierten también en un relevante y singular corredor comercial. Desde la peatonalización, la derrama económica de acuerdo a estimaciones, incrementó 30 por ciento. Entre los trabajos para convertirlo en un andador peatonal estuvieron el de iluminación especial para resaltar la arquitectura de fachadas, así como la colocación de piezas de mármol. En sus cruces vehiculares Bolívar, Isabel la Católica, Palma y Monte de Piedad se colocaron reductores de velocidad. Y un sistema de bolardos retráctiles para garantizar la seguridad de los transeúntes en todo momento. Acorde a su sentido de igualdad, el Corredor Madero ofrece el servicio de préstamo de sillas de ruedas para personas con discapacidad con la finalidad de que puedan recorrerlo y visitar los esplendorosos sitios que alberga. Después de permanecer inhabilitada en los festejos del Bicentenario de la Independencia de México, la noche del lunes 18 de octubre de 2010 fue inaugurada la calle Francisco I. Madero como corredor peatonal por el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard Casaubón. El 20 de mayo de 2012 se dio a conocer el galardón convocado por el Gobierno de España hacia el Corredor Peatonal Madero, junto con La Plaza de la República recibiendo en septiembre del mismo año el VIII premio Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (BIAU), el cual reconoce a las mejores obras arquitectónicas y de desarrollo urbano de Latinoamérica, España y Portugal. Adicionalmente estas obras ya habían obtenido otros premios como el Cemex Nacional e Internacional a la Accesibilidad, el Better Cities del Instituto Europeo del Diseño de Madrid, así como el Vivir Mejor en la Ciudad del programa ONU-Hábitat. Actualmente el Corredor Peatonal no permite el paso a vehículos y cuenta con un sistema de bolardos retráctiles para garantizar la seguridad de los transeúntes en todo momento, logrando ser un sitio concurrido y popular entre los paseantes. Con el reciente plan de rescate del Centro Histórico, el Gobierno del Distrito Federal se comprometió a peatonalizar la calle Francisco I. Madero, que además de funcionar como un conector entre dos espacios emblemáticos en la Ciudad de México; la Alameda Central-Palacio de Bellas Artes y Plaza de la Constitución, el Corredor Peatonal Francisco I. Madero es al mismo tiempo una calle comercial, que alberga una arquitectura muy destacada y constituye un sitio de convivencia y encuentro que le brinda al peatón certidumbre, seguridad y accesibilidad en su totalidad.
La avenida Juárez es una de las principales vías de acceso al Centro Histórico de la Ciudad de México. La calle comienza a partir del Eje Central Lázaro Cárdenas, como continuación de la Calle Madero y corre en sentido de Oriente a Poniente terminando en su entronque con Eje 1 Poniente Bucareli y Paseo de la Reforma en frente de las torres del Caballito y de la Lotería Nacional de México Debe su nombre en honor de Benito Juárez Historia​ Anteriormente cada sección de lo que hoy es avenida Juárez llevaba su proprio nombre —de oriente a poniente— eran: Calle de la Puente de San Francisco entre San Juan de Letrán (hoy Eje Central Lázaro Cárdenas) y López, es decir frente a Bellas Artes; Calle de Corpus Christi, entre López y Nueva (hoy Luis Moya) Calle del Calvario, entre Nueva (hoy Luis Moya) y San Diego (hoy Dr. Mora) Calle de Patoni entre San Diego (hoy Dr. Mora) y Rosales / Bucareli / Paseo de la Reforma 1940-1970 En los años 40, 50 y 60 del siglo XX, era la avenida de compras más exclusiva de la ciudad con renombradas tiendas como “Regalos Nieto”, tiendas de pieles como “Manzur”, “Kamchatka” y “Casa Hans", y joyerías como la “Platería Alameda”. Los hoteles eran el: Hotel “Regis” con un cine del mismo nombre Hotel “Del Prado”, en el vestíbulo del cual estaba colocado el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central de Diego Rivera. En su pasaje había tiendas, restaurantes Sanborns y Sorrento. Afuera estaba la legendaria tienda “Prado Bags”. Hotel “Alameda” que era el más grande y nuevo. Los cines incluían el "Regis", el “Alameda” con sus famosas matinés dominicales, el “Variedades”, y el “Real Cinema”. Restauración En 2013 avanzaron planes para recuperar este corredor, insiriéndose el rescate de la avenida Juárez en el Proyecto Maestro de Recuperación del Eje Urbano Insurgentes-Zócalo. Esto sigue después de la restauración de la Alameda Central y su acera en frente en 2011-2013, la cual costó 313 millones de pesos mexicanos. Como parte del mismo esfuerzo, el empresario Carlos Slim anunció planes para restaurar y convertir en residencias el Hotel Bamer, en Av. Juárez 52. Construcciones notables​: Palacio de Bellas Artes Alameda Central y su Hemiciclo a Juárez Edificio La Nacional Museo Memoria y Tolerancia del arquitecto Ricardo Legorreta Vilchis, que comparte una plaza con la Secretaría de Relaciones Exteriores y los Tribunales de lo Familiar Ex Templo de Corpus Christi La casa Haghenbeck y de la Lama en el número 58 La casa Torres Adalid en el número 18 Un espacio que no puedes pasar por alto en tu visita a la CDMX. Sus amplias calles reúnen a miles de paseantes diariamente, además de cantantes urbanos; imitadores; payasos; merolicos y organilleros. Turistas y todo tipo de paseantes disfrutan de una gran variedad de restaurantes, placitas comerciales y librerías; además de puestos callejeros de todo tipo,
Avenida Juárez
Avenida Juarez
La avenida Juárez es una de las principales vías de acceso al Centro Histórico de la Ciudad de México. La calle comienza a partir del Eje Central Lázaro Cárdenas, como continuación de la Calle Madero y corre en sentido de Oriente a Poniente terminando en su entronque con Eje 1 Poniente Bucareli y Paseo de la Reforma en frente de las torres del Caballito y de la Lotería Nacional de México Debe su nombre en honor de Benito Juárez Historia​ Anteriormente cada sección de lo que hoy es avenida Juárez llevaba su proprio nombre —de oriente a poniente— eran: Calle de la Puente de San Francisco entre San Juan de Letrán (hoy Eje Central Lázaro Cárdenas) y López, es decir frente a Bellas Artes; Calle de Corpus Christi, entre López y Nueva (hoy Luis Moya) Calle del Calvario, entre Nueva (hoy Luis Moya) y San Diego (hoy Dr. Mora) Calle de Patoni entre San Diego (hoy Dr. Mora) y Rosales / Bucareli / Paseo de la Reforma 1940-1970 En los años 40, 50 y 60 del siglo XX, era la avenida de compras más exclusiva de la ciudad con renombradas tiendas como “Regalos Nieto”, tiendas de pieles como “Manzur”, “Kamchatka” y “Casa Hans", y joyerías como la “Platería Alameda”. Los hoteles eran el: Hotel “Regis” con un cine del mismo nombre Hotel “Del Prado”, en el vestíbulo del cual estaba colocado el mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central de Diego Rivera. En su pasaje había tiendas, restaurantes Sanborns y Sorrento. Afuera estaba la legendaria tienda “Prado Bags”. Hotel “Alameda” que era el más grande y nuevo. Los cines incluían el "Regis", el “Alameda” con sus famosas matinés dominicales, el “Variedades”, y el “Real Cinema”. Restauración En 2013 avanzaron planes para recuperar este corredor, insiriéndose el rescate de la avenida Juárez en el Proyecto Maestro de Recuperación del Eje Urbano Insurgentes-Zócalo. Esto sigue después de la restauración de la Alameda Central y su acera en frente en 2011-2013, la cual costó 313 millones de pesos mexicanos. Como parte del mismo esfuerzo, el empresario Carlos Slim anunció planes para restaurar y convertir en residencias el Hotel Bamer, en Av. Juárez 52. Construcciones notables​: Palacio de Bellas Artes Alameda Central y su Hemiciclo a Juárez Edificio La Nacional Museo Memoria y Tolerancia del arquitecto Ricardo Legorreta Vilchis, que comparte una plaza con la Secretaría de Relaciones Exteriores y los Tribunales de lo Familiar Ex Templo de Corpus Christi La casa Haghenbeck y de la Lama en el número 58 La casa Torres Adalid en el número 18 Un espacio que no puedes pasar por alto en tu visita a la CDMX. Sus amplias calles reúnen a miles de paseantes diariamente, además de cantantes urbanos; imitadores; payasos; merolicos y organilleros. Turistas y todo tipo de paseantes disfrutan de una gran variedad de restaurantes, placitas comerciales y librerías; además de puestos callejeros de todo tipo,
El Monumento a la Independencia o Columna de la Independencia1​ conocido coloquialmente como El Ángel o El Ángel de la Independencia, se encuentra en la Ciudad de México, en la glorieta localizada en la confluencia de Paseo de la Reforma, Río Tíber y Florencia. Inaugurado en 1910 para conmemorar el Centenario de la independencia de México por el entonces presidente de México, Porfirio Díaz. Es uno de los monumentos más emblemáticos de la urbe y usado actualmente como un icono cultural de la Ciudad de México y lugar de festejos y manifestaciones nacionales. Realizado como una columna honoraria rematada con una estatua de la Victoria Alada sosteniendo una corona de laurel y una cadena rota de tres eslabones, esta columna se levanta a su vez sobre un pedestal escalonado completado por diferentes estatuas e inscripciones alegóricas a la independencia de México. Historia Siglo XIX Terminada la independencia, se consideró construir en el centro no ocupado por el Mercado del Parián de la plaza de armas de la ciudad de México, un monumento a la independencia, similar al que se había construido años antes al rey español Carlos III durante el virreinato. Es así como se convocaron varios concursos entre 1821 y 1843, que nunca fructificaron por el constante cambio de gobierno. En 1843 el entonces presidente Antonio López de Santa Anna convocó, con el apoyo de la Academia de San Carlos, un concurso para seleccionar un proyecto para erigir un monumento a la Independencia. Las bases del concurso solicitaban que el proyecto contemplara las siguientes características: que sea un monumento basado en una columna honoraria con una altura mínima de 42 m, rematada por una estatua de la victoria, a cuyo pie esté una base o pedestal adornada por estatuas y bajorrelieves, todo rodeado por una reja y otros monumentos menores que adornaran la plaza, todo recubierto de mármol, con estatuas y adornos de bronce. A este concurso concurrieron participantes nacionales y extranjeros, ganando el proyecto el arquitecto francés Enrique Griffon, quien fue seleccionado por los jueces de la Academia de San Carlos. Al presentársele el proyecto al presidente Santa Anna, este no lo consideró adecuado y designó como ganador el proyecto de Lorenzo de la Hidalga, que era más de su gusto, aunque hubiera quedado en segundo lugar. El premio al primer lugar de 300 pesos se entregó al francés Griffon y se iniciaron los trabajos para construir el proyecto de Lorenzo de la Hidalga. Este proyecto cumplía con las bases, con una columna de orden corintio, rematada por una Victoria, con tres bajorrelieves en el pedestal, uno representando el Grito de Dolores (1810), otro la Entrada del Ejército Trigarante (1821) a la ciudad de México y el tercero la batalla de Pueblo Viejo en Tampico (1829), esta última dirigida por el mismo Santa Anna. La colocación de la primera piedra fue el 16 de septiembre de 1843. Se comenzó La cimentación y la construcción del zócalo, pero al llevar como un metro y medio del zócalo, se abandonó la construcción por la falta de fondos públicos y el cambio de gobierno, dejando solo el zócalo, mismo que dio su apodo a la plaza de armas de la Ciudad de México. El 16 de septiembre de 1865, durante el Segundo Imperio Mexicano, se volvió a convocar un concurso para erigir el monumento, que ganó Ramón Rodríguez Arangoity. La emperatriz María Carlota Amalia colocó la primera piedra, pero este intento no pasó de allí por la caída del imperio. Restaurada la República, la falta de fondos mantuvo inerte cualquier proyecto, pero en cambio se decidió continuar con los trabajos para abrir al público en general el llamado Paseo del Emperador, el cual fue renombrado en honor del héroe de la Guerra de Reforma Santos Degollado como Paseo de Degollado. Ya en el gobierno del Gral. Porfirio Díaz se empiezan a abrir alrededor del ya llamado Paseo de la Reforma una serie de desarrollos inmobiliarios, como las colonias de nivel económico alto Tabacalera y Americana (hoy Juárez), por lo que se decide embellecer el paseo con estatuas de diferentes héroes de la reforma, aceras adoquinadas y arboledas.​ En 1886, a veinticuatro años de la celebración del centenario, se convocó un concurso internacional para construir un monumento a la independencia, pero ahora en una de las glorietas del Paseo de la Reforma, mismo que ganó la firma estadounidense Cluzz and Shultze de Washington, D.C. En enero de 1887 el gobierno resolvió posponerlo, por lo que vendieron al gobierno sus derechos, retirándose de la construcción y quedando sin construir al final. En 1891 la entonces Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, a cargo de Francisco Z. Mena, se encargó de la obra, pero hasta 1900 no se nombró a Antonio Rivas Mercado como encargado del proyecto, quien designó al italiano Enrique Alciati como encargado de realizar las esculturas y bajorrelieves, y a Roberto Gayol como encargado de la obra civil. Siglo XX​ Durante el gobierno de Porfirio Díaz comenzaron las obras de cimentación y la primera piedra del monumento fue colocada en una ceremonia el 2 de enero de 1902, colocando dentro de ella un cofre dorado con el acta de independencia de México y una serie de monedas de cuño corriente de la época. Empero, en mayo de 1906, cuando ya se habían construido las bases de hormigón y colocado unas 2.400 piedras con una altura de 25 metros, se hizo notorio el hundimiento de uno de los lados del monumento, por lo que se creó una comisión de estudio compuesta por los ingenieros Guillermo Beltrán y Puga, Manuel Marroquín y Rivera y Gonzalo Garita, los cuales determinaron que los cimientos del monumento estaban mal planeados, por lo que se decidió demoler lo construido. Para reiniciar la obra se nombró una Comisión Directiva, integrada por los ingenieros Guillermo Beltrán y Puga, Manuel Marroquín y Rivera y el arquitecto Manuel Gorozpe, quedando al cuidado de la obra artística Antonio Rivas Mercado. Estos trabajos se iniciaron el 13 de junio de 1907, aprovechando la demolición para hacer los estudios de suelo necesarios para calcular y construir los nuevos cimientos. Para estos se usó el método de pilotes de hormigón con punta, que se hincaron con un martinete de vapor que enterraba los pilotes con un émbolo de una tonelada de peso. Esta fue una de las primeras obras en la ciudad con este tipo de cimentación, ya que hasta entonces se utilizaban pilotes de madera, que no alcanzaban mucha profundidad. El monumento tuvo un costo de 2 millones 150 mil pesos de la época.8​ El 16 de septiembre de 1910, el presidente Porfirio Díaz encabezó la inauguración. En 1923 se iniciaron los trabajos de adaptación del interior del pedestal de la columna y la construcción de tres nichos para albergar en urnas los restos de diferentes héroes de la independencia que se trasladaron desde la Catedral Metropolitana de la ciudad de México y de otros puntos del país en 1925, por lo que se convirtió además en un mausoleo.9​ El 6 de abril de 1929, el presidente Emilio Portes Gil manda construir por decreto en la cara poniente del pedestal un nicho para una lámpara votiva a gas, la cual debería permanecer siempre encendida en recuerdo de los héroes cuyos restos están ahí depositados. Esta flama la inauguró el presidente Portes Gil, el 12 de mayo de 1929, quedando la obra a cargo del Ing. Federico Mariscal. El 28 de julio de 1957, un terremoto azotó a la ciudad de México y la Victoria Alada cayó del pedestal, quedando destrozada al pie del mismo, por lo que debió restaurarse el monumento, quedando los trabajos bajo el mando de Ernesto Sodi Pallares, quien reforzó el interior de la columna con placas de metal y reemplazó la escalera de piedra del interior por una metálica, además de construir una nueva victoria alada, la cual fue colocada en la cima. De la antigua solo está expuesta al público la cabeza aplastada en la entrada del Archivo Histórico de la Ciudad de México. Fue reinaugurado el 16 de septiembre de 1958. En 1985, luego del terremoto de la ciudad de México, quedó dañada la estructura y varias de las obras artísticas del monumento, pero bajo la dirección de Ramón Bonfil se llevaron a cabo obras de restauración, entre las que se cuenta la construcción de las gradas oriental y occidental que llegan hasta la calzada. Siglo XXI​ En 2006 se le dio un mantenimiento general al monumento, por lo que permaneció cerrado durante casi un año.​ El 30 de mayo de 2010, con motivo de las fiestas del Bicentenario de la Independencia Mexicana se retiraron las urnas con los restos de los héroes para restaurarlos, ponerlos en exhibición y rendirles honores durante 2010 y 2011. El 16 de agosto de 2019, a raíz de manifestaciones feministas en contra de la violencia de género y los feminicidios, el monumento sufrió afectaciones debido a los actos vandálicos y a los grafitis en su base. El Gobierno de la Ciudad de México cerró el acceso durante tiempo indefinido; pero se calcula que podría ser de entre uno a dos años; no obstante, el gobierno capitalino declaró justificando que el cierre es debido a la restauración, en el marco de un programa de trabajos en Paseo de la Reforma que involucra a varios monumentos más. Descripción del Monumento​ Inspirada en las columnas honorarias de los romanos, como la Columna de Trajano, es muy similar a otros monumentos modernos como el dedicado a la victoria o columna de la victoria en Berlín, Alemania. La altura de la columna, incluyendo la Victoria alada, es de 45m, más 1,5 m que tienen las gradas construidas en 1910 y 3 m adicionales que tienen las gradas construidas en 1986, para un total de 49,5 m, y que muestran el hundimiento de la ciudad. Este monumento tiene para fines prácticos una orientación oriente–occidente. La Victoria Alada​ Sobre todo se encuentra una estatua hueca de bronce, que representa a la Victoria Alada en actitud de vuelo con las alas abiertas, con el brazo derecho extendido y sosteniendo una corona de laurel en actitud de colocarla sobre la cabeza de los héroes; el brazo izquierdo extendido hacia abajo y atrás sosteniendo en la mano una cadena rota de tres eslabones, símbolo de los tres siglos del virreinato y la dependencia política de España. Toda ella revestida por hoja de pan de oro. A esta estatua se le da en específico el nombre popular de Ángel o el Ángel de la Independencia. La columna​ Bajo la Victoria Alada hay una caseta con una puerta al oriente que da acceso a una terraza de no más de 0,80 m, que la recorre perimetralmente y está resguardada por un barandal de bronce repujado que antaño tenía escudos de bronce en las cuatro caras con las iniciales R.M. “República Mexicana”. Un capitel formado por cuatro águilas con las alas extendidas, volutas y hojas de acanto en los cuatro lados19​ sostiene a este mirador. Bajo estas empieza la columna con 2,90 m de diámetro, en cuyos lados están esculpidas guirnaldas de encino, enlazadas por anillos que circundan la columna y medallones florales. En dos de esos anillos se esculpieron los nombres de ocho próceres de la independencia en el lado suroriente, los de Iturbide y Allende, en el surponiente los de Mier y Terán y Galeana, al norponiente los de Victoria y Rayón y al nororiente los de Matamoros y Aldama. Las guirnaldas nacen de cuatro cabezas de león esculpidas en el anillo más bajo. Bajo este, en el lado oriental, se encuentra un bajorrelieve que representa la fama que lleva una trompeta. Al pie de la columna se hallan dos coronas: una, que simula la piel de una serpiente, y bajo esta una de laurel. El pedestal​ En el oriente del pedestal, se ubica en su parte superior un grupo escultórico llamado «Apoteosis del Padre de la Patria» compuesto por tres figuras, dos de ellas figuras simbólicas. De pie se ubica, enarbolando una bandera mexicana, el cura Miguel Hidalgo, al sur sentada con un libro y una pluma la musa de la Historia, al norte en actitud de levantarse y ofreciendo a Hidalgo una corona de laurel se encuentra La Patria. El pedestal de base cuadrada tiene en los extremos cuatro estatuas a un nivel un poco inferior que la de Hidalgo, correspondiendo a José María Morelos la del suroriente, a Francisco Xavier Mina la del surponiente, a Nicolás Bravo la del norponiente y a Vicente Guerrero la del nororiente. Bajo estas, en las caras norte y sur del pedestal se encuentran dos rosetones que permiten la entrada de luz al interior del monumento. En cada cara se muestran en bajorrelieve dos fasces romanos, además de hojas de encino y laurel que representan la fuerza y la victoria, respectivamente. En la fachada de oriente hay un escudo ornamental con las fechas de proclamación y consumación de la independencia (1810–1821), y bajo este en una placa de mármol se lee: LA NACIÓN Á LOS HÉROES DE LA INDEPENDENCIA En la cara oriente se ve una placa de mármol que permaneció sin escritura hasta 1986 y 2006, cuando se le grabó la historia del monumento: MONUMENTO A LA INDEPENDENCIA CONSTRUIDO DE 1908 A 1910 INAUGURADO EL 16 DE SEPTIEMBRE DE 1910 RESTAURADO EN 1958 Y 1986 NOVIEMBRE DE 1986 SEPTIEMBRE DE 2006 En esta placa se hubieran grabado unos textos sobre el inicio y la consumación de la independencia, además de la dedicatoria a los constructores, pero el inicio de la revolución evitó que ocurriera. En el descanso del primer cuerpo del pedestal, del lado de oriente, se encuentra la escultura de un león macho que es conducido por la figura de un genio (un pequeño niño), que simboliza la fuerza y la inteligencia, respectivamente. Todo el borde de este fue decorado por un arreglo llamado escocia, compuesto por hojas. En los extremos de este se ubican cuatro pedestales, sobre los cuales hay cuatro figuras sedentes (sentadas), las cuales corresponden a La Paz la del suroriente, a La Guerra la del surponiente, a La Justicia la del norponiente y a La Ley la del nororiente. Nombres de héroes en el pedestal​ Bajo estas cuatro estatuas en el frente de sus bases se encuentran sus nombres y a los lados los nombres de veinticuatro personajes de la independencia, divididos en ocho categorías. Bajo la estatua de la Paz​ Los Precursores: Melchor de Talamantes Francisco Primo de Verdad y Ramos Marqués de San Juan de Rayas Los Consumadores: Pedro Ascencio José Joaquín de Herrera Miguel Barragán Bajo la estatua de la Guerra​ Los Caudillos: Mariano Jiménez Leonardo Bravo Pedro Moreno Los Guerrilleros: Encarnación Ortiz «El Pachón» Víctor Rosales José Antonio Torres Bajo la escultura de la Justicia Los Escritores: Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra Joaquín Fernández de Lizardi Carlos María de Bustamante Los Congresistas: José María Cos José María Liceaga Andrés Quintana Roo Bajo la estatua de la Ley​ Las Heroínas: Josefa Ortiz de Domínguez Leona Vicario Fernández de San Salvador Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín Los Conspiradores: José Mariano de Michelena Epigmenio González Antonio Ferrer En las paredes de este nivel, en la cara poniente, se ve el nicho con la llama votiva. Al oriente se encuentra la entrada al interior del monumento, cuya puerta de hierro y bronce tiene un bajorrelieve de un busto con un gorro frigio, cuyo modelo fue la hija menor del arquitecto Rivas Mercado llamada Alicia. A su costado sur hay un bajorrelieve con figuras de origen grecorromano, todas relacionadas con la diosa Atenea, que era la protectora del pueblo romano, además de los símbolos de la república romana como un hato de flechas, un hacha y un bastón de mando con la inscripción latina SPQR (Senatus Populusque Romanus – El Senado y el Pueblo Romano). Del lado norte, otro bajorrelieve con figuras mexicanas, aunque bajo interpretación europea, un Escudo Nacional y la efigie del dios Quetzalcoatl. A los costados de estos y ocultos, un escudo nacional al sur y un escudo de Atenea al norte. Interior del monumento​ En el interior del pedestal se encuentra la zona de urnas, a las cuales se accede por un pasillo que recorre todo el perímetro, que es cerrado por dos puertas de bronce y hierro en las cuales tienen resaltada la palabra Gloria. Entrando por la puerta sur, en el costado sur se encuentra la primera puerta para el nicho de la urna, que son de estilo Art decó con un escudo nacional en la parte superior. En esta primera se leen los nombres de Morelos, N. Bravo y Matamoros, en la del lado poniente la que corresponde a Hidalgo, Allende y Aldama, al norte se leen los nombres de Victoria G., Guerrero, Quintana Roo y Leona Vicario. En las esquinas interiores se hallan cuatro lámparas eléctricas que simulan antorchas con una flama hecha de vidrio opaco. En las esquinas exteriores hay un adorno compuesto por bastón de mando cubierto por un gorro frigio rodeado de ramas de laurel. Para acceder al mirador, hay que seguir al fondo pasando a la izquierda de la estatua de Guillén de Lampart. Se entra a un gran vestíbulo, donde una escalera de dos descansos lleva a la escalera en caracol que permite subir al mirador. La plataforma principal tiene una forma compuesta por un círculo y un cuadrado, de la cual parten por cada punto cardenal cuatro juegos de escaleras. En los extremos del cuadrado se encuentran cuatro obeliscos que sirven de base a cuatro faroles de luz eléctrica con cubierta de vidrio opaco en forma de globo, que salen de una moldura metálica con cabezas de leones. Las esculturas​ Originalmente todas las esculturas del monumento deberían ser de mármol, pero solo las más altas lo son. Las de bronce se hicieron inicialmente en México en bloques de yeso, para luego llevarlas a Florencia, Italia, donde se tomaron como base para hacerlas por el método de cera perdida. Las esculturas de mármol se empezaron en Francia con mármol de Carrara para lograr transportarlas con el mínimo de peso a México, donde fueron detalladas. La escultura llamada comúnmente el Ángel es en realidad una representación de Niké, la diosa griega alada de la victoria y se menciona que la modelo para el mismo fue una secretaria del general Porfirio Díaz llamada Ana María Mazadiego Fernández. Por otro lado, se menciona que las figuras sedentes representan a cuatro diosas griegas: la Ley (Diosa Eunomía), la Paz (Diosa Irene), la Justicia (Diosa Dice) y la Guerra (Diosa Atenea), aunque ninguna de estas tiene los atributos propios de estas diosas, como seria el escudo con la cabeza de medusa en la diosa Atenea y el uso de una lanza en vez de una espada. Restos mortales de los héroes mexicanos en el monumento​ En 1925 los restos de varios de los héroes de la Independencia de México fueron trasladados de un nicho en la capilla de San Francisco de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y otros restos fueron traídos desde sus lugares de entierro para ser depositados en urnas, las cuales fueron colocadas en nichos improvisados en el interior del monumento. El 30 de mayo de 2010 fueron exhumados esos restos con honores militares para ser trasladados al Museo Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepec, con el fin de llevar a cabo trabajos de conservación y posteriormente ser trasladados al Palacio Nacional para su honra pública. La única mujer sepultada en la Columna es Leona Vicario, debido a que la otra gran heroína de la independencia, Josefa Ortiz de Domínguez, La Corregidora de Querétaro se encuentra aún sepultada en esta última ciudad. Por otro lado junto a Andrés Quintana Roo forman el único matrimonio del grupo. Lo cotidiano​ Al ser un monumento de gran belleza, es uno de los varios sitios de la Ciudad de México seleccionados para tomar una foto de recuerdo, siendo las más vistosas las llevadas a cabo en las fiestas de Quince Años,​ bodas civiles y religiosas, graduaciones de diferentes niveles académicos y el festejo de las victorias de la popular Selección Mexicana de Fútbol.​ Además de ser usado como punto de reunión y telón de fondo para espectáculos artísticos,​ automovilísticos,​ civiles,​ militares, de declaración de derechos,​ luctuosos​ y muchos otros. Asimismo la imagen del Ángel está siendo usada como promotora de turismo para la Ciudad de México, enviando réplicas a diferentes países y colocándola cerca de los paseantes para que puedan tomarse una fotografía de cerca con esa escultura.
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Avenida Paseo de la Reforma
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El Monumento a la Independencia o Columna de la Independencia1​ conocido coloquialmente como El Ángel o El Ángel de la Independencia, se encuentra en la Ciudad de México, en la glorieta localizada en la confluencia de Paseo de la Reforma, Río Tíber y Florencia. Inaugurado en 1910 para conmemorar el Centenario de la independencia de México por el entonces presidente de México, Porfirio Díaz. Es uno de los monumentos más emblemáticos de la urbe y usado actualmente como un icono cultural de la Ciudad de México y lugar de festejos y manifestaciones nacionales. Realizado como una columna honoraria rematada con una estatua de la Victoria Alada sosteniendo una corona de laurel y una cadena rota de tres eslabones, esta columna se levanta a su vez sobre un pedestal escalonado completado por diferentes estatuas e inscripciones alegóricas a la independencia de México. Historia Siglo XIX Terminada la independencia, se consideró construir en el centro no ocupado por el Mercado del Parián de la plaza de armas de la ciudad de México, un monumento a la independencia, similar al que se había construido años antes al rey español Carlos III durante el virreinato. Es así como se convocaron varios concursos entre 1821 y 1843, que nunca fructificaron por el constante cambio de gobierno. En 1843 el entonces presidente Antonio López de Santa Anna convocó, con el apoyo de la Academia de San Carlos, un concurso para seleccionar un proyecto para erigir un monumento a la Independencia. Las bases del concurso solicitaban que el proyecto contemplara las siguientes características: que sea un monumento basado en una columna honoraria con una altura mínima de 42 m, rematada por una estatua de la victoria, a cuyo pie esté una base o pedestal adornada por estatuas y bajorrelieves, todo rodeado por una reja y otros monumentos menores que adornaran la plaza, todo recubierto de mármol, con estatuas y adornos de bronce. A este concurso concurrieron participantes nacionales y extranjeros, ganando el proyecto el arquitecto francés Enrique Griffon, quien fue seleccionado por los jueces de la Academia de San Carlos. Al presentársele el proyecto al presidente Santa Anna, este no lo consideró adecuado y designó como ganador el proyecto de Lorenzo de la Hidalga, que era más de su gusto, aunque hubiera quedado en segundo lugar. El premio al primer lugar de 300 pesos se entregó al francés Griffon y se iniciaron los trabajos para construir el proyecto de Lorenzo de la Hidalga. Este proyecto cumplía con las bases, con una columna de orden corintio, rematada por una Victoria, con tres bajorrelieves en el pedestal, uno representando el Grito de Dolores (1810), otro la Entrada del Ejército Trigarante (1821) a la ciudad de México y el tercero la batalla de Pueblo Viejo en Tampico (1829), esta última dirigida por el mismo Santa Anna. La colocación de la primera piedra fue el 16 de septiembre de 1843. Se comenzó La cimentación y la construcción del zócalo, pero al llevar como un metro y medio del zócalo, se abandonó la construcción por la falta de fondos públicos y el cambio de gobierno, dejando solo el zócalo, mismo que dio su apodo a la plaza de armas de la Ciudad de México. El 16 de septiembre de 1865, durante el Segundo Imperio Mexicano, se volvió a convocar un concurso para erigir el monumento, que ganó Ramón Rodríguez Arangoity. La emperatriz María Carlota Amalia colocó la primera piedra, pero este intento no pasó de allí por la caída del imperio. Restaurada la República, la falta de fondos mantuvo inerte cualquier proyecto, pero en cambio se decidió continuar con los trabajos para abrir al público en general el llamado Paseo del Emperador, el cual fue renombrado en honor del héroe de la Guerra de Reforma Santos Degollado como Paseo de Degollado. Ya en el gobierno del Gral. Porfirio Díaz se empiezan a abrir alrededor del ya llamado Paseo de la Reforma una serie de desarrollos inmobiliarios, como las colonias de nivel económico alto Tabacalera y Americana (hoy Juárez), por lo que se decide embellecer el paseo con estatuas de diferentes héroes de la reforma, aceras adoquinadas y arboledas.​ En 1886, a veinticuatro años de la celebración del centenario, se convocó un concurso internacional para construir un monumento a la independencia, pero ahora en una de las glorietas del Paseo de la Reforma, mismo que ganó la firma estadounidense Cluzz and Shultze de Washington, D.C. En enero de 1887 el gobierno resolvió posponerlo, por lo que vendieron al gobierno sus derechos, retirándose de la construcción y quedando sin construir al final. En 1891 la entonces Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, a cargo de Francisco Z. Mena, se encargó de la obra, pero hasta 1900 no se nombró a Antonio Rivas Mercado como encargado del proyecto, quien designó al italiano Enrique Alciati como encargado de realizar las esculturas y bajorrelieves, y a Roberto Gayol como encargado de la obra civil. Siglo XX​ Durante el gobierno de Porfirio Díaz comenzaron las obras de cimentación y la primera piedra del monumento fue colocada en una ceremonia el 2 de enero de 1902, colocando dentro de ella un cofre dorado con el acta de independencia de México y una serie de monedas de cuño corriente de la época. Empero, en mayo de 1906, cuando ya se habían construido las bases de hormigón y colocado unas 2.400 piedras con una altura de 25 metros, se hizo notorio el hundimiento de uno de los lados del monumento, por lo que se creó una comisión de estudio compuesta por los ingenieros Guillermo Beltrán y Puga, Manuel Marroquín y Rivera y Gonzalo Garita, los cuales determinaron que los cimientos del monumento estaban mal planeados, por lo que se decidió demoler lo construido. Para reiniciar la obra se nombró una Comisión Directiva, integrada por los ingenieros Guillermo Beltrán y Puga, Manuel Marroquín y Rivera y el arquitecto Manuel Gorozpe, quedando al cuidado de la obra artística Antonio Rivas Mercado. Estos trabajos se iniciaron el 13 de junio de 1907, aprovechando la demolición para hacer los estudios de suelo necesarios para calcular y construir los nuevos cimientos. Para estos se usó el método de pilotes de hormigón con punta, que se hincaron con un martinete de vapor que enterraba los pilotes con un émbolo de una tonelada de peso. Esta fue una de las primeras obras en la ciudad con este tipo de cimentación, ya que hasta entonces se utilizaban pilotes de madera, que no alcanzaban mucha profundidad. El monumento tuvo un costo de 2 millones 150 mil pesos de la época.8​ El 16 de septiembre de 1910, el presidente Porfirio Díaz encabezó la inauguración. En 1923 se iniciaron los trabajos de adaptación del interior del pedestal de la columna y la construcción de tres nichos para albergar en urnas los restos de diferentes héroes de la independencia que se trasladaron desde la Catedral Metropolitana de la ciudad de México y de otros puntos del país en 1925, por lo que se convirtió además en un mausoleo.9​ El 6 de abril de 1929, el presidente Emilio Portes Gil manda construir por decreto en la cara poniente del pedestal un nicho para una lámpara votiva a gas, la cual debería permanecer siempre encendida en recuerdo de los héroes cuyos restos están ahí depositados. Esta flama la inauguró el presidente Portes Gil, el 12 de mayo de 1929, quedando la obra a cargo del Ing. Federico Mariscal. El 28 de julio de 1957, un terremoto azotó a la ciudad de México y la Victoria Alada cayó del pedestal, quedando destrozada al pie del mismo, por lo que debió restaurarse el monumento, quedando los trabajos bajo el mando de Ernesto Sodi Pallares, quien reforzó el interior de la columna con placas de metal y reemplazó la escalera de piedra del interior por una metálica, además de construir una nueva victoria alada, la cual fue colocada en la cima. De la antigua solo está expuesta al público la cabeza aplastada en la entrada del Archivo Histórico de la Ciudad de México. Fue reinaugurado el 16 de septiembre de 1958. En 1985, luego del terremoto de la ciudad de México, quedó dañada la estructura y varias de las obras artísticas del monumento, pero bajo la dirección de Ramón Bonfil se llevaron a cabo obras de restauración, entre las que se cuenta la construcción de las gradas oriental y occidental que llegan hasta la calzada. Siglo XXI​ En 2006 se le dio un mantenimiento general al monumento, por lo que permaneció cerrado durante casi un año.​ El 30 de mayo de 2010, con motivo de las fiestas del Bicentenario de la Independencia Mexicana se retiraron las urnas con los restos de los héroes para restaurarlos, ponerlos en exhibición y rendirles honores durante 2010 y 2011. El 16 de agosto de 2019, a raíz de manifestaciones feministas en contra de la violencia de género y los feminicidios, el monumento sufrió afectaciones debido a los actos vandálicos y a los grafitis en su base. El Gobierno de la Ciudad de México cerró el acceso durante tiempo indefinido; pero se calcula que podría ser de entre uno a dos años; no obstante, el gobierno capitalino declaró justificando que el cierre es debido a la restauración, en el marco de un programa de trabajos en Paseo de la Reforma que involucra a varios monumentos más. Descripción del Monumento​ Inspirada en las columnas honorarias de los romanos, como la Columna de Trajano, es muy similar a otros monumentos modernos como el dedicado a la victoria o columna de la victoria en Berlín, Alemania. La altura de la columna, incluyendo la Victoria alada, es de 45m, más 1,5 m que tienen las gradas construidas en 1910 y 3 m adicionales que tienen las gradas construidas en 1986, para un total de 49,5 m, y que muestran el hundimiento de la ciudad. Este monumento tiene para fines prácticos una orientación oriente–occidente. La Victoria Alada​ Sobre todo se encuentra una estatua hueca de bronce, que representa a la Victoria Alada en actitud de vuelo con las alas abiertas, con el brazo derecho extendido y sosteniendo una corona de laurel en actitud de colocarla sobre la cabeza de los héroes; el brazo izquierdo extendido hacia abajo y atrás sosteniendo en la mano una cadena rota de tres eslabones, símbolo de los tres siglos del virreinato y la dependencia política de España. Toda ella revestida por hoja de pan de oro. A esta estatua se le da en específico el nombre popular de Ángel o el Ángel de la Independencia. La columna​ Bajo la Victoria Alada hay una caseta con una puerta al oriente que da acceso a una terraza de no más de 0,80 m, que la recorre perimetralmente y está resguardada por un barandal de bronce repujado que antaño tenía escudos de bronce en las cuatro caras con las iniciales R.M. “República Mexicana”. Un capitel formado por cuatro águilas con las alas extendidas, volutas y hojas de acanto en los cuatro lados19​ sostiene a este mirador. Bajo estas empieza la columna con 2,90 m de diámetro, en cuyos lados están esculpidas guirnaldas de encino, enlazadas por anillos que circundan la columna y medallones florales. En dos de esos anillos se esculpieron los nombres de ocho próceres de la independencia en el lado suroriente, los de Iturbide y Allende, en el surponiente los de Mier y Terán y Galeana, al norponiente los de Victoria y Rayón y al nororiente los de Matamoros y Aldama. Las guirnaldas nacen de cuatro cabezas de león esculpidas en el anillo más bajo. Bajo este, en el lado oriental, se encuentra un bajorrelieve que representa la fama que lleva una trompeta. Al pie de la columna se hallan dos coronas: una, que simula la piel de una serpiente, y bajo esta una de laurel. El pedestal​ En el oriente del pedestal, se ubica en su parte superior un grupo escultórico llamado «Apoteosis del Padre de la Patria» compuesto por tres figuras, dos de ellas figuras simbólicas. De pie se ubica, enarbolando una bandera mexicana, el cura Miguel Hidalgo, al sur sentada con un libro y una pluma la musa de la Historia, al norte en actitud de levantarse y ofreciendo a Hidalgo una corona de laurel se encuentra La Patria. El pedestal de base cuadrada tiene en los extremos cuatro estatuas a un nivel un poco inferior que la de Hidalgo, correspondiendo a José María Morelos la del suroriente, a Francisco Xavier Mina la del surponiente, a Nicolás Bravo la del norponiente y a Vicente Guerrero la del nororiente. Bajo estas, en las caras norte y sur del pedestal se encuentran dos rosetones que permiten la entrada de luz al interior del monumento. En cada cara se muestran en bajorrelieve dos fasces romanos, además de hojas de encino y laurel que representan la fuerza y la victoria, respectivamente. En la fachada de oriente hay un escudo ornamental con las fechas de proclamación y consumación de la independencia (1810–1821), y bajo este en una placa de mármol se lee: LA NACIÓN Á LOS HÉROES DE LA INDEPENDENCIA En la cara oriente se ve una placa de mármol que permaneció sin escritura hasta 1986 y 2006, cuando se le grabó la historia del monumento: MONUMENTO A LA INDEPENDENCIA CONSTRUIDO DE 1908 A 1910 INAUGURADO EL 16 DE SEPTIEMBRE DE 1910 RESTAURADO EN 1958 Y 1986 NOVIEMBRE DE 1986 SEPTIEMBRE DE 2006 En esta placa se hubieran grabado unos textos sobre el inicio y la consumación de la independencia, además de la dedicatoria a los constructores, pero el inicio de la revolución evitó que ocurriera. En el descanso del primer cuerpo del pedestal, del lado de oriente, se encuentra la escultura de un león macho que es conducido por la figura de un genio (un pequeño niño), que simboliza la fuerza y la inteligencia, respectivamente. Todo el borde de este fue decorado por un arreglo llamado escocia, compuesto por hojas. En los extremos de este se ubican cuatro pedestales, sobre los cuales hay cuatro figuras sedentes (sentadas), las cuales corresponden a La Paz la del suroriente, a La Guerra la del surponiente, a La Justicia la del norponiente y a La Ley la del nororiente. Nombres de héroes en el pedestal​ Bajo estas cuatro estatuas en el frente de sus bases se encuentran sus nombres y a los lados los nombres de veinticuatro personajes de la independencia, divididos en ocho categorías. Bajo la estatua de la Paz​ Los Precursores: Melchor de Talamantes Francisco Primo de Verdad y Ramos Marqués de San Juan de Rayas Los Consumadores: Pedro Ascencio José Joaquín de Herrera Miguel Barragán Bajo la estatua de la Guerra​ Los Caudillos: Mariano Jiménez Leonardo Bravo Pedro Moreno Los Guerrilleros: Encarnación Ortiz «El Pachón» Víctor Rosales José Antonio Torres Bajo la escultura de la Justicia Los Escritores: Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra Joaquín Fernández de Lizardi Carlos María de Bustamante Los Congresistas: José María Cos José María Liceaga Andrés Quintana Roo Bajo la estatua de la Ley​ Las Heroínas: Josefa Ortiz de Domínguez Leona Vicario Fernández de San Salvador Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín Los Conspiradores: José Mariano de Michelena Epigmenio González Antonio Ferrer En las paredes de este nivel, en la cara poniente, se ve el nicho con la llama votiva. Al oriente se encuentra la entrada al interior del monumento, cuya puerta de hierro y bronce tiene un bajorrelieve de un busto con un gorro frigio, cuyo modelo fue la hija menor del arquitecto Rivas Mercado llamada Alicia. A su costado sur hay un bajorrelieve con figuras de origen grecorromano, todas relacionadas con la diosa Atenea, que era la protectora del pueblo romano, además de los símbolos de la república romana como un hato de flechas, un hacha y un bastón de mando con la inscripción latina SPQR (Senatus Populusque Romanus – El Senado y el Pueblo Romano). Del lado norte, otro bajorrelieve con figuras mexicanas, aunque bajo interpretación europea, un Escudo Nacional y la efigie del dios Quetzalcoatl. A los costados de estos y ocultos, un escudo nacional al sur y un escudo de Atenea al norte. Interior del monumento​ En el interior del pedestal se encuentra la zona de urnas, a las cuales se accede por un pasillo que recorre todo el perímetro, que es cerrado por dos puertas de bronce y hierro en las cuales tienen resaltada la palabra Gloria. Entrando por la puerta sur, en el costado sur se encuentra la primera puerta para el nicho de la urna, que son de estilo Art decó con un escudo nacional en la parte superior. En esta primera se leen los nombres de Morelos, N. Bravo y Matamoros, en la del lado poniente la que corresponde a Hidalgo, Allende y Aldama, al norte se leen los nombres de Victoria G., Guerrero, Quintana Roo y Leona Vicario. En las esquinas interiores se hallan cuatro lámparas eléctricas que simulan antorchas con una flama hecha de vidrio opaco. En las esquinas exteriores hay un adorno compuesto por bastón de mando cubierto por un gorro frigio rodeado de ramas de laurel. Para acceder al mirador, hay que seguir al fondo pasando a la izquierda de la estatua de Guillén de Lampart. Se entra a un gran vestíbulo, donde una escalera de dos descansos lleva a la escalera en caracol que permite subir al mirador. La plataforma principal tiene una forma compuesta por un círculo y un cuadrado, de la cual parten por cada punto cardenal cuatro juegos de escaleras. En los extremos del cuadrado se encuentran cuatro obeliscos que sirven de base a cuatro faroles de luz eléctrica con cubierta de vidrio opaco en forma de globo, que salen de una moldura metálica con cabezas de leones. Las esculturas​ Originalmente todas las esculturas del monumento deberían ser de mármol, pero solo las más altas lo son. Las de bronce se hicieron inicialmente en México en bloques de yeso, para luego llevarlas a Florencia, Italia, donde se tomaron como base para hacerlas por el método de cera perdida. Las esculturas de mármol se empezaron en Francia con mármol de Carrara para lograr transportarlas con el mínimo de peso a México, donde fueron detalladas. La escultura llamada comúnmente el Ángel es en realidad una representación de Niké, la diosa griega alada de la victoria y se menciona que la modelo para el mismo fue una secretaria del general Porfirio Díaz llamada Ana María Mazadiego Fernández. Por otro lado, se menciona que las figuras sedentes representan a cuatro diosas griegas: la Ley (Diosa Eunomía), la Paz (Diosa Irene), la Justicia (Diosa Dice) y la Guerra (Diosa Atenea), aunque ninguna de estas tiene los atributos propios de estas diosas, como seria el escudo con la cabeza de medusa en la diosa Atenea y el uso de una lanza en vez de una espada. Restos mortales de los héroes mexicanos en el monumento​ En 1925 los restos de varios de los héroes de la Independencia de México fueron trasladados de un nicho en la capilla de San Francisco de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y otros restos fueron traídos desde sus lugares de entierro para ser depositados en urnas, las cuales fueron colocadas en nichos improvisados en el interior del monumento. El 30 de mayo de 2010 fueron exhumados esos restos con honores militares para ser trasladados al Museo Nacional de Historia en el Castillo de Chapultepec, con el fin de llevar a cabo trabajos de conservación y posteriormente ser trasladados al Palacio Nacional para su honra pública. La única mujer sepultada en la Columna es Leona Vicario, debido a que la otra gran heroína de la independencia, Josefa Ortiz de Domínguez, La Corregidora de Querétaro se encuentra aún sepultada en esta última ciudad. Por otro lado junto a Andrés Quintana Roo forman el único matrimonio del grupo. Lo cotidiano​ Al ser un monumento de gran belleza, es uno de los varios sitios de la Ciudad de México seleccionados para tomar una foto de recuerdo, siendo las más vistosas las llevadas a cabo en las fiestas de Quince Años,​ bodas civiles y religiosas, graduaciones de diferentes niveles académicos y el festejo de las victorias de la popular Selección Mexicana de Fútbol.​ Además de ser usado como punto de reunión y telón de fondo para espectáculos artísticos,​ automovilísticos,​ civiles,​ militares, de declaración de derechos,​ luctuosos​ y muchos otros. Asimismo la imagen del Ángel está siendo usada como promotora de turismo para la Ciudad de México, enviando réplicas a diferentes países y colocándola cerca de los paseantes para que puedan tomarse una fotografía de cerca con esa escultura.
El Castillo de Chapultepec es una construcción palaciega en el centro del Bosque de Chapultepec situado en la Ciudad de México, a una elevación de 2325 metros sobre el nivel del mar. Fue construido por el virrey Bernardo de Gálvez y Madrid sobre el cerro del Chapulín (Chapultepec es palabra de origen náhuatl «Chapulli, saltamontes, y tepe(tl), cerro, Chapultepetl», que significa "cerro del saltamontes" o "cerro del chapulín"). Fue construido en la época del Virreinato como casa de verano para el virrey. Se le dio diversos usos, desde almacén de pólvora hasta academia militar en 1841. También fue la residencia oficial del emperador Maximiliano I de México (1864-1867) y de los presidentes del país entre 1884 y 1935. Ha sufrido ampliaciones y remodelaciones. Cuenta con diversos patios, escalinatas, jardines, vestíbulos, salas y amplios espacios característicos de los inmuebles del siglo XIX y principios del XX. El castillo cuenta con un bulevar que conectaba directamente la residencia imperial con el centro de la ciudad, actualmente conocido como Paseo de la Reforma. Posteriormente el edificio se vio nuevamente en desuso. Tras 10 años, pasó a ser el primer observatorio astronómico de México por solo 5 años. Después volvió a ser un Colegio Militar, para luego ser la residencia presidencial, como se había previsto desde un inicio. El Museo Nacional de Historia es formalmente inaugurado el 27 de septiembre de 1944 (del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y del Instituto Nacional de Antropología e Historia). Su director, desde 2014, es el historiador Salvador Rueda Smithers. Historia​ Antecedentes​ La construcción del castillo de Chapultepec se remonta a 1530 cuando Carlos I de España decretó al bosque de Chapultepec como propiedad de la Ciudad de México. Desde entonces, los virreyes de Nueva España frecuentaron el lugar para pasear, descansar y cazar ciervos, liebres y conejos. Durante el mandato de Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón se edificó un palacio en una de las laderas de Chapultepec que habría de servir durante el próximo par de siglos como sitio de alojamiento temporal para los virreyes antes de su arribo a la capital novohispana,6​ aunque también habría de ser empleado para eventos de entretenimiento. Tras sufrir severos daños por la explosión de un polvorín cercano a mediados del siglo XVIII, el recinto quedó abandonado pese a una iniciativa de la Corona española para que fuese usado como la cárcel de la Acordada. Periodo virreinal (1783-1806)​ A finales de 1783, y durante el ejercicio del virrey Matías de Gálvez y Gallardo, comenzó la construcción de una nueva casa de descanso en Chapultepec en una antigua ermita dedicada al Arcángel Miguel,8​ a manera de reemplazo del anterior edificio, en cuyo diseño y planificación participaron los ingenieros Francisco Bambitelli y Manuel Agustín Mascaró,7​ y que contó inicialmente con una subvención del Tribunal del Consulado.​ Si bien este proceso dio inicio el 16 de agosto de 1785 durante el mandato de su hijo, Bernardo de Gálvez, finalmente quedó inconcluso ese mismo año y se ordenó su subasta.7​ Debido a la ausencia de compradores interesados y tras la muerte de Gálvez en 1786, el Consejo de Hacienda adquirió sus puertas, ventanas y cristales.​ Aunque se consideró usar el caserón como sede del Archivo General del Reino de la Nueva España en 1792 a partir de un diseño elaborado por Miguel Constanzó,7​10​ finalmente el Ayuntamiento de México lo adquirió en 1806.​ Cabe mencionar que Alexander von Humboldt visitó el lugar en 1803 y protestó en su Ensayo político del Reino de la Nueva España contra la subasta del palacio de Chapultepec. Intervención estadounidense y guerra de Reforma (1833-1863)​ El edificio permaneció abandonado y «muy deteriorado» hasta 1833,​ cuando quedó establecido como sede del Heroico Colegio Militar, cuya inauguración se llevó a cabo en 1843. Sobre esta elección, Manuel Gómez Pedraza opinó: «En esta clase de escuela no cabe la medianía, es preciso, aspirar a la perfección, cerca de la capital, hay un edificio, cuyo local convida para erigir un Liceo... que dé honor a la nación».​ Durante este período se construyó el torreón denominado «Caballero Alto» que le confirió al sitio un aspecto de fortaleza y que habría de influir en su clasificación como castillo.​ Cabe mencionar que en ese sitio anteriormente se habían erigido un templo prehispánico y la ermita de Miguel Arcángel. En 1839, tras una visita a Chapultepec, la cronista Frances Erskine Inglis realizó la siguiente descripción del castillo, al cual calificó como «el sitio histórico más lleno de tradiciones de que la Capital pueda ufanarse»: Pese a que «tiene aire tradicional. [...] Los apartamientos están solitarios y abandonados, las paredes se caen ruinosas, los vidrios de las ventas y las esculturas de las puertas han sido objeto de ventas; y, expuesto a todos los vientos, erecto en la gran altura, el Castillo decae rápidamente [...] El interior nunca llegó a concluirse, y sin embargo, tal como está, costó al gobierno español cerca de trescientos mil duros. Cuando advertimos sus poderosas condiciones militares, lo ventajoso de sus posición, fortificada por medio de murallas salientes y de parapetos que miran hacia México; y cuando vimos que, en la parte septentrional hay grandes fosos y bóvedas subterráneas capaces de guardar gran acopio de provisiones, nos dimos cuenta de que no eran quizás del todo infundados los celos y las sospechas del Gobierno, despertados por la construcción de esa fortaleza que parecía palacio veraniego. Durante la intervención estadounidense en México en 1847, el recinto fue objeto de un asalto por parte del ejército invasor que ocasionó varios daños y la muerte de varios cadetes del ejército mexicano,7​ al ser considerado como «el último bastión de defensa» nacional.15​ Cabe resaltar que el sitio estaba «ligeramente fortificado» al disponer de cuatro a siete cañones colocados en «la parte más alta del cerro» y se instalaron blindajes en los dormitorios así como sacos de tierra en forma de cerco perimetral para resistir el ataque. Un total de 832 soldados y cadetes custodiaban el castillo bajo el mando del general Nicolás Bravo. Tras la derrota mexicana después de catorce horas de asedio del castillo,​ los estadounidenses ocuparon la Ciudad de México hasta la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo mediante el cual el país cedió más de la mitad de su territorio a Estados Unidos.​ De acuerdo con una descripción del historiador Miguel Sánchez Lamego:. Para el año de 1847, el llamado Castillo de Chapultepec estaba constituido por una parte residencial o sea el Alcázar que comprendía una serie de locales (sala, comedor, recámaras, etc.) adosados al macizo rocoso de la meseta... También contaba con un observatorio astronómico que era una torre, la cual se hallaba situada en la cima del cerro casi al centro del espacio limitado por las construcciones del Alcázar. El Colegio Militar, edificación de dos pisos, ocupaba el costado norte de la meseta, dejando toda la parte sur de ésta para formar una Plaza de Armas, cuyo edificio comprendía diversos locales (dirección, aulas, dormitorios, etc.) Tras una serie de remodelaciones realizadas para reparar los daños de la batalla de Chapultepec, el Colegio Militar siguió ocupando el castillo desde 1849 hasta 1858,17​ cuando Miguel Miramón usó el palacio como residencia presidencial entre 1859 y 1860, durante la guerra de Reforma.7​ En este período se construyeron nuevas habitaciones en el segundo piso del alcázar y la balaustrada sur.11​ Mediante un decreto gubernamental, el Heroico Colegio Militar se instaló una vez más en el castillo entre 1861 y 1863, antes de que se suscitara la segunda intervención francesa en México.​ Varios años después de la guerra estadounidense, se descubrió una caja del tiempo de piedra que contenía «una lista de oficiales, algunas monedas de plata y un revólver». Segundo Imperio Mexicano (1863-1867)​ Con motivo de la segunda intervención francesa en México concretada en 1863, el presidente Benito Juárez trasladó su gobierno a San Luis Potosí después de que el ejército francés tomara la Ciudad de México. El establecimiento del Segundo Imperio Mexicano requirió, entre otras medidas, de la adopción de una monarquía hereditaria encabezada por el príncipe católico Maximiliano de Habsburgo, cuyo arribo al país aconteció en 1864. El monarca y su esposa, la emperatriz Carlota, eligieron al castillo como su residencia, «cautivados por las hermosas vistas del Valle de México que se apreciaban desde el lugar», y este adoptó el título de «Palacio Imperial de Chapultepec», referido coloquialmente como «Miravalle» en alusión al castillo de Miramar y como «Alcázar de Chapultepec». Esta decisión trajo como consecuencia una nueva etapa de remodelación del edificio en la que contribuyeron Julius Hofmann, Carl Gangolf Kayser, Carlos Schaffer, Ramón Rodríguez Arangoity y Eleuterio Méndez.7​21​ De acuerdo con el jardinero de Maximiliano, Wilhen Knechtel: «No había una ventana completa en todo el edificio, las cerraduras habían sido arrancadas, piso que estuvo empedrado con ladrillos (...) había sido excavado y estaba lleno de huecos, las paredes se hallaban sucias y llenas de hoyos porque habían fijado palos de madera para colgar los uniformes, etcétera». Algunas de las modificaciones realizadas en ese período incluyen la reparación de techos, pisos y ventanas,​ así como la producción de arcadas neoclásicas y balcones en la fachada sur —que contrastaron con la arquitectura barroca característica del sitio hasta entonces—, jardines, un pórtico central, un torreón para comunicar ambas plantas del edificio, logias con columnas de hierro,11​ los murales denominados Las Bacantes a cargo del pintor Santiago Rebull, un par de salones de billar y de carruajes,​ y la rampa de acceso al castillo que habría de servir como conexión con el Paseo de la Emperatriz, construido a su vez a manera de calzada entre el palacio de Chapultepec y Bucareli.​ Adicionalmente, la monarquía solicitó el traslado de muebles, pianos, vajillas, óleos y gobelinos desde Europa —algunos de los cuales eran obsequios de Napoleón III— para acondicionar la residencia, así como la construcción de una terraza panorámica frente a sus habitaciones en la planta baja del castillo. El régimen de Maximiliano I llegó a su fin en 1867, con la restauración de la república por Juárez. Previo a este desenlace, el emperador ordenó el desmantelamiento de sus palacios, entre ellos el del castillo de Chapultepec, motivo por el cual se extravió una parte del mobiliario imperial del recinto. Porfiriato (1872-1910)​ El castillo volvió a ser acondicionado como residencia presidencial a partir del mandato de Sebastián Lerdo de Tejada en 1872. Cuatro años después, durante el período del Porfiriato y con el propósito de observar el Tránsito de Venus de 1882, el ministro de fomento Vicente Riva Palacio solicitó la construcción del Observatorio Astronómico Nacional en el Caballero Alto del Alcázar de Chapultepec, cuya inauguración ocurrió el 5 de mayo de 1878.24​ Como parte de sus adecuaciones, se construyeron garitas de vigilancia y una cúpula de vidrio y metal en la torre para albergar el telescopio principal, la cual persistió hasta principios del siglo XX. Adicionalmente ese mismo año, en la oficina telegráfica del torreón, Díaz realizó la primera transmisión telefónica experimental en México. El observatorio operó durante cinco años en el castillo hasta su traslado a Tacubaya,​ y el 8 de junio de 1883 el Colegio Militar regresó por cuarta y última ocasión al recinto, cuya estancia se extendió hasta 1914.​ Además de albergar las oficinas del observatorio, en esta etapa el jardín superior sirvió para el resguardo de los instrumentos científicos del mismo organismo. Un par de años antes, en 1881 se inauguró el primero de tres monumentos dedicados a los combatientes de la intervención estadounidense de 1847; otro de ellos, concluido en 1924, consiste en una serie de esculturas dispuestas en el jardín poniente del castillo y de la autoría de Ignacio Asúnsolo. Cabe mencionar que si bien el presidente Manuel del Refugio González Flores —que en 1882 ocupó el castillo como residencia veraniega—​ dispuso que el observatorio podía mantenerse en el torreón mientras que el Colegio Militar ocupase el resto del edificio, su solicitud no repercutió en el desalojo.26​ En su mandato, se construyó la escalera interior del castillo para comunicar la sala de recepción y el comedor con las habitaciones presidenciales en la parte superior, de manera que las «escaleras de los leones» eran destinadas a los invitados, y las del torreón y del comedor para la servidumbre. De igual manera, comenzó a usarse el salón de lectura de Maximiliano I como espacio de billar. Al igual que González Flores, en su último período presidencial comprendido entre 1884 y 1910, Díaz y su esposa Carmen Romero Rubio usaron el palacio primeramente como su casa de verano, y a partir del 14 de abril de 1896 como su residencia principal.​ Cabe señalar que el Colegio Militar quedó instalado en una nueva sección poniente del palacio.​ Ya que una de sus intenciones era que el edificio «fuera un escaparate del progreso artístico y tecnológico de México», durante esta etapa se instalaron un par de ascensores —uno eléctrico con caja de acero y vidrio para uso interno, y otro hidráulico para comunicar el jardín con la base del cerro de Chapultepec—​ y una sala de boliche.​ También Díaz ordenó la construcción de un boudoir privado en el antiguo salón de té de Carlota, los vitrales procedentes de París que conforman la Galería de Emplomados y un pararrayos, así como la remodelación de la escalera de los leones con mármol blanco y pasamanos de latón.14​28​ Cabe destacar que en 1896 se llevó también a cabo la primera exhibición cinematográfica en la sala de boliche del castillo.​ A su vez, el denominado Salón de Embajadores del castillo, decorado por Epitacio Calvo, sirvió para recibir a diplomáticos de otros países.​ A lo largo del Porfiriato, las fotografías y postales mostraban tanto al castillo como al bosque de Chapultepec como «una presencia siempre vigente del poder».​ En 1900, se colocó con fines decorativos una maqueta de mármol del Monumento a la Independencia, a cargo del arquitecto Antonio Rivas Mercado, en el jardín frontal del palacio.​ Al pie de la escalera de mármol, una comisión compuesta de siete caballeros esperaba a las damas y señoritas para conducirlas hasta la terraza. El adorno floral comenzaba desde la escalinata. A los lados de los leones que la decoran, se veían plantas tropicales y frescas flores formando gracioso conjunto. Entre los albortantes de bronce que sostienen los candelabros, había paneaux de musgo que iban a rematar en espiral en lo alto de las columnas. A ambos lados de la escalinata se veían macizos de plantas y flores, y jarrones de mármol artísticamente velados por palmeras. [...] En los corredores inmediatos a los salones se observaba el mismo buen gusto del adorno floral pero en un delicioso crescendo. [...] Luces incandescentes, colocadas caprichosamente detrás de pantallas de colores, hacían resaltar de tal manera el adorno, que aquello parecía algo feérico y poblado por hadas invisibles. [...] Tanto el corredor del castillo, como las elegantes habitaciones del primer piso, fueron convertidas en salones para el té. Poco antes del final de su régimen, en marzo de 1908 Díaz sostuvo una entrevista en el castillo con el periodista estadounidense James Creelman,​ y al año siguiente grabó una lectura realizada en el castillo de Chapultepec de una carta dirigida a Thomas Alva Edison para expresarle su admiración y respeto,​ además de reunirse en uno de los salones del edificio con el presidente estadounidense William Howard Taft a finales de ese mismo año. Revolución Mexicana (1911-1933)​ El castillo de Chapultepec continuó siendo la residencia presidencial durante la mayor parte de la Revolución Mexicana y hasta 1938.7​ Tras la renuncia de Díaz, Francisco León de la Barra y Francisco I. Madero habitaron el palacio entre 1911 y 1913; en febrero, durante la Decena Trágica, Madero realizó la denominada Marcha de la Lealtad desde el castillo hasta el Palacio Nacional acompañado de los cadetes del Colegio Militar, pese a la sublevación de algunos mandos del Ejército Mexicano.​ Desde entonces, anualmente se conmemora este acontecimiento a las afueras del recinto. Por instrucción de Venustiano Carranza para que «el Alcázar fuese más visible», en 1916 se demolió el edificio al suroeste del Colegio Militar.​ De igual manera, se remodelaron las escaleras de leones. A su vez, Álvaro Obregón contrató a Rivas Mercado para que diseñara la fachada del Ministerio de Fomento que habría de instalarse en el área ocupada previamente por el Colegio Militar en el palacio. Esta adecuación se sumó a otras tales como las pérgolas, el espejo de agua, el monumento «La Patria agradecida a sus hijos caídos» y la fuente del Chapulín —estas últimas a cargo de Asúnsolo y Luis Albarrán, respectivamente—.​ Cabe resaltar que Obregón habitó el castillo desde su nombramiento como secretarío de guerra y marina por Carranza, y a finales de ese mismo año nació su hijo Álvaro Obregón Tapia en las instalaciones del palacio. A finales de 1925, se llevó a cabo un baile en el palacio para celebrar el cumpleaños de Ernestina Elías Calles Chacón, hija de Plutarco Elías Calles, mientras que en febrero de 1927 se usó el salón de embajadores para la boda de su otra hija, Natalia Elías Calles Chacón, con el empresario Carlos Herrera, durante el cual el edificio lució «profusamente iluminado y adornado con flores en los salones y terrazas».36​ Unos meses después, tras la muerte de Natalia Chacón, cónyuge del mandatario, se realizó una ceremonia fúnebre oficial en el alcázar del castillo.​ Por otra parte, durante el mandato de Emilio Portes Gil, en 1929 se firmaron en la fortaleza de Chapultepec los Tratados de Paz con los que culminó la Guerra Cristera.​ Años después, a finales de 1932, Pascual Ortiz Rubio convocó a su gabinete al castillo para dar a conocer su renuncia como titular del poder ejecutivo, y en 1933 se colocó un mural en la escalera de los leones realizado por Eduardo Solares. Época contemporánea (1934-actualidad)​ En 1934 Lázaro Cárdenas del Río eligió Los Pinos en vez del castillo de Chapultepec como su residencia ya que «era muy ostentoso para que viviera ahí el Presidente de un país en plena reconstrucción, tras años de enfrentamientos generados por el movimiento revolucionario».​ Cuatro años después, y una vez recibido por la Secretaría de Educación Pública el plan para los trabajos de adaptación del castillo,​ se publicó un decreto mediante el cual se estipuló que el edificio habría de ser la sede del Museo Nacional de Historia, que abrió sus puertas al público por primera vez el 27 de septiembre de 1944.7 Para este fin, se habían llevado a cabo ciertas adecuaciones al recinto desde 1941.​ Cabe resaltar que, hasta entonces, un total de catorce mandatarios habían habitado el palacio desde el Segundo Imperio. En su inauguración estuvieron presentes Manuel Ávila Camacho, Soledad Orozco y Jaime Torres Bodet, entre otras figuras políticas.​ Desde entonces, el museo es administrado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) bajo el siguiente argumento: Puesto que la tradición y memorias de tal sitio, desde los tiempos más remotos, lo consagran como monumento histórico por excelencia y lección objetiva de patriotismo, accesible a todas las clases sociales Su adaptación como museo no impidió que el castillo albergara la Conferencia Interamericana sobre problemas de la Guerra y la Paz, realizada a comienzos de 1945 y que culminó con la firma del Acta de Chapultepec, la cual sirvió como precedente para el establecimiento de la Organización de Estados Americanos.​ En noviembre de 1960 se inauguró el Museo del Caracol en la rampa de acceso al edificio, diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.42​ En ese período los artistas Juan O'Gorman y Jorge González Camarena realizaron dos de los murales que forman parte del acervo cultural del castillo: «Retablo de la Independencia» y «La fusión de dos culturas», respectivamente.​ En 1962 se llevó a cabo en sus instalaciones el Congreso Internacional de Americanistas mediante el cual se acordó la construcción del Museo Nacional de Antropología. Desde entonces el recinto, considerado como un «referente de la identidad nacional, de patriotismo y de diversidad cultural»,46​ ha tenido varias adecuaciones para aumentar su acervo cultural conformado por una amplia diversidad de objetos y documentos históricos. Por ejemplo, entre 1972 y 1974 se construyeron depósitos para conservar ciertas colecciones así como una biblioteca; en el año 2000 se remodeló el área del alcázar; y cuatro años después ocurrió algo similar con las salas históricas y el discurso museográfico, además de que se adquirió mobiliario para la conservación del acervo del museo.47​ Sus instalaciones son usadas también para la realización de programas académicos, conferencias, conciertos, visitas guiadas y proyecciones cinematográficas. Una parte de sus colecciones han sido trasladadas a otros museos con el paso del tiempo, como es el caso del Museo Nacional de Antropología. En 1992 se firmaron en este sitio los Acuerdos de Paz de El Salvador, mediante los cuales el gobierno de ese país y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional culminaron una guerra civil que se había prolongado por más de una década.​ De forma similar, entre 2011 y 2012 ocurrieron las reuniones entre el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y el presidente Felipe Calderón Hinojosa en las instalaciones del castillo,​ y el G20.​ Cabe mencionar que en 2009 el INAH produjo un recorrido virtual por el palacio de Chapultepec, que desde entonces está habilitado para el público en general. Si bien en 2012 se tenían registros de más de 18 mil visitantes que acudían al castillo cada fin de semana,​ esta cifra aumentó a más de un millón de personas en promedio a lo largo de 2017.​ De manera similar, su colección museográfica se ha incrementado significativamente: en 1944 su inventario era de 15 mil piezas, mientras que en 2013 ya superaba los 100 mil objetos. Arquitectura​ Planta baja: 1: Las revoluciones 2: La era constitucional 3: Sala Siqueiros 4: Hacia la modernidad 5: La joven nación (1821-1867) 6: Patio de escudos 7: Las huellas de Miguel Hidalgo 8: El visitador del rey 9: Dos continentes aislados 10: La iglesia en tiempos de los Borbones 11: La edad de la razón 12: El juego de los intercambios 13: Sala de carruajes 14: Sala introductoria 15: Sala de lectura 16: Sala de juegos 17: Salón fumador 18: Salón comedor 19: Antecomedor 20: Elevador Porfirio Díaz 21: Escalera púrpura 22: Salón de música 23: Salón de té 24: Recámara de Carlota 25: Baño de Carlota 26: Sala de estar 27: Sala de acuerdos 28: Antesala de acuerdos 29: Escalera de leones 30: Sala de la batalla de Chapultepec 31: Fuente del Chapulín 32: Biblioteca Planta alta: 1: Auditorio 2: Terraza sur 3: Exposiciones temporales 4: Terraza del pórtico 5: Sala de virreyes 6: Sala de malaquitas 7: Jardín de alcázar 8: El caballero alto 9: Escalera de leones 10: Terrazas del alcázar 11: Recámara de Porfirio Díaz 12: Recámara de Carmen Romero 13: Escalera púrpura 14: Salón de embajadores 15: Despacho del presidente 16: Sala de emplomados El castillo de Chapultepec ocupa una superficie de 11,8 hectáreas, y està ubicado a 2325 m s. n. m., en la primera sección del bosque de Chapultepec, en la Ciudad de México. A partir de su uso como sede del Museo Nacional de Historia, se encuentra dividido en tres áreas: el recinto central y el alcázar, en la primera planta; y el área de exposiciones temporales en la parte superior.​ A grandes rasgos, posee un diseño de estilo barroco y neoclásico.​ Cabe mencionar que históricamente su estructura ha tenido ciertas reconstrucciones y adaptaciones, especialmente tras su invasión por el ejército estadounidense en 1847, y su uso primeramente como residencia imperial por Maximiliano y Carlota, y luego por el presidente Díaz —período en el que surgió el alcázar contemporáneo—.​ Asimismo se han realizado ciertas adecuaciones para albergar las distintas colecciones artísticas del museo. El edificio, referido indistintamente como «castillo» y «alcázar», es considerado como «un referente de la historia de México además de un espacio emblemático del paisaje de la capital del país».​ Desde una percepción museográfica, el alcázar tiene como propósito conservar «el sentido residencial que le otorgaron los gobernantes: sus recámaras y salones recrean ambientaciones de época que remiten a la vida cotidiana de quienes aquí vivieron». Recinto central​ Durante la transición imperial se llevaron a cabo ciertas adecuaciones significativas al recinto, como lo son la construcción de la arcada principal además de ampliarse la rampa de acceso al castillo. La simbólica escalera de leones, construida en 1878 y destinada a la recepción de los invitados de los presidentes, se remodeló en 1915 durante el mandato de Carranza. Contiene mármol blanco y sus pasamanos están fabricados con latón. Antes de su remodelación, conducía directamente a los jardínes del alcázar. En el interior del recinto central se encuentran una docena de salas que exponen la historia de México desde la época colonial hasta la era contemporánea, además del patio de escudos y una tienda.​ A su vez, la sala de carruajes sirve de acceso al alcázar y anteriormente sirvió como caballeriza, cochera y salón de carruajes imperiales. Entre sus habitaciones se encuentran los salones de lecturas y de juegos; el primero era usado por Maximiliano para leer y redactar decretos, mientras que la habitación de juegos, con la excepción de la etapa en la que el recinto albergó al observatorio astronómico nacional, sirvió como sitio de «esparcimiento y diversión» para sus residentes, que lo utilizaban para jugar boliche, billar, naipes y ajedrez. Eventualmente, durante la presidencia de González, se dispuso de la sala para fumar en donde se reunían para «discutir las cuestiones que ocupaban las mentes de los invitados».​ El comedor, introducido en 1880, posee acabados de cedro, caoba, metal y mármol en sus aparadores y chimenea, los cuales fueron realizados por los artistas Pedro Téllez Toledo y Epitacio Calvo.​ En 1972 se edificó la biblioteca de la planta inferior que posee contenidos de museografía, historia, numismática y pintura. Alcázar​ La zona del alcázar se encuentra tanto en la planta inferior como en la superior. La mayoría de sus salas constituyen recreaciones de las habitaciones originales utilizadas por el imperio mexicano, por ejemplo, como es el caso de la recámara de Carlota.​ Anteriormente se encontraba instalada la cocina en el sótano del edificio, y el personal operativo se encargaba de trasladar los alimentos al primer piso del alcázar mediante una escalera y un montacargas ubicados al costado del antecomedor. Durante el Porfiriato se instaló un elevador eléctrico para comunicar el comedor tanto con el sótano como con la planta superior, aunque el personal operativo debía usar solamente las escaleras del torreón sureste como unas ubicadas detrás del comedor para trasladarse a lo largo del palacio. La recámara de Carlota posee una decoración francesa de estilo Boulle, caracterizada por las incrustaciones de latón, carey y bronce tipo rococó. Cabe resaltar que este espacio se incorporó al castillo entre 1880 y 1884, tras ser adquirido por el presidente González con la creencia de que era la habitación auténtica de la emperatriz. A su vez, Carlota contaba con una tina de mármol de una sola pieza fabricada por Atilio Tangassi.​ Con una decoración similar, el salón de música o también conocido como «salón de los gobelinos» está fabricado con madero de avellano y contiene piezas de gobelino en las cuales se muestran fábulas de Jean de La Fontaine, además de un par de pianos. Carlota usó el salón de té como despacho particular, aunque Díaz lo empleó más tarde como boudoir. Tanto la sala como la antesala de acuerdos eran usadas como sitios de reunión del presidente con su gabinete para discutir y resolver asuntos públicos, aunque durante el mandato de Díaz la antesala albergó la habitación telefónica del castillo. Recinto superior​ En la planta alta del castillo se disponen varias salas de exposiciones históricas temporales, así como la sala de virreyes, el salón de embajadores, un auditorio y un par de terrazas. En una de ellas, la terraza sur, se encuentra una fuente de bronce con forma de chapulín creada por Luis Albarrán en la década de 1920.​ En el alcázar superior se encuentran a su vez las recámaras de Díaz y Romero, así como un jardín, un patio y una terraza. Históricamente, los mandatarios tenían sus habitaciones particulares en este piso, lo cual llevó a la creación de la escalera interior o «púrpura» en los años 1880 para facilitar el traslado hacia el área de recepción y el comedor en el recinto inferior.14​ Cabe mencionar que el jardín es una representación del que Maximiliano mandó construir para que su esposa «disfrutara el perfume de las flores y el vuelo de los colibríes».​ La galería de emplomados se caracteriza por la vidriera construida en Francia durante el Porfiriato con la intención de «proteger el corredor, de la entonces residencia presidencial, de las corrientes de aire» provenientes de los jardínes del alcázar. Su vitral muestra las versiones personificadas de las diosas romanas Pomona, Flora, Hebe y Ceres. El salón de embajadores era el espacio utilizado para la recepción de los invitados de Díaz y se destaca por la presencia de elementos arquitectónicos barrocos y neoclásicos, encargados por el entonces presidente a Calvo.​ En la cultura popular​ En 1950, se filmaron algunas escenas de la película Sobre las Olas, protagonizada por Pedro Infante En 1957, se filmó la primera escena de la película El bolero de Raquel, protagonizada por Mario Moreno "Cantinflas" En 1996, el castillo fue utilizado como escenario en la realización de la película Romeo + Juliet, protagonizada por Leonardo DiCaprio y Claire Danes. En el año 2006 el videojuego "Tom Clancy's Ghost Recon Advanced Warfighter" usa los alrededores del castillo, así como el patio de armas donde se puede distinguir detalles característicos del castillo: La fuente del chapulín, la entrada principal, la torre vigía entre otros. Dicha misión consiste en destruir varios cañones que impiden el avance de los Ghost y el ejército mexicano hacia el Campo Marte para derrotar a las fuerzas rebeldes. Ha formado parte del tema de muchas telenovelas e historias literarias.
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Замок Чапультепек
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El Castillo de Chapultepec es una construcción palaciega en el centro del Bosque de Chapultepec situado en la Ciudad de México, a una elevación de 2325 metros sobre el nivel del mar. Fue construido por el virrey Bernardo de Gálvez y Madrid sobre el cerro del Chapulín (Chapultepec es palabra de origen náhuatl «Chapulli, saltamontes, y tepe(tl), cerro, Chapultepetl», que significa "cerro del saltamontes" o "cerro del chapulín"). Fue construido en la época del Virreinato como casa de verano para el virrey. Se le dio diversos usos, desde almacén de pólvora hasta academia militar en 1841. También fue la residencia oficial del emperador Maximiliano I de México (1864-1867) y de los presidentes del país entre 1884 y 1935. Ha sufrido ampliaciones y remodelaciones. Cuenta con diversos patios, escalinatas, jardines, vestíbulos, salas y amplios espacios característicos de los inmuebles del siglo XIX y principios del XX. El castillo cuenta con un bulevar que conectaba directamente la residencia imperial con el centro de la ciudad, actualmente conocido como Paseo de la Reforma. Posteriormente el edificio se vio nuevamente en desuso. Tras 10 años, pasó a ser el primer observatorio astronómico de México por solo 5 años. Después volvió a ser un Colegio Militar, para luego ser la residencia presidencial, como se había previsto desde un inicio. El Museo Nacional de Historia es formalmente inaugurado el 27 de septiembre de 1944 (del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y del Instituto Nacional de Antropología e Historia). Su director, desde 2014, es el historiador Salvador Rueda Smithers. Historia​ Antecedentes​ La construcción del castillo de Chapultepec se remonta a 1530 cuando Carlos I de España decretó al bosque de Chapultepec como propiedad de la Ciudad de México. Desde entonces, los virreyes de Nueva España frecuentaron el lugar para pasear, descansar y cazar ciervos, liebres y conejos. Durante el mandato de Luis de Velasco y Ruiz de Alarcón se edificó un palacio en una de las laderas de Chapultepec que habría de servir durante el próximo par de siglos como sitio de alojamiento temporal para los virreyes antes de su arribo a la capital novohispana,6​ aunque también habría de ser empleado para eventos de entretenimiento. Tras sufrir severos daños por la explosión de un polvorín cercano a mediados del siglo XVIII, el recinto quedó abandonado pese a una iniciativa de la Corona española para que fuese usado como la cárcel de la Acordada. Periodo virreinal (1783-1806)​ A finales de 1783, y durante el ejercicio del virrey Matías de Gálvez y Gallardo, comenzó la construcción de una nueva casa de descanso en Chapultepec en una antigua ermita dedicada al Arcángel Miguel,8​ a manera de reemplazo del anterior edificio, en cuyo diseño y planificación participaron los ingenieros Francisco Bambitelli y Manuel Agustín Mascaró,7​ y que contó inicialmente con una subvención del Tribunal del Consulado.​ Si bien este proceso dio inicio el 16 de agosto de 1785 durante el mandato de su hijo, Bernardo de Gálvez, finalmente quedó inconcluso ese mismo año y se ordenó su subasta.7​ Debido a la ausencia de compradores interesados y tras la muerte de Gálvez en 1786, el Consejo de Hacienda adquirió sus puertas, ventanas y cristales.​ Aunque se consideró usar el caserón como sede del Archivo General del Reino de la Nueva España en 1792 a partir de un diseño elaborado por Miguel Constanzó,7​10​ finalmente el Ayuntamiento de México lo adquirió en 1806.​ Cabe mencionar que Alexander von Humboldt visitó el lugar en 1803 y protestó en su Ensayo político del Reino de la Nueva España contra la subasta del palacio de Chapultepec. Intervención estadounidense y guerra de Reforma (1833-1863)​ El edificio permaneció abandonado y «muy deteriorado» hasta 1833,​ cuando quedó establecido como sede del Heroico Colegio Militar, cuya inauguración se llevó a cabo en 1843. Sobre esta elección, Manuel Gómez Pedraza opinó: «En esta clase de escuela no cabe la medianía, es preciso, aspirar a la perfección, cerca de la capital, hay un edificio, cuyo local convida para erigir un Liceo... que dé honor a la nación».​ Durante este período se construyó el torreón denominado «Caballero Alto» que le confirió al sitio un aspecto de fortaleza y que habría de influir en su clasificación como castillo.​ Cabe mencionar que en ese sitio anteriormente se habían erigido un templo prehispánico y la ermita de Miguel Arcángel. En 1839, tras una visita a Chapultepec, la cronista Frances Erskine Inglis realizó la siguiente descripción del castillo, al cual calificó como «el sitio histórico más lleno de tradiciones de que la Capital pueda ufanarse»: Pese a que «tiene aire tradicional. [...] Los apartamientos están solitarios y abandonados, las paredes se caen ruinosas, los vidrios de las ventas y las esculturas de las puertas han sido objeto de ventas; y, expuesto a todos los vientos, erecto en la gran altura, el Castillo decae rápidamente [...] El interior nunca llegó a concluirse, y sin embargo, tal como está, costó al gobierno español cerca de trescientos mil duros. Cuando advertimos sus poderosas condiciones militares, lo ventajoso de sus posición, fortificada por medio de murallas salientes y de parapetos que miran hacia México; y cuando vimos que, en la parte septentrional hay grandes fosos y bóvedas subterráneas capaces de guardar gran acopio de provisiones, nos dimos cuenta de que no eran quizás del todo infundados los celos y las sospechas del Gobierno, despertados por la construcción de esa fortaleza que parecía palacio veraniego. Durante la intervención estadounidense en México en 1847, el recinto fue objeto de un asalto por parte del ejército invasor que ocasionó varios daños y la muerte de varios cadetes del ejército mexicano,7​ al ser considerado como «el último bastión de defensa» nacional.15​ Cabe resaltar que el sitio estaba «ligeramente fortificado» al disponer de cuatro a siete cañones colocados en «la parte más alta del cerro» y se instalaron blindajes en los dormitorios así como sacos de tierra en forma de cerco perimetral para resistir el ataque. Un total de 832 soldados y cadetes custodiaban el castillo bajo el mando del general Nicolás Bravo. Tras la derrota mexicana después de catorce horas de asedio del castillo,​ los estadounidenses ocuparon la Ciudad de México hasta la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo mediante el cual el país cedió más de la mitad de su territorio a Estados Unidos.​ De acuerdo con una descripción del historiador Miguel Sánchez Lamego:. Para el año de 1847, el llamado Castillo de Chapultepec estaba constituido por una parte residencial o sea el Alcázar que comprendía una serie de locales (sala, comedor, recámaras, etc.) adosados al macizo rocoso de la meseta... También contaba con un observatorio astronómico que era una torre, la cual se hallaba situada en la cima del cerro casi al centro del espacio limitado por las construcciones del Alcázar. El Colegio Militar, edificación de dos pisos, ocupaba el costado norte de la meseta, dejando toda la parte sur de ésta para formar una Plaza de Armas, cuyo edificio comprendía diversos locales (dirección, aulas, dormitorios, etc.) Tras una serie de remodelaciones realizadas para reparar los daños de la batalla de Chapultepec, el Colegio Militar siguió ocupando el castillo desde 1849 hasta 1858,17​ cuando Miguel Miramón usó el palacio como residencia presidencial entre 1859 y 1860, durante la guerra de Reforma.7​ En este período se construyeron nuevas habitaciones en el segundo piso del alcázar y la balaustrada sur.11​ Mediante un decreto gubernamental, el Heroico Colegio Militar se instaló una vez más en el castillo entre 1861 y 1863, antes de que se suscitara la segunda intervención francesa en México.​ Varios años después de la guerra estadounidense, se descubrió una caja del tiempo de piedra que contenía «una lista de oficiales, algunas monedas de plata y un revólver». Segundo Imperio Mexicano (1863-1867)​ Con motivo de la segunda intervención francesa en México concretada en 1863, el presidente Benito Juárez trasladó su gobierno a San Luis Potosí después de que el ejército francés tomara la Ciudad de México. El establecimiento del Segundo Imperio Mexicano requirió, entre otras medidas, de la adopción de una monarquía hereditaria encabezada por el príncipe católico Maximiliano de Habsburgo, cuyo arribo al país aconteció en 1864. El monarca y su esposa, la emperatriz Carlota, eligieron al castillo como su residencia, «cautivados por las hermosas vistas del Valle de México que se apreciaban desde el lugar», y este adoptó el título de «Palacio Imperial de Chapultepec», referido coloquialmente como «Miravalle» en alusión al castillo de Miramar y como «Alcázar de Chapultepec». Esta decisión trajo como consecuencia una nueva etapa de remodelación del edificio en la que contribuyeron Julius Hofmann, Carl Gangolf Kayser, Carlos Schaffer, Ramón Rodríguez Arangoity y Eleuterio Méndez.7​21​ De acuerdo con el jardinero de Maximiliano, Wilhen Knechtel: «No había una ventana completa en todo el edificio, las cerraduras habían sido arrancadas, piso que estuvo empedrado con ladrillos (...) había sido excavado y estaba lleno de huecos, las paredes se hallaban sucias y llenas de hoyos porque habían fijado palos de madera para colgar los uniformes, etcétera». Algunas de las modificaciones realizadas en ese período incluyen la reparación de techos, pisos y ventanas,​ así como la producción de arcadas neoclásicas y balcones en la fachada sur —que contrastaron con la arquitectura barroca característica del sitio hasta entonces—, jardines, un pórtico central, un torreón para comunicar ambas plantas del edificio, logias con columnas de hierro,11​ los murales denominados Las Bacantes a cargo del pintor Santiago Rebull, un par de salones de billar y de carruajes,​ y la rampa de acceso al castillo que habría de servir como conexión con el Paseo de la Emperatriz, construido a su vez a manera de calzada entre el palacio de Chapultepec y Bucareli.​ Adicionalmente, la monarquía solicitó el traslado de muebles, pianos, vajillas, óleos y gobelinos desde Europa —algunos de los cuales eran obsequios de Napoleón III— para acondicionar la residencia, así como la construcción de una terraza panorámica frente a sus habitaciones en la planta baja del castillo. El régimen de Maximiliano I llegó a su fin en 1867, con la restauración de la república por Juárez. Previo a este desenlace, el emperador ordenó el desmantelamiento de sus palacios, entre ellos el del castillo de Chapultepec, motivo por el cual se extravió una parte del mobiliario imperial del recinto. Porfiriato (1872-1910)​ El castillo volvió a ser acondicionado como residencia presidencial a partir del mandato de Sebastián Lerdo de Tejada en 1872. Cuatro años después, durante el período del Porfiriato y con el propósito de observar el Tránsito de Venus de 1882, el ministro de fomento Vicente Riva Palacio solicitó la construcción del Observatorio Astronómico Nacional en el Caballero Alto del Alcázar de Chapultepec, cuya inauguración ocurrió el 5 de mayo de 1878.24​ Como parte de sus adecuaciones, se construyeron garitas de vigilancia y una cúpula de vidrio y metal en la torre para albergar el telescopio principal, la cual persistió hasta principios del siglo XX. Adicionalmente ese mismo año, en la oficina telegráfica del torreón, Díaz realizó la primera transmisión telefónica experimental en México. El observatorio operó durante cinco años en el castillo hasta su traslado a Tacubaya,​ y el 8 de junio de 1883 el Colegio Militar regresó por cuarta y última ocasión al recinto, cuya estancia se extendió hasta 1914.​ Además de albergar las oficinas del observatorio, en esta etapa el jardín superior sirvió para el resguardo de los instrumentos científicos del mismo organismo. Un par de años antes, en 1881 se inauguró el primero de tres monumentos dedicados a los combatientes de la intervención estadounidense de 1847; otro de ellos, concluido en 1924, consiste en una serie de esculturas dispuestas en el jardín poniente del castillo y de la autoría de Ignacio Asúnsolo. Cabe mencionar que si bien el presidente Manuel del Refugio González Flores —que en 1882 ocupó el castillo como residencia veraniega—​ dispuso que el observatorio podía mantenerse en el torreón mientras que el Colegio Militar ocupase el resto del edificio, su solicitud no repercutió en el desalojo.26​ En su mandato, se construyó la escalera interior del castillo para comunicar la sala de recepción y el comedor con las habitaciones presidenciales en la parte superior, de manera que las «escaleras de los leones» eran destinadas a los invitados, y las del torreón y del comedor para la servidumbre. De igual manera, comenzó a usarse el salón de lectura de Maximiliano I como espacio de billar. Al igual que González Flores, en su último período presidencial comprendido entre 1884 y 1910, Díaz y su esposa Carmen Romero Rubio usaron el palacio primeramente como su casa de verano, y a partir del 14 de abril de 1896 como su residencia principal.​ Cabe señalar que el Colegio Militar quedó instalado en una nueva sección poniente del palacio.​ Ya que una de sus intenciones era que el edificio «fuera un escaparate del progreso artístico y tecnológico de México», durante esta etapa se instalaron un par de ascensores —uno eléctrico con caja de acero y vidrio para uso interno, y otro hidráulico para comunicar el jardín con la base del cerro de Chapultepec—​ y una sala de boliche.​ También Díaz ordenó la construcción de un boudoir privado en el antiguo salón de té de Carlota, los vitrales procedentes de París que conforman la Galería de Emplomados y un pararrayos, así como la remodelación de la escalera de los leones con mármol blanco y pasamanos de latón.14​28​ Cabe destacar que en 1896 se llevó también a cabo la primera exhibición cinematográfica en la sala de boliche del castillo.​ A su vez, el denominado Salón de Embajadores del castillo, decorado por Epitacio Calvo, sirvió para recibir a diplomáticos de otros países.​ A lo largo del Porfiriato, las fotografías y postales mostraban tanto al castillo como al bosque de Chapultepec como «una presencia siempre vigente del poder».​ En 1900, se colocó con fines decorativos una maqueta de mármol del Monumento a la Independencia, a cargo del arquitecto Antonio Rivas Mercado, en el jardín frontal del palacio.​ Al pie de la escalera de mármol, una comisión compuesta de siete caballeros esperaba a las damas y señoritas para conducirlas hasta la terraza. El adorno floral comenzaba desde la escalinata. A los lados de los leones que la decoran, se veían plantas tropicales y frescas flores formando gracioso conjunto. Entre los albortantes de bronce que sostienen los candelabros, había paneaux de musgo que iban a rematar en espiral en lo alto de las columnas. A ambos lados de la escalinata se veían macizos de plantas y flores, y jarrones de mármol artísticamente velados por palmeras. [...] En los corredores inmediatos a los salones se observaba el mismo buen gusto del adorno floral pero en un delicioso crescendo. [...] Luces incandescentes, colocadas caprichosamente detrás de pantallas de colores, hacían resaltar de tal manera el adorno, que aquello parecía algo feérico y poblado por hadas invisibles. [...] Tanto el corredor del castillo, como las elegantes habitaciones del primer piso, fueron convertidas en salones para el té. Poco antes del final de su régimen, en marzo de 1908 Díaz sostuvo una entrevista en el castillo con el periodista estadounidense James Creelman,​ y al año siguiente grabó una lectura realizada en el castillo de Chapultepec de una carta dirigida a Thomas Alva Edison para expresarle su admiración y respeto,​ además de reunirse en uno de los salones del edificio con el presidente estadounidense William Howard Taft a finales de ese mismo año. Revolución Mexicana (1911-1933)​ El castillo de Chapultepec continuó siendo la residencia presidencial durante la mayor parte de la Revolución Mexicana y hasta 1938.7​ Tras la renuncia de Díaz, Francisco León de la Barra y Francisco I. Madero habitaron el palacio entre 1911 y 1913; en febrero, durante la Decena Trágica, Madero realizó la denominada Marcha de la Lealtad desde el castillo hasta el Palacio Nacional acompañado de los cadetes del Colegio Militar, pese a la sublevación de algunos mandos del Ejército Mexicano.​ Desde entonces, anualmente se conmemora este acontecimiento a las afueras del recinto. Por instrucción de Venustiano Carranza para que «el Alcázar fuese más visible», en 1916 se demolió el edificio al suroeste del Colegio Militar.​ De igual manera, se remodelaron las escaleras de leones. A su vez, Álvaro Obregón contrató a Rivas Mercado para que diseñara la fachada del Ministerio de Fomento que habría de instalarse en el área ocupada previamente por el Colegio Militar en el palacio. Esta adecuación se sumó a otras tales como las pérgolas, el espejo de agua, el monumento «La Patria agradecida a sus hijos caídos» y la fuente del Chapulín —estas últimas a cargo de Asúnsolo y Luis Albarrán, respectivamente—.​ Cabe resaltar que Obregón habitó el castillo desde su nombramiento como secretarío de guerra y marina por Carranza, y a finales de ese mismo año nació su hijo Álvaro Obregón Tapia en las instalaciones del palacio. A finales de 1925, se llevó a cabo un baile en el palacio para celebrar el cumpleaños de Ernestina Elías Calles Chacón, hija de Plutarco Elías Calles, mientras que en febrero de 1927 se usó el salón de embajadores para la boda de su otra hija, Natalia Elías Calles Chacón, con el empresario Carlos Herrera, durante el cual el edificio lució «profusamente iluminado y adornado con flores en los salones y terrazas».36​ Unos meses después, tras la muerte de Natalia Chacón, cónyuge del mandatario, se realizó una ceremonia fúnebre oficial en el alcázar del castillo.​ Por otra parte, durante el mandato de Emilio Portes Gil, en 1929 se firmaron en la fortaleza de Chapultepec los Tratados de Paz con los que culminó la Guerra Cristera.​ Años después, a finales de 1932, Pascual Ortiz Rubio convocó a su gabinete al castillo para dar a conocer su renuncia como titular del poder ejecutivo, y en 1933 se colocó un mural en la escalera de los leones realizado por Eduardo Solares. Época contemporánea (1934-actualidad)​ En 1934 Lázaro Cárdenas del Río eligió Los Pinos en vez del castillo de Chapultepec como su residencia ya que «era muy ostentoso para que viviera ahí el Presidente de un país en plena reconstrucción, tras años de enfrentamientos generados por el movimiento revolucionario».​ Cuatro años después, y una vez recibido por la Secretaría de Educación Pública el plan para los trabajos de adaptación del castillo,​ se publicó un decreto mediante el cual se estipuló que el edificio habría de ser la sede del Museo Nacional de Historia, que abrió sus puertas al público por primera vez el 27 de septiembre de 1944.7 Para este fin, se habían llevado a cabo ciertas adecuaciones al recinto desde 1941.​ Cabe resaltar que, hasta entonces, un total de catorce mandatarios habían habitado el palacio desde el Segundo Imperio. En su inauguración estuvieron presentes Manuel Ávila Camacho, Soledad Orozco y Jaime Torres Bodet, entre otras figuras políticas.​ Desde entonces, el museo es administrado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) bajo el siguiente argumento: Puesto que la tradición y memorias de tal sitio, desde los tiempos más remotos, lo consagran como monumento histórico por excelencia y lección objetiva de patriotismo, accesible a todas las clases sociales Su adaptación como museo no impidió que el castillo albergara la Conferencia Interamericana sobre problemas de la Guerra y la Paz, realizada a comienzos de 1945 y que culminó con la firma del Acta de Chapultepec, la cual sirvió como precedente para el establecimiento de la Organización de Estados Americanos.​ En noviembre de 1960 se inauguró el Museo del Caracol en la rampa de acceso al edificio, diseñado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.42​ En ese período los artistas Juan O'Gorman y Jorge González Camarena realizaron dos de los murales que forman parte del acervo cultural del castillo: «Retablo de la Independencia» y «La fusión de dos culturas», respectivamente.​ En 1962 se llevó a cabo en sus instalaciones el Congreso Internacional de Americanistas mediante el cual se acordó la construcción del Museo Nacional de Antropología. Desde entonces el recinto, considerado como un «referente de la identidad nacional, de patriotismo y de diversidad cultural»,46​ ha tenido varias adecuaciones para aumentar su acervo cultural conformado por una amplia diversidad de objetos y documentos históricos. Por ejemplo, entre 1972 y 1974 se construyeron depósitos para conservar ciertas colecciones así como una biblioteca; en el año 2000 se remodeló el área del alcázar; y cuatro años después ocurrió algo similar con las salas históricas y el discurso museográfico, además de que se adquirió mobiliario para la conservación del acervo del museo.47​ Sus instalaciones son usadas también para la realización de programas académicos, conferencias, conciertos, visitas guiadas y proyecciones cinematográficas. Una parte de sus colecciones han sido trasladadas a otros museos con el paso del tiempo, como es el caso del Museo Nacional de Antropología. En 1992 se firmaron en este sitio los Acuerdos de Paz de El Salvador, mediante los cuales el gobierno de ese país y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional culminaron una guerra civil que se había prolongado por más de una década.​ De forma similar, entre 2011 y 2012 ocurrieron las reuniones entre el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y el presidente Felipe Calderón Hinojosa en las instalaciones del castillo,​ y el G20.​ Cabe mencionar que en 2009 el INAH produjo un recorrido virtual por el palacio de Chapultepec, que desde entonces está habilitado para el público en general. Si bien en 2012 se tenían registros de más de 18 mil visitantes que acudían al castillo cada fin de semana,​ esta cifra aumentó a más de un millón de personas en promedio a lo largo de 2017.​ De manera similar, su colección museográfica se ha incrementado significativamente: en 1944 su inventario era de 15 mil piezas, mientras que en 2013 ya superaba los 100 mil objetos. Arquitectura​ Planta baja: 1: Las revoluciones 2: La era constitucional 3: Sala Siqueiros 4: Hacia la modernidad 5: La joven nación (1821-1867) 6: Patio de escudos 7: Las huellas de Miguel Hidalgo 8: El visitador del rey 9: Dos continentes aislados 10: La iglesia en tiempos de los Borbones 11: La edad de la razón 12: El juego de los intercambios 13: Sala de carruajes 14: Sala introductoria 15: Sala de lectura 16: Sala de juegos 17: Salón fumador 18: Salón comedor 19: Antecomedor 20: Elevador Porfirio Díaz 21: Escalera púrpura 22: Salón de música 23: Salón de té 24: Recámara de Carlota 25: Baño de Carlota 26: Sala de estar 27: Sala de acuerdos 28: Antesala de acuerdos 29: Escalera de leones 30: Sala de la batalla de Chapultepec 31: Fuente del Chapulín 32: Biblioteca Planta alta: 1: Auditorio 2: Terraza sur 3: Exposiciones temporales 4: Terraza del pórtico 5: Sala de virreyes 6: Sala de malaquitas 7: Jardín de alcázar 8: El caballero alto 9: Escalera de leones 10: Terrazas del alcázar 11: Recámara de Porfirio Díaz 12: Recámara de Carmen Romero 13: Escalera púrpura 14: Salón de embajadores 15: Despacho del presidente 16: Sala de emplomados El castillo de Chapultepec ocupa una superficie de 11,8 hectáreas, y està ubicado a 2325 m s. n. m., en la primera sección del bosque de Chapultepec, en la Ciudad de México. A partir de su uso como sede del Museo Nacional de Historia, se encuentra dividido en tres áreas: el recinto central y el alcázar, en la primera planta; y el área de exposiciones temporales en la parte superior.​ A grandes rasgos, posee un diseño de estilo barroco y neoclásico.​ Cabe mencionar que históricamente su estructura ha tenido ciertas reconstrucciones y adaptaciones, especialmente tras su invasión por el ejército estadounidense en 1847, y su uso primeramente como residencia imperial por Maximiliano y Carlota, y luego por el presidente Díaz —período en el que surgió el alcázar contemporáneo—.​ Asimismo se han realizado ciertas adecuaciones para albergar las distintas colecciones artísticas del museo. El edificio, referido indistintamente como «castillo» y «alcázar», es considerado como «un referente de la historia de México además de un espacio emblemático del paisaje de la capital del país».​ Desde una percepción museográfica, el alcázar tiene como propósito conservar «el sentido residencial que le otorgaron los gobernantes: sus recámaras y salones recrean ambientaciones de época que remiten a la vida cotidiana de quienes aquí vivieron». Recinto central​ Durante la transición imperial se llevaron a cabo ciertas adecuaciones significativas al recinto, como lo son la construcción de la arcada principal además de ampliarse la rampa de acceso al castillo. La simbólica escalera de leones, construida en 1878 y destinada a la recepción de los invitados de los presidentes, se remodeló en 1915 durante el mandato de Carranza. Contiene mármol blanco y sus pasamanos están fabricados con latón. Antes de su remodelación, conducía directamente a los jardínes del alcázar. En el interior del recinto central se encuentran una docena de salas que exponen la historia de México desde la época colonial hasta la era contemporánea, además del patio de escudos y una tienda.​ A su vez, la sala de carruajes sirve de acceso al alcázar y anteriormente sirvió como caballeriza, cochera y salón de carruajes imperiales. Entre sus habitaciones se encuentran los salones de lecturas y de juegos; el primero era usado por Maximiliano para leer y redactar decretos, mientras que la habitación de juegos, con la excepción de la etapa en la que el recinto albergó al observatorio astronómico nacional, sirvió como sitio de «esparcimiento y diversión» para sus residentes, que lo utilizaban para jugar boliche, billar, naipes y ajedrez. Eventualmente, durante la presidencia de González, se dispuso de la sala para fumar en donde se reunían para «discutir las cuestiones que ocupaban las mentes de los invitados».​ El comedor, introducido en 1880, posee acabados de cedro, caoba, metal y mármol en sus aparadores y chimenea, los cuales fueron realizados por los artistas Pedro Téllez Toledo y Epitacio Calvo.​ En 1972 se edificó la biblioteca de la planta inferior que posee contenidos de museografía, historia, numismática y pintura. Alcázar​ La zona del alcázar se encuentra tanto en la planta inferior como en la superior. La mayoría de sus salas constituyen recreaciones de las habitaciones originales utilizadas por el imperio mexicano, por ejemplo, como es el caso de la recámara de Carlota.​ Anteriormente se encontraba instalada la cocina en el sótano del edificio, y el personal operativo se encargaba de trasladar los alimentos al primer piso del alcázar mediante una escalera y un montacargas ubicados al costado del antecomedor. Durante el Porfiriato se instaló un elevador eléctrico para comunicar el comedor tanto con el sótano como con la planta superior, aunque el personal operativo debía usar solamente las escaleras del torreón sureste como unas ubicadas detrás del comedor para trasladarse a lo largo del palacio. La recámara de Carlota posee una decoración francesa de estilo Boulle, caracterizada por las incrustaciones de latón, carey y bronce tipo rococó. Cabe resaltar que este espacio se incorporó al castillo entre 1880 y 1884, tras ser adquirido por el presidente González con la creencia de que era la habitación auténtica de la emperatriz. A su vez, Carlota contaba con una tina de mármol de una sola pieza fabricada por Atilio Tangassi.​ Con una decoración similar, el salón de música o también conocido como «salón de los gobelinos» está fabricado con madero de avellano y contiene piezas de gobelino en las cuales se muestran fábulas de Jean de La Fontaine, además de un par de pianos. Carlota usó el salón de té como despacho particular, aunque Díaz lo empleó más tarde como boudoir. Tanto la sala como la antesala de acuerdos eran usadas como sitios de reunión del presidente con su gabinete para discutir y resolver asuntos públicos, aunque durante el mandato de Díaz la antesala albergó la habitación telefónica del castillo. Recinto superior​ En la planta alta del castillo se disponen varias salas de exposiciones históricas temporales, así como la sala de virreyes, el salón de embajadores, un auditorio y un par de terrazas. En una de ellas, la terraza sur, se encuentra una fuente de bronce con forma de chapulín creada por Luis Albarrán en la década de 1920.​ En el alcázar superior se encuentran a su vez las recámaras de Díaz y Romero, así como un jardín, un patio y una terraza. Históricamente, los mandatarios tenían sus habitaciones particulares en este piso, lo cual llevó a la creación de la escalera interior o «púrpura» en los años 1880 para facilitar el traslado hacia el área de recepción y el comedor en el recinto inferior.14​ Cabe mencionar que el jardín es una representación del que Maximiliano mandó construir para que su esposa «disfrutara el perfume de las flores y el vuelo de los colibríes».​ La galería de emplomados se caracteriza por la vidriera construida en Francia durante el Porfiriato con la intención de «proteger el corredor, de la entonces residencia presidencial, de las corrientes de aire» provenientes de los jardínes del alcázar. Su vitral muestra las versiones personificadas de las diosas romanas Pomona, Flora, Hebe y Ceres. El salón de embajadores era el espacio utilizado para la recepción de los invitados de Díaz y se destaca por la presencia de elementos arquitectónicos barrocos y neoclásicos, encargados por el entonces presidente a Calvo.​ En la cultura popular​ En 1950, se filmaron algunas escenas de la película Sobre las Olas, protagonizada por Pedro Infante En 1957, se filmó la primera escena de la película El bolero de Raquel, protagonizada por Mario Moreno "Cantinflas" En 1996, el castillo fue utilizado como escenario en la realización de la película Romeo + Juliet, protagonizada por Leonardo DiCaprio y Claire Danes. En el año 2006 el videojuego "Tom Clancy's Ghost Recon Advanced Warfighter" usa los alrededores del castillo, así como el patio de armas donde se puede distinguir detalles característicos del castillo: La fuente del chapulín, la entrada principal, la torre vigía entre otros. Dicha misión consiste en destruir varios cañones que impiden el avance de los Ghost y el ejército mexicano hacia el Campo Marte para derrotar a las fuerzas rebeldes. Ha formado parte del tema de muchas telenovelas e historias literarias.
El Zoológico de Chapultepec está localizado en el bosque de Chapultepec en la Ciudad de México, México. Inaugurado el 6 de julio de 1923 por el biólogo mexicano Alfonso Luis Herrera, abrió sus puertas en 1924 con una colección de 243 animales. Terminó por convertirse en el zoológico más visitado en México, con más de 5 millones de visitantes anuales. Cuenta con una población de 1930 animales de 250 especies distintas. Adicionalmente, cuenta con un herpetario, un mariposario, y muy pronto un museo del elefante. Actualmente no cuenta con elefantes, los cuales fueron trasladados al Zoológico de San Juan de Aragón. Es el segundo zoológico más grande de México después del Zoológico de Guadalajara. Historia​ Después de la inauguración del Zoológico de Buenos Aires (Argentina) en 1875, México fue otro país pionero en establecer un zoológico en Latinoamérica, ya que existen registros del funcionamiento de un zoológico en el Bosque de Chapultepec desde el el siglo XIX, de acuerdo con datos aportados por el historiador Ramón Sánchez-flores (Especies, 2016​) y confirmados por fuentes hemerógráficas (El Contempóraneo, 1899); que datan los antecedentes de su fundación en 10 de junio de 1890, por órdenes del presidente Porfirio Díaz. Sin embargo, la historia oficial señala el 6 de julio de 1923, aproximadamente 400 años después de la destrucción de Tenochtitlán, como la fecha cuando se colocó la primera piedra el zoológico de Chapultepec y se inicia la construcción en su ubicación actual. Esta controversia, generada a partir de nuevos datos que se ha hecho públicos, no contradice totalmente los datos publicados anteriormente, sino que muestra que la investigación histórica fue incompleta, y la cuestión de la fecha exacta de fundación del zoológico sigue abierta. El zoológico abrió sus puertas en 1924. Alfonso Luis Herrera consideró recrear el zoológico de Moctezuma, pues quería enseñar las especies nativas a los mexicanos, además de otras especies provenientes del resto del mundo. La colección incluiría mamíferos, aves y reptiles, además de un acuario. En la zona este del parque se ubicó una colección botánica que exhibía árboles, cactáceas e inclusive orquídeas. Herrera, un naturalista pionero, es sin duda quien contribuyó en mayor grado en la creación del zoológico. Se tomó como modelo el novedoso Giardino zoologico e Museo di Zoologia del Comune di Roma (ahora Bioparco Roma, en Roma, Italia). Después de varias visitas a los Estados Unidos, Herrera obtuvo los primeros animales para el zoológico: tres cachorros de león y dos bisontes americanos. Los animales nativos llegaron de diferentes estados mexicanos como Sonora, Veracruz y Campeche, y otros animales se intercambiaron con países como India, Francia, Perú y Brasil. Esta primera colección constaba de 243 animales. En 1929 se incluyó al zoológico dentro de la lista de instituciones subsidiadas por el gobierno de la Ciudad de México. Desde 1945, al zoológico se le dio el nombre de su fundador y creador. Entre 1950 y 1960, el zoológico tuvo como único objetivo ser un lugar recreativo que exhibía varias especies populares. Ernesto Uruchurtu Peralta, regente de la ciudad en esa década, le dio nuevos bríos al zoológico, renovando toda la colección. Algunos de los animales adquiridos en ese entonces aún se encontraban en la colección medio siglo después. Después de permanecer en la oscuridad durante algunos años, el zoológico recibió un par de pandas gigantes en septiembre de 1975, como regalo de la República Popular de China. Desde entonces, ocho pandas gigantes han nacido en Chapultepec, siendo la primera institución fuera de China en donde se logró la reproducción en cautiverio de esta especie. Actualmente se continúa con el esfuerzo para la reproducción de estos majestuosos animales a través de la colaboración con diversas instituciones, incluyendo la Sociedad Zoológica de San Diego (EUA) y el Zoológico de Ueno (Japón). Durante el período comprendido entre el 24 de junio de 1992 y el 1 de agosto de 1994, el zoológico de Chapultepec fue completamente remodelado, denominándose el proyecto "Rescate ecológico del zoológico de Chapultepec": Un grupo multidisciplinario que incluyó expertos en varias áreas, como diseñadores, ingenieros, biólogos y médicos veterinarios, trabajó en todos los aspectos del proyecto. La colección animal se agrupó conforme a las zonas bioclimáticas de acuerdo con su hábitat natural, representado cuatro climas; frío y húmedo (bosque templado y litoral), frío y seco (pradera), cálido y húmedo (selva húmeda tropical) y cálido y seco (zonas áridas y sabana). Algunas de las especies nativas más importantes en Chapultepec son: zacatuche o teporingo, lobo mexicano, mono aullador, ocelote, jaguar, nutria de río, cotorra serrana, pavo ocelado, ajolote de Xochimilco y tarántula de rodillas rojas. Entre las especies exóticas se cuenta, entre otras, con panda gigante, panda rojo o menor, gorila de tierras bajas, elefante asiático, cebra de Grevy, oso de anteojos, pingüino de Humboldt, pauxi, cóndor andino y faisán argus. El zoológico de Chapultepec es una de las instituciones recreativas más populares de México (recibe más de 5.5 millones de visitantes anuales, lo que lo convierte en uno de los más visitados del mundo), tiene gran diversidad de especies nativas y exóticas, apunta a crear un espacio educativo, está involucrado con una variedad de proyectos de conservación (con especial énfasis en la reproducción en cautiverio por métodos naturales y artificiales; desde 1998 funciona un laboratorio de fisiología reproductiva), cuenta con un hospital y laboratorios, dispone de servicios como visitas guiadas, alquiler de carros, tiendas comerciales y patio de comida, y es considerado un "centro de integración social, familiar e intergeneracional".3​ Sin embargo, después de 15 años de haber sido remodelado, las instalaciones son inadecuadas, los servicios a los visitantes insuficientes, y carece de salidas de emergencia. Durante muchos años, el zoológico contaba con varios elefantes asiáticos, pero debido a un accidente ocurrido en 2009, fueron trasladados al Zoológico de San Juan de Aragón. El logotipo del zoológico es un jaguar en su representación prehispánica. Cronología​ 1890: Decreto de Porfirio Díaz para fundar el Parque Zoológico Museo de Chapultepec. 1923: se inicia la construcción basándose en el "Giardino Zoologico e Museo de Zoologia del Comune di Roma" (ahora Bioparco, en Roma, Italia). Alfonso Herrera colocó el 6 de julio de 1923 la piedra fundamental. 1924: abre sus puertas con una colección de 243 animales. 1929: entra a la lista de instituciones subsidiadas por el gobierno de la Ciudad de México. 1945: se le da el nombre de zoológico Alfonso Luis Herrera. 1975: en septiembre la República Popular China obsequia dos pandas gigantes al zoológico. 1992: el 24 de junio empieza el proyecto "Rescate ecológico del Zoológico de Chapultepec". 1994: acaban las remodelaciones el 1 de agosto. 1998: en enero, el gobierno de la Ciudad de México crea la Dirección General de Zoológicos con el cual los zoológicos de Chapultepec, San Juan Aragón y el Zoológico de los Coyotes trabajan juntos con "la recreación, la educación, la investigación y la conservación de especies de animales silvestres" como objetivo.​ También se establece un laboratorio de fisiología reproductiva. Especies​ * Aves: 116 especies, cantidad 985 individuos: Águila caudal, cacatúa de moño amarillo, Condor Andino, pingüino de Humboldt, tucán toco. * Anfibios: Especies 1, cantidad 7 individuos: Ajolote. * Mamíferos: Especies 93, cantidad 632 individuos: Bisonte americano, cacomixtle, canguro gris, canguro rojo, chimpancé, coatí, elefante asiático, gorila, hiena, hipopótamo, jaguar, jirafa, león, león marino de California, lobo mexicano, mandril, mapache, mono araña, mono aullador, musmón, nutria, ocelote, oso frontino, oso negro, oso pardo, oso polar, panda gigante, panda rojo o menor, pantera negra, pecarí de collar, perezoso de dos dedos, perrito de la pradera, rinoceronte, teporingo, tigre blanco, tigre de bengala, venado de cola blanca, Xoloitzcuintle. * Reptiles: Especies: 40, cantidad 306 individuos: Iguana verde, tortugas de las Galápagos, tortuga de orejas rojas. Para atender esta población de animales se tiene la participación de 120 trabajadores (contemplando médicos veterinarios y auxiliares zootecnistas), teniendo presente que el zoológico depende de la Dirección General de Zoológicos de la Ciudad de México y que se trabaja los 365 días del año. El zoológico ocupa 17 hectáreas en la primera sección del Bosque de Chapultepec.​ Cuenta con siete áreas con condiciones climáticas y vegetales especiales: desierto, pastizales, franja costera, tundra, aviario, bosque templado y bosque tropical. Tiene además un herpetario y un mariposario. El mariposario tiene más de 40 especies tropicales de mariposas, todas nativas de México. Pandas gigantes​ Un distintivo de este zoológico son los pandas gigantes que ha tenido. Actualmente alberga a dos especímenes, Shuan Shuan y Xin Xin, luego de la muerte de Xiu Hua en marzo de 2013. * Pe Pe (macho) y Ying Ying (hembra) fueron regalados en septiembre de 1975 por la República Popular China. Pe Pe murió en 1988 y Ying Ying al año siguiente. * Xen Li nació en agosto de 1980, pero murió 9 días después. Fue el primer panda en nacer en cautiverio fuera de China. * Tohui (hembra) nació el 21 de julio de 1981. Fue la primera panda en nacer en cautiverio fuera de China y mantenerse con vida. Murió el 16 de noviembre de 1993. * Liang Liang (macho) nació el 22 de junio de 1983. Sus padres fueron Ying Ying y Pe Pe. Murió el 23 de mayo de 1999. * Xiu Hua (hembra) nació el 25 de junio de 1985 y falleció el 27 de abril de 2013. Sus padres fueron Ying Ying y Pe Pe. Con sus más de 27 años fue uno de los pandas más longevos del mundo, ya que casi duplicó la esperanza de vida de la especie en vida libre.​ Tuvo un hermano mellizo que sólo vivió dos días y no tuvo nombre.​ * Ling Ling (macho) nació el 5 de septiembre de 1985 en el zoológico de Pekín. Fue llevado en tres oportunidades al zoológico de Chapultepec: el 29 de enero de 2001 (estuvo casi tres meses), el 12 de noviembre del mismo año (estuvo más de cinco meses) y el 27 de enero de 2003 (pasó tres meses en México). Murió el 30 de abril de 2008 en el zoológico de Ueno, Tokio.​ * Shuan Shuan (hembra) nació el 15 de junio de 1987. Es hermana de Xiu Hua. En 2010 fue trasladada al Zoológico Guadalajara y regresó a Chapultepec en 2011. * Xin Xin (hembra) nació el 1º de julio de 1990 y fue concebida por inseminación artificial.13​ Su madre fue Tohui y su padre Chia Chia. Fue la octava cría de panda gigante nacida en el zoológico de Chapultepec.
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Чапультепек зоопарк
s/n Calz. Chivatito
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El Zoológico de Chapultepec está localizado en el bosque de Chapultepec en la Ciudad de México, México. Inaugurado el 6 de julio de 1923 por el biólogo mexicano Alfonso Luis Herrera, abrió sus puertas en 1924 con una colección de 243 animales. Terminó por convertirse en el zoológico más visitado en México, con más de 5 millones de visitantes anuales. Cuenta con una población de 1930 animales de 250 especies distintas. Adicionalmente, cuenta con un herpetario, un mariposario, y muy pronto un museo del elefante. Actualmente no cuenta con elefantes, los cuales fueron trasladados al Zoológico de San Juan de Aragón. Es el segundo zoológico más grande de México después del Zoológico de Guadalajara. Historia​ Después de la inauguración del Zoológico de Buenos Aires (Argentina) en 1875, México fue otro país pionero en establecer un zoológico en Latinoamérica, ya que existen registros del funcionamiento de un zoológico en el Bosque de Chapultepec desde el el siglo XIX, de acuerdo con datos aportados por el historiador Ramón Sánchez-flores (Especies, 2016​) y confirmados por fuentes hemerógráficas (El Contempóraneo, 1899); que datan los antecedentes de su fundación en 10 de junio de 1890, por órdenes del presidente Porfirio Díaz. Sin embargo, la historia oficial señala el 6 de julio de 1923, aproximadamente 400 años después de la destrucción de Tenochtitlán, como la fecha cuando se colocó la primera piedra el zoológico de Chapultepec y se inicia la construcción en su ubicación actual. Esta controversia, generada a partir de nuevos datos que se ha hecho públicos, no contradice totalmente los datos publicados anteriormente, sino que muestra que la investigación histórica fue incompleta, y la cuestión de la fecha exacta de fundación del zoológico sigue abierta. El zoológico abrió sus puertas en 1924. Alfonso Luis Herrera consideró recrear el zoológico de Moctezuma, pues quería enseñar las especies nativas a los mexicanos, además de otras especies provenientes del resto del mundo. La colección incluiría mamíferos, aves y reptiles, además de un acuario. En la zona este del parque se ubicó una colección botánica que exhibía árboles, cactáceas e inclusive orquídeas. Herrera, un naturalista pionero, es sin duda quien contribuyó en mayor grado en la creación del zoológico. Se tomó como modelo el novedoso Giardino zoologico e Museo di Zoologia del Comune di Roma (ahora Bioparco Roma, en Roma, Italia). Después de varias visitas a los Estados Unidos, Herrera obtuvo los primeros animales para el zoológico: tres cachorros de león y dos bisontes americanos. Los animales nativos llegaron de diferentes estados mexicanos como Sonora, Veracruz y Campeche, y otros animales se intercambiaron con países como India, Francia, Perú y Brasil. Esta primera colección constaba de 243 animales. En 1929 se incluyó al zoológico dentro de la lista de instituciones subsidiadas por el gobierno de la Ciudad de México. Desde 1945, al zoológico se le dio el nombre de su fundador y creador. Entre 1950 y 1960, el zoológico tuvo como único objetivo ser un lugar recreativo que exhibía varias especies populares. Ernesto Uruchurtu Peralta, regente de la ciudad en esa década, le dio nuevos bríos al zoológico, renovando toda la colección. Algunos de los animales adquiridos en ese entonces aún se encontraban en la colección medio siglo después. Después de permanecer en la oscuridad durante algunos años, el zoológico recibió un par de pandas gigantes en septiembre de 1975, como regalo de la República Popular de China. Desde entonces, ocho pandas gigantes han nacido en Chapultepec, siendo la primera institución fuera de China en donde se logró la reproducción en cautiverio de esta especie. Actualmente se continúa con el esfuerzo para la reproducción de estos majestuosos animales a través de la colaboración con diversas instituciones, incluyendo la Sociedad Zoológica de San Diego (EUA) y el Zoológico de Ueno (Japón). Durante el período comprendido entre el 24 de junio de 1992 y el 1 de agosto de 1994, el zoológico de Chapultepec fue completamente remodelado, denominándose el proyecto "Rescate ecológico del zoológico de Chapultepec": Un grupo multidisciplinario que incluyó expertos en varias áreas, como diseñadores, ingenieros, biólogos y médicos veterinarios, trabajó en todos los aspectos del proyecto. La colección animal se agrupó conforme a las zonas bioclimáticas de acuerdo con su hábitat natural, representado cuatro climas; frío y húmedo (bosque templado y litoral), frío y seco (pradera), cálido y húmedo (selva húmeda tropical) y cálido y seco (zonas áridas y sabana). Algunas de las especies nativas más importantes en Chapultepec son: zacatuche o teporingo, lobo mexicano, mono aullador, ocelote, jaguar, nutria de río, cotorra serrana, pavo ocelado, ajolote de Xochimilco y tarántula de rodillas rojas. Entre las especies exóticas se cuenta, entre otras, con panda gigante, panda rojo o menor, gorila de tierras bajas, elefante asiático, cebra de Grevy, oso de anteojos, pingüino de Humboldt, pauxi, cóndor andino y faisán argus. El zoológico de Chapultepec es una de las instituciones recreativas más populares de México (recibe más de 5.5 millones de visitantes anuales, lo que lo convierte en uno de los más visitados del mundo), tiene gran diversidad de especies nativas y exóticas, apunta a crear un espacio educativo, está involucrado con una variedad de proyectos de conservación (con especial énfasis en la reproducción en cautiverio por métodos naturales y artificiales; desde 1998 funciona un laboratorio de fisiología reproductiva), cuenta con un hospital y laboratorios, dispone de servicios como visitas guiadas, alquiler de carros, tiendas comerciales y patio de comida, y es considerado un "centro de integración social, familiar e intergeneracional".3​ Sin embargo, después de 15 años de haber sido remodelado, las instalaciones son inadecuadas, los servicios a los visitantes insuficientes, y carece de salidas de emergencia. Durante muchos años, el zoológico contaba con varios elefantes asiáticos, pero debido a un accidente ocurrido en 2009, fueron trasladados al Zoológico de San Juan de Aragón. El logotipo del zoológico es un jaguar en su representación prehispánica. Cronología​ 1890: Decreto de Porfirio Díaz para fundar el Parque Zoológico Museo de Chapultepec. 1923: se inicia la construcción basándose en el "Giardino Zoologico e Museo de Zoologia del Comune di Roma" (ahora Bioparco, en Roma, Italia). Alfonso Herrera colocó el 6 de julio de 1923 la piedra fundamental. 1924: abre sus puertas con una colección de 243 animales. 1929: entra a la lista de instituciones subsidiadas por el gobierno de la Ciudad de México. 1945: se le da el nombre de zoológico Alfonso Luis Herrera. 1975: en septiembre la República Popular China obsequia dos pandas gigantes al zoológico. 1992: el 24 de junio empieza el proyecto "Rescate ecológico del Zoológico de Chapultepec". 1994: acaban las remodelaciones el 1 de agosto. 1998: en enero, el gobierno de la Ciudad de México crea la Dirección General de Zoológicos con el cual los zoológicos de Chapultepec, San Juan Aragón y el Zoológico de los Coyotes trabajan juntos con "la recreación, la educación, la investigación y la conservación de especies de animales silvestres" como objetivo.​ También se establece un laboratorio de fisiología reproductiva. Especies​ * Aves: 116 especies, cantidad 985 individuos: Águila caudal, cacatúa de moño amarillo, Condor Andino, pingüino de Humboldt, tucán toco. * Anfibios: Especies 1, cantidad 7 individuos: Ajolote. * Mamíferos: Especies 93, cantidad 632 individuos: Bisonte americano, cacomixtle, canguro gris, canguro rojo, chimpancé, coatí, elefante asiático, gorila, hiena, hipopótamo, jaguar, jirafa, león, león marino de California, lobo mexicano, mandril, mapache, mono araña, mono aullador, musmón, nutria, ocelote, oso frontino, oso negro, oso pardo, oso polar, panda gigante, panda rojo o menor, pantera negra, pecarí de collar, perezoso de dos dedos, perrito de la pradera, rinoceronte, teporingo, tigre blanco, tigre de bengala, venado de cola blanca, Xoloitzcuintle. * Reptiles: Especies: 40, cantidad 306 individuos: Iguana verde, tortugas de las Galápagos, tortuga de orejas rojas. Para atender esta población de animales se tiene la participación de 120 trabajadores (contemplando médicos veterinarios y auxiliares zootecnistas), teniendo presente que el zoológico depende de la Dirección General de Zoológicos de la Ciudad de México y que se trabaja los 365 días del año. El zoológico ocupa 17 hectáreas en la primera sección del Bosque de Chapultepec.​ Cuenta con siete áreas con condiciones climáticas y vegetales especiales: desierto, pastizales, franja costera, tundra, aviario, bosque templado y bosque tropical. Tiene además un herpetario y un mariposario. El mariposario tiene más de 40 especies tropicales de mariposas, todas nativas de México. Pandas gigantes​ Un distintivo de este zoológico son los pandas gigantes que ha tenido. Actualmente alberga a dos especímenes, Shuan Shuan y Xin Xin, luego de la muerte de Xiu Hua en marzo de 2013. * Pe Pe (macho) y Ying Ying (hembra) fueron regalados en septiembre de 1975 por la República Popular China. Pe Pe murió en 1988 y Ying Ying al año siguiente. * Xen Li nació en agosto de 1980, pero murió 9 días después. Fue el primer panda en nacer en cautiverio fuera de China. * Tohui (hembra) nació el 21 de julio de 1981. Fue la primera panda en nacer en cautiverio fuera de China y mantenerse con vida. Murió el 16 de noviembre de 1993. * Liang Liang (macho) nació el 22 de junio de 1983. Sus padres fueron Ying Ying y Pe Pe. Murió el 23 de mayo de 1999. * Xiu Hua (hembra) nació el 25 de junio de 1985 y falleció el 27 de abril de 2013. Sus padres fueron Ying Ying y Pe Pe. Con sus más de 27 años fue uno de los pandas más longevos del mundo, ya que casi duplicó la esperanza de vida de la especie en vida libre.​ Tuvo un hermano mellizo que sólo vivió dos días y no tuvo nombre.​ * Ling Ling (macho) nació el 5 de septiembre de 1985 en el zoológico de Pekín. Fue llevado en tres oportunidades al zoológico de Chapultepec: el 29 de enero de 2001 (estuvo casi tres meses), el 12 de noviembre del mismo año (estuvo más de cinco meses) y el 27 de enero de 2003 (pasó tres meses en México). Murió el 30 de abril de 2008 en el zoológico de Ueno, Tokio.​ * Shuan Shuan (hembra) nació el 15 de junio de 1987. Es hermana de Xiu Hua. En 2010 fue trasladada al Zoológico Guadalajara y regresó a Chapultepec en 2011. * Xin Xin (hembra) nació el 1º de julio de 1990 y fue concebida por inseminación artificial.13​ Su madre fue Tohui y su padre Chia Chia. Fue la octava cría de panda gigante nacida en el zoológico de Chapultepec.
El bosque de Chapultepec o Chapultepec es un parque urbano localizado en la alcaldía Miguel Hidalgo, en la Ciudad de México. Es uno de los mayores en su tipo en el hemisferio occidental, con una superficie de 678 ha.​ Está dividido en tres secciones y alberga algunos de los sitios turísticos más importantes de México, como el Museo Nacional de Antropología. Cuenta con tres lagos artificiales, espacios deportivos y numerosas fuentes. Por todo esto, constituye uno de los lugares más visitados por los capitalinos y por los turistas que llegan a la ciudad. Dada la antigüedad en su ocupación humana el bosque fue declarado zona arqueológica y contiene numerosos vestigios históricos y se han hallado cerca de 4 mil objetos arqueológicos3​ y está incluido desde el 2001 en la lista indicativa de los bienes candidatos a ser reconocidos como Patrimonio de la Humanidad en México. La administración del parque recae en la Dirección General de Bosques Urbanos de la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno de la Ciudad de México (SMA). Historia​ Época mesoamericana​ En la zona poniente del lago de Texcoco inicia una suave pendiente que da inicio a la Sierra del Monte de las Cruces, en cuya cuenca de más de 7800 km2 con bosques de fresno, encino, ahuehuetes y coníferas, además de ríos y manantiales que desembocan con las aguas del lago donde abundaban tulares y carrizos, así como una variedad de especies de animales: peces, anfibios, insectos, aves y mamíferos, lo que en conjunto constituía un ecosistema ideal4​ en la elevación rocosa alargada de poniente a oriente llamada Chapultepec (en náhuatl cerro del chapulín).​ Este cerro es de los pocos promontorios elevados al centro del Valle de México además del Peñón de los Baños, el Cerro de la Estrella y el volcán Guadalupe. Los primeros indicios de ocupación humana en la zona de Chapultepec se remontan al periodo Preclásico mesoamericano. La historiografía registra haber sido habitado por grupos de diversos orígenes; en el siglo XII d. C. se asentaron ahí pobladores de origen tolteca, encabezado por Huémac, quien fue sucesor del gobernante Topiltzin Quetzalcóatl, emigrantes de Tula, y estableciéndose por un tiempo, hasta la muerte de Huémac, quien ante la imposibilidad de rescatar a su pueblo del estado de decadencia, se quitó la vida en la cueva de Cincalco, hoy el túnel al elevador del Castillo de Chapultepec.​ A finales del siglo XIII las laderas de la sierra se presentaba un fenómeno un poco inusual, ya que las tierras estaban formadas por deslizamientos de arena, la cual retenía pocos nutrientes, por lo que al parecer era pobre para la agricultura y el crecimiento espontáneo de plantas. Presencia mexica​ Los mexicas tuvieron en Chapultepec un sitio histórico y sagrado además de estratégico dados los manantiales presentes en este cerro.​ Hacia el siglo XI esta civilización intentó fundar su altépetl definitivo en esta zona. Como parte de ello en Chapultepec habrían ocurrido algunos hechos como la designación de Huitzilihuitl como huey tlatoani de los mexica y el hecho referido como el sacrificio de Copilli, lo cual la dirigencia mexica habría convertido posteriormente en un hecho fundacional de Chapultepec como su ciudad definitiva hacia un antecedente en la fundación de México-Tenochtitlan.​ Este sitio representaba una ventaja defensiva al aprovechar el propio cerro como punto de vigía, el estar a la orilla del Lago de Texcoco y el tener fuentes de agua dulce que brotaban en la zona sur del cerro de Chapultepec. Otros altépetl establecidos como los chalcas, los colhuas, los xaltocamecas, los xochimilcas y los tepanecas habrían impedido deliberadamente que los mexica se establecieran y se fortalecieran, por lo cual los atacaron militarmente. El único altépetl aliado mexica fue el de los cuauhtitlancalques, por lo que finalmente los altépetl aliados lograron vencer a los mexicas. Estos ataques sucesivos incluyeron la captura y el sacrificio de Huitzilihuitl y su familia por los altépetl beligerantes, la suspensión de la ceremonia del fuego nuevo o atadura de años y el desplazamiento forzado de la zona, lo que los llevó de nuevo a la peregrinación. Como parte de este desenlace, los mexicas habrían huido hacia el islote de Acocolco o probablemente hacia Atlacohuayan, y algunos otros fueron movidos hacia otras poblaciones como Atizapán y Contitlan.7​ Tras ese hecho los mexicas habrían sido desplazados en condiciones penosas hacia Colhuacan. Se menciona que en este lugar se presentaron portentos que precedieron a la fundación de México-Tenochtitlan, como un blanqueamiento de todo lo cercano a los manantiales. Es así que al fundarse México-Tenochtitlan la zona presentaba dos asentamientos, uno en la cercana Tacubaya y el otro en la ladera oriente del cerro, en la zona cercana a la Puerta de los Leones. Es a partir de esta población que el área empieza a transformarse con los cultivos y la instauración de un jardín botánico por parte del huey tlatoani Moctezuma Ilhuicamina, mismo que ordenó plantar varios ahuehuetes en las cercanías de los manantiales que brotaban del cerro de Chapultepec de los cuales aún quedan algunos en pie. Es al parecer la primera construcción hidráulica de un acueducto de carrizo, piedra y lodo proveniente de la ladera suroriente del cerro que abastecía de agua dulce a México-Tenochtitlan que se presentó la oportunidad para los mexicas de liberarse del sometimiento de Azcapotzalco, ya que estos en un primer intento de construirlo no pudieron hacerlo y solicitando realizarla por Nezahualcóyotl (soberano de Texcoco),​ lo que fue tomado por el pueblo tepaneca como una afrenta. Esto desencadenó la guerra y la consiguiente victoria de la Triple Alianza la que se volvería base para el gobierno de Texcoco-Acolhuácan, Tlacópan-Tecpanohuáyan y México-Tenochtitlan, que como aliados se repartieron a los pueblos que antes rendían tributo a Azcapotzalco. A más de cinco siglos de la edificación se preserva cinco diferentes depósitos de vestigios de una alberca del siglo XVI que almacenaban el agua de dos manantiales por donde partían.​ Ya bajo el control mexica la zona de Chapultepec fue cuidada por los mexicas al ser su principal fuente de agua dulce, junto con los acueductos provenientes de Coyoacán y Xochimilco, la cual conducían por un acueducto que corría a lo largo de la hoy llamada Avenida Chapultepec. Los mexicas crearon una zona protegida alrededor del cerro plantando árboles y especies vegetales provenientes de otras zonas de sus dominios. Este acueducto se basaba en la gravedad y se alimentaba de varios manantiales los cuales eran conducidos a pozas para permitir regular el flujo por el acueducto, de estas pozas existen vestigios llamados Albercas de Chapultepec, únicos ejemplos que existen y cerca de ellas se encuentra el único manantial que aún existe en las faldas del cerro. En la misma época se construyeron en la cima del cerro un teocalli, de los cuales sus vestigios ocultos bajo la tierra, son cimientos de la torre de Caballero Alto. Tras este los adoratorios o aposentos, edificaciones monolíticas rectangulares delimitadas por 3 muros, formando una plataforma abierta en dirección al oriente, las cuales estaban flanqueadas por 2 gigantescas serpientes emplumadas fueron construidas; ambos monumentos se entrelazaban con el pensamiento mexica, la observación científica de los astros y el cálculo de los ciclos agrícolas con los relatos míticos y el culto a las divinidades ordenadas del universo. Petrograbados en el cerro​ Desde el siglo XV los señores de Tenochtitlan hicieron labrar imágenes en la ladera oriente de Chapultepec; no obstante después de la conquista, por iniciativas del obispo fray Juan de Zumárraga, se mandaron destruir; Actualmente solo se conserva el escultórico Moctezuma II, quien aparece portando un vistoso tocado de plumas y carga en la mano derecha el omechicahuaztli8​, para los rituales de lluvia; ala derecha de esta figura se aprecian los restos de una gran serpiente y entre ambos el símbolo Cé Ácatl, flecha relacionada desde la mitología tolteca con Quetzalcóatl del cual poco se sabe pero se conoce que en las rocas de las faldas se esculpieron las figuras de varios gobernantes y principales mexicas como el caso de Moctezuma Ilhuicamina y Tlacaélel, estas obras fueron dirigidas y financiadas por el Huey Tlatoani de Texcoco Nezahualcoyotl al cual le fue permitido vivir en el Bosque. El tlatoani Moctezuma en el siglo XVII mando labrar su esfinge en piedra en uno de ellos, el cual se identifica con el chimalli mexica atravesado por flechas y un pentli​ ladrado en la esquina inferior derecha, en donde se dice que contemplaba el movimiento solar sobre la cima del cerro de Tláloc (Texcoco), lugar de culto donde se celebraba el IV Huey Tozoztli, un ritual para la siembra anual a finales de abril, igualmente en diciembre observaba el amanecer detrás del Iztaccíhuatl, lo que míticamente representaba el nacimiento del dios solar Huitzilopochtli. En el siglo XVIII muy cerca de este templo se erigió un instrumento de medición astronómica, el cual tenía representadas 3 flechas atadas cuyas puntas señalaban el rumbo por donde salía el sol, en los solsticios y los equinoccio, el cual adicionalmente debían pasar una cuerda atada a las flechas para proyectar la sombra indicando el medio día, según nos comenta Antonio León y Gama. Durante la conquista el acueducto fue cortado y el templo en la cima destruido. Época virreinal​ Terminada la conquista e iniciada la reconstrucción de México-Tenochtitlan se mandó reparar el acueducto pero con técnicas europeas, mientras en la cima del cerro se edificó una pequeña capilla dedicada a arcángel San Miguel, como único punto alto de la zona y fuente de agua Chapultepec fue el centro de una pequeña disputa entre Hernán Cortés y la Corona Española, este lo consideraba como parte de su Marquesado del Valle de Oaxaca pero al parecer en buenos términos dejó que el rey Carlos V lo tomara bajo su protección así que el cerro y el bosque inmediato a él fue asignado al cuidado del Ayuntamiento de México en 1530, aunque hay que aclarar que esto solo comprendía más o menos lo que hoy se conoce como primera sección del bosque.​ Altar a la Patria, diseñado por el arquitecto Enrique Aragón y esculpido por Ernesto Tamariz. A veces confundido como el monumento a los Niños Héroes en el Bosque de Chapultepec. Durante el Virreinato el bosque fue cuidado por un grupo de guardabosques que pertenecían a la policía de la ciudad de México, pero sus inmediaciones le pertenecían a particulares y estaban bajo la administración al sur de la ciudad de Tacubaya y el norte de la ciudad de Tacuba, se cree que el bosque estuvo bardeado o amurallado pero solo fue construida una pequeña casa en el costado oriente del cerro, misma que sirvió de cuartel a los guardabosques, mientras un poco más al oriente se encontraba el Pueblo de Chapultepec. Al poniente el Molino del Salvador (hoy Molino del Rey) que como muchos molinos de harina del rumbo aprovechaba la caída de agua desde la Sierra de las Cruces para mover las máquinas.9​ Como fuente de agua para la ciudad siguió sirviendo pero en el siglo XVI se construyó por el costado poniente del cerro un acueducto que llevaba las aguas de las barrancas de Santa Fe primero y luego las de Cuajimalpa que remataba en la fuente de la Tlaxpana junto a la Alameda Central, es durante esta época que los bosques y sus inmediaciones empiezan a ser usados como lugar de recreo y esparcimiento por el público en general, aunque bajo el cuidado de los guardabosques que sobre todo debían velar la salubridad del agua de los manantiales. Durante esta época se construye una tosca construcción en lo alto del cerro que sirve de cuartel, casamata, casa de verano de los virreyes y hasta fábrica de pólvora, misma que explota a mediados del siglo XVIII,10​ en las inmediaciones durante toda la colonia se dan corridas de toros, para lo cual se traen a los animales a pastar en los prados cercanos, sobre todo en los prados del norte en los linderos con la hacienda de los Morales, donde según las crónicas se trajeron desde Chihuahua bisontes para su lidia en el campo o en plazas improvisadas, estas fiestas se planeaban como parte de los actos para recibir a un nuevo virrey, conmemorar un hecho alegre de la Corona como el nacimiento de un nuevo heredero al trono o recaudar dinero para alguna obra pública. Es durante el gobierno del Virrey Bernardo de Gálvez en 1785 que se construye en la cima del cerro nuevas y más confortables habitaciones para el virrey, además de obras de fortificación que terminaron por destruir la capilla de San Miguel, como lo es el camino de acceso a la cima, en cuya obra se destruyeron varios de los bustos labrados en la época Mexica, estas obras fueron motivo de murmuraciones de conspiración por parte del virrey para levantar el reino contra la Corona y hacerse nombrar Rey de la Nueva España. En esta misma época desaparece el Pueblo de Chapultepec de los registros, no se sabe el motivo y poco se ha investigado, aunque se presume que las constantes inundaciones del valle debieron obligar a la población a migrar a zonas más elevadas como Tacubaya y su barrio el pueblo de San Miguel Chapultepec. Época Independiente​ Siglo XIX​ En 1806 el Ayuntamiento de México adquiere los derechos sobre las construcciones de la cima del cerro, las cuales habían quedado abandonadas, saqueadas y dedicadas a cuartel militar. Es en 1843 que se muda el Colegio Militar a las construcciones de la cima del cerro que para entonces servían como cuartel militar mismo que protegía las fuentes de agua del bosque, así es como el 11, 12 y 13 de septiembre de 1847 se dan varias batallas en las inmediaciones del cerro de Chapultepec de la Guerra Mexicana – Estadounidense, siendo las más conocidas la del Molino del Rey, la de Casamata al poniente del cerro9​10​13​ y la toma del Colegio Militar, donde varias unidades como el Batallón Activo de San Blas y Cadetes del Colegio Militar se distinguen en las acciones, aunque la batalla del día 13 terminó en las faldas de la ciudad de México, en la aduana de Belén ubicada en las confluencias de las actuales avenidas Chapultepec y Bucareli. Al parecer los cuerpos de los muertos provenientes de ambos ejércitos fueron enterrados por los estadounidenses en las planicies norte y poniente del cerro. Terminada la guerra el Colegio Militar siguió funcionando hasta el inicio de la Guerra de Reforma en el cerro pero ya sin cuartel militar, es por esto que el bosque se deja semi abandonado, lo que genera una zona de refugio para los delincuentes que atacan a los viajeros que debían ir por el camino que provenía de Tacubaya y pasaba al oriente del cerro, por esta misma época se refuerzan las noticias sobre ataques de bestias salvajes en el bosque y las inmediaciones del mismo, sobre todo al poniente del bosque donde se inician las barrancas de la Sierra de las Cruces, las cuales provenían desde la época virreinal. En 1853 en al surponiente del cerro es construido el rancho de la Hormiga por el médico de origen panameño José Pablo Martínez del Río. Durante el Segundo Imperio Mexicano el bosque es seleccionado por los emperadores como ubicación de un palacio imperial, mismo que debía ser comunicado por una calzada de uso exclusivo para los Monarcas y la Corte con la ciudad de México la cual llevaría el nombre de Paseo de la Emperatriz (hoy Paseo de la Reforma) y que terminaba entonces en las faldas del cerro, por lo cual se modifican las construcciones en la cima del cerro, el cuerpo oriente es remodelado para dejar en la parte alta un jardín y algunas habitaciones, mientras en los pisos inferiores son construidas las habitaciones de los emperadores, las cuales les permiten tener una vista completa de todo el valle de México con todos sus lagos y el largo Paseo de la Emperatriz. Mientras el cuerpo poniente se deja como cuartel de los cuerpos de Corps de los Emperadores y Colegio Imperial Militar, en el inicio de la rampa de acceso se construye un pequeño cuartel para proteger el camino el cual durante años fue llamado el "Palacio de Cristal", estas obras junto con el mejoramiento de la calzada de acceso crea el bosquejo básico para la actual fisonomía del Imperial Castillo de Chapultepec.10​ En sus alrededores se da la inauguración del tren suburbano ciudad de México a Tacubaya, el cual luego de un descarrilamiento es sustituido por tranvías de mulitas y que termina extendiéndose hasta San Ángel. Restaurada la República Federal el bosque sigue siendo residencia de un cuartel militar, y durante esta época el bosque sigue en el abandono hasta que triunfa el Plan de Tuxtepec y llega al poder el Gral. Porfirio Díaz, el cual muda la residencia oficial del presidente del Palacio Nacional al castillo, pero deja las oficinas en el palacio; por lo que debe instalarse primero una línea de telégrafo entre ambos, para luego instalarse otra de teléfono. El colegio militar por su parte sigue funcionando en el ala poniente del Castillo.10​ Por esta misma época se construyen las rejas interiores del bosque que rodean el cerro y evitan el paso libre al castillo, las cuales sustituyen el muro que durante años cerró el paso al cerro con solo una puerta ubicada al poniente del cerro. En la década de 1890 con una economía boyante el Secretario de Hacienda José Yves Limantour es encargado de la comisión dedicada a rehabilitar el Bosque de Chapultepec para hacerlo digno de la residencia presidencial, en un estilo francés. Por el abandono sufrido por años había sido poco a poco invadido por las haciendas cercanas y los pobladores de Tacubaya, los que incluso construyeron una vía alterna al camino Real a Toluca, la cual con los años seria llamada, carretera Federal México – Toluca, avenida Madereros y hoy avenida Constituyentes. Internamente se construyen o amplían los caminos internos del bosque para permitir los paseos y facilitar el movimiento de la tropa por el bosque, en la zona norte se crean varios pequeños lagos artificiales con fondo de concreto, se construye la Finca Colorada para albergar una guarnición militar y posteriormente el cuerpo de guardabosques. En lo que es hoy el Museo de Arte Moderno se construye el Restaurante Chapultepec que sería el centro de la vida campinara de la alta sociedad del Porfiriato y la Revolución. En la zona poniente del bosque se funda en 1875 el Panteón Civil de Dolores14​ con la compra de terrenos privados, los cuales son donados a la ciudad luego de que la compañía funeraria no puede atenderlos, al sur del panteón se crea un depósito de los tranvías eléctricos que empiezan a sustituir los tranvías de mulitas y entre ambos se crea la primera plaza formal de toros de la zona, la cual cierra en pocos años por la competencia que le dan las plazas de Ciudad de México, aunque continúan dándose corridas de toros en terrenos anexos al bosque por la facilidad de llevar los toros desde las haciendas cercanas. En 1888 la Asociación del Colegio Militar inaugura el monumento en recuerdo de los cadetes durante la Guerra Mexicana – Estadounidense. Siglo XX​ En 1908 se construye la Casa del Lago como sede del “Club del Automóvil” donde se realizan varias de las fiestas más llamativas de la sociedad porfirista,​ durante las fiestas del Centenario el castillo de Chapultepec recibe como residencia presidencial varias de las fiestas privadas, donde se reciben a los embajadores extranjeros y personajes ilustres del país, además por parte de la Embajada Rusa es recibida una ornamentación sobre la base de mármol verde la cual hoy en día se puede ver exhibida en el castillo.​ Desde 1911 hasta 1921 el Castillo deja de ser el centro de la vida política del país, al dejar ser de hecho la ciudad de México capital del país, pero aun así es mantenido por el erario nacional, por eso en 1916 se cumple con una orden de desalojo del Club del Automóvil y la Casa del Lago pasa a ser sede de la administración General del Bosque de Chapultepec, aunque solo hasta 1923 es usada por el gobierno federal, ya que antes por su abandono había sido usada para fiestas particulares y residencia de Adolfo de la Huerta. Luego de la muerte de Venustiano Carranza en Tlaxcalantongo, los sonorenses vuelven a ocupar el castillo como residencia presidencial y al Bosque como su parque, en el costado surponiente es usada la Hacienda de la Hormiga para servir de residencia secundaria a los Secretarios de Guerra y Marina y los encargados de la industria militar, esta había sido expropiada en 1916 y luego de varios litigios tuvo que ser comprada por el gobierno federal en 1919.9​ Se inaugura la “Puerta de los Leones” en la entrada principal al Bosque de Chapultepec, esta puerta se caracteriza por tener dos esculturas de leones de bronce, los cuales originalmente debían servir para adornar la escalinata de acceso al palacio legislativo en la colonia tabacalera, el cual no se terminó de construir y en cuyo lugar y aprovechando la estructura metálica se construyó el Monumento a la Revolución. En 1923 es inaugurado el Zoológico de Chapultepec. El plan original era construir un zoológico que albergara especies nativas de México, pero la falta de presupuesto dejó por muchos años la idea inconclusa. Sus dos primeras especies fueron tres cachorros de león y dos bisontes americanos, para luego completarse con animales provenientes de Sonora, Veracruz y Campeche, además de otros ejemplares que se intercambiaron con países como India, Francia, Perú y Brasil. En 1924 el zoológico tenía 243 animales y fue entonces cuando abrió su exposición al público. El biólogo Alfonso Herrera inauguró el jardín botánico y varias veces sostuvo el zoológico por sus propios medios. En los años 30 los gobiernos del Maximato residen en el Castillo pero se murmura que quien manda se encuentra en la Hormiga, este rancho empieza a armarse con instalaciones militares para servir al Estado Mayor Presidencial, además de instalaciones del Campo Marte y el Casino Militar. En 1939 el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río ordena la creación del Museo Nacional de Historia con las colecciones de su Departamento de Historia del antiguo Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía. Se construye la Prolongación Poniente Reforma, circundante a las colonias Polanco, Chapultepec Los Morales y lo que se conoce como colonia Virreyes en la actualidad, a donde se mudan muchos de los nuevos ricos que dejó la revolución, que con sus casas estilo Colonial Californiano le dan un aire de suntuosidad a la zona.20​ En 1939 también se da el traslado de la residencia oficial a la hacienda la Hormiga, pasando a llamarse Residencia Oficial de los Pinos y dividiendo las instalaciones entre Los Pinos y las Instalaciones del Estado Mayor Presidencial. En los años 40 el pueblo de San Miguel Chapultepec es considerado uno de los mejores del país las fuentes de agua provenientes del Desierto de los Leones y el mismo Bosque, el cual es poco a poco abandonado como referente de fuente de agua, ya que su caudal no puede cubrir la demanda por lo que se crean pozos artesianos por todo su perímetro, lo que permite la destrucción de los acueductos virreinales de Santa Fe y Chapultepec, con su remplazo por líneas subterráneas de distribución de agua con tubos de acero, otra consideración es el aire puro y el ambiente limpio del pueblo contra el muy contaminado y sucio de la ciudad de México, la cual ha estado acercándose poco a poco, con las colonias que bordean el Paseo de la Reforma, avenida Chapultepec y la Condesa.,22​ es en 1948 cuando en San Miguel Chapultepec el Arq. Luis Barragán Morfín construye su casa, la cual es considerada un patrimonio artístico de la humanidad por parte de la UNESCO. También en los 40 ponen en marcha una serie de planes para controlar el crecimiento urbano de la ciudad, entre otros está el de mejorar las vialidades que conectan los pueblos y ciudades del altiplano del valle de México, por eso se construye el Circuito Interior mismo que corta el costado oriente del bosque, por el poniente es construido el Anillo Periférico lo cual limita de forma definitiva al bosque de la barranca y zona de las Lomas de Chapultepec, en el aspecto del agua se inician las obras en la zona poniente entre el Anillo Periférico y el Panteón Civil de Dolores de lo que serán los tanques de almacenamiento del Sistema Lerma para la distribución de agua, por lo que se expropian varios de los predios y se muda a la población a la zona entre Tacubaya y Santa Fe, además de algunos que por sus actividades agrícolas se les dan tierras en los llanos de San Fernando en las inmediaciones de Cuajimalpa pero en el municipio de Huixquilucan. Es en 1943 que en unos terrenos al poniente del Panteón Civil de Dolores se inauguró el Rancho del Charro sede de la Asociación Nacional de Charros, donde ejercita la charrería además de tener una escuela dedicada a ella y artes convergentes como el baile regional. Luego de la Segunda Guerra Mundial se inauguró un monumento en recuerdo de los participantes caídos y los sobrevivientes a la expedición militar a las Filipinas, conocido como Escuadrón 201.​ En 1951 fueron terminadas obras hidráulicas del Sistema Cutzamala las cuales aprovecharon la entonces existente pendiente natural de la ciudad para irrigar agua a la capital. Por ello se construyó en la segunda sección de manera colaborativa el Cárcamo de Dolores. El 27 de septiembre de 1952 fue inaugurado el Altar a la Patria donde fueron enterrados los restos de seis individuos, los cuales fueron identificados por el Ejército Mexicano como los seis cadetes caídos en la toma del Castillo de Chapultepec en 1847. El monumento fue inaugurado cinco años luego de que el presidente estadounidense Harry S. Truman hiciera la primera visita a la ciudad de México en la cual depositó una ofrenda floral al pie del obelisco a los cadetes de 1947, cuya ofrenda fue retirada a penas anochecía por dos cadetes a caballo del colegio militar. En 1952 se inauguró el Auditorio Nacional y a partir de 1959 comenzó a usarse como auditorio, además de ser sede de tomas de posesión presidenciales y muchos eventos artísticos y culturales tanto en su interior como en el exterior. En 1968 fue sede de los Juegos Olímpicos de México 1968. En 1989 fue cerrado y remodelado integralmente para funcionar desde entonces como una concesión público-privada. El Museo Nacional de Antropología. En 1960 Pedro Ramírez Vázquez realizó su primera obra de importancia en el bosque con la creación de la Galería Nacional de Historia o Museo del Caracol. Entre 1963 y 1964 nuevamente este arquitecto sumó a los edificios del bosque los museos de Arte Moderno (ubicado en el lugar del mítico Restaurante Chapultepec) y el Museo Nacional de Antropología e Historia. Ese mismo año, dentro de la recién inaugurada segunda sección del Bosque de Chapultepec, también se inauguró la Estación del Tren Escénico de Chapultepec, obra de Félix Candela. Dicha atracción, con minilocomotoras diesel/electricidad que rodeaba la segunda sección del bosque, funcionó por varias décadas, quedando en el abandono a finales de los años 90. En 2012 se integró nuevamente un tren escénico totalmente eléctrico en la Primera Sección del bosque, con la planeación de hacerlo también en la segunda, lo cual no se realizó. El edificio de talleres del trenecito se remodeló en 2018 para crear un espacio de diseño y exposiciones. En 1964 se crea la segunda sección del Bosque de Chapultepec, en los terrenos ubicados entre el Anillo Periférico y el Panteón Civil de Dolores por ese mismo año se inicia la construcción de una reja perimetral para la primera sección del bosque la cual trae controversia ya que hasta entonces el Bosque podía ser recorrido en auto, lo que incluso permitió el atentado a Álvaro Obregón en 1929, este cierre del bosque y su consecuente peatonalización fue un duro golpe para los que hacían negocios con los visitantes dentro del bosque, por eso es que se compone la canción “Las Rejas de Chapultepec” por parte del trío de los “Hermanos Kenny” la cual alcanzó gran popularidad en la voz de Gaspar Henaine “Capulina”,​ con esta canción se apoyó la construcción la cual terminó unos años luego y la cual fue repetida al colocarle rejas a todo el perímetro de la 2ª Sección. En esta se construyen además dos lagos artificiales los cuales tratan de recrear el ambiente de la primera sección y que servían como depósitos de agua para el regadío. En la 2ª Sección se inaugura el Museo de Historia Natural de México. Es en el año de 1974 que se inaugura la 3ª sección del Bosque, en terrenos pertenecientes a fraccionadores y haciendas que han desaparecido por el crecimiento de la zona residencial de las Lomas de Chapultepec por el norte y poniente y al sur las minas de arena de Santa Fe, es por estas fechas que la avenida Madereros cambia su nombre a Constituyentes, esta zona a diferencia de las otras secciones se deja como una especie de reserva natural, por lo que se le dota de menor infraestructura, en los terrenos que hoy se ubica la Secretaría de Seguridad Pública se realizan exposiciones ganaderas y agrícolas, las cuales terminan en los ochenta con la construcción de la sede de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología “SEDUE”, a esta misma sección se le dota de un zoológico de menor tamaño que el de la primera el cual es cerrado por la baja afluencia de visitantes y es que hasta finales de los 80, esta zona se encontraba en las goteras de la ciudad, lo que combinado con su forma de barranca le ha dado una mala fama como área de esparcimiento, sobre todo por que en los 80 era usada la zona por pandillas de la cercana Santa Fe para cometer delitos. Por eso en los 90 se instaló una base de policía en la zona poniente de la sección.​ Un año antes se funda el Centro Hípico de la ciudad de México donde en cuarenta hectáreas se imparten clases de equitación para principiantes, intermedios y avanzados, así como clases de tiro con arco35​ En 1975 son donados al Zoológico de Chapultepec por parte de la República Popular de China un par de Pandas Gigantes los cuales pueden ser apareados y tienen el primer cachorro de panda gigante fuera de China, lo que eleva el prestigio del zoológico, con el tiempo ocho pandas gigantes han nacido en el Zoológico de Chapultepec, en 1981 es nombrada Mariaelena Hoyos Bastien directora del zoológico al cual da una proyección internacional y nacional, esta misma dirige las obras de remodelación del zoológico entre 1992 y 1994, las cuales lo hacen un espacio público más amigable para los habitantes del zoológico. En 1981 se inaugura el Parque Acuático Atlantis el cual es durante años el único con espectáculo de delfines, lobos marinos y focas de la ciudad de México, este parque fue el único parque acuático de la ciudad, con balneario, asoleadero y alberca con olas, instalaciones que fueron cerradas por el año 2000, actualmente solo presentan espectáculos con animales, dan terapia con delfines y juegos infantiles, la particularidad de este parque es que a casi 2,500 m.s.n.m. es uno de los pocos del mundo a esta altura que puede mantener con vida a delfines y fauna marina.​ En 1981 es inaugurado el “Museo Rufino Tamayo” que resguarda una parte importante de la colección del maestro oaxaqueño, este museo es obra de los arquitectos Abraham Zabludovsky y Teodoro González de León. En 1986 es cerrada una sección del bosque para crear el Parque de la Tercera Edad, en el cual se reservan 36 mil 500 m² para el esparcimiento de los adultos mayores en el cual destacan el Jardín del Arte, la Pérgola, la Biblioteca Andrés Henesterosa y El Pabellón Coreano donado por la República de Corea. En 1992 la tercera sección del Bosque de Chapultepec es declarada Área Natural Protegida por lo no se permite desarrollar mayores obras en la zona, aunque para entonces ya cuenta con el “Foro Orquesta de los Animalitos” (1986), la “Fuente de Cri Cri” (1974) y el “Teatro Alfonso Reyes” (1974) con una capacidad de 3 000 lugares. Esta zona es la única del bosque con acceso libre a automotores, por lo que sirve de enlace entre la avenida Constituyentes y el Paseo de la Reforma.34​ Desde 1999 fue dado para su administración a la Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal. Siglo XXI​ El 4 de agosto de 2002 se crea el Consejo Rector Ciudadano del Bosque de Chapultepec, con el fin involucrar a destacados personajes de la política y la sociedad a las actividades de renovación del Bosque, quienes integran el Fideicomiso Pro Bosque de Chapultepec dedicado a obtener fondos para realizar las obras de restauración y mejora del lugar, por lo que en una primera etapa se cerró la primera sección del Bosque durante un año, en el cual fueron adecuados muchos espacios y construidos nuevos, entre otros se limpió el fango del fondo del lago. Derivada de esta obra se inaugura el 12 de octubre de 2006 el Jardín Botánico en el área que antes ocupara el Centro de Convivencia Infantil, mismo que debe ser reubicado en las inmediaciones del Museo Rufino Tamayo, aunque ya no con las calles simuladas y el triciclos que eran su principal atractivo, como parte de un Plan Maestro,37​ se crean los distintos parques que existen en la actualidad. Entre los años de 2010 a 2012 se planea realizar el rescate de la Segunda sección del bosque en base al Plan Maestro. A finales de 2009 se lanza una convocatoria para realizar un arco triunfal llamado Arco del Bicentenario en conmemoración del Bicentenario de la Independencia de México, designándose para su ubicación en la plaza que se encuentra a la entrada del Bosque por la Puerta de los Leones, el concurso es ganado por un grupo de arquitectos encabezado por el Arq. César Pérez Becerril, quienes realizaran una estructura semejante a una torre y que poco deja ver su forma de arco40​ por lo que incluso se le rebautiza oficialmente como la Estela de Luz que fue inaugurada el 7 de enero de 2012 y que se encuentra en la zona del Paseo de la Reforma y Chapultepec. En 2019 se anunció la conversión de las instalaciones del Campo Militar 1-F en la zona del pueblo de Santa Fe en el Complejo cultural del bosque de Chapultepec​ o cuarta sección del bosque en un área total de 400 hectáreas.​ Flora y fauna​ Visible inmediatamente desde el aire cuando se llega en avión o desde los edificios altos de la zona, alguna vez Chapultepec fue un islote que sobresalía desde un enorme lago; es un importante punto de referencia por ser como única elevación importante dentro del Valle. La primera sección del Bosque está cercada por rejas verdes que datan del porfiriato, pero traspasa estos límites: cruza Paseo de la Reforma y Molino del Rey. La superficie inicial donada en 1530, era mayor, incluyó parte de Tacubaya y San Miguel. La segunda y tercera sección se extienden hasta el panteón de Dolores, cruzan el Periférico y amplían su superficie: Chapultepec constituye casi la mitad de las áreas verdes del área metropolitana a pesar de que los manantiales ya no brotan. El cacomixtle es muy común en el área ya que las personas que visitan el bosque los alimentan con restos de comida, por lo tanto confían en los humanos. Los ahuehuetes son la especie vegetal más famosa de Chapultepec. El «Sargento» o «Centinela», apodado así por los cadetes del Colegio Militar, no está vivo; es un monumento vegetal que muestra la grandiosidad de estos árboles: Mide quince metros de alto, 40 de circunferencia y vivió 500 años (como el Árbol de la Noche Triste o el del Tule que tiene casi dos mil años). El «Tlatoani», otro Ahuehuete, tiene más o menos 700 años y es el habitante más antiguo del Bosque. Además de ahuehuetes en Chapultepec hay 42 especies vegetales más: frescos y lindos —que son más de la mitad de todos los que crecen allí—, cedros, sequoias, álamos, palmeras, ailes, pinos, gingkos , sicomoro, liquidámbar. El Jardín Botánico —incluido ahora en el Jardín de la Tercera Edad—, está cubierto con una estructura de fierro y vidrio y resguarda una colección de flores de ornato, suculentas, orquídeas y cactáceas. En el zoológico también hay una isla de cactáceas. Lugares de interés Primera Sección​: Monumentos:​ Ahuehuete de Moctezuma Altar a la patria Monumento a José Martí Obelisco a Los Niños Héroes Puerta de los Leones Tribuna Monumental (conmemorativa del Escuadrón 201) Esperanza por un Planeta Mejor para Los Niños Museos​: Castillo de Chapultepec / Museo Nacional de Historia Museo de Arte Moderno Museo del Caracol Museo Nacional de Antropología Museo Tamayo Arte Contemporáneo Museo de Sitio y Centro de Visitantes del Bosque de Chapultepec Sitios culturales​: Auditorio Nacional Casa del Lago Juan José Arreola Quiosco del Pueblo Quinta Colorada Fuentes​: Fuente de Nezahualcóyotl Fuente de los Novios Fuente Ornamental Fuente del Quijote Fuente de la Templanza Fuente de las ranas Áreas deportivas​ Parque Infantil la Hormiga Parque Líbano Parque Tamayo Pista "El Sope" Otros sitios​: Zoológico de Chapultepec Lugares de interés Segunda Sección​: Museos​: Papalote Museo del Niño Museo Tecnológico MUTEC Museo de Historia Natural de México Fuentes​: Fuente Mito del Agua Fuente de Tláloc Otros sitios: La Feria Chapultepec Mágico Cárcamo de Dolores, del Río Lerma Lugares de interés Tercera Sección​: Foro Orquesta de los Animalitos Fuente de Cri cri Teatro Alfonso Reyes Lienzo Charro de Constituyentes
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Ліс Чапультепек
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El bosque de Chapultepec o Chapultepec es un parque urbano localizado en la alcaldía Miguel Hidalgo, en la Ciudad de México. Es uno de los mayores en su tipo en el hemisferio occidental, con una superficie de 678 ha.​ Está dividido en tres secciones y alberga algunos de los sitios turísticos más importantes de México, como el Museo Nacional de Antropología. Cuenta con tres lagos artificiales, espacios deportivos y numerosas fuentes. Por todo esto, constituye uno de los lugares más visitados por los capitalinos y por los turistas que llegan a la ciudad. Dada la antigüedad en su ocupación humana el bosque fue declarado zona arqueológica y contiene numerosos vestigios históricos y se han hallado cerca de 4 mil objetos arqueológicos3​ y está incluido desde el 2001 en la lista indicativa de los bienes candidatos a ser reconocidos como Patrimonio de la Humanidad en México. La administración del parque recae en la Dirección General de Bosques Urbanos de la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno de la Ciudad de México (SMA). Historia​ Época mesoamericana​ En la zona poniente del lago de Texcoco inicia una suave pendiente que da inicio a la Sierra del Monte de las Cruces, en cuya cuenca de más de 7800 km2 con bosques de fresno, encino, ahuehuetes y coníferas, además de ríos y manantiales que desembocan con las aguas del lago donde abundaban tulares y carrizos, así como una variedad de especies de animales: peces, anfibios, insectos, aves y mamíferos, lo que en conjunto constituía un ecosistema ideal4​ en la elevación rocosa alargada de poniente a oriente llamada Chapultepec (en náhuatl cerro del chapulín).​ Este cerro es de los pocos promontorios elevados al centro del Valle de México además del Peñón de los Baños, el Cerro de la Estrella y el volcán Guadalupe. Los primeros indicios de ocupación humana en la zona de Chapultepec se remontan al periodo Preclásico mesoamericano. La historiografía registra haber sido habitado por grupos de diversos orígenes; en el siglo XII d. C. se asentaron ahí pobladores de origen tolteca, encabezado por Huémac, quien fue sucesor del gobernante Topiltzin Quetzalcóatl, emigrantes de Tula, y estableciéndose por un tiempo, hasta la muerte de Huémac, quien ante la imposibilidad de rescatar a su pueblo del estado de decadencia, se quitó la vida en la cueva de Cincalco, hoy el túnel al elevador del Castillo de Chapultepec.​ A finales del siglo XIII las laderas de la sierra se presentaba un fenómeno un poco inusual, ya que las tierras estaban formadas por deslizamientos de arena, la cual retenía pocos nutrientes, por lo que al parecer era pobre para la agricultura y el crecimiento espontáneo de plantas. Presencia mexica​ Los mexicas tuvieron en Chapultepec un sitio histórico y sagrado además de estratégico dados los manantiales presentes en este cerro.​ Hacia el siglo XI esta civilización intentó fundar su altépetl definitivo en esta zona. Como parte de ello en Chapultepec habrían ocurrido algunos hechos como la designación de Huitzilihuitl como huey tlatoani de los mexica y el hecho referido como el sacrificio de Copilli, lo cual la dirigencia mexica habría convertido posteriormente en un hecho fundacional de Chapultepec como su ciudad definitiva hacia un antecedente en la fundación de México-Tenochtitlan.​ Este sitio representaba una ventaja defensiva al aprovechar el propio cerro como punto de vigía, el estar a la orilla del Lago de Texcoco y el tener fuentes de agua dulce que brotaban en la zona sur del cerro de Chapultepec. Otros altépetl establecidos como los chalcas, los colhuas, los xaltocamecas, los xochimilcas y los tepanecas habrían impedido deliberadamente que los mexica se establecieran y se fortalecieran, por lo cual los atacaron militarmente. El único altépetl aliado mexica fue el de los cuauhtitlancalques, por lo que finalmente los altépetl aliados lograron vencer a los mexicas. Estos ataques sucesivos incluyeron la captura y el sacrificio de Huitzilihuitl y su familia por los altépetl beligerantes, la suspensión de la ceremonia del fuego nuevo o atadura de años y el desplazamiento forzado de la zona, lo que los llevó de nuevo a la peregrinación. Como parte de este desenlace, los mexicas habrían huido hacia el islote de Acocolco o probablemente hacia Atlacohuayan, y algunos otros fueron movidos hacia otras poblaciones como Atizapán y Contitlan.7​ Tras ese hecho los mexicas habrían sido desplazados en condiciones penosas hacia Colhuacan. Se menciona que en este lugar se presentaron portentos que precedieron a la fundación de México-Tenochtitlan, como un blanqueamiento de todo lo cercano a los manantiales. Es así que al fundarse México-Tenochtitlan la zona presentaba dos asentamientos, uno en la cercana Tacubaya y el otro en la ladera oriente del cerro, en la zona cercana a la Puerta de los Leones. Es a partir de esta población que el área empieza a transformarse con los cultivos y la instauración de un jardín botánico por parte del huey tlatoani Moctezuma Ilhuicamina, mismo que ordenó plantar varios ahuehuetes en las cercanías de los manantiales que brotaban del cerro de Chapultepec de los cuales aún quedan algunos en pie. Es al parecer la primera construcción hidráulica de un acueducto de carrizo, piedra y lodo proveniente de la ladera suroriente del cerro que abastecía de agua dulce a México-Tenochtitlan que se presentó la oportunidad para los mexicas de liberarse del sometimiento de Azcapotzalco, ya que estos en un primer intento de construirlo no pudieron hacerlo y solicitando realizarla por Nezahualcóyotl (soberano de Texcoco),​ lo que fue tomado por el pueblo tepaneca como una afrenta. Esto desencadenó la guerra y la consiguiente victoria de la Triple Alianza la que se volvería base para el gobierno de Texcoco-Acolhuácan, Tlacópan-Tecpanohuáyan y México-Tenochtitlan, que como aliados se repartieron a los pueblos que antes rendían tributo a Azcapotzalco. A más de cinco siglos de la edificación se preserva cinco diferentes depósitos de vestigios de una alberca del siglo XVI que almacenaban el agua de dos manantiales por donde partían.​ Ya bajo el control mexica la zona de Chapultepec fue cuidada por los mexicas al ser su principal fuente de agua dulce, junto con los acueductos provenientes de Coyoacán y Xochimilco, la cual conducían por un acueducto que corría a lo largo de la hoy llamada Avenida Chapultepec. Los mexicas crearon una zona protegida alrededor del cerro plantando árboles y especies vegetales provenientes de otras zonas de sus dominios. Este acueducto se basaba en la gravedad y se alimentaba de varios manantiales los cuales eran conducidos a pozas para permitir regular el flujo por el acueducto, de estas pozas existen vestigios llamados Albercas de Chapultepec, únicos ejemplos que existen y cerca de ellas se encuentra el único manantial que aún existe en las faldas del cerro. En la misma época se construyeron en la cima del cerro un teocalli, de los cuales sus vestigios ocultos bajo la tierra, son cimientos de la torre de Caballero Alto. Tras este los adoratorios o aposentos, edificaciones monolíticas rectangulares delimitadas por 3 muros, formando una plataforma abierta en dirección al oriente, las cuales estaban flanqueadas por 2 gigantescas serpientes emplumadas fueron construidas; ambos monumentos se entrelazaban con el pensamiento mexica, la observación científica de los astros y el cálculo de los ciclos agrícolas con los relatos míticos y el culto a las divinidades ordenadas del universo. Petrograbados en el cerro​ Desde el siglo XV los señores de Tenochtitlan hicieron labrar imágenes en la ladera oriente de Chapultepec; no obstante después de la conquista, por iniciativas del obispo fray Juan de Zumárraga, se mandaron destruir; Actualmente solo se conserva el escultórico Moctezuma II, quien aparece portando un vistoso tocado de plumas y carga en la mano derecha el omechicahuaztli8​, para los rituales de lluvia; ala derecha de esta figura se aprecian los restos de una gran serpiente y entre ambos el símbolo Cé Ácatl, flecha relacionada desde la mitología tolteca con Quetzalcóatl del cual poco se sabe pero se conoce que en las rocas de las faldas se esculpieron las figuras de varios gobernantes y principales mexicas como el caso de Moctezuma Ilhuicamina y Tlacaélel, estas obras fueron dirigidas y financiadas por el Huey Tlatoani de Texcoco Nezahualcoyotl al cual le fue permitido vivir en el Bosque. El tlatoani Moctezuma en el siglo XVII mando labrar su esfinge en piedra en uno de ellos, el cual se identifica con el chimalli mexica atravesado por flechas y un pentli​ ladrado en la esquina inferior derecha, en donde se dice que contemplaba el movimiento solar sobre la cima del cerro de Tláloc (Texcoco), lugar de culto donde se celebraba el IV Huey Tozoztli, un ritual para la siembra anual a finales de abril, igualmente en diciembre observaba el amanecer detrás del Iztaccíhuatl, lo que míticamente representaba el nacimiento del dios solar Huitzilopochtli. En el siglo XVIII muy cerca de este templo se erigió un instrumento de medición astronómica, el cual tenía representadas 3 flechas atadas cuyas puntas señalaban el rumbo por donde salía el sol, en los solsticios y los equinoccio, el cual adicionalmente debían pasar una cuerda atada a las flechas para proyectar la sombra indicando el medio día, según nos comenta Antonio León y Gama. Durante la conquista el acueducto fue cortado y el templo en la cima destruido. Época virreinal​ Terminada la conquista e iniciada la reconstrucción de México-Tenochtitlan se mandó reparar el acueducto pero con técnicas europeas, mientras en la cima del cerro se edificó una pequeña capilla dedicada a arcángel San Miguel, como único punto alto de la zona y fuente de agua Chapultepec fue el centro de una pequeña disputa entre Hernán Cortés y la Corona Española, este lo consideraba como parte de su Marquesado del Valle de Oaxaca pero al parecer en buenos términos dejó que el rey Carlos V lo tomara bajo su protección así que el cerro y el bosque inmediato a él fue asignado al cuidado del Ayuntamiento de México en 1530, aunque hay que aclarar que esto solo comprendía más o menos lo que hoy se conoce como primera sección del bosque.​ Altar a la Patria, diseñado por el arquitecto Enrique Aragón y esculpido por Ernesto Tamariz. A veces confundido como el monumento a los Niños Héroes en el Bosque de Chapultepec. Durante el Virreinato el bosque fue cuidado por un grupo de guardabosques que pertenecían a la policía de la ciudad de México, pero sus inmediaciones le pertenecían a particulares y estaban bajo la administración al sur de la ciudad de Tacubaya y el norte de la ciudad de Tacuba, se cree que el bosque estuvo bardeado o amurallado pero solo fue construida una pequeña casa en el costado oriente del cerro, misma que sirvió de cuartel a los guardabosques, mientras un poco más al oriente se encontraba el Pueblo de Chapultepec. Al poniente el Molino del Salvador (hoy Molino del Rey) que como muchos molinos de harina del rumbo aprovechaba la caída de agua desde la Sierra de las Cruces para mover las máquinas.9​ Como fuente de agua para la ciudad siguió sirviendo pero en el siglo XVI se construyó por el costado poniente del cerro un acueducto que llevaba las aguas de las barrancas de Santa Fe primero y luego las de Cuajimalpa que remataba en la fuente de la Tlaxpana junto a la Alameda Central, es durante esta época que los bosques y sus inmediaciones empiezan a ser usados como lugar de recreo y esparcimiento por el público en general, aunque bajo el cuidado de los guardabosques que sobre todo debían velar la salubridad del agua de los manantiales. Durante esta época se construye una tosca construcción en lo alto del cerro que sirve de cuartel, casamata, casa de verano de los virreyes y hasta fábrica de pólvora, misma que explota a mediados del siglo XVIII,10​ en las inmediaciones durante toda la colonia se dan corridas de toros, para lo cual se traen a los animales a pastar en los prados cercanos, sobre todo en los prados del norte en los linderos con la hacienda de los Morales, donde según las crónicas se trajeron desde Chihuahua bisontes para su lidia en el campo o en plazas improvisadas, estas fiestas se planeaban como parte de los actos para recibir a un nuevo virrey, conmemorar un hecho alegre de la Corona como el nacimiento de un nuevo heredero al trono o recaudar dinero para alguna obra pública. Es durante el gobierno del Virrey Bernardo de Gálvez en 1785 que se construye en la cima del cerro nuevas y más confortables habitaciones para el virrey, además de obras de fortificación que terminaron por destruir la capilla de San Miguel, como lo es el camino de acceso a la cima, en cuya obra se destruyeron varios de los bustos labrados en la época Mexica, estas obras fueron motivo de murmuraciones de conspiración por parte del virrey para levantar el reino contra la Corona y hacerse nombrar Rey de la Nueva España. En esta misma época desaparece el Pueblo de Chapultepec de los registros, no se sabe el motivo y poco se ha investigado, aunque se presume que las constantes inundaciones del valle debieron obligar a la población a migrar a zonas más elevadas como Tacubaya y su barrio el pueblo de San Miguel Chapultepec. Época Independiente​ Siglo XIX​ En 1806 el Ayuntamiento de México adquiere los derechos sobre las construcciones de la cima del cerro, las cuales habían quedado abandonadas, saqueadas y dedicadas a cuartel militar. Es en 1843 que se muda el Colegio Militar a las construcciones de la cima del cerro que para entonces servían como cuartel militar mismo que protegía las fuentes de agua del bosque, así es como el 11, 12 y 13 de septiembre de 1847 se dan varias batallas en las inmediaciones del cerro de Chapultepec de la Guerra Mexicana – Estadounidense, siendo las más conocidas la del Molino del Rey, la de Casamata al poniente del cerro9​10​13​ y la toma del Colegio Militar, donde varias unidades como el Batallón Activo de San Blas y Cadetes del Colegio Militar se distinguen en las acciones, aunque la batalla del día 13 terminó en las faldas de la ciudad de México, en la aduana de Belén ubicada en las confluencias de las actuales avenidas Chapultepec y Bucareli. Al parecer los cuerpos de los muertos provenientes de ambos ejércitos fueron enterrados por los estadounidenses en las planicies norte y poniente del cerro. Terminada la guerra el Colegio Militar siguió funcionando hasta el inicio de la Guerra de Reforma en el cerro pero ya sin cuartel militar, es por esto que el bosque se deja semi abandonado, lo que genera una zona de refugio para los delincuentes que atacan a los viajeros que debían ir por el camino que provenía de Tacubaya y pasaba al oriente del cerro, por esta misma época se refuerzan las noticias sobre ataques de bestias salvajes en el bosque y las inmediaciones del mismo, sobre todo al poniente del bosque donde se inician las barrancas de la Sierra de las Cruces, las cuales provenían desde la época virreinal. En 1853 en al surponiente del cerro es construido el rancho de la Hormiga por el médico de origen panameño José Pablo Martínez del Río. Durante el Segundo Imperio Mexicano el bosque es seleccionado por los emperadores como ubicación de un palacio imperial, mismo que debía ser comunicado por una calzada de uso exclusivo para los Monarcas y la Corte con la ciudad de México la cual llevaría el nombre de Paseo de la Emperatriz (hoy Paseo de la Reforma) y que terminaba entonces en las faldas del cerro, por lo cual se modifican las construcciones en la cima del cerro, el cuerpo oriente es remodelado para dejar en la parte alta un jardín y algunas habitaciones, mientras en los pisos inferiores son construidas las habitaciones de los emperadores, las cuales les permiten tener una vista completa de todo el valle de México con todos sus lagos y el largo Paseo de la Emperatriz. Mientras el cuerpo poniente se deja como cuartel de los cuerpos de Corps de los Emperadores y Colegio Imperial Militar, en el inicio de la rampa de acceso se construye un pequeño cuartel para proteger el camino el cual durante años fue llamado el "Palacio de Cristal", estas obras junto con el mejoramiento de la calzada de acceso crea el bosquejo básico para la actual fisonomía del Imperial Castillo de Chapultepec.10​ En sus alrededores se da la inauguración del tren suburbano ciudad de México a Tacubaya, el cual luego de un descarrilamiento es sustituido por tranvías de mulitas y que termina extendiéndose hasta San Ángel. Restaurada la República Federal el bosque sigue siendo residencia de un cuartel militar, y durante esta época el bosque sigue en el abandono hasta que triunfa el Plan de Tuxtepec y llega al poder el Gral. Porfirio Díaz, el cual muda la residencia oficial del presidente del Palacio Nacional al castillo, pero deja las oficinas en el palacio; por lo que debe instalarse primero una línea de telégrafo entre ambos, para luego instalarse otra de teléfono. El colegio militar por su parte sigue funcionando en el ala poniente del Castillo.10​ Por esta misma época se construyen las rejas interiores del bosque que rodean el cerro y evitan el paso libre al castillo, las cuales sustituyen el muro que durante años cerró el paso al cerro con solo una puerta ubicada al poniente del cerro. En la década de 1890 con una economía boyante el Secretario de Hacienda José Yves Limantour es encargado de la comisión dedicada a rehabilitar el Bosque de Chapultepec para hacerlo digno de la residencia presidencial, en un estilo francés. Por el abandono sufrido por años había sido poco a poco invadido por las haciendas cercanas y los pobladores de Tacubaya, los que incluso construyeron una vía alterna al camino Real a Toluca, la cual con los años seria llamada, carretera Federal México – Toluca, avenida Madereros y hoy avenida Constituyentes. Internamente se construyen o amplían los caminos internos del bosque para permitir los paseos y facilitar el movimiento de la tropa por el bosque, en la zona norte se crean varios pequeños lagos artificiales con fondo de concreto, se construye la Finca Colorada para albergar una guarnición militar y posteriormente el cuerpo de guardabosques. En lo que es hoy el Museo de Arte Moderno se construye el Restaurante Chapultepec que sería el centro de la vida campinara de la alta sociedad del Porfiriato y la Revolución. En la zona poniente del bosque se funda en 1875 el Panteón Civil de Dolores14​ con la compra de terrenos privados, los cuales son donados a la ciudad luego de que la compañía funeraria no puede atenderlos, al sur del panteón se crea un depósito de los tranvías eléctricos que empiezan a sustituir los tranvías de mulitas y entre ambos se crea la primera plaza formal de toros de la zona, la cual cierra en pocos años por la competencia que le dan las plazas de Ciudad de México, aunque continúan dándose corridas de toros en terrenos anexos al bosque por la facilidad de llevar los toros desde las haciendas cercanas. En 1888 la Asociación del Colegio Militar inaugura el monumento en recuerdo de los cadetes durante la Guerra Mexicana – Estadounidense. Siglo XX​ En 1908 se construye la Casa del Lago como sede del “Club del Automóvil” donde se realizan varias de las fiestas más llamativas de la sociedad porfirista,​ durante las fiestas del Centenario el castillo de Chapultepec recibe como residencia presidencial varias de las fiestas privadas, donde se reciben a los embajadores extranjeros y personajes ilustres del país, además por parte de la Embajada Rusa es recibida una ornamentación sobre la base de mármol verde la cual hoy en día se puede ver exhibida en el castillo.​ Desde 1911 hasta 1921 el Castillo deja de ser el centro de la vida política del país, al dejar ser de hecho la ciudad de México capital del país, pero aun así es mantenido por el erario nacional, por eso en 1916 se cumple con una orden de desalojo del Club del Automóvil y la Casa del Lago pasa a ser sede de la administración General del Bosque de Chapultepec, aunque solo hasta 1923 es usada por el gobierno federal, ya que antes por su abandono había sido usada para fiestas particulares y residencia de Adolfo de la Huerta. Luego de la muerte de Venustiano Carranza en Tlaxcalantongo, los sonorenses vuelven a ocupar el castillo como residencia presidencial y al Bosque como su parque, en el costado surponiente es usada la Hacienda de la Hormiga para servir de residencia secundaria a los Secretarios de Guerra y Marina y los encargados de la industria militar, esta había sido expropiada en 1916 y luego de varios litigios tuvo que ser comprada por el gobierno federal en 1919.9​ Se inaugura la “Puerta de los Leones” en la entrada principal al Bosque de Chapultepec, esta puerta se caracteriza por tener dos esculturas de leones de bronce, los cuales originalmente debían servir para adornar la escalinata de acceso al palacio legislativo en la colonia tabacalera, el cual no se terminó de construir y en cuyo lugar y aprovechando la estructura metálica se construyó el Monumento a la Revolución. En 1923 es inaugurado el Zoológico de Chapultepec. El plan original era construir un zoológico que albergara especies nativas de México, pero la falta de presupuesto dejó por muchos años la idea inconclusa. Sus dos primeras especies fueron tres cachorros de león y dos bisontes americanos, para luego completarse con animales provenientes de Sonora, Veracruz y Campeche, además de otros ejemplares que se intercambiaron con países como India, Francia, Perú y Brasil. En 1924 el zoológico tenía 243 animales y fue entonces cuando abrió su exposición al público. El biólogo Alfonso Herrera inauguró el jardín botánico y varias veces sostuvo el zoológico por sus propios medios. En los años 30 los gobiernos del Maximato residen en el Castillo pero se murmura que quien manda se encuentra en la Hormiga, este rancho empieza a armarse con instalaciones militares para servir al Estado Mayor Presidencial, además de instalaciones del Campo Marte y el Casino Militar. En 1939 el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río ordena la creación del Museo Nacional de Historia con las colecciones de su Departamento de Historia del antiguo Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía. Se construye la Prolongación Poniente Reforma, circundante a las colonias Polanco, Chapultepec Los Morales y lo que se conoce como colonia Virreyes en la actualidad, a donde se mudan muchos de los nuevos ricos que dejó la revolución, que con sus casas estilo Colonial Californiano le dan un aire de suntuosidad a la zona.20​ En 1939 también se da el traslado de la residencia oficial a la hacienda la Hormiga, pasando a llamarse Residencia Oficial de los Pinos y dividiendo las instalaciones entre Los Pinos y las Instalaciones del Estado Mayor Presidencial. En los años 40 el pueblo de San Miguel Chapultepec es considerado uno de los mejores del país las fuentes de agua provenientes del Desierto de los Leones y el mismo Bosque, el cual es poco a poco abandonado como referente de fuente de agua, ya que su caudal no puede cubrir la demanda por lo que se crean pozos artesianos por todo su perímetro, lo que permite la destrucción de los acueductos virreinales de Santa Fe y Chapultepec, con su remplazo por líneas subterráneas de distribución de agua con tubos de acero, otra consideración es el aire puro y el ambiente limpio del pueblo contra el muy contaminado y sucio de la ciudad de México, la cual ha estado acercándose poco a poco, con las colonias que bordean el Paseo de la Reforma, avenida Chapultepec y la Condesa.,22​ es en 1948 cuando en San Miguel Chapultepec el Arq. Luis Barragán Morfín construye su casa, la cual es considerada un patrimonio artístico de la humanidad por parte de la UNESCO. También en los 40 ponen en marcha una serie de planes para controlar el crecimiento urbano de la ciudad, entre otros está el de mejorar las vialidades que conectan los pueblos y ciudades del altiplano del valle de México, por eso se construye el Circuito Interior mismo que corta el costado oriente del bosque, por el poniente es construido el Anillo Periférico lo cual limita de forma definitiva al bosque de la barranca y zona de las Lomas de Chapultepec, en el aspecto del agua se inician las obras en la zona poniente entre el Anillo Periférico y el Panteón Civil de Dolores de lo que serán los tanques de almacenamiento del Sistema Lerma para la distribución de agua, por lo que se expropian varios de los predios y se muda a la población a la zona entre Tacubaya y Santa Fe, además de algunos que por sus actividades agrícolas se les dan tierras en los llanos de San Fernando en las inmediaciones de Cuajimalpa pero en el municipio de Huixquilucan. Es en 1943 que en unos terrenos al poniente del Panteón Civil de Dolores se inauguró el Rancho del Charro sede de la Asociación Nacional de Charros, donde ejercita la charrería además de tener una escuela dedicada a ella y artes convergentes como el baile regional. Luego de la Segunda Guerra Mundial se inauguró un monumento en recuerdo de los participantes caídos y los sobrevivientes a la expedición militar a las Filipinas, conocido como Escuadrón 201.​ En 1951 fueron terminadas obras hidráulicas del Sistema Cutzamala las cuales aprovecharon la entonces existente pendiente natural de la ciudad para irrigar agua a la capital. Por ello se construyó en la segunda sección de manera colaborativa el Cárcamo de Dolores. El 27 de septiembre de 1952 fue inaugurado el Altar a la Patria donde fueron enterrados los restos de seis individuos, los cuales fueron identificados por el Ejército Mexicano como los seis cadetes caídos en la toma del Castillo de Chapultepec en 1847. El monumento fue inaugurado cinco años luego de que el presidente estadounidense Harry S. Truman hiciera la primera visita a la ciudad de México en la cual depositó una ofrenda floral al pie del obelisco a los cadetes de 1947, cuya ofrenda fue retirada a penas anochecía por dos cadetes a caballo del colegio militar. En 1952 se inauguró el Auditorio Nacional y a partir de 1959 comenzó a usarse como auditorio, además de ser sede de tomas de posesión presidenciales y muchos eventos artísticos y culturales tanto en su interior como en el exterior. En 1968 fue sede de los Juegos Olímpicos de México 1968. En 1989 fue cerrado y remodelado integralmente para funcionar desde entonces como una concesión público-privada. El Museo Nacional de Antropología. En 1960 Pedro Ramírez Vázquez realizó su primera obra de importancia en el bosque con la creación de la Galería Nacional de Historia o Museo del Caracol. Entre 1963 y 1964 nuevamente este arquitecto sumó a los edificios del bosque los museos de Arte Moderno (ubicado en el lugar del mítico Restaurante Chapultepec) y el Museo Nacional de Antropología e Historia. Ese mismo año, dentro de la recién inaugurada segunda sección del Bosque de Chapultepec, también se inauguró la Estación del Tren Escénico de Chapultepec, obra de Félix Candela. Dicha atracción, con minilocomotoras diesel/electricidad que rodeaba la segunda sección del bosque, funcionó por varias décadas, quedando en el abandono a finales de los años 90. En 2012 se integró nuevamente un tren escénico totalmente eléctrico en la Primera Sección del bosque, con la planeación de hacerlo también en la segunda, lo cual no se realizó. El edificio de talleres del trenecito se remodeló en 2018 para crear un espacio de diseño y exposiciones. En 1964 se crea la segunda sección del Bosque de Chapultepec, en los terrenos ubicados entre el Anillo Periférico y el Panteón Civil de Dolores por ese mismo año se inicia la construcción de una reja perimetral para la primera sección del bosque la cual trae controversia ya que hasta entonces el Bosque podía ser recorrido en auto, lo que incluso permitió el atentado a Álvaro Obregón en 1929, este cierre del bosque y su consecuente peatonalización fue un duro golpe para los que hacían negocios con los visitantes dentro del bosque, por eso es que se compone la canción “Las Rejas de Chapultepec” por parte del trío de los “Hermanos Kenny” la cual alcanzó gran popularidad en la voz de Gaspar Henaine “Capulina”,​ con esta canción se apoyó la construcción la cual terminó unos años luego y la cual fue repetida al colocarle rejas a todo el perímetro de la 2ª Sección. En esta se construyen además dos lagos artificiales los cuales tratan de recrear el ambiente de la primera sección y que servían como depósitos de agua para el regadío. En la 2ª Sección se inaugura el Museo de Historia Natural de México. Es en el año de 1974 que se inaugura la 3ª sección del Bosque, en terrenos pertenecientes a fraccionadores y haciendas que han desaparecido por el crecimiento de la zona residencial de las Lomas de Chapultepec por el norte y poniente y al sur las minas de arena de Santa Fe, es por estas fechas que la avenida Madereros cambia su nombre a Constituyentes, esta zona a diferencia de las otras secciones se deja como una especie de reserva natural, por lo que se le dota de menor infraestructura, en los terrenos que hoy se ubica la Secretaría de Seguridad Pública se realizan exposiciones ganaderas y agrícolas, las cuales terminan en los ochenta con la construcción de la sede de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología “SEDUE”, a esta misma sección se le dota de un zoológico de menor tamaño que el de la primera el cual es cerrado por la baja afluencia de visitantes y es que hasta finales de los 80, esta zona se encontraba en las goteras de la ciudad, lo que combinado con su forma de barranca le ha dado una mala fama como área de esparcimiento, sobre todo por que en los 80 era usada la zona por pandillas de la cercana Santa Fe para cometer delitos. Por eso en los 90 se instaló una base de policía en la zona poniente de la sección.​ Un año antes se funda el Centro Hípico de la ciudad de México donde en cuarenta hectáreas se imparten clases de equitación para principiantes, intermedios y avanzados, así como clases de tiro con arco35​ En 1975 son donados al Zoológico de Chapultepec por parte de la República Popular de China un par de Pandas Gigantes los cuales pueden ser apareados y tienen el primer cachorro de panda gigante fuera de China, lo que eleva el prestigio del zoológico, con el tiempo ocho pandas gigantes han nacido en el Zoológico de Chapultepec, en 1981 es nombrada Mariaelena Hoyos Bastien directora del zoológico al cual da una proyección internacional y nacional, esta misma dirige las obras de remodelación del zoológico entre 1992 y 1994, las cuales lo hacen un espacio público más amigable para los habitantes del zoológico. En 1981 se inaugura el Parque Acuático Atlantis el cual es durante años el único con espectáculo de delfines, lobos marinos y focas de la ciudad de México, este parque fue el único parque acuático de la ciudad, con balneario, asoleadero y alberca con olas, instalaciones que fueron cerradas por el año 2000, actualmente solo presentan espectáculos con animales, dan terapia con delfines y juegos infantiles, la particularidad de este parque es que a casi 2,500 m.s.n.m. es uno de los pocos del mundo a esta altura que puede mantener con vida a delfines y fauna marina.​ En 1981 es inaugurado el “Museo Rufino Tamayo” que resguarda una parte importante de la colección del maestro oaxaqueño, este museo es obra de los arquitectos Abraham Zabludovsky y Teodoro González de León. En 1986 es cerrada una sección del bosque para crear el Parque de la Tercera Edad, en el cual se reservan 36 mil 500 m² para el esparcimiento de los adultos mayores en el cual destacan el Jardín del Arte, la Pérgola, la Biblioteca Andrés Henesterosa y El Pabellón Coreano donado por la República de Corea. En 1992 la tercera sección del Bosque de Chapultepec es declarada Área Natural Protegida por lo no se permite desarrollar mayores obras en la zona, aunque para entonces ya cuenta con el “Foro Orquesta de los Animalitos” (1986), la “Fuente de Cri Cri” (1974) y el “Teatro Alfonso Reyes” (1974) con una capacidad de 3 000 lugares. Esta zona es la única del bosque con acceso libre a automotores, por lo que sirve de enlace entre la avenida Constituyentes y el Paseo de la Reforma.34​ Desde 1999 fue dado para su administración a la Secretaría del Medio Ambiente del Distrito Federal. Siglo XXI​ El 4 de agosto de 2002 se crea el Consejo Rector Ciudadano del Bosque de Chapultepec, con el fin involucrar a destacados personajes de la política y la sociedad a las actividades de renovación del Bosque, quienes integran el Fideicomiso Pro Bosque de Chapultepec dedicado a obtener fondos para realizar las obras de restauración y mejora del lugar, por lo que en una primera etapa se cerró la primera sección del Bosque durante un año, en el cual fueron adecuados muchos espacios y construidos nuevos, entre otros se limpió el fango del fondo del lago. Derivada de esta obra se inaugura el 12 de octubre de 2006 el Jardín Botánico en el área que antes ocupara el Centro de Convivencia Infantil, mismo que debe ser reubicado en las inmediaciones del Museo Rufino Tamayo, aunque ya no con las calles simuladas y el triciclos que eran su principal atractivo, como parte de un Plan Maestro,37​ se crean los distintos parques que existen en la actualidad. Entre los años de 2010 a 2012 se planea realizar el rescate de la Segunda sección del bosque en base al Plan Maestro. A finales de 2009 se lanza una convocatoria para realizar un arco triunfal llamado Arco del Bicentenario en conmemoración del Bicentenario de la Independencia de México, designándose para su ubicación en la plaza que se encuentra a la entrada del Bosque por la Puerta de los Leones, el concurso es ganado por un grupo de arquitectos encabezado por el Arq. César Pérez Becerril, quienes realizaran una estructura semejante a una torre y que poco deja ver su forma de arco40​ por lo que incluso se le rebautiza oficialmente como la Estela de Luz que fue inaugurada el 7 de enero de 2012 y que se encuentra en la zona del Paseo de la Reforma y Chapultepec. En 2019 se anunció la conversión de las instalaciones del Campo Militar 1-F en la zona del pueblo de Santa Fe en el Complejo cultural del bosque de Chapultepec​ o cuarta sección del bosque en un área total de 400 hectáreas.​ Flora y fauna​ Visible inmediatamente desde el aire cuando se llega en avión o desde los edificios altos de la zona, alguna vez Chapultepec fue un islote que sobresalía desde un enorme lago; es un importante punto de referencia por ser como única elevación importante dentro del Valle. La primera sección del Bosque está cercada por rejas verdes que datan del porfiriato, pero traspasa estos límites: cruza Paseo de la Reforma y Molino del Rey. La superficie inicial donada en 1530, era mayor, incluyó parte de Tacubaya y San Miguel. La segunda y tercera sección se extienden hasta el panteón de Dolores, cruzan el Periférico y amplían su superficie: Chapultepec constituye casi la mitad de las áreas verdes del área metropolitana a pesar de que los manantiales ya no brotan. El cacomixtle es muy común en el área ya que las personas que visitan el bosque los alimentan con restos de comida, por lo tanto confían en los humanos. Los ahuehuetes son la especie vegetal más famosa de Chapultepec. El «Sargento» o «Centinela», apodado así por los cadetes del Colegio Militar, no está vivo; es un monumento vegetal que muestra la grandiosidad de estos árboles: Mide quince metros de alto, 40 de circunferencia y vivió 500 años (como el Árbol de la Noche Triste o el del Tule que tiene casi dos mil años). El «Tlatoani», otro Ahuehuete, tiene más o menos 700 años y es el habitante más antiguo del Bosque. Además de ahuehuetes en Chapultepec hay 42 especies vegetales más: frescos y lindos —que son más de la mitad de todos los que crecen allí—, cedros, sequoias, álamos, palmeras, ailes, pinos, gingkos , sicomoro, liquidámbar. El Jardín Botánico —incluido ahora en el Jardín de la Tercera Edad—, está cubierto con una estructura de fierro y vidrio y resguarda una colección de flores de ornato, suculentas, orquídeas y cactáceas. En el zoológico también hay una isla de cactáceas. Lugares de interés Primera Sección​: Monumentos:​ Ahuehuete de Moctezuma Altar a la patria Monumento a José Martí Obelisco a Los Niños Héroes Puerta de los Leones Tribuna Monumental (conmemorativa del Escuadrón 201) Esperanza por un Planeta Mejor para Los Niños Museos​: Castillo de Chapultepec / Museo Nacional de Historia Museo de Arte Moderno Museo del Caracol Museo Nacional de Antropología Museo Tamayo Arte Contemporáneo Museo de Sitio y Centro de Visitantes del Bosque de Chapultepec Sitios culturales​: Auditorio Nacional Casa del Lago Juan José Arreola Quiosco del Pueblo Quinta Colorada Fuentes​: Fuente de Nezahualcóyotl Fuente de los Novios Fuente Ornamental Fuente del Quijote Fuente de la Templanza Fuente de las ranas Áreas deportivas​ Parque Infantil la Hormiga Parque Líbano Parque Tamayo Pista "El Sope" Otros sitios​: Zoológico de Chapultepec Lugares de interés Segunda Sección​: Museos​: Papalote Museo del Niño Museo Tecnológico MUTEC Museo de Historia Natural de México Fuentes​: Fuente Mito del Agua Fuente de Tláloc Otros sitios: La Feria Chapultepec Mágico Cárcamo de Dolores, del Río Lerma Lugares de interés Tercera Sección​: Foro Orquesta de los Animalitos Fuente de Cri cri Teatro Alfonso Reyes Lienzo Charro de Constituyentes
El Monumento a la Revolución es una obra arquitectónica y un mausoleo dedicado a la conmemoración de la Revolución mexicana. Es obra del arquitecto Carlos Obregón Santacilia, quien tomó la estructura de la Sala de los Pasos Perdidos del malogrado Palacio Legislativo Federal del arquitecto francés Émile Bénard para edificar el monumento, concluido en 1938. Actualmente es uno de los más reconocibles en la Ciudad de México, y forma parte de un conjunto integrado por el propio monumento, la Plaza de la República y el Museo Nacional de la Revolución. Se localiza en la Colonia Tabacalera de la alcaldía Cuauhtémoc, cerca del Centro Histórico de la Ciudad de México. Historia En 1897, el presidente Porfirio Díaz lanzó una convocatoria para la construcción de un Palacio Legislativo, mismo que albergaría además de las cámaras de senadores y diputados, dependencias de gobierno y oficinas. No resultó ganador del primer lugar ninguno de los participantes, y tras abundantes escándalos y conflictos por dicho concurso, el gobierno del presidente Díaz designó al arquitecto francés Émile Bénard como el encargado de diseñar y edificar un fastuoso recinto para los diputados y senadores, más este arquitecto nunca vio su sueño materializado, ya que la obra fue cancelada tras el derrocamiento de Díaz por la Guerra de la Revolución Mexicana. La realización de este proyecto, de haberse construido, tendría mayores dimensiones que el Capitolio de Washington D. C.1​ El sitio elegido para la edificación fueron unos terrenos pantanosos cerca de la colonia Tabacalera y del Paseo de la Reforma. La primera piedra para la construcción del Palacio Legislativo Federal fue puesta por el presidente Porfirio Díaz el 23 de septiembre de 1910 como parte de los festejos del Centenario de la Independencia de México. Debido a los retos que suponía la cimentación del edificio en un terreno inestable la estructura metálica se construyó sobre una cama de 17 000 pilotes, la estructura metálica fue hecha de acero por Miliken Bros, en Estados Unidos. La construcción se detuvo ante el inicio de la Revolución Mexicana. El gobierno del nuevo presidente Francisco I. Madero una vez en el poder continuó con las obras, pero tras su fallecimiento finalmente se interrumpió la construcción. Años después de abandono, la estructura de acero quedó abandonada y en permanente desgaste.1​ Émile Bénard volvería a México para intentar dar vida a su proyecto en 1922 proponiendo un monumento a los grandes hombres de la lucha de la revolución, llamándole Panteón a los Héroes. El presidente electo Álvaro Obregón aceptó su proyecto, pero fue asesinado en 1928, un año después falleció el arquitecto Bénard. La estructura deteriorada se comenzó a desmantelar para usar el material en vías férreas, pero en 1933, cuando el arquitecto Carlos Obregón Santacilia pasaba por el lugar, vio que la estructura central de lo que iba a ser la (Sala de los Pasos Perdidos1​) del palacio, estaba en perfectas condiciones, por lo que sugirió al Ingeniero Alberto J. Pani2​ aprovechar la única parte aprovechable del malogrado palacio para honrar a la entonces recién concluida Revolución mexicana. El propio arquitecto Obregón Santacilia creció cerca del monumento, en la calle de Vallarta, por lo que conocía a pleno el terreno. Carlos Obregón Santacilia había realizado previamente obras como las oficinas del Banco de México entre 1925 y 1926 y la Secretaría de Salud, de 1926 y 1929, ambas en la Ciudad de México. Por ello tenía acceso a la presentación de ideas de obras públicas, pero esta propuesta inicialmente fue rechazada por Pani, quien tenía una idea previa de hacer un monumento a la revolución.3​ Dicha propuesta fue aceptada luego de que Pani consiguió convencer a Plutarco Elías Calles de involucrarse en el proyecto y convencer al presidente Abelardo Rodríguez. La adaptación de la estructura de la Sala de Pasos Perdidos en Monumento a la Revolución Mexicana abarcó de 1933 a 1938. Entre los cambios que se realizaron fue recubrir la cúpula con laminas de cobre, remover el águila que remataba la linternilla de la cúpula monumental, que se trasladó al actual Monumento a La Raza al norte de la ciudad. Obregón Santacilia dio un estilo sobrio Art Déco vigente en esa época, con un contraste notorio entre las piedras usadas de cantera de color claro y piedra volcánica negra. Otros elementos alineados a este estilo son las 18 lámparas reflectoras que circundan a la plaza de la República, y las 4 astas banderas de ese mismo estilo, así como los grupos escultóricos y águilas diseñadas y ejecutadas por el escultor mexicano Oliverio Martínez de Hoyos, y las lámparas del mismo monumento. El Monumento a la Revolución a cien años de ser inaugurada su construcción, con una inversión estimada en 360 millones de pesos para su remodelación, el 20 de noviembre de 2010, se reinauguró como parte de los festejos del Centenario de la Revolución. Conservando su arquitectura original, han sido renovados el Museo Nacional de la Revolución, el mausoleo, se rehabilitó la fuente adyacente y además fueron restaurados desde la piedra hasta el cobre. Consta de un elevador transparente en el centro, que lleva al mirador que ha sido reabierto al público. Mausoleo El 4 de febrero de 1936 se emitió un decreto que otorgaba al monumento la función de recinto funerario. Para este fin, se adaptaron criptas en las columnas donde permanecerían los restos de Venustiano Carranza que fueron trasladados en 1942 del Panteón Civil de Dolores, con motivo de la ceremonia de conmemoración del inicio de la Revolución Mexicana, a este su nuevo lugar. Los restos fúnebres de Francisco I. Madero fueron traídos del Panteón Francés el 20 de noviembre de 1960. Los de Plutarco Elías Calles, que estaban en el Panteón Civil de Dolores, fueron traídos nueve años más tarde en 1969. Por lo que respecta a los de Lázaro Cárdenas, han permanecido ahí desde su fallecimiento el 19 de octubre de 1970, en tanto que los últimos que fueron depositados han sido los de Francisco Villa que fueron trasladados desde el Panteón Civil de Hidalgo del Parral, Chihuahua en 1976 y depositados durante la ceremonia anual conmemorativa del movimiento revolucionario; por el momento ya no se planea hacer otra tumba. Rasgos arquitectónicos​ Cimentación​ La estructura del Monumento a la Revolución está construida sobre una cama de 17 mil pilotes sobre los que se colocaron las grandes vigas de acero que sostienen al edificio. Cuerpo inferior​ Contiene arcos que rematan en una cúpula que constituyen a la base del monumento. En cada una de las cuatro columnas se conservan los restos de Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Francisco Villa, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas. En el interior de estas columnas existen escaleras para ascender al monumento e incluso una de las columnas conserva el llamado Elevador Presidencial, un ascensor que sube a la primera y segunda cúpulas. Doble cúpula​ El monumento está rematado por una doble cúpula, sostenida por cuatro arcos a una altura de 26 metros. La interior está recubierta de cantera, y la exterior de cobre patinado. Una doble escalera helicoidal rodea la primera cúpula de cantera que tiene como remate un deambulatorio por el cual es posible acceder a una terraza que funciona como un mirador interno. En la actualidad se puede llegar a este punto a través del elevador panorámico instalado en 2010, año en que también fueron instalados telescopios en esta área. Entre el mirador y el deambulatorio bajando por la escalera elicoidal se accede a las aspilleras de ocho metros de altura que permiten el paso de la luz hacia el interior de la cúpula. La terraza es un mirador en el cual se puede observar la Ciudad de México y apreciar cercanamente las cuatro esculturas del escultor mexicano Oliverio Martínez que descansan en las pechinas del monumento. Este mirador permaneció abierto durante tres décadas y fue reabierto en 2010. La segunda cúpula en su parte inferior está revestida de cobre patinado, y puede verse desde el deambulatorio. Entre esta parte inferior y la exterior hay una estructura de acero hecha en Estados Unidos, con 29 costillas que sostienen 600 paneles de cobre que fueron martillados a mano y son desmontables. Al interior de esta estructura hay un elevador curvo de estilo Art Déco, que permitía el acceso hasta la linternilla. Dicha estructura metálica tiene adicionalmente un anillo de compresión que sirve como compresor del sistema constructivo de la cúpula. Elevador Presidencial Este elevador comenzaba su trayecto a la altura de la plaza y terminaba en la parte superior de una de las columnas del Monumento llegando hasta el salón Presidencial. Elevador Curvo​ Construido por la empresa Otis, comenzaba su trayectoria en la parte superior de la escalera presidencial y hacía dos paradas, la primera en el nivel del mirador exterior y la segunda en el nivel de aspilleras para después realizar un trayecto curvo por la estructura de acero entre las dos cúpulas de cobre rodando sobre una serie de rodillos de madera, hasta llegar a la parte más alta que conduce a la linternilla Linternilla​ Es el remate del monumento. En el proyecto original de Obregón Santacilia tenía como objetivo fungir como faro para la urbe con un enorme haz de luz. Puede observarse en este punto la abolladura de un rayo que cayó en el monumento cuando éste no tenía pararrayos. Desde este punto Juan O'Gorman tomó la perspectiva para su obra La ciudad de México de 1949. Museo Nacional de la Revolución​ En el sótano del monumento se encuentra el Museo Nacional de la Revolución, fue inaugurado el 20 de noviembre de 1986. El museo se enfoca a mostrar la historia de México, tiene como exposición Permanente "Sesenta y tres años en la historia de México 1857-1920" que abarca desde la promulgación de la Constitución de 1857 hasta la Presidencia de Venustiano Carranza, enfocándose en el periodo revolucionario. Con una inversión de 65 millones de pesos, reabren el Museo Nacional de la Revolución, por medio de la secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda en conjunto con la autoridad del espacio público capitalino, ampliaron mil 325 metros cuadrados el espacio del Museo Nacional de la Revolución. Su remodelación incluye tres secciones: Museo del Sitio, la nueva exposición permanente y una sala para exposiciones temporales. En el Museo del Sitio, se puede apreciar las etapas constructivas de lo que sería el Palacio Legislativo y terminó siendo el Monumento a la Revolución. La exposición permanente cuenta con más de 400 piezas que recorren la historia desde el periodo de la Reforma hasta el Cardenismo, contando con insignias, indumentarias, banderas y documentos oficiales que constatan el legado histórico del periodo revolucionario. Así mismo, está dividida en ocho etapas como son la consolidación del Estado mexicano, el Porfiriato, la Revolución Democrática, la Guerra Civil, la Constitución, entre otras. Además en la nueva museografía se rinde homenaje a La Bola, personajes anónimos que participaron en el movimiento armado, caracterizados en esculturas que dan la bienvenida al museo. El museo permite la inclusión a sus actividades, a personas con alguna discapacidad. Debido a que el acceso a él no se presenta como una limitante, si no que cuenta en sus instalaciones accesos disponibles hacia su vestíbulo y primer nivel, a través de su ascensor escénico. Ubicado en el sótano de la Plaza de la República ubicada en la colonia Tabacalera, el Museo Nacional de la Revolución. Los horarios de acceso al museo son: Martes a jueves 12:00 - 20:00 h / Viernes y sábado 12:00 - 22:00 h / Domingo 10:00 - 20:00 h. Plaza de la República​ En la actualidad, en el monumento y en el gran espacio abierto que lo rodea, la llamada Plaza de la República, se realizan distintas actividades culturales entre las que destaca elt, uno de los festivales de música electrónica y arte multimedia más importantes del continente americano que en 2003 reunió a casi 200.000 personas. La Plaza de la República es un espacio público, ubicado entre las calles de Valentín Gómez Farías, José María Lafragua e Ignacio Ramírez así como la avenida de la República, se puede llegar por transporte público en la estación del Metrobús homónima, o por metro en la línea 2 en la estación Revolución caminado un par de cuadras; tras su reinauguración en el 2010, por los festejos del centenario de la revolución mexicana, se ha transformado en un espacio urbano para el esparcimiento, la cultura y sus manifestaciones artísticas, en donde el embellecimiento y las propuestas culinarias de la zona, ofrecen a los visitantes 80 mil metros cuadrados para los peatones, logrando así resaltar su vegetación e iluminación peatonal. Encumbrado por el Monumento a la Revolución, se ve revitalizado por un elevador que conduce a la cúpula del monumento, para observar una vista panorámica de la urbe metropolitana, al por subir los 57 metros que conducen a la cumbre, su horario es de 10 a 17 horas. Otro atractivo son las recientes fuentes colocadas en la explanada que ofrecen un espectáculo de luces y movimientos, que lanzan sus chorros al ritmo de la música, cuyo atractivo dura aproximadamente 20 minutos, generando en el horario nocturno mayores expectativas y atractivos visuales combinados con la iluminación del Monumento a la Revolución, las fuentes son creación de Ecofenix Fuentes y cuentan con 100 chorros de agua verticales y 100 pulverizadores que no sólo son un gran espectáculo visual por ser una fuente digital musicalizada, sino también un espacio de juego para las personas que busquen divertirse en un día caluroso. Y por las tardes es utilizada como un centro recreativo acuático, ya que sin necesidad de usar traje de baño corren entre los chorros de agua las personas mientras transcurren los 20 minutos que hora tras hora brindan diversión a niños y adultos por igual. El 4 de diciembre de 2011 la cantante estadounidense Britney Spears dio un concierto gratuito en la plaza de la República ante más de 80.000 personas como parte de su gira mundial Femme Fatale.
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Пам'ятник Революції
s/n Pl. de la República
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El Monumento a la Revolución es una obra arquitectónica y un mausoleo dedicado a la conmemoración de la Revolución mexicana. Es obra del arquitecto Carlos Obregón Santacilia, quien tomó la estructura de la Sala de los Pasos Perdidos del malogrado Palacio Legislativo Federal del arquitecto francés Émile Bénard para edificar el monumento, concluido en 1938. Actualmente es uno de los más reconocibles en la Ciudad de México, y forma parte de un conjunto integrado por el propio monumento, la Plaza de la República y el Museo Nacional de la Revolución. Se localiza en la Colonia Tabacalera de la alcaldía Cuauhtémoc, cerca del Centro Histórico de la Ciudad de México. Historia En 1897, el presidente Porfirio Díaz lanzó una convocatoria para la construcción de un Palacio Legislativo, mismo que albergaría además de las cámaras de senadores y diputados, dependencias de gobierno y oficinas. No resultó ganador del primer lugar ninguno de los participantes, y tras abundantes escándalos y conflictos por dicho concurso, el gobierno del presidente Díaz designó al arquitecto francés Émile Bénard como el encargado de diseñar y edificar un fastuoso recinto para los diputados y senadores, más este arquitecto nunca vio su sueño materializado, ya que la obra fue cancelada tras el derrocamiento de Díaz por la Guerra de la Revolución Mexicana. La realización de este proyecto, de haberse construido, tendría mayores dimensiones que el Capitolio de Washington D. C.1​ El sitio elegido para la edificación fueron unos terrenos pantanosos cerca de la colonia Tabacalera y del Paseo de la Reforma. La primera piedra para la construcción del Palacio Legislativo Federal fue puesta por el presidente Porfirio Díaz el 23 de septiembre de 1910 como parte de los festejos del Centenario de la Independencia de México. Debido a los retos que suponía la cimentación del edificio en un terreno inestable la estructura metálica se construyó sobre una cama de 17 000 pilotes, la estructura metálica fue hecha de acero por Miliken Bros, en Estados Unidos. La construcción se detuvo ante el inicio de la Revolución Mexicana. El gobierno del nuevo presidente Francisco I. Madero una vez en el poder continuó con las obras, pero tras su fallecimiento finalmente se interrumpió la construcción. Años después de abandono, la estructura de acero quedó abandonada y en permanente desgaste.1​ Émile Bénard volvería a México para intentar dar vida a su proyecto en 1922 proponiendo un monumento a los grandes hombres de la lucha de la revolución, llamándole Panteón a los Héroes. El presidente electo Álvaro Obregón aceptó su proyecto, pero fue asesinado en 1928, un año después falleció el arquitecto Bénard. La estructura deteriorada se comenzó a desmantelar para usar el material en vías férreas, pero en 1933, cuando el arquitecto Carlos Obregón Santacilia pasaba por el lugar, vio que la estructura central de lo que iba a ser la (Sala de los Pasos Perdidos1​) del palacio, estaba en perfectas condiciones, por lo que sugirió al Ingeniero Alberto J. Pani2​ aprovechar la única parte aprovechable del malogrado palacio para honrar a la entonces recién concluida Revolución mexicana. El propio arquitecto Obregón Santacilia creció cerca del monumento, en la calle de Vallarta, por lo que conocía a pleno el terreno. Carlos Obregón Santacilia había realizado previamente obras como las oficinas del Banco de México entre 1925 y 1926 y la Secretaría de Salud, de 1926 y 1929, ambas en la Ciudad de México. Por ello tenía acceso a la presentación de ideas de obras públicas, pero esta propuesta inicialmente fue rechazada por Pani, quien tenía una idea previa de hacer un monumento a la revolución.3​ Dicha propuesta fue aceptada luego de que Pani consiguió convencer a Plutarco Elías Calles de involucrarse en el proyecto y convencer al presidente Abelardo Rodríguez. La adaptación de la estructura de la Sala de Pasos Perdidos en Monumento a la Revolución Mexicana abarcó de 1933 a 1938. Entre los cambios que se realizaron fue recubrir la cúpula con laminas de cobre, remover el águila que remataba la linternilla de la cúpula monumental, que se trasladó al actual Monumento a La Raza al norte de la ciudad. Obregón Santacilia dio un estilo sobrio Art Déco vigente en esa época, con un contraste notorio entre las piedras usadas de cantera de color claro y piedra volcánica negra. Otros elementos alineados a este estilo son las 18 lámparas reflectoras que circundan a la plaza de la República, y las 4 astas banderas de ese mismo estilo, así como los grupos escultóricos y águilas diseñadas y ejecutadas por el escultor mexicano Oliverio Martínez de Hoyos, y las lámparas del mismo monumento. El Monumento a la Revolución a cien años de ser inaugurada su construcción, con una inversión estimada en 360 millones de pesos para su remodelación, el 20 de noviembre de 2010, se reinauguró como parte de los festejos del Centenario de la Revolución. Conservando su arquitectura original, han sido renovados el Museo Nacional de la Revolución, el mausoleo, se rehabilitó la fuente adyacente y además fueron restaurados desde la piedra hasta el cobre. Consta de un elevador transparente en el centro, que lleva al mirador que ha sido reabierto al público. Mausoleo El 4 de febrero de 1936 se emitió un decreto que otorgaba al monumento la función de recinto funerario. Para este fin, se adaptaron criptas en las columnas donde permanecerían los restos de Venustiano Carranza que fueron trasladados en 1942 del Panteón Civil de Dolores, con motivo de la ceremonia de conmemoración del inicio de la Revolución Mexicana, a este su nuevo lugar. Los restos fúnebres de Francisco I. Madero fueron traídos del Panteón Francés el 20 de noviembre de 1960. Los de Plutarco Elías Calles, que estaban en el Panteón Civil de Dolores, fueron traídos nueve años más tarde en 1969. Por lo que respecta a los de Lázaro Cárdenas, han permanecido ahí desde su fallecimiento el 19 de octubre de 1970, en tanto que los últimos que fueron depositados han sido los de Francisco Villa que fueron trasladados desde el Panteón Civil de Hidalgo del Parral, Chihuahua en 1976 y depositados durante la ceremonia anual conmemorativa del movimiento revolucionario; por el momento ya no se planea hacer otra tumba. Rasgos arquitectónicos​ Cimentación​ La estructura del Monumento a la Revolución está construida sobre una cama de 17 mil pilotes sobre los que se colocaron las grandes vigas de acero que sostienen al edificio. Cuerpo inferior​ Contiene arcos que rematan en una cúpula que constituyen a la base del monumento. En cada una de las cuatro columnas se conservan los restos de Francisco I. Madero, Venustiano Carranza, Francisco Villa, Plutarco Elías Calles y Lázaro Cárdenas. En el interior de estas columnas existen escaleras para ascender al monumento e incluso una de las columnas conserva el llamado Elevador Presidencial, un ascensor que sube a la primera y segunda cúpulas. Doble cúpula​ El monumento está rematado por una doble cúpula, sostenida por cuatro arcos a una altura de 26 metros. La interior está recubierta de cantera, y la exterior de cobre patinado. Una doble escalera helicoidal rodea la primera cúpula de cantera que tiene como remate un deambulatorio por el cual es posible acceder a una terraza que funciona como un mirador interno. En la actualidad se puede llegar a este punto a través del elevador panorámico instalado en 2010, año en que también fueron instalados telescopios en esta área. Entre el mirador y el deambulatorio bajando por la escalera elicoidal se accede a las aspilleras de ocho metros de altura que permiten el paso de la luz hacia el interior de la cúpula. La terraza es un mirador en el cual se puede observar la Ciudad de México y apreciar cercanamente las cuatro esculturas del escultor mexicano Oliverio Martínez que descansan en las pechinas del monumento. Este mirador permaneció abierto durante tres décadas y fue reabierto en 2010. La segunda cúpula en su parte inferior está revestida de cobre patinado, y puede verse desde el deambulatorio. Entre esta parte inferior y la exterior hay una estructura de acero hecha en Estados Unidos, con 29 costillas que sostienen 600 paneles de cobre que fueron martillados a mano y son desmontables. Al interior de esta estructura hay un elevador curvo de estilo Art Déco, que permitía el acceso hasta la linternilla. Dicha estructura metálica tiene adicionalmente un anillo de compresión que sirve como compresor del sistema constructivo de la cúpula. Elevador Presidencial Este elevador comenzaba su trayecto a la altura de la plaza y terminaba en la parte superior de una de las columnas del Monumento llegando hasta el salón Presidencial. Elevador Curvo​ Construido por la empresa Otis, comenzaba su trayectoria en la parte superior de la escalera presidencial y hacía dos paradas, la primera en el nivel del mirador exterior y la segunda en el nivel de aspilleras para después realizar un trayecto curvo por la estructura de acero entre las dos cúpulas de cobre rodando sobre una serie de rodillos de madera, hasta llegar a la parte más alta que conduce a la linternilla Linternilla​ Es el remate del monumento. En el proyecto original de Obregón Santacilia tenía como objetivo fungir como faro para la urbe con un enorme haz de luz. Puede observarse en este punto la abolladura de un rayo que cayó en el monumento cuando éste no tenía pararrayos. Desde este punto Juan O'Gorman tomó la perspectiva para su obra La ciudad de México de 1949. Museo Nacional de la Revolución​ En el sótano del monumento se encuentra el Museo Nacional de la Revolución, fue inaugurado el 20 de noviembre de 1986. El museo se enfoca a mostrar la historia de México, tiene como exposición Permanente "Sesenta y tres años en la historia de México 1857-1920" que abarca desde la promulgación de la Constitución de 1857 hasta la Presidencia de Venustiano Carranza, enfocándose en el periodo revolucionario. Con una inversión de 65 millones de pesos, reabren el Museo Nacional de la Revolución, por medio de la secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda en conjunto con la autoridad del espacio público capitalino, ampliaron mil 325 metros cuadrados el espacio del Museo Nacional de la Revolución. Su remodelación incluye tres secciones: Museo del Sitio, la nueva exposición permanente y una sala para exposiciones temporales. En el Museo del Sitio, se puede apreciar las etapas constructivas de lo que sería el Palacio Legislativo y terminó siendo el Monumento a la Revolución. La exposición permanente cuenta con más de 400 piezas que recorren la historia desde el periodo de la Reforma hasta el Cardenismo, contando con insignias, indumentarias, banderas y documentos oficiales que constatan el legado histórico del periodo revolucionario. Así mismo, está dividida en ocho etapas como son la consolidación del Estado mexicano, el Porfiriato, la Revolución Democrática, la Guerra Civil, la Constitución, entre otras. Además en la nueva museografía se rinde homenaje a La Bola, personajes anónimos que participaron en el movimiento armado, caracterizados en esculturas que dan la bienvenida al museo. El museo permite la inclusión a sus actividades, a personas con alguna discapacidad. Debido a que el acceso a él no se presenta como una limitante, si no que cuenta en sus instalaciones accesos disponibles hacia su vestíbulo y primer nivel, a través de su ascensor escénico. Ubicado en el sótano de la Plaza de la República ubicada en la colonia Tabacalera, el Museo Nacional de la Revolución. Los horarios de acceso al museo son: Martes a jueves 12:00 - 20:00 h / Viernes y sábado 12:00 - 22:00 h / Domingo 10:00 - 20:00 h. Plaza de la República​ En la actualidad, en el monumento y en el gran espacio abierto que lo rodea, la llamada Plaza de la República, se realizan distintas actividades culturales entre las que destaca elt, uno de los festivales de música electrónica y arte multimedia más importantes del continente americano que en 2003 reunió a casi 200.000 personas. La Plaza de la República es un espacio público, ubicado entre las calles de Valentín Gómez Farías, José María Lafragua e Ignacio Ramírez así como la avenida de la República, se puede llegar por transporte público en la estación del Metrobús homónima, o por metro en la línea 2 en la estación Revolución caminado un par de cuadras; tras su reinauguración en el 2010, por los festejos del centenario de la revolución mexicana, se ha transformado en un espacio urbano para el esparcimiento, la cultura y sus manifestaciones artísticas, en donde el embellecimiento y las propuestas culinarias de la zona, ofrecen a los visitantes 80 mil metros cuadrados para los peatones, logrando así resaltar su vegetación e iluminación peatonal. Encumbrado por el Monumento a la Revolución, se ve revitalizado por un elevador que conduce a la cúpula del monumento, para observar una vista panorámica de la urbe metropolitana, al por subir los 57 metros que conducen a la cumbre, su horario es de 10 a 17 horas. Otro atractivo son las recientes fuentes colocadas en la explanada que ofrecen un espectáculo de luces y movimientos, que lanzan sus chorros al ritmo de la música, cuyo atractivo dura aproximadamente 20 minutos, generando en el horario nocturno mayores expectativas y atractivos visuales combinados con la iluminación del Monumento a la Revolución, las fuentes son creación de Ecofenix Fuentes y cuentan con 100 chorros de agua verticales y 100 pulverizadores que no sólo son un gran espectáculo visual por ser una fuente digital musicalizada, sino también un espacio de juego para las personas que busquen divertirse en un día caluroso. Y por las tardes es utilizada como un centro recreativo acuático, ya que sin necesidad de usar traje de baño corren entre los chorros de agua las personas mientras transcurren los 20 minutos que hora tras hora brindan diversión a niños y adultos por igual. El 4 de diciembre de 2011 la cantante estadounidense Britney Spears dio un concierto gratuito en la plaza de la República ante más de 80.000 personas como parte de su gira mundial Femme Fatale.
Es famosa por los grupos de mariachis, grupos norteños, tríos románticos y músicos jarochos. Animado espacio para ver y escuchar música folclórica y degustar de la gastronomía típica de Jalisco y del Valle de México. Debe su nombre actual a Giuseppe Garibaldi, quien combatiera en 1911 en las filas de Francisco I. Madero en Chihuahua, durante la Revolución Mexicana. En la plaza se celebra el 22 de noviembre a Santa Cecilia de Roma, patrona de los músicos.
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Garibaldi Plaza
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Es famosa por los grupos de mariachis, grupos norteños, tríos románticos y músicos jarochos. Animado espacio para ver y escuchar música folclórica y degustar de la gastronomía típica de Jalisco y del Valle de México. Debe su nombre actual a Giuseppe Garibaldi, quien combatiera en 1911 en las filas de Francisco I. Madero en Chihuahua, durante la Revolución Mexicana. En la plaza se celebra el 22 de noviembre a Santa Cecilia de Roma, patrona de los músicos.
La plaza de la Ciudadela es un espacio público de la Ciudad de México, ubicada entre las calles de Balderas, Enrico Martínez, José María Morelos y Manuel Tolsá en la colonia centro. La Ciudadela, edificio del cual la plaza tomó su nombre, fue diseñada originalmente para ser una fábrica de tabacos. El proyecto estuvo a cargo del Arquitecto José Antonio González Velázquez quien fuera en aquel entonces director de Arquitectura de la Real Academia de San Carlos. La construcción la llevó a cabo el ingeniero Miguel Constanzó y fue concluida en 1807. Por el carácter recio de la construcción, por la estratégica ubicación del edificio en la entrada suroeste de la ciudad y por haber servido como fábrica de armas y cuartel, se le llamó La Ciudadela y hacia su porción norte se dejó una plaza para movimientos de tropa. A principios de la década de 1980, la plaza cambió de nombre para dedicarse a José María Morelos, quien ahí estuvo preso en 1815, antes de ser fusilado. La plaza cubría originalmente una superficie mayor, pues al edificio de La Ciudadela lo rodeaban totalmente amplias áreas ajardinadas (por haberse construido en una zona despoblada), las que se fueron reduciendo progresivamente hasta llegar a tener sus dimensiones actuales. En 1912, a iniciativa de la Asociación del Colegio Militar, ahí se levanta un monumento dedicado a Morelos al conmemorarse el centenario del sitio de Cuautla. El edificio alberga hoy en día la Biblioteca de México y el Centro de la Imagen, que funge actualmente como galería fotográfica. Además de histórica, la plaza de La Ciudadela tiene un amplio corredor con más de 100 locales especializados en la venta de libros principalmente; así como discos de vinil, revistas usadas, joyería de fantasía; tacos, esquimos y mucho más. Al final del corredor podrás entrar al mercado de artesanías; lugar ineludible para cualquier turista que se precise de serlo.
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Plaza de La Ciudadela
104 esquina Enrico Martínez
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La plaza de la Ciudadela es un espacio público de la Ciudad de México, ubicada entre las calles de Balderas, Enrico Martínez, José María Morelos y Manuel Tolsá en la colonia centro. La Ciudadela, edificio del cual la plaza tomó su nombre, fue diseñada originalmente para ser una fábrica de tabacos. El proyecto estuvo a cargo del Arquitecto José Antonio González Velázquez quien fuera en aquel entonces director de Arquitectura de la Real Academia de San Carlos. La construcción la llevó a cabo el ingeniero Miguel Constanzó y fue concluida en 1807. Por el carácter recio de la construcción, por la estratégica ubicación del edificio en la entrada suroeste de la ciudad y por haber servido como fábrica de armas y cuartel, se le llamó La Ciudadela y hacia su porción norte se dejó una plaza para movimientos de tropa. A principios de la década de 1980, la plaza cambió de nombre para dedicarse a José María Morelos, quien ahí estuvo preso en 1815, antes de ser fusilado. La plaza cubría originalmente una superficie mayor, pues al edificio de La Ciudadela lo rodeaban totalmente amplias áreas ajardinadas (por haberse construido en una zona despoblada), las que se fueron reduciendo progresivamente hasta llegar a tener sus dimensiones actuales. En 1912, a iniciativa de la Asociación del Colegio Militar, ahí se levanta un monumento dedicado a Morelos al conmemorarse el centenario del sitio de Cuautla. El edificio alberga hoy en día la Biblioteca de México y el Centro de la Imagen, que funge actualmente como galería fotográfica. Además de histórica, la plaza de La Ciudadela tiene un amplio corredor con más de 100 locales especializados en la venta de libros principalmente; así como discos de vinil, revistas usadas, joyería de fantasía; tacos, esquimos y mucho más. Al final del corredor podrás entrar al mercado de artesanías; lugar ineludible para cualquier turista que se precise de serlo.
Calle de La Academia 22, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06060 Edificio histórico perteneciente a la UNAM que alberga a la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Artes y Diseño. El edificio actual fue levantado sobre otro que perteneciera al Antiguo Hospital del Amor de Dios y remodelado en su aspecto actual a mediados del siglo XIX. Fundado bajo el nombre de la Real Academia de San Carlos de la Nobles Artes de la Nueva España en el año de 1781 por el entonces Rey de España Carlos II y a petición de las autoridades de la Casa de Moneda de la Nueva España, quienes veían en dicho fin principal el establecimiento de una escuela de grabado en el entonces virreinato novohispano con la intención de mejorar la producción y acuñacion dd moneda. Se inspiró su fundación en el modelo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid y fue la primera academia fundada en el continente americano, teniendo también en sus instalaciones el primer museo de arte que se inauguró en Latinoamérica. Las ramas principales que se impartieron en la academia fueron las de arquitectura, pintura y escultura. Tuvo una vida azarosa a lo largo del siglo XIX entre las revoluciones y guerras que sacudieron al país hasta comienzos del siglo CZx y la actualidad. En sus instalaciones impartieron clases y estudiaron los más prestigiosos arquitectos, pintores y escultores del país, educados bajo los modelos que predominaron en su momento. La Academia de San Carlos curr es neta con más de 64,000 obras de arte en su acervo que localizan en diferentes lugares, siendo el más importante de ellos el Museo de San Carlos, también en la CDMX.
National School of Plastic Arts
22 La Academia
Calle de La Academia 22, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06060 Edificio histórico perteneciente a la UNAM que alberga a la División de Estudios de Posgrado de la Facultad de Artes y Diseño. El edificio actual fue levantado sobre otro que perteneciera al Antiguo Hospital del Amor de Dios y remodelado en su aspecto actual a mediados del siglo XIX. Fundado bajo el nombre de la Real Academia de San Carlos de la Nobles Artes de la Nueva España en el año de 1781 por el entonces Rey de España Carlos II y a petición de las autoridades de la Casa de Moneda de la Nueva España, quienes veían en dicho fin principal el establecimiento de una escuela de grabado en el entonces virreinato novohispano con la intención de mejorar la producción y acuñacion dd moneda. Se inspiró su fundación en el modelo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid y fue la primera academia fundada en el continente americano, teniendo también en sus instalaciones el primer museo de arte que se inauguró en Latinoamérica. Las ramas principales que se impartieron en la academia fueron las de arquitectura, pintura y escultura. Tuvo una vida azarosa a lo largo del siglo XIX entre las revoluciones y guerras que sacudieron al país hasta comienzos del siglo CZx y la actualidad. En sus instalaciones impartieron clases y estudiaron los más prestigiosos arquitectos, pintores y escultores del país, educados bajo los modelos que predominaron en su momento. La Academia de San Carlos curr es neta con más de 64,000 obras de arte en su acervo que localizan en diferentes lugares, siendo el más importante de ellos el Museo de San Carlos, también en la CDMX.
El palacio de Iturbide es un edificio localizado en la acera sur de la calle de Madero, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, que presenta la tradicional combinación de cantera y tezontle rojo. Fue la única residencia palaciega construida en cuatro niveles durante la época virreinal y es de estilo barroco. El 19 de enero de 2004 fue inaugurado en el palacio de Iturbide,el museo Palacio de Cultura Banamex, enfocado a difundir tanto el arte popular mexicano como a la colección particular del Banco Nacional de México. Historia​ El espacio que ocupa el edificio perteneció en el siglo XVI a Gonzalo Juárez de Córdoba, el contador mayor del real tribunal de cuentas en su tiempo. Posteriormente ésta fue vendida a las religiosas de Santa Brígida las que, a su vez, la vendieron a los condes de San Mateo de Valparaíso y marqués del Jaral de Berrio, descendientes del conde Fernando de la Campa, quien dispuso su demolición para edificar ahí el palacio actual. De los cuales, ellos mandaron a construir este palacio del siglo XVIII con motivo de la boda de su única hija Mariana Berrio de la Campa y Cos y su esposo Pedro de Moncada y Branciforte. La obra fue encargada al arquitecto Francisco Guerrero y Torres, quien trabajó entre 1779 y 1785. Ninguna otra obra novohispana tuvo el lujo y la nobleza de ésta, por lo que se le considera la obra maestra de la arquitectura civil del barroco novohispano. Una vez terminado el movimiento de Independencia de México en 1821, el palacio fue ofrecido a Agustín de Iturbide, primer jefe del Ejército Trigarante, para que residiera en él, y precisamente el 15 de mayo de 1822, Iturbide salió al balcón central para ser proclamado como emperador de México por el Congreso Constitucional. De aquí el nombre de palacio de Iturbide. El estilo del edificio es un ejemplo de la interpretación del barroco español en la Nueva España, que incluye en los detalles decorativos elementos distintivos de las raíces indígenas de México. El edificio cuenta con tres pisos; el primero, muy alto, con entresuelo; el segundo a la manera convencional, y el tercero formado por dos torreones unidos por una galería, donde la portada lleva pilastras ricamente talladas, dos atlantes y un guantelete mixtilíneo. Antecedentes​ Desde 1785 el palacio ha sido testigo de la historia mexicana, ha visto pasar virreyes y arzobispos, nacimiento de niños, juras de reyes, el desfile de un emperador, presidentes en triunfo y derrota, a los defensores de México y a sus vencedores. De 1965 a 1972 el Banco Nacional de México, llevó a cabo una importante restauración del edificio, para convertirlo en un espacio que albergara exposiciones temporales. Durante el siglo XIX funcionó en este edificio el Hotel Iturbide. En 1972 fue restaurado por Ricardo Legorreta para ser sede del Fomento Cultural Banamex. El 19 de enero de 2004 fue inaugurado por el presidente de México Vicente Fox Quesada el Palacio de Cultura Banamex. El museo Palacio de Cultura Banamex se encuentra dentro del palacio de Iturbide, y se enfoca tanto a difundir el arte popular mexicano como a la colección particular del Banco Nacional de México. Colección​ La colección del Banco Nacional de México comprende alrededor de 4300 obras de arte, abarca desde la época virreinal hasta el presente, cuenta con trabajos de los principales artistas mexicanos como Diego Rivera, José Clemente Orozco, Frida Kahlo, Joaquín Clausell y Manuel Álvarez Bravo.3​ Esta colección fue comenzada alrededor del año 1920 por Agustín Legorreta García, entonces director general del Banco Nacional de México.
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Музей палацу Ітурбіде
17 Av Francisco I. Madero
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El palacio de Iturbide es un edificio localizado en la acera sur de la calle de Madero, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, que presenta la tradicional combinación de cantera y tezontle rojo. Fue la única residencia palaciega construida en cuatro niveles durante la época virreinal y es de estilo barroco. El 19 de enero de 2004 fue inaugurado en el palacio de Iturbide,el museo Palacio de Cultura Banamex, enfocado a difundir tanto el arte popular mexicano como a la colección particular del Banco Nacional de México. Historia​ El espacio que ocupa el edificio perteneció en el siglo XVI a Gonzalo Juárez de Córdoba, el contador mayor del real tribunal de cuentas en su tiempo. Posteriormente ésta fue vendida a las religiosas de Santa Brígida las que, a su vez, la vendieron a los condes de San Mateo de Valparaíso y marqués del Jaral de Berrio, descendientes del conde Fernando de la Campa, quien dispuso su demolición para edificar ahí el palacio actual. De los cuales, ellos mandaron a construir este palacio del siglo XVIII con motivo de la boda de su única hija Mariana Berrio de la Campa y Cos y su esposo Pedro de Moncada y Branciforte. La obra fue encargada al arquitecto Francisco Guerrero y Torres, quien trabajó entre 1779 y 1785. Ninguna otra obra novohispana tuvo el lujo y la nobleza de ésta, por lo que se le considera la obra maestra de la arquitectura civil del barroco novohispano. Una vez terminado el movimiento de Independencia de México en 1821, el palacio fue ofrecido a Agustín de Iturbide, primer jefe del Ejército Trigarante, para que residiera en él, y precisamente el 15 de mayo de 1822, Iturbide salió al balcón central para ser proclamado como emperador de México por el Congreso Constitucional. De aquí el nombre de palacio de Iturbide. El estilo del edificio es un ejemplo de la interpretación del barroco español en la Nueva España, que incluye en los detalles decorativos elementos distintivos de las raíces indígenas de México. El edificio cuenta con tres pisos; el primero, muy alto, con entresuelo; el segundo a la manera convencional, y el tercero formado por dos torreones unidos por una galería, donde la portada lleva pilastras ricamente talladas, dos atlantes y un guantelete mixtilíneo. Antecedentes​ Desde 1785 el palacio ha sido testigo de la historia mexicana, ha visto pasar virreyes y arzobispos, nacimiento de niños, juras de reyes, el desfile de un emperador, presidentes en triunfo y derrota, a los defensores de México y a sus vencedores. De 1965 a 1972 el Banco Nacional de México, llevó a cabo una importante restauración del edificio, para convertirlo en un espacio que albergara exposiciones temporales. Durante el siglo XIX funcionó en este edificio el Hotel Iturbide. En 1972 fue restaurado por Ricardo Legorreta para ser sede del Fomento Cultural Banamex. El 19 de enero de 2004 fue inaugurado por el presidente de México Vicente Fox Quesada el Palacio de Cultura Banamex. El museo Palacio de Cultura Banamex se encuentra dentro del palacio de Iturbide, y se enfoca tanto a difundir el arte popular mexicano como a la colección particular del Banco Nacional de México. Colección​ La colección del Banco Nacional de México comprende alrededor de 4300 obras de arte, abarca desde la época virreinal hasta el presente, cuenta con trabajos de los principales artistas mexicanos como Diego Rivera, José Clemente Orozco, Frida Kahlo, Joaquín Clausell y Manuel Álvarez Bravo.3​ Esta colección fue comenzada alrededor del año 1920 por Agustín Legorreta García, entonces director general del Banco Nacional de México.
Es un museo y oficina de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.1​ Hasta 2018 fue la sede de oficinas de distintas dependencias del Gobierno de la Ciudad de México, poder ejecutivo local de la Ciudad de México. En su interior alberga patrimonio histórico como el Salón de Cabildos y el Centro de Documentación Francisco Gamoneda. En él se reunió el primer Ayuntamiento de la ciudad, el 10 de mayo de 1524. Su construcción fue ordenada por Hernán Cortés a inicios de la reconstrucción de la ciudad en 1522, y fue terminado entre 1527 y 1532. Pedro de Arrieta y José Miguel Álvarez, maestros de arquitectura, dirigieron la obra según consta en un libro de cuentas del que tuvo conocimiento Guillermo Tovar de Teresa. Se ubica al sur del Zócalo capitalino en el Centro Histórico. Al formar parte del mencionado conjunto arquitectónico en esa área de la ciudad, es en consecuencia Patrimonio de la humanidad desde 1987. Historia Durante el gobierno de Hernán Cortés, quien sería nombrado gobernador y capitán general en Coyoacán, la ciudad comenzó a tomar forma. Con las piedras de los templos mexicas se construyeron, de acuerdo con las Ordenanzas de Población de Carlos I, las Casas del Ayuntamiento o Casas del Cabildo, a la par que casas parroquiales o privadas de vecinos prominentes. El antiguo edificio del Ayuntamiento estaba en la Plaza Mayor y tenía funciones administrativas y de justicia en la ciudad. Esa arquitectura era necesaria como protección contra los indígenas, quienes tenían prohibido asentarse en la zona. El primer Ayuntamiento de la Nueva España fue establecido en la Villa Rica de la Veracruz por Hernán Cortés, el cual fue trasladado hacia Coyoacán, terminadas las acciones bélicas en México Tenochtitlán. El primer edificio fue construido por las autoridades españolas entre 1526 y 1532, en seis solares dados por el cabildo en el costado sur de lo que fue el tecpan de Motecuhzoma Xocoyotzin. El encargado de las llamadas Casas del Ayuntamiento fue Alonso García (no confundir con su homónimo, arquitecto que realizó la traza de la ciudad años antes), quien empezó a construir los edificios en la esquina de la antigua calle de La Monterilla, y la Plaza Mayor. El 28 de marzo de 1530 se inició la primera ampliación de las ahora llamadas Casas Nuevas del Consejo, construidas con el estilo medievalizante característico de la primera etapa de la nueva Ciudad de México, recio, sobrio, y como una fortaleza contra posibles insurrecciones. Tenía entonces una gran sala de reuniones, y sitios para escribanos, contadores, un espacio para los oidores y una capilla.​ El palacio ocupaba entonces cuatro de los solares que recibió, en el resto se establecieron otras cosas como un granero, la cárcel pública, las carnicerías y los corrales para aves del propio Consejo. Enfrente, pasaba la Acequia Real. El edificio constaba de una Sala de Acuerdos, una pieza para el escribano, otra de contaduría, una sala para audiencia ordinaria, capilla, sacristía y la cárcel de la ciudad. Poco a poco fueron agregándose otras dependencias: una alhóndiga, casa de moneda, una fundición, la carnicería mayor y las casas que servían de residencia. Dentro de la Plaza de Armas y frente al Palacio del Ayuntamiento el virrey de la Nueva España, Rodrigo Pacheco y Osorio,​ Marqués de Cerralvo, mandó a construir un edificio destinado a cuartel de caballería el 15 de enero de 1624. Con el tiempo este sitio acabó por convertirse en mercado para la venta de artículos diversos. El 8 de junio de 1692 durante el Motín de la Ciudad de México, el edificio fue parcialmente quemado por indígenas enfurecidos, que protestaron de dicha forma por la especulación en el precio del maíz. En este episodio, es memorable como Carlos de Sigüenza y Góngora quiso rescatar de las llamas el archivo histórico de la ciudad.4​ A principios del siglo XVIII (1714) el palacio del Ayuntamiento fue reconstruido con el gusto de la época: de la primera austeridad con muros anchos y ventanas pequeñas, pasa al estilo barroco peninsular, con arcos y adornos, y después se le agrega el neoclásico. Por tal motivo, las Casas del Cabildo fueron reedificadas totalmente por instrucciones del virrey Fernando de Alencastre Noroña y Silva, duque de Linares, iniciando las obras en 1714 y concluyendo entre el año de 1722 (portales) y 1724 (el resto del edificio); siendo virrey el Marqués de Casafuerte. Al ser totalmente reconstruido, el edificio toma la ubicación, alineación y forma que tiene en la actualidad. La obra se efectuó bajo la dirección de Pedro de Arrieta y José Miguel Álvarez, maestros de arquitectura, según consta en un viejo Libro de Cuentas. Hacia 1821 fue suprimida la venta de carnes en el palacio, por lo que a partir de entonces se establecieron vendimias en el callejón de la Diputación, actual avenida 20 de Noviembre. El gobierno de Porfirio Díaz se distinguió por la construcción de grandes obras, entre ellas muy bellos edificios. Para la celebración del Centenario de la Independencia en 1910, su gobierno emprendió desde muchos años antes, la construcción, remodelación y restauración de muchos edificios públicos, entre ellos el Palacio Municipal, al cual se le agregó un nivel más y se reconstruyó totalmente. Aunque estas obras comenzaron en 1906 y se terminaron completamente muchos años después, en las fiestas del centenario de la Independencia Mexicana el 16 de septiembre de 1910 durante la Presidencia de Porfirio Díaz cerca del Palacio Nacional. A principios del siglo XX, García Preciat le da otra denominación a estos edificios: Aduana Marítima, Palacio Municipal, y cuerpo de guardia principal, transformando posteriormente en palacio de gobierno. En 1846 la aduana marítima solo contaba con un piso conteniendo las piezas interiores y los corredores de arco a su frente, en ese mismo año, se procede a la construcción del segundo piso de la aduana y para 1963, todo el edificio del antiguo palacio de gobierno que albergaba la aduana, el palacio municipal, el palacio de gobierno y las atarazanas. A partir de 1929, se convierte al ex palacio municipal en sede del Departamento del Distrito Federal. En 1934 se le agrega el 4º. Piso. Al llegar al poder, el Gral. Lázaro Cárdenas emprendió la tarea de agregar un nivel más al edificio, que ya entonces se llamaba, del Departamento del Distrito Federal. Durante el mismo gobierno y como complemento de la ampliación del Palacio del Departamento del Distrito Federal y la remodelación de Palacio Nacional, al que se le había agregado un nivel más, así como también fue la terminación del edificio de la Suprema Corte Justicia; se emprendió la tarea de construir un edificio similar al original de D.F., que aunque no idéntico, pues consta de 5 niveles, que le diera simetría a la que sería puerta de acceso a la Plaza de la Constitución. Esta construcción se inició en 1941, mediante estructura de acero. Para 1948, ambos edificios del Departamento del Distrito Federal se encontraban totalmente terminados y funcionando. Pese a que solo quedan los cimientos y algunos muros del Ayuntamiento original, su arquitectura y belleza invita a observarlo, ya sea en su fachada exterior, con su loggia o estilo neoclásico y el águila imperial, ya sean sus arquerías o los escudos de la ciudad; sus balcones o sus torres que fueron elevándose conforme la edificación crecía. En su interior, se pueden apreciar en sus columnas los estilos dórico, jónico y corintio, o su hermoso Salón de Cabildos, escenario de eventos trascendentes y su biblioteca, que ofrece servicio de consulta sobre temas de nuestra ciudad. Espacios Salón de Cabildos Salones de Virreyes, con los retratos de los 63 virreyes de la Nueva España. Es un espacio solemne, ornamentado por Manuel Gorozpe5​ al estilo Art nouveau en 1893, usado para actos protocolarios. Cuenta con un estrado, que preside un retrato de Miguel Hidalgo y Costilla, y 119 sillas. En el plafón del salón hay una pintura al óleo obra de Francisco Parra,5​ que representa un cielo abierto, y en las orillas del mismo aparecen personajes famosos en la historia de la ciudad como Francisco Primo de Verdad o Fray Servando Teresa de Mier. Uso actual El espacio fue restaurado como parte de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución. Actualmente se encuentra abierto al público y se realizan visitas guiadas, y es usado para realizar ceremonias protocolarias, como la entrega de las Llaves de la Ciudad de México. Salones de Virreyes Son dos salones que albergaron archivos del cabildo, y que hoy resguardan retratos de los 62 virreyes de la Nueva España, desde Antonio de Mendoza y Pacheco.
Antiguo Palacio del Ayuntamiento
2 P.za de la Constitución
Es un museo y oficina de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.1​ Hasta 2018 fue la sede de oficinas de distintas dependencias del Gobierno de la Ciudad de México, poder ejecutivo local de la Ciudad de México. En su interior alberga patrimonio histórico como el Salón de Cabildos y el Centro de Documentación Francisco Gamoneda. En él se reunió el primer Ayuntamiento de la ciudad, el 10 de mayo de 1524. Su construcción fue ordenada por Hernán Cortés a inicios de la reconstrucción de la ciudad en 1522, y fue terminado entre 1527 y 1532. Pedro de Arrieta y José Miguel Álvarez, maestros de arquitectura, dirigieron la obra según consta en un libro de cuentas del que tuvo conocimiento Guillermo Tovar de Teresa. Se ubica al sur del Zócalo capitalino en el Centro Histórico. Al formar parte del mencionado conjunto arquitectónico en esa área de la ciudad, es en consecuencia Patrimonio de la humanidad desde 1987. Historia Durante el gobierno de Hernán Cortés, quien sería nombrado gobernador y capitán general en Coyoacán, la ciudad comenzó a tomar forma. Con las piedras de los templos mexicas se construyeron, de acuerdo con las Ordenanzas de Población de Carlos I, las Casas del Ayuntamiento o Casas del Cabildo, a la par que casas parroquiales o privadas de vecinos prominentes. El antiguo edificio del Ayuntamiento estaba en la Plaza Mayor y tenía funciones administrativas y de justicia en la ciudad. Esa arquitectura era necesaria como protección contra los indígenas, quienes tenían prohibido asentarse en la zona. El primer Ayuntamiento de la Nueva España fue establecido en la Villa Rica de la Veracruz por Hernán Cortés, el cual fue trasladado hacia Coyoacán, terminadas las acciones bélicas en México Tenochtitlán. El primer edificio fue construido por las autoridades españolas entre 1526 y 1532, en seis solares dados por el cabildo en el costado sur de lo que fue el tecpan de Motecuhzoma Xocoyotzin. El encargado de las llamadas Casas del Ayuntamiento fue Alonso García (no confundir con su homónimo, arquitecto que realizó la traza de la ciudad años antes), quien empezó a construir los edificios en la esquina de la antigua calle de La Monterilla, y la Plaza Mayor. El 28 de marzo de 1530 se inició la primera ampliación de las ahora llamadas Casas Nuevas del Consejo, construidas con el estilo medievalizante característico de la primera etapa de la nueva Ciudad de México, recio, sobrio, y como una fortaleza contra posibles insurrecciones. Tenía entonces una gran sala de reuniones, y sitios para escribanos, contadores, un espacio para los oidores y una capilla.​ El palacio ocupaba entonces cuatro de los solares que recibió, en el resto se establecieron otras cosas como un granero, la cárcel pública, las carnicerías y los corrales para aves del propio Consejo. Enfrente, pasaba la Acequia Real. El edificio constaba de una Sala de Acuerdos, una pieza para el escribano, otra de contaduría, una sala para audiencia ordinaria, capilla, sacristía y la cárcel de la ciudad. Poco a poco fueron agregándose otras dependencias: una alhóndiga, casa de moneda, una fundición, la carnicería mayor y las casas que servían de residencia. Dentro de la Plaza de Armas y frente al Palacio del Ayuntamiento el virrey de la Nueva España, Rodrigo Pacheco y Osorio,​ Marqués de Cerralvo, mandó a construir un edificio destinado a cuartel de caballería el 15 de enero de 1624. Con el tiempo este sitio acabó por convertirse en mercado para la venta de artículos diversos. El 8 de junio de 1692 durante el Motín de la Ciudad de México, el edificio fue parcialmente quemado por indígenas enfurecidos, que protestaron de dicha forma por la especulación en el precio del maíz. En este episodio, es memorable como Carlos de Sigüenza y Góngora quiso rescatar de las llamas el archivo histórico de la ciudad.4​ A principios del siglo XVIII (1714) el palacio del Ayuntamiento fue reconstruido con el gusto de la época: de la primera austeridad con muros anchos y ventanas pequeñas, pasa al estilo barroco peninsular, con arcos y adornos, y después se le agrega el neoclásico. Por tal motivo, las Casas del Cabildo fueron reedificadas totalmente por instrucciones del virrey Fernando de Alencastre Noroña y Silva, duque de Linares, iniciando las obras en 1714 y concluyendo entre el año de 1722 (portales) y 1724 (el resto del edificio); siendo virrey el Marqués de Casafuerte. Al ser totalmente reconstruido, el edificio toma la ubicación, alineación y forma que tiene en la actualidad. La obra se efectuó bajo la dirección de Pedro de Arrieta y José Miguel Álvarez, maestros de arquitectura, según consta en un viejo Libro de Cuentas. Hacia 1821 fue suprimida la venta de carnes en el palacio, por lo que a partir de entonces se establecieron vendimias en el callejón de la Diputación, actual avenida 20 de Noviembre. El gobierno de Porfirio Díaz se distinguió por la construcción de grandes obras, entre ellas muy bellos edificios. Para la celebración del Centenario de la Independencia en 1910, su gobierno emprendió desde muchos años antes, la construcción, remodelación y restauración de muchos edificios públicos, entre ellos el Palacio Municipal, al cual se le agregó un nivel más y se reconstruyó totalmente. Aunque estas obras comenzaron en 1906 y se terminaron completamente muchos años después, en las fiestas del centenario de la Independencia Mexicana el 16 de septiembre de 1910 durante la Presidencia de Porfirio Díaz cerca del Palacio Nacional. A principios del siglo XX, García Preciat le da otra denominación a estos edificios: Aduana Marítima, Palacio Municipal, y cuerpo de guardia principal, transformando posteriormente en palacio de gobierno. En 1846 la aduana marítima solo contaba con un piso conteniendo las piezas interiores y los corredores de arco a su frente, en ese mismo año, se procede a la construcción del segundo piso de la aduana y para 1963, todo el edificio del antiguo palacio de gobierno que albergaba la aduana, el palacio municipal, el palacio de gobierno y las atarazanas. A partir de 1929, se convierte al ex palacio municipal en sede del Departamento del Distrito Federal. En 1934 se le agrega el 4º. Piso. Al llegar al poder, el Gral. Lázaro Cárdenas emprendió la tarea de agregar un nivel más al edificio, que ya entonces se llamaba, del Departamento del Distrito Federal. Durante el mismo gobierno y como complemento de la ampliación del Palacio del Departamento del Distrito Federal y la remodelación de Palacio Nacional, al que se le había agregado un nivel más, así como también fue la terminación del edificio de la Suprema Corte Justicia; se emprendió la tarea de construir un edificio similar al original de D.F., que aunque no idéntico, pues consta de 5 niveles, que le diera simetría a la que sería puerta de acceso a la Plaza de la Constitución. Esta construcción se inició en 1941, mediante estructura de acero. Para 1948, ambos edificios del Departamento del Distrito Federal se encontraban totalmente terminados y funcionando. Pese a que solo quedan los cimientos y algunos muros del Ayuntamiento original, su arquitectura y belleza invita a observarlo, ya sea en su fachada exterior, con su loggia o estilo neoclásico y el águila imperial, ya sean sus arquerías o los escudos de la ciudad; sus balcones o sus torres que fueron elevándose conforme la edificación crecía. En su interior, se pueden apreciar en sus columnas los estilos dórico, jónico y corintio, o su hermoso Salón de Cabildos, escenario de eventos trascendentes y su biblioteca, que ofrece servicio de consulta sobre temas de nuestra ciudad. Espacios Salón de Cabildos Salones de Virreyes, con los retratos de los 63 virreyes de la Nueva España. Es un espacio solemne, ornamentado por Manuel Gorozpe5​ al estilo Art nouveau en 1893, usado para actos protocolarios. Cuenta con un estrado, que preside un retrato de Miguel Hidalgo y Costilla, y 119 sillas. En el plafón del salón hay una pintura al óleo obra de Francisco Parra,5​ que representa un cielo abierto, y en las orillas del mismo aparecen personajes famosos en la historia de la ciudad como Francisco Primo de Verdad o Fray Servando Teresa de Mier. Uso actual El espacio fue restaurado como parte de la conmemoración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución. Actualmente se encuentra abierto al público y se realizan visitas guiadas, y es usado para realizar ceremonias protocolarias, como la entrega de las Llaves de la Ciudad de México. Salones de Virreyes Son dos salones que albergaron archivos del cabildo, y que hoy resguardan retratos de los 62 virreyes de la Nueva España, desde Antonio de Mendoza y Pacheco.
También conocido como Antiguo Palacio de la Inquisición, se encuentra en la esquina de las calles República de Brasil y República de Venezuela en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Si bien ninguna de las partes del edificio se encuentra frente a la Plaza de Santo Domingo, ya que se encuentra en la esquina, una esquina está recortada para permitir que una de sus caras se encuentre en esa dirección. Su larga asociación con la Inquisición, que terminó durante la Guerra de Independencia de México, hizo difícil que fuera utilizada para otros fines.​ Sin embargo, con el tiempo se convirtió en la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Cuando la UNAM se trasladó a Ciudad Universitaria en la década de 1950, la institución retuvo la propiedad de este edificio, con el tiempo la estructura se convirtió en lo que es hoy el Museo de Medicina de México. Descripción Al igual que muchos otros edificios en el centro histórico, la fachada está cubierta de tezontle (piedra porosa de un rojo sangre volcánica), con ventanas y puertas enmarcadas con chiluca (una piedra de color blanco grisáceo), pero el edificio tiene dos principales características notables. La primera es que su portal principal se encuentra en la esquina suroeste, que está "cortada" con el fin de hacer frente a la plaza de Santo Domingo. Arrieta fue responsable de esta idea, una innovación en el Virreinato de la Nueva España. Con este diseño, no sólo el edificio frente a la plaza, sino también sus dos calles laterales llevarían a su puerta. Su idea fue declarada inicialmente innovadora y hermosa. La otra característica es el patio. Los arcos en los cuatro puntos cardinales no descansan en columnas, pero parecen colgar del techo. De hecho, se cruzan los arcos que se apoyan en pilares adosados a las paredes y las primeras columnas de cada lado.​ Inquisición en la Nueva España. Casi desde el inicio de la época virreinal hasta la guerra de independencia de México, este lugar fue la sede de la Santa Inquisición en el Virreinato de la Nueva España.​ Si bien el Tribunal de la Santa Inquisición no se estableció plenamente sino hasta 1571, el primer clérigo con funciones inquisitoriales fue Martín de Valencia, que llegó a la Nueva España en 1524. La Santa Sede delegó los cargos de la Santa Inquisición a los frailes de la Orden de santo Domingo, quienes llegaron en 1526, y construyeron un monasterio en el área ocupada por el actual Palacio y la Iglesia de Santo Domingo. El primer Inquisidor General para el Virreinato Novohispano, Pedro Moya de Contreras, trabajó en la sección del monasterio donde se construiría el Palacio.​ La Santa Inquisición se estableció oficialmente aquí, debido a una conspiración surgida en 1566 encabezada por Martín Cortés Zúñiga, hijo de Hernán Cortés, el cual deseaba que el nuevo Virreinato se independizara de España. El complot fue denunciado por Baltazar de Aguilar y Cervantes, lo que dio comienzo a los juicios inquisitoriales de aquellos hombres. Los acusados fueron objeto de tortura y penas severas, especialmente ante un magistrado de apellido Muñoz. Las primeras víctimas de esta serie de juicios fueron los hermanos Alonso y Gil González de Alvila Alvarado. A pesar de contar con la simpatía de los entonces ciudadanos y de los cronistas, se condenó a los dos hermanos. Su castigo fue la decapitación, y su casa, ubicada cerca del Templo Mayor, fue arrasada hasta los cimientos. Entre los juicios que la Santa Inquisición realizó, se sabe de algunos muy famosos de aquellos tiempos, como el de la persecución de la familia Carbajal de reversión al judaísmo o el caso de Martín Villavicencio, alias Martín Garatuza, que inspiró una de las novelas mexicanas más conocidas del siglo XIX, Martín Garatuza, de Vicente Riva Palacio. Fray Servando Teresa de Mier pasó tiempo en esta cárcel; este tribunal también condenó a Miguel Hidalgo y Costilla a muerte, y lo excomulgó para poder ejecutarlo en 1811. Poco después, en 1821, la Inquisición se disolvió oficialmente en México. Historia arquitectónica. El edificio que se sitúa hoy en su lugar fue construido entre 1732 y 1736 por Pedro de Arrieta, que también trabajó en una serie de otros edificios significativos de la ciudad, como la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y la Iglesia de La Profesa. A pesar de que Arrieta era famoso por su trabajo, murió poco después de finalizar el Palacio de la Inquisición, por el que recibió un salario diario de dos pesos.​ Originalmente, Arrieta construyó un edificio de dos pisos, con un tercer piso añadido en el siglo XIX. La sede de la Inquisición, este edificio tenía salas de audición, salas de juicio, una cámara secreta, una cárcel y alojamiento para dos inquisidores.​ El palacio era conocido popularmente como la "Casa Chata." Esto se refiere a la esquina suroeste, que quedaba de frente a la plaza de Santo Domingo, que está aparentemente cortada o empujada hacia adentro. La sección de calabozos del palacio era conocida como la cárcel de la perpetua, ya que pocos salían después de ser confinados. Historia post-Inquisición. En 1838, tras el término de la Inquisición, se puso a la venta en subasta pública, pero nadie ofreció el precio mínimo. Finalmente, fue adquirida por el arzobispado.​ Más tarde, sirvió como oficinas de la lotería, una escuela primaria y un cuartel militar.​ En 1854, se vendió a la Escuela de Medicina, que en ese momento estaba ofreciendo clases en las casas de los profesores. Después de la compra, se realizaron una serie de cambios, y se creó un internado.​ Con el tiempo, se convertiría en la escuela de medicina y enfermería de la Universidad Nacional de México (hoy en día, Universidad Nacional Autónoma de México). En 1873, en la desesperación de un amor no correspondido, el poeta romántico Manuel Acuña se suicidó con veneno en una de las habitaciones.​ En 1879, después de la modificación, la antigua capilla se convirtió en la Academia de Medicina, y se añadió una tercera planta, que dio como resultado la eliminación de la cresta que tenía el escudo de armas de la Inquisición.​ Cuando todas las facultades de la UNAM, entre ellas la Facultad de Medicina, se trasladaron a la Ciudad Universitaria en la década de 1950, el palacio estaba en tan mal estado que varios de sus arcos estaban en peligro de caer al suelo. Los trabajos de restauración se iniciaron poco después y se terminaron en 1980. En 1982, el edificio que una vez fue la prisión se reintegró al complejo principal, y desde entonces ha sido utilizado como un teatro y salón para dar cabida a las conferencias de los profesores visitantes.​ Primera sala de exposiciones del museo Hoy en día, el edificio todavía pertenece a la UNAM, y alberga a la Biblioteca Dr. Nicolás León, al Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, al archivo histórico de la Facultad de Medicina y al Museo de Medicina Mexicana. Este museo se inauguró el 22 de diciembre de 1980, y se diseñó para preservar la historia de la medicina en México, así como la promoción de los valores asociados a este campo. También se considera que es una manera de conservar una de las propiedades que la UNAM todavía posee en el Centro Histórico de la Ciudad de México. El museo cuenta con 24 habitaciones que cubren la historia de la medicina en este país desde la época prehispánica hasta el siglo XX. Entre sus colecciones, hay una sala dedicada a la medicina herbolaria indígena, varias salas dedicadas a los equipos y máquinas médicas antiguas, una sala sobre el desarrollo humano y una colección de figuras de cera usados para la enseñanza de la patología (el estudio de las enfermedades).​ Exposiciones permanentes. Medicina prehispánica Muestra la forma en cómo las culturas prehispánicas se consideraba la enfermedad y posee en exhibición diferentes piezas que datan de los periodos Clásico y Clásico-Tardío. Inquisición en la Nueva España Exhibe piezas que fueron parte de la historia de este recinto, así como un breve resumen de las actividades que aquí se realizaban. Sala de Herbolaria Muestra la evolución y uso de las hierbas medicinales dentro de México, así como la gran diversidad biológica que el país tiene referente a este tema. Cirugía Reconstructiva Expone piezas que muestran la historia y desarrollo de la cirugía reconstructiva, desde el siglo XVI hasta la fecha, enfocándose en los avances y logros obtenidos en México en esta disciplina. Ceras del siglo XIX Exhibe muestras de piezas realizadas en cera que utilizaban los estudiantes de medicina del siglo XIX para sus estudios y prácticas profesionales. Sala de Histología Esta sala posee una colección de microscopios que muestran el uso y evolución de estos instrumentos desde su creación hasta la fecha. Jardín Botánico Muestra la historia de cómo se utilizaban los jardines de distintas órdenes mendicantes para crear y procurar diferentes plantas y hierbas que funcionaban como medicinas y remedios en la Nueva España. Sala de Embriología Exhibe muestras de fetos humanos en diferentes estados de crecimiento. Es una de las salas más concurridas del museo, en especial por estudiantes de secundaria y preparatoria. en esta sala puedes apreciar el crecimiento del feto durante los 9 meses desde la semana 1 hasta la semana 40 Y también pueden observar los artefactos que se utilizan durante el parto. Botica del siglo XIX Recrea la botica de Dr. Manuel Esesarte, la cual se ubicó en la ciudad de Oaxaca a finales del siglo XIX e incluye mobiliario y utensilios de la época. Pinacoteca Virreinal Alberga pinturas religiosas y retratos de la época virreinal los cuales forman parte del patrimonio artístico de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Museo Nacional de Historia (Castillo de Chapultepec) del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
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Палац Інквізиції
33 República de Brasil
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También conocido como Antiguo Palacio de la Inquisición, se encuentra en la esquina de las calles República de Brasil y República de Venezuela en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Si bien ninguna de las partes del edificio se encuentra frente a la Plaza de Santo Domingo, ya que se encuentra en la esquina, una esquina está recortada para permitir que una de sus caras se encuentre en esa dirección. Su larga asociación con la Inquisición, que terminó durante la Guerra de Independencia de México, hizo difícil que fuera utilizada para otros fines.​ Sin embargo, con el tiempo se convirtió en la Escuela de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Cuando la UNAM se trasladó a Ciudad Universitaria en la década de 1950, la institución retuvo la propiedad de este edificio, con el tiempo la estructura se convirtió en lo que es hoy el Museo de Medicina de México. Descripción Al igual que muchos otros edificios en el centro histórico, la fachada está cubierta de tezontle (piedra porosa de un rojo sangre volcánica), con ventanas y puertas enmarcadas con chiluca (una piedra de color blanco grisáceo), pero el edificio tiene dos principales características notables. La primera es que su portal principal se encuentra en la esquina suroeste, que está "cortada" con el fin de hacer frente a la plaza de Santo Domingo. Arrieta fue responsable de esta idea, una innovación en el Virreinato de la Nueva España. Con este diseño, no sólo el edificio frente a la plaza, sino también sus dos calles laterales llevarían a su puerta. Su idea fue declarada inicialmente innovadora y hermosa. La otra característica es el patio. Los arcos en los cuatro puntos cardinales no descansan en columnas, pero parecen colgar del techo. De hecho, se cruzan los arcos que se apoyan en pilares adosados a las paredes y las primeras columnas de cada lado.​ Inquisición en la Nueva España. Casi desde el inicio de la época virreinal hasta la guerra de independencia de México, este lugar fue la sede de la Santa Inquisición en el Virreinato de la Nueva España.​ Si bien el Tribunal de la Santa Inquisición no se estableció plenamente sino hasta 1571, el primer clérigo con funciones inquisitoriales fue Martín de Valencia, que llegó a la Nueva España en 1524. La Santa Sede delegó los cargos de la Santa Inquisición a los frailes de la Orden de santo Domingo, quienes llegaron en 1526, y construyeron un monasterio en el área ocupada por el actual Palacio y la Iglesia de Santo Domingo. El primer Inquisidor General para el Virreinato Novohispano, Pedro Moya de Contreras, trabajó en la sección del monasterio donde se construiría el Palacio.​ La Santa Inquisición se estableció oficialmente aquí, debido a una conspiración surgida en 1566 encabezada por Martín Cortés Zúñiga, hijo de Hernán Cortés, el cual deseaba que el nuevo Virreinato se independizara de España. El complot fue denunciado por Baltazar de Aguilar y Cervantes, lo que dio comienzo a los juicios inquisitoriales de aquellos hombres. Los acusados fueron objeto de tortura y penas severas, especialmente ante un magistrado de apellido Muñoz. Las primeras víctimas de esta serie de juicios fueron los hermanos Alonso y Gil González de Alvila Alvarado. A pesar de contar con la simpatía de los entonces ciudadanos y de los cronistas, se condenó a los dos hermanos. Su castigo fue la decapitación, y su casa, ubicada cerca del Templo Mayor, fue arrasada hasta los cimientos. Entre los juicios que la Santa Inquisición realizó, se sabe de algunos muy famosos de aquellos tiempos, como el de la persecución de la familia Carbajal de reversión al judaísmo o el caso de Martín Villavicencio, alias Martín Garatuza, que inspiró una de las novelas mexicanas más conocidas del siglo XIX, Martín Garatuza, de Vicente Riva Palacio. Fray Servando Teresa de Mier pasó tiempo en esta cárcel; este tribunal también condenó a Miguel Hidalgo y Costilla a muerte, y lo excomulgó para poder ejecutarlo en 1811. Poco después, en 1821, la Inquisición se disolvió oficialmente en México. Historia arquitectónica. El edificio que se sitúa hoy en su lugar fue construido entre 1732 y 1736 por Pedro de Arrieta, que también trabajó en una serie de otros edificios significativos de la ciudad, como la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México y la Iglesia de La Profesa. A pesar de que Arrieta era famoso por su trabajo, murió poco después de finalizar el Palacio de la Inquisición, por el que recibió un salario diario de dos pesos.​ Originalmente, Arrieta construyó un edificio de dos pisos, con un tercer piso añadido en el siglo XIX. La sede de la Inquisición, este edificio tenía salas de audición, salas de juicio, una cámara secreta, una cárcel y alojamiento para dos inquisidores.​ El palacio era conocido popularmente como la "Casa Chata." Esto se refiere a la esquina suroeste, que quedaba de frente a la plaza de Santo Domingo, que está aparentemente cortada o empujada hacia adentro. La sección de calabozos del palacio era conocida como la cárcel de la perpetua, ya que pocos salían después de ser confinados. Historia post-Inquisición. En 1838, tras el término de la Inquisición, se puso a la venta en subasta pública, pero nadie ofreció el precio mínimo. Finalmente, fue adquirida por el arzobispado.​ Más tarde, sirvió como oficinas de la lotería, una escuela primaria y un cuartel militar.​ En 1854, se vendió a la Escuela de Medicina, que en ese momento estaba ofreciendo clases en las casas de los profesores. Después de la compra, se realizaron una serie de cambios, y se creó un internado.​ Con el tiempo, se convertiría en la escuela de medicina y enfermería de la Universidad Nacional de México (hoy en día, Universidad Nacional Autónoma de México). En 1873, en la desesperación de un amor no correspondido, el poeta romántico Manuel Acuña se suicidó con veneno en una de las habitaciones.​ En 1879, después de la modificación, la antigua capilla se convirtió en la Academia de Medicina, y se añadió una tercera planta, que dio como resultado la eliminación de la cresta que tenía el escudo de armas de la Inquisición.​ Cuando todas las facultades de la UNAM, entre ellas la Facultad de Medicina, se trasladaron a la Ciudad Universitaria en la década de 1950, el palacio estaba en tan mal estado que varios de sus arcos estaban en peligro de caer al suelo. Los trabajos de restauración se iniciaron poco después y se terminaron en 1980. En 1982, el edificio que una vez fue la prisión se reintegró al complejo principal, y desde entonces ha sido utilizado como un teatro y salón para dar cabida a las conferencias de los profesores visitantes.​ Primera sala de exposiciones del museo Hoy en día, el edificio todavía pertenece a la UNAM, y alberga a la Biblioteca Dr. Nicolás León, al Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, al archivo histórico de la Facultad de Medicina y al Museo de Medicina Mexicana. Este museo se inauguró el 22 de diciembre de 1980, y se diseñó para preservar la historia de la medicina en México, así como la promoción de los valores asociados a este campo. También se considera que es una manera de conservar una de las propiedades que la UNAM todavía posee en el Centro Histórico de la Ciudad de México. El museo cuenta con 24 habitaciones que cubren la historia de la medicina en este país desde la época prehispánica hasta el siglo XX. Entre sus colecciones, hay una sala dedicada a la medicina herbolaria indígena, varias salas dedicadas a los equipos y máquinas médicas antiguas, una sala sobre el desarrollo humano y una colección de figuras de cera usados para la enseñanza de la patología (el estudio de las enfermedades).​ Exposiciones permanentes. Medicina prehispánica Muestra la forma en cómo las culturas prehispánicas se consideraba la enfermedad y posee en exhibición diferentes piezas que datan de los periodos Clásico y Clásico-Tardío. Inquisición en la Nueva España Exhibe piezas que fueron parte de la historia de este recinto, así como un breve resumen de las actividades que aquí se realizaban. Sala de Herbolaria Muestra la evolución y uso de las hierbas medicinales dentro de México, así como la gran diversidad biológica que el país tiene referente a este tema. Cirugía Reconstructiva Expone piezas que muestran la historia y desarrollo de la cirugía reconstructiva, desde el siglo XVI hasta la fecha, enfocándose en los avances y logros obtenidos en México en esta disciplina. Ceras del siglo XIX Exhibe muestras de piezas realizadas en cera que utilizaban los estudiantes de medicina del siglo XIX para sus estudios y prácticas profesionales. Sala de Histología Esta sala posee una colección de microscopios que muestran el uso y evolución de estos instrumentos desde su creación hasta la fecha. Jardín Botánico Muestra la historia de cómo se utilizaban los jardines de distintas órdenes mendicantes para crear y procurar diferentes plantas y hierbas que funcionaban como medicinas y remedios en la Nueva España. Sala de Embriología Exhibe muestras de fetos humanos en diferentes estados de crecimiento. Es una de las salas más concurridas del museo, en especial por estudiantes de secundaria y preparatoria. en esta sala puedes apreciar el crecimiento del feto durante los 9 meses desde la semana 1 hasta la semana 40 Y también pueden observar los artefactos que se utilizan durante el parto. Botica del siglo XIX Recrea la botica de Dr. Manuel Esesarte, la cual se ubicó en la ciudad de Oaxaca a finales del siglo XIX e incluye mobiliario y utensilios de la época. Pinacoteca Virreinal Alberga pinturas religiosas y retratos de la época virreinal los cuales forman parte del patrimonio artístico de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Museo Nacional de Historia (Castillo de Chapultepec) del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
El Palacio de Minería de la Ciudad de México es una de las obras maestras de la arquitectura neoclásica en América. Fue diseñado y construido entre 1797 y 1813 por el escultor y arquitecto español valenciano Manuel Tolsá, como sede del Real Seminario de Minería y Real Tribunal de Minería y a petición de su director, el conocido minerólogo Fausto Elhuyar. Posteriormente albergó a otras instituciones como la Universidad Nacional, la Escuela de Ingenieros, el Colegio de Minas y el Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México. En la actualidad es un museo que pertenece a la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Se ubica en la calle de Tacuba frente a la Plaza Manuel Tolsá y frente a la estatua ecuestre de Carlos IV de España esculpida también por Tolsá. El Palacio de Minería, obra maestra del citado arquitecto, está considerado como el mejor exponente de la arquitectura neoclásica en México y como uno de los mejores ejemplos de esta corriente arquitectónica en el continente americano. Historia La historia del Palacio de Minería, se remonta a 1793 cuando el Real Colegio de Minas de la Nueva España adquirió el predio donde ahora se asienta este edificio con la ayuda del virrey Juan Vicente de Güemes, II conde de Revillagigedo, encargando el proyecto y la construcción del mismo al destacado arquitecto Manuel Tolsá, también autor de la Estatua ecuestre de Carlos IV, conocida como "El Caballito", la última etapa de construcción de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, las esculturas de las virtudes teologales —fe, esperanza y caridad— que se encuentran en la portada principal de ésta, altar de la iglesia de la Profesa -Centro Histórico de la Ciudad de México., la escultura de talla en madera conocida como la Purísima, entre otras. El Palacio de Minería fue uno de los primeros edificios diseñados ex – profeso para la enseñanza de la ingeniería y la metalurgia, situación que adquiere mayor relevancia si se tiene en cuenta que la minería era la principal actividad económica de la Nueva España y unas de las principales fuentes de riquezas del Imperio español. De tal suerte, el Palacio de Minería refleja en su sobria y elegante arquitectura de cuidadas proporciones, el ideal ilustrado de razón y orden para alcanzar el conocimiento, y como ese conocimiento podría transformar favorablemente la realidad a través de una explotación científica de los recursos mineros, constituyéndose así en una de las primeras instituciones orientadas al desarrollo tecnológico en América. Tras las revueltas militares ocurridas durante la primera mitad del siglo XIX y tras una reconstrucción parcial sin alterar el proyecto original de Manuel Tolsá, por parte del arquitecto Antonio Villard, el Palacio de Minería permaneció cerrado e incluso se pensó en utilizarlo como mansión imperial de Maximiliano de Habsburgo antes de que este eligiera al Castillo de Chapultepec como su residencia. Años más tarde, el Palacio de Minería tuvo distintos usos hasta que en 1867 recobró su vocación original al alojar a la Escuela Especial de Ingenieros misma que permaneció durante casi cien años en este inmueble hasta antes de que fuera trasladada en 1954 al edificio de la actual Facultad de Ingeniería de la UNAM, en Ciudad Universitaria. El edificio también funcionó como cuartel durante la Revolución mexicana En el interior de este magnífico edificio sobresalen especialmente su patio, el Salón de Actos, la Antigua capilla de la Virgen de Guadalupe así como sus fastuosas escalinatas, mismas que han sido inmortalizadas por varios artistas y grabadores a lo largo de la historia. Actualmente el Palacio de Minería forma parte del patrimonio de la UNAM, y en él se realizan distintas conferencias, diplomados, y eventos entre ellos la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, uno de los mayores eventos literarios de la ciudad, en el que se dan cita editoriales de todo el mundo de habla hispana. Asimismo es sede del Museo Manuel Tolsá, el Acervo Histórico, el Centro de Información y Documentación "Ing. Bruno Mascanzoni", así como de diferentes agrupaciones gremiales, entre las que se encuentran la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de Ingeniería (SEFI), el Colegio de Ingenieros Petroleros de México y la Academia Mexicana de Ingeniería. Actualmente, el Palacio de Minería es la sede anual de la Feria Internacional de Libro (FIL).
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Паласіо де Мінеріа
5 Calle de Tacuba
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El Palacio de Minería de la Ciudad de México es una de las obras maestras de la arquitectura neoclásica en América. Fue diseñado y construido entre 1797 y 1813 por el escultor y arquitecto español valenciano Manuel Tolsá, como sede del Real Seminario de Minería y Real Tribunal de Minería y a petición de su director, el conocido minerólogo Fausto Elhuyar. Posteriormente albergó a otras instituciones como la Universidad Nacional, la Escuela de Ingenieros, el Colegio de Minas y el Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México. En la actualidad es un museo que pertenece a la Facultad de Ingeniería de la UNAM. Se ubica en la calle de Tacuba frente a la Plaza Manuel Tolsá y frente a la estatua ecuestre de Carlos IV de España esculpida también por Tolsá. El Palacio de Minería, obra maestra del citado arquitecto, está considerado como el mejor exponente de la arquitectura neoclásica en México y como uno de los mejores ejemplos de esta corriente arquitectónica en el continente americano. Historia La historia del Palacio de Minería, se remonta a 1793 cuando el Real Colegio de Minas de la Nueva España adquirió el predio donde ahora se asienta este edificio con la ayuda del virrey Juan Vicente de Güemes, II conde de Revillagigedo, encargando el proyecto y la construcción del mismo al destacado arquitecto Manuel Tolsá, también autor de la Estatua ecuestre de Carlos IV, conocida como "El Caballito", la última etapa de construcción de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, las esculturas de las virtudes teologales —fe, esperanza y caridad— que se encuentran en la portada principal de ésta, altar de la iglesia de la Profesa -Centro Histórico de la Ciudad de México., la escultura de talla en madera conocida como la Purísima, entre otras. El Palacio de Minería fue uno de los primeros edificios diseñados ex – profeso para la enseñanza de la ingeniería y la metalurgia, situación que adquiere mayor relevancia si se tiene en cuenta que la minería era la principal actividad económica de la Nueva España y unas de las principales fuentes de riquezas del Imperio español. De tal suerte, el Palacio de Minería refleja en su sobria y elegante arquitectura de cuidadas proporciones, el ideal ilustrado de razón y orden para alcanzar el conocimiento, y como ese conocimiento podría transformar favorablemente la realidad a través de una explotación científica de los recursos mineros, constituyéndose así en una de las primeras instituciones orientadas al desarrollo tecnológico en América. Tras las revueltas militares ocurridas durante la primera mitad del siglo XIX y tras una reconstrucción parcial sin alterar el proyecto original de Manuel Tolsá, por parte del arquitecto Antonio Villard, el Palacio de Minería permaneció cerrado e incluso se pensó en utilizarlo como mansión imperial de Maximiliano de Habsburgo antes de que este eligiera al Castillo de Chapultepec como su residencia. Años más tarde, el Palacio de Minería tuvo distintos usos hasta que en 1867 recobró su vocación original al alojar a la Escuela Especial de Ingenieros misma que permaneció durante casi cien años en este inmueble hasta antes de que fuera trasladada en 1954 al edificio de la actual Facultad de Ingeniería de la UNAM, en Ciudad Universitaria. El edificio también funcionó como cuartel durante la Revolución mexicana En el interior de este magnífico edificio sobresalen especialmente su patio, el Salón de Actos, la Antigua capilla de la Virgen de Guadalupe así como sus fastuosas escalinatas, mismas que han sido inmortalizadas por varios artistas y grabadores a lo largo de la historia. Actualmente el Palacio de Minería forma parte del patrimonio de la UNAM, y en él se realizan distintas conferencias, diplomados, y eventos entre ellos la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, uno de los mayores eventos literarios de la ciudad, en el que se dan cita editoriales de todo el mundo de habla hispana. Asimismo es sede del Museo Manuel Tolsá, el Acervo Histórico, el Centro de Información y Documentación "Ing. Bruno Mascanzoni", así como de diferentes agrupaciones gremiales, entre las que se encuentran la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de Ingeniería (SEFI), el Colegio de Ingenieros Petroleros de México y la Academia Mexicana de Ingeniería. Actualmente, el Palacio de Minería es la sede anual de la Feria Internacional de Libro (FIL).
Tacuba 8, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 La plaza Manuel Tolsá (también plaza Tolsá) es una plaza de forma rectangular que se encuentra ubicada frente a la antigua calle de Tacuba, dentro de los límites que forman el primer cuadro del Centro Histórico de la Ciudad de México. La delimitan, hacia el norte, el antiguo Palacio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, al Sur la calle de Tacuba y el imponente y majestuoso edificio del Palacio de Minería, al Este un antiguo edificio levantado en el siglo XVIII, y al Oeste el afrancesado edificio Marconi. Hacia la parte Suroeste se ubican el Callejón de la Condesa y el Palacio Postal o Quinta Casa de Correos. La parte central de ésta plaza está engalanada por una de las obras maestras de Tolsá y de su tiempo: la estatua ecuestre de "Estatua ecuestre de Carlos IV, que la gente conoce comúnmente con el nombre de "El Caballito". Este espacio se consiguió abrir al ser demolido el Hospital de San Andrés, el cual fue levantado por la Orden Franciscana en los tiempos del virreinato. Realizados los trabajos de demolición total de este inmueble durante el porfiriato, se decidió abrir un gran espacio público como presentación a una de las últimas grandes obras que se levantaron durante el periodo presidencial de Porfirio Díaz, y que a la vez sirviera de espacio público por el cual se pudieran apreciar los edificios levantados en el entorno. Esta plaza alguna vez estuvo ajardinada y tenía grandes palmeras. Al realizarse la ampliación del Paseo de la Reforma hacia el norte de la ciudad y retirar la "El Caballito" (Carlos IV de España), se decidió que este lugar sirviera como un homenaje al destacado arquitecto valenciano afincado en México, Manuel Tolsá, para lo cual este monumento se trasladó a este lugar, mirando hacia otra de las obras del célebre arquitecto: el Palacio de Minería, obra maestra de la arquitectura neoclásica en América. Alrededor de la plaza se encuentran algunos edificios históricos que le dan grandiosidad y magnificencia al conjunto. Estas construcciones, que reflejan los estilos que alguna vez predominaron en la ciudad, son: el Palacio de Minería, construido por Manuel Tolsá, de arquitectura neoclásica; el edificio del Palacio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, hoy sede del Museo Nacional de Arte, de estilo ecléctico; el Palacio Postal, también de arquitectura ecléctica; el Edificio Marconi, de la misma forma que los otros dos, también en el mismo estilo.
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Площа Мануель Тольса
8 Calle de Tacuba
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Tacuba 8, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 La plaza Manuel Tolsá (también plaza Tolsá) es una plaza de forma rectangular que se encuentra ubicada frente a la antigua calle de Tacuba, dentro de los límites que forman el primer cuadro del Centro Histórico de la Ciudad de México. La delimitan, hacia el norte, el antiguo Palacio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, al Sur la calle de Tacuba y el imponente y majestuoso edificio del Palacio de Minería, al Este un antiguo edificio levantado en el siglo XVIII, y al Oeste el afrancesado edificio Marconi. Hacia la parte Suroeste se ubican el Callejón de la Condesa y el Palacio Postal o Quinta Casa de Correos. La parte central de ésta plaza está engalanada por una de las obras maestras de Tolsá y de su tiempo: la estatua ecuestre de "Estatua ecuestre de Carlos IV, que la gente conoce comúnmente con el nombre de "El Caballito". Este espacio se consiguió abrir al ser demolido el Hospital de San Andrés, el cual fue levantado por la Orden Franciscana en los tiempos del virreinato. Realizados los trabajos de demolición total de este inmueble durante el porfiriato, se decidió abrir un gran espacio público como presentación a una de las últimas grandes obras que se levantaron durante el periodo presidencial de Porfirio Díaz, y que a la vez sirviera de espacio público por el cual se pudieran apreciar los edificios levantados en el entorno. Esta plaza alguna vez estuvo ajardinada y tenía grandes palmeras. Al realizarse la ampliación del Paseo de la Reforma hacia el norte de la ciudad y retirar la "El Caballito" (Carlos IV de España), se decidió que este lugar sirviera como un homenaje al destacado arquitecto valenciano afincado en México, Manuel Tolsá, para lo cual este monumento se trasladó a este lugar, mirando hacia otra de las obras del célebre arquitecto: el Palacio de Minería, obra maestra de la arquitectura neoclásica en América. Alrededor de la plaza se encuentran algunos edificios históricos que le dan grandiosidad y magnificencia al conjunto. Estas construcciones, que reflejan los estilos que alguna vez predominaron en la ciudad, son: el Palacio de Minería, construido por Manuel Tolsá, de arquitectura neoclásica; el edificio del Palacio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, hoy sede del Museo Nacional de Arte, de estilo ecléctico; el Palacio Postal, también de arquitectura ecléctica; el Edificio Marconi, de la misma forma que los otros dos, también en el mismo estilo.
Av. Álvaro Obregón 99, Col. Roma Norte, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06700 El Centro Cultural Casa Lamm es un monumento histórico ubicado en lo a colonia Roma. La casa fue construida a principios del siglo XX y restaurada en 1994 para servir como monumento cultural, con el propósito de convertir el área en un recinto de artes visuales. Actualmente alberga numerosas exhibiciones y en ella se imparten clases de historia del arte y literatura.
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Casa Lamm
99 Av. Álvaro Obregón
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Av. Álvaro Obregón 99, Col. Roma Norte, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06700 El Centro Cultural Casa Lamm es un monumento histórico ubicado en lo a colonia Roma. La casa fue construida a principios del siglo XX y restaurada en 1994 para servir como monumento cultural, con el propósito de convertir el área en un recinto de artes visuales. Actualmente alberga numerosas exhibiciones y en ella se imparten clases de historia del arte y literatura.
Plaza de la Ciudadela 4, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 Fue fundada en 1946 por gestiones de José Vasconcelos, quien la dirigió hasta su muerte en 1959. La Biblioteca está ubicada en un inmueble de finales del siglo XVIII, dentro del Centro Histórico de la Ciudad de México, que ha sido escenario de importantes episodios políticos de la vida nacional; sirvió de prisión al caudillo de la Independencia, Don José María Morelos, y en su interior se refugió parte de las fuerzas militares que llevaron al derrocamiento del Presidente Madero en 1913. Inaugurada en 2006, el edificio es una magnífica obra de arquitectura contemporánea. Construida en acero, mármol, granito, vidrio y madera. El jardín que rodea al edificio tiene más de 60 mil ejemplares de 168 especies arbóreas. La biblioteca pone a disposición de todos los lectores un acervo de más de 580 mil libros, colecciones de material multimedia, libros infantiles, en sistema Braille y música. Todo distribuido en más de 40,000 metros lineales de estantería de acero colgante. Cuenta con servicio de préstamo de materiales en sala y a domicilio. Sus instalaciones cuentan con sala multimedia, sala de música, sala infantil con libros especializados y material lúdico, salas de usos múltiples y estupendas terrazas panorámicas donde se disfruta de la lectura con diversas vistas de la ciudad. También se realizan exposiciones culturales y artísticas, conferencias, obras de teatro, conciertos, talleres, presentaciones de libros, narraciones y mucho más.
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Biblioteca Mexico
4 De La Ciudadela
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Plaza de la Ciudadela 4, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 Fue fundada en 1946 por gestiones de José Vasconcelos, quien la dirigió hasta su muerte en 1959. La Biblioteca está ubicada en un inmueble de finales del siglo XVIII, dentro del Centro Histórico de la Ciudad de México, que ha sido escenario de importantes episodios políticos de la vida nacional; sirvió de prisión al caudillo de la Independencia, Don José María Morelos, y en su interior se refugió parte de las fuerzas militares que llevaron al derrocamiento del Presidente Madero en 1913. Inaugurada en 2006, el edificio es una magnífica obra de arquitectura contemporánea. Construida en acero, mármol, granito, vidrio y madera. El jardín que rodea al edificio tiene más de 60 mil ejemplares de 168 especies arbóreas. La biblioteca pone a disposición de todos los lectores un acervo de más de 580 mil libros, colecciones de material multimedia, libros infantiles, en sistema Braille y música. Todo distribuido en más de 40,000 metros lineales de estantería de acero colgante. Cuenta con servicio de préstamo de materiales en sala y a domicilio. Sus instalaciones cuentan con sala multimedia, sala de música, sala infantil con libros especializados y material lúdico, salas de usos múltiples y estupendas terrazas panorámicas donde se disfruta de la lectura con diversas vistas de la ciudad. También se realizan exposiciones culturales y artísticas, conferencias, obras de teatro, conciertos, talleres, presentaciones de libros, narraciones y mucho más.

Museos

Ciudad de México, la capital de los museos. 396 Museos · México es la ciudad con más museos del mundo después de Londres. La Ciudad de México es uno de esos sitios que nunca duerme y que siempre tiene un plan para el día, la noche o el fin de semana. No importa en qué zona de la ciudad se esté, siempre hay un restaurante que probar, calles que recorrer o museos y galerías que visitar; y cada uno de estos sitios transmite, de alguna manera, la esencia única de la capital mexicana. Gracias a que la CDMX es una de las tres ciudades con más museos en el planeta, cuenta con una amplia diversidad de museos desde 1790. Por lo que la totalidad de los museos en esta megalópolis ofrece recintos para todos gustos, intereses y personalidades de sus habitantes o visitantes. De hecho, la diversidad museológica capitalina reta la noción tradicional del museo aburrido o antiguo, con pasillos silenciosos y manuales de conducta rígidos; pues actualmente hay recintos dedicados a la interacción entre conocimiento, sensaciones y diversión. De acuerdo con SECTUR, el primer museo de México se fundó en 1790, y era un espacio dedicado a la biodiversidad más sobresaliente de la Nueva España. Eventualmente surgió, en 1825, el primer Museo Nacional Mexicano, en donde se solían exhibir documentos del México antiguo, piezas arqueológicas y obras que estaban bajo el cargo de la Real y Pontificia Universidad de México; y de hecho, dado que la colección del museo comenzó a ampliarse casi desmesuradamente, se decidió dividir el recinto en dos, resultando en el Museo de Historia Natural –1909– y el Museo Nacional de Antropología, Historia y Etnografía –1910–. Desde entonces, y conforme la ciudad fue creciendo en espacio y tiempo, la necesidad de no sólo recuperar vestigios del pasado mexicano, también de incluir los intereses que surgían conforme la vida de México iba evolucionando. Quizá esta sea la razón por la que se fue diversificando la necesidad de visitar recintos interesantes, culturales y sorprendentes, que dejaran en la mente un deseo de descubrir más, de amar cada vez más a México y sus peculiaridades, de dejarse seducir por sus hipnóticas sensaciones… De acuerdo con cifras del gobierno de la Ciudad de México, la capital cuenta con 185 museos, aunque no cuenta con un listado oficial, esto se traduce en que existen muchos recintos fascinantes que no se tienen identificados.
Recinto que abrió sus puertas en el 2010 y ubicado en la esquina de Avenida Juárez y Luis Moya; busca difundir el respeto a la diversidad y la tolerancia con base en el recuerdo histórico, mediante el uso de exposiciones de genocidios. El Museo Memoria y Tolerancia es el mejor lugar de México y uno de los más completos del mundo, para conocer sobre los genocidios cometidos en los últimos 2 siglos de vida. En sus salas e instalaciones se promueven los valores de la tolerancia y la no violencia y se conocen las luchas de los grandes defensores de los derechos humanos desde el siglo XX. Estos son los contenidos del museo que no puedes dejar de ver. 1. Holocausto Uno de los principales contenidos del museo está centrado en el Holocausto, el genocidio perpetrado por la Alemania nazi contra los judíos y otros pueblos y comunidades, antes y durante la Segunda Guerra Mundial. El Holocausto terminó con más de 10 millones de muertos por atroces métodos de exterminio, como asfixia gas venenoso, trabajos forzados y tortura médica. La exposición hace un recorrido por la Europa pre-nazi y las manifestaciones de antisemitismo que antecedieron al Holocausto; la llegada al poder de los nazis, la instauración de la dictadura nacional-socialista, la conformación de un estado racial y la Segunda Guerra Mundial como pretexto para la matanza. Este contenido muestra la espantosa existencia y la muerte en los campos de concentración, así como los Juicios de Núremberg a los que fueron sometidos 611 nazis, entre dirigentes y perpetradores de los crímenes. 2. Armenia El genocidio contra el pueblo armenio, también llamado holocausto armenio, fue ejecutado por los turcos entre 1915 y 1923, para exterminar la cultura armenia. Fue iniciado por el gobierno de los Jóvenes Turcos un año después de comenzada la Primera Guerra Mundial y se extendió por 5 años más tras finalizar el conflicto bélico. Los armenios habían pertenecido históricamente al Imperio Otomano como ciudadanos de segunda y aprovecharon el conflicto mundial para buscar su independencia. Este genocidio ha estado sometido a una gran controversia. La República de Turquía, fundada en 1923 y heredera del Imperio Otomano, no lo reconoce al alegar que los muertos fueron consecuencia de la guerra y no de una política de exterminio por motivos étnicos o culturales. Sin embargo, existe mucha evidencia sobre la naturaleza de los crímenes que cuestiona la negación turca. 3. Camboya El genocidio camboyano fue ejecutado por Pol Pot y los Jemeres Rojos, entre 1975 y 1979, cuando crearon la Kampuchea Democrática e instauraron en Camboya un estado comunista basado en el maoísmo más extremo. El imperio de la muerte de Pol Pot rechazaba la cultura camboyana, todas las prácticas religiosas, la vida en las ciudades y odiaba a los extranjeros. En este contenido del Museo Memoria y Tolerancia conocerás cómo estos criminales pretendieron reescribir la historia desde el momento en que llegaron al poder y llenaron a Camboya de muerte y de campos de concentración, donde los camboyanos eran internados incluso por el “delito” de saber leer o escribir o de haber hecho un viaje al extranjero. 4. Guatemala Entre 1978 y 1983, gobiernos militares guatemaltecos enfrentaron a grupos guerrilleros que también pretendían tomar el poder por la fuerza. En los enfrentamientos murieron o desaparecieron unas 200 mil personas, incluyendo cerca de 100 mil indígenas que nada tenían que ver en conflicto, asesinados al margen de los combates. Más de 600 aldeas fueron atacadas por el ejército guatemalteco y las casas y los cultivos, quemados. Los pozos de agua eran envenenados y los templos indígenas destruidos, en una de las épocas más atroces que ha vivido Centroamérica. El Museo Memoria y Tolerancia de CDMX muestra este genocidio acompañado por miles de desplazados. 5. Ruanda El genocidio de Ruanda tuvo la particularidad de que fue perpetrado por africanos negros contra africanos negros. Durante su ejecución fue casi ignorado por Occidente, entre otras cosas, por el temor a reconocer que también los afroamericanos pueden ser racistas. Entre abril y julio de 1994, la etnia de los hutus, mayoritaria y con un control férreo del ejército, masacró al 75 % de los tutsis, minoritarios, más pobres y sin recursos. La mortandad fue estimada en 800 mil personas e incluso muchos hutus moderados fueron asesinados. La discriminación de los tutsis por los hutus provenía de un antiguo sistema de castas de origen esencialmente social, ya que no hay diferencias notables ni étnicas ni lingüísticas entre los dos pueblos. 6. ExYugoslavia La frase, “limpieza étnica”, estuvo en primer plano durante la primera mitad de la década de 1990, cuando tras la desintegración de Yugoslavia se desató una cruenta guerra entre los pueblos étnicamente diferentes de la península Balcánica, que buscaban la supremacía política. Como consecuencia, se produjeron crímenes de guerra y contra la humanidad que fueron juzgados por el Tribunal Penal Internacional (TPI). Los principales enfrentamientos fueron de serbios contra croatas, bosnios y albaneses. Los serbios ejecutaron varios episodios de limpieza étnica, como la Masacre de Srebrenica contra los musulmanes bosnios. Ratko Mladic fue condenado a cadena perpetua y Radovan Karadzic a 40 años de prisión. 7. Darfur Un contenido del Museo Memoria y Tolerancia de Ciudad de México está dedicado al genocidio de Darfur, región del occidente de Sudán. El conflicto de Darfur aún está en curso y es típicamente racial, enfrentando a 2 grupos tribales. Los contendientes son los Baggara, etnia árabe que se dedica a criar camellos y los pueblos de raza negra, que viven principalmente de la agricultura. No es un enfrentamiento religioso, ya que ambos son mayoritariamente musulmanes, sino entre africanos de origen árabe y africanos de raza negra. El conflicto ha sido calificado como un genocidio de los sudaneses árabes apoyados por el gobierno de Sudán, contra los sudaneses negros. La guerra ha ocasionado 400 mil muertos y 2 millones de desplazados. 8. Tolerancia Este contenido del museo enseña que la tolerancia es el respeto y la aceptación entre los seres humanos, entendiendo que cada persona puede tener sus convicciones y ponerlas en práctica, con la única condición de no dañar a otras. Los valores de la tolerancia se fundan en que los derechos humanos son universales y que no deben ser mediatizados por ideologías políticas, ni consideraciones étnicas o religiosas. La tolerancia no significa aceptar las injusticias sociales ni renunciar a eliminarlas, especialmente las que afectan a la dignidad humana. Es un principio moral que busca una cultura de paz y debe ser practicada por individuos, grupos y estados, fomentándola mediante la educación, el conocimiento, la libertad de pensamiento y la legislación, para la corrección de injusticias. 9. Diversidad e Inclusión Los seres humanos son diversos. Tienen diferentes lenguas y colores de piel y se visten, comen y divierten de maneras distintas. El reconocimiento de esta diversidad supone la aceptación del otro y de sus acciones, con las únicas limitaciones marcadas por las leyes legítimamente establecidas. La inclusión debe acompañar a la aceptación de la diversidad. Poco hacemos si aceptamos teóricamente la diversidad y luego nos negamos a incorporar al individuo diferente al vecindario, a la escuela, al trabajo, al club social. Conseguir la inclusión significa que todos los seres humanos deben poder posicionarse en la sociedad, aprovechando sus competencias y las oportunidades que el medio proporciona. 10. Estereotipo y Prejuicio Los estereotipos y prejuicios son otros temas tratados en el Museo Memoria y Tolerancia. Los estereotipos son imágenes mentales o ideas aceptadas por un grupo de individuos respecto a otros, que tienden a mantenerse inmutables a pesar de los desmentidos que les da la realidad. Los estereotipos engendran prejuicios, que son opiniones previas y tenaces generalmente desfavorables respecto a algo o a alguien, basadas en rumores e ideas preconcebidas que no han surgido de un análisis honrado y riguroso de los hechos reales. Los prejuicios se hacen particularmente dañinos cuando van más allá de una pasiva catalogación de las personas y se traducen en un proceder injusto. 11. Discriminación La intolerancia conduce a la discriminación, que es un trato injusto o desfavorable a otra persona o grupo, afectando sus derechos fundamentales y negándole oportunidades. Algunos tipos comunes de discriminación son las de raza, género y edad y la practicada contra comunidades con orientaciones sexuales diferentes. Los indígenas son discriminados negándoles el acceso a la educación y al trabajo, solo por razones raciales. Las mujeres no reciben un trato igualitario al optar a un trabajo para el que están capacitadas y son despedidas cuando quedan embarazadas. Los adultos mayores pierden oportunidades de trabajo solo por motivo de la edad. La comunidad LGBT es rechazada e incluso hostigada y perseguida. Todos estos son comportamientos discriminatorios que atentan contra una sociedad incluyente, próspera y democrática. 12. Cultura de la paz y de la no violencia El museo destaca en este contenido la importancia de la paz como condición necesaria para el desarrollo pleno de las sociedades y la felicidad de los individuos. Se tiende a pensar en la paz solo en términos políticos y geográficos como la ausencia de la guerra, pero es un concepto mucho más amplio que supone la supresión de la violencia en todas sus manifestaciones y la armonía entre los seres humanos. La paz no es la inexistencia de conflictos, ya que estos forman parte de la naturaleza humana. Significa que los problemas deben resolverse por medios pacíficos, conversando y estableciendo acuerdos de buena fe que sean respetados por todos los involucrados. 13. Derechos Humanos La Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que estos son universales (aplican en todos los países del mundo), innatos e inalienables (consustanciales a la condición humana y sin posibilidad de que alguien sea despojado de ellos), permanentes (no se pierden por el paso del tiempo), inviolables (nadie está facultado para limitarlos o violarlos) e indivisibles (no se pueden fraccionar ni prescindir de ninguno). Otra característica de los derechos humanos es que trascienden las fronteras (aplican en todas partes y ningún individuo debería perderlos por salir de su país). Algunos derechos humanos fundamentales son el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión y el derecho a la igualdad y a la no discriminación. 14. Altruismo Otra faceta humana destacada por el Museo Memoria y Tolerancia es el altruismo, entendido como la acción de procurar el bien ajeno aun a costa de sí mismo. No es solo donar dinero y cosas materiales, sino destinar voluntariamente parte del tiempo a asistir a personas con necesidades y a brindarles consuelo y compañía. Implica ser empático y solidario sin esperar nada a cambio. Hay muchas maneras de ser altruista y frecuentemente no tenemos que alejarnos mucho de nuestra propia casa para hacer el bien, ya que un vecino podría ser la persona necesitada de asistencia o atención. No siempre resulta sencillo conciliar las obligaciones laborales, estudiantiles, familiares y personales, con un comportamiento altruista, pero poniendo un poco de empeño se encontrará alguna manera de ayudar. 15. Nuestro México El contenido, Nuestro México, se enfoca en los valores de fraternidad, solidaridad y hospitalidad, que han caracterizado históricamente a los mexicanos y que se encuentran en riesgo por la violencia, la corrupción y las desigualdades sociales. México ha legado a la humanidad maravillosas expresiones artísticas y culturales y ha sido refugio de personas perseguidas en otras partes del mundo. Estamos en la obligación de preservar ese patrimonio civilizatorio practicando la tolerancia y reduciendo la violencia y las injusticias en el país. 16. Grandes humanistas: Mahatma Gandhi Este contenido museístico se refiere a la vida y ejecutorias del dirigente indio, Mahatma Gandhi, uno de los máximos referentes universales de la paz. El líder fue capaz de movilizar al pueblo de la India mediante la resistencia pacífica y la desobediencia civil, consiguiendo la independencia de su país del Imperio Británico. Sus metas eran de mayor alcance. Quería terminar con el sistema de castas que aún existe en la India y lograr la fraternidad dentro de las diferencias religiosas. Siendo un hombre de frágil aspecto, Gandhi demostró que la verdadera fortaleza está en el espíritu y que los pueblos pueden lograr grandes conquistas sin recurrir a las armas, solo con determinación. Su vida fue acabada por los disparos de un radical violento, pero su legado durará por siempre. 17. Grandes humanistas: Martin Luther King El máximo luchador por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos, Martin Luther King, también tiene su espacio en el Museo Memoria y Tolerancia de CDMX. Como niño, joven y adulto, el doctor King sufrió la segregación y las desigualdades a las que estaba sometida la población negra, por leyes y normas concebidas por los blancos con el racismo como único motivo. No solo movilizó a los afroamericanos por su causa, también a muchos blancos conscientes de lo justas que eran sus luchas. La promulgación de la Ley de Derechos Civiles por el congreso estadounidense en 1964, fue consecuencia de su actividad no violenta para terminar con la segregación y la discriminación racial. King ganó el Premio Nobel de la Paz ese mismo año, pero 4 años después fue asesinado por un segregacionista blanco. 18. Grandes humanistas: Nelson Mandela El artífice de la derrota del Apartheid en Sudáfrica es otro gran humanista reconocido en el museo, Nelson Mandela inició desde joven su lucha contra el sistema que institucionalizó la opresión de la población negra de su país por parte de la blanca y fue encarcelado en 1962. Pasó 27 años en prisión, siendo liberado en 1990 gracias a la presión internacional. Tras salir de la cárcel continuó su lucha no violenta, centrándose en denunciar el Apartheid y fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1993. Presidió su país entre 1994 y 1999, siendo el primero de raza negra y el primer mandatario electo por voto popular en Sudáfrica. Realizó un gobierno de concordia nacional desmontando los restos sobrevivientes del Apartheid. Murió en 2013, a los 95 años. 19. Grandes humanistas: Dalai Lama y Rigoberta Menchú El Dalai Lama del Tíbet, Tenzin Gyatso, máximo líder del budismo tibetano, escapó de su país tras la sangrienta invasión china. Desde el exterior ha realizado un incansable trabajo por defender las tradiciones y la cultura tibetanas, sin abandonar su sueño de ver a su país liberado y democráticamente gobernado. Ganó el Premio Nobel de la Paz en 1989. La indígena guatemalteca, Rigoberta Menchú, ha sido una defensora de los derechos de los indios centroamericanos y tras ser perseguida políticamente se refugió en México. Obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1992 y actualmente se dedica a promover la justica social, el diálogo y la participación de los pueblos indígenas en las decisiones que los afectan. 20. Isla MYT Sésamo Es un espacio dedicado a los niños formado por exhibiciones interactivas para chicos de entre 4 y 12 años, que promueven valores como la responsabilidad, la tolerancia y el respeto a las diferencias entre los seres humanos. Los contenidos son diseñados conjuntamente por el museo y el programa educativo Plaza Sésamo. Isla MYT Sésamo refuerza los contenidos vistos en la escuela con competencias en formación cívica y ética. Con el apoyo de recursos tecnológicos e interactivos, los niños son concientizados sobre la importancia del compromiso creador en el mundo de hoy y sobre cómo deben valorar la diversidad y desenvolverse correctamente dentro de ella. Museo Memoria y Tolerancia resumen El museo está dirigido a difundir la importancia de la tolerancia y de la no violencia en las relaciones entre las personas, las organizaciones y las naciones, así como a promover la aplicación efectiva de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Su objetivo es también crear conciencia a través de la memoria histórica sobre los genocidios y actuaciones discriminatorias que se han cometido y continúan ocurriendo en el mundo. Otra faceta del museo es el reconocimiento de los grandes luchadores históricos por los derechos humanos. Museo Memoria y Tolerancia salas El museo cuenta con varias salas distribuidas en dos grandes espacios: Memoria y Tolerancia. Memoria está dedicada a los genocidios ocurridos en los siglos XX y XXI, expuestos en las salas Holocausto, Armenia, Camboya, Guatemala, Ruanda, Ex Yugoslavia y Darfur (Sudán). Los contenidos de Tolerancia están dirigidos a promover valores como tolerancia, respeto a la diversidad, inclusión y altruismo y a denunciar estereotipos, prejuicios y comportamientos discriminatorios. También se destacan los principales humanistas que han luchado por los derechos humanos desde el siglo XX, como Gandhi, Luther King y Mandela. Museo Memoria y Tolerancia costo del boleto 2019 El museo tiene 2 precios, uno regular y otro con descuento. Las rebajas aplican para estudiantes y maestros con credencial vigente y para adultos mayores de 60 años con credencial del INAPAM. Los precios son: ◦Recorrido libre: Regular 90 MXN / Con descuento 70 MXN. ◦Recorrido con guía o audio-guía: Regular 110 MXN / Con descuento 90 MXN. ◦Isla MYT Sésamo: Regular 90 MXN / Con descuento (incluye niños de 4-10 años): 70 MXN. ◦Exposiciones temporales: Regular 30 MXN / Con descuento 15 MXN. Museo Memoria y Tolerancia cursos El Centro Educativo del museo ofrece cursos presenciales y en línea relacionados con 5 ejes temáticos: Memoria, Tolerancia, Humanidad, Actualidad y Capacitación de Docentes. Los cursos presenciales incluyen conferencias y la transmisión en vivo de eventos mundiales relevantes para los derechos humanos y la paz. A través de su Sede Externa Íbero, el museo trabaja conjuntamente con la Universidad Iberoamericana en la ejecución de programas educativos relacionados con derecho, comunicación y humanidades. Experiencia en el Museo Memoria y Tolerancia Los visitantes califican el recorrido del museo como una visita inolvidable. Algunos testimonios a través del portal tripadvisor son las siguientes: “Toca las fibras más sensibles del ser humano”. “Alberga la memoria histórica de diversos países recordando temas difíciles como los genocidios”. “Lugar bien diseñado, la museografía de primer nivel”. “De los mejores del mundo respecto al tema de la persecución y exterminio de los judíos por parte de los nazis”. El museo se encuentra en CDMX, en Plaza Juárez, centro histórico, frente al Hemiciclo Juárez y al lado de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Museo Memoria y Tolerancia reflexión El museo permite reflexionar sobre las atrocidades que son capaces de cometer algunos seres humanos contra otros y sobre la responsabilidad que todos tenemos como ciudadanos para evitar que sigan ocurriendo genocidios. También permite recordar que ha habido eminentes seres humanos como Gandhi, Mandela y Luther King, que dedicaron su vida a luchar por los derechos humanos. Si no conoces el Museo Memoria y Tolerancia, deberías incluir su recorrido entre tus próximas actividades. No te arrepentirás por todo lo que verás y aprenderás. Invita a tus amigos a realizar un tour por el museo y envíales el artículo para que también sepan todo lo que pueden conocer en este recinto museístico.
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Музей пам'яті та терпимості
8 Av. Juárez
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Recinto que abrió sus puertas en el 2010 y ubicado en la esquina de Avenida Juárez y Luis Moya; busca difundir el respeto a la diversidad y la tolerancia con base en el recuerdo histórico, mediante el uso de exposiciones de genocidios. El Museo Memoria y Tolerancia es el mejor lugar de México y uno de los más completos del mundo, para conocer sobre los genocidios cometidos en los últimos 2 siglos de vida. En sus salas e instalaciones se promueven los valores de la tolerancia y la no violencia y se conocen las luchas de los grandes defensores de los derechos humanos desde el siglo XX. Estos son los contenidos del museo que no puedes dejar de ver. 1. Holocausto Uno de los principales contenidos del museo está centrado en el Holocausto, el genocidio perpetrado por la Alemania nazi contra los judíos y otros pueblos y comunidades, antes y durante la Segunda Guerra Mundial. El Holocausto terminó con más de 10 millones de muertos por atroces métodos de exterminio, como asfixia gas venenoso, trabajos forzados y tortura médica. La exposición hace un recorrido por la Europa pre-nazi y las manifestaciones de antisemitismo que antecedieron al Holocausto; la llegada al poder de los nazis, la instauración de la dictadura nacional-socialista, la conformación de un estado racial y la Segunda Guerra Mundial como pretexto para la matanza. Este contenido muestra la espantosa existencia y la muerte en los campos de concentración, así como los Juicios de Núremberg a los que fueron sometidos 611 nazis, entre dirigentes y perpetradores de los crímenes. 2. Armenia El genocidio contra el pueblo armenio, también llamado holocausto armenio, fue ejecutado por los turcos entre 1915 y 1923, para exterminar la cultura armenia. Fue iniciado por el gobierno de los Jóvenes Turcos un año después de comenzada la Primera Guerra Mundial y se extendió por 5 años más tras finalizar el conflicto bélico. Los armenios habían pertenecido históricamente al Imperio Otomano como ciudadanos de segunda y aprovecharon el conflicto mundial para buscar su independencia. Este genocidio ha estado sometido a una gran controversia. La República de Turquía, fundada en 1923 y heredera del Imperio Otomano, no lo reconoce al alegar que los muertos fueron consecuencia de la guerra y no de una política de exterminio por motivos étnicos o culturales. Sin embargo, existe mucha evidencia sobre la naturaleza de los crímenes que cuestiona la negación turca. 3. Camboya El genocidio camboyano fue ejecutado por Pol Pot y los Jemeres Rojos, entre 1975 y 1979, cuando crearon la Kampuchea Democrática e instauraron en Camboya un estado comunista basado en el maoísmo más extremo. El imperio de la muerte de Pol Pot rechazaba la cultura camboyana, todas las prácticas religiosas, la vida en las ciudades y odiaba a los extranjeros. En este contenido del Museo Memoria y Tolerancia conocerás cómo estos criminales pretendieron reescribir la historia desde el momento en que llegaron al poder y llenaron a Camboya de muerte y de campos de concentración, donde los camboyanos eran internados incluso por el “delito” de saber leer o escribir o de haber hecho un viaje al extranjero. 4. Guatemala Entre 1978 y 1983, gobiernos militares guatemaltecos enfrentaron a grupos guerrilleros que también pretendían tomar el poder por la fuerza. En los enfrentamientos murieron o desaparecieron unas 200 mil personas, incluyendo cerca de 100 mil indígenas que nada tenían que ver en conflicto, asesinados al margen de los combates. Más de 600 aldeas fueron atacadas por el ejército guatemalteco y las casas y los cultivos, quemados. Los pozos de agua eran envenenados y los templos indígenas destruidos, en una de las épocas más atroces que ha vivido Centroamérica. El Museo Memoria y Tolerancia de CDMX muestra este genocidio acompañado por miles de desplazados. 5. Ruanda El genocidio de Ruanda tuvo la particularidad de que fue perpetrado por africanos negros contra africanos negros. Durante su ejecución fue casi ignorado por Occidente, entre otras cosas, por el temor a reconocer que también los afroamericanos pueden ser racistas. Entre abril y julio de 1994, la etnia de los hutus, mayoritaria y con un control férreo del ejército, masacró al 75 % de los tutsis, minoritarios, más pobres y sin recursos. La mortandad fue estimada en 800 mil personas e incluso muchos hutus moderados fueron asesinados. La discriminación de los tutsis por los hutus provenía de un antiguo sistema de castas de origen esencialmente social, ya que no hay diferencias notables ni étnicas ni lingüísticas entre los dos pueblos. 6. ExYugoslavia La frase, “limpieza étnica”, estuvo en primer plano durante la primera mitad de la década de 1990, cuando tras la desintegración de Yugoslavia se desató una cruenta guerra entre los pueblos étnicamente diferentes de la península Balcánica, que buscaban la supremacía política. Como consecuencia, se produjeron crímenes de guerra y contra la humanidad que fueron juzgados por el Tribunal Penal Internacional (TPI). Los principales enfrentamientos fueron de serbios contra croatas, bosnios y albaneses. Los serbios ejecutaron varios episodios de limpieza étnica, como la Masacre de Srebrenica contra los musulmanes bosnios. Ratko Mladic fue condenado a cadena perpetua y Radovan Karadzic a 40 años de prisión. 7. Darfur Un contenido del Museo Memoria y Tolerancia de Ciudad de México está dedicado al genocidio de Darfur, región del occidente de Sudán. El conflicto de Darfur aún está en curso y es típicamente racial, enfrentando a 2 grupos tribales. Los contendientes son los Baggara, etnia árabe que se dedica a criar camellos y los pueblos de raza negra, que viven principalmente de la agricultura. No es un enfrentamiento religioso, ya que ambos son mayoritariamente musulmanes, sino entre africanos de origen árabe y africanos de raza negra. El conflicto ha sido calificado como un genocidio de los sudaneses árabes apoyados por el gobierno de Sudán, contra los sudaneses negros. La guerra ha ocasionado 400 mil muertos y 2 millones de desplazados. 8. Tolerancia Este contenido del museo enseña que la tolerancia es el respeto y la aceptación entre los seres humanos, entendiendo que cada persona puede tener sus convicciones y ponerlas en práctica, con la única condición de no dañar a otras. Los valores de la tolerancia se fundan en que los derechos humanos son universales y que no deben ser mediatizados por ideologías políticas, ni consideraciones étnicas o religiosas. La tolerancia no significa aceptar las injusticias sociales ni renunciar a eliminarlas, especialmente las que afectan a la dignidad humana. Es un principio moral que busca una cultura de paz y debe ser practicada por individuos, grupos y estados, fomentándola mediante la educación, el conocimiento, la libertad de pensamiento y la legislación, para la corrección de injusticias. 9. Diversidad e Inclusión Los seres humanos son diversos. Tienen diferentes lenguas y colores de piel y se visten, comen y divierten de maneras distintas. El reconocimiento de esta diversidad supone la aceptación del otro y de sus acciones, con las únicas limitaciones marcadas por las leyes legítimamente establecidas. La inclusión debe acompañar a la aceptación de la diversidad. Poco hacemos si aceptamos teóricamente la diversidad y luego nos negamos a incorporar al individuo diferente al vecindario, a la escuela, al trabajo, al club social. Conseguir la inclusión significa que todos los seres humanos deben poder posicionarse en la sociedad, aprovechando sus competencias y las oportunidades que el medio proporciona. 10. Estereotipo y Prejuicio Los estereotipos y prejuicios son otros temas tratados en el Museo Memoria y Tolerancia. Los estereotipos son imágenes mentales o ideas aceptadas por un grupo de individuos respecto a otros, que tienden a mantenerse inmutables a pesar de los desmentidos que les da la realidad. Los estereotipos engendran prejuicios, que son opiniones previas y tenaces generalmente desfavorables respecto a algo o a alguien, basadas en rumores e ideas preconcebidas que no han surgido de un análisis honrado y riguroso de los hechos reales. Los prejuicios se hacen particularmente dañinos cuando van más allá de una pasiva catalogación de las personas y se traducen en un proceder injusto. 11. Discriminación La intolerancia conduce a la discriminación, que es un trato injusto o desfavorable a otra persona o grupo, afectando sus derechos fundamentales y negándole oportunidades. Algunos tipos comunes de discriminación son las de raza, género y edad y la practicada contra comunidades con orientaciones sexuales diferentes. Los indígenas son discriminados negándoles el acceso a la educación y al trabajo, solo por razones raciales. Las mujeres no reciben un trato igualitario al optar a un trabajo para el que están capacitadas y son despedidas cuando quedan embarazadas. Los adultos mayores pierden oportunidades de trabajo solo por motivo de la edad. La comunidad LGBT es rechazada e incluso hostigada y perseguida. Todos estos son comportamientos discriminatorios que atentan contra una sociedad incluyente, próspera y democrática. 12. Cultura de la paz y de la no violencia El museo destaca en este contenido la importancia de la paz como condición necesaria para el desarrollo pleno de las sociedades y la felicidad de los individuos. Se tiende a pensar en la paz solo en términos políticos y geográficos como la ausencia de la guerra, pero es un concepto mucho más amplio que supone la supresión de la violencia en todas sus manifestaciones y la armonía entre los seres humanos. La paz no es la inexistencia de conflictos, ya que estos forman parte de la naturaleza humana. Significa que los problemas deben resolverse por medios pacíficos, conversando y estableciendo acuerdos de buena fe que sean respetados por todos los involucrados. 13. Derechos Humanos La Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que estos son universales (aplican en todos los países del mundo), innatos e inalienables (consustanciales a la condición humana y sin posibilidad de que alguien sea despojado de ellos), permanentes (no se pierden por el paso del tiempo), inviolables (nadie está facultado para limitarlos o violarlos) e indivisibles (no se pueden fraccionar ni prescindir de ninguno). Otra característica de los derechos humanos es que trascienden las fronteras (aplican en todas partes y ningún individuo debería perderlos por salir de su país). Algunos derechos humanos fundamentales son el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión y el derecho a la igualdad y a la no discriminación. 14. Altruismo Otra faceta humana destacada por el Museo Memoria y Tolerancia es el altruismo, entendido como la acción de procurar el bien ajeno aun a costa de sí mismo. No es solo donar dinero y cosas materiales, sino destinar voluntariamente parte del tiempo a asistir a personas con necesidades y a brindarles consuelo y compañía. Implica ser empático y solidario sin esperar nada a cambio. Hay muchas maneras de ser altruista y frecuentemente no tenemos que alejarnos mucho de nuestra propia casa para hacer el bien, ya que un vecino podría ser la persona necesitada de asistencia o atención. No siempre resulta sencillo conciliar las obligaciones laborales, estudiantiles, familiares y personales, con un comportamiento altruista, pero poniendo un poco de empeño se encontrará alguna manera de ayudar. 15. Nuestro México El contenido, Nuestro México, se enfoca en los valores de fraternidad, solidaridad y hospitalidad, que han caracterizado históricamente a los mexicanos y que se encuentran en riesgo por la violencia, la corrupción y las desigualdades sociales. México ha legado a la humanidad maravillosas expresiones artísticas y culturales y ha sido refugio de personas perseguidas en otras partes del mundo. Estamos en la obligación de preservar ese patrimonio civilizatorio practicando la tolerancia y reduciendo la violencia y las injusticias en el país. 16. Grandes humanistas: Mahatma Gandhi Este contenido museístico se refiere a la vida y ejecutorias del dirigente indio, Mahatma Gandhi, uno de los máximos referentes universales de la paz. El líder fue capaz de movilizar al pueblo de la India mediante la resistencia pacífica y la desobediencia civil, consiguiendo la independencia de su país del Imperio Británico. Sus metas eran de mayor alcance. Quería terminar con el sistema de castas que aún existe en la India y lograr la fraternidad dentro de las diferencias religiosas. Siendo un hombre de frágil aspecto, Gandhi demostró que la verdadera fortaleza está en el espíritu y que los pueblos pueden lograr grandes conquistas sin recurrir a las armas, solo con determinación. Su vida fue acabada por los disparos de un radical violento, pero su legado durará por siempre. 17. Grandes humanistas: Martin Luther King El máximo luchador por los derechos civiles de los afroamericanos en Estados Unidos, Martin Luther King, también tiene su espacio en el Museo Memoria y Tolerancia de CDMX. Como niño, joven y adulto, el doctor King sufrió la segregación y las desigualdades a las que estaba sometida la población negra, por leyes y normas concebidas por los blancos con el racismo como único motivo. No solo movilizó a los afroamericanos por su causa, también a muchos blancos conscientes de lo justas que eran sus luchas. La promulgación de la Ley de Derechos Civiles por el congreso estadounidense en 1964, fue consecuencia de su actividad no violenta para terminar con la segregación y la discriminación racial. King ganó el Premio Nobel de la Paz ese mismo año, pero 4 años después fue asesinado por un segregacionista blanco. 18. Grandes humanistas: Nelson Mandela El artífice de la derrota del Apartheid en Sudáfrica es otro gran humanista reconocido en el museo, Nelson Mandela inició desde joven su lucha contra el sistema que institucionalizó la opresión de la población negra de su país por parte de la blanca y fue encarcelado en 1962. Pasó 27 años en prisión, siendo liberado en 1990 gracias a la presión internacional. Tras salir de la cárcel continuó su lucha no violenta, centrándose en denunciar el Apartheid y fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1993. Presidió su país entre 1994 y 1999, siendo el primero de raza negra y el primer mandatario electo por voto popular en Sudáfrica. Realizó un gobierno de concordia nacional desmontando los restos sobrevivientes del Apartheid. Murió en 2013, a los 95 años. 19. Grandes humanistas: Dalai Lama y Rigoberta Menchú El Dalai Lama del Tíbet, Tenzin Gyatso, máximo líder del budismo tibetano, escapó de su país tras la sangrienta invasión china. Desde el exterior ha realizado un incansable trabajo por defender las tradiciones y la cultura tibetanas, sin abandonar su sueño de ver a su país liberado y democráticamente gobernado. Ganó el Premio Nobel de la Paz en 1989. La indígena guatemalteca, Rigoberta Menchú, ha sido una defensora de los derechos de los indios centroamericanos y tras ser perseguida políticamente se refugió en México. Obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 1992 y actualmente se dedica a promover la justica social, el diálogo y la participación de los pueblos indígenas en las decisiones que los afectan. 20. Isla MYT Sésamo Es un espacio dedicado a los niños formado por exhibiciones interactivas para chicos de entre 4 y 12 años, que promueven valores como la responsabilidad, la tolerancia y el respeto a las diferencias entre los seres humanos. Los contenidos son diseñados conjuntamente por el museo y el programa educativo Plaza Sésamo. Isla MYT Sésamo refuerza los contenidos vistos en la escuela con competencias en formación cívica y ética. Con el apoyo de recursos tecnológicos e interactivos, los niños son concientizados sobre la importancia del compromiso creador en el mundo de hoy y sobre cómo deben valorar la diversidad y desenvolverse correctamente dentro de ella. Museo Memoria y Tolerancia resumen El museo está dirigido a difundir la importancia de la tolerancia y de la no violencia en las relaciones entre las personas, las organizaciones y las naciones, así como a promover la aplicación efectiva de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Su objetivo es también crear conciencia a través de la memoria histórica sobre los genocidios y actuaciones discriminatorias que se han cometido y continúan ocurriendo en el mundo. Otra faceta del museo es el reconocimiento de los grandes luchadores históricos por los derechos humanos. Museo Memoria y Tolerancia salas El museo cuenta con varias salas distribuidas en dos grandes espacios: Memoria y Tolerancia. Memoria está dedicada a los genocidios ocurridos en los siglos XX y XXI, expuestos en las salas Holocausto, Armenia, Camboya, Guatemala, Ruanda, Ex Yugoslavia y Darfur (Sudán). Los contenidos de Tolerancia están dirigidos a promover valores como tolerancia, respeto a la diversidad, inclusión y altruismo y a denunciar estereotipos, prejuicios y comportamientos discriminatorios. También se destacan los principales humanistas que han luchado por los derechos humanos desde el siglo XX, como Gandhi, Luther King y Mandela. Museo Memoria y Tolerancia costo del boleto 2019 El museo tiene 2 precios, uno regular y otro con descuento. Las rebajas aplican para estudiantes y maestros con credencial vigente y para adultos mayores de 60 años con credencial del INAPAM. Los precios son: ◦Recorrido libre: Regular 90 MXN / Con descuento 70 MXN. ◦Recorrido con guía o audio-guía: Regular 110 MXN / Con descuento 90 MXN. ◦Isla MYT Sésamo: Regular 90 MXN / Con descuento (incluye niños de 4-10 años): 70 MXN. ◦Exposiciones temporales: Regular 30 MXN / Con descuento 15 MXN. Museo Memoria y Tolerancia cursos El Centro Educativo del museo ofrece cursos presenciales y en línea relacionados con 5 ejes temáticos: Memoria, Tolerancia, Humanidad, Actualidad y Capacitación de Docentes. Los cursos presenciales incluyen conferencias y la transmisión en vivo de eventos mundiales relevantes para los derechos humanos y la paz. A través de su Sede Externa Íbero, el museo trabaja conjuntamente con la Universidad Iberoamericana en la ejecución de programas educativos relacionados con derecho, comunicación y humanidades. Experiencia en el Museo Memoria y Tolerancia Los visitantes califican el recorrido del museo como una visita inolvidable. Algunos testimonios a través del portal tripadvisor son las siguientes: “Toca las fibras más sensibles del ser humano”. “Alberga la memoria histórica de diversos países recordando temas difíciles como los genocidios”. “Lugar bien diseñado, la museografía de primer nivel”. “De los mejores del mundo respecto al tema de la persecución y exterminio de los judíos por parte de los nazis”. El museo se encuentra en CDMX, en Plaza Juárez, centro histórico, frente al Hemiciclo Juárez y al lado de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Museo Memoria y Tolerancia reflexión El museo permite reflexionar sobre las atrocidades que son capaces de cometer algunos seres humanos contra otros y sobre la responsabilidad que todos tenemos como ciudadanos para evitar que sigan ocurriendo genocidios. También permite recordar que ha habido eminentes seres humanos como Gandhi, Mandela y Luther King, que dedicaron su vida a luchar por los derechos humanos. Si no conoces el Museo Memoria y Tolerancia, deberías incluir su recorrido entre tus próximas actividades. No te arrepentirás por todo lo que verás y aprenderás. Invita a tus amigos a realizar un tour por el museo y envíales el artículo para que también sepan todo lo que pueden conocer en este recinto museístico.
Es un museo de la Ciudad de México, localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en el número 16 de la calle Justo Sierra. Colegio Chico El Antiguo Colegio de San Ildefonso es una de las edificaciones coloniales más destacadas del Centro Histórico de la Ciudad de México. Está ubicado en el número 16 de la calle Justo Sierra, entre las calles República de Argentina y El Carmen. La construcción del conjunto inició con el Colegio Chico (que actualmente ocupa el Museo de la Luz, de la Universidad Nacional Autónoma de México), cuya portada presenta en el nicho central la imagen de la Virgen del Rosario, tallada en tecalli (alabastro poblano). Colegio Grande El Colegio Grande ostenta en su fachada un relieve en mármol de San Ildefonso recibiendo la casulla de manos de la Virgen María, así como el escudo real de Castilla y León. Anfiteatro Simón Bolívar Mural La creación, el primero elaborado por Diego Rivera (en 1922), en el interior del Anfiteatro Simón Bolívar, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso (en ese entonces de la Escuela Nacional Preparatoria, de la entonces llamada Universidad Nacional de México; hoy uno de los centros culturales de la Universidad Nacional Autónoma de México), en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Obra del arquitecto Samuel Chávez concluida en 1910, el 22 de septiembre de ese año fue sede de la inauguración de la Universidad Nacional de México. En 1930, recibió el nombre Simón Bolívar, con motivo del centenario del fallecimiento del libertador. En 1931, se concluyó el proyecto original. Incluye, en su escenario, el primer mural elaborado por Diego Rivera, La creación). El vestíbulo fue decorado por Fernando Leal. Historia del edificio Compañía de Jesús; siglo XVI Tras su llegada a la Nueva España en 1572, los miembros de la Compañía de Jesús iniciaron su labor religiosa y educativa en la Ciudad de México. Entre sus primeras fundaciones, se encuentra el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, al que siguió la fundación de los colegios de San Bernardo, de San Miguel y de San Gregorio. Alrededor de 1583, los jesuitas decidieron unirlos en un único colegio, el cual se consagró a San Ildefonso. El edificio original ocupaba únicamente el espacio que hoy se conoce como el Patio Chico.​ En el siglo XVII (hacia 1618), el rey Felipe III lo colocó bajo su patrocinio, con lo cual el colegio adquirió la categoría de Real y Más Antiguo, lo cual debió facilitar la construcción del llamado Patio de Pasantes. Se sabe que aquí se encontraba la capilla a la que asistían a misa los integrantes de la comunidad jesuita. Posteriormente, en el siglo XVIII se construiría el llamado Patio Grande, donde se colocaría la puerta principal de acceso al colegio. En el remate de la fachada, se colocó un relieve en mármol dedicado a San Ildefonso, que muestra al santo recibiendo su casulla de manos de la Virgen María. A fines de junio de 1767, por orden del rey Carlos III, se ordenó la expulsión de los jesuitas de todos los dominios españoles en América. A su salida, una parte del otrora colegio jesuita se convirtió en cuartel del regimiento de Flandes, otra parte se mantuvo como colegio bajo la administración del gobierno virreinal y del clero secular. Tras la independencia de México, fue sede temporal de la Escuela de Jurisprudencia y de la Escuela de Medicina. Guerra México-Estados Unidos de 1847; segunda intervención francesa Finalizada la guerra entre México y EUA, el general norteamericano Winfield Scott lo convirtió en cuartel de las tropas de ocupación de los Estados Unidos de América. Sus antiguos patios dieron descanso a parte del ejército de ocupación norteamericano (1847). Durante la Segunda Intervención Francesa, tras la salida de Benito Juárez de la Ciudad de México, el ejército francés también lo ocupó como cuartel del nuevo ejército de ocupación (1863). Consumada la guerra contra Francia y el Segundo Imperio en 1867, el espacio arquitectónico de San Ildefonso fue entregado a Gabino Barreda para convertirlo en la sede de la Escuela Nacional Preparatoria, según la Ley Orgánica de Instrucción Pública del 2 de diciembre de 1867, en la más estricta austeridad y contando con el apoyo del presidente Benito Juárez. El viejo portón de la calle de San Ildefonso se abrió, para iniciar clases, el 3 de febrero de 1868. La Escuela Nacional Preparatoria De 1867 a 1910, el edificio fue adaptado a las necesidades de la recién establecida Escuela Nacional Preparatoria. Los patios, antes concurridos por alumnos jesuitas, se fueron poblando por alumnos de preparatoria; la antigua capilla se convertiría en la biblioteca; se instaló un comedor, se colocaron los laboratorios en la planta alta del edificio, incluso se instaló un observatorio. En el Porfiriato Durante la presidencia de Porfirio Díaz Mori, la Escuela Nacional Preparatoria siguió creciendo. En 1904, se inició la ampliación del edificio original hacia el sur; en los dos predios adquiridos, se construyó el anexo de San Ildefonso, el cual incluía un conjunto de oficinas y el nuevo Anfiteatro. Culminada su construcción en 1910, fue estrenado para realizar la ceremonia inaugural de la Universidad Nacional de México el 22 de septiembre de 1910, en el centésimo aniversario de la independencia. En la Revolución mexicana Durante el periodo revolucionario, la vida en la preparatoria se vio afectada. Durante el gobierno de Victoriano Huerta, los alumnos participaron en algunos desfiles militares, incluso algunos se convirtieron en estafetas del ejército federal. Finalizada la Revolución, la vida escolar y académica de la preparatoria retomó nuevamente su cauce. La gran novedad fue la llegada de los muralistas, los cuales fueron ocupando con sus pinturas pasillos, escaleras, descansos y muros, desde el anfiteatro, el patio chico y el patio grande, con el apoyo de José Vasconcelos. El muralismo mexicano San Ildefonso se convirtió en el corazón del movimiento muralista; cuenta con murales de Diego Rivera, Fernando Leal, Jean Charlot, David Alfaro Siqueiros, Ramón Alva de la Canal, Fermín Revueltas y José Clemente Orozco. Personajes ilustres; historia de la UNAM La historia de San Ildefonso está íntimamente ligada a la historia de la Escuela Nacional Preparatoria y a la de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ambas escuelas vieron la primera luz en sus muros; sus pasillos escucharon los primeros goyas (la porra oficial de la UNAM), y en sus aulas se escucharon las cátedras de Gabino Barreda, de Justo Sierra, de José Vasconcelos, de Ezequiel A. Chávez y de Vicente Lombardo Toledano, entre muchos otros, y por sus pasillos circularon, como estudiantes, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Luis Ernesto Miramontes, Francisco Savín, Miguel Alemán y Adolfo López Mateos. El Antiguo Colegio San Ildefonso fue sede de la Escuela Nacional Preparatoria y es hasta 1923 cuando, a través de Vicente Lombardo Toledano, se establecen los planteles 1 (diurno) y 3 (nocturno) de la preparatoria, que se trasladarían a sus respectivas nuevas sedes, a principios de 1980. Conflictos laborales y políticos Fue escenario también de conflictos durante la huelga de 1929​ y del movimiento estudiantil de 1968. Una de las puertas de acceso del plantel fue volada por un bazucazo. En 1982, se estableció en San Ildefonso el Programa Multidisciplinario Justo Sierra, que se vio enriquecido con el establecimiento del Museo de la Escuela Nacional Preparatoria para la Educación y el Arte (MENPEA), de 1986 a 1990. Murales En 1874, Gabino Barreda autorizó a Juan Cordero la realización del primer mural en el cubo de la escalera del segundo piso, titulado Triunfos de la ciencia y el trabajo sobre la envidia y la ignorancia. Cuando José Vasconcelos asumió como secretario de Educación Pública, la Escuela Nacional Preparatoria abrió sus puertas a un amplio grupo de pintores, que a partir de 1922 se dedicaron a embellecer sus muros: Anfiteatro "Simón Bolívar": en este espacio, Diego Rivera pintó a la encáustica su primer mural, conocido como La creación (1922). En el vestíbulo del mismo espacio, Fernando Leal realizó al fresco la serie mural titulada Epopeya bolivariana (1930-1942). Patio Chico: en este espacio, David Alfaro Siqueiros elaboró los murales: Los elementos o el espíritu de Occidente (1923), El llamado de la libertad o Los ángeles de la liberación (1923), Los mitos (1924) y El entierro del obrero sacrificado (1924). En el pasillo que enmarca la entrada principal que da a la calle de San Ildefonso, Ramón Alva de la Canal realizó al fresco El desembarco de los españoles y la cruz plantada en tierras nuevas (1922-1923); enfrente de éste, Fermín Revueltas trabajó a la encáustica la Alegoría de la Virgen de Guadalupe. Patio Grande: en los laterales de la escalera de acceso, José Clemente Orozco pintó al fresco Hombres sedientos (1923-1924) y Los ingenieros (1926); en el cubo de la escalera del primer piso, él mismo realizó los murales Cortés y la Malinche (1926), Razas aborígenes (1923-1924), Franciscanos (1923-1924), Juventud (1923-1924) y Constructores. En el cubo de la escalera del segundo piso, Jean Charlot plasmó su visión sobre la Masacre en el Templo Mayor o La conquista de Tenochtitlan (1922-1923), enfrente del cual Fernando Leal pintó La fiesta del señor de Chalma (1922-1923). En el lugar en el que estaba el mural de Cordero, se colocó un vitral, titulado La bienvenida. Muros del lado norte del Patio Grande: José Clemente Orozco realizó la serie mural más grande, todas las pinturas se realizaron al fresco: Planta baja: Maternidad (1923-1924), Destrucción del viejo orden (1926), La trinchera (1926), La huelga (1924-1926), Trinidad revolucionaria (1923-1924), Banquete de los ricos (1923-1924). Primer piso: Aristócratas (1923-1924), La alcancía (1923-1924), Basurero de los símbolos (1923-1924), Acechanzas (1923-1924), La libertad (1923-1924), Jehová entre los ricos y los pobres o El Juicio final (1923-1924) y La ley y la justicia (1923-1924). Segundo piso: Revolucionarios (1926), La familia (1926), La despedida (1926), Trabajadores (1926), La bendición (1926), El sepulturero (1926) y Mujeres llorando (1926). Actualidad Exposición el Antiguo Colegio de San Ildefonso.El conjunto tiene hoy día tres niveles, con tres patios (Chico, de Pasantes y Grande), con fachadas recubiertas con tezontle; la edificada al sur, entre 1907 y 1931, tiene dos pequeños patios, con el Anfiteatro Simón Bolívar, obra del arquitecto Samuel Chávez, concluido en 1910, y el área de oficinas. Fue sede del Museo de la Escuela Nacional Preparatoria (MENPEA). Su acervo estuvo constituido por los murales realizados por David Alfaro Siqueiros (Patio Chico), Ramón Alva de la Canal y Roberto Montenegro (puerta norte); José Clemente Orozco (muros del patio grande); Fernando Alva de la Canal, Jean Charlot y José Clemente Orozco (escaleras centrales); Diego Rivera y Fernando Leal (Anfiteatro Simón Bolívar), además del material e instrumental de los laboratorios de química, zoología, botánica. La sillería de coro de la antigua Iglesia de San Agustín de la Ciudad de México, obra del maestro ensamblador Salvador de Ocampo (ca. 1665-1732), se conserva y se exhibe desde finales de 1890 en el Salón El Generalito (llamado así para distinguirlo del Salón General de la Real y Pontificia Universidad de México), espacio que también exhibe óleos con retratos de personajes diversos del antiguo colegio, varios de ellos anónimos, otros obra de Miguel Cabrera, José de Alcíbar y Andrés López.3​ La Capilla se inauguró en diciembre de 1739, y se utiliza como sala de exposiciones. La Sacristía, en el corredor norte del Patio de Pasantes, incluye dos lienzos de Francisco Antonio Vallejo.3​ En 1983, la Filmoteca de la UNAM pasó a tener su sede en el Patio Chico. En 1992, el edificio fue restaurado para albergar la exposición México: Esplendores de 30 siglos. Desde entonces, el Antiguo Colegio de San Ildefonso es un recinto del patrimonio universitario, administrado por un mandato tripartita, integrado por la Universidad Nacional Autónoma de México, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (hoy Secretaría de Cultura) y el Gobierno de la Ciudad de México. Funciona como centro cultural y de exposiciones temporales. En el 2011, la Filmoteca de la UNAM se trasladó a la Ciudad Universitaria, y los espacios del Patio Chico pasaron a ser ocupados por el Museo de la Luz. Otros acontecimientos El Antiguo Colegio de San Ildefonso ha sido escenario también de conflictos: por ejemplo, durante la huelga de 1929 y el movimiento estudiantil de 1968. Una de las puertas de acceso del plantel fue volada por un bazukazo. En 1982, se fundó el Programa Multidisciplinario Justo Sierra, que se vio enriquecido con el establecimiento del Museo de la Escuela Nacional Preparatoria para la Educación y el Arte (MENPEA), de 1986 a 1990. Dedicado a exposiciones temporales, cuenta además con un acervo propio, forjado cuando este era un importante colegio jesuita y cuando fue sede de la Escuela Nacional Preparatoria de la Universidad Nacional de México, entre 1867 y 1989, además del destacado conjunto de murales realizados en sus muros entre 1922 y 1940 por los más destacados artistas del muralismo mexicano.
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Колишній коледж Сан-Ільдефонсо
16 Justo Sierra
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Es un museo de la Ciudad de México, localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en el número 16 de la calle Justo Sierra. Colegio Chico El Antiguo Colegio de San Ildefonso es una de las edificaciones coloniales más destacadas del Centro Histórico de la Ciudad de México. Está ubicado en el número 16 de la calle Justo Sierra, entre las calles República de Argentina y El Carmen. La construcción del conjunto inició con el Colegio Chico (que actualmente ocupa el Museo de la Luz, de la Universidad Nacional Autónoma de México), cuya portada presenta en el nicho central la imagen de la Virgen del Rosario, tallada en tecalli (alabastro poblano). Colegio Grande El Colegio Grande ostenta en su fachada un relieve en mármol de San Ildefonso recibiendo la casulla de manos de la Virgen María, así como el escudo real de Castilla y León. Anfiteatro Simón Bolívar Mural La creación, el primero elaborado por Diego Rivera (en 1922), en el interior del Anfiteatro Simón Bolívar, en el Antiguo Colegio de San Ildefonso (en ese entonces de la Escuela Nacional Preparatoria, de la entonces llamada Universidad Nacional de México; hoy uno de los centros culturales de la Universidad Nacional Autónoma de México), en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Obra del arquitecto Samuel Chávez concluida en 1910, el 22 de septiembre de ese año fue sede de la inauguración de la Universidad Nacional de México. En 1930, recibió el nombre Simón Bolívar, con motivo del centenario del fallecimiento del libertador. En 1931, se concluyó el proyecto original. Incluye, en su escenario, el primer mural elaborado por Diego Rivera, La creación). El vestíbulo fue decorado por Fernando Leal. Historia del edificio Compañía de Jesús; siglo XVI Tras su llegada a la Nueva España en 1572, los miembros de la Compañía de Jesús iniciaron su labor religiosa y educativa en la Ciudad de México. Entre sus primeras fundaciones, se encuentra el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, al que siguió la fundación de los colegios de San Bernardo, de San Miguel y de San Gregorio. Alrededor de 1583, los jesuitas decidieron unirlos en un único colegio, el cual se consagró a San Ildefonso. El edificio original ocupaba únicamente el espacio que hoy se conoce como el Patio Chico.​ En el siglo XVII (hacia 1618), el rey Felipe III lo colocó bajo su patrocinio, con lo cual el colegio adquirió la categoría de Real y Más Antiguo, lo cual debió facilitar la construcción del llamado Patio de Pasantes. Se sabe que aquí se encontraba la capilla a la que asistían a misa los integrantes de la comunidad jesuita. Posteriormente, en el siglo XVIII se construiría el llamado Patio Grande, donde se colocaría la puerta principal de acceso al colegio. En el remate de la fachada, se colocó un relieve en mármol dedicado a San Ildefonso, que muestra al santo recibiendo su casulla de manos de la Virgen María. A fines de junio de 1767, por orden del rey Carlos III, se ordenó la expulsión de los jesuitas de todos los dominios españoles en América. A su salida, una parte del otrora colegio jesuita se convirtió en cuartel del regimiento de Flandes, otra parte se mantuvo como colegio bajo la administración del gobierno virreinal y del clero secular. Tras la independencia de México, fue sede temporal de la Escuela de Jurisprudencia y de la Escuela de Medicina. Guerra México-Estados Unidos de 1847; segunda intervención francesa Finalizada la guerra entre México y EUA, el general norteamericano Winfield Scott lo convirtió en cuartel de las tropas de ocupación de los Estados Unidos de América. Sus antiguos patios dieron descanso a parte del ejército de ocupación norteamericano (1847). Durante la Segunda Intervención Francesa, tras la salida de Benito Juárez de la Ciudad de México, el ejército francés también lo ocupó como cuartel del nuevo ejército de ocupación (1863). Consumada la guerra contra Francia y el Segundo Imperio en 1867, el espacio arquitectónico de San Ildefonso fue entregado a Gabino Barreda para convertirlo en la sede de la Escuela Nacional Preparatoria, según la Ley Orgánica de Instrucción Pública del 2 de diciembre de 1867, en la más estricta austeridad y contando con el apoyo del presidente Benito Juárez. El viejo portón de la calle de San Ildefonso se abrió, para iniciar clases, el 3 de febrero de 1868. La Escuela Nacional Preparatoria De 1867 a 1910, el edificio fue adaptado a las necesidades de la recién establecida Escuela Nacional Preparatoria. Los patios, antes concurridos por alumnos jesuitas, se fueron poblando por alumnos de preparatoria; la antigua capilla se convertiría en la biblioteca; se instaló un comedor, se colocaron los laboratorios en la planta alta del edificio, incluso se instaló un observatorio. En el Porfiriato Durante la presidencia de Porfirio Díaz Mori, la Escuela Nacional Preparatoria siguió creciendo. En 1904, se inició la ampliación del edificio original hacia el sur; en los dos predios adquiridos, se construyó el anexo de San Ildefonso, el cual incluía un conjunto de oficinas y el nuevo Anfiteatro. Culminada su construcción en 1910, fue estrenado para realizar la ceremonia inaugural de la Universidad Nacional de México el 22 de septiembre de 1910, en el centésimo aniversario de la independencia. En la Revolución mexicana Durante el periodo revolucionario, la vida en la preparatoria se vio afectada. Durante el gobierno de Victoriano Huerta, los alumnos participaron en algunos desfiles militares, incluso algunos se convirtieron en estafetas del ejército federal. Finalizada la Revolución, la vida escolar y académica de la preparatoria retomó nuevamente su cauce. La gran novedad fue la llegada de los muralistas, los cuales fueron ocupando con sus pinturas pasillos, escaleras, descansos y muros, desde el anfiteatro, el patio chico y el patio grande, con el apoyo de José Vasconcelos. El muralismo mexicano San Ildefonso se convirtió en el corazón del movimiento muralista; cuenta con murales de Diego Rivera, Fernando Leal, Jean Charlot, David Alfaro Siqueiros, Ramón Alva de la Canal, Fermín Revueltas y José Clemente Orozco. Personajes ilustres; historia de la UNAM La historia de San Ildefonso está íntimamente ligada a la historia de la Escuela Nacional Preparatoria y a la de la Universidad Nacional Autónoma de México. Ambas escuelas vieron la primera luz en sus muros; sus pasillos escucharon los primeros goyas (la porra oficial de la UNAM), y en sus aulas se escucharon las cátedras de Gabino Barreda, de Justo Sierra, de José Vasconcelos, de Ezequiel A. Chávez y de Vicente Lombardo Toledano, entre muchos otros, y por sus pasillos circularon, como estudiantes, Octavio Paz, Carlos Fuentes, Luis Ernesto Miramontes, Francisco Savín, Miguel Alemán y Adolfo López Mateos. El Antiguo Colegio San Ildefonso fue sede de la Escuela Nacional Preparatoria y es hasta 1923 cuando, a través de Vicente Lombardo Toledano, se establecen los planteles 1 (diurno) y 3 (nocturno) de la preparatoria, que se trasladarían a sus respectivas nuevas sedes, a principios de 1980. Conflictos laborales y políticos Fue escenario también de conflictos durante la huelga de 1929​ y del movimiento estudiantil de 1968. Una de las puertas de acceso del plantel fue volada por un bazucazo. En 1982, se estableció en San Ildefonso el Programa Multidisciplinario Justo Sierra, que se vio enriquecido con el establecimiento del Museo de la Escuela Nacional Preparatoria para la Educación y el Arte (MENPEA), de 1986 a 1990. Murales En 1874, Gabino Barreda autorizó a Juan Cordero la realización del primer mural en el cubo de la escalera del segundo piso, titulado Triunfos de la ciencia y el trabajo sobre la envidia y la ignorancia. Cuando José Vasconcelos asumió como secretario de Educación Pública, la Escuela Nacional Preparatoria abrió sus puertas a un amplio grupo de pintores, que a partir de 1922 se dedicaron a embellecer sus muros: Anfiteatro "Simón Bolívar": en este espacio, Diego Rivera pintó a la encáustica su primer mural, conocido como La creación (1922). En el vestíbulo del mismo espacio, Fernando Leal realizó al fresco la serie mural titulada Epopeya bolivariana (1930-1942). Patio Chico: en este espacio, David Alfaro Siqueiros elaboró los murales: Los elementos o el espíritu de Occidente (1923), El llamado de la libertad o Los ángeles de la liberación (1923), Los mitos (1924) y El entierro del obrero sacrificado (1924). En el pasillo que enmarca la entrada principal que da a la calle de San Ildefonso, Ramón Alva de la Canal realizó al fresco El desembarco de los españoles y la cruz plantada en tierras nuevas (1922-1923); enfrente de éste, Fermín Revueltas trabajó a la encáustica la Alegoría de la Virgen de Guadalupe. Patio Grande: en los laterales de la escalera de acceso, José Clemente Orozco pintó al fresco Hombres sedientos (1923-1924) y Los ingenieros (1926); en el cubo de la escalera del primer piso, él mismo realizó los murales Cortés y la Malinche (1926), Razas aborígenes (1923-1924), Franciscanos (1923-1924), Juventud (1923-1924) y Constructores. En el cubo de la escalera del segundo piso, Jean Charlot plasmó su visión sobre la Masacre en el Templo Mayor o La conquista de Tenochtitlan (1922-1923), enfrente del cual Fernando Leal pintó La fiesta del señor de Chalma (1922-1923). En el lugar en el que estaba el mural de Cordero, se colocó un vitral, titulado La bienvenida. Muros del lado norte del Patio Grande: José Clemente Orozco realizó la serie mural más grande, todas las pinturas se realizaron al fresco: Planta baja: Maternidad (1923-1924), Destrucción del viejo orden (1926), La trinchera (1926), La huelga (1924-1926), Trinidad revolucionaria (1923-1924), Banquete de los ricos (1923-1924). Primer piso: Aristócratas (1923-1924), La alcancía (1923-1924), Basurero de los símbolos (1923-1924), Acechanzas (1923-1924), La libertad (1923-1924), Jehová entre los ricos y los pobres o El Juicio final (1923-1924) y La ley y la justicia (1923-1924). Segundo piso: Revolucionarios (1926), La familia (1926), La despedida (1926), Trabajadores (1926), La bendición (1926), El sepulturero (1926) y Mujeres llorando (1926). Actualidad Exposición el Antiguo Colegio de San Ildefonso.El conjunto tiene hoy día tres niveles, con tres patios (Chico, de Pasantes y Grande), con fachadas recubiertas con tezontle; la edificada al sur, entre 1907 y 1931, tiene dos pequeños patios, con el Anfiteatro Simón Bolívar, obra del arquitecto Samuel Chávez, concluido en 1910, y el área de oficinas. Fue sede del Museo de la Escuela Nacional Preparatoria (MENPEA). Su acervo estuvo constituido por los murales realizados por David Alfaro Siqueiros (Patio Chico), Ramón Alva de la Canal y Roberto Montenegro (puerta norte); José Clemente Orozco (muros del patio grande); Fernando Alva de la Canal, Jean Charlot y José Clemente Orozco (escaleras centrales); Diego Rivera y Fernando Leal (Anfiteatro Simón Bolívar), además del material e instrumental de los laboratorios de química, zoología, botánica. La sillería de coro de la antigua Iglesia de San Agustín de la Ciudad de México, obra del maestro ensamblador Salvador de Ocampo (ca. 1665-1732), se conserva y se exhibe desde finales de 1890 en el Salón El Generalito (llamado así para distinguirlo del Salón General de la Real y Pontificia Universidad de México), espacio que también exhibe óleos con retratos de personajes diversos del antiguo colegio, varios de ellos anónimos, otros obra de Miguel Cabrera, José de Alcíbar y Andrés López.3​ La Capilla se inauguró en diciembre de 1739, y se utiliza como sala de exposiciones. La Sacristía, en el corredor norte del Patio de Pasantes, incluye dos lienzos de Francisco Antonio Vallejo.3​ En 1983, la Filmoteca de la UNAM pasó a tener su sede en el Patio Chico. En 1992, el edificio fue restaurado para albergar la exposición México: Esplendores de 30 siglos. Desde entonces, el Antiguo Colegio de San Ildefonso es un recinto del patrimonio universitario, administrado por un mandato tripartita, integrado por la Universidad Nacional Autónoma de México, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (hoy Secretaría de Cultura) y el Gobierno de la Ciudad de México. Funciona como centro cultural y de exposiciones temporales. En el 2011, la Filmoteca de la UNAM se trasladó a la Ciudad Universitaria, y los espacios del Patio Chico pasaron a ser ocupados por el Museo de la Luz. Otros acontecimientos El Antiguo Colegio de San Ildefonso ha sido escenario también de conflictos: por ejemplo, durante la huelga de 1929 y el movimiento estudiantil de 1968. Una de las puertas de acceso del plantel fue volada por un bazukazo. En 1982, se fundó el Programa Multidisciplinario Justo Sierra, que se vio enriquecido con el establecimiento del Museo de la Escuela Nacional Preparatoria para la Educación y el Arte (MENPEA), de 1986 a 1990. Dedicado a exposiciones temporales, cuenta además con un acervo propio, forjado cuando este era un importante colegio jesuita y cuando fue sede de la Escuela Nacional Preparatoria de la Universidad Nacional de México, entre 1867 y 1989, además del destacado conjunto de murales realizados en sus muros entre 1922 y 1940 por los más destacados artistas del muralismo mexicano.
El Museo del Templo Mayor abrió sus puertas el 12 de octubre de 1987 y ha recibido, hasta ahora, a más de trece millones de visitantes. Su creación fue consecuencia de las excavaciones arqueológicas realizadas por el Proyecto Templo Mayor en su primera temporada, entre 1978 y 1982, las cuales se hicieron bajo la dirección de Eduardo Matos Moctezuma y permitieron recuperar una colección de más de 7 mil objetos, así como los vestigios del Templo Mayor de Tenochtitlan y de algunos edificios aledaños. Todo ello dio origen a la iniciativa de edificar un museo de sitio para exhibir dicha colección y, al mismo tiempo, complementar la visita de la zona arqueológica. Este recinto se distribuye en ocho salas, cuatro en su costado sur y otras tantas en su costado norte. El proyecto museográfico original se basa en la distribución misma del Templo Mayor, en el cual se rendía culto a dos divinidades: a Huitzilopochtli, dios solar de la guerra y patrón de los mexicas, cuya capilla se encontraba en el lado sur del edificio, y a Tláloc, dios de la lluvia vinculado de manera directa con la agricultura, cuyo templo ocupaba el lado norte. De esa manera, las cuatro primeras salas están dedicadas a Huitzilopochtli y en un sentido amplio a la guerra, incluyendo los productos obtenidos por los mexicas a través de sus conquistas territoriales, mientras las cuatro últimas tratan sobre Tláloc, la agricultura y la explotación que los mexicas hicieron de los recursos naturales en general. El lugar principal del vestíbulo lo ocupa, desde el año 2010, el magnífico e impresionante relieve policromado que representa a la diosa de la Tierra, Tlaltecuhtli, la mayor pieza escultórica de factura mexica que se ha encontrado. Su hallazgo tuvo lugar el 2 de octubre de 2006 y puede apreciarse su policromía original gracias a un magnífico trabajo de restauración. Por su parte, en la parte central del segundo nivel del museo se encuentra la otra pieza estelar de este recinto: el gran monolito circular que representa en relieve a la diosa lunar, Coyolxauhqui; su gran importancia obedece no sólo a su magnitud y belleza, sino también porque fue gracias a su hallazgo accidental, ocurrido en la madrugada del 21 de febrero de 1978, que dieron inicio las excavaciones del Proyecto Templo Mayor, cuyo fruto es todo lo que hoy día puede apreciar quien visita este lugar. El quehacer cotidiano de todo el personal que labora en el Museo del Templo Mayor se encamina a cumplir con los objetivos generales del Instituto Nacional de Antropología e Historia, los cuales son investigar, difundir, conservar y proteger el patrimonio prehispánico y colonial de México. Al mismo tiempo, su colección se ha visto incrementada, gracias a los trabajos que ha venido realizando el Programa de Arqueología Urbana en el perímetro del antiguo recinto sagrado de Tenochtitlan desde 1991, mientras sus aportes al conocimiento de la sociedad mexica han sido constantes y fructíferos, a través de los estudios realizados por el equipo de investigadores del museo.
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El Museo del Templo Mayor abrió sus puertas el 12 de octubre de 1987 y ha recibido, hasta ahora, a más de trece millones de visitantes. Su creación fue consecuencia de las excavaciones arqueológicas realizadas por el Proyecto Templo Mayor en su primera temporada, entre 1978 y 1982, las cuales se hicieron bajo la dirección de Eduardo Matos Moctezuma y permitieron recuperar una colección de más de 7 mil objetos, así como los vestigios del Templo Mayor de Tenochtitlan y de algunos edificios aledaños. Todo ello dio origen a la iniciativa de edificar un museo de sitio para exhibir dicha colección y, al mismo tiempo, complementar la visita de la zona arqueológica. Este recinto se distribuye en ocho salas, cuatro en su costado sur y otras tantas en su costado norte. El proyecto museográfico original se basa en la distribución misma del Templo Mayor, en el cual se rendía culto a dos divinidades: a Huitzilopochtli, dios solar de la guerra y patrón de los mexicas, cuya capilla se encontraba en el lado sur del edificio, y a Tláloc, dios de la lluvia vinculado de manera directa con la agricultura, cuyo templo ocupaba el lado norte. De esa manera, las cuatro primeras salas están dedicadas a Huitzilopochtli y en un sentido amplio a la guerra, incluyendo los productos obtenidos por los mexicas a través de sus conquistas territoriales, mientras las cuatro últimas tratan sobre Tláloc, la agricultura y la explotación que los mexicas hicieron de los recursos naturales en general. El lugar principal del vestíbulo lo ocupa, desde el año 2010, el magnífico e impresionante relieve policromado que representa a la diosa de la Tierra, Tlaltecuhtli, la mayor pieza escultórica de factura mexica que se ha encontrado. Su hallazgo tuvo lugar el 2 de octubre de 2006 y puede apreciarse su policromía original gracias a un magnífico trabajo de restauración. Por su parte, en la parte central del segundo nivel del museo se encuentra la otra pieza estelar de este recinto: el gran monolito circular que representa en relieve a la diosa lunar, Coyolxauhqui; su gran importancia obedece no sólo a su magnitud y belleza, sino también porque fue gracias a su hallazgo accidental, ocurrido en la madrugada del 21 de febrero de 1978, que dieron inicio las excavaciones del Proyecto Templo Mayor, cuyo fruto es todo lo que hoy día puede apreciar quien visita este lugar. El quehacer cotidiano de todo el personal que labora en el Museo del Templo Mayor se encamina a cumplir con los objetivos generales del Instituto Nacional de Antropología e Historia, los cuales son investigar, difundir, conservar y proteger el patrimonio prehispánico y colonial de México. Al mismo tiempo, su colección se ha visto incrementada, gracias a los trabajos que ha venido realizando el Programa de Arqueología Urbana en el perímetro del antiguo recinto sagrado de Tenochtitlan desde 1991, mientras sus aportes al conocimiento de la sociedad mexica han sido constantes y fructíferos, a través de los estudios realizados por el equipo de investigadores del museo.

Tacuba 15, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 De la mano del ambiente del Palacio de la Inquisición, este museo expone de manera permanente una composición de más de 72 instrumentos de tortura y humillación, característicos de la Santa Inquisición y otras autoridades correspondientes a la Edad Media. Durante un largo período, esta exposición estuvo en Palacio de Minería. El museo cuenta con una colección de 72 artefactos que durante la historia de la humanidad llegaron a utilizarse con el fin de torturar a algunos desafortunados, ahí podrás conocer técnicas y contextos a demás de ver los objetos con los que se realizaban dichas torturas. El Museo de la Tortura es diferente a cualquier otro, pues sus galerías no guardan tesoros artísticos agradables a la vista. Se trata más bien de una exposición de más de 70 instrumentos utilizados durante la Santa Inquisición y por autoridades de la Edad Media, para torturar y humillar a personas. Pese a que no es un lugar a donde ir en familias, menos con los niños, sigue siendo muy atractivo de conocer.
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Se encuentra ubicado en Guatemala 34, en el corazón del antiguo espacio ceremonial de México-Tenochtitlan. El predio sobre el que se levanta formaba parte del Mayorazgo Nava Chávez, que tuvo distintos dueños y usos a lo largo de los años. Un fragmento del viejo inmueble fue restaurado para alojar, a partir del 2006, al Museo Archivo de la Fotografía de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. El edificio aún mantiene la llamativa decoración de su fachada, de tipo neomudéjar, caracterizada por estrellas de ocho puntas adornadas con cintas entrelazadas que forman lazos o ajaracas hexagonales a su alrededor. A razón de este motivo ornamental, ésta es también llamada la “Casa de las Ajaracas”. Es un espacio que tiene la vocación de trabajar activamente para difundir el patrimonio y la cultura visual a través de exposiciones, talleres, conferencias, proyecciones, mesas redondas, conciertos y otras actividades, desde su privilegiado enclave en el kilómetro cero de la capital. El museo cuenta con tres salas de exhibición y una sala de usos múltiples. Su archivo resguarda un importante acervo fotográfico que concentra más de dos millones de imágenes, que permiten apreciar el desarrollo y cambios que ha vivido la Ciudad de México durante casi un siglo.
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Londres 6, Col. Juárez, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06300 El Museo de Cera de la Ciudad de México, actualmente cuenta con una colección de mas de 230 figuras de personajes famosos de la historia, el arte, la política, el deporte, del mundo artístico, de la fantasía y del terror, todos ellos situados en escenarios estupendos y en una típica casa de la antigua colonia Juárez. Una figura de cera encierra mucho de magia, tanto en la forma en que atrae la mirada como en la imaginación que despierta. Salas de exhibición Salas temáticas: Artistas: Dalí, Van Gogh (sin oreja mutilada), Diego Rivera, Frida y Siqueiros. Tauromaquia: Independientemente de tu afición, esta sala es una de las más bonitas. Incluye a Plácido Domingo cantando en un palco. Historia de México: desde personajes de la Independencia –pasando por una sala donde se ubican los presidentes del siglo XX– hasta un AMLO que parece veinteañero. La única queja: ¿dónde está Porfirio Díaz? Historia Mundial: Presidentes de EUA, reyes europeos, Gandhi, Bill Gates –con unos tenis de colección. Religión: Papas, vírgenes y santos en una pequeña capilla. Deportes: Ronaldinho, Hugo Sánchez, Palencia (con la de Pumas, Cristiano Ronaldo. Hollywood: Tom Cruise, Elvis, Robert De Niro, Meryl Streep, Hugh Jackman y también celebridades nacionales de la Época de Oro del cine mexicano, la música popular y una figura interactiva de Adrián Uribe, o mejor dicho, de “El Vítor”. Terror: El mejor lugar de todo el museo y una de las salas más famosas de todos los museos de la ciudad. En una especie de calabozo se esconden criaturas míticas con sonido y movimiento, algunas son bastante tétricas: Exorcista, El Aro, monstruos clásicos, zombies Niños: Personajes de Cri-Crí, Harry Potter, Plaza Sésamo, Disney –Blancanieves con botox y sus siete enanos–, el Chavo del 8 y Superman, Batman, Iron Man y Spider-Man. Museo de Ripley (Aunque Usted no lo crea) En el mismo sitio del museo de cera se encuentra este original museo. El Museo de Ripley exhibe una de las mayores colecciones de objetos extraños y poco comunes, provenientes de los lugares que exploró el coleccionista y caricaturista estadounidense Robert L. Ripley. Este Museo internacional llegó a México en 1992 y se localiza en un edificio que simula un castillo medieval. Cuenta con 9 salas de exhibición totalmente renovadas, con toda clase de objetos extraños, como una réplica del hombre más alto del mundo, un juego de cubiertos para caníbal, cabezas humanas reducidas, una sala espacial con trajes de astronauta, entre otros. Existen varios Museos de Ripley alrededor del mundo en Canadá, Inglaterra, Australia, Dinamarca, Corea, Estados Unidos, Tailandia y Filipinas. México es el único país de Latinoamérica en que se encuentra este atractivo Museo que también tiene sedes en Veracruz y Guadalajara.
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Museo de Cera
6 Londres
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Londres 6, Col. Juárez, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06300 El Museo de Cera de la Ciudad de México, actualmente cuenta con una colección de mas de 230 figuras de personajes famosos de la historia, el arte, la política, el deporte, del mundo artístico, de la fantasía y del terror, todos ellos situados en escenarios estupendos y en una típica casa de la antigua colonia Juárez. Una figura de cera encierra mucho de magia, tanto en la forma en que atrae la mirada como en la imaginación que despierta. Salas de exhibición Salas temáticas: Artistas: Dalí, Van Gogh (sin oreja mutilada), Diego Rivera, Frida y Siqueiros. Tauromaquia: Independientemente de tu afición, esta sala es una de las más bonitas. Incluye a Plácido Domingo cantando en un palco. Historia de México: desde personajes de la Independencia –pasando por una sala donde se ubican los presidentes del siglo XX– hasta un AMLO que parece veinteañero. La única queja: ¿dónde está Porfirio Díaz? Historia Mundial: Presidentes de EUA, reyes europeos, Gandhi, Bill Gates –con unos tenis de colección. Religión: Papas, vírgenes y santos en una pequeña capilla. Deportes: Ronaldinho, Hugo Sánchez, Palencia (con la de Pumas, Cristiano Ronaldo. Hollywood: Tom Cruise, Elvis, Robert De Niro, Meryl Streep, Hugh Jackman y también celebridades nacionales de la Época de Oro del cine mexicano, la música popular y una figura interactiva de Adrián Uribe, o mejor dicho, de “El Vítor”. Terror: El mejor lugar de todo el museo y una de las salas más famosas de todos los museos de la ciudad. En una especie de calabozo se esconden criaturas míticas con sonido y movimiento, algunas son bastante tétricas: Exorcista, El Aro, monstruos clásicos, zombies Niños: Personajes de Cri-Crí, Harry Potter, Plaza Sésamo, Disney –Blancanieves con botox y sus siete enanos–, el Chavo del 8 y Superman, Batman, Iron Man y Spider-Man. Museo de Ripley (Aunque Usted no lo crea) En el mismo sitio del museo de cera se encuentra este original museo. El Museo de Ripley exhibe una de las mayores colecciones de objetos extraños y poco comunes, provenientes de los lugares que exploró el coleccionista y caricaturista estadounidense Robert L. Ripley. Este Museo internacional llegó a México en 1992 y se localiza en un edificio que simula un castillo medieval. Cuenta con 9 salas de exhibición totalmente renovadas, con toda clase de objetos extraños, como una réplica del hombre más alto del mundo, un juego de cubiertos para caníbal, cabezas humanas reducidas, una sala espacial con trajes de astronauta, entre otros. Existen varios Museos de Ripley alrededor del mundo en Canadá, Inglaterra, Australia, Dinamarca, Corea, Estados Unidos, Tailandia y Filipinas. México es el único país de Latinoamérica en que se encuentra este atractivo Museo que también tiene sedes en Veracruz y Guadalajara.
El Museo de la Ciudad de México es un recinto público ubicado en el antiguo palacio de los condes de Santiago de Calimaya, sobre la avenida Pino Suárez número 30, a tres cuadras de la Plaza de la Constitución (Zócalo). El museo está situado en el recinto que antiguamente fue un hermoso palacio virreinal cuya primera construcción se remonta a 1536. Desde entonces el edificio ha sido remodelado y modificado en varias ocasiones, tanto en su aspecto como en su funcionamiento, sirviendo como palacio de familias nobles, vecindad, locales comerciales y recinto cultural. El inmueble que alberga al museo, se edificó en 1776 por el arquitecto criollo Francisco Antonio Guerrero y Torres. Fue hasta 1931 -después de haber funcionado como palacio, vecindad y accesorias- que el antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya fue declarado patrimonio nacional. Posteriormente, el año 1960 el Departamento del Distrito Federal decretó que el inmueble se convertiría en la sede del Museo oficial de la Ciudad de México mismo que abrió sus puertas el 31 de octubre de 1964, tras una remodelación realizada por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez. Exhibiciones y actividades​ El Museo de la Ciudad de México es un espacio abierto a los encuentros, un punto en el que se cruzan y entretejen las miradas más disímiles. En este espacio los visitantes tienen la oportunidad acceder a distintas manifestaciones artísticas y culturales que van desde exposiciones, conciertos, obras de teatro y danza, recitales, conferencias, presentaciones de libros, cursos y talleres, así como visitas guiadas especializadas para cada una de las exposiciones temporales y sobre la historia del edificio. Actualmente el museo cuenta con 11 salas de exhibición permanente entre ellas el estudio del pintor Joaquín Clausell en la planta alta del edificio, donde se encuentra el mural conocido como "La torre de las mil ventanas" una de las obras más representativas del pintor impresionista mexicano, una sala de música, una capilla y una sacristía que funcionan como museo de sitio para narrar la historia del recinto. En el año 2018 se inauguró la exposición "Miradas a la Ciudad. Espacio de reflexión urbana", una muestra permanente que reflexiona sobre el fenómeno urbano en la Ciudad de México, a través de un recorrido por ocho salas de exhibición que utilizan textos, objetos, obras de arte y tecnología para describir las diferentes facetas de la ciudad, desde su historia, concepción filosófica, problemáticas, sustentabilidad, arquitectura, urbanismo, festividades y movimientos sociales en la planta baja del recinto. Este recinto que pertenece a la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México cuenta con 16 salas para exposiciones temporales, que se modifican dependiendo de las necesidades de cada exposición y una sala de usos múltiples a un costado del mural de Joaquín Clausell. Su acervo está compuesto por una colección de alrededor de 2,600 piezas artísticas, documentos, objetos y muebles desde el s. XVII al s. XX. En su interior se encuentra la biblioteca Jaime Torres Bodet (el mayor acervo bibliográfico acerca de la Ciudad de México) que tiene como objetivo preservar, organizar y difundir el patrimonio documental sobre la Ciudad de México y cuenta con un total de 1590 volúmenes que datan del siglo XVIII a la fecha. Así mismo, el recinto alberga la librería Guillermo Tovar de Teresa perteneciente al Fondo de Cultura Económica. En el año 2014 se presentó la muestra "El exilio español en la Ciudad de México. Legado Cultural" una reflexión histórica sobre la influencia socio-cultural del exilio español en la Ciudad de México. En 2015 se presentó la exhibición "19/09/1985 7:19 A 30 años del sismo. Emergencia, solidaridad y cultura política" que reflejó el fenómeno natural sucedido en 1985 y el profundo impacto que ha tenido en la sociedad y sus valores, que a partir de la movilización independiente que se produjo en aquel momento, se proyectan hoy en día en una más amplia práctica de la vida en democracia en la Ciudad de México. La exhibición combinó recursos científicos, narrativos, audiovisuales, literarios, periodísticos y objetuales como instrumento educativo e informativo para recuperar la memoria histórica. En el año 2016 se presentó la muestra "Imágenes para ver-te. Una exhibición sobre el racismo en México" que reflexionó en torno al racismo en la sociedad mexicana a través de más de 200 piezas del siglo XVIII al siglo XXI, entre pinturas, objetos, fotografía, instalación, escultura, colecciones científicas, vídeo y documentos. Ese año también se inauguró la muestra “Luz e Imaginación” que llevó a los asistentes a tener una experiencia sensorial, sobre los cambios que ha habido en la Ciudad de México mediante el uso de arte contemporáneo y la tecnología utilizando diversos elementos como luces, vapor, agua y sonidos. En noviembre de 2017 se inauguró la muestra "La Ciudad de México en el arte. Travesía de ocho siglos" una exposición sobre las diversas expresiones artísticas que a lo largo de ocho siglos de historia han interpretado y narrado la Ciudad de México a través de disciplinas como pintura, escultura, literatura, arquitectura, música, cine, teatro, entre otras expresiones. Historia del Inmueble La historia del Antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya, se remonta al año de 1527, cuando llega el Licenciado Juan Gutiérrez Altamirano a la Nueva España procedente de la isla de Cuba en donde había sido gobernador en 1524; para tomar el puesto de Corregidor de Texcoco y veedor de Hernán Cortés. Cuando Hernán Cortés reparte las tierras más cercanas al Templo Mayor Mexica entre sus compañeros de armas y colaboradores más allegados; le da el terreno ubicado en la entonces calle de Ixtapalapa a la esquina de la calle que va para el hospital de Nuestra Señora de la Concepción a Don Juan Gutiérrez Altamirano, quien poco antes había contraído nupcias con Juana Altamirano Pizarro, prima hermana del conquistador. En este periodo, según algunos planos, la casa perteneció a la tipología arquitectónica de “casa-fuerte”, es decir, una casa con elementos defensivos contra situaciones adversas. La descripción de la primera casa habitación construida por órdenes del Lic. Altamirano correspondía a un edificio de planta rectangular con apariencia de torre feudal de tres pisos con una puerta en la planta baja, en el piso intermedio cuatro ventanas y en el último había seis ventanas más. Todo el edificio tenía una techumbre cónica y un torreón a un costado. Fue hasta la tercera generación que a la familia se le otorgó el primer título nobiliario: “Condes de Santiago de Calimaya”; de Santiago porque eran devotos de Santiago Apóstol, patrono español; de Calimaya porque ese era el nombre del pueblo que se les dio en Encomienda y que les generó grandes riquezas. El título de conde le fue otorgado a Don Fernando Altamirano y Velasco, descendiente directo de Juan Gutiérrez Altamirano contrajo a su vez matrimonio con María de Velasco e Ibarra, nieta del virrey Luis de Velasco. Fernando Altamirano recibió la merced real de Felipe III de España en la que se le otorgó el título de conde de Santiago de Calimaya en 1616, y que se utilizó por catorce generaciones. Una época de auge económico y social vino para la familia Altamirano Velasco. La remodelación de la antigua casona señorial en la que habían habitado sus antecesores, estuvo a cargo del séptimo conde, ya que la edificación estaba muy dañada por los terremotos e inundaciones, y más que remodelación, fue una restructuración completa, pues el antiguo edificio fue derruido. Esta nueva construcción está relacionada con la promulgación de Las Reformas borbónicas en la Nueva España. Estas reformas hacían que pese a que los condes mantenían un estatus como nobles, muchas de sus propiedades serían embargadas por la Corona. Los condes sufrieron dificultades económicas en esta época, pero su estatus como nobles les permitió conseguir que la audiencia les permitiera gravar sus tierras, de modo que obtuviera dinero para la reedificación de su palacio. El palacio fue reconstruido a finales del Siglo XVIII, llevándose a cabo la obra entre 1776 y 1779 por el alarife criollo Francisco Antonio de Guerrero y Torres, autor de otras obras de gran importancia como el palacio de los marqueses de Jaral del Berrio y la capilla del Pocito. En la época virreinal, la calle de Pino Suárez (en aquel tiempo, calzada de Iztapalapa) era la calle de moda para las casas de la nobleza, que así quedaban alineadas con el Palacio Real. La fachada del palacio fue recubierta de tezontle y la portada y las ventanas con cantera. La casa estuvo habitada por la familia hasta 1964 lo cual es un caso excepcional, fue la única casa señorial ocupada por una familia noble novohispana hasta mediados del siglo XX, cuando tuvo que ser vendida debido a la crisis financiera de los propietarios, la familia Cervantes, quienes la vendieron al gobierno de Ciudad de México, el cual dispuso la fundación del museo en la casa. Arquitectura del Palacio​ En este Palacio virreinal, es posible apreciar las innovaciones que Guerrero y Torres implementó en sus construcciones, de igual forma, se distingue en ésta la última etapa del barroco mexicano. En la esquina inferior derecha se incluyó un elemento que ha sido objeto de diversas interpretaciones: una talla prehispánica con la imagen de una cabeza de serpiente. El remozamiento del palacio se hizo desde sus cimientos y es probable que en la excavación se haya encontrado este elemento y otros objetos. La casa se trazó en dos plantas, sin entresuelo y con dos patios como todas las casas señoriales. La capilla familiar era un símbolo de abolengo y de intensa actividad social. Los escudos de armas que coronan las arquerías del patio principal corresponden a la intención de resaltar el abolengo familiar, lo mismo ocurre con las gárgolas en forma de cañón que adornan todo el perímetro superior de la fachada y parte del portón mayor. Los leones que adornan el arranque de la escalera, así como los mascarones del portón principal tienen un aire orientalista, rasgo no muy común en la casa de los nobles. Otro elemento distintivo del palacio es la fuente en forma de concha ubicada en el patio mayor. Su desgaste nos sugiere que posiblemente haya sido labrada tiempo antes de la reedificación de la casona y que fue empotrada ahí tiempo después de concluir ésta. El motivo ornamental principal de la fuente es una nereida que toca la guitarra y mira hacia la capilla familiar; la connotación, evidentemente acuática, se ha dicho, es una posible referencia a los viajes ultramarinos que realizaron los condes como adelantados de las Islas Filipinas. Toda la parte central de la fachada corresponde al estilo barroco. En la parte superior, encontramos el escudo de armas de la familia, tallado en mármol blanco y que es en sí, la suma de los cuatro escudos de los linajes de mayor prestigio: Altamirano, Velasco, Castilla y Mendoza; se constituye además, como el primer símbolo de la nobleza alcanzada por la familia. El escudo esta flanqueado por dos atlantes coronados con laureles, símbolos de triunfo. Cabe señalar que el 2 de mayo de 1926, durante el gobierno de Guadalupe Victoria, se extinguieron para siempre los títulos de conde, marquéz, caballero y todos los de igual naturaleza. Se ordenó a partir de entonces, destruir los escudos de armas y demás signos que recordaran la antigua dependencia o enlace de América con España4​. El escudo de armas del Palacio de Condes de Santiago de Calimaya, entonces fue cubierto con un aplanado que lo ocultó y preservó hasta que en la década de 1930 fue rescatado, convirtiéndose en uno de los pocos y más antiguos escudos de nobleza que se han conservado en el Centro Histórico de la Ciudad de México. A lo largo toda la cornisa, gárgolas con forma de cañones labrados en cantera , representan los vínculos de la familia con el ejército y principalmente aluden al título nobiliario de Capitanes Generales de los Ejércitos del Norte. A propósito de éstos, Elisa Vargas Lugo, señala que originalmente había, sobre cada uno de los cañones, estatuas de soldados en tamaño natural talladas en piedra con todo y armadura. Una de estas piezas fue hallada cuando el Gobierno del Distrito Federal expropió el recinto, y actualmente forma parte del acervo del museo. Todos los balcones de la casa, tanto en la calle de Pino Suárez, como en la de República del Salvador, tienen en la parte superior símbolos conocidos como monogramas religiosos, relacionados a las devociones particulares de los Condes. De estos balcones sobresalen dos: el balcón que se ubica en la esquina surponiente de la casa, con vista hacia ambos lados de la calle, que pertenecía a la habitación principal. Debajo de éste, y como cimiento de la construcción, hay una cabeza de serpiente, otro ejemplo del fenómeno cultural del criollismo, que para el siglo XVIII había alcanzado su esplendor, pues representa ese pasado indígena glorioso y noble que se rescataba y que fue apropiado y resignificado. Como en la mayoría de las casas novohispanas, el acceso al interior del palacio era a través de una puerta de cedro blanco -que sustituyeron a las de pino y nogal-, con dos hojas que abarcan el total del vano, y que cuando se abrían completas permitían el paso de los carruajes, así como dos hojas más pequeñas destinadas a permitir el acceso de personas. Labradas con alegorías que explicaban la historia del linaje familiar, estas puertas fueron trabajadas e importadas de Filipinas y nos permiten hacer una lectura de los símbolos que denotaban el prestigio de los habitantes de este antiguo palacio. El patio central se encuentra rodeado por cuatro muros, de los cuales tres cuentan con arcadas y columnas, y sólo uno es liso. Las columnas, tanto las de la planta baja como las del primer piso, son de fuste liso y capitel toscano, con la salvedad de que del primer piso son más pequeñas, para dar un efecto de profundidad y altura. Los arcos que constituyen este espacio se conocen como arcos de tres puntos, y es así debido a que los alarifes, al momento de realizar el trazo de ellos, colocan tres círculos dentro de cada uno, y con líneas rectas unen los epicentros de estos, dando como resultado el trazo de un arco más bajo. Frente a la fuente, al otro lado del patio, encontramos las escaleras de acceso a la planta noble. Un arco trilobular considerablemente grande, decorado con motivos barrocos en la parte superior. En el arranque encontramos dos felinos custodiando el paso, no se sabe a ciencia cierta si se trata de leones, uno viejo y uno joven, o de un macho y una hembra, o de un león y una pantera, lo cierto es que tienen rasgos orientales, y que fueron elaborados por manos indígenas. Asumiendo que se trata de un león joven y uno viejo, es posible que los artesanos hayan recibido instrucciones sobre cómo elaborarlos, sin embargo, al no haber visto un león jamás en su vida, es probable que los hayan representado como “perros grandes”, de ahí que los cuerpos sean más bien parecidos a los xoloitzcuintle, perros considerados como sagrados para los antiguos mexicas, por ser aquellos que custodiaban el paso al inframundo. La escalera cuenta con 4 descansos y dos vías de acceso; desde la base se puede apreciar una forma octagonal, que está asociada con simbología religiosa, el octágono es una forma perfecta que representa el infinito y la pureza de espíritu, por lo que al pasar a través de ese octágono, nos encontramos en un espacio libre de energías negativas y más cercano a la pureza del alma. Una vez en la parte superior, apreciamos nuevamente el mismo arco trilobular de la planta baja, pero esta vez decorado con motivos geométricos, firma del arquitecto. Actualmente en este espacio salta a la vista un enorme candil que pende sobre las escaleras, mismo que fue construido a principios del siglo XX, mandado a hacer originalmente para decorar el salón de recepciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores ubicada frente a la Alameda central. Posteriormente, parte de la Secretaría fue reubicada sobre el eje central, de modo que ese candil fue guardado durante décadas, como parte del acervo histórico de la Ciudad, hasta que se decidió colocarlo en este palacio. Éste, cuyo estilo corresponde al Art Nouveau de origen francés y promovido en México por Porfirio Díaz, originalmente estaba chapado en plata, su forma en cornucopia de los brazos remite a la idea de abundancia. La fachada de la capilla corresponde al arte barroco, en la parte superior de esta, encontramos una cruz gamada, símbolo de la orden de caballeros de la corte de Carlos III, título otorgado a los condes por el Monarca. Encontramos en los costados columnas adosadas al muro de fuste estriado y capitel corintio compuesto, sostenidas por dos atlantes en su base. Vemos también, circundando el acceso, un arco de flores, en el cual hay dos rostros; se desconoce a ciencia cierta el significado de ellos, pero se presume que al haber sido realizado el trabajo ornamental por indígenas, éstos hayan decidido colocar los rostros aludiendo a deidades prehispánicas. De Palacio a vecindad​ A finales del Siglo XIX el palacio de los Condes de Santiago de Calimaya, quedó ubicada dentro del área comercial del centro. Poco a poco se establecieron comercios en accesorias que fueron rentadas para dichos fines. Los herederos de este inmueble continuaron la costumbre de rentar los cuartos interiores para vivienda, pero los cambios en la ciudad habían provocado que esta zona ya no fuera de aristócratas, sino popular y la fisonomía de la antigua casa señorial comenzó a modificarse en función de sus nuevos inquilinos. En la planta baja los cuartos tenían tapancos y entresuelo que daba mayores posibilidades espaciales a los habitantes. De la primera sección de la casa se trató de mantener la exclusividad para la familia, pero las necesidades de los locales comerciales y financieras de los arrendadores provocan que se fuera desgastando y olvidando el uso original de este espacio. La fuente del primer patio poco a poco se vio rodeada e incluso invadida por tuberías y otras instalaciones. La diferencia social entre los habitantes de los cuartos superiores y los inferiores comenzó a perderse. De vecindad a museo​ La importancia del antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya fue reconocida en 1931 cuando se le declaró patrimonio nacional. Posteriormente, en 1960, el entonces Departamento del Distrito Federal decretó que el inmueble se convertiría en la sede del Museo de la Ciudad de México y para adecuar al edificio a su nuevo uso, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez llevó a cabo una remodelación, en la que las antiguas habitaciones se convirtieron en salas de exhibición. Cuando el Palacio se transformó en museo, la política de restitución de piezas decía que ésta sólo se llevaría a cabo cuando faltara más del 50% de la pieza, y hubiera documentación de la misma. Este dato resulta importante debido a que esta restitución hizo que se cambiaran elementos, aunque sólo se restituyeron piezas de las cuales se tenía documentación suficiente para garantizar que el trabajo fuera hecho adecuadamente. Sin embargo, también es posible que durante este proceso se hayan modificado algunos de los elementos de cantera. Esta situación podría hacer que los símbolos que componen el palacio se modificaran. El 31 de octubre de 1964 el antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya fue inaugurado como Museo y en sus salas se montó una exposición que mostraba didácticamente el concepto de urbe que se manejaba en aquel entonces. Esta muestra duró 30 años. En 1992, el Museo de la Ciudad de México era una ruina. Fue desmontado para transformarlo en un centro de información y remodelar la sede como residencia para invitados del Departamento del Distrito Federal, proyecto que no se concretó. En 1997, el primer gobierno electo de la ciudad reinstaló el museo como un proyecto prioritario. El Dr. Ricardo Prado Núñez ejecutó una extensa restauración en la que se devolvieron acabados originales, como pisos de barro en los corredores del segundo nivel, cantería en frisos y remates. En 1998 el nuevo Gobierno del Distrito Federal retoma la administración del museo, y con la asesoría de un grupo de especialistas, museógrafos, escritores e intelectuales en general, se diseña el nuevo concepto del museo, un museo “interactivo”, un espacio abierto que incluye exposiciones, lecturas, conferencias, mesas de diálogo sobre temas diversos, talleres y actividades siempre abiertas a la propuesta ciudadana. Para esto se trabajó sobre cinco programas básicos. El primero, la museología, tenía como objetivo rehabilitar y mantener el edificio, el estudio de Clausell, que se ubica en la planta alta, catalogar los dieciséis mil volúmenes de la biblioteca y realizar un guion permanente del museo. El segundo programa, denominado Los Barrios de la Ciudad trabajó con los habitantes de los diferentes barrios, colonias y fraccionamientos, rescatando la identidad de cada uno, para mostrarla y compartirla con el resto de la ciudad. El Agua fue el tercer tema que tuvo como objetivo el restablecer la relación del hombre con la naturaleza, desde un punto de vista plástico y conceptual pero también didáctico. El Cuerpo, que hacía referencia a la experiencia individual de los habitantes de la ciudad, trata aspectos tan diversos como la moda y el vestido, hasta los conceptos de moralidad de esta sociedad urbana. Por último, El Prójimo fue el programa que versó sobre las relaciones sociales, las familias, los conceptos de cercanía y lejanía, la solidaridad y el desapego en la diaria convivencia. Actualmente el Museo de la Ciudad de México realiza múltiples exposiciones temporales y actividades culturales de diversa índole; integrando a la comunidad de la ciudad que produce distintas manifestaciones, todas ellas plurales y abiertas a los cambios con los que se enfrenta una sociedad en constante movimiento. Transformando continuamente la identidad de una de las más grandes ciudades del mundo.
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El Museo de la Ciudad de México es un recinto público ubicado en el antiguo palacio de los condes de Santiago de Calimaya, sobre la avenida Pino Suárez número 30, a tres cuadras de la Plaza de la Constitución (Zócalo). El museo está situado en el recinto que antiguamente fue un hermoso palacio virreinal cuya primera construcción se remonta a 1536. Desde entonces el edificio ha sido remodelado y modificado en varias ocasiones, tanto en su aspecto como en su funcionamiento, sirviendo como palacio de familias nobles, vecindad, locales comerciales y recinto cultural. El inmueble que alberga al museo, se edificó en 1776 por el arquitecto criollo Francisco Antonio Guerrero y Torres. Fue hasta 1931 -después de haber funcionado como palacio, vecindad y accesorias- que el antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya fue declarado patrimonio nacional. Posteriormente, el año 1960 el Departamento del Distrito Federal decretó que el inmueble se convertiría en la sede del Museo oficial de la Ciudad de México mismo que abrió sus puertas el 31 de octubre de 1964, tras una remodelación realizada por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez. Exhibiciones y actividades​ El Museo de la Ciudad de México es un espacio abierto a los encuentros, un punto en el que se cruzan y entretejen las miradas más disímiles. En este espacio los visitantes tienen la oportunidad acceder a distintas manifestaciones artísticas y culturales que van desde exposiciones, conciertos, obras de teatro y danza, recitales, conferencias, presentaciones de libros, cursos y talleres, así como visitas guiadas especializadas para cada una de las exposiciones temporales y sobre la historia del edificio. Actualmente el museo cuenta con 11 salas de exhibición permanente entre ellas el estudio del pintor Joaquín Clausell en la planta alta del edificio, donde se encuentra el mural conocido como "La torre de las mil ventanas" una de las obras más representativas del pintor impresionista mexicano, una sala de música, una capilla y una sacristía que funcionan como museo de sitio para narrar la historia del recinto. En el año 2018 se inauguró la exposición "Miradas a la Ciudad. Espacio de reflexión urbana", una muestra permanente que reflexiona sobre el fenómeno urbano en la Ciudad de México, a través de un recorrido por ocho salas de exhibición que utilizan textos, objetos, obras de arte y tecnología para describir las diferentes facetas de la ciudad, desde su historia, concepción filosófica, problemáticas, sustentabilidad, arquitectura, urbanismo, festividades y movimientos sociales en la planta baja del recinto. Este recinto que pertenece a la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México cuenta con 16 salas para exposiciones temporales, que se modifican dependiendo de las necesidades de cada exposición y una sala de usos múltiples a un costado del mural de Joaquín Clausell. Su acervo está compuesto por una colección de alrededor de 2,600 piezas artísticas, documentos, objetos y muebles desde el s. XVII al s. XX. En su interior se encuentra la biblioteca Jaime Torres Bodet (el mayor acervo bibliográfico acerca de la Ciudad de México) que tiene como objetivo preservar, organizar y difundir el patrimonio documental sobre la Ciudad de México y cuenta con un total de 1590 volúmenes que datan del siglo XVIII a la fecha. Así mismo, el recinto alberga la librería Guillermo Tovar de Teresa perteneciente al Fondo de Cultura Económica. En el año 2014 se presentó la muestra "El exilio español en la Ciudad de México. Legado Cultural" una reflexión histórica sobre la influencia socio-cultural del exilio español en la Ciudad de México. En 2015 se presentó la exhibición "19/09/1985 7:19 A 30 años del sismo. Emergencia, solidaridad y cultura política" que reflejó el fenómeno natural sucedido en 1985 y el profundo impacto que ha tenido en la sociedad y sus valores, que a partir de la movilización independiente que se produjo en aquel momento, se proyectan hoy en día en una más amplia práctica de la vida en democracia en la Ciudad de México. La exhibición combinó recursos científicos, narrativos, audiovisuales, literarios, periodísticos y objetuales como instrumento educativo e informativo para recuperar la memoria histórica. En el año 2016 se presentó la muestra "Imágenes para ver-te. Una exhibición sobre el racismo en México" que reflexionó en torno al racismo en la sociedad mexicana a través de más de 200 piezas del siglo XVIII al siglo XXI, entre pinturas, objetos, fotografía, instalación, escultura, colecciones científicas, vídeo y documentos. Ese año también se inauguró la muestra “Luz e Imaginación” que llevó a los asistentes a tener una experiencia sensorial, sobre los cambios que ha habido en la Ciudad de México mediante el uso de arte contemporáneo y la tecnología utilizando diversos elementos como luces, vapor, agua y sonidos. En noviembre de 2017 se inauguró la muestra "La Ciudad de México en el arte. Travesía de ocho siglos" una exposición sobre las diversas expresiones artísticas que a lo largo de ocho siglos de historia han interpretado y narrado la Ciudad de México a través de disciplinas como pintura, escultura, literatura, arquitectura, música, cine, teatro, entre otras expresiones. Historia del Inmueble La historia del Antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya, se remonta al año de 1527, cuando llega el Licenciado Juan Gutiérrez Altamirano a la Nueva España procedente de la isla de Cuba en donde había sido gobernador en 1524; para tomar el puesto de Corregidor de Texcoco y veedor de Hernán Cortés. Cuando Hernán Cortés reparte las tierras más cercanas al Templo Mayor Mexica entre sus compañeros de armas y colaboradores más allegados; le da el terreno ubicado en la entonces calle de Ixtapalapa a la esquina de la calle que va para el hospital de Nuestra Señora de la Concepción a Don Juan Gutiérrez Altamirano, quien poco antes había contraído nupcias con Juana Altamirano Pizarro, prima hermana del conquistador. En este periodo, según algunos planos, la casa perteneció a la tipología arquitectónica de “casa-fuerte”, es decir, una casa con elementos defensivos contra situaciones adversas. La descripción de la primera casa habitación construida por órdenes del Lic. Altamirano correspondía a un edificio de planta rectangular con apariencia de torre feudal de tres pisos con una puerta en la planta baja, en el piso intermedio cuatro ventanas y en el último había seis ventanas más. Todo el edificio tenía una techumbre cónica y un torreón a un costado. Fue hasta la tercera generación que a la familia se le otorgó el primer título nobiliario: “Condes de Santiago de Calimaya”; de Santiago porque eran devotos de Santiago Apóstol, patrono español; de Calimaya porque ese era el nombre del pueblo que se les dio en Encomienda y que les generó grandes riquezas. El título de conde le fue otorgado a Don Fernando Altamirano y Velasco, descendiente directo de Juan Gutiérrez Altamirano contrajo a su vez matrimonio con María de Velasco e Ibarra, nieta del virrey Luis de Velasco. Fernando Altamirano recibió la merced real de Felipe III de España en la que se le otorgó el título de conde de Santiago de Calimaya en 1616, y que se utilizó por catorce generaciones. Una época de auge económico y social vino para la familia Altamirano Velasco. La remodelación de la antigua casona señorial en la que habían habitado sus antecesores, estuvo a cargo del séptimo conde, ya que la edificación estaba muy dañada por los terremotos e inundaciones, y más que remodelación, fue una restructuración completa, pues el antiguo edificio fue derruido. Esta nueva construcción está relacionada con la promulgación de Las Reformas borbónicas en la Nueva España. Estas reformas hacían que pese a que los condes mantenían un estatus como nobles, muchas de sus propiedades serían embargadas por la Corona. Los condes sufrieron dificultades económicas en esta época, pero su estatus como nobles les permitió conseguir que la audiencia les permitiera gravar sus tierras, de modo que obtuviera dinero para la reedificación de su palacio. El palacio fue reconstruido a finales del Siglo XVIII, llevándose a cabo la obra entre 1776 y 1779 por el alarife criollo Francisco Antonio de Guerrero y Torres, autor de otras obras de gran importancia como el palacio de los marqueses de Jaral del Berrio y la capilla del Pocito. En la época virreinal, la calle de Pino Suárez (en aquel tiempo, calzada de Iztapalapa) era la calle de moda para las casas de la nobleza, que así quedaban alineadas con el Palacio Real. La fachada del palacio fue recubierta de tezontle y la portada y las ventanas con cantera. La casa estuvo habitada por la familia hasta 1964 lo cual es un caso excepcional, fue la única casa señorial ocupada por una familia noble novohispana hasta mediados del siglo XX, cuando tuvo que ser vendida debido a la crisis financiera de los propietarios, la familia Cervantes, quienes la vendieron al gobierno de Ciudad de México, el cual dispuso la fundación del museo en la casa. Arquitectura del Palacio​ En este Palacio virreinal, es posible apreciar las innovaciones que Guerrero y Torres implementó en sus construcciones, de igual forma, se distingue en ésta la última etapa del barroco mexicano. En la esquina inferior derecha se incluyó un elemento que ha sido objeto de diversas interpretaciones: una talla prehispánica con la imagen de una cabeza de serpiente. El remozamiento del palacio se hizo desde sus cimientos y es probable que en la excavación se haya encontrado este elemento y otros objetos. La casa se trazó en dos plantas, sin entresuelo y con dos patios como todas las casas señoriales. La capilla familiar era un símbolo de abolengo y de intensa actividad social. Los escudos de armas que coronan las arquerías del patio principal corresponden a la intención de resaltar el abolengo familiar, lo mismo ocurre con las gárgolas en forma de cañón que adornan todo el perímetro superior de la fachada y parte del portón mayor. Los leones que adornan el arranque de la escalera, así como los mascarones del portón principal tienen un aire orientalista, rasgo no muy común en la casa de los nobles. Otro elemento distintivo del palacio es la fuente en forma de concha ubicada en el patio mayor. Su desgaste nos sugiere que posiblemente haya sido labrada tiempo antes de la reedificación de la casona y que fue empotrada ahí tiempo después de concluir ésta. El motivo ornamental principal de la fuente es una nereida que toca la guitarra y mira hacia la capilla familiar; la connotación, evidentemente acuática, se ha dicho, es una posible referencia a los viajes ultramarinos que realizaron los condes como adelantados de las Islas Filipinas. Toda la parte central de la fachada corresponde al estilo barroco. En la parte superior, encontramos el escudo de armas de la familia, tallado en mármol blanco y que es en sí, la suma de los cuatro escudos de los linajes de mayor prestigio: Altamirano, Velasco, Castilla y Mendoza; se constituye además, como el primer símbolo de la nobleza alcanzada por la familia. El escudo esta flanqueado por dos atlantes coronados con laureles, símbolos de triunfo. Cabe señalar que el 2 de mayo de 1926, durante el gobierno de Guadalupe Victoria, se extinguieron para siempre los títulos de conde, marquéz, caballero y todos los de igual naturaleza. Se ordenó a partir de entonces, destruir los escudos de armas y demás signos que recordaran la antigua dependencia o enlace de América con España4​. El escudo de armas del Palacio de Condes de Santiago de Calimaya, entonces fue cubierto con un aplanado que lo ocultó y preservó hasta que en la década de 1930 fue rescatado, convirtiéndose en uno de los pocos y más antiguos escudos de nobleza que se han conservado en el Centro Histórico de la Ciudad de México. A lo largo toda la cornisa, gárgolas con forma de cañones labrados en cantera , representan los vínculos de la familia con el ejército y principalmente aluden al título nobiliario de Capitanes Generales de los Ejércitos del Norte. A propósito de éstos, Elisa Vargas Lugo, señala que originalmente había, sobre cada uno de los cañones, estatuas de soldados en tamaño natural talladas en piedra con todo y armadura. Una de estas piezas fue hallada cuando el Gobierno del Distrito Federal expropió el recinto, y actualmente forma parte del acervo del museo. Todos los balcones de la casa, tanto en la calle de Pino Suárez, como en la de República del Salvador, tienen en la parte superior símbolos conocidos como monogramas religiosos, relacionados a las devociones particulares de los Condes. De estos balcones sobresalen dos: el balcón que se ubica en la esquina surponiente de la casa, con vista hacia ambos lados de la calle, que pertenecía a la habitación principal. Debajo de éste, y como cimiento de la construcción, hay una cabeza de serpiente, otro ejemplo del fenómeno cultural del criollismo, que para el siglo XVIII había alcanzado su esplendor, pues representa ese pasado indígena glorioso y noble que se rescataba y que fue apropiado y resignificado. Como en la mayoría de las casas novohispanas, el acceso al interior del palacio era a través de una puerta de cedro blanco -que sustituyeron a las de pino y nogal-, con dos hojas que abarcan el total del vano, y que cuando se abrían completas permitían el paso de los carruajes, así como dos hojas más pequeñas destinadas a permitir el acceso de personas. Labradas con alegorías que explicaban la historia del linaje familiar, estas puertas fueron trabajadas e importadas de Filipinas y nos permiten hacer una lectura de los símbolos que denotaban el prestigio de los habitantes de este antiguo palacio. El patio central se encuentra rodeado por cuatro muros, de los cuales tres cuentan con arcadas y columnas, y sólo uno es liso. Las columnas, tanto las de la planta baja como las del primer piso, son de fuste liso y capitel toscano, con la salvedad de que del primer piso son más pequeñas, para dar un efecto de profundidad y altura. Los arcos que constituyen este espacio se conocen como arcos de tres puntos, y es así debido a que los alarifes, al momento de realizar el trazo de ellos, colocan tres círculos dentro de cada uno, y con líneas rectas unen los epicentros de estos, dando como resultado el trazo de un arco más bajo. Frente a la fuente, al otro lado del patio, encontramos las escaleras de acceso a la planta noble. Un arco trilobular considerablemente grande, decorado con motivos barrocos en la parte superior. En el arranque encontramos dos felinos custodiando el paso, no se sabe a ciencia cierta si se trata de leones, uno viejo y uno joven, o de un macho y una hembra, o de un león y una pantera, lo cierto es que tienen rasgos orientales, y que fueron elaborados por manos indígenas. Asumiendo que se trata de un león joven y uno viejo, es posible que los artesanos hayan recibido instrucciones sobre cómo elaborarlos, sin embargo, al no haber visto un león jamás en su vida, es probable que los hayan representado como “perros grandes”, de ahí que los cuerpos sean más bien parecidos a los xoloitzcuintle, perros considerados como sagrados para los antiguos mexicas, por ser aquellos que custodiaban el paso al inframundo. La escalera cuenta con 4 descansos y dos vías de acceso; desde la base se puede apreciar una forma octagonal, que está asociada con simbología religiosa, el octágono es una forma perfecta que representa el infinito y la pureza de espíritu, por lo que al pasar a través de ese octágono, nos encontramos en un espacio libre de energías negativas y más cercano a la pureza del alma. Una vez en la parte superior, apreciamos nuevamente el mismo arco trilobular de la planta baja, pero esta vez decorado con motivos geométricos, firma del arquitecto. Actualmente en este espacio salta a la vista un enorme candil que pende sobre las escaleras, mismo que fue construido a principios del siglo XX, mandado a hacer originalmente para decorar el salón de recepciones de la Secretaría de Relaciones Exteriores ubicada frente a la Alameda central. Posteriormente, parte de la Secretaría fue reubicada sobre el eje central, de modo que ese candil fue guardado durante décadas, como parte del acervo histórico de la Ciudad, hasta que se decidió colocarlo en este palacio. Éste, cuyo estilo corresponde al Art Nouveau de origen francés y promovido en México por Porfirio Díaz, originalmente estaba chapado en plata, su forma en cornucopia de los brazos remite a la idea de abundancia. La fachada de la capilla corresponde al arte barroco, en la parte superior de esta, encontramos una cruz gamada, símbolo de la orden de caballeros de la corte de Carlos III, título otorgado a los condes por el Monarca. Encontramos en los costados columnas adosadas al muro de fuste estriado y capitel corintio compuesto, sostenidas por dos atlantes en su base. Vemos también, circundando el acceso, un arco de flores, en el cual hay dos rostros; se desconoce a ciencia cierta el significado de ellos, pero se presume que al haber sido realizado el trabajo ornamental por indígenas, éstos hayan decidido colocar los rostros aludiendo a deidades prehispánicas. De Palacio a vecindad​ A finales del Siglo XIX el palacio de los Condes de Santiago de Calimaya, quedó ubicada dentro del área comercial del centro. Poco a poco se establecieron comercios en accesorias que fueron rentadas para dichos fines. Los herederos de este inmueble continuaron la costumbre de rentar los cuartos interiores para vivienda, pero los cambios en la ciudad habían provocado que esta zona ya no fuera de aristócratas, sino popular y la fisonomía de la antigua casa señorial comenzó a modificarse en función de sus nuevos inquilinos. En la planta baja los cuartos tenían tapancos y entresuelo que daba mayores posibilidades espaciales a los habitantes. De la primera sección de la casa se trató de mantener la exclusividad para la familia, pero las necesidades de los locales comerciales y financieras de los arrendadores provocan que se fuera desgastando y olvidando el uso original de este espacio. La fuente del primer patio poco a poco se vio rodeada e incluso invadida por tuberías y otras instalaciones. La diferencia social entre los habitantes de los cuartos superiores y los inferiores comenzó a perderse. De vecindad a museo​ La importancia del antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya fue reconocida en 1931 cuando se le declaró patrimonio nacional. Posteriormente, en 1960, el entonces Departamento del Distrito Federal decretó que el inmueble se convertiría en la sede del Museo de la Ciudad de México y para adecuar al edificio a su nuevo uso, el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez llevó a cabo una remodelación, en la que las antiguas habitaciones se convirtieron en salas de exhibición. Cuando el Palacio se transformó en museo, la política de restitución de piezas decía que ésta sólo se llevaría a cabo cuando faltara más del 50% de la pieza, y hubiera documentación de la misma. Este dato resulta importante debido a que esta restitución hizo que se cambiaran elementos, aunque sólo se restituyeron piezas de las cuales se tenía documentación suficiente para garantizar que el trabajo fuera hecho adecuadamente. Sin embargo, también es posible que durante este proceso se hayan modificado algunos de los elementos de cantera. Esta situación podría hacer que los símbolos que componen el palacio se modificaran. El 31 de octubre de 1964 el antiguo Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya fue inaugurado como Museo y en sus salas se montó una exposición que mostraba didácticamente el concepto de urbe que se manejaba en aquel entonces. Esta muestra duró 30 años. En 1992, el Museo de la Ciudad de México era una ruina. Fue desmontado para transformarlo en un centro de información y remodelar la sede como residencia para invitados del Departamento del Distrito Federal, proyecto que no se concretó. En 1997, el primer gobierno electo de la ciudad reinstaló el museo como un proyecto prioritario. El Dr. Ricardo Prado Núñez ejecutó una extensa restauración en la que se devolvieron acabados originales, como pisos de barro en los corredores del segundo nivel, cantería en frisos y remates. En 1998 el nuevo Gobierno del Distrito Federal retoma la administración del museo, y con la asesoría de un grupo de especialistas, museógrafos, escritores e intelectuales en general, se diseña el nuevo concepto del museo, un museo “interactivo”, un espacio abierto que incluye exposiciones, lecturas, conferencias, mesas de diálogo sobre temas diversos, talleres y actividades siempre abiertas a la propuesta ciudadana. Para esto se trabajó sobre cinco programas básicos. El primero, la museología, tenía como objetivo rehabilitar y mantener el edificio, el estudio de Clausell, que se ubica en la planta alta, catalogar los dieciséis mil volúmenes de la biblioteca y realizar un guion permanente del museo. El segundo programa, denominado Los Barrios de la Ciudad trabajó con los habitantes de los diferentes barrios, colonias y fraccionamientos, rescatando la identidad de cada uno, para mostrarla y compartirla con el resto de la ciudad. El Agua fue el tercer tema que tuvo como objetivo el restablecer la relación del hombre con la naturaleza, desde un punto de vista plástico y conceptual pero también didáctico. El Cuerpo, que hacía referencia a la experiencia individual de los habitantes de la ciudad, trata aspectos tan diversos como la moda y el vestido, hasta los conceptos de moralidad de esta sociedad urbana. Por último, El Prójimo fue el programa que versó sobre las relaciones sociales, las familias, los conceptos de cercanía y lejanía, la solidaridad y el desapego en la diaria convivencia. Actualmente el Museo de la Ciudad de México realiza múltiples exposiciones temporales y actividades culturales de diversa índole; integrando a la comunidad de la ciudad que produce distintas manifestaciones, todas ellas plurales y abiertas a los cambios con los que se enfrenta una sociedad en constante movimiento. Transformando continuamente la identidad de una de las más grandes ciudades del mundo.
El Museo Nacional de Arte (Munal) de México, está localizado en el centro histórico de la Ciudad de México. Está ubicado en un edificio marcado con popel número 8 de la calle de Tacuba, en la plaza Manuel Tolsá. Alberga una colección representativa de arte mexicano, desde la era virreinal hasta la década de 1950. El edificio en el que se encuentra, es el Palacio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, edificio de arquitectura ecléctica, muy común a principios del siglo XX, pero predominantemente neoclásico y renacentista. El edificio fue destinado al Museo Nacional de Arte en 1982, y restaurado en 1997. Es fácilmente identificable por la gran estatua ecuestre de Carlos IV de España, quien fue un monarca español justo antes de que México ganara su independencia. La estatua, comúnmente conocida como El Caballito, originalmente estaba en la plaza del zócalo, pero fue movida a diferentes lugares. De acuerdo a la placa en su base, México la conserva, no como señal de alabanza a un rey español, sino por su calidad como obra de arte.1​ Llegó a esta plaza en 1979. Las salas permanentes del Museo Nacional de Arte otorga al visitante un vistazo a cinco siglos de historia del arte en México que contiene trabajos de artistas como Andrés de la Concha, José Juárez, Sebastián López de Arteaga, Cristóbal de Villalpando, Miguel Cabrera, Manuel Tolsá, Santiago Rebull, Felipe S. Gutiérrez, Juan Cordero, José María Velasco, Saturnino Herrán, Ángel Zárraga, Alfredo Ramos Martínez, Gerardo Murillo (Dr. Atl), María Izquierdo, Diego Rivera, Frida Kahlo, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, por solo decir algunos. Colección​ La colección permanente está organizada en 3 grandes periodos que abarcan y sintetizan la historia del arte mexicano desde mediados del siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XX, los periodos son: * Asimilación de Occidente 1550-1821 * Construcción de una nación 1810-1910 * Estrategias plásticas para una nueva nación 1911-1912
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Національний музей мистецтв
8 Calle de Tacuba
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El Museo Nacional de Arte (Munal) de México, está localizado en el centro histórico de la Ciudad de México. Está ubicado en un edificio marcado con popel número 8 de la calle de Tacuba, en la plaza Manuel Tolsá. Alberga una colección representativa de arte mexicano, desde la era virreinal hasta la década de 1950. El edificio en el que se encuentra, es el Palacio de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, edificio de arquitectura ecléctica, muy común a principios del siglo XX, pero predominantemente neoclásico y renacentista. El edificio fue destinado al Museo Nacional de Arte en 1982, y restaurado en 1997. Es fácilmente identificable por la gran estatua ecuestre de Carlos IV de España, quien fue un monarca español justo antes de que México ganara su independencia. La estatua, comúnmente conocida como El Caballito, originalmente estaba en la plaza del zócalo, pero fue movida a diferentes lugares. De acuerdo a la placa en su base, México la conserva, no como señal de alabanza a un rey español, sino por su calidad como obra de arte.1​ Llegó a esta plaza en 1979. Las salas permanentes del Museo Nacional de Arte otorga al visitante un vistazo a cinco siglos de historia del arte en México que contiene trabajos de artistas como Andrés de la Concha, José Juárez, Sebastián López de Arteaga, Cristóbal de Villalpando, Miguel Cabrera, Manuel Tolsá, Santiago Rebull, Felipe S. Gutiérrez, Juan Cordero, José María Velasco, Saturnino Herrán, Ángel Zárraga, Alfredo Ramos Martínez, Gerardo Murillo (Dr. Atl), María Izquierdo, Diego Rivera, Frida Kahlo, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, por solo decir algunos. Colección​ La colección permanente está organizada en 3 grandes periodos que abarcan y sintetizan la historia del arte mexicano desde mediados del siglo XVI hasta la primera mitad del siglo XX, los periodos son: * Asimilación de Occidente 1550-1821 * Construcción de una nación 1810-1910 * Estrategias plásticas para una nueva nación 1911-1912
Calle Revillagigedo 11, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06050 El Museo de Arte Popular es una institución dedicada a promover y preservar el arte popular mexicano.​ Se localiza en el Centro Histórico de la Ciudad de México en un predio que pertenecía a una vieja estación de bomberos, el museo contiene una colección que incluye tapetes, cerámica, vasos, piñatas, alebrijes, muebles, juguetes, utensilios de cocina, entre otros objetos.2​ Sin embargo, el museo es conocido principalmente como patrocinador del desfile anual Noche de Alebrijes en el cual criaturas fantásticas se construyen a escala monumental y luego desfilan desde el Zócalo hasta el Monumento a la Independencia, compitiendo por premios. El museo​ Abrió sus puertas en marzo de 2006 para convertirse en un referente de la artesanía mexicana y promoverla, a través de talleres y otros eventos, al país y al turismo extranjero1​ así como dignificar la artesanía mediante la restauración de obras antiguas y fomentar su creación tanto en el interior del museo como de forma externa. La colección permanente contiene piezas antiguas y recientes de varias tradiciones que forman parte de la cultura mexicana, habiéndose constituido gracias a la generosidad de varias instituciones y donantes individuales. La colección está organizada en cuatro salas temáticas permanentes y dos dedicadas a «grandes maestros», cada una de las cuales contiene diferentes tipos de artesanías.4​ Las cuatro salas temáticas son: 1.Esencia del Arte Popular Mexicano. 2.El Arte popular y La Vida Cotidiana 3.El Arte Popular y lo Sagrado 4.El Arte Popular y lo Fantástico (Fantastic and magical things). La exposición ocupa tres de los cuatro pisos del edificio, en un área total de 7000 m².2​ También existe una sala para exposiciones temporales y una sala de «interpretación» con piezas de las 32 entidades federativas (los estados y el Distrito Federal) del país. Aquí se presentan artesanías de varios tipos, incluyendo cerámica, cestería, tallado de madera, trabajo en metal, cristalería, textiles, papel maché y otros. También se dispone de un centro de investigación con biblioteca y hemeroteca. Durante los fines de semana el museo tiene talleres para niños entre 6 y 12 años sobre diversas técnicas con el objetivo de preservarlas, entre las cuales están el picado de papel, amate y papel maché. En fechas especiales como el día de muertos los talleres incluyen la elaboración de Catrinas, calaveras de alfeñique y dulces tradicionales. La tienda del museo ofrece a la venta tanto artesanías muy tradicionales como reinterpretaciones recientes de las mismas,4​ incluyendo muebles, telas juguetes de todas las regiones de México.6​ La tienda no tiene una orientación de lucro y tiene por objetivo ser un espacio para que los artesanos puedan ofrecer sus productos, muchos de los cuales proceden de pueblos en Michoacán habitados en su mayoría por hombres y mujeres pues los hombres emigran principalmente a los Estados Unidos en busca de trabajo, aunque las ventas de estas artesanías han sido lo suficientemente buenas para que varios hombres regresaran a su lugar de origen y se dedicaran a estas labores. El edificio que alberga el museo es considerado el segundo edificio Art decó más importante de la ciudad, siendo el primero las oficinas de la Secretaría de Salud en Chapultepec,​ y fue construido en 1927 por el arquitecto Vicente Mendiola como parte del esfuerzo en esa época por modernizar la infraestructura de la ciudad. Posee un patio central en el cual se estacionaban los carros de bombero y tres pisos para oficinas y cuarteles. En su exterior tiene una torre en la esquina con una luz en la parte superior que se usaba para dar aviso de una emergencia. Otra característica del edificio es que posee relieves con motivos prehispánicos que decoran la fachada de piedra, obra del escultor Manuel Centurión6​ y el patio interior está cubierto por una cúpula de cristal moderno. El crecimiento de la ciudad durante los años 80 hizo que la localización de la estación ya no fuera adecuada y se abandonó, deteriorándose a causa del terremoto de 1985 y en general por la decadencia del centro histórico de la ciudad. En los años 90 el gobierno de la ciudad decidió rescatar el edificio y usarlo para albergar una gran colección artesanal, proyecto que corrió a cargo de Teodoro González de León quien restauró y actualizó el interior del edificio. El desfile de alebrijes monumentales​ El museo es reconocido por la organización anual del desfile de alebrijes monumentales, iniciado en 2007. Un alebrije es una criatura fantástica que combina partes de otros seres tanto reales como imaginarios. Por ejemplo, seres que mezclan moscas con colas de dragón y leones con varias cabezas, recibiendo nombres como La mula de seis, Alebrijes (combinación de alebrije + hijos), La gárgola de la Atlántida, entre otros. Usualmente los alebrijes son figuras pequeñas hechas de cartón o madera, pintadas con colores brillantes y que se elaboran frecuentemente en Oaxaca y la zona central de México. Los alebrijes monumentales sin embargo, llegan a medir hasta 4 metros de alto y 3 de ancho. El evento se denomina la Noche de los Alebrijes, organizado en conjunto con el gobierno de la ciudad de México y con el apoyo de CONACULTA además de otras instituciones privadas e individuos. El objetivo es la promoción del trabajo de artesanos modernos.​ La creación de estas obras inicia en junio y termina a finales de octubre cuando se realiza el desfile. La mayoría son elaboradas en cartón excepto las que proceden de Oaxaca que usualmente están hechas de madera. El desfile comienza desde el Zócalo, recorre el Paseo de la Reforma y termina en el Ángel de la Independencia. Los alebrijes compiten por premios entre 50.000 y 20.000 pesos,3​ realizándose la selección después del desfile.
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Музей народного мистецтва
11 Revillagigedo
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Calle Revillagigedo 11, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06050 El Museo de Arte Popular es una institución dedicada a promover y preservar el arte popular mexicano.​ Se localiza en el Centro Histórico de la Ciudad de México en un predio que pertenecía a una vieja estación de bomberos, el museo contiene una colección que incluye tapetes, cerámica, vasos, piñatas, alebrijes, muebles, juguetes, utensilios de cocina, entre otros objetos.2​ Sin embargo, el museo es conocido principalmente como patrocinador del desfile anual Noche de Alebrijes en el cual criaturas fantásticas se construyen a escala monumental y luego desfilan desde el Zócalo hasta el Monumento a la Independencia, compitiendo por premios. El museo​ Abrió sus puertas en marzo de 2006 para convertirse en un referente de la artesanía mexicana y promoverla, a través de talleres y otros eventos, al país y al turismo extranjero1​ así como dignificar la artesanía mediante la restauración de obras antiguas y fomentar su creación tanto en el interior del museo como de forma externa. La colección permanente contiene piezas antiguas y recientes de varias tradiciones que forman parte de la cultura mexicana, habiéndose constituido gracias a la generosidad de varias instituciones y donantes individuales. La colección está organizada en cuatro salas temáticas permanentes y dos dedicadas a «grandes maestros», cada una de las cuales contiene diferentes tipos de artesanías.4​ Las cuatro salas temáticas son: 1.Esencia del Arte Popular Mexicano. 2.El Arte popular y La Vida Cotidiana 3.El Arte Popular y lo Sagrado 4.El Arte Popular y lo Fantástico (Fantastic and magical things). La exposición ocupa tres de los cuatro pisos del edificio, en un área total de 7000 m².2​ También existe una sala para exposiciones temporales y una sala de «interpretación» con piezas de las 32 entidades federativas (los estados y el Distrito Federal) del país. Aquí se presentan artesanías de varios tipos, incluyendo cerámica, cestería, tallado de madera, trabajo en metal, cristalería, textiles, papel maché y otros. También se dispone de un centro de investigación con biblioteca y hemeroteca. Durante los fines de semana el museo tiene talleres para niños entre 6 y 12 años sobre diversas técnicas con el objetivo de preservarlas, entre las cuales están el picado de papel, amate y papel maché. En fechas especiales como el día de muertos los talleres incluyen la elaboración de Catrinas, calaveras de alfeñique y dulces tradicionales. La tienda del museo ofrece a la venta tanto artesanías muy tradicionales como reinterpretaciones recientes de las mismas,4​ incluyendo muebles, telas juguetes de todas las regiones de México.6​ La tienda no tiene una orientación de lucro y tiene por objetivo ser un espacio para que los artesanos puedan ofrecer sus productos, muchos de los cuales proceden de pueblos en Michoacán habitados en su mayoría por hombres y mujeres pues los hombres emigran principalmente a los Estados Unidos en busca de trabajo, aunque las ventas de estas artesanías han sido lo suficientemente buenas para que varios hombres regresaran a su lugar de origen y se dedicaran a estas labores. El edificio que alberga el museo es considerado el segundo edificio Art decó más importante de la ciudad, siendo el primero las oficinas de la Secretaría de Salud en Chapultepec,​ y fue construido en 1927 por el arquitecto Vicente Mendiola como parte del esfuerzo en esa época por modernizar la infraestructura de la ciudad. Posee un patio central en el cual se estacionaban los carros de bombero y tres pisos para oficinas y cuarteles. En su exterior tiene una torre en la esquina con una luz en la parte superior que se usaba para dar aviso de una emergencia. Otra característica del edificio es que posee relieves con motivos prehispánicos que decoran la fachada de piedra, obra del escultor Manuel Centurión6​ y el patio interior está cubierto por una cúpula de cristal moderno. El crecimiento de la ciudad durante los años 80 hizo que la localización de la estación ya no fuera adecuada y se abandonó, deteriorándose a causa del terremoto de 1985 y en general por la decadencia del centro histórico de la ciudad. En los años 90 el gobierno de la ciudad decidió rescatar el edificio y usarlo para albergar una gran colección artesanal, proyecto que corrió a cargo de Teodoro González de León quien restauró y actualizó el interior del edificio. El desfile de alebrijes monumentales​ El museo es reconocido por la organización anual del desfile de alebrijes monumentales, iniciado en 2007. Un alebrije es una criatura fantástica que combina partes de otros seres tanto reales como imaginarios. Por ejemplo, seres que mezclan moscas con colas de dragón y leones con varias cabezas, recibiendo nombres como La mula de seis, Alebrijes (combinación de alebrije + hijos), La gárgola de la Atlántida, entre otros. Usualmente los alebrijes son figuras pequeñas hechas de cartón o madera, pintadas con colores brillantes y que se elaboran frecuentemente en Oaxaca y la zona central de México. Los alebrijes monumentales sin embargo, llegan a medir hasta 4 metros de alto y 3 de ancho. El evento se denomina la Noche de los Alebrijes, organizado en conjunto con el gobierno de la ciudad de México y con el apoyo de CONACULTA además de otras instituciones privadas e individuos. El objetivo es la promoción del trabajo de artesanos modernos.​ La creación de estas obras inicia en junio y termina a finales de octubre cuando se realiza el desfile. La mayoría son elaboradas en cartón excepto las que proceden de Oaxaca que usualmente están hechas de madera. El desfile comienza desde el Zócalo, recorre el Paseo de la Reforma y termina en el Ángel de la Independencia. Los alebrijes compiten por premios entre 50.000 y 20.000 pesos,3​ realizándose la selección después del desfile.
Isabel La Católica 108, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06080 Fecha de fundación 1 de enero de 1973 El Museo de la Federación Mexicana de Charrería está asentado en lo que fuera el convento de Monserrat, construido hacia el año de 1580. También conocido como Palacio de la Charrería, exhibe trajes, arreos, monturas, pinturas, fotografías y objetos relacionados con pasado y presente de la charrería en México. En su recorrido es posible apreciar una semblanza del origen y evolución del atuendo charro, así como la exposición de piezas únicas y de importancia histórica de las épocas de la Conquista, la Colonia, la Revolución y de la actualidad. Destaca una silla charra que perteneció a Maximiliano de Habsburgo y otra al general Leonardo Márquez; una pistola y montura del general revolucionario Francisco Villa, y la cabeza del caballo con el que entró a la capital el general y revolucionario Emiliano Zapata.
Museo de la Charreria
108 Isabel La Católica
Isabel La Católica 108, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06080 Fecha de fundación 1 de enero de 1973 El Museo de la Federación Mexicana de Charrería está asentado en lo que fuera el convento de Monserrat, construido hacia el año de 1580. También conocido como Palacio de la Charrería, exhibe trajes, arreos, monturas, pinturas, fotografías y objetos relacionados con pasado y presente de la charrería en México. En su recorrido es posible apreciar una semblanza del origen y evolución del atuendo charro, así como la exposición de piezas únicas y de importancia histórica de las épocas de la Conquista, la Colonia, la Revolución y de la actualidad. Destaca una silla charra que perteneció a Maximiliano de Habsburgo y otra al general Leonardo Márquez; una pistola y montura del general revolucionario Francisco Villa, y la cabeza del caballo con el que entró a la capital el general y revolucionario Emiliano Zapata.
Victoria 82, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 El Museo de la Policía es un recinto lleno de historias fascinantes. Este museo alberga la historia de la Policía, y cuenta con exposiciones preventivas sobre los asesinos seriales y monstruos de historias tenebrosas. El museo de la policía de la CDMX, está ubicado en un increíble edificio de la época porfiriana. Es la creación del arquitecto Federico Mariscal, quien se destaca por su conocimiento de los estilos inglés y gótico-normado, como es posible verlo en la Inspección General de Policía en el barrio de San Juan de la ciudad de México, convertida en la sexta delegación de la policía, donde originalmente sería una comisaría de policía. Este edificio fue construido durante el porfiriato, en un art déco que revela los gustos arquitectónicos de la época. Federico Mariscal, alumno de Adamo Boari, participó de una arquitectura ecléctica que integraba por igual detalles románicos o prehispánicos, así como renacentistas o barrocos. Cuando fue inaugurado en 1908, fungió como estación de bomberos, juzgados e inspección de policía; estos usos, entre otras cosas, nos hablan de las bondadosas dimensiones de una ciudad que aún no rebasaba los doce kilómetros de diámetro. En 1991 se inauguró como museo con el fin de explicar y concientizar a la ciudadanía sobre las labores policiales. Es por ello que durante todo el recorrido, es explica la historia, los valores, la vestimenta y muchos de los ángulos desde los cuales se puede ver este trabajo. Destacando la organización institucional de la seguridad pública en el Distrito Federal, el papel que ha jugado la Policía, las funciones que ha realizado, así como las transformaciones de que ha sido objeto. Desde abril del 2006, en este recinto se han llevado a cabo trabajos de restauración y limpieza, por lo que se puede observar un Ford de principios de siglo pasado, una Harley Davidson, uniformes de diferentes países e incluso trofeos y medallas. También cuenta con una sala de exposiciones temporales que suelen mostrar cosas o aspectos nunca antes vistos, como los asesinos seriales. El edificio cuenta con un pequeño patio central rodeado por varias recamaras que actualmente fungen como salas de exhibición. El primer salón está dedicado a los jefes de la policía que ha tenido la ciudad, comenzando por el coronel Fernando González, en 1904, hasta el doctor Manuel Mondragón y Kalb, en 2013. La siguiente sala muestra algunas fotografías de la policía motorizada, en la que se puede apreciar una foto de Pedro Infante, y algunas de las primeras licencias de conducir. Además rescata la evolución del control de tránsito, pasando de un policía dando órdenes en un crucero a un sistema de semáforos muy sofisticado. El museo alberga dos exposiciones temporales. La más popular es la de Asesinos seriales, donde se ilustran las historias más sangrientas protagonizadas por homicidas como Charles Manson o Hilter. También es posible ver a personajes como Jack “El destripador”, John Wayne Gacy “El payaso asesino”, Albert Howard Fish, Ed Gein o Jeffrey Dahmer “El descuartizador de Milwaukee”. Los asesinos en serie se exhiben en escenarios donde el realismo, la reconstrucción de sus asesinatos y la sangre conforman esos detalles que convierten la muestra en algo digno de recordar. La iluminación juega un papel importante, pues imprime ese toque de terror que se produce ante un encuentro con uno se estos personajes. Asimismo, la exposición cuenta con una sección dedicada a los asesinos seriales mexicanos, entre los que desataca Juana Barraza, conocida como “La mata viejitas”. La segunda exposición es la de, El miedo; una exposición que anteriormente se encontraba en el Antiguo Palacio de la Autonomía de la UNAM, y que trata sobre los mitos de criaturas sobrenaturales como hombres lobo, brujas y vampiros. Para complementar el recorrido, el espectador puede conocer las historias por medio de diferentes audios que proporcionan detalles de los personajes.
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Музей поліції
82 Victoria
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Victoria 82, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 El Museo de la Policía es un recinto lleno de historias fascinantes. Este museo alberga la historia de la Policía, y cuenta con exposiciones preventivas sobre los asesinos seriales y monstruos de historias tenebrosas. El museo de la policía de la CDMX, está ubicado en un increíble edificio de la época porfiriana. Es la creación del arquitecto Federico Mariscal, quien se destaca por su conocimiento de los estilos inglés y gótico-normado, como es posible verlo en la Inspección General de Policía en el barrio de San Juan de la ciudad de México, convertida en la sexta delegación de la policía, donde originalmente sería una comisaría de policía. Este edificio fue construido durante el porfiriato, en un art déco que revela los gustos arquitectónicos de la época. Federico Mariscal, alumno de Adamo Boari, participó de una arquitectura ecléctica que integraba por igual detalles románicos o prehispánicos, así como renacentistas o barrocos. Cuando fue inaugurado en 1908, fungió como estación de bomberos, juzgados e inspección de policía; estos usos, entre otras cosas, nos hablan de las bondadosas dimensiones de una ciudad que aún no rebasaba los doce kilómetros de diámetro. En 1991 se inauguró como museo con el fin de explicar y concientizar a la ciudadanía sobre las labores policiales. Es por ello que durante todo el recorrido, es explica la historia, los valores, la vestimenta y muchos de los ángulos desde los cuales se puede ver este trabajo. Destacando la organización institucional de la seguridad pública en el Distrito Federal, el papel que ha jugado la Policía, las funciones que ha realizado, así como las transformaciones de que ha sido objeto. Desde abril del 2006, en este recinto se han llevado a cabo trabajos de restauración y limpieza, por lo que se puede observar un Ford de principios de siglo pasado, una Harley Davidson, uniformes de diferentes países e incluso trofeos y medallas. También cuenta con una sala de exposiciones temporales que suelen mostrar cosas o aspectos nunca antes vistos, como los asesinos seriales. El edificio cuenta con un pequeño patio central rodeado por varias recamaras que actualmente fungen como salas de exhibición. El primer salón está dedicado a los jefes de la policía que ha tenido la ciudad, comenzando por el coronel Fernando González, en 1904, hasta el doctor Manuel Mondragón y Kalb, en 2013. La siguiente sala muestra algunas fotografías de la policía motorizada, en la que se puede apreciar una foto de Pedro Infante, y algunas de las primeras licencias de conducir. Además rescata la evolución del control de tránsito, pasando de un policía dando órdenes en un crucero a un sistema de semáforos muy sofisticado. El museo alberga dos exposiciones temporales. La más popular es la de Asesinos seriales, donde se ilustran las historias más sangrientas protagonizadas por homicidas como Charles Manson o Hilter. También es posible ver a personajes como Jack “El destripador”, John Wayne Gacy “El payaso asesino”, Albert Howard Fish, Ed Gein o Jeffrey Dahmer “El descuartizador de Milwaukee”. Los asesinos en serie se exhiben en escenarios donde el realismo, la reconstrucción de sus asesinatos y la sangre conforman esos detalles que convierten la muestra en algo digno de recordar. La iluminación juega un papel importante, pues imprime ese toque de terror que se produce ante un encuentro con uno se estos personajes. Asimismo, la exposición cuenta con una sección dedicada a los asesinos seriales mexicanos, entre los que desataca Juana Barraza, conocida como “La mata viejitas”. La segunda exposición es la de, El miedo; una exposición que anteriormente se encontraba en el Antiguo Palacio de la Autonomía de la UNAM, y que trata sobre los mitos de criaturas sobrenaturales como hombres lobo, brujas y vampiros. Para complementar el recorrido, el espectador puede conocer las historias por medio de diferentes audios que proporcionan detalles de los personajes.
Av. Hidalgo 45, Col. Guerrero, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06300 Franz Mayer Traumann fue un destacado coleccionista, fotógrafo y filántropo nacido en Alemania y radicado en México desde 1905. En 1945 se preocupó por formar un patronato, y en 1963 se formó un fideicomiso en el Banco de México para solventar un museo donde se exhibieran las más de 10 mil piezas que logró atesorar a lo largo de su vida, piezas que son antigüedades y arte.
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Музей Франца Майєра
45 Av. Hidalgo
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Av. Hidalgo 45, Col. Guerrero, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06300 Franz Mayer Traumann fue un destacado coleccionista, fotógrafo y filántropo nacido en Alemania y radicado en México desde 1905. En 1945 se preocupó por formar un patronato, y en 1963 se formó un fideicomiso en el Banco de México para solventar un museo donde se exhibieran las más de 10 mil piezas que logró atesorar a lo largo de su vida, piezas que son antigüedades y arte.
El Museo Numismático Nacional forma parte de la Casa de Moneda de México, en donde desde el siglo XVII se llevaba a cabo el proceso industrial de separar el oro que venía mezclado con plata de las minas, éste recinto se encuentra en el Centro Histórico, en la antigua Casa del Apartado. Historia​ En 1842, Santa Anna nombró a un apartador y ordenó la renovación del inmueble, tras la intervención norteamericana se tomó la decisión de trasladar la ceca (que en ese entonces se encontraba a un costado del Palacio Nacional) a un inmueble apartado en donde estuvieron ambas plantas hasta principios del siglo XX, quedando sólo la Casa de la Moneda. En 1895, por ordenanza de Porfirio Díaz, se ordenó a la Casa la creación de un museo numismático pero, interrumpido por la Revolución, el proyecto tuvo un importante avance en 1918, con la adquisición de la sección de moneda mexicana de la colección alemana Ulex. En 1986, la Ley de la Casa de Moneda de México establece la responsabilidad de esta institución de administrar el Museo y en 1992, se establece su sede. En esa época cobró importancia lo que se llamó "patrimonio industrial”, conformado por las edificaciones más antiguas, máquinas y tradiciones productivas. Hoy en día el recinto integra la numismática y el patrimonio industrial, bajo el fundamento de que el edificio y sus instalaciones deben de estar al servicio de la comunidad. Salas​ Planta baja Fábrica: está conformada por las Salas de Fundición y Amonedación donde se acuñaron monedas hasta 1992. Aquí se conserva la antigua maquinaria que data de mediados de siglo XIX, hoy en día se utiliza para demostrar el proceso de fabricación de monedas. Galería Numismática: se encuentra en una de las estructuras más antiguas del recinto, está dividida en 10 salas en las que se instaló una museografía que destaca en monedas, medallas y herramentales. Recinto del Escudo Nacional: se ubica en la planta baja del patio principal, en ésta sala se puede apreciar el modelo de Escudo Nacional utilizado en las monedas y medallas mexicanas. Archivo Histórico: está constituido por grupos documentales relacionados con la operación de la Casa de Moneda de México, cecas foráneas del siglo XIX, el Apartado, el Ensaye Mayor, entre otros. Biblioteca: se encuentra en el patio sur del recinto, ésta cuenta con un fondo especializado en temas enfocados en la numismática, así como un catálogo de obras de interés general. Salón de Usos Múltiples: actualmente se trabaja en la Sala de los Arcos, en la que el público puede realizar distintas actividades. Planta Alta​ Sala Plutarco Elías Calles: este recinto que lleva el nombre del fundador del Banco de México, se encuentra en el primer nivel del patio principal del edificio. Los ejemplares que se exhiben en éstas salas permiten conocer y recorrer la historia del billete mexicano. Exposiciones temporales: ubicado en la planta alta del patio principal, está destinada a la presentación de exposiciones temporales de la historia de Casa de Moneda, de la numismática, entre otros. Área académica: salas destinadas para la realización de cursos, seminarios y talleres. Sala de conferencias: sala destinada para llevar a cabo un intercambio académico y cultural. Museo del sitio: en este espacio se está planeando contar la historia del recinto y el barrio en que se encuentra, así como las actividades que aquí se han llevado a cabo a lo largo de los siglos. Exposiciones en el Museo​ Galería Numismática​ ¿Qué es la numismática?: Se explica el significado de la numismática. Las primeras monedas de América: La primera Casa de Moneda en América fue la de México en 1535, sus primeras acuñaciones son de aproximadamente un año después.15​ Nuevas tecnologías y estilos: Iniciando el siglo XVIII la Corona Española instaló una serie de reformas modernizados que llegaron a la Casa de la Moneda en la cual emplearon máquinas, modificando así el diseño de sus monedas.16​ La guerra de Independencia: Monedas que circulaban en México durante este periodo son una muestra de las ideas de diferentes grupos a favor y en contra de la Independencia. ¿República o Imperio?: Las monedas de ésta sala exhiben los enfrentamientos que México pasó para decidir el rumbo de una nación que acababa de surgir. Porfiriato y revolución: Se consolida el poder de Porfirio Díaz quien hace liquidar las Casas de Moneda foráneas, auspicia una Reforma Monetaria y celebra el Centenario de inicio de la Independencia. Técnicas de acuñación desde 1536: Se muestra cómo se han hecho las monedas desde la Colonia hasta hoy en día. El México moderno: Durante el siglo XX se acuñó toda la moneda mexicana hasta 1970, en Legaria (cerrada en 1999) y la actual planta de San Luis Potosí que sigue en funcionamiento. Control de calidad: Se muestran algunos instrumentos fabricados en la Casa de la Moneda. Inicia tu colección: Aquí se exponen algunas ideas para comenzar a organizar monedas en una colección. Exposiciones permanentes​ Recinto del Escudo Nacional: La Casa de Moneda de México tiene bajo su custodia ejemplares originales del escudo nacional, modelos vigentes de monedas, documentos y medallas oficiales. Maquinaria antigua: Se encuentran máquinas que muestran la fabricación de monedas desde el año 1850. Exposiciones externas​ Presencia de la Casa de Moneda de México: Se puede apreciar una colección de piezas de numismática, maquinaria y fotografía en la antigua Casa de moneda de Real de Catorce, San Luis Potosí. Plata disuelta: Se presenta una selección de fotos enfocada en la acuñación de la moneda desde finales del siglo XIX en un periodo temporal de mayo a septiembre de 2016.
Національний нумізматичний музей
40 C. República de Bolivia
El Museo Numismático Nacional forma parte de la Casa de Moneda de México, en donde desde el siglo XVII se llevaba a cabo el proceso industrial de separar el oro que venía mezclado con plata de las minas, éste recinto se encuentra en el Centro Histórico, en la antigua Casa del Apartado. Historia​ En 1842, Santa Anna nombró a un apartador y ordenó la renovación del inmueble, tras la intervención norteamericana se tomó la decisión de trasladar la ceca (que en ese entonces se encontraba a un costado del Palacio Nacional) a un inmueble apartado en donde estuvieron ambas plantas hasta principios del siglo XX, quedando sólo la Casa de la Moneda. En 1895, por ordenanza de Porfirio Díaz, se ordenó a la Casa la creación de un museo numismático pero, interrumpido por la Revolución, el proyecto tuvo un importante avance en 1918, con la adquisición de la sección de moneda mexicana de la colección alemana Ulex. En 1986, la Ley de la Casa de Moneda de México establece la responsabilidad de esta institución de administrar el Museo y en 1992, se establece su sede. En esa época cobró importancia lo que se llamó "patrimonio industrial”, conformado por las edificaciones más antiguas, máquinas y tradiciones productivas. Hoy en día el recinto integra la numismática y el patrimonio industrial, bajo el fundamento de que el edificio y sus instalaciones deben de estar al servicio de la comunidad. Salas​ Planta baja Fábrica: está conformada por las Salas de Fundición y Amonedación donde se acuñaron monedas hasta 1992. Aquí se conserva la antigua maquinaria que data de mediados de siglo XIX, hoy en día se utiliza para demostrar el proceso de fabricación de monedas. Galería Numismática: se encuentra en una de las estructuras más antiguas del recinto, está dividida en 10 salas en las que se instaló una museografía que destaca en monedas, medallas y herramentales. Recinto del Escudo Nacional: se ubica en la planta baja del patio principal, en ésta sala se puede apreciar el modelo de Escudo Nacional utilizado en las monedas y medallas mexicanas. Archivo Histórico: está constituido por grupos documentales relacionados con la operación de la Casa de Moneda de México, cecas foráneas del siglo XIX, el Apartado, el Ensaye Mayor, entre otros. Biblioteca: se encuentra en el patio sur del recinto, ésta cuenta con un fondo especializado en temas enfocados en la numismática, así como un catálogo de obras de interés general. Salón de Usos Múltiples: actualmente se trabaja en la Sala de los Arcos, en la que el público puede realizar distintas actividades. Planta Alta​ Sala Plutarco Elías Calles: este recinto que lleva el nombre del fundador del Banco de México, se encuentra en el primer nivel del patio principal del edificio. Los ejemplares que se exhiben en éstas salas permiten conocer y recorrer la historia del billete mexicano. Exposiciones temporales: ubicado en la planta alta del patio principal, está destinada a la presentación de exposiciones temporales de la historia de Casa de Moneda, de la numismática, entre otros. Área académica: salas destinadas para la realización de cursos, seminarios y talleres. Sala de conferencias: sala destinada para llevar a cabo un intercambio académico y cultural. Museo del sitio: en este espacio se está planeando contar la historia del recinto y el barrio en que se encuentra, así como las actividades que aquí se han llevado a cabo a lo largo de los siglos. Exposiciones en el Museo​ Galería Numismática​ ¿Qué es la numismática?: Se explica el significado de la numismática. Las primeras monedas de América: La primera Casa de Moneda en América fue la de México en 1535, sus primeras acuñaciones son de aproximadamente un año después.15​ Nuevas tecnologías y estilos: Iniciando el siglo XVIII la Corona Española instaló una serie de reformas modernizados que llegaron a la Casa de la Moneda en la cual emplearon máquinas, modificando así el diseño de sus monedas.16​ La guerra de Independencia: Monedas que circulaban en México durante este periodo son una muestra de las ideas de diferentes grupos a favor y en contra de la Independencia. ¿República o Imperio?: Las monedas de ésta sala exhiben los enfrentamientos que México pasó para decidir el rumbo de una nación que acababa de surgir. Porfiriato y revolución: Se consolida el poder de Porfirio Díaz quien hace liquidar las Casas de Moneda foráneas, auspicia una Reforma Monetaria y celebra el Centenario de inicio de la Independencia. Técnicas de acuñación desde 1536: Se muestra cómo se han hecho las monedas desde la Colonia hasta hoy en día. El México moderno: Durante el siglo XX se acuñó toda la moneda mexicana hasta 1970, en Legaria (cerrada en 1999) y la actual planta de San Luis Potosí que sigue en funcionamiento. Control de calidad: Se muestran algunos instrumentos fabricados en la Casa de la Moneda. Inicia tu colección: Aquí se exponen algunas ideas para comenzar a organizar monedas en una colección. Exposiciones permanentes​ Recinto del Escudo Nacional: La Casa de Moneda de México tiene bajo su custodia ejemplares originales del escudo nacional, modelos vigentes de monedas, documentos y medallas oficiales. Maquinaria antigua: Se encuentran máquinas que muestran la fabricación de monedas desde el año 1850. Exposiciones externas​ Presencia de la Casa de Moneda de México: Se puede apreciar una colección de piezas de numismática, maquinaria y fotografía en la antigua Casa de moneda de Real de Catorce, San Luis Potosí. Plata disuelta: Se presenta una selección de fotos enfocada en la acuñación de la moneda desde finales del siglo XIX en un periodo temporal de mayo a septiembre de 2016.
Moneda 13, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 El Museo Nacional de las Culturas (MNC) es una ventana para conocer culturas antiguas y contemporáneas, sus costumbres, su vida cotidiana y su organización, que en ocasiones coinciden con las nuestras y otras veces son tan distintas que nos asombran. A través de sus piezas en exhibición, conviven deidades egipcias, guerreros de terracota chinos, dioses griegos, cestería amerindia, piezas prehispánicas, tablillas mesopotámicas y vidrio romano; esta serie de objetos nos muestra la diversidad cultural y formas de vida que existen y han existido en todo el mundo. La colección se distribuye en salas de culturas del mundo antiguo: Egipto. La vida en las dos tierras, Levante (Siria, Líbano, Palestina, Israel, Jordania y Chipre), Mediterráneo. Un mar de culturas (griegos, fenicios y romanos), Mesopotamia (sumerios, acadios, babilonios y asirios) y China. Además cuenta con una sala de exposiciones temporales. El MNC ofrece un vínculo entre el visitante y las distintas culturas que se desarrollaron en los cinco continentes del planeta, a más de la visita de sus salas, por medio de talleres, conferencias y mesas redondas, que se imparten en la Sala Polivalente. A la par, de la Sala Intermedia, un espacio que cuenta con ludoteca, mediateca, proyección de películas y documentales, además de biblioteca infantil y juvenil. Este museo también cuenta con la Biblioteca “Pedro Bosch Gimpera”, en donde el público podrá encontrar libros especializados en estudios de diferentes culturas del mundo desde una perspectiva histórica, antropológica y arqueológica. En este recinto se exhiben piezas arqueológicas y etnográficas originales provenientes de Mesopotamia, Levante, Egipto y China, así como réplicas de objetos significativos de la historia universal, algunas ilustran anécdotas propias; es el caso las réplicas de esculturas griegas y romanas, que fueron traídas de Europa en 1790, a petición del arquitecto y escultor valenciano Manuel Tolsá, como modelos del mundo clásico para los estudiantes de pintura y escultura de la Academia de San Carlos. El acervo de este recinto se ha enriquecido gracias a las donaciones que México ha recibido de países amigos, como Australia, Chipre, China, Japón, Corea, Egipto, la República Árabe Saharaui Democrática, Colombia, Vietnam, Indonesia y Perú, entre otras. Otras naciones han obsequiado objetos representativos de su cultura como muestra de la amistad con nuestro país, para que todos los mexicanos conozcamos la historia, tradiciones, creencias y formas de vida de culturas antiguas y contemporáneas que se han desarrollado en los distintos puntos geográficos del planeta. Egipto. La vida en las dos tierras La sala inicial del museo nos transporta al Egipto faraónico a través de una serie de piezas originales provenientes de excavaciones y algunas réplicas, como esculturas de dioses y faraones como -->Nefertiti, Menkaura, Khafra, Thot y Osiris, relieves con grabados, utensilios y herramientas cotidianas, vasijas funerarias, un sarcófago y la representación de la entrada a una tumba con murales polícromos. El Egipto faraónico se consolidó hacia el año 3000 a.C., en el noreste de África, a orillas del río Nilo. Era una sociedad con un estado teocrático que mantenía el Ma´at (el orden, la justicia y la verdad) y subsistía gracias a la agricultura y la ganadería. Algunas de sus principales ciudades eran Menfis y Tebas. Los egipcios creían en la existencia de la vida eterna en el más allá, por ello el cuerpo de los difuntos era preservado mediante la momificación. Para conocer esta práctica, el museo exhibe la réplica de un sarcófago, la representación de un entierro predinástico, así como una mesa de ofrendas e inclusive recipientes conocidos como “vasos canopos” en los cuales se colocaban los órganos embalsamados del difunto. Relieve con el prenomen ‘primer nombre’ del faraón Senusert I (Egipto) Este relieve original data del 1920-1875 a.C., tiene inscrito el nombre kheper ka ra que significa “el ka (fuerza vital) de Ra (sol) se manifiesta”, título de coronación del faraón Senusert I, que era el segundo faraón de la dinastía XII, uno de los reyes más poderosos del Reino Medio, quien logró expandir su reino hasta la baja Nubia. Levante El término Levante designa a la costa mediterránea de Asia y se refiere a los pueblos de la antigüedad culturalmente diferenciados de Mesopotamia y Egipto; culturas que se ubicaron en los actuales países de Siria, Líbano, Palestina, Israel, Jordania y Chipre. En la sala de este recinto se exponen piezas originales, como monedas de bronce y plata (103 a.C-135 d.C) y lámparas de aceite (332 a.C-640 d.C), y réplicas como el esquema de una casa de los siglos X-VII, tablillas con escritura y los rollos del mar Muerto. Destaca una serie de recipientes de vidrio originales del periodo helenístico, romano y bizantino (332 a.C.-640 d.C), que ilustra la innovación en la producción del vidrio que se dio en el siglo I en el Oriente Medio, mediante la técnica del soplado. Mesopotamia En las montañas de la actual Turquía surgen los ríos Tigris y Éufrates, donde en la antigüedad yacía Mesopotamia. En la sala dedicada a esta región, se exhiben piezas de los pueblos: sumerio, acadio, babilonio y asirio. Babilonia En el actual territorio de Irak, pero entre los años 2000 y 539 a.C., Babilonia floreció en el sur de Mesopotamia. Era una urbe con cientos de templos y santuarios, las murallas y una de las maravillas de la antigüedad: Los jardines colgantes. Posteriormente fue conquistada por los persas. Tablilla sumeria (Irak) Del sur de Irak procede una tablilla sumeria (2039 a.C.) original, elaborada en terracota mediante el sistema cuneiforme, en la que se enlista un control de trabajadores empleados en el transporte de grano. La traducción del texto sumerio se realizó en 2011, a raíz del nuevo montaje de la Sala de Mesopotamia. Persia La cultura persa se desarrolló al este de Mesopotamia y los montes Zagros, región ubicada en el actual Irán, a partir del siglo I a.C. Se convirtió en el imperio más poderoso del antiguo Oriente Medio en el 550 a.C., cuando el rey Ciro II conquistó Asiria, Babilonia, Egipto y varias ciudades griegas, con las cuales mantuvo relaciones políticas, militares y culturales durante siglos. Esta sala incluye un video que describe la arquitectura y actividades que se realizaban en la ciudad de Persepolis, que cayó en el año 330 a.C. a manos del ejército comandado por Alejandro Magno. Relieve de toro alado Esta réplica representa la figura un toro, recurrente en el antiguo Oriente Medio, la imagen fue heredada de los toros alados con cabeza humana de los palacios asirios y de la decoración de Babilonia; simboliza poder, protección, defensa y la fuerza constructiva del imperio persa. Mediterráneo, un mar de culturas En la región del Mediterráneo, los griegos y fenicios se transformaron en potencias marítimas luego de un periodo de conflictos políticos y económicos derivados de migraciones e invasiones. Los griegos se asentaron en el Mar Egeo y el sur de la península Itálica; y los fenicios en la costa noroccidental de África y en la península Ibérica. Posteriormente, los romanos conquistaron estos grupos e incorporaron a su propia cultura elementos y tradiciones de los pueblos conquistados. En esta sala se aprecia el desarrolló que tuvieron los griegos, fenicios y romanos, a través de una serie de obras representativas de las culturas helénicas, como esculturas, vasijas y figurillas. Niké de Samotracia (Grecia) La reproducción de la diosa Niké —cuyo original se exhibe en el Museo del Louvre, en Paris, Francia— recibe a los visitantes de la sala Meditaráneo. La original se trata de una escultura alada, tallada en mármol blanco y ataviada con una tela que ondea con la brisa marina; carece de brazos y cabeza, que se perdieron a lo largo del tiempo. Niké, en el periodo helenístico (220-190 a.C.), personificaba la victoria y se creía que otorgaba gloria a los combatientes luego de una batalla. La figura se erigió en la isla de Samotracia en conmemoración de una victoria naval y se posaba sobre un pedestal que hacía referencia a la proa de un buque de guerra de la armada de la isla de Rodas. Sileno con Dionisio niño en brazos (Grecia) En el espacio dedicado a Grecia, la escultura de Sileno con Dionisio niño en brazos, c.150-200 d.C. Imperio Romano; réplica de la original que se encuentra en el Museo Chiaramonti, de la Ciudad del Vaticano, en Italia. La original es una escultura atribuida a Lisipo, tallada y pulida en mármol, alrededor del año 300 a.C. Esta pieza se encuentra en el Museo Nacional de las Culturas gracias al arquitecto Manuel Tolsá. China. El reino del centro A través de tres temáticas se aborda la civilización china que floreció hace 5 mil años en el continente asiático: sus creencias, cultura y comercio son los puntos centrales que narran su historia y cotidianeidad. También se profundiza en temas como los ritos funerarios, que incorporaban grandes ajuares y exequias para sus gobernantes, como la elaboración del traje mortaja del príncipe Liu Sheng los guerreros de terracota que protegían el mausoleo del Primer Emperador Qin Shi Huang, réplicas donadas por la República Popular China. Asimismo, se describe la Ruta de la Seda y su trayecto de 7, 500 kilómetros desde Asia Central, el Imperio Chino hasta el Imperio Romano; la ruta sirvió para la compra y venta de productos de todas las regiones vecinas y para el intercambio de ideas, estilos artísticos y creencias. Historia del inmueble La esencia cultural de estos grupos antiguos y contemporáneos cohabita dentro del Museo Nacional de las Culturas, que se encuentra en un edificio de relevancia histórica. El inmueble fue construido por Miguel Martínez entre 1570 y 1572, como sede de la Casa de Moneda. Entre 1853 y 1863 albergó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El 6 de julio de 1866, Maximiliano de Habsburgo, inauguró el Museo Público de Historia Natural, Arqueología e Historia. Tras el traslado de la sección de Historia Natural al pabellón del Chopo en 1910, Don Porfirio Díaz cortó el listón del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, como parte de los festejos del centenario de la Independencia, que exhibía piezas como la Piedra del Sol y la Coatlicue, mismas que posteriormente fueron distribuidas en dos museos nacionales: el de Historia y el de Antropología, en Chapultepec. En 1931, el edificio es declarado Monumento Histórico y en 1938 el pintor Rufino Tamayo plasma el mural La Revolución en el muro del vestíbulo. El 4 de diciembre de 1965 se crea el museo Nacional de las Culturas. El primer director del museo fue Julio César Olivé, con la subdirección a cargo de Beatriz Barba de Piña Chan. En 2007, el museo comenzó una larga etapa de reestructuración arquitectónica y museográfica que aún no ha concluido. En sus salas se muestran objetos de origen internacional reunidos en función de mostrar diferentes formas de vida, valores, costumbres y creencias que permiten al visitante comprender la diversidad cultural del mundo.
19 місцеві жителі рекомендують
Національний музей культур
13 Moneda
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Moneda 13, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 El Museo Nacional de las Culturas (MNC) es una ventana para conocer culturas antiguas y contemporáneas, sus costumbres, su vida cotidiana y su organización, que en ocasiones coinciden con las nuestras y otras veces son tan distintas que nos asombran. A través de sus piezas en exhibición, conviven deidades egipcias, guerreros de terracota chinos, dioses griegos, cestería amerindia, piezas prehispánicas, tablillas mesopotámicas y vidrio romano; esta serie de objetos nos muestra la diversidad cultural y formas de vida que existen y han existido en todo el mundo. La colección se distribuye en salas de culturas del mundo antiguo: Egipto. La vida en las dos tierras, Levante (Siria, Líbano, Palestina, Israel, Jordania y Chipre), Mediterráneo. Un mar de culturas (griegos, fenicios y romanos), Mesopotamia (sumerios, acadios, babilonios y asirios) y China. Además cuenta con una sala de exposiciones temporales. El MNC ofrece un vínculo entre el visitante y las distintas culturas que se desarrollaron en los cinco continentes del planeta, a más de la visita de sus salas, por medio de talleres, conferencias y mesas redondas, que se imparten en la Sala Polivalente. A la par, de la Sala Intermedia, un espacio que cuenta con ludoteca, mediateca, proyección de películas y documentales, además de biblioteca infantil y juvenil. Este museo también cuenta con la Biblioteca “Pedro Bosch Gimpera”, en donde el público podrá encontrar libros especializados en estudios de diferentes culturas del mundo desde una perspectiva histórica, antropológica y arqueológica. En este recinto se exhiben piezas arqueológicas y etnográficas originales provenientes de Mesopotamia, Levante, Egipto y China, así como réplicas de objetos significativos de la historia universal, algunas ilustran anécdotas propias; es el caso las réplicas de esculturas griegas y romanas, que fueron traídas de Europa en 1790, a petición del arquitecto y escultor valenciano Manuel Tolsá, como modelos del mundo clásico para los estudiantes de pintura y escultura de la Academia de San Carlos. El acervo de este recinto se ha enriquecido gracias a las donaciones que México ha recibido de países amigos, como Australia, Chipre, China, Japón, Corea, Egipto, la República Árabe Saharaui Democrática, Colombia, Vietnam, Indonesia y Perú, entre otras. Otras naciones han obsequiado objetos representativos de su cultura como muestra de la amistad con nuestro país, para que todos los mexicanos conozcamos la historia, tradiciones, creencias y formas de vida de culturas antiguas y contemporáneas que se han desarrollado en los distintos puntos geográficos del planeta. Egipto. La vida en las dos tierras La sala inicial del museo nos transporta al Egipto faraónico a través de una serie de piezas originales provenientes de excavaciones y algunas réplicas, como esculturas de dioses y faraones como -->Nefertiti, Menkaura, Khafra, Thot y Osiris, relieves con grabados, utensilios y herramientas cotidianas, vasijas funerarias, un sarcófago y la representación de la entrada a una tumba con murales polícromos. El Egipto faraónico se consolidó hacia el año 3000 a.C., en el noreste de África, a orillas del río Nilo. Era una sociedad con un estado teocrático que mantenía el Ma´at (el orden, la justicia y la verdad) y subsistía gracias a la agricultura y la ganadería. Algunas de sus principales ciudades eran Menfis y Tebas. Los egipcios creían en la existencia de la vida eterna en el más allá, por ello el cuerpo de los difuntos era preservado mediante la momificación. Para conocer esta práctica, el museo exhibe la réplica de un sarcófago, la representación de un entierro predinástico, así como una mesa de ofrendas e inclusive recipientes conocidos como “vasos canopos” en los cuales se colocaban los órganos embalsamados del difunto. Relieve con el prenomen ‘primer nombre’ del faraón Senusert I (Egipto) Este relieve original data del 1920-1875 a.C., tiene inscrito el nombre kheper ka ra que significa “el ka (fuerza vital) de Ra (sol) se manifiesta”, título de coronación del faraón Senusert I, que era el segundo faraón de la dinastía XII, uno de los reyes más poderosos del Reino Medio, quien logró expandir su reino hasta la baja Nubia. Levante El término Levante designa a la costa mediterránea de Asia y se refiere a los pueblos de la antigüedad culturalmente diferenciados de Mesopotamia y Egipto; culturas que se ubicaron en los actuales países de Siria, Líbano, Palestina, Israel, Jordania y Chipre. En la sala de este recinto se exponen piezas originales, como monedas de bronce y plata (103 a.C-135 d.C) y lámparas de aceite (332 a.C-640 d.C), y réplicas como el esquema de una casa de los siglos X-VII, tablillas con escritura y los rollos del mar Muerto. Destaca una serie de recipientes de vidrio originales del periodo helenístico, romano y bizantino (332 a.C.-640 d.C), que ilustra la innovación en la producción del vidrio que se dio en el siglo I en el Oriente Medio, mediante la técnica del soplado. Mesopotamia En las montañas de la actual Turquía surgen los ríos Tigris y Éufrates, donde en la antigüedad yacía Mesopotamia. En la sala dedicada a esta región, se exhiben piezas de los pueblos: sumerio, acadio, babilonio y asirio. Babilonia En el actual territorio de Irak, pero entre los años 2000 y 539 a.C., Babilonia floreció en el sur de Mesopotamia. Era una urbe con cientos de templos y santuarios, las murallas y una de las maravillas de la antigüedad: Los jardines colgantes. Posteriormente fue conquistada por los persas. Tablilla sumeria (Irak) Del sur de Irak procede una tablilla sumeria (2039 a.C.) original, elaborada en terracota mediante el sistema cuneiforme, en la que se enlista un control de trabajadores empleados en el transporte de grano. La traducción del texto sumerio se realizó en 2011, a raíz del nuevo montaje de la Sala de Mesopotamia. Persia La cultura persa se desarrolló al este de Mesopotamia y los montes Zagros, región ubicada en el actual Irán, a partir del siglo I a.C. Se convirtió en el imperio más poderoso del antiguo Oriente Medio en el 550 a.C., cuando el rey Ciro II conquistó Asiria, Babilonia, Egipto y varias ciudades griegas, con las cuales mantuvo relaciones políticas, militares y culturales durante siglos. Esta sala incluye un video que describe la arquitectura y actividades que se realizaban en la ciudad de Persepolis, que cayó en el año 330 a.C. a manos del ejército comandado por Alejandro Magno. Relieve de toro alado Esta réplica representa la figura un toro, recurrente en el antiguo Oriente Medio, la imagen fue heredada de los toros alados con cabeza humana de los palacios asirios y de la decoración de Babilonia; simboliza poder, protección, defensa y la fuerza constructiva del imperio persa. Mediterráneo, un mar de culturas En la región del Mediterráneo, los griegos y fenicios se transformaron en potencias marítimas luego de un periodo de conflictos políticos y económicos derivados de migraciones e invasiones. Los griegos se asentaron en el Mar Egeo y el sur de la península Itálica; y los fenicios en la costa noroccidental de África y en la península Ibérica. Posteriormente, los romanos conquistaron estos grupos e incorporaron a su propia cultura elementos y tradiciones de los pueblos conquistados. En esta sala se aprecia el desarrolló que tuvieron los griegos, fenicios y romanos, a través de una serie de obras representativas de las culturas helénicas, como esculturas, vasijas y figurillas. Niké de Samotracia (Grecia) La reproducción de la diosa Niké —cuyo original se exhibe en el Museo del Louvre, en Paris, Francia— recibe a los visitantes de la sala Meditaráneo. La original se trata de una escultura alada, tallada en mármol blanco y ataviada con una tela que ondea con la brisa marina; carece de brazos y cabeza, que se perdieron a lo largo del tiempo. Niké, en el periodo helenístico (220-190 a.C.), personificaba la victoria y se creía que otorgaba gloria a los combatientes luego de una batalla. La figura se erigió en la isla de Samotracia en conmemoración de una victoria naval y se posaba sobre un pedestal que hacía referencia a la proa de un buque de guerra de la armada de la isla de Rodas. Sileno con Dionisio niño en brazos (Grecia) En el espacio dedicado a Grecia, la escultura de Sileno con Dionisio niño en brazos, c.150-200 d.C. Imperio Romano; réplica de la original que se encuentra en el Museo Chiaramonti, de la Ciudad del Vaticano, en Italia. La original es una escultura atribuida a Lisipo, tallada y pulida en mármol, alrededor del año 300 a.C. Esta pieza se encuentra en el Museo Nacional de las Culturas gracias al arquitecto Manuel Tolsá. China. El reino del centro A través de tres temáticas se aborda la civilización china que floreció hace 5 mil años en el continente asiático: sus creencias, cultura y comercio son los puntos centrales que narran su historia y cotidianeidad. También se profundiza en temas como los ritos funerarios, que incorporaban grandes ajuares y exequias para sus gobernantes, como la elaboración del traje mortaja del príncipe Liu Sheng los guerreros de terracota que protegían el mausoleo del Primer Emperador Qin Shi Huang, réplicas donadas por la República Popular China. Asimismo, se describe la Ruta de la Seda y su trayecto de 7, 500 kilómetros desde Asia Central, el Imperio Chino hasta el Imperio Romano; la ruta sirvió para la compra y venta de productos de todas las regiones vecinas y para el intercambio de ideas, estilos artísticos y creencias. Historia del inmueble La esencia cultural de estos grupos antiguos y contemporáneos cohabita dentro del Museo Nacional de las Culturas, que se encuentra en un edificio de relevancia histórica. El inmueble fue construido por Miguel Martínez entre 1570 y 1572, como sede de la Casa de Moneda. Entre 1853 y 1863 albergó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El 6 de julio de 1866, Maximiliano de Habsburgo, inauguró el Museo Público de Historia Natural, Arqueología e Historia. Tras el traslado de la sección de Historia Natural al pabellón del Chopo en 1910, Don Porfirio Díaz cortó el listón del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía, como parte de los festejos del centenario de la Independencia, que exhibía piezas como la Piedra del Sol y la Coatlicue, mismas que posteriormente fueron distribuidas en dos museos nacionales: el de Historia y el de Antropología, en Chapultepec. En 1931, el edificio es declarado Monumento Histórico y en 1938 el pintor Rufino Tamayo plasma el mural La Revolución en el muro del vestíbulo. El 4 de diciembre de 1965 se crea el museo Nacional de las Culturas. El primer director del museo fue Julio César Olivé, con la subdirección a cargo de Beatriz Barba de Piña Chan. En 2007, el museo comenzó una larga etapa de reestructuración arquitectónica y museográfica que aún no ha concluido. En sus salas se muestran objetos de origen internacional reunidos en función de mostrar diferentes formas de vida, valores, costumbres y creencias que permiten al visitante comprender la diversidad cultural del mundo.
Bolivar 27, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 El Museo del Calzado El Borceguí se encuentra localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México en la calle de Bolívar. Creado con el objetivo de mostrar la evolución del calzado a lo largo de los años, cuenta con más de diecisiete mil piezas en las que se encuentran zapatos en tamaño real y otros en tamaño miniatura. Dentro de las diferentes secciones que hay en el museo, se expone calzado desde el siglo I de diferentes culturas existentes, hasta zapatos de nuestro siglo de diferentes celebridades como lo es Carmen Aristegui, Julio César Chávez, entre otros. Historia​ El nacimiento de «El Borceguí» fue en la calle de Tiburcio (actualmente República de Uruguay), posteriormente se cambió al lugar en que ahora se encuentra el museo en la calle de Bolívar, pero a unos locales antes, en el número 11. En ese entonces la calle se llamaba Coliseo. Se sabe que la zapatería fue fundada en 1865 por Gabriel Chacón, quien la vendió en 1900 a Lucas Lizaur Pernaute, un empresario español radicado definitivamente en México, cuyos hijos a su vez la vendieron a la Familia Villamayor en 1986. El Museo del Calzado es producto del ingenio del Señor José Villamayor Coto, quien lo fundó en reconocimiento de su padre, José Villamayor Castro, otro reconocido empresario de la industria del calzado. El Museo es único en el país y tiene el objetivo contar la historia de la humanidad a través del calzado. La tradición más antigua del arte del calzado nace en 1865 en la calle República de Uruguay, en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, años más tarde se traspasa a la calle de Bolívar, donde actualmente se le conoce mundialmente como zapatería El Borceguí.1​ El museo abre sus puertas en el año de 1991 con el objetivo de estimular la investigación sobre el calzado y la ortopedia desde diferentes enfoques, entre ellos: antropológico, histórico, científico y artístico. El lema publicitario de la zapatería El Borceguí es “Para una gran ciudad, una gran zapatería”. Descripción del museo​ El Museo del Calzado El Borceguí se encuentra localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México en la calle de Bolívar en México. Fundado en 1991, donde se encuentra la zapatería El Borceguí, en honor a José Villamayor Castro, destacado empresario de la industria del calzado.2​ El museo cuenta con dos mil piezas en tamaño natural y quince mil en miniatura elaboradas con materiales diversos como lo son vidrio, madera, piel, cerámica, porcelana y plástico.​ El objetivo del museo es narrar la historia del calzado y por eso cuenta con más de dos mil ejemplares de calzado que van desde la época de los egipcios hasta calzado de celebridades de nuestros tiempos. El museo se encuentra dividido en cinco secciones principales: zapatos históricos, zapatos del siglo XX, calzado deportivo, zapatos alusivos a la literatura infantil y calzado que perteneció a personajes famosos del México actual. Se pueden encontrar zapatos fabricados con diferentes materiales, como lo son el trenzado de fibras naturales (palma), pieles, tela, entre otros. En el museo se pueden encontrar todo tipo de zapatos y similares, a lo largo de las épocas y de todo el mundo. Comienza con zapatos y sandalias desde el siglo I en diferentes partes del mundo, sin embargo, la mayoría pertenecen a Egipto, Antigua Roma y China, como lo son los zapatos chinos (Gian-Lien), fabricados de seda, bordados para adornarlos, que deformaban los pies de las mujeres, hasta zapatos espaciales de Neil Armstrong utilizados en la misión Apolo 11.4​ Entre las piezas están algunas de las zapatillas de la Reina Isabel II. El Borceguí se divide en seis secciones. Una de ellas está dedicada a celebridades mexicanas en diferentes áreas, como deportistas, periodistas, escritores como lo son Jacobo Zabludowsky, Elena Poniatowska, Raúl Anguiano, Julio César Chávez entre otros. Otra sección reúne a sandalias típicas mexicanas de cada uno de los estados que tiene la república mexicana. También se pueden observar la colección de zapatillas por las diferentes épocas, desde el primer tacón de Luis XIV, pasando por las plataformas de los 70. El Museo del Calzado se encuentra dividido en varias secciones, para que el visitante pueda conocer más sobre la forma en la que se ha desarrollado el calzado en la historia. Se encuentran una gran cantidad de piezas de las cuales se pueden aprender mucho sobre culturas antiguas, y sobre el México contemporáneo. De igual manera, es el único museo de su tipo a nivel nacional debido a la gran variedad de calzado con la que cuenta.
Музей взуття "The Borcegui"
27 Calle de Bolívar
Bolivar 27, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 El Museo del Calzado El Borceguí se encuentra localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México en la calle de Bolívar. Creado con el objetivo de mostrar la evolución del calzado a lo largo de los años, cuenta con más de diecisiete mil piezas en las que se encuentran zapatos en tamaño real y otros en tamaño miniatura. Dentro de las diferentes secciones que hay en el museo, se expone calzado desde el siglo I de diferentes culturas existentes, hasta zapatos de nuestro siglo de diferentes celebridades como lo es Carmen Aristegui, Julio César Chávez, entre otros. Historia​ El nacimiento de «El Borceguí» fue en la calle de Tiburcio (actualmente República de Uruguay), posteriormente se cambió al lugar en que ahora se encuentra el museo en la calle de Bolívar, pero a unos locales antes, en el número 11. En ese entonces la calle se llamaba Coliseo. Se sabe que la zapatería fue fundada en 1865 por Gabriel Chacón, quien la vendió en 1900 a Lucas Lizaur Pernaute, un empresario español radicado definitivamente en México, cuyos hijos a su vez la vendieron a la Familia Villamayor en 1986. El Museo del Calzado es producto del ingenio del Señor José Villamayor Coto, quien lo fundó en reconocimiento de su padre, José Villamayor Castro, otro reconocido empresario de la industria del calzado. El Museo es único en el país y tiene el objetivo contar la historia de la humanidad a través del calzado. La tradición más antigua del arte del calzado nace en 1865 en la calle República de Uruguay, en el corazón del Centro Histórico de la Ciudad de México, años más tarde se traspasa a la calle de Bolívar, donde actualmente se le conoce mundialmente como zapatería El Borceguí.1​ El museo abre sus puertas en el año de 1991 con el objetivo de estimular la investigación sobre el calzado y la ortopedia desde diferentes enfoques, entre ellos: antropológico, histórico, científico y artístico. El lema publicitario de la zapatería El Borceguí es “Para una gran ciudad, una gran zapatería”. Descripción del museo​ El Museo del Calzado El Borceguí se encuentra localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México en la calle de Bolívar en México. Fundado en 1991, donde se encuentra la zapatería El Borceguí, en honor a José Villamayor Castro, destacado empresario de la industria del calzado.2​ El museo cuenta con dos mil piezas en tamaño natural y quince mil en miniatura elaboradas con materiales diversos como lo son vidrio, madera, piel, cerámica, porcelana y plástico.​ El objetivo del museo es narrar la historia del calzado y por eso cuenta con más de dos mil ejemplares de calzado que van desde la época de los egipcios hasta calzado de celebridades de nuestros tiempos. El museo se encuentra dividido en cinco secciones principales: zapatos históricos, zapatos del siglo XX, calzado deportivo, zapatos alusivos a la literatura infantil y calzado que perteneció a personajes famosos del México actual. Se pueden encontrar zapatos fabricados con diferentes materiales, como lo son el trenzado de fibras naturales (palma), pieles, tela, entre otros. En el museo se pueden encontrar todo tipo de zapatos y similares, a lo largo de las épocas y de todo el mundo. Comienza con zapatos y sandalias desde el siglo I en diferentes partes del mundo, sin embargo, la mayoría pertenecen a Egipto, Antigua Roma y China, como lo son los zapatos chinos (Gian-Lien), fabricados de seda, bordados para adornarlos, que deformaban los pies de las mujeres, hasta zapatos espaciales de Neil Armstrong utilizados en la misión Apolo 11.4​ Entre las piezas están algunas de las zapatillas de la Reina Isabel II. El Borceguí se divide en seis secciones. Una de ellas está dedicada a celebridades mexicanas en diferentes áreas, como deportistas, periodistas, escritores como lo son Jacobo Zabludowsky, Elena Poniatowska, Raúl Anguiano, Julio César Chávez entre otros. Otra sección reúne a sandalias típicas mexicanas de cada uno de los estados que tiene la república mexicana. También se pueden observar la colección de zapatillas por las diferentes épocas, desde el primer tacón de Luis XIV, pasando por las plataformas de los 70. El Museo del Calzado se encuentra dividido en varias secciones, para que el visitante pueda conocer más sobre la forma en la que se ha desarrollado el calzado en la historia. Se encuentran una gran cantidad de piezas de las cuales se pueden aprender mucho sobre culturas antiguas, y sobre el México contemporáneo. De igual manera, es el único museo de su tipo a nivel nacional debido a la gran variedad de calzado con la que cuenta.
Isabel La Católica 26, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 El museo del Estanquillo se encuentra localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, México. El museo da cabida a la colección personal del escritor Carlos Monsiváis que abarca pinturas, fotografía, juguetes, álbumes; calendarios, publicidad y libros. Historia del museo​ Carlos Monsiváis durante más de 30 años se dedicó al coleccionismo, adquiriendo alrededor de 12,000 objetos, que se han agrupado en fotografía, miniatura y maquetas; dibujo y caricaturas; grabado y vida cotidiana. En general, la colección tiene como centro la vida de México y el arte popular. La idea del museo fue apoyada por Rafael Barajas el Fisgón, Carlos Payán, Carlos Slim y el entonces jefe de gobierno, Andrés Manuel López Obrador. Rodolfo Rodríguez Castañeda. El nombre fue acuñado por el propio Carlos Monsiváis dado que su colección abarca objetos tan disímiles.2​ Se entiende por estanquillo una pequeña tienda de artículos variados.3​ El 23 de noviembre de 2006 se inauguró el museo con la exposición En orden de aparición acerca de la identidad del capitalino desde la Colonia hasta nuestros días. Historia del edificio​ El museo se encuentra en el edificio La Esmeralda, éste albergaba a fines del siglo XIX la joyería La Esmeralda Hauser-Zivy y compañía. A lo largo del siglo XX el edificio tuvo varios giros, de joyería a oficina de gobierno, después a banco; incluso albergó la discoteca La Opulencia. En la actualidad, también alberga una tienda de discos.
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Музей Дель Естанкільйо
26 Isabel La Católica
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Isabel La Católica 26, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 El museo del Estanquillo se encuentra localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México, México. El museo da cabida a la colección personal del escritor Carlos Monsiváis que abarca pinturas, fotografía, juguetes, álbumes; calendarios, publicidad y libros. Historia del museo​ Carlos Monsiváis durante más de 30 años se dedicó al coleccionismo, adquiriendo alrededor de 12,000 objetos, que se han agrupado en fotografía, miniatura y maquetas; dibujo y caricaturas; grabado y vida cotidiana. En general, la colección tiene como centro la vida de México y el arte popular. La idea del museo fue apoyada por Rafael Barajas el Fisgón, Carlos Payán, Carlos Slim y el entonces jefe de gobierno, Andrés Manuel López Obrador. Rodolfo Rodríguez Castañeda. El nombre fue acuñado por el propio Carlos Monsiváis dado que su colección abarca objetos tan disímiles.2​ Se entiende por estanquillo una pequeña tienda de artículos variados.3​ El 23 de noviembre de 2006 se inauguró el museo con la exposición En orden de aparición acerca de la identidad del capitalino desde la Colonia hasta nuestros días. Historia del edificio​ El museo se encuentra en el edificio La Esmeralda, éste albergaba a fines del siglo XIX la joyería La Esmeralda Hauser-Zivy y compañía. A lo largo del siglo XX el edificio tuvo varios giros, de joyería a oficina de gobierno, después a banco; incluso albergó la discoteca La Opulencia. En la actualidad, también alberga una tienda de discos.
Tacuba No.12, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06010 Despierta tus sentidos, conoce y experimenta la vinculación entre los aromas, la memoria y los recuerdos. Una fascinante introducción y sensibilización al mundo de los aromas, familias olfativas y a la creación de perfumes. Visita y vive la experiencia MUPE creada por medio de una interacción con la obra y el museo. El perfume es una joya, somos testigo de la unión entre el arte, el lujo, la elegancia y la maestría en el diseño. NUESTRA HISTORIA La calle de Tacuba, antes llamada de Tlacopan y después de San Andrés fue una de las cuatro calzadas principales de México-Tenochtitlan. Hospedó grandes construcciones desde la época novohispana y tomó el nombre de San Andrés, ya que aquí estaba ubicado el Hospital y Noviciado de San Andrés, desde 1776 hasta su demolición en 1905. Durante el Virreinato, Tacuba se consolidó como una calle de tradición comercial, con boticas, perfumerías, zapaterías y cafés. Casi en la esquina que colinda con la Plaza de Manuel Tolsá, en el número 12 se ubica una casona que fue propiedad de los Romero Rubio. Construida a finales del siglo XIX, fue fábrica de banderas y una sastrería militar llamada “La Principal”; había también estudios de fotografía, consultorios dentales y despachos de diferentes oficios; fue abandonada y después de más de diez años de restauración surge el Museo del Perfume. En el MUPE consideramos al perfume como un tesoro, un testigo del paso del tiempo, la unión entre el arte, el diseño, la magia de aroma y la elegancia que emana.
MUPE Museo Del Perfume
12 Calle de Tacuba
Tacuba No.12, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06010 Despierta tus sentidos, conoce y experimenta la vinculación entre los aromas, la memoria y los recuerdos. Una fascinante introducción y sensibilización al mundo de los aromas, familias olfativas y a la creación de perfumes. Visita y vive la experiencia MUPE creada por medio de una interacción con la obra y el museo. El perfume es una joya, somos testigo de la unión entre el arte, el lujo, la elegancia y la maestría en el diseño. NUESTRA HISTORIA La calle de Tacuba, antes llamada de Tlacopan y después de San Andrés fue una de las cuatro calzadas principales de México-Tenochtitlan. Hospedó grandes construcciones desde la época novohispana y tomó el nombre de San Andrés, ya que aquí estaba ubicado el Hospital y Noviciado de San Andrés, desde 1776 hasta su demolición en 1905. Durante el Virreinato, Tacuba se consolidó como una calle de tradición comercial, con boticas, perfumerías, zapaterías y cafés. Casi en la esquina que colinda con la Plaza de Manuel Tolsá, en el número 12 se ubica una casona que fue propiedad de los Romero Rubio. Construida a finales del siglo XIX, fue fábrica de banderas y una sastrería militar llamada “La Principal”; había también estudios de fotografía, consultorios dentales y despachos de diferentes oficios; fue abandonada y después de más de diez años de restauración surge el Museo del Perfume. En el MUPE consideramos al perfume como un tesoro, un testigo del paso del tiempo, la unión entre el arte, el diseño, la magia de aroma y la elegancia que emana.
El Museo Nacional de Antropología (MNA) es uno de los recintos museográficos más importantes de México y de América.2​ Está concebido para albergar y exhibir el legado arqueológico de los pueblos de Mesoamérica, así como para dar cuenta de la diversidad étnica actual del país. El edificio actual del MNA fue construido entre 1963 y 1964 en el Bosque de Chapultepec por instrucción del presidente Adolfo López Mateos, quien lo inauguró el 17 de septiembre de 1964. Actualmente, el edificio del MNA posee 22 salas de exposición permanente, dos salas de exposiciones temporales y tres auditorios. En su interior se encuentra la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. La colección del Museo Nacional de Antropología está conformada por numerosas piezas arqueológicas y etnográficas provenientes de todo México. Entre algunas de las piezas más emblemáticas de la colección se cuenta la Piedra del Sol —que es el corazón mismo del museo—, las cabezas colosales de la cultura olmeca, las monumentales esculturas teotihuacanas dedicadas a los dioses del agua, la tumba de Pakal, las ofrendas funerarias de Monte Albán, las estelas de Xochicalco, así como un atlante tolteca traído desde Tollan-Xicocotitlan y el Monolito de Tláloc que custodia la entrada al museo. El MNA constituye uno de los principales sitios de interés turístico de México. Atrae cada año a más de dos millones de visitantes. El museo es uno de los museos más grandes del continente. Historia​ Desde la época prehispánica, los nahuas se interesaron por las civilizaciones que les precedieron. Por ello, se acercaban a sitios arqueológicos y pirámides, realizaban excavaciones y recuperaban objetos, estatuillas o máscaras. Además, las transformaban y reutilizaban, puliéndolas, pintándolas o añadiéndoles otros elementos característicos de su propia cultura o religión. A finales del siglo XVIII los documentos que formaban parte de la colección de Lorenzo Boturini fueron depositados, por orden del virrey de Bucareli, en la Real y Pontificia Universidad de México. Allí se albergaron también las esculturas de la Coatlicue y la Piedra del Sol, lo que inició la tradición museográfica en México. El 25 de agosto de 1790 fue inaugurado el primer Gabinete de Historia Natural de México, montado por el botánico José Longinos Martínez (ese gabinete ya desaparecido es el actual Museo de Historia Natural de México) y fue en medio de este ambiente que surgió la idea que constituir una junta de antigüedades con la finalidad de proteger monumentos históricos. A partir del siglo XIX México fue visitado por hombres ilustres de ciencia, como fue el caso del barón Alejandro de Humbolt, quienes difundieron el valor artístico e histórico de los monumentos prehispánicos, logrando que en 1825, por decreto del presidente de la República Guadalupe Victoria, asesorado por el historiador Lucas Alamán, se fundara el Museo Nacional Mexicano como una institución autónoma. Para el año de 1865, el emperador Maximiliano de Habsburgo ordenó el traslado del Museo al edificio ubicado en la calle de Moneda 13, donde había estado la Casa de Moneda. A partir de 1906 el crecimiento de las colecciones alentó a Justo Sierra para dividir el acervo del Museo Nacional, fue así como las colecciones de historia natural pasaron al hermoso edificio del Chopo, construido especialmente para albergar exposiciones permanentes. El Museo recibió entonces el nombre de Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía y fue reabierto el 9 de septiembre de 1910, en presencia del presidente Porfirio Díaz. En el año de 1924 el acervo del Museo se había incrementado hasta 52 mil objetos y se había recibido a más de 250 mil visitantes, por lo que se le concedió el derecho de voto para la adjudicación del Premio Nobel y se le consideró uno de los museos más interesantes y de mayor prestigio del mundo. El 13 de diciembre de 1940, por decreto, se trasladaron las colecciones de historia al Castillo de Chapultepec, y el Museo cambio su nombre por el actual: Museo Nacional de Antropología. La construcción del actual Museo se inició en febrero de 1963, en el Bosque de Chapultepec. Como ya se mencionó en el apartado de Arquitectura, el proyecto estuvo coordinado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez y asistido por los arquitectos Rafael Mijares y Jorge Campuzano. Con motivo de la inauguración del Museo Nacional de Antropología, la Secretaría de Educación Pública (SEP) encargó al compositor Carlos Chávez la creación de una pieza musical que se tituló "Resonancias" y fue estrenada el mismo día de la inauguración del Museo Nacional de Antropología. La construcción del proyecto duró 19 meses y el 17 de septiembre de 1964 fue inaugurado por el presidente Adolfo López Mateos, quien declaró: "El pueblo mexicano levanta este monumento en honor de las admirables culturas que florecieron durante la era Precolombina en regiones que son, ahora, territorio de la República. Frente a los testimonios de aquellas culturas, el México de hoy rinde homenaje al México indígena en cuyo ejemplo reconoce características de su originalidad nacional." Función del MNA​ La importancia del Museo Nacional de Antropología, vive en sus objetivos, que son: 1. La difusión de la cultura prehispánica y la de los pueblos originarios actuales entre la población nacional e internacional, por medio de la exposición de las piezas de los acervos arqueológicos y etnográficos. 2. La difusión, en forma accesible, de todo lo relativo a la antropología en México mediante las exhibiciones, conferencias, así como por las visitas guiadas. 3. La conservación, registro y restauración de las colecciones arqueológicas y etnográficas, que se encuentran entre las más valiosas de México y el mundo. 4. El enriquecimiento del acervo cultural mexicano por medio de la investigación, publicación y difusión de los diferentes estudios que llevan a cabo dentro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Arquitectura​ Originalmente el museo se encontraba en la antigua Casa de la Moneda, ubicada en la calle del mismo nombre en el Centro Histórico, hasta que el Presidente Adolfo López Mateos decide cambiar la colección a un recinto nuevo, el cual se emplazó en “un terreno triangular y deforestado perteneciente al Ministerio de Comunicaciones y ubicado en los márgenes del Bosque de Chapultepec...”. A instancias de Jaime Torres Bodet, quien entonces era secretario de Educación Pública, se asigna el proyecto arquitectónico al Arq. mexicano Pedro Ramírez Vázquez, cuya obra fue ejecutada por los arquitectos Ricardo de Robina, Rafael Mijares y Jorge Campuzano Fernández. Se inauguró el 17 de septiembre de 1964, un mes y medio antes de que López Mateos dejara el cargo,5​ en el marco del Programa Nacional de Museos planteado por Torres Bodet, donde paralelamente también se inauguró el Museo de Arte Moderno. En la museografía se contemplaron la organización sociopolítica, arte, magia, religión, matemáticas, astronomía, medicina, escritura, urbanismo e ingeniería de las diferentes culturas. Diseño​ El museo comprende 45 mil metros cuadrados de construcción, de los cuales sólo 30 mil corresponden a las áreas de exhibición, los demás están destinados a múltiples servicios como el área académica, biblioteca, talleres de restauración, de conservación, de montajes de dioramas, almacenes y bodegas, etc. El área total del predio es de 79.700 metros cuadrados (casi 8 hectáreas). Cuenta con 23 salas y 35.700 metros cuadrados de áreas descubiertas que incluyen el patio central, la plaza de acceso y algunos patios hundidos a su alrededor. En la etapa conceptual se buscaba que el edificio se integrara como una unidad a la extensa área jardinada. “En el museo, la arquitectura no debe imperar sobre el contenido, …”6​. La distribución del emplazamiento está inspirada en la solución abierta de la arquitectura maya, donde la arquitectura se incorpora al entorno y a las áreas exteriores. El edificio al atrio principal se abre con una entrada totalmente de cristal la cual conecta al vestíbulo de 45 metros de claro libre. En el patio, la proporción y textura volumétrica se deriva de la observación de la ciudad de Uxmal6​. El estanque ubicado dentro de éste patio y frente a la sala Mexica hace alusión a los antecedentes lacustres de ésta cultura. Dicha sala y el espejo de agua se unen a través de una plataforma de mármol blanco en cuyo remate se representan los cuatro elementos: el agua, la tierra, simbolizada por la piedra ocre sobre la que descansa la escultura del caracol (diseñada por Iker Larrauri) y que representa el viento, y el fuego (anteriormente se solía quemar copal en una parrilla en días de ceremonia)6​. Para mantener la libertad de movimiento dentro del patio en época de lluvias, se dotó de un paraguas que cubre una superficie de 84 por 54 metros. Este elemento es el único con pilotes de concreto que trabajan a manera de anclaje al terreno; la distribución de cargas se resolvió con una cimentación de zapata aislada y se recubrió con un elemento escultórico en bronce diseñado por el escultor José Chávez Morado. La celosía, ubicada en la planta alta al interior del patio, fue diseñada por Manuel Felgueréz donde reinterpreta una serpiente geometrizada y materializada en aluminio anodizado. El efecto era tener esta planta con un detalle formal como el característico de la arquitectura Puuc y contrastando con la planta baja libre de decoración, marcando sólo los accesos. “Originalmente se pensó instalar a la entrada sobre el Paseo de la Reforma y Avenida Gandhi, una gran estela maya proveniente de la zona arqueológica de Edzna”​ pero por su materialidad de cantera caliza, sería fácil mente deteriorada por las condiciones climáticas y de contaminación de la Ciudad de México. Finalmente se mandó traer desde las cercanías de Coatlinchan, cerca de Chapingo, el monolito teotihuacano del dios Tlaloc. Construcción​ El recinto tiene dos sistemas constructivos, estructura de acero y de concreto. El volumen frontal tiene una de acero que se inició a producir en fábrica para, posteriormente, armarse en sitio y dar tiempo al requerimiento de fácil y rápido acceso de maquinaria pesada para el armado de la cubierta del paraguas. Simultáneamente se hizo la construcción de estructura de concreto. La construcción llevó 19 meses, seis fueron de construcción y 13 de áreas exteriores y la instalación de las colecciones. De acuerdo a lo mencionado por el Arq. Pedro Ramírez Vázquez: “La gestación, proyecto y construcción del Museo Nacional de Antropología tuvo un costo de 160 millones de pesos cubierto por el CAPFCE, incluyendo los salarios de su personal y los correspondientes del INAH conforme a los tabuladores de le época.” Archivo histórico​ El Archivo Histórico del MNA está a cargo del resguardo, conservación y restauración de los documentos históricos generados por el propio museo para fomentar la investigación académica. Sus fondos resguardan materiales impresos, manuscritos y publicaciones académicas. Historia​ Los documentos generados durante los primeros años del museo, desde su creación en 1964, se encontraban en cajas cuando fueron trasladados a la nueva sede. Sin embargo, hubo documentos que se quedaron en la antigua sede del museo o que se repartieron a otras instituciones, por lo que se considera que conservó un 10% de la documentación original registrada, la cual permaneció sin catalogar durante veinte años. En 1984, y por iniciativa del entonces director del Museo, el museógrafo Mario Vázquez, comenzó a planearse la organización del archivo a cargo de María Trinidad Lahirigoyen. Un año después, bajo la dirección de Marcia Castro, Lahirigoyen comenzó con las labores de clasificación y descripción del archivo en el INAH, a donde se había trasladado la documentación, bajo la dirección de la arqueóloga Cristina Bonfil. Tiempo después, el director Roberto García Moll creó un espacio, dentro de las instalaciones del museo, dedicado al archivo. Lahirigoyen identifica los años 1821-1964 como primera etapa de la historia del MNA.​ Laboratorio de Conservación​ El Laboratorio de Conservación se encarga de conservar y restaurar el acervo bajo custodia del museo. Entre los años 2009 y 2013, el trabajo de esta área cambió de enfoque y pasó de ser un taller a un laboratorio para atender integralmente todas las colecciones. También se dedica a elaborar planes y proyectos para asegurar la conservación e investigación del patrimonio cultural; mediante la documentación de técnica de manufactura de los objetos, levantamiento de estado de conservación y elaboración de propuestas de intervención de acuerdo a criterios vigentes, se realizan intervenciones buscando facilitar la comprensión las piezas. Algunos de los procesos más comunes que los especialistas desarrollan son: conservación preventiva, investigación científica aplicada e histórica, registro, dictámenes e intervenciones directas sobre los objetos. Los restauradores trabajan en colaboración con las áreas de museografía y curaduría en la actualización y renovación de salas, para mejorar las condiciones de exhibición, y con el archivo histórico para consulta. Esta área atiende las colecciones de: arqueología, etnografía, archivo histórico, obra moderna y contemporánea y elementos arquitectónicos artísticos. De manera general la misión del laboratorio es estar a la vanguardia en investigación de materiales constitutivos y materiales de restauración para la mejor atención de los bienes patrimoniales9​. Para eso se procura impulsar la investigación científica, la cual también se logra a través de colaboraciones interinstitucionales nacionales e internacionales con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), la Universidad Politécnica del Valle de México (UPVM), la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), la Universidad de Florencia, Universidad de Harvard, el Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la Restauración (ICCROM), entre otras. Algunos de los proyectos de conservación-restauración más relevantes que se han llevado a cabo por el Laboratorio de Conservación son: la restauración de la máscara funeraria de Pakal, investigación de La Ofrenda de La Venta​, la intervención e investigación de la técnica de manufactura del Monolito de Tláloc, el cual recibe al público sobre Av. de la Reforma; la intervención integral de elementos artísticos del Patio Central y la restauración del huipil atribuido a La Malinche. Salas de exhibición​ El Museo Nacional de Antropología (MNA) cuenta con 24 salas de exhibición, de las cuales 23 son permanentes y una está destinada a exposiciones temporales, que en ocasiones son muestras museográficas provenientes de diversos museos del mundo. Las salas permanentes se encuentran distribuidas en las dos plantas del edificio. En la planta baja se localizan las salas dedicadas a la antropología y a las culturas prehispánicas del territorio mexicano, desde el Poblamiento de América hasta el Período Posclásico mesoamericano. En el segundo nivel se encuentran las 11 salas de etnografía, donde se exponen muestras de la cultura material de los pueblos indígenas que viven en México en la actualidad. Las salas de arqueología están dispuestas alrededor de la parte descubierta del patio central, que es donde se encuentra el estanque, y están ordenadas según un criterio cronológico comenzando por el lado derecho hasta llegar a la sala Mexica. A partir de la sala de las culturas de Oaxaca, el orden de presentación es geográfico. Cabe destacar que la sala de culturas del norte está dedicada a pueblos que pertenecieron a la zona conocida como Aridoamérica, región que se extiende al norte de los límites de Mesoamérica. Sala 1: Introducción a la Antropología​ La primera sala del MNA corresponde a una introducción a la actividad de la Antropología. Originalmente se concibió como un espacio para acercar a los visitantes a las cuatro ramas en que se divide clásicamente a la Antropología —antropología física, antropología social, etnología y lingüística—. A partir de la reestructuración del museo iniciada en 1998 se consideró que los contenidos pedagógicos de esta sala estuvieran dedicados a dar cuenta de la evolución socio-cultural del ser humano, su diversidad y las relaciones entre el medio ambiente y las sociedades humanas. Es decir, en este espacio, el visitante se encuentra ante un recorrido por los procesos que concluyeron con la hominización de los antropoides y con la humanización de nuestros ancestros. En esta sala se encuentra una reproducción del esqueleto fósil de Lucy, el primer ejemplar conocido del Australopithecus afarensis, descubierto por Donald Johanson en 1974. En el corredor final de la sala se encuentra un mosaico de hologramas con los rostros de personas originarias de diversas partes del planeta, dependiendo del punto de vista del visitante, también es posible observar la forma de los cráneos de los hombres que habitan en cada una de las regiones representadas en el mosaico. Sala 2: Poblamiento de América​ Esta sala de arqueología del MNA está dedicada al proceso de desarrollo de los primeros seres humanos que llegaron a América. Al igual que la sala Introducción a la Antropología, esta también fue objeto de la reestructuración del museo realizada entre 1998 y 2000. En este proceso recibió el nombre que lleva en la actualidad entre 1964 y 1998 se llamó sala de los Orígenes y se orientó hacia la evolución de las culturas indígenas americanas desde las primeras migraciones hasta la diferenciación de los pueblos mesoamericanos respecto al resto de las sociedades paleoindias. La sala Poblamiento de América adopta la teoría del poblamiento temprano de América, que ubica las migraciones a través del estrecho de Bering alrededor de 40.000 años antes del presente. Por lo tanto, el guion museístico acepta como válidos los datos que ubican la presencia del ser humano en territorio mexicano alrededor de 30.000 años antes del presente. De acuerdo con algunos críticos como Christian Duverger, esta tendencia de la historiografía oficial mexicana está basada en pruebas débiles o tienen un propósito político. Como quiera que sea, en la sala Poblamiento de América se exhiben maquetas que recrean el modo de vida de los primeros grupos humanos cazadores y recolectores que ocuparon lo que hoy es México y acerca al visitante a los procesos que concluyeron con la diferenciación de los pueblos mesoamericanos —entre otros, el desarrollo de la industria lítica; la domesticación de la calabaza, el maíz y otros cultivos; la sedentarización y el descubrimiento de la alfarería—. Entre otras cosas, la sala cuenta con una colección de puntas de lanza confeccionadas en diversos materiales y procedentes de diversas partes de México y otros países adyacentes. También posee un conjunto de piezas relacionadas con el desarrollo de la agricultura, muestras fósiles de los primeros cultivos americanos y reproducciones del arte rupestre de sitios como la Sierra de San Francisco en Baja California Sur. Sala 3: Preclásico en el altiplano central​ La tercera sala del museo está dedicada a los pueblos que vivieron en el Eje Neovolcánico y zonas aledañas durante los primeros siglos de la civilización mesoamericana, en el Período Preclásico mesoamericano. En otras palabras, posee objetos elaborados entre los siglos XXIII a. C. y I d. C., de acuerdo con la cronología mesoamericana empleada mayoritariamente en México. Se trata de piezas encontradas en excavaciones en sitios como Zohapilco, Tlapacoya, Tlatilco (estado de México), Cuicuilco y Copilco (Distrito Federal). Las piezas en exhibición en esta sala dan cuenta de la evolución cultural de los pueblos del centro de México durante el Preclásico. Este fue el período más largo de la historia mesoamericana, tiempo en el que los diversos pueblos de la región fueron desarrollando sus rasgos más característicos y las redes de intercambio internacional. Las piezas procedentes del altiplano central que corresponden a esta etapa ponen en evidencia la importancia del contacto de los pueblos altiplánicos —de supuesta filiación otomangueana— con las dos regiones mesoamericanas de mayor desarrollo en ese tiempo: el Occidente y la región olmeca. Así lo revelan casos como el de Tlatilco, cuya primera cerámica comparte rasgos con la producida en sitios como El Opeño (Michoacán); posteriormente, Tlatilco recibió una fuerte influencia olmeca, uno de cuyos testimonios más importantes es la pieza conocida como El Acróbata. Por su parte, las piezas procedentes de Cuicuilco aparentan una influencia más prolongada de los pueblos de Occidente, desde su florecimiento hasta su abandono. Sala 4: Teotihuacan​ la cuarta sala del museo está dedicada a Teotihuacan, el cual constituye uno de los sitios arqueológicos más grandes e importantes de la América Precolombina. Fue construido durante más de 651 años, desde fines del Preclásico (100-200 a.C.) hasta fines del Clásico temprano o el inicio del periodo Epiclásico (650 d. C.), característico del Altiplano Central. Las pirámides del Sol y la Luna, la Pirámide de la Serpiente Emplumada -también conocida como Templo de Quetzalcoatl- y la Calzada de los Muertos, constituyen el grupo de edificios ceremoniales principales que sirvieron como puntos de referencia para orientar, trazar y construir la ciudad. Su extraordinaria arquitectura con una distribución espacial simétrica, planeada de acuerdo a los rasgos orográficos del valle y a su visión como centro del cosmos, constituía un espacio mágico que comunicaba a los seres humanos con el universo. En las construcciones, podemos ver la gran influencia y poder político que tuvo el gobierno sobre la población, no solamente en la misma ciudad y pueblos del Altiplano Central, sino también hacia otras regiones lejanas desde el Occidente de México hasta Centroamérica. El cálculo aproximado de personas que vivieron en la ciudad durante la época de mayor apogeo (400-600 d. C.), es aproximadamente más de 100.000 habitantes y el tamaño de la ciudad (mancha urbana) cercano a los 25 kilómetros cuadrados. Los miembros del gobierno teotihuacano desarrollaron un sistema político que les permitió mantener una sociedad estratificada, dividida en diferentes sectores que participaban con la mano de obra en las actividades productivas. Están los sacerdotes, poseedores del conocimiento y encargados de transmitirlo a la sociedad siguiendo normas y parámetros establecidos. La base de la pirámide social se conformaba por sectores de artesanos, constructores en general, expertos en obtener, transportar los materiales y materias primas, los agricultores “campesinos”, sector fundamental para el mantenimiento del sistema político y los comerciantes, encargados del transporte de corta y larga distancia “importación y exportación” de los bienes de intercambio. Parte elemental del poder económico y la hegemonía ideológica estaba basado en la producción de cerámica y en el control y explotación de los yacimientos de obsidiana, otros de basalto y andesita. Piezas elaboradas en estos materiales corresponden a objetos utilitarios y otros de uso ornamental, que representan símbolos religiosos y políticos. También deben incluirse los objetos elaborados en "piedras verdes" que tenían un enorme valor simbólico. En Teotihuacan se han encontrado objetos suntuarios manufacturados en conchas de moluscos, entre ellos destacan las almejas rojizas de las especies Spondylus princeps, Spondylus calcifer y Chama echinata, y caracoles Turbinella angulata. También existió la industria de artefactos elaborados en huesos de animales y de seres humanos; debido a que el hueso presenta grandes cualidades de dureza, flexibilidad y potencial de transformación, lo utilizaron como materia prima para confeccionar adornos, útiles y herramientas. A través de la pintura mural podemos interpretar algunos elementos presentes en la cosmovisión y las jerarquías sociales existentes en esta capital. El repertorio iconográfico es muy extenso, por lo general muestra rituales donde se encuentran animales y seres humanos ataviados de manera suntuosa con numerosos símbolos. Todo esto indica que en Teotihuacan existía una sociedad muy bien organizada con una estratificación social marcada que conformó una unidad política religiosa multiétnica y pluricultural que conllevó a tener relaciones socioculturales complejas. En la sala, el visitante podrá apreciar diversos ejemplos de la cultura teotihuacana: los incensarios tipo teatro, Disco de Mictlantecuhtli Sala 5: Los Toltecas y el Epiclásico​ Tras la caída de Teotihuacan se presentó un vacío de poder en el Altiplano Central, el cual fue aprovechado por distintos grupos que fundaron nuevas ciudades; sobresalen Cacaxtla, ubicada en el actual estado de Tlaxcala; Xochicalco, en Morelos y Tula, en Hidalgo, capital de los toltecas. La competencia por controlar las antiguas rutas comerciales teotihuacanas generó un ambiente político y bélico, que se refleja en la disposición de los nuevos centros, en su arte e iconografía y en otras expresiones culturales. La mayoría de las nuevas ciudades se caracterizaron por tener una población pluriétnica, producto de los movimientos poblacionales propios del periodo Epiclásico (600- 900 d.C.). La sala recibe al visitante con la reproducción de las famosas pinturas murales de Cacaxtla, obras extraordinarias de la pintura mesoamericana. La iconografía que aparece en dichos murales muestra la conjunción de diversos grupos étnicos en aquel sitio. El simbolismo plasmado en tales obras es propio de las culturas teotihuacana, maya y zapoteca. Se perciben signos calendáricos que combinan el sistema propio del centro de México y del sureste de Mesoamérica; iconografía maya y teotihuacana que se entrelaza en una combinación de imágenes de un colorido excepcional. A continuación se observan piezas de Xochicalco, sitio que destaca por su famosa pirámide de la Serpiente Emplumada, cuya reproducción puede apreciarse en la sala. El tema central de la sala es la cultura tolteca, pueblo procedente del norte de México que ingresó al Altiplano Central hacia el siglo X d.C. Las fuentes documentales describen a los toltecas como grandes artistas, expertos en las artes plásticas, el trabajo en metal, la pluma y la lapidaria. Su ciudad, Tula, fue considerada una de tantas réplicas de la arquetípica y divina Tollan, así como Teotihuacan, Cholula, México-Tenochtitlán y, quizá, Chichén Itzá. De orígenes chichimecas según las fuentes documentales, estos pueblos adquirieron la cultura mesoamericana rápidamente. Dentro de su complejo cultural destaca el uso del tzompantli, estructura donde se colocaban los cráneos de los cautivos de guerra; el chac mool, escultura de un personaje semirecostado con las piernas recogidas y con un cuenco en el pecho para depositar las ofrendas; las columnas en forma de serpientes emplumadas descendentes; las lápidas con representaciones de animales devorando corazones; los famosos "atlantes" y los portaestandartes. Los toltecas lograron consolidarse como uno de los pueblos más importantes de Mesoamérica durante el periodo Posclásico Temprano (900-1200 d.C.). Dominaron un amplio territorio del Centro de México y extendieron su influencia a territorios lejanos como Chichén Itzá y la costa del Pacífico de Chiapas y Guatemala. Lo anterior les permitió controlar ciertos recursos cuyo intercambio monopolizaron: la cerámica Plumbate, procedente del Soconusco chiapaneco y la cerámica Anaranjado Fino de la zona de Veracruz. Entre las piezas más representativas de esta sección se encuentran: un "Atlante"; la reproducción del templo de Tlahuizcalpantecuhtli, con algunas de las lápidas de animales carnívoros originales; la coraza elaborada con cuentas de concha, localizada en el Palacio Quemado de Tula; un chac mool, restos de una columna en forma de serpiente emplumada; la figurilla en forma de guerrero coyote y varios ejemplos de cerámica, entre los que destacan los tipo Plumbate. Sala 6: Mexicas​ La sala muestra el poderío y la importancia que alcanzó la cultura Mexica durante el periodo postclásico tardío (1250-1521 d.C.). Los mexicas fueron un pueblo conquistador que llegó a la Cuenca de México a mediados del siglo XIV, procedente de la mítica ciudad norteña de Aztlán. Tras un largo recorrido lograron establecerse en un pequeño islote dentro del lago de Texcoco, el cual pertenecía al señorío de Azcapotzalco, el más poderoso hasta ese momento en el centro de Mesoamérica. Por varios años, los mexicas estuvieron sometidos al control político y militar de los tepanecas de Azcapotzalco, hasta que tras una guerra lograron liberarse de su dominio y convertirse, paulatinamente, en el poderío político más influyente de la Cuenca. Junto con sus aliados, Texcoco y Tlacopan, formaron la Triple Alianza, sistema político tripartita a través del cual controlaron gran parte de Mesoamérica por medio de la guerra de conquista. El propósito central del expansionismo Mexica no fue el dominio territorial, sino el beneficio tributario que les permitió tener acceso a recursos naturales, la reorganización del comercio y el control de mercados importantes. En la sala el visitante podrá apreciar magníficas obras escultóricas de gran formato como la Coatlicue y la Piedra del Sol; un Cuauhxicalli en forma de felino y la Piedra de Tízoc. Asimismo hay piezas de lapidaria, en menor formato pero de excepcional trabajo, como la vasija de obsidiana en forma de mono. Sala 7: Culturas de Oaxaca​ Los zapotecos y los mixtecos fueron grupos étnicos que habitaron y habitan en el actual Estado de Oaxaca, y rigieron en diferentes momentos los destinos de esta compleja área multicultural. Monte Albán, capital de los zapotecos, fue edificada en la cima de un cerro modificado por los constructores para formar una meseta, aproximadamente para el 500 a.C. Se ubicó estratégicamente en la confluencia de los valles centrales de Oaxaca –Etla, Tlacolula y Zimatlán-. Entre las primeras edificaciones de la ciudad sobresale el Edificio “L” en el cual se colocaron lápidas con personajes labrados conocidos popularmente como "danzantes"; realmente estos personajes representan cautivos de guerra, sacrificados y mutilados, que manifiestan el poderío militar de la urbe. Otro de los monumentos que muestra las conquistas de Monte Albán son las lápidas del Edificio "J", el cual se distingue por romper con la orientación norte-sur del resto de las edificaciones y por la peculiar forma de su planta que recuerda una punta de proyectil. En la capital zapoteca se despliega la maestría constructiva de sus arquitectos, tanto en los edificios civiles y religiosos, como en templos, tumbas y juegos de pelota. Otro importante elemento de la cultura zapoteca es el desarrollo temprano de la escritura, la cual se destaca en las lápidas antes mencionadas y en algunas de las piezas cerámicas que se presentan en la Sala. Los objetos de cerámica son otro rasgo a resaltar por su exquisitez y variedad de formas, sobresalen las urnas que generalmente se depositaban en las ofrendas mortuorias. En estos objetos fueron representados principalmente dioses, personajes de alto rango y animales considerados como las manifestaciones zoomorfas de las deidades. Con respecto a esto último, en la Sala se exhibe la máscara-pectoral del Dios Murciélago, bellamente trabajada en piezas de jade, siendo ésta una de las obras maestras del arte prehispánico. La relación con la lejana Teotihuacan está presente en la Sala con diferentes objetos cerámicos que muestran su influencia. Además, destaca un dintel tallado en piedra procedente de la Plataforma Sur de Monte Albán, en él se muestra una procesión de personajes teotihuacanos, que se aproximan al gobernante de Monte Albán. La arquitectura funeraria fue muy importante en Monte Albán. Las tumbas variaron en forma, decoración y contenido dependiendo la época de construcción de los sepulcros. En la Sala se puede apreciar la reproducción de la tumba 104, la cual destaca por su magnífica fachada que evoca la arquitectura de la ciudad. Sus paredes fueron pintadas con imágenes de dioses y personajes, en un colorido y estilo que recuerda la pintura mural teotihuacana. En la Sala también se presenta el desarrollo cultural de los mixtecos, pueblo que tuvo una mayor presencia durante el periodo Posclásico (850-1521 d.C.). Su historia y cosmovisión puede reconstruirse a partir de los códices que realizaron, de ellos, se exhiben cuatro facsimilares: Selden, Vindobonensis, Nuttal y Colombino. Entre las piezas que más destacan hay que mencionar la cerámica polícroma y la tipo "códice”, una de las más bellas de Mesoamérica. Hábiles en el trabajo de objetos de formato menor, los mixtecos tallaron con elegancia y delicadeza escenas religiosas en huesos tanto de humanos como de animales, en estas delicadas piezas se refleja el estilo "códice" que les es característico. Mención especial merece el trabajo de la metalurgia y la orfebrería, destacando por la destreza técnica que exponen las piezas logradas a través de la técnica llamada "cera perdida", mediante la cual se trabajaron las piezas más finas y delicadas que utilizaban las clases dominantes como insignias de poder. Los mixtecos han sido considerados como los más importantes orfebres del México prehispánico, creadores de un refinado estilo difundido rápidamente por toda Mesoamérica. En la sala podemos apreciar objetos de oro procedentes de diferentes zonas mixtecas, y en el jardín, la reproducción de la Tumba 7 de Monte Albán, con reproducciones del mundialmente famoso "Tesoro de la Tumba 7", cuyos originales se exhiben en el Museo Regional de Oaxaca en el Ex-Convento de Santo Domingo. Sala 8: Culturas de la Costa del Golfo de México​ El área cultural de la Costa del Golfo fue una amplia región que abarcó los actuales estados de Veracruz, el noroeste de Tabasco, el sur de Tamaulipas y partes de Querétaro, Hidalgo y San Luis Potosí. En términos generales puede dividirse en tres grandes áreas culturales: la zona olmeca, el norte-centro de Veracruz y la Huasteca. Durante el Preclásico medio, en la Costa del Golfo se desarrolló la cultura olmeca, la cual se caracterizó por la talla de grandes esculturas monolíticas conocidas como cabezas colosales, columnas basálticas para la elaboración de altares; el uso del jade en diferentes objetos ceremoniales y por una iconografía distintiva íntimamente relacionada con el jaguar como la cejas flamígeras, bocas con las comisuras hacia abajo, garras estilizadas de jaguar y la frente de sus personajes con una hendidura central en forma de “V”. Estos rasgos han permitido a los especialistas definir los objetos que presentan esta iconografía como de estilo olmeca, cuya difusión e influencia llegó a regiones culturales fuera del área, principalmente, en el centro de México y Oaxaca. Recientes estudios proponen que los habitantes de San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes, sitios considerados como el área nuclear olmeca, pertenecieron a pueblos de lengua mixe-zoque. En sección de la sala dedicada a la cultura Olmeca, se exhiben dos Cabezas Colosales, objetos elaborados en piedra verde, área en la que los olmecas destacaron técnica y estilísticamente; diversos objetos de cerámica y algunos de madera, como los bustos encontrados en El Manatí, Veracruz. Desde el periodo Preclásico tardío (400 a.C.-200 d.C.) y posteriormente durante el Clásico (200-900 d.C.), el Centro-norte de Veracruz concentró una mayor población y muchos de sus centros urbanos comenzaron a desarrollarse. Destacan sitios como Remojadas, El Zapotal y El Tajín (cuyo auge se presentó a partir del año 900 d.C). De este momento cultural, destacan las figurillas conocidas como “Caritas sonrientes”. En esta época se desarrolla el complejo distintivo denominado “yugo-palma-hacha”, estos objetos fueron tallados en piedra y se les ha relacionado con el juego de pelota y los ritos funerarios. La última parte de la sala está dedicada a exponer la cultura huasteca, que tuvo una mayor presencia a finales del Clásico y durante el Posclásico (900- 1521 d.C.). La Huasteca es un territorio con una gran variabilidad geográfica - costas, selvas, zonas semi-desérticas y sierras- que abarca el norte de Veracruz, sur de Tamaulipas y partes de San Luis Potosí, Querétaro e Hidalgo. Distintivo de esta cultura son las obras escultóricas, las cuales se caracterizan por realizarse en lajas de piedra arenisca, generalmente tratándose de deidades, con un carácter hierático y rígido debido a que los lapidarios debían sujetarse a las dimensiones de la laja. Los huastecos trabajaron magistralmente diferentes especies de conchas, logrando finos objetos, entre los que sobresalen los pectorales con complejas escenas históricas y mitológicas. Sala 9: Maya​ Una de las diversas culturas de la antigua Mesoamérica fue la maya. Ubicada en un enorme territorio que comprende los actuales estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo en México y los países de Guatemala, Belice, Honduras y parte de El Salvador. Estos grupos lograron desarrollar un complejo sistema de escritura, un calendario preciso y elaboraron algunas de las más exquisitas expresiones artísticas de nuestro pasado prehispánico. Los mayas fueron producto de un larguísimo desarrollo cultural que inició hacia el año 2000 a.C. (inicios del periodo Preclásico). Alrededor del año 1500 a.C., la franja costera del Pacífico de Chiapas atestiguó el desarrollo del estilo Izapa, algunos de cuyos rasgos fueron incorporados, posteriormente, por los mayas. Uno de estos elementos es lo que se ha denominado el conjunto altar-estela, que se puede observar al inicio de la visita por la sala. También se gestaron ciertos patrones iconográficos que fueron comunes durante el periodo Clásico (200-900 d.C.). Uno de los aspectos importantes de estos grupos fue el desarrollo de un complejo sistema de organización social, reflejado en su cultura material, como observamos en varias de las piezas de esta sala. Iniciamos con la visión esquemática de la pirámide social, integrada por una serie de figurillas de cerámica recuperadas durante los trabajos de exploración en la Isla de Jaina, Campeche. Las antiguas ciudades de cierta importancia en su ámbito regional, tenían a la cabeza al k’uhul ajaw (Señor sagrado), personaje que generalmente accedía al poder por medio de la herencia. Debajo de él había un grupo de servidores públicos, como guerreros, sacerdotes, administradores, comerciantes, artistas y arquitectos, entre otros, que formaban parte de la nobleza y los linajes dinásticos, algunos incluso eran familiares del propio gobernante. Todos ellos sostenidos por un amplio sector de campesinos y artesanos que dedicaban gran parte de su tiempo a producir alimentos y aquellos objetos que se utilizaban en la vida cotidiana. Una parte significativa de las manifestaciones artísticas que se plasmaron en monumentos esculpidos, tuvieron como propósito la propaganda política. En estelas, dinteles, vasijas y otros formatos, los gobernantes fueron retratados practicando rituales, ejecutando bailes, o bien como guerreros sometiendo cautivos y manifestando su poder real mediante atuendos sumamente elaborados que incluían tocados de plumas, barras ceremoniales, cetros en forma de dioses y joyas. Algunos gobernantes fueron tan poderosos que su influencia perduró tras su muerte. Ejemplo de lo anterior fue la elaboración de magníficas tumbas como la del señor sagrado de Palenque, K’ihnich Janaab’ Pakal, descubierta en 1952 por el arqueólogo Alberto Ruz, tras dos años de exploraciones en el interior del Templo de las Inscripciones. El soberano fue enterrado en el interior de un sarcófago monolítico cerrado mediante una enorme losa. En ella se plasmaron escenas relacionadas con el mito de la muerte y resurrección del dios del maíz. En la tumba de K’ihnich Janaab’ Pakal se depositó una rica ofrenda con objetos de jadeíta, entre los que destaca una máscara que le cubría el rostro. Esta ofrenda y la construcción del templo dan cuenta del poder que alcanzaron los gobernantes mayas y pueden ser apreciadas en esta sala. Sala 10: Occidente​ El Occidente de Mesoamérica estuvo formado por los actuales estados de Guerrero, Michoacán, Nayarit, Colima, Jalisco, partes de Guanajuato y el sur de Sinaloa. Durante el periodo Clásico fue importante la tradición cultural de las Tumbas de Tiro, propia de Colima, Nayarit y Jalisco. Las Tumbas de Tiro fueron recintos funerarios, excavados en el tepetate con una o más cámaras a las cuales se accedía por un tiro cilíndrico que podía tener una profundidad de 2 hasta 16 metros y un diámetro que podía alcanzar los dos metros. En ellas fueron depositadas ricas ofrendas de objetos de barro. La calidad de las piezas cerámicas ha llevado a las Tumbas de Tiro a convertirse en objeto sistemático del saqueo. El recorrido inicia con los ejemplos más tempranos de cerámica, como aquellos de estilo Capacha y El Opeño. Luego, divididas en distintas temáticas: vida cotidiana, fauna, flora, indumentaria entre otras, son expuestas figuras, vasijas y otros objetos procedentes de Colima, Jalisco y Nayarit. Los artesanos de esta región alcanzaron gran detalle en sus obras, las representaciones de animales, plantas y frutos son totalmente naturalistas. De la región de Nayarit destacan las maquetas de casas que muestran las actividades cotidianas de la población. Se cuenta con una sección dedicada a la cultura Chupícuaro de la región del Bajío. También del periodo Clásico, pero de la región de Guerrero, se exponen piezas de la tradición Mezcala, que se caracterizó, principalmente, por la elaboración de máscaras de piedra verde, cuyos rasgos son muy esquemáticos. El Posclásico está representado por piezas de la cultura tarasca, habitantes de la zona lacustre de Michoacán, que llegaron a principios del periodo y que fundaron un enorme estado conquistador en sitios como Tzitzuntzan, Pátzcuaro e Ihuatzio. La cerámica y los objetos de metal, especialmente de cobre, son los más importantes. Descuella, asimismo, la escultura de un chacmool y un trono en forma de coyote del sitio de Ihuatzio. Sala 11: Norte​ El espacio geográfico que abarca la Sala de las Culturas del Norte de México va desde la parte norte del Altiplano Central y parte del Bajío, es decir el estado de Querétaro y parte de Guanajuato; todos los estados del centro norte, es decir San Luis Potosí, Aguascalientes, Zacatecas y Durango; así como todos los del norte Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, norte de Tamaulipas y la península de Baja California, es decir que dicho espacio cubre unas dos terceras partes del territorio nacional. Entre dichas colecciones se encuentra una de lo que hoy es el suroeste de los Estados Unidos y que hasta 1847 era el lejano noroeste de la República Mexicana. Cronológicamente, la sala abarca desde unos 2 mil años a.C. hasta la época de la Conquista. Por tanto, las colecciones expuestas en dicha sala presentan una gran variedad, ya que proceden de un espacio geográfico muy amplio y de periodos históricos muy distantes entre sí. La primera sección está dedicada a los cazadores-recolectores quienes, pese a ser las sociedades menos representadas en las colecciones de la sala, son las que ocuparon mayores territorios de lo que hoy es el norte de México, y por periodos de tiempo más dilatados. En esta sección destacan materiales procedentes de la Cueva de la Candelaria en Coahuila, de donde viene la colección de textiles prehispánicos más importante del norte de México, que son del 1205 d.C., aprox. También hay objetos de la península de Baja California (2000 a.C. – 1400 d.C., aprox.) y una reproducción de pinturas rupestres del estilo gran mural de dicha región, fechadas hacia el 2000 a.C. La segunda sección está dedicada a las sociedades sedentarias de tradición mesoamericana que colonizaron lo que hoy son los estados de Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí en las primeras centurias de nuestra era. En las colecciones del Bajío se puede ver una clara influencia de las tradiciones Chupícuaro y teotihuacana, así como en los objetos de la Sierra Gorda queretana y de Río Verde, San Luis Potosí; se nota una clara influencia huasteca del Clásico (200-900 d.C.). La tercera sección está dedicada a las sociedades prehispánicas más desarrolladas de lo que actualmente son los estados de Zacatecas y Durango, en donde destaca la cultura Chalchihuites, que significó el avance más norteño de las sociedades agrícolas mesoamericanas. La rama zacatecana de esta tradición es más temprana fechándose alrededor del 300 y 950 d. C. y la rama duranguense es más tardía de entre 900 y 1350 d. C., aproximadamente. La siguiente sección está dedicada a Paquimé y a la cultura Casas Grandes que fue la tradición más desarrollada de lo que ahora es Chihuahua y que mezcló diversos elementos mesoamericanos y de las culturas prehispánicas del suroeste de los EE. UU. Su época de mayor desarrollo fue aproximadamente entre el 1100 y el 1400 d. C. En la última sección se expone la colección de la región del actual suroeste de los EE. UU. perteneciente a las tres tradiciones culturales principales de dicha región: mogollón, hohokam y anazasi. La temporalidad de esta colección es muy variada y va del 200 al 1600 d. C. aprox. Sin embargo es importante resaltar que estas tradiciones culturales son un antecedente fundamental de la cultura Casas Grandes. Sala 12: Pueblos Indios​ Esta sala expone los actuales pueblos indígenas de México, abarcando aspectos desde su cosmovisión, religión, economía, ceremonias, danzas, rituales, así como culto a los ancestros, organización social y vida cotidiana.15​ Expone el transcurso de la vida cotidiana de habitantes indígenas de diversas culturas de nuestro país, a través de la visión y utensilios de diversas actividades como agricultores, chinamperos, recolectores, cazadores, constructores, artesanos, entre otros.16​ Sala 13: Gran Nayar​ Esta sala exhibe a las culturas de los Coras (nayarite), Huicholes (wixaritari),Tepehuanes del sur (o'dam), Nahuas (mexicaneros) y Mestizos, predominantes en los territorios del gran Nayar, y una región serrana que comprende territorios de los estados: Nayarit, Jalisco y Zacatecas. Las culturas aquí presentadas se distinguen por plasmar artísticamente su cosmovisón en objetos como chaquira, cuadros de estambre y objetos de poder. El recorrido de esta sala comienza en San Blas donde, según la mitología, los dioses emergieron del mar. Para los nayares, el origen de todos los seres vivos se encuentra "abajo en el poniente", es decir, el Océano Pacífico. Sin embargo, como el mundo estaba oscuro y «no se veía bien», los antepasados decidieron salir del mar y emprender la búsqueda del Amanecer. Sala 14: Puréecherio La palabra «puréecherio» comprende la tierra, la familia, los ancestros, los poblados, la comunidad, la tradición y "el costumbre", siendo este último todo aquello que es propio de los purépechas.18​ Esta sala exhibe a los purepechas, etnia que sigue practicando actividades ancestrales tales como la pesca y las celebraciones caza agricultura vida cotidiana entre otras.​ Sala 15: Otopame​ Esta sala se encuentra dedicada a los pueblos otopmaes y a las diversas islas culturales de los pueblos otomí-mazahua. Los grupos otopames son descendientes de aquellos que han contribuido de manera significativa al desenvolvimiento social y económico de los diferentes momentos históricos por los que ha atravesado México. Se han asentado en regiones como el Valle de Toluca-Ixtlahuaca, en el Estado de México, el Valle del Mezquital, la Sierra de Hidalgo-Puebla, las Sierra de las Cruces, las llanuras de Guanajuato, Ixtenco en Tlaxcala, las tierras veracruzanas y michoacanas.19​Los pueblos otopames, son herederos de las grandes culturas mesoamericanas que se desarrollaron en el Altiplano Central y que posteriormente se diseminaron por la cordillera de la Sierra Madre Oriental. Entre las figuras exhibidas destacan piezas de cerámica, palma y papel amate, así como códices, máscaras, pinturas, textiles y otros objetos de gran valor identitario. Más de 60 por ciento de las piezas fueron adquiridas en las comunidades, el resto forma parte de las colecciones del Museo Nacional de Antropología que provenían del antiguo Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología. Entre las obras más antiguas se encuentran unas máscaras del siglo XIX. Se incluyen también los característicos tenangos, bordados que en tiempos recientes han sido reconocidos por diseñadores de arte y coleccionistas del mundo como obras plásticas. Estas piezas del arte indígena actual, en cuya elaboración intervienen dos artistas (un dibujante y un bordador), representan personajes de la comunidad, fiestas, rituales y elementos de la naturaleza. Sala 16: Sierra de Puebla​ Esta sala exhibe a las culturas Totonacas, otomies, tepehuas y nahuas. Aquí se presentan ejemplos de las especialización artística en cesteria, la plumaria, la joyería, los textiles y el papel. Sala 17: Oaxaca: Pueblos Indios del sur​ Los pueblos Indios del sur comprende un espacio que integra alrededor de 16 pueblos indígenas, entre ellos mixtecos y zapotecos. Esta sala exhibe la diversidad cultural de la región.15​ Sala 18: Costa del Golfo: Huasteca y Totonacapan​ Esta sala exhibe a las culturas Teenek y los totonacos, asentados desde el río La Antigua, al centro de Veracruz, hasta el Pánuco, en Tamaulipas. En esta sala se pueden ver textiles totonacos e instrumentos musicales huastecos. Sala 19: Pueblos mayas de la planicie y las selvas​ En esta sala se exhiben los mayas de Yucatán y Quintana Roo, los Choles de Campeche con rituales asociados a la fertilidad agrícola, los Chontales de Tabasco con la pesca, y los lacandones de la selva chiapaneca, con sus rituales a los ancestros. La región se ubica en un amplio territorio que abarca el centro de Tabasco, la Península de Yucatán, el noroeste de Chiapas y parte de Belice. En México viven pueblos hach winik o caribe (lacandón), el ch'ol, el chontal de Tabasco y el maya yucateco. Conviven con mestizos hablantes de español y migrantes guatemaltecos de origen maya que residen en las selvas de Quintana Roo y Campeche. Los mayas participan de la cultura tradicional tanto como la cultura nacional, buscando un lugar dentro de la corriente modernizadora del país. Sala 20: Pueblos mayas de las montañas​ Los pueblos mayas abarcan los estados mexicanos de Campeche, Yucatán, Quintana Roo y una parte de Tabasco y Chiapas. Además, se encuentran en una vasta superficie de Guatemala y en una pequeña porción de Belice, El Salvador y Honduras. En este territorio todavía se conservan culturas propias del área, cuyo origen es prehispánico, pero sobre todo colonial y decimonónico. Las historias de los mayas varían de una región a otra, pero tiene en común la resistencia, manifiesta en el apego al uso de la lengua, al cultivo de la tierra, en la forma de concebir el mundo, en los rituales de comunicación con las divinidades y en el sostenimiento de la comunidad como base de la organización social. En esta sala se abordan los pueblos indígenas de los altos de Chiapas: tzltales, tzotziles tojolabales y mames, y se muestran sus prácticas religiosas, así como objetos relacionados con la música, textiles y el ambar. Sala 21: El Noroeste: sierras, desiertos y valles​ El noroeste es una extensa región que alberga uno de los más completos y diversos mosaicos ecológicos-culturales de México, la cual se divide en tres amplias subregiones: la sierra, el desierto y los valles. Estos abarcan los estados de Sinaloa, Chihuahua, Sonora y Baja California, territorios que desde tiempos prehispánicos fueron habitados por numerosos pueblos y naciones. Algunos de ellos se extinguieron o se adaptaron rápidamente a la cultura dominante, otros, como los rarámuri (taraumaras). O'ob(pimas), macurawe y warihó (gurijios), oodami (tepehuanes del norte), conca'ac (seris), o'otham (pápagos), akwa'ala (pai-pai), ko'lew (kiliwa), cohimi, k'umiai, cucapá, yoremes (yaquis y mayos) y mewséneme (kikapúes), lograron sobrevivir y han llegado hasta nuestros días conservando su identidad y su cultura tradicionales. ​En esta sala se muestran los rituales agrícolas, la cestería, la danza del venado, entre otros más aspectos, de pueblos como los seris, pápagos, cochimíes, yumanos, mayos, yaquis, tarahumaras, guarijíos, imas y tepehuas. Sala 22: Los Nahuas​ Los nahuas constituyen el grupo indígena más extendido en la República Mexicana. Son un pueblo ligado a la tierra y sus frutos, que ha resuelto de diversas maneras su relación con la naturaleza.25​Constituidos por diversos pueblos, y distribuidos en 13 estados de México, los nahuas comparten la misma familia extralingüística con ciertas particularidades culturales. Los nahuas habitan en los estados de Veracruz, Puebla, Guerrero, San Luis Potosí, Hidalgo, Morelos, México, Tlaxcala. Núcleos poco numerosos existen o existieron hasta hace unos años en Michoacán, Jalisco, Durango, Distrito Federal, Oaxaca, Guanajuato y la región fronteriza del sur de Veracruz y el occidente de Tabasco. Cada una de las áreas habitadas por los nahuas ha desarrollado una forma peculiar de vivir, vestirse, cultivar la tierra y relacionarse con el mundo; entre ellos son notables las diferencias, aunque también existen semejanzas y coincidencias. Lo que es innegable es que la cultura nahua tiene un impacto muy grande sobre la identidad de los mexicanos de muy amplias zonas del país. En esta sala podemos notar una gran colección de objetos característicos de los Nahuas, entre ellos se encuentra máscaras de tigre Macehualmej, rebozo Macehualmej, faja - soyate Macehualmej, caimán Macehualmej, entre otros. Exposiciones permanentes​ El juego de pelota. Una réplica del juego prehispánico de pelota, cuya cancha mide la mitad de la original, fue inaugurada en octubre de 2005 en el jardín de la Sala Tolteca. El visitante puede recorrerla y formarse una imagen del área de una cancha real. Aunque originalmente se pretendía llevar a cabo juegos de pelota periódicamente, el hecho es que sólo ha habido uno (el día de la inauguración) y no se tienen programados juegos en el futuro. El juego de pelota, conocido también como "Pok Ta Pok" o "Ulama", fue un juego ritual cuya práctica se extendió a lo largo de los tres mil años de historia precolombina mesoamericana. Exposiciones temporales​ Últimas exposiciones Xochipilli, el señor de las flores​ Con la exposición Xochipilli, el Señor de las Flores, se busca transmitir las ideas más representativas de la cosmovisión mexica, al tiempo que se brinda una nueva propuesta de lectura de la pieza, invitando al público a realizar una interpretación y un disfrute propios. La escultura de la deidad es expuesta a través de diversas lecturas que reúnen tanto a la poética náhuatl compilada en los Cantares mexicanos, como el estudio de la flora de la Cuenca de México. Una visión distinta apoyada en recursos como proyecciones multimedia, áreas táctiles que permiten un acercamiento único a la talla en piedra andesita, e incluso olfatear el aroma del cempasúchil, el jazmín, la magnolia y el nardo. La exposición Xochipilli, el Señor de las Flores se exhibe en la Sala A1. La Ciudad Perdida En esta exposición se exhiben más de 80 piezas inéditas que proceden tanto de las excavaciones del sitio de Malpaís Prieto, auspiciadas por el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA), como del acervo del Museo Nacional de Antropología. La exposición La Ciudad Perdida. Raíces de los soberanos tarascos inicia con una presentación del Malpaís de Zacapu y del peculiar entorno volcánico sobre el cual se edificó la ciudad. Además, esboza en sus diferentes secciones algunas de las facetas de esta sociedad que antecedió a la formación del estado tarasco: su urbanismo, la vida cotidiana y ritual de sus habitantes, así como los objetos de cerámica, piedra y metal que los artesanos especializados de la zona elaboraron. Los pobladores de Malpaís Prieto abandonaron el lugar en los albores del siglo XV y si bien desconocemos las razones de su partida, en la Relación de Michoacán se narra que estos uacúsechas llegaron a la región de Pátzcuaro y, unidos con poblaciones ya instaladas en las riberas del lago, dieron paso al inicio y consolidación del imperio tarasco. La exposición cierra con la presentación de algunos objetos emblemáticos de la cultura tarasca en el momento de su apogeo, entre ellos algunas insignias de sus gobernantes. La exposición La Ciudad Perdida. Raíces de los soberanos tarascos se exhibe en la Media Luna del Museo Nacional de Antropología y estará abierta al público del 27 de abril al 29 de julio del 2018 en un horario de martes a domingo de 9:00 a 19:00 horas. La entrada es gratuita.
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Museo Nacional de Antropologia
s/n Av. Paseo de la Reforma
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El Museo Nacional de Antropología (MNA) es uno de los recintos museográficos más importantes de México y de América.2​ Está concebido para albergar y exhibir el legado arqueológico de los pueblos de Mesoamérica, así como para dar cuenta de la diversidad étnica actual del país. El edificio actual del MNA fue construido entre 1963 y 1964 en el Bosque de Chapultepec por instrucción del presidente Adolfo López Mateos, quien lo inauguró el 17 de septiembre de 1964. Actualmente, el edificio del MNA posee 22 salas de exposición permanente, dos salas de exposiciones temporales y tres auditorios. En su interior se encuentra la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia. La colección del Museo Nacional de Antropología está conformada por numerosas piezas arqueológicas y etnográficas provenientes de todo México. Entre algunas de las piezas más emblemáticas de la colección se cuenta la Piedra del Sol —que es el corazón mismo del museo—, las cabezas colosales de la cultura olmeca, las monumentales esculturas teotihuacanas dedicadas a los dioses del agua, la tumba de Pakal, las ofrendas funerarias de Monte Albán, las estelas de Xochicalco, así como un atlante tolteca traído desde Tollan-Xicocotitlan y el Monolito de Tláloc que custodia la entrada al museo. El MNA constituye uno de los principales sitios de interés turístico de México. Atrae cada año a más de dos millones de visitantes. El museo es uno de los museos más grandes del continente. Historia​ Desde la época prehispánica, los nahuas se interesaron por las civilizaciones que les precedieron. Por ello, se acercaban a sitios arqueológicos y pirámides, realizaban excavaciones y recuperaban objetos, estatuillas o máscaras. Además, las transformaban y reutilizaban, puliéndolas, pintándolas o añadiéndoles otros elementos característicos de su propia cultura o religión. A finales del siglo XVIII los documentos que formaban parte de la colección de Lorenzo Boturini fueron depositados, por orden del virrey de Bucareli, en la Real y Pontificia Universidad de México. Allí se albergaron también las esculturas de la Coatlicue y la Piedra del Sol, lo que inició la tradición museográfica en México. El 25 de agosto de 1790 fue inaugurado el primer Gabinete de Historia Natural de México, montado por el botánico José Longinos Martínez (ese gabinete ya desaparecido es el actual Museo de Historia Natural de México) y fue en medio de este ambiente que surgió la idea que constituir una junta de antigüedades con la finalidad de proteger monumentos históricos. A partir del siglo XIX México fue visitado por hombres ilustres de ciencia, como fue el caso del barón Alejandro de Humbolt, quienes difundieron el valor artístico e histórico de los monumentos prehispánicos, logrando que en 1825, por decreto del presidente de la República Guadalupe Victoria, asesorado por el historiador Lucas Alamán, se fundara el Museo Nacional Mexicano como una institución autónoma. Para el año de 1865, el emperador Maximiliano de Habsburgo ordenó el traslado del Museo al edificio ubicado en la calle de Moneda 13, donde había estado la Casa de Moneda. A partir de 1906 el crecimiento de las colecciones alentó a Justo Sierra para dividir el acervo del Museo Nacional, fue así como las colecciones de historia natural pasaron al hermoso edificio del Chopo, construido especialmente para albergar exposiciones permanentes. El Museo recibió entonces el nombre de Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía y fue reabierto el 9 de septiembre de 1910, en presencia del presidente Porfirio Díaz. En el año de 1924 el acervo del Museo se había incrementado hasta 52 mil objetos y se había recibido a más de 250 mil visitantes, por lo que se le concedió el derecho de voto para la adjudicación del Premio Nobel y se le consideró uno de los museos más interesantes y de mayor prestigio del mundo. El 13 de diciembre de 1940, por decreto, se trasladaron las colecciones de historia al Castillo de Chapultepec, y el Museo cambio su nombre por el actual: Museo Nacional de Antropología. La construcción del actual Museo se inició en febrero de 1963, en el Bosque de Chapultepec. Como ya se mencionó en el apartado de Arquitectura, el proyecto estuvo coordinado por el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez y asistido por los arquitectos Rafael Mijares y Jorge Campuzano. Con motivo de la inauguración del Museo Nacional de Antropología, la Secretaría de Educación Pública (SEP) encargó al compositor Carlos Chávez la creación de una pieza musical que se tituló "Resonancias" y fue estrenada el mismo día de la inauguración del Museo Nacional de Antropología. La construcción del proyecto duró 19 meses y el 17 de septiembre de 1964 fue inaugurado por el presidente Adolfo López Mateos, quien declaró: "El pueblo mexicano levanta este monumento en honor de las admirables culturas que florecieron durante la era Precolombina en regiones que son, ahora, territorio de la República. Frente a los testimonios de aquellas culturas, el México de hoy rinde homenaje al México indígena en cuyo ejemplo reconoce características de su originalidad nacional." Función del MNA​ La importancia del Museo Nacional de Antropología, vive en sus objetivos, que son: 1. La difusión de la cultura prehispánica y la de los pueblos originarios actuales entre la población nacional e internacional, por medio de la exposición de las piezas de los acervos arqueológicos y etnográficos. 2. La difusión, en forma accesible, de todo lo relativo a la antropología en México mediante las exhibiciones, conferencias, así como por las visitas guiadas. 3. La conservación, registro y restauración de las colecciones arqueológicas y etnográficas, que se encuentran entre las más valiosas de México y el mundo. 4. El enriquecimiento del acervo cultural mexicano por medio de la investigación, publicación y difusión de los diferentes estudios que llevan a cabo dentro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Arquitectura​ Originalmente el museo se encontraba en la antigua Casa de la Moneda, ubicada en la calle del mismo nombre en el Centro Histórico, hasta que el Presidente Adolfo López Mateos decide cambiar la colección a un recinto nuevo, el cual se emplazó en “un terreno triangular y deforestado perteneciente al Ministerio de Comunicaciones y ubicado en los márgenes del Bosque de Chapultepec...”. A instancias de Jaime Torres Bodet, quien entonces era secretario de Educación Pública, se asigna el proyecto arquitectónico al Arq. mexicano Pedro Ramírez Vázquez, cuya obra fue ejecutada por los arquitectos Ricardo de Robina, Rafael Mijares y Jorge Campuzano Fernández. Se inauguró el 17 de septiembre de 1964, un mes y medio antes de que López Mateos dejara el cargo,5​ en el marco del Programa Nacional de Museos planteado por Torres Bodet, donde paralelamente también se inauguró el Museo de Arte Moderno. En la museografía se contemplaron la organización sociopolítica, arte, magia, religión, matemáticas, astronomía, medicina, escritura, urbanismo e ingeniería de las diferentes culturas. Diseño​ El museo comprende 45 mil metros cuadrados de construcción, de los cuales sólo 30 mil corresponden a las áreas de exhibición, los demás están destinados a múltiples servicios como el área académica, biblioteca, talleres de restauración, de conservación, de montajes de dioramas, almacenes y bodegas, etc. El área total del predio es de 79.700 metros cuadrados (casi 8 hectáreas). Cuenta con 23 salas y 35.700 metros cuadrados de áreas descubiertas que incluyen el patio central, la plaza de acceso y algunos patios hundidos a su alrededor. En la etapa conceptual se buscaba que el edificio se integrara como una unidad a la extensa área jardinada. “En el museo, la arquitectura no debe imperar sobre el contenido, …”6​. La distribución del emplazamiento está inspirada en la solución abierta de la arquitectura maya, donde la arquitectura se incorpora al entorno y a las áreas exteriores. El edificio al atrio principal se abre con una entrada totalmente de cristal la cual conecta al vestíbulo de 45 metros de claro libre. En el patio, la proporción y textura volumétrica se deriva de la observación de la ciudad de Uxmal6​. El estanque ubicado dentro de éste patio y frente a la sala Mexica hace alusión a los antecedentes lacustres de ésta cultura. Dicha sala y el espejo de agua se unen a través de una plataforma de mármol blanco en cuyo remate se representan los cuatro elementos: el agua, la tierra, simbolizada por la piedra ocre sobre la que descansa la escultura del caracol (diseñada por Iker Larrauri) y que representa el viento, y el fuego (anteriormente se solía quemar copal en una parrilla en días de ceremonia)6​. Para mantener la libertad de movimiento dentro del patio en época de lluvias, se dotó de un paraguas que cubre una superficie de 84 por 54 metros. Este elemento es el único con pilotes de concreto que trabajan a manera de anclaje al terreno; la distribución de cargas se resolvió con una cimentación de zapata aislada y se recubrió con un elemento escultórico en bronce diseñado por el escultor José Chávez Morado. La celosía, ubicada en la planta alta al interior del patio, fue diseñada por Manuel Felgueréz donde reinterpreta una serpiente geometrizada y materializada en aluminio anodizado. El efecto era tener esta planta con un detalle formal como el característico de la arquitectura Puuc y contrastando con la planta baja libre de decoración, marcando sólo los accesos. “Originalmente se pensó instalar a la entrada sobre el Paseo de la Reforma y Avenida Gandhi, una gran estela maya proveniente de la zona arqueológica de Edzna”​ pero por su materialidad de cantera caliza, sería fácil mente deteriorada por las condiciones climáticas y de contaminación de la Ciudad de México. Finalmente se mandó traer desde las cercanías de Coatlinchan, cerca de Chapingo, el monolito teotihuacano del dios Tlaloc. Construcción​ El recinto tiene dos sistemas constructivos, estructura de acero y de concreto. El volumen frontal tiene una de acero que se inició a producir en fábrica para, posteriormente, armarse en sitio y dar tiempo al requerimiento de fácil y rápido acceso de maquinaria pesada para el armado de la cubierta del paraguas. Simultáneamente se hizo la construcción de estructura de concreto. La construcción llevó 19 meses, seis fueron de construcción y 13 de áreas exteriores y la instalación de las colecciones. De acuerdo a lo mencionado por el Arq. Pedro Ramírez Vázquez: “La gestación, proyecto y construcción del Museo Nacional de Antropología tuvo un costo de 160 millones de pesos cubierto por el CAPFCE, incluyendo los salarios de su personal y los correspondientes del INAH conforme a los tabuladores de le época.” Archivo histórico​ El Archivo Histórico del MNA está a cargo del resguardo, conservación y restauración de los documentos históricos generados por el propio museo para fomentar la investigación académica. Sus fondos resguardan materiales impresos, manuscritos y publicaciones académicas. Historia​ Los documentos generados durante los primeros años del museo, desde su creación en 1964, se encontraban en cajas cuando fueron trasladados a la nueva sede. Sin embargo, hubo documentos que se quedaron en la antigua sede del museo o que se repartieron a otras instituciones, por lo que se considera que conservó un 10% de la documentación original registrada, la cual permaneció sin catalogar durante veinte años. En 1984, y por iniciativa del entonces director del Museo, el museógrafo Mario Vázquez, comenzó a planearse la organización del archivo a cargo de María Trinidad Lahirigoyen. Un año después, bajo la dirección de Marcia Castro, Lahirigoyen comenzó con las labores de clasificación y descripción del archivo en el INAH, a donde se había trasladado la documentación, bajo la dirección de la arqueóloga Cristina Bonfil. Tiempo después, el director Roberto García Moll creó un espacio, dentro de las instalaciones del museo, dedicado al archivo. Lahirigoyen identifica los años 1821-1964 como primera etapa de la historia del MNA.​ Laboratorio de Conservación​ El Laboratorio de Conservación se encarga de conservar y restaurar el acervo bajo custodia del museo. Entre los años 2009 y 2013, el trabajo de esta área cambió de enfoque y pasó de ser un taller a un laboratorio para atender integralmente todas las colecciones. También se dedica a elaborar planes y proyectos para asegurar la conservación e investigación del patrimonio cultural; mediante la documentación de técnica de manufactura de los objetos, levantamiento de estado de conservación y elaboración de propuestas de intervención de acuerdo a criterios vigentes, se realizan intervenciones buscando facilitar la comprensión las piezas. Algunos de los procesos más comunes que los especialistas desarrollan son: conservación preventiva, investigación científica aplicada e histórica, registro, dictámenes e intervenciones directas sobre los objetos. Los restauradores trabajan en colaboración con las áreas de museografía y curaduría en la actualización y renovación de salas, para mejorar las condiciones de exhibición, y con el archivo histórico para consulta. Esta área atiende las colecciones de: arqueología, etnografía, archivo histórico, obra moderna y contemporánea y elementos arquitectónicos artísticos. De manera general la misión del laboratorio es estar a la vanguardia en investigación de materiales constitutivos y materiales de restauración para la mejor atención de los bienes patrimoniales9​. Para eso se procura impulsar la investigación científica, la cual también se logra a través de colaboraciones interinstitucionales nacionales e internacionales con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ), la Universidad Politécnica del Valle de México (UPVM), la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), la Universidad de Florencia, Universidad de Harvard, el Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la Restauración (ICCROM), entre otras. Algunos de los proyectos de conservación-restauración más relevantes que se han llevado a cabo por el Laboratorio de Conservación son: la restauración de la máscara funeraria de Pakal, investigación de La Ofrenda de La Venta​, la intervención e investigación de la técnica de manufactura del Monolito de Tláloc, el cual recibe al público sobre Av. de la Reforma; la intervención integral de elementos artísticos del Patio Central y la restauración del huipil atribuido a La Malinche. Salas de exhibición​ El Museo Nacional de Antropología (MNA) cuenta con 24 salas de exhibición, de las cuales 23 son permanentes y una está destinada a exposiciones temporales, que en ocasiones son muestras museográficas provenientes de diversos museos del mundo. Las salas permanentes se encuentran distribuidas en las dos plantas del edificio. En la planta baja se localizan las salas dedicadas a la antropología y a las culturas prehispánicas del territorio mexicano, desde el Poblamiento de América hasta el Período Posclásico mesoamericano. En el segundo nivel se encuentran las 11 salas de etnografía, donde se exponen muestras de la cultura material de los pueblos indígenas que viven en México en la actualidad. Las salas de arqueología están dispuestas alrededor de la parte descubierta del patio central, que es donde se encuentra el estanque, y están ordenadas según un criterio cronológico comenzando por el lado derecho hasta llegar a la sala Mexica. A partir de la sala de las culturas de Oaxaca, el orden de presentación es geográfico. Cabe destacar que la sala de culturas del norte está dedicada a pueblos que pertenecieron a la zona conocida como Aridoamérica, región que se extiende al norte de los límites de Mesoamérica. Sala 1: Introducción a la Antropología​ La primera sala del MNA corresponde a una introducción a la actividad de la Antropología. Originalmente se concibió como un espacio para acercar a los visitantes a las cuatro ramas en que se divide clásicamente a la Antropología —antropología física, antropología social, etnología y lingüística—. A partir de la reestructuración del museo iniciada en 1998 se consideró que los contenidos pedagógicos de esta sala estuvieran dedicados a dar cuenta de la evolución socio-cultural del ser humano, su diversidad y las relaciones entre el medio ambiente y las sociedades humanas. Es decir, en este espacio, el visitante se encuentra ante un recorrido por los procesos que concluyeron con la hominización de los antropoides y con la humanización de nuestros ancestros. En esta sala se encuentra una reproducción del esqueleto fósil de Lucy, el primer ejemplar conocido del Australopithecus afarensis, descubierto por Donald Johanson en 1974. En el corredor final de la sala se encuentra un mosaico de hologramas con los rostros de personas originarias de diversas partes del planeta, dependiendo del punto de vista del visitante, también es posible observar la forma de los cráneos de los hombres que habitan en cada una de las regiones representadas en el mosaico. Sala 2: Poblamiento de América​ Esta sala de arqueología del MNA está dedicada al proceso de desarrollo de los primeros seres humanos que llegaron a América. Al igual que la sala Introducción a la Antropología, esta también fue objeto de la reestructuración del museo realizada entre 1998 y 2000. En este proceso recibió el nombre que lleva en la actualidad entre 1964 y 1998 se llamó sala de los Orígenes y se orientó hacia la evolución de las culturas indígenas americanas desde las primeras migraciones hasta la diferenciación de los pueblos mesoamericanos respecto al resto de las sociedades paleoindias. La sala Poblamiento de América adopta la teoría del poblamiento temprano de América, que ubica las migraciones a través del estrecho de Bering alrededor de 40.000 años antes del presente. Por lo tanto, el guion museístico acepta como válidos los datos que ubican la presencia del ser humano en territorio mexicano alrededor de 30.000 años antes del presente. De acuerdo con algunos críticos como Christian Duverger, esta tendencia de la historiografía oficial mexicana está basada en pruebas débiles o tienen un propósito político. Como quiera que sea, en la sala Poblamiento de América se exhiben maquetas que recrean el modo de vida de los primeros grupos humanos cazadores y recolectores que ocuparon lo que hoy es México y acerca al visitante a los procesos que concluyeron con la diferenciación de los pueblos mesoamericanos —entre otros, el desarrollo de la industria lítica; la domesticación de la calabaza, el maíz y otros cultivos; la sedentarización y el descubrimiento de la alfarería—. Entre otras cosas, la sala cuenta con una colección de puntas de lanza confeccionadas en diversos materiales y procedentes de diversas partes de México y otros países adyacentes. También posee un conjunto de piezas relacionadas con el desarrollo de la agricultura, muestras fósiles de los primeros cultivos americanos y reproducciones del arte rupestre de sitios como la Sierra de San Francisco en Baja California Sur. Sala 3: Preclásico en el altiplano central​ La tercera sala del museo está dedicada a los pueblos que vivieron en el Eje Neovolcánico y zonas aledañas durante los primeros siglos de la civilización mesoamericana, en el Período Preclásico mesoamericano. En otras palabras, posee objetos elaborados entre los siglos XXIII a. C. y I d. C., de acuerdo con la cronología mesoamericana empleada mayoritariamente en México. Se trata de piezas encontradas en excavaciones en sitios como Zohapilco, Tlapacoya, Tlatilco (estado de México), Cuicuilco y Copilco (Distrito Federal). Las piezas en exhibición en esta sala dan cuenta de la evolución cultural de los pueblos del centro de México durante el Preclásico. Este fue el período más largo de la historia mesoamericana, tiempo en el que los diversos pueblos de la región fueron desarrollando sus rasgos más característicos y las redes de intercambio internacional. Las piezas procedentes del altiplano central que corresponden a esta etapa ponen en evidencia la importancia del contacto de los pueblos altiplánicos —de supuesta filiación otomangueana— con las dos regiones mesoamericanas de mayor desarrollo en ese tiempo: el Occidente y la región olmeca. Así lo revelan casos como el de Tlatilco, cuya primera cerámica comparte rasgos con la producida en sitios como El Opeño (Michoacán); posteriormente, Tlatilco recibió una fuerte influencia olmeca, uno de cuyos testimonios más importantes es la pieza conocida como El Acróbata. Por su parte, las piezas procedentes de Cuicuilco aparentan una influencia más prolongada de los pueblos de Occidente, desde su florecimiento hasta su abandono. Sala 4: Teotihuacan​ la cuarta sala del museo está dedicada a Teotihuacan, el cual constituye uno de los sitios arqueológicos más grandes e importantes de la América Precolombina. Fue construido durante más de 651 años, desde fines del Preclásico (100-200 a.C.) hasta fines del Clásico temprano o el inicio del periodo Epiclásico (650 d. C.), característico del Altiplano Central. Las pirámides del Sol y la Luna, la Pirámide de la Serpiente Emplumada -también conocida como Templo de Quetzalcoatl- y la Calzada de los Muertos, constituyen el grupo de edificios ceremoniales principales que sirvieron como puntos de referencia para orientar, trazar y construir la ciudad. Su extraordinaria arquitectura con una distribución espacial simétrica, planeada de acuerdo a los rasgos orográficos del valle y a su visión como centro del cosmos, constituía un espacio mágico que comunicaba a los seres humanos con el universo. En las construcciones, podemos ver la gran influencia y poder político que tuvo el gobierno sobre la población, no solamente en la misma ciudad y pueblos del Altiplano Central, sino también hacia otras regiones lejanas desde el Occidente de México hasta Centroamérica. El cálculo aproximado de personas que vivieron en la ciudad durante la época de mayor apogeo (400-600 d. C.), es aproximadamente más de 100.000 habitantes y el tamaño de la ciudad (mancha urbana) cercano a los 25 kilómetros cuadrados. Los miembros del gobierno teotihuacano desarrollaron un sistema político que les permitió mantener una sociedad estratificada, dividida en diferentes sectores que participaban con la mano de obra en las actividades productivas. Están los sacerdotes, poseedores del conocimiento y encargados de transmitirlo a la sociedad siguiendo normas y parámetros establecidos. La base de la pirámide social se conformaba por sectores de artesanos, constructores en general, expertos en obtener, transportar los materiales y materias primas, los agricultores “campesinos”, sector fundamental para el mantenimiento del sistema político y los comerciantes, encargados del transporte de corta y larga distancia “importación y exportación” de los bienes de intercambio. Parte elemental del poder económico y la hegemonía ideológica estaba basado en la producción de cerámica y en el control y explotación de los yacimientos de obsidiana, otros de basalto y andesita. Piezas elaboradas en estos materiales corresponden a objetos utilitarios y otros de uso ornamental, que representan símbolos religiosos y políticos. También deben incluirse los objetos elaborados en "piedras verdes" que tenían un enorme valor simbólico. En Teotihuacan se han encontrado objetos suntuarios manufacturados en conchas de moluscos, entre ellos destacan las almejas rojizas de las especies Spondylus princeps, Spondylus calcifer y Chama echinata, y caracoles Turbinella angulata. También existió la industria de artefactos elaborados en huesos de animales y de seres humanos; debido a que el hueso presenta grandes cualidades de dureza, flexibilidad y potencial de transformación, lo utilizaron como materia prima para confeccionar adornos, útiles y herramientas. A través de la pintura mural podemos interpretar algunos elementos presentes en la cosmovisión y las jerarquías sociales existentes en esta capital. El repertorio iconográfico es muy extenso, por lo general muestra rituales donde se encuentran animales y seres humanos ataviados de manera suntuosa con numerosos símbolos. Todo esto indica que en Teotihuacan existía una sociedad muy bien organizada con una estratificación social marcada que conformó una unidad política religiosa multiétnica y pluricultural que conllevó a tener relaciones socioculturales complejas. En la sala, el visitante podrá apreciar diversos ejemplos de la cultura teotihuacana: los incensarios tipo teatro, Disco de Mictlantecuhtli Sala 5: Los Toltecas y el Epiclásico​ Tras la caída de Teotihuacan se presentó un vacío de poder en el Altiplano Central, el cual fue aprovechado por distintos grupos que fundaron nuevas ciudades; sobresalen Cacaxtla, ubicada en el actual estado de Tlaxcala; Xochicalco, en Morelos y Tula, en Hidalgo, capital de los toltecas. La competencia por controlar las antiguas rutas comerciales teotihuacanas generó un ambiente político y bélico, que se refleja en la disposición de los nuevos centros, en su arte e iconografía y en otras expresiones culturales. La mayoría de las nuevas ciudades se caracterizaron por tener una población pluriétnica, producto de los movimientos poblacionales propios del periodo Epiclásico (600- 900 d.C.). La sala recibe al visitante con la reproducción de las famosas pinturas murales de Cacaxtla, obras extraordinarias de la pintura mesoamericana. La iconografía que aparece en dichos murales muestra la conjunción de diversos grupos étnicos en aquel sitio. El simbolismo plasmado en tales obras es propio de las culturas teotihuacana, maya y zapoteca. Se perciben signos calendáricos que combinan el sistema propio del centro de México y del sureste de Mesoamérica; iconografía maya y teotihuacana que se entrelaza en una combinación de imágenes de un colorido excepcional. A continuación se observan piezas de Xochicalco, sitio que destaca por su famosa pirámide de la Serpiente Emplumada, cuya reproducción puede apreciarse en la sala. El tema central de la sala es la cultura tolteca, pueblo procedente del norte de México que ingresó al Altiplano Central hacia el siglo X d.C. Las fuentes documentales describen a los toltecas como grandes artistas, expertos en las artes plásticas, el trabajo en metal, la pluma y la lapidaria. Su ciudad, Tula, fue considerada una de tantas réplicas de la arquetípica y divina Tollan, así como Teotihuacan, Cholula, México-Tenochtitlán y, quizá, Chichén Itzá. De orígenes chichimecas según las fuentes documentales, estos pueblos adquirieron la cultura mesoamericana rápidamente. Dentro de su complejo cultural destaca el uso del tzompantli, estructura donde se colocaban los cráneos de los cautivos de guerra; el chac mool, escultura de un personaje semirecostado con las piernas recogidas y con un cuenco en el pecho para depositar las ofrendas; las columnas en forma de serpientes emplumadas descendentes; las lápidas con representaciones de animales devorando corazones; los famosos "atlantes" y los portaestandartes. Los toltecas lograron consolidarse como uno de los pueblos más importantes de Mesoamérica durante el periodo Posclásico Temprano (900-1200 d.C.). Dominaron un amplio territorio del Centro de México y extendieron su influencia a territorios lejanos como Chichén Itzá y la costa del Pacífico de Chiapas y Guatemala. Lo anterior les permitió controlar ciertos recursos cuyo intercambio monopolizaron: la cerámica Plumbate, procedente del Soconusco chiapaneco y la cerámica Anaranjado Fino de la zona de Veracruz. Entre las piezas más representativas de esta sección se encuentran: un "Atlante"; la reproducción del templo de Tlahuizcalpantecuhtli, con algunas de las lápidas de animales carnívoros originales; la coraza elaborada con cuentas de concha, localizada en el Palacio Quemado de Tula; un chac mool, restos de una columna en forma de serpiente emplumada; la figurilla en forma de guerrero coyote y varios ejemplos de cerámica, entre los que destacan los tipo Plumbate. Sala 6: Mexicas​ La sala muestra el poderío y la importancia que alcanzó la cultura Mexica durante el periodo postclásico tardío (1250-1521 d.C.). Los mexicas fueron un pueblo conquistador que llegó a la Cuenca de México a mediados del siglo XIV, procedente de la mítica ciudad norteña de Aztlán. Tras un largo recorrido lograron establecerse en un pequeño islote dentro del lago de Texcoco, el cual pertenecía al señorío de Azcapotzalco, el más poderoso hasta ese momento en el centro de Mesoamérica. Por varios años, los mexicas estuvieron sometidos al control político y militar de los tepanecas de Azcapotzalco, hasta que tras una guerra lograron liberarse de su dominio y convertirse, paulatinamente, en el poderío político más influyente de la Cuenca. Junto con sus aliados, Texcoco y Tlacopan, formaron la Triple Alianza, sistema político tripartita a través del cual controlaron gran parte de Mesoamérica por medio de la guerra de conquista. El propósito central del expansionismo Mexica no fue el dominio territorial, sino el beneficio tributario que les permitió tener acceso a recursos naturales, la reorganización del comercio y el control de mercados importantes. En la sala el visitante podrá apreciar magníficas obras escultóricas de gran formato como la Coatlicue y la Piedra del Sol; un Cuauhxicalli en forma de felino y la Piedra de Tízoc. Asimismo hay piezas de lapidaria, en menor formato pero de excepcional trabajo, como la vasija de obsidiana en forma de mono. Sala 7: Culturas de Oaxaca​ Los zapotecos y los mixtecos fueron grupos étnicos que habitaron y habitan en el actual Estado de Oaxaca, y rigieron en diferentes momentos los destinos de esta compleja área multicultural. Monte Albán, capital de los zapotecos, fue edificada en la cima de un cerro modificado por los constructores para formar una meseta, aproximadamente para el 500 a.C. Se ubicó estratégicamente en la confluencia de los valles centrales de Oaxaca –Etla, Tlacolula y Zimatlán-. Entre las primeras edificaciones de la ciudad sobresale el Edificio “L” en el cual se colocaron lápidas con personajes labrados conocidos popularmente como "danzantes"; realmente estos personajes representan cautivos de guerra, sacrificados y mutilados, que manifiestan el poderío militar de la urbe. Otro de los monumentos que muestra las conquistas de Monte Albán son las lápidas del Edificio "J", el cual se distingue por romper con la orientación norte-sur del resto de las edificaciones y por la peculiar forma de su planta que recuerda una punta de proyectil. En la capital zapoteca se despliega la maestría constructiva de sus arquitectos, tanto en los edificios civiles y religiosos, como en templos, tumbas y juegos de pelota. Otro importante elemento de la cultura zapoteca es el desarrollo temprano de la escritura, la cual se destaca en las lápidas antes mencionadas y en algunas de las piezas cerámicas que se presentan en la Sala. Los objetos de cerámica son otro rasgo a resaltar por su exquisitez y variedad de formas, sobresalen las urnas que generalmente se depositaban en las ofrendas mortuorias. En estos objetos fueron representados principalmente dioses, personajes de alto rango y animales considerados como las manifestaciones zoomorfas de las deidades. Con respecto a esto último, en la Sala se exhibe la máscara-pectoral del Dios Murciélago, bellamente trabajada en piezas de jade, siendo ésta una de las obras maestras del arte prehispánico. La relación con la lejana Teotihuacan está presente en la Sala con diferentes objetos cerámicos que muestran su influencia. Además, destaca un dintel tallado en piedra procedente de la Plataforma Sur de Monte Albán, en él se muestra una procesión de personajes teotihuacanos, que se aproximan al gobernante de Monte Albán. La arquitectura funeraria fue muy importante en Monte Albán. Las tumbas variaron en forma, decoración y contenido dependiendo la época de construcción de los sepulcros. En la Sala se puede apreciar la reproducción de la tumba 104, la cual destaca por su magnífica fachada que evoca la arquitectura de la ciudad. Sus paredes fueron pintadas con imágenes de dioses y personajes, en un colorido y estilo que recuerda la pintura mural teotihuacana. En la Sala también se presenta el desarrollo cultural de los mixtecos, pueblo que tuvo una mayor presencia durante el periodo Posclásico (850-1521 d.C.). Su historia y cosmovisión puede reconstruirse a partir de los códices que realizaron, de ellos, se exhiben cuatro facsimilares: Selden, Vindobonensis, Nuttal y Colombino. Entre las piezas que más destacan hay que mencionar la cerámica polícroma y la tipo "códice”, una de las más bellas de Mesoamérica. Hábiles en el trabajo de objetos de formato menor, los mixtecos tallaron con elegancia y delicadeza escenas religiosas en huesos tanto de humanos como de animales, en estas delicadas piezas se refleja el estilo "códice" que les es característico. Mención especial merece el trabajo de la metalurgia y la orfebrería, destacando por la destreza técnica que exponen las piezas logradas a través de la técnica llamada "cera perdida", mediante la cual se trabajaron las piezas más finas y delicadas que utilizaban las clases dominantes como insignias de poder. Los mixtecos han sido considerados como los más importantes orfebres del México prehispánico, creadores de un refinado estilo difundido rápidamente por toda Mesoamérica. En la sala podemos apreciar objetos de oro procedentes de diferentes zonas mixtecas, y en el jardín, la reproducción de la Tumba 7 de Monte Albán, con reproducciones del mundialmente famoso "Tesoro de la Tumba 7", cuyos originales se exhiben en el Museo Regional de Oaxaca en el Ex-Convento de Santo Domingo. Sala 8: Culturas de la Costa del Golfo de México​ El área cultural de la Costa del Golfo fue una amplia región que abarcó los actuales estados de Veracruz, el noroeste de Tabasco, el sur de Tamaulipas y partes de Querétaro, Hidalgo y San Luis Potosí. En términos generales puede dividirse en tres grandes áreas culturales: la zona olmeca, el norte-centro de Veracruz y la Huasteca. Durante el Preclásico medio, en la Costa del Golfo se desarrolló la cultura olmeca, la cual se caracterizó por la talla de grandes esculturas monolíticas conocidas como cabezas colosales, columnas basálticas para la elaboración de altares; el uso del jade en diferentes objetos ceremoniales y por una iconografía distintiva íntimamente relacionada con el jaguar como la cejas flamígeras, bocas con las comisuras hacia abajo, garras estilizadas de jaguar y la frente de sus personajes con una hendidura central en forma de “V”. Estos rasgos han permitido a los especialistas definir los objetos que presentan esta iconografía como de estilo olmeca, cuya difusión e influencia llegó a regiones culturales fuera del área, principalmente, en el centro de México y Oaxaca. Recientes estudios proponen que los habitantes de San Lorenzo, La Venta y Tres Zapotes, sitios considerados como el área nuclear olmeca, pertenecieron a pueblos de lengua mixe-zoque. En sección de la sala dedicada a la cultura Olmeca, se exhiben dos Cabezas Colosales, objetos elaborados en piedra verde, área en la que los olmecas destacaron técnica y estilísticamente; diversos objetos de cerámica y algunos de madera, como los bustos encontrados en El Manatí, Veracruz. Desde el periodo Preclásico tardío (400 a.C.-200 d.C.) y posteriormente durante el Clásico (200-900 d.C.), el Centro-norte de Veracruz concentró una mayor población y muchos de sus centros urbanos comenzaron a desarrollarse. Destacan sitios como Remojadas, El Zapotal y El Tajín (cuyo auge se presentó a partir del año 900 d.C). De este momento cultural, destacan las figurillas conocidas como “Caritas sonrientes”. En esta época se desarrolla el complejo distintivo denominado “yugo-palma-hacha”, estos objetos fueron tallados en piedra y se les ha relacionado con el juego de pelota y los ritos funerarios. La última parte de la sala está dedicada a exponer la cultura huasteca, que tuvo una mayor presencia a finales del Clásico y durante el Posclásico (900- 1521 d.C.). La Huasteca es un territorio con una gran variabilidad geográfica - costas, selvas, zonas semi-desérticas y sierras- que abarca el norte de Veracruz, sur de Tamaulipas y partes de San Luis Potosí, Querétaro e Hidalgo. Distintivo de esta cultura son las obras escultóricas, las cuales se caracterizan por realizarse en lajas de piedra arenisca, generalmente tratándose de deidades, con un carácter hierático y rígido debido a que los lapidarios debían sujetarse a las dimensiones de la laja. Los huastecos trabajaron magistralmente diferentes especies de conchas, logrando finos objetos, entre los que sobresalen los pectorales con complejas escenas históricas y mitológicas. Sala 9: Maya​ Una de las diversas culturas de la antigua Mesoamérica fue la maya. Ubicada en un enorme territorio que comprende los actuales estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo en México y los países de Guatemala, Belice, Honduras y parte de El Salvador. Estos grupos lograron desarrollar un complejo sistema de escritura, un calendario preciso y elaboraron algunas de las más exquisitas expresiones artísticas de nuestro pasado prehispánico. Los mayas fueron producto de un larguísimo desarrollo cultural que inició hacia el año 2000 a.C. (inicios del periodo Preclásico). Alrededor del año 1500 a.C., la franja costera del Pacífico de Chiapas atestiguó el desarrollo del estilo Izapa, algunos de cuyos rasgos fueron incorporados, posteriormente, por los mayas. Uno de estos elementos es lo que se ha denominado el conjunto altar-estela, que se puede observar al inicio de la visita por la sala. También se gestaron ciertos patrones iconográficos que fueron comunes durante el periodo Clásico (200-900 d.C.). Uno de los aspectos importantes de estos grupos fue el desarrollo de un complejo sistema de organización social, reflejado en su cultura material, como observamos en varias de las piezas de esta sala. Iniciamos con la visión esquemática de la pirámide social, integrada por una serie de figurillas de cerámica recuperadas durante los trabajos de exploración en la Isla de Jaina, Campeche. Las antiguas ciudades de cierta importancia en su ámbito regional, tenían a la cabeza al k’uhul ajaw (Señor sagrado), personaje que generalmente accedía al poder por medio de la herencia. Debajo de él había un grupo de servidores públicos, como guerreros, sacerdotes, administradores, comerciantes, artistas y arquitectos, entre otros, que formaban parte de la nobleza y los linajes dinásticos, algunos incluso eran familiares del propio gobernante. Todos ellos sostenidos por un amplio sector de campesinos y artesanos que dedicaban gran parte de su tiempo a producir alimentos y aquellos objetos que se utilizaban en la vida cotidiana. Una parte significativa de las manifestaciones artísticas que se plasmaron en monumentos esculpidos, tuvieron como propósito la propaganda política. En estelas, dinteles, vasijas y otros formatos, los gobernantes fueron retratados practicando rituales, ejecutando bailes, o bien como guerreros sometiendo cautivos y manifestando su poder real mediante atuendos sumamente elaborados que incluían tocados de plumas, barras ceremoniales, cetros en forma de dioses y joyas. Algunos gobernantes fueron tan poderosos que su influencia perduró tras su muerte. Ejemplo de lo anterior fue la elaboración de magníficas tumbas como la del señor sagrado de Palenque, K’ihnich Janaab’ Pakal, descubierta en 1952 por el arqueólogo Alberto Ruz, tras dos años de exploraciones en el interior del Templo de las Inscripciones. El soberano fue enterrado en el interior de un sarcófago monolítico cerrado mediante una enorme losa. En ella se plasmaron escenas relacionadas con el mito de la muerte y resurrección del dios del maíz. En la tumba de K’ihnich Janaab’ Pakal se depositó una rica ofrenda con objetos de jadeíta, entre los que destaca una máscara que le cubría el rostro. Esta ofrenda y la construcción del templo dan cuenta del poder que alcanzaron los gobernantes mayas y pueden ser apreciadas en esta sala. Sala 10: Occidente​ El Occidente de Mesoamérica estuvo formado por los actuales estados de Guerrero, Michoacán, Nayarit, Colima, Jalisco, partes de Guanajuato y el sur de Sinaloa. Durante el periodo Clásico fue importante la tradición cultural de las Tumbas de Tiro, propia de Colima, Nayarit y Jalisco. Las Tumbas de Tiro fueron recintos funerarios, excavados en el tepetate con una o más cámaras a las cuales se accedía por un tiro cilíndrico que podía tener una profundidad de 2 hasta 16 metros y un diámetro que podía alcanzar los dos metros. En ellas fueron depositadas ricas ofrendas de objetos de barro. La calidad de las piezas cerámicas ha llevado a las Tumbas de Tiro a convertirse en objeto sistemático del saqueo. El recorrido inicia con los ejemplos más tempranos de cerámica, como aquellos de estilo Capacha y El Opeño. Luego, divididas en distintas temáticas: vida cotidiana, fauna, flora, indumentaria entre otras, son expuestas figuras, vasijas y otros objetos procedentes de Colima, Jalisco y Nayarit. Los artesanos de esta región alcanzaron gran detalle en sus obras, las representaciones de animales, plantas y frutos son totalmente naturalistas. De la región de Nayarit destacan las maquetas de casas que muestran las actividades cotidianas de la población. Se cuenta con una sección dedicada a la cultura Chupícuaro de la región del Bajío. También del periodo Clásico, pero de la región de Guerrero, se exponen piezas de la tradición Mezcala, que se caracterizó, principalmente, por la elaboración de máscaras de piedra verde, cuyos rasgos son muy esquemáticos. El Posclásico está representado por piezas de la cultura tarasca, habitantes de la zona lacustre de Michoacán, que llegaron a principios del periodo y que fundaron un enorme estado conquistador en sitios como Tzitzuntzan, Pátzcuaro e Ihuatzio. La cerámica y los objetos de metal, especialmente de cobre, son los más importantes. Descuella, asimismo, la escultura de un chacmool y un trono en forma de coyote del sitio de Ihuatzio. Sala 11: Norte​ El espacio geográfico que abarca la Sala de las Culturas del Norte de México va desde la parte norte del Altiplano Central y parte del Bajío, es decir el estado de Querétaro y parte de Guanajuato; todos los estados del centro norte, es decir San Luis Potosí, Aguascalientes, Zacatecas y Durango; así como todos los del norte Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, norte de Tamaulipas y la península de Baja California, es decir que dicho espacio cubre unas dos terceras partes del territorio nacional. Entre dichas colecciones se encuentra una de lo que hoy es el suroeste de los Estados Unidos y que hasta 1847 era el lejano noroeste de la República Mexicana. Cronológicamente, la sala abarca desde unos 2 mil años a.C. hasta la época de la Conquista. Por tanto, las colecciones expuestas en dicha sala presentan una gran variedad, ya que proceden de un espacio geográfico muy amplio y de periodos históricos muy distantes entre sí. La primera sección está dedicada a los cazadores-recolectores quienes, pese a ser las sociedades menos representadas en las colecciones de la sala, son las que ocuparon mayores territorios de lo que hoy es el norte de México, y por periodos de tiempo más dilatados. En esta sección destacan materiales procedentes de la Cueva de la Candelaria en Coahuila, de donde viene la colección de textiles prehispánicos más importante del norte de México, que son del 1205 d.C., aprox. También hay objetos de la península de Baja California (2000 a.C. – 1400 d.C., aprox.) y una reproducción de pinturas rupestres del estilo gran mural de dicha región, fechadas hacia el 2000 a.C. La segunda sección está dedicada a las sociedades sedentarias de tradición mesoamericana que colonizaron lo que hoy son los estados de Guanajuato, Querétaro y San Luis Potosí en las primeras centurias de nuestra era. En las colecciones del Bajío se puede ver una clara influencia de las tradiciones Chupícuaro y teotihuacana, así como en los objetos de la Sierra Gorda queretana y de Río Verde, San Luis Potosí; se nota una clara influencia huasteca del Clásico (200-900 d.C.). La tercera sección está dedicada a las sociedades prehispánicas más desarrolladas de lo que actualmente son los estados de Zacatecas y Durango, en donde destaca la cultura Chalchihuites, que significó el avance más norteño de las sociedades agrícolas mesoamericanas. La rama zacatecana de esta tradición es más temprana fechándose alrededor del 300 y 950 d. C. y la rama duranguense es más tardía de entre 900 y 1350 d. C., aproximadamente. La siguiente sección está dedicada a Paquimé y a la cultura Casas Grandes que fue la tradición más desarrollada de lo que ahora es Chihuahua y que mezcló diversos elementos mesoamericanos y de las culturas prehispánicas del suroeste de los EE. UU. Su época de mayor desarrollo fue aproximadamente entre el 1100 y el 1400 d. C. En la última sección se expone la colección de la región del actual suroeste de los EE. UU. perteneciente a las tres tradiciones culturales principales de dicha región: mogollón, hohokam y anazasi. La temporalidad de esta colección es muy variada y va del 200 al 1600 d. C. aprox. Sin embargo es importante resaltar que estas tradiciones culturales son un antecedente fundamental de la cultura Casas Grandes. Sala 12: Pueblos Indios​ Esta sala expone los actuales pueblos indígenas de México, abarcando aspectos desde su cosmovisión, religión, economía, ceremonias, danzas, rituales, así como culto a los ancestros, organización social y vida cotidiana.15​ Expone el transcurso de la vida cotidiana de habitantes indígenas de diversas culturas de nuestro país, a través de la visión y utensilios de diversas actividades como agricultores, chinamperos, recolectores, cazadores, constructores, artesanos, entre otros.16​ Sala 13: Gran Nayar​ Esta sala exhibe a las culturas de los Coras (nayarite), Huicholes (wixaritari),Tepehuanes del sur (o'dam), Nahuas (mexicaneros) y Mestizos, predominantes en los territorios del gran Nayar, y una región serrana que comprende territorios de los estados: Nayarit, Jalisco y Zacatecas. Las culturas aquí presentadas se distinguen por plasmar artísticamente su cosmovisón en objetos como chaquira, cuadros de estambre y objetos de poder. El recorrido de esta sala comienza en San Blas donde, según la mitología, los dioses emergieron del mar. Para los nayares, el origen de todos los seres vivos se encuentra "abajo en el poniente", es decir, el Océano Pacífico. Sin embargo, como el mundo estaba oscuro y «no se veía bien», los antepasados decidieron salir del mar y emprender la búsqueda del Amanecer. Sala 14: Puréecherio La palabra «puréecherio» comprende la tierra, la familia, los ancestros, los poblados, la comunidad, la tradición y "el costumbre", siendo este último todo aquello que es propio de los purépechas.18​ Esta sala exhibe a los purepechas, etnia que sigue practicando actividades ancestrales tales como la pesca y las celebraciones caza agricultura vida cotidiana entre otras.​ Sala 15: Otopame​ Esta sala se encuentra dedicada a los pueblos otopmaes y a las diversas islas culturales de los pueblos otomí-mazahua. Los grupos otopames son descendientes de aquellos que han contribuido de manera significativa al desenvolvimiento social y económico de los diferentes momentos históricos por los que ha atravesado México. Se han asentado en regiones como el Valle de Toluca-Ixtlahuaca, en el Estado de México, el Valle del Mezquital, la Sierra de Hidalgo-Puebla, las Sierra de las Cruces, las llanuras de Guanajuato, Ixtenco en Tlaxcala, las tierras veracruzanas y michoacanas.19​Los pueblos otopames, son herederos de las grandes culturas mesoamericanas que se desarrollaron en el Altiplano Central y que posteriormente se diseminaron por la cordillera de la Sierra Madre Oriental. Entre las figuras exhibidas destacan piezas de cerámica, palma y papel amate, así como códices, máscaras, pinturas, textiles y otros objetos de gran valor identitario. Más de 60 por ciento de las piezas fueron adquiridas en las comunidades, el resto forma parte de las colecciones del Museo Nacional de Antropología que provenían del antiguo Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnología. Entre las obras más antiguas se encuentran unas máscaras del siglo XIX. Se incluyen también los característicos tenangos, bordados que en tiempos recientes han sido reconocidos por diseñadores de arte y coleccionistas del mundo como obras plásticas. Estas piezas del arte indígena actual, en cuya elaboración intervienen dos artistas (un dibujante y un bordador), representan personajes de la comunidad, fiestas, rituales y elementos de la naturaleza. Sala 16: Sierra de Puebla​ Esta sala exhibe a las culturas Totonacas, otomies, tepehuas y nahuas. Aquí se presentan ejemplos de las especialización artística en cesteria, la plumaria, la joyería, los textiles y el papel. Sala 17: Oaxaca: Pueblos Indios del sur​ Los pueblos Indios del sur comprende un espacio que integra alrededor de 16 pueblos indígenas, entre ellos mixtecos y zapotecos. Esta sala exhibe la diversidad cultural de la región.15​ Sala 18: Costa del Golfo: Huasteca y Totonacapan​ Esta sala exhibe a las culturas Teenek y los totonacos, asentados desde el río La Antigua, al centro de Veracruz, hasta el Pánuco, en Tamaulipas. En esta sala se pueden ver textiles totonacos e instrumentos musicales huastecos. Sala 19: Pueblos mayas de la planicie y las selvas​ En esta sala se exhiben los mayas de Yucatán y Quintana Roo, los Choles de Campeche con rituales asociados a la fertilidad agrícola, los Chontales de Tabasco con la pesca, y los lacandones de la selva chiapaneca, con sus rituales a los ancestros. La región se ubica en un amplio territorio que abarca el centro de Tabasco, la Península de Yucatán, el noroeste de Chiapas y parte de Belice. En México viven pueblos hach winik o caribe (lacandón), el ch'ol, el chontal de Tabasco y el maya yucateco. Conviven con mestizos hablantes de español y migrantes guatemaltecos de origen maya que residen en las selvas de Quintana Roo y Campeche. Los mayas participan de la cultura tradicional tanto como la cultura nacional, buscando un lugar dentro de la corriente modernizadora del país. Sala 20: Pueblos mayas de las montañas​ Los pueblos mayas abarcan los estados mexicanos de Campeche, Yucatán, Quintana Roo y una parte de Tabasco y Chiapas. Además, se encuentran en una vasta superficie de Guatemala y en una pequeña porción de Belice, El Salvador y Honduras. En este territorio todavía se conservan culturas propias del área, cuyo origen es prehispánico, pero sobre todo colonial y decimonónico. Las historias de los mayas varían de una región a otra, pero tiene en común la resistencia, manifiesta en el apego al uso de la lengua, al cultivo de la tierra, en la forma de concebir el mundo, en los rituales de comunicación con las divinidades y en el sostenimiento de la comunidad como base de la organización social. En esta sala se abordan los pueblos indígenas de los altos de Chiapas: tzltales, tzotziles tojolabales y mames, y se muestran sus prácticas religiosas, así como objetos relacionados con la música, textiles y el ambar. Sala 21: El Noroeste: sierras, desiertos y valles​ El noroeste es una extensa región que alberga uno de los más completos y diversos mosaicos ecológicos-culturales de México, la cual se divide en tres amplias subregiones: la sierra, el desierto y los valles. Estos abarcan los estados de Sinaloa, Chihuahua, Sonora y Baja California, territorios que desde tiempos prehispánicos fueron habitados por numerosos pueblos y naciones. Algunos de ellos se extinguieron o se adaptaron rápidamente a la cultura dominante, otros, como los rarámuri (taraumaras). O'ob(pimas), macurawe y warihó (gurijios), oodami (tepehuanes del norte), conca'ac (seris), o'otham (pápagos), akwa'ala (pai-pai), ko'lew (kiliwa), cohimi, k'umiai, cucapá, yoremes (yaquis y mayos) y mewséneme (kikapúes), lograron sobrevivir y han llegado hasta nuestros días conservando su identidad y su cultura tradicionales. ​En esta sala se muestran los rituales agrícolas, la cestería, la danza del venado, entre otros más aspectos, de pueblos como los seris, pápagos, cochimíes, yumanos, mayos, yaquis, tarahumaras, guarijíos, imas y tepehuas. Sala 22: Los Nahuas​ Los nahuas constituyen el grupo indígena más extendido en la República Mexicana. Son un pueblo ligado a la tierra y sus frutos, que ha resuelto de diversas maneras su relación con la naturaleza.25​Constituidos por diversos pueblos, y distribuidos en 13 estados de México, los nahuas comparten la misma familia extralingüística con ciertas particularidades culturales. Los nahuas habitan en los estados de Veracruz, Puebla, Guerrero, San Luis Potosí, Hidalgo, Morelos, México, Tlaxcala. Núcleos poco numerosos existen o existieron hasta hace unos años en Michoacán, Jalisco, Durango, Distrito Federal, Oaxaca, Guanajuato y la región fronteriza del sur de Veracruz y el occidente de Tabasco. Cada una de las áreas habitadas por los nahuas ha desarrollado una forma peculiar de vivir, vestirse, cultivar la tierra y relacionarse con el mundo; entre ellos son notables las diferencias, aunque también existen semejanzas y coincidencias. Lo que es innegable es que la cultura nahua tiene un impacto muy grande sobre la identidad de los mexicanos de muy amplias zonas del país. En esta sala podemos notar una gran colección de objetos característicos de los Nahuas, entre ellos se encuentra máscaras de tigre Macehualmej, rebozo Macehualmej, faja - soyate Macehualmej, caimán Macehualmej, entre otros. Exposiciones permanentes​ El juego de pelota. Una réplica del juego prehispánico de pelota, cuya cancha mide la mitad de la original, fue inaugurada en octubre de 2005 en el jardín de la Sala Tolteca. El visitante puede recorrerla y formarse una imagen del área de una cancha real. Aunque originalmente se pretendía llevar a cabo juegos de pelota periódicamente, el hecho es que sólo ha habido uno (el día de la inauguración) y no se tienen programados juegos en el futuro. El juego de pelota, conocido también como "Pok Ta Pok" o "Ulama", fue un juego ritual cuya práctica se extendió a lo largo de los tres mil años de historia precolombina mesoamericana. Exposiciones temporales​ Últimas exposiciones Xochipilli, el señor de las flores​ Con la exposición Xochipilli, el Señor de las Flores, se busca transmitir las ideas más representativas de la cosmovisión mexica, al tiempo que se brinda una nueva propuesta de lectura de la pieza, invitando al público a realizar una interpretación y un disfrute propios. La escultura de la deidad es expuesta a través de diversas lecturas que reúnen tanto a la poética náhuatl compilada en los Cantares mexicanos, como el estudio de la flora de la Cuenca de México. Una visión distinta apoyada en recursos como proyecciones multimedia, áreas táctiles que permiten un acercamiento único a la talla en piedra andesita, e incluso olfatear el aroma del cempasúchil, el jazmín, la magnolia y el nardo. La exposición Xochipilli, el Señor de las Flores se exhibe en la Sala A1. La Ciudad Perdida En esta exposición se exhiben más de 80 piezas inéditas que proceden tanto de las excavaciones del sitio de Malpaís Prieto, auspiciadas por el Centro de Estudios Mexicanos y Centroamericanos (CEMCA), como del acervo del Museo Nacional de Antropología. La exposición La Ciudad Perdida. Raíces de los soberanos tarascos inicia con una presentación del Malpaís de Zacapu y del peculiar entorno volcánico sobre el cual se edificó la ciudad. Además, esboza en sus diferentes secciones algunas de las facetas de esta sociedad que antecedió a la formación del estado tarasco: su urbanismo, la vida cotidiana y ritual de sus habitantes, así como los objetos de cerámica, piedra y metal que los artesanos especializados de la zona elaboraron. Los pobladores de Malpaís Prieto abandonaron el lugar en los albores del siglo XV y si bien desconocemos las razones de su partida, en la Relación de Michoacán se narra que estos uacúsechas llegaron a la región de Pátzcuaro y, unidos con poblaciones ya instaladas en las riberas del lago, dieron paso al inicio y consolidación del imperio tarasco. La exposición cierra con la presentación de algunos objetos emblemáticos de la cultura tarasca en el momento de su apogeo, entre ellos algunas insignias de sus gobernantes. La exposición La Ciudad Perdida. Raíces de los soberanos tarascos se exhibe en la Media Luna del Museo Nacional de Antropología y estará abierta al público del 27 de abril al 29 de julio del 2018 en un horario de martes a domingo de 9:00 a 19:00 horas. La entrada es gratuita.

Escena gastronómica

Vivimos en una ciudad de cause caótico; en sus calles, el estruendo es parte de una sinfonía que a lo largo del día va in crescendo hasta que la luz artificial comienza a iluminar nuestro andar por sus rincones y con ello, la oportunidad de una segunda vida en el mismo territorio. En esta ciudad que no duerme, lo que nunca falta es comida, desde los tacos para crudear a las tres a eme, hasta los sitios 24 horas como el restaurante Au pied de Cochon para los amantes con antojo de escargots y langosta. Nuestra fortuna está en la calle y en las posibilidades que tenemos de comer de todo y a cualquier precio. Somos potencia gastronómica porque la mancha urbana crece al igual que la población; los barrios olvidados recobran su auge al mismo tiempo que se abren nuevos espacios en la periferia. De acuerdo con cifras de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (CANIRAC), existen 515,059 establecimientos dedicados exclusivamente a la preparación y venta de alimentos y bebidas alcohólicas y no alcohólicas. Esta cifra tiene una tendencia a la alta, al menos de 1999 a 2014, el aumento fue de 4.5 por ciento. Aunque en números es atractivo, no por ser muchos todos tienen que ser buenos. Vivimos un momento en donde podemos elegir dónde desayunar, comer y cenar sin repetir por lo menos en tres meses. No siempre fue así, por mucho tiempo las opciones fueron aquellas de las que disponían nuestros abuelos y que, por costumbre (o porque no había de otra) adoptaron nuestros padres. Desde siempre, el gusto de comer y compartir la mesa ha estado presente en los mexicanos. Los banquetes tienen un lugar estelar en la historia comenzando por los del emperador azteca Moctezuma; después, los acontecidos durante la Colonia y el Virreinato fueron predecesores de lo que ocurriría en el Porfiriato, un momento clave en el cual se refinó la mesa, se enriqueció el protocolo, se dio importancia a cada tiempo del festín y comenzó a ponerse en boga el uso de maridajes y la firma de cartas y menús con los nombres de los chefs; sin duda un momento histórico para ellos, quienes anteriormente estaban “escondidos” en la cocina como si fueran un secreto bien guardado. Este último paso fue como romper con el oscurantismo gastronómico en el que se vivía. El motivo para comer fuera de casa era festejar algún momento familiar o cerrar un trato, una ocasión ajena a la rutina cotidiana que ameritaba los manteles largos. La mayoría de los recintos culinarios de la capital estaban en el Centro Histórico, Chapultepec y San Jerónimo. Ya algunas décadas atrás se escuchaban nombres como el Café de Tacuba, Danubio, El Mirador, El Lago, San Angel Inn y Maunaloa, lugares que envejecieron con el tiempo y que fueron casi olvidados por las nuevas generaciones. En el Centro Histórico El reto de cualquier restaurante es sobrevivir. Si el primer año es difícil, imagínense 20 años o un centenario. Podemos pensar en La Hostería de Santo Domingo, feudo que presume tener 158 años de vida o en la Casa de los Azulejos, antes el Jockey Club y ahora Sanborn ́s, un sitio que Salvador Novo describió como “lugar de turistas en donde se podía tomar un café ligero, unas enchiladas, unos chilaquiles o bolillos untados con frijoles”. Testigos del último siglo de historia son el Casino Español para quienes extrañan los clásicos del Viejo Mundo, o bien, esos que ya no están pero que perduran en la memoria de los abuelos. Otros son el Café Tacuba, fundado en 1912 por Dionisio Mollinedo, y que ahora por herencia nos regaló Limosneros, propuesta de la nueva generación que continúa con el tema de Cocina Mexicana pero con una dirección vanguardista. ¿Qué decir de El Cardenal? creado en 1969 por Oliva Garizurieta y el señor Jesús Briz. Por último Casa Prendes, fundado en 1892, que tiempo después evolucionó a Don Amador, un proyecto que murió en Polanco hace algunos años. Polanco Cuando la Zona Rosa pasó de moda, la movida culinaria se movió a la zona hotelera de Polanco. La apuesta era traer a los mejores chefs y firmas de restaurantes: El Spago, famoso en Nueva York, compartió comensales con los parisinos restaurantes Maxim ́s, Lipp, Fouquet ́s y Le Cirque. La cultura gastronómica era distinta entonces, se trataba más de una cuestión de estatus que de un verdadero interés por vivir una experiencia alrededor de los alimentos. El chef Juantxo Sánchez recuerda la década de los 90 con su experiencia en Teathron, un proyecto con diseño de Philippe Starck que vivió dos años debajo del Auditorio Nacional y que sólo queda en la memoria de unos pocos. Otros de los parteaguas fue la presencia en México del talentoso cocinero Olivier Lombard, que a principios del siglo XXI inauguró Ciboulette bajo el novedoso concepto de cocina abierta. También surgieron Le Bouchon con su mercadito de fin de semana, La Taverne y L ́Alsace, que dieron paso a Au Pied De Cochon bajo la tutela de Guy Santoro. Otras referencias son Champs Elyseés sobre la avenida Reforma, el Café de París, y Les Moustaches en la Colonia Cuauhtémoc según las memorias del chef Santoro. A la par de la francesa, la gastronomía mexicana empezó a alzar el vuelo con la apertura de Izote (2000-2013) de la chef Patricia Quintana, y Águila y Sol, el espacio antecesor de Dulce Patria de la chef Martha Ortiz. Con ellos se abrió paso la posibilidad de una nueva generación de chefs que, sin perder de vista lo mexicano, añadieron técnicas de distintas latitudes y establecieron restaurantes como Biko, Pujol o Quintonil. Todo suma Y las historias continúan, algunos se renuevan, otros viven sólo en la memoria y algunos nacen bajo inspiración de jóvenes cocineros e innovadores conceptos. Lo cierto es que la industria restaurantera de la CDMX ha sorteado todo tipo de catástrofes para seguir sumando historia y tradición. A pesar de la epidemia de la Influenza que dio un golpe bajo al sector en 2009, de la remodelación de Avenida Presidente Masaryk que tomó más tiempo de lo que las finanzas de muchos establecimientos pudieron soportar, del 19S (el terremoto de 2017) y otras tantas vicisitudes, hay ánimo de sobra, pasión por el servicio, y un amor incuantificable de los capitalinos por la buena cocina. Sobran los pretextos para que, dentro de algunos años, podamos comer, desayunar y cenar sin repetir lugar. Coyoacán y San Ángel Otros de los pilares de la evolución de los restaurantes de Cocina Mexicana se desarrollaron al sur de la ciudad: En 1993 con Alicia Gironella y El Tajín, en 1995 con Guillermo Muñoz Castillo y Los Danzantes, y más recientemente con Ricardo Muñoz Zurita y el icónico Azul y Oro, plataforma desde hace 15 años de sus investigaciones culinarias y de la formación de cocineros que continúan en la labor académica. La Roma y Condesa A mitad de la década de los 90, en el espacio de artistas y literatos comenzó a establecerse otro escenario culinario. “Garufa llegó antes que todos en la ubicación adecuada: enfrente del mercado popular. Su concepto le llegó a la comunidad artística de la zona”, relató Alberto Aguilar, vicepresidente de Divulgación Cultural de la CANIRAC. Las opciones para el comensal empezaron a llegar: Mama Rosa para desayunar; La Crepería de la Paz; La Morena con especialidad marina; Puras Habas, un bistró que intentó ser galería; el café y la fonda La Gloria además del Café México, enfrente del Parque México y el Rojo Bistrot, el cual daba la sensación de entrar en otro país, enlistó.
Cocina Internacional Francisco I. Madero 4, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 Platillos llenos de sazón e historia de muy variada gama gastronomica. Lugar típico de reunión de artistas, políticos e intelectuales, sus orígenes datan del siglo XVIII. En 1881 se convirtió en La sede del Jockey Club de México y a inicios del siglo XX se volvió propiedad de la cadena Sanborns. El inmueble fue construido durante la época virreinal y se le conoce comúnmente con este nombre debido a su cubierta de azulejos de Talavera poblana que recubren la fachada exterior del edificio y hacen de esta obra una de las más bellas joyas de la arquitectura civil del barroco novohispano.
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The House of Tiles
4 Avenida Francisco I. Madero
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Cocina Internacional Francisco I. Madero 4, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 Platillos llenos de sazón e historia de muy variada gama gastronomica. Lugar típico de reunión de artistas, políticos e intelectuales, sus orígenes datan del siglo XVIII. En 1881 se convirtió en La sede del Jockey Club de México y a inicios del siglo XX se volvió propiedad de la cadena Sanborns. El inmueble fue construido durante la época virreinal y se le conoce comúnmente con este nombre debido a su cubierta de azulejos de Talavera poblana que recubren la fachada exterior del edificio y hacen de esta obra una de las más bellas joyas de la arquitectura civil del barroco novohispano.
Cocina Norteña de México Av. Arcos de Belén 55, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 Especialidad: Cabrito asado. Prueba también los deliciosos machitos, la sopa de médula, el valdo de hongos y varios platillos exquisitos. Generalmente cuenta con música en vivo.
Asador de Cabrito
Luis Moya
Cocina Norteña de México Av. Arcos de Belén 55, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 Especialidad: Cabrito asado. Prueba también los deliciosos machitos, la sopa de médula, el valdo de hongos y varios platillos exquisitos. Generalmente cuenta con música en vivo.
Cocina Mexicana Av. Arcos de Belén 47 Piso 1, 2 y 3, Col. Doctores, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06070 La auténtica casa del pozole tradicional estilo Jalisco. Antojitos; chalupas, gorditas, sopes, quesadillas, aguas de frutas frescas y postres.
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La Casa de Toño
77 Calle Floresta
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Cocina Mexicana Av. Arcos de Belén 47 Piso 1, 2 y 3, Col. Doctores, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06070 La auténtica casa del pozole tradicional estilo Jalisco. Antojitos; chalupas, gorditas, sopes, quesadillas, aguas de frutas frescas y postres.
Cocina tradicional de la provincia mexicana Calle de la Palma 23, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 Autentico clásico desde 1943, El Cardenal tiene su propio nixtamal y horno de pan, que lo hacen único por la frescura de sus tortillas echadas a mano y su rico pan casero artesanal. Su menú cuenta con platillos atípicos como las albóndigas de salmón o las láminas de atún sellado. Recomendamos sus tacos marineros de camarón o su robalo a la talla.
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El Cardenal
23 C. de la Palma
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Cocina tradicional de la provincia mexicana Calle de la Palma 23, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 Autentico clásico desde 1943, El Cardenal tiene su propio nixtamal y horno de pan, que lo hacen único por la frescura de sus tortillas echadas a mano y su rico pan casero artesanal. Su menú cuenta con platillos atípicos como las albóndigas de salmón o las láminas de atún sellado. Recomendamos sus tacos marineros de camarón o su robalo a la talla.
Cocina Mexicana Av. 5 de Mayo 61, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 Una experiencia gastronómica con platillos que reinterpretan la tradición sin detenerse en el pasado. El menú es original porque no encuentras los típicos antojitos mexicanos. Para los días de calor, lo mejor es empezar con algo de la sección del mar, puede ser el ceviche o las tostadas de pulpo. Ambas son frescas y sirven para abrir el apetito. De plato fuerte, puedes comer el lomo de salmón, es raro encontrar este pescado acompañado de mole; te va a sorprender esta deliciosa combinación. Desayunar en domingo se ha vuelto un clásico para las familias chilangas y la razón es su amplia carta llena de delicias mexicanas. La decoración tiene estilos y se presta para qye los jueves y viernes el ambiente de un giro y se convierta en la excusa perfecta para precopear. Una cena y margaritas de la casa harán la velada perfecta para cualquiera.
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El Balcón del Zócalo
61 Av. 5 de Mayo
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Cocina Mexicana Av. 5 de Mayo 61, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 Una experiencia gastronómica con platillos que reinterpretan la tradición sin detenerse en el pasado. El menú es original porque no encuentras los típicos antojitos mexicanos. Para los días de calor, lo mejor es empezar con algo de la sección del mar, puede ser el ceviche o las tostadas de pulpo. Ambas son frescas y sirven para abrir el apetito. De plato fuerte, puedes comer el lomo de salmón, es raro encontrar este pescado acompañado de mole; te va a sorprender esta deliciosa combinación. Desayunar en domingo se ha vuelto un clásico para las familias chilangas y la razón es su amplia carta llena de delicias mexicanas. La decoración tiene estilos y se presta para qye los jueves y viernes el ambiente de un giro y se convierta en la excusa perfecta para precopear. Una cena y margaritas de la casa harán la velada perfecta para cualquiera.
Cocina Mexicana Isabel La Católica 30, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 A cargo del Chef Ricardo Muñoz Zurita, conocido también como el antropólogo de la cocina mexicana por su trabajo de investigación y rescate a las tradiciones culinarias, este proyecto gastronómico no podría estar en mejores manos. Se trata de una variante de la serie Azul, que inició con el ya clásico Azul y Oro, en Ciudad Universitaria. Alojado en una casona que perteneció a Francisco Sergio Iturbe, un mecenas del arte mexicano del siglo XX, Azul Histórico ocupa su patio central, a la sombra de un techo de laureles. En sus paredes se encuentran dos piezas de grandes artistas mexicanos “Las Comadres” del escultor Mardonio Magaña y “El Holocausto” del pintor Manuel Rodríguez Lozano. El Azul no es un restaurante de manteles largos; es más, no hay manteles. Las mesas de madera desnuda portan solo grabados con los nombres de las calles aledañas a la zona. Sobre ellas se sirve cocina mexicana de autor. Es un espacio clásico con una gran terraza en un edificio histórico que sirve alta gastronomía de Mexico. Entre los platillos más populares se recomiendan los buñuelos rellenos de pato bañados en mole, los panuchos de cochinita pibil, el chichilo negro de chile chilhuacle servido con venado y el pastel de chocolate acompañado por helado de queso gorgonzola. Además del menú tradicional, cada mes se presenta un festival gastronómico distinto, dedicado a un ingrediente o cocina regional.
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Azul Historico
30 Isabel La Católica
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Cocina Mexicana Isabel La Católica 30, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 A cargo del Chef Ricardo Muñoz Zurita, conocido también como el antropólogo de la cocina mexicana por su trabajo de investigación y rescate a las tradiciones culinarias, este proyecto gastronómico no podría estar en mejores manos. Se trata de una variante de la serie Azul, que inició con el ya clásico Azul y Oro, en Ciudad Universitaria. Alojado en una casona que perteneció a Francisco Sergio Iturbe, un mecenas del arte mexicano del siglo XX, Azul Histórico ocupa su patio central, a la sombra de un techo de laureles. En sus paredes se encuentran dos piezas de grandes artistas mexicanos “Las Comadres” del escultor Mardonio Magaña y “El Holocausto” del pintor Manuel Rodríguez Lozano. El Azul no es un restaurante de manteles largos; es más, no hay manteles. Las mesas de madera desnuda portan solo grabados con los nombres de las calles aledañas a la zona. Sobre ellas se sirve cocina mexicana de autor. Es un espacio clásico con una gran terraza en un edificio histórico que sirve alta gastronomía de Mexico. Entre los platillos más populares se recomiendan los buñuelos rellenos de pato bañados en mole, los panuchos de cochinita pibil, el chichilo negro de chile chilhuacle servido con venado y el pastel de chocolate acompañado por helado de queso gorgonzola. Además del menú tradicional, cada mes se presenta un festival gastronómico distinto, dedicado a un ingrediente o cocina regional.
Cocina Mexicana Ignacio Allende 3, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06010 Un deleite a nuestros sentidos y una pequeña muestra de la auténtica riqueza de la cocina mexicana. Limosneros colecciona ingredientes de nuestra tierra, una de las más abundantes y ricas del mundo, para convertirnos en sus más complacientes anfitriones. Prueba el tartar de cecina campechano, sardina a la brasa, las donitas de cachete o el tuétano. Y de postres te recomendamos el pay de limón.
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Limosneros
3 Ignacio Allende
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Cocina Mexicana Ignacio Allende 3, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06010 Un deleite a nuestros sentidos y una pequeña muestra de la auténtica riqueza de la cocina mexicana. Limosneros colecciona ingredientes de nuestra tierra, una de las más abundantes y ricas del mundo, para convertirnos en sus más complacientes anfitriones. Prueba el tartar de cecina campechano, sardina a la brasa, las donitas de cachete o el tuétano. Y de postres te recomendamos el pay de limón.
Cocina Libanesa Venustiano Carranza 148 Piso 1, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 Llegar es una aventura, pero ya que se logra sortear los ríos de compradores y ambulantes en las calles, el lugar es bastante agradable (ojo, está en un segundo piso así que hay que estar alertas para no pasarse). La comida es deliciosa y la atención excelente! Recomiendo ampliamente el kepe charola con jocoque seco y las hojas de parra. Dejar espacio para el postre (cualquiera de los que ofrecen son muy buenos) acompañado de un café árabe.
El Ehden
148 C. de Venustiano Carranza
Cocina Libanesa Venustiano Carranza 148 Piso 1, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 Llegar es una aventura, pero ya que se logra sortear los ríos de compradores y ambulantes en las calles, el lugar es bastante agradable (ojo, está en un segundo piso así que hay que estar alertas para no pasarse). La comida es deliciosa y la atención excelente! Recomiendo ampliamente el kepe charola con jocoque seco y las hojas de parra. Dejar espacio para el postre (cualquiera de los que ofrecen son muy buenos) acompañado de un café árabe.
Cocina Tradicional Mexicana Tacuba 28, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06010 Fundado en 1912, el Café de Tacuba es un pintoresco y antiguo restaurante rodeado de murales, candelabros y mayólica. Prueba los bolillos con agua de jamaica, lengua de res a la vizcaina, tacos playeros, chiles rellenos de queso, sesos rebozados, machitos de carnero fritos, pozole, tinga o pancita. Todo delicioso!!!...
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Cafe De Tacuba
28 Calle de Tacuba
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Cocina Tradicional Mexicana Tacuba 28, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06010 Fundado en 1912, el Café de Tacuba es un pintoresco y antiguo restaurante rodeado de murales, candelabros y mayólica. Prueba los bolillos con agua de jamaica, lengua de res a la vizcaina, tacos playeros, chiles rellenos de queso, sesos rebozados, machitos de carnero fritos, pozole, tinga o pancita. Todo delicioso!!!...
Cocina Internacional Av. 16 de Septiembre 82, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 El Restaurante Terraza, mejor conocido como la Terraza del Gran Hotel Ciudad de México, se encuentra ubicado justamente en uno de los edificios más bellos y representativos de la Ciudad. Considerado el más bello y suntuoso edificio de la Capital después del Palacio de Bellas Artes, siendo un ejemplo remarcable del “Art Nouveau”. Describir el Gran Hotel Ciudad de México parece imposible, ya que en un sólo edificio encontrará el contraste de un vitral Tiffany del año 1908, un imponente candil estilo Luis XV, elevadores panorámicos de comienzos del siglo XX y un hermoso barandal de herrería artesanal de una sola pieza del primer al tercer piso. Sin hacer mención de su incomparable vista panorámica al Palacio Nacional, la Catedral Metropolitana y los hermosos edificios de Gobierno de la Cd. de México; mejor apreciados desde nuestro Restaurante Terraza. Además de glamour y belleza, contamos también con “Distintivo H”. Especialidad de la Casa: Tomahauk Brand y Chuletón a la Terraza.
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Terraza Gran Hotel
82 16 de Septiembre
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Cocina Internacional Av. 16 de Septiembre 82, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 El Restaurante Terraza, mejor conocido como la Terraza del Gran Hotel Ciudad de México, se encuentra ubicado justamente en uno de los edificios más bellos y representativos de la Ciudad. Considerado el más bello y suntuoso edificio de la Capital después del Palacio de Bellas Artes, siendo un ejemplo remarcable del “Art Nouveau”. Describir el Gran Hotel Ciudad de México parece imposible, ya que en un sólo edificio encontrará el contraste de un vitral Tiffany del año 1908, un imponente candil estilo Luis XV, elevadores panorámicos de comienzos del siglo XX y un hermoso barandal de herrería artesanal de una sola pieza del primer al tercer piso. Sin hacer mención de su incomparable vista panorámica al Palacio Nacional, la Catedral Metropolitana y los hermosos edificios de Gobierno de la Cd. de México; mejor apreciados desde nuestro Restaurante Terraza. Además de glamour y belleza, contamos también con “Distintivo H”. Especialidad de la Casa: Tomahauk Brand y Chuletón a la Terraza.
Cocina Española Isabel la Catolica, 29, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 El casino Español se fundó en 1863 por un grupo de miembros destacados de la colonia española de México, entre los que figuraron José Toriello Guerra, Manuel Mendoza Cortina, Cayetano Rubio, Isidoro de la Torre, Genaro Perogordo, Francisco Solís, Salvador de la Fuente y Niceto de Zamacois, entre muchos otros. En octubre de 1862 surgió la idea de fundarlo y el proyecto fue acogido con gran entusiasmo. Pronto se formaron comisiones para redactar estatutos, rentar un local y adquirir todo cuanto fuera necesario para inaugurar la asociación. Un lugar que festeja la eterna amistad entre España y México. El Casino Español fue fundado en 1863 por algunos peninsulares radicados en México, para que la colonia española tuviera un lugar donde reunirse y así poder mantener vivas sus raíces. También se construyó para fomentar las buenas relaciones entre México y España, ya que en 1836 ambos países firmaron el tratado de Santa María-Calatrava, en el cual los ibéricos reconocían oficialmente la independencia de nuestra nación, y por ende había la buena disposición de impulsar la amistad entre los dos lugares. Es así que en 1842 se inauguró la Sociedad de Beneficencia Española, y años más tarde, varios de sus miembros crearon el Casino Español. Entre sus fundadores destacan: José Toriello Guerra, Manuel Mendoza Cortina, Cayetano Rubio, entre otros célebres personajes que se dieron a la tarea de acondicionar el Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya como un sofisticado club. Esta sede fue utilizada de 1863 a 1869, hasta que el presidente del club, don Cayetano Rubio decidió cambiarla al Palacio de los Condes de San Mateo de Valparaíso, donde el Casino Español estuvo hasta 1883. Actualmente este sitio este lugar lo ocupa el Banco Nacional de México. Posteriormente, el sofisticado club cambió de lugar nuevamente, aunque sólo por dos años, se fue a la calle de San Juan Letrán no. 13. Este sitio serviría de transición para su nueva sede, la Casa Borda, ubicada en las esquinas de Madero y Bolívar- antes llamadas San Francisco y Coliseo respectivamente- donde estarían desde 1885 hasta 1893. Fue hasta 1895, que el sueño de los socios de comprar un local propio se hizo realidad. Los representantes del casino adquirieron un predio ubicado en la calle del Espíritu Santo número 1 1/2, actualmente Isabel la Católica no. 29. La construcción estuvo a cargo del arquitecto catalán Emilio González del Campo, y se inauguró en 1905 con un baile al que asistieron personajes famosos de la época, incluyendo el presidente en turno, Porfirio Díaz. El baile se ofreció en el Salón de los Reyes, que hoy en día, es el ícono principal del casino. Actualmente este lugar continúa con sus puertas abiertas. Cuenta con dos restaurantes especializados en cocina española. Además, se organizan ahí un sinfín de actividades culturales como conferencias, presentaciones de libros, exposiciones y conciertos. Cuenta también con una biblioteca especializada en las relaciones México – España llamada “Carlos Prieto”, que tiene un acervo de 14,863 libros. Ya sea para comer, pasear, curiosear, o simplemente sentir que te transportas en el tiempo, el Casino Español se puede visitar todos los días desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Más que un restaurante: un lujo español en el Centro Histórico. Así se define elrestaurante Casino Español Mexicano Ciudad de Méxicopor la armonía que se logra entre la exquisitez de sus platillos, el valor artístico de su decoración y el entorno colonial del Centro Histórico. No es sólo un nombre. La identidad, la esencia y el menú de el restaurante Casino Español Mexicano Ciudad de Méxicoson totalmente ibéricos. Y aunque al hablar de cocina española pensemos en platillos de sabor y consistencia fuertes que podrían caer pesados por la mañana, desayunar en sus bellas instalaciones es una experiencia altamente recomendable.
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Casino Español de México
29 Isabel La Católica
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Cocina Española Isabel la Catolica, 29, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 El casino Español se fundó en 1863 por un grupo de miembros destacados de la colonia española de México, entre los que figuraron José Toriello Guerra, Manuel Mendoza Cortina, Cayetano Rubio, Isidoro de la Torre, Genaro Perogordo, Francisco Solís, Salvador de la Fuente y Niceto de Zamacois, entre muchos otros. En octubre de 1862 surgió la idea de fundarlo y el proyecto fue acogido con gran entusiasmo. Pronto se formaron comisiones para redactar estatutos, rentar un local y adquirir todo cuanto fuera necesario para inaugurar la asociación. Un lugar que festeja la eterna amistad entre España y México. El Casino Español fue fundado en 1863 por algunos peninsulares radicados en México, para que la colonia española tuviera un lugar donde reunirse y así poder mantener vivas sus raíces. También se construyó para fomentar las buenas relaciones entre México y España, ya que en 1836 ambos países firmaron el tratado de Santa María-Calatrava, en el cual los ibéricos reconocían oficialmente la independencia de nuestra nación, y por ende había la buena disposición de impulsar la amistad entre los dos lugares. Es así que en 1842 se inauguró la Sociedad de Beneficencia Española, y años más tarde, varios de sus miembros crearon el Casino Español. Entre sus fundadores destacan: José Toriello Guerra, Manuel Mendoza Cortina, Cayetano Rubio, entre otros célebres personajes que se dieron a la tarea de acondicionar el Palacio de los Condes de Santiago de Calimaya como un sofisticado club. Esta sede fue utilizada de 1863 a 1869, hasta que el presidente del club, don Cayetano Rubio decidió cambiarla al Palacio de los Condes de San Mateo de Valparaíso, donde el Casino Español estuvo hasta 1883. Actualmente este sitio este lugar lo ocupa el Banco Nacional de México. Posteriormente, el sofisticado club cambió de lugar nuevamente, aunque sólo por dos años, se fue a la calle de San Juan Letrán no. 13. Este sitio serviría de transición para su nueva sede, la Casa Borda, ubicada en las esquinas de Madero y Bolívar- antes llamadas San Francisco y Coliseo respectivamente- donde estarían desde 1885 hasta 1893. Fue hasta 1895, que el sueño de los socios de comprar un local propio se hizo realidad. Los representantes del casino adquirieron un predio ubicado en la calle del Espíritu Santo número 1 1/2, actualmente Isabel la Católica no. 29. La construcción estuvo a cargo del arquitecto catalán Emilio González del Campo, y se inauguró en 1905 con un baile al que asistieron personajes famosos de la época, incluyendo el presidente en turno, Porfirio Díaz. El baile se ofreció en el Salón de los Reyes, que hoy en día, es el ícono principal del casino. Actualmente este lugar continúa con sus puertas abiertas. Cuenta con dos restaurantes especializados en cocina española. Además, se organizan ahí un sinfín de actividades culturales como conferencias, presentaciones de libros, exposiciones y conciertos. Cuenta también con una biblioteca especializada en las relaciones México – España llamada “Carlos Prieto”, que tiene un acervo de 14,863 libros. Ya sea para comer, pasear, curiosear, o simplemente sentir que te transportas en el tiempo, el Casino Español se puede visitar todos los días desde las 8 de la mañana hasta las 6 de la tarde. Más que un restaurante: un lujo español en el Centro Histórico. Así se define elrestaurante Casino Español Mexicano Ciudad de Méxicopor la armonía que se logra entre la exquisitez de sus platillos, el valor artístico de su decoración y el entorno colonial del Centro Histórico. No es sólo un nombre. La identidad, la esencia y el menú de el restaurante Casino Español Mexicano Ciudad de Méxicoson totalmente ibéricos. Y aunque al hablar de cocina española pensemos en platillos de sabor y consistencia fuertes que podrían caer pesados por la mañana, desayunar en sus bellas instalaciones es una experiencia altamente recomendable.
Cocina Mexicana Belisario Dominguez 72, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 El restaurante más antiguo de la CDMX. El 4 de agosto de 1860, nace la Hostería de Santo Domingo en lo que fuera parte del Convento de Santo Domingo de Guzmán, en la actual calle Belisario Domínguez No. 72 (antes Calle de la Cerca de Santo Domingo El Grande No. 6). Con 157 años, la Hostería de Santo Domingo ha sido testigo de los acontecimientos y cambios que se han desarrollado en el Centro Histórico de ésta ciudad desde aquellos ayeres. La Hostería de Santo Domingo alberga entre sus anchos muros el testimonio de todo lo acontecido desde sus inicios, comenzando con las actividades religiosas de los frailes cuando el edificio funcionaba como convento, hasta ahora, las expresiones de satisfacción de los miles de personalidades que ha probado los más exquisitos platillos de la tradicional Comida Mexicana. Cuenta la historia que el 24 de agosto de 1821, Don Agustín de Iturbide, siendo en aquel entonces comandante del ejército trigarante, firmo el “Tratado de Córdoba” y a su regreso a la Ciudad de México, visitó la Ciudad de Puebla el 28 de agosto del mismo año. Para recibir con honores a tan ilustre visitante, las monjas del convento de Santa Mónica idearon un platillo que simbolizará los colores de la bandera nacional (trigarante) y fue así como crearon el Chile en Nogada. Desde entonces en la Ciudad de Puebla siempre se recuerda la visita del entonces comandante Agustín de Iturbide. Cada año, el día 28 de Agosto, se celebra la feria del Chile en Nogada. Actualmente en la Ciudad de México se puede saborear este delicioso platillo los 365 días del año en “La Catedral del Chile en Nogada”.
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Hostería de Santo Domingo
72 Belisario Domínguez
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Cocina Mexicana Belisario Dominguez 72, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 El restaurante más antiguo de la CDMX. El 4 de agosto de 1860, nace la Hostería de Santo Domingo en lo que fuera parte del Convento de Santo Domingo de Guzmán, en la actual calle Belisario Domínguez No. 72 (antes Calle de la Cerca de Santo Domingo El Grande No. 6). Con 157 años, la Hostería de Santo Domingo ha sido testigo de los acontecimientos y cambios que se han desarrollado en el Centro Histórico de ésta ciudad desde aquellos ayeres. La Hostería de Santo Domingo alberga entre sus anchos muros el testimonio de todo lo acontecido desde sus inicios, comenzando con las actividades religiosas de los frailes cuando el edificio funcionaba como convento, hasta ahora, las expresiones de satisfacción de los miles de personalidades que ha probado los más exquisitos platillos de la tradicional Comida Mexicana. Cuenta la historia que el 24 de agosto de 1821, Don Agustín de Iturbide, siendo en aquel entonces comandante del ejército trigarante, firmo el “Tratado de Córdoba” y a su regreso a la Ciudad de México, visitó la Ciudad de Puebla el 28 de agosto del mismo año. Para recibir con honores a tan ilustre visitante, las monjas del convento de Santa Mónica idearon un platillo que simbolizará los colores de la bandera nacional (trigarante) y fue así como crearon el Chile en Nogada. Desde entonces en la Ciudad de Puebla siempre se recuerda la visita del entonces comandante Agustín de Iturbide. Cada año, el día 28 de Agosto, se celebra la feria del Chile en Nogada. Actualmente en la Ciudad de México se puede saborear este delicioso platillo los 365 días del año en “La Catedral del Chile en Nogada”.
Cocina Española República de Uruguay 16, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 El restaurante español Centro Castellano esta ubicado en el centro histórico de la Ciudad de México, en la calle de Uruguay.Si buscas un restaurante en el centro histórico que te trasporte al a época medieval, el Centro Castellano es la opción; su construcción esta inspirada en la arquitectura Castellana. Entre barricas empotradas, encalados, mampostería y murales de azulejo vidriado y pintados en aranjuez y un sin fin de fotografías que atestiguan la visita de cientos de personalidades mexicanas y extranjeras, cumple día con día con el sueño inicial de Don Ricardo: ofrecer lo mejor de la comida española a los comensales que recibe diariamente, tanto en la planta baja como en la planta alta, donde se sirve un Menú, que por la abundancia de platillos que lo componen se hizo famoso, como el “El Tragadero”.Cotidianamente sus especialidades como: El Lomo al estilo Segoviano, el Cordero Lechal, ambos preparados en su propio horno de Leña, el Pecho de Ternera, la Paella Valenciana con Mariscos, la Fabada Asturiana y el Lomo de Huachinango deshuesado a las brasas deleitan al más exigente comensal, sin dejar de mencionar otros platillos preparados a base de mariscos traídos desde helados mares del Cantábrico hasta las mesas del Castellano como los maravillosos Percebes o las famosas vieiras, llamadas “el marisco de los peregrinos medievales” o las cigalas o las navajas.
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Centro Castellano
16 República de Uruguay
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Cocina Española República de Uruguay 16, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 El restaurante español Centro Castellano esta ubicado en el centro histórico de la Ciudad de México, en la calle de Uruguay.Si buscas un restaurante en el centro histórico que te trasporte al a época medieval, el Centro Castellano es la opción; su construcción esta inspirada en la arquitectura Castellana. Entre barricas empotradas, encalados, mampostería y murales de azulejo vidriado y pintados en aranjuez y un sin fin de fotografías que atestiguan la visita de cientos de personalidades mexicanas y extranjeras, cumple día con día con el sueño inicial de Don Ricardo: ofrecer lo mejor de la comida española a los comensales que recibe diariamente, tanto en la planta baja como en la planta alta, donde se sirve un Menú, que por la abundancia de platillos que lo componen se hizo famoso, como el “El Tragadero”.Cotidianamente sus especialidades como: El Lomo al estilo Segoviano, el Cordero Lechal, ambos preparados en su propio horno de Leña, el Pecho de Ternera, la Paella Valenciana con Mariscos, la Fabada Asturiana y el Lomo de Huachinango deshuesado a las brasas deleitan al más exigente comensal, sin dejar de mencionar otros platillos preparados a base de mariscos traídos desde helados mares del Cantábrico hasta las mesas del Castellano como los maravillosos Percebes o las famosas vieiras, llamadas “el marisco de los peregrinos medievales” o las cigalas o las navajas.
Cocina Internacional Donceles 66, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 ¿Eres amante de la pizza? Entonces, tienes que conocer una de las mejores de México, las encontrarás en Pizza del Perro Negro (CDMX), te decimos dónde están sus sucursales, de qué hay y sus precios: Se tienen registros que en Grecia, justamente en el año 521 A.C. se elaboraron las primeras pizzas. De hecho, se le conocía como pan, sería hasta el Imperio Romano que este alimento se expandiría por todo el mundo.En el siglo XX, llegaría a México -de hecho, este país es el segundo consumidor de pizza en todo el mundo-. Pizza del Perro Negro son una cadena de pizzas que rompen con los esquemas típicos. Los ingredientes y la presentación que utilizan parten de los típicos platillos mexicanos, por ejemplo hay pizza de carnitas, de suadero, tacos viejos, chilaquiles y mucho más.Otro punto a favor de esta cadena es que manejan la temática del Rock, por lo cual, los locales cuentan con una ambientación fantástica. Esta propuesta ha hecho que varios miembros de la farándula visiten este lugar, por ejemplo el director de cine Guillermo del Toro. ¿De qué hay? Lo que más llama la atención son los ingredientes que utilizan, en algunas están los básicos, como jamón y piña (para la pizza hawaiana) mientras que en otras están las más extrañas como las de chilaquiles, chiles rellenos y carnitas. Estas son algunas de las que encontrarás: Tropical Es de Jamón, Tocino y Durazno. Ranchera Frijoles, chorizo, jitomate, cebolla, jalapeño, tocino y aguacate. Chilaquiles Pollo, salsa verde, tortilla, cebolla y crema. Buffalo Chicken Popcorn de pollo con salsa buffalo, apio y aderezo. Chile relleno Chiles cuaresmeños capeados rellenos de queso y bañados. en tomatillo con crema. Carnitas Carnitas con salsa verde, cebolla, cilantro y limón. Caníbal Cochinita pibíl con cebolla morada y habanero.
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Pizza del Perro Negro
3 Parque España
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Cocina Internacional Donceles 66, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 ¿Eres amante de la pizza? Entonces, tienes que conocer una de las mejores de México, las encontrarás en Pizza del Perro Negro (CDMX), te decimos dónde están sus sucursales, de qué hay y sus precios: Se tienen registros que en Grecia, justamente en el año 521 A.C. se elaboraron las primeras pizzas. De hecho, se le conocía como pan, sería hasta el Imperio Romano que este alimento se expandiría por todo el mundo.En el siglo XX, llegaría a México -de hecho, este país es el segundo consumidor de pizza en todo el mundo-. Pizza del Perro Negro son una cadena de pizzas que rompen con los esquemas típicos. Los ingredientes y la presentación que utilizan parten de los típicos platillos mexicanos, por ejemplo hay pizza de carnitas, de suadero, tacos viejos, chilaquiles y mucho más.Otro punto a favor de esta cadena es que manejan la temática del Rock, por lo cual, los locales cuentan con una ambientación fantástica. Esta propuesta ha hecho que varios miembros de la farándula visiten este lugar, por ejemplo el director de cine Guillermo del Toro. ¿De qué hay? Lo que más llama la atención son los ingredientes que utilizan, en algunas están los básicos, como jamón y piña (para la pizza hawaiana) mientras que en otras están las más extrañas como las de chilaquiles, chiles rellenos y carnitas. Estas son algunas de las que encontrarás: Tropical Es de Jamón, Tocino y Durazno. Ranchera Frijoles, chorizo, jitomate, cebolla, jalapeño, tocino y aguacate. Chilaquiles Pollo, salsa verde, tortilla, cebolla y crema. Buffalo Chicken Popcorn de pollo con salsa buffalo, apio y aderezo. Chile relleno Chiles cuaresmeños capeados rellenos de queso y bañados. en tomatillo con crema. Carnitas Carnitas con salsa verde, cebolla, cilantro y limón. Caníbal Cochinita pibíl con cebolla morada y habanero.
Cocina Internacional Repúblida de Uruguay 45, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06010 Ubicada en el último piso del hotel City centro se encuentra este hot spot llamado Malaquita Rooftop, una hermosa terraza ambientada con los mejores toques de diseño de madera, desde el piso hasta el mobiliario, las paredes y las barras tienen un acabado minimalista de concreto el cuál combina con la madera y lo hace una terraza fuera de la común. En la azotea del Hotel City Centro, flotando sobre la CDMX, se encuentra la terraza Malaquita Rooftop; ven a conocer este fabuloso restaurante. Desde su inauguración el 1 de diciembre del 2017, este restaurante-bar ha causado sensación entre los capitalinos. Malaquita Rooftop es una asombrosa terraza ubicada cerca del Centro Histórico de la CDMX. Ha ganado fama gracias a su increíble ambiente y al fabuloso paisaje con que cuenta. Además, la decoración del lugar es muy bonita, al estilo minimalista. Murales y jardineras con cactáceas amenizan el lugar. Y otro detalle más: cuenta con una alberca, perfecta para ir a pasar un rato y dejar a un lado la rutina; ¿no es sensacional? El menú de alimentos es sencillo, pero muy rico: hamburguesas, tostadas de atún, sopes de cochinita pibil y carpaccio son los favoritos de la casa. Pero espera, aún hay más. Esta terraza no solo es el lugar idóneo para ir a desayunar o comer, sino que también puede ser el ambiente ideal para los alegres y fiesteros. Semanalmente ofrece mini conciertos donde asisten Djs nacionales e internacionales. También cuenta con una carta de cocteles que no decepciona: Negroni, Vesper martini, Ágata, Blue lagoon, Passionate sunset, Daypass, Daiquiri y Pink Gin son buenas opciones. Ahora que, si prefieres otro tipo de bebida, también cuenta con un mixólogo que te sorprenderá con sus mezclas. Puedes atreverte a probar los tragos de la casa o alguno de sus licores importados. Si quieres organizar algún evento privado, como una fiesta, cena romántica o desayuno familiar o con amigos, Malaquita Rooftop es una buena opción. Ven a divertirte y a disfrutar de esta bellísima terraza y, por supuesto, no olvides tu traje de baño.
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Malaquita Rooftop
45 República de Uruguay
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Cocina Internacional Repúblida de Uruguay 45, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06010 Ubicada en el último piso del hotel City centro se encuentra este hot spot llamado Malaquita Rooftop, una hermosa terraza ambientada con los mejores toques de diseño de madera, desde el piso hasta el mobiliario, las paredes y las barras tienen un acabado minimalista de concreto el cuál combina con la madera y lo hace una terraza fuera de la común. En la azotea del Hotel City Centro, flotando sobre la CDMX, se encuentra la terraza Malaquita Rooftop; ven a conocer este fabuloso restaurante. Desde su inauguración el 1 de diciembre del 2017, este restaurante-bar ha causado sensación entre los capitalinos. Malaquita Rooftop es una asombrosa terraza ubicada cerca del Centro Histórico de la CDMX. Ha ganado fama gracias a su increíble ambiente y al fabuloso paisaje con que cuenta. Además, la decoración del lugar es muy bonita, al estilo minimalista. Murales y jardineras con cactáceas amenizan el lugar. Y otro detalle más: cuenta con una alberca, perfecta para ir a pasar un rato y dejar a un lado la rutina; ¿no es sensacional? El menú de alimentos es sencillo, pero muy rico: hamburguesas, tostadas de atún, sopes de cochinita pibil y carpaccio son los favoritos de la casa. Pero espera, aún hay más. Esta terraza no solo es el lugar idóneo para ir a desayunar o comer, sino que también puede ser el ambiente ideal para los alegres y fiesteros. Semanalmente ofrece mini conciertos donde asisten Djs nacionales e internacionales. También cuenta con una carta de cocteles que no decepciona: Negroni, Vesper martini, Ágata, Blue lagoon, Passionate sunset, Daypass, Daiquiri y Pink Gin son buenas opciones. Ahora que, si prefieres otro tipo de bebida, también cuenta con un mixólogo que te sorprenderá con sus mezclas. Puedes atreverte a probar los tragos de la casa o alguno de sus licores importados. Si quieres organizar algún evento privado, como una fiesta, cena romántica o desayuno familiar o con amigos, Malaquita Rooftop es una buena opción. Ven a divertirte y a disfrutar de esta bellísima terraza y, por supuesto, no olvides tu traje de baño.
Cocina Internacional República de Cuba 96, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 Domingo Santo es un referente de la gastronomía en Ciudad de México. Ubicado a tan sólo un par de cuadras del Zócalo, la principal plaza del centro de la ciudad. Su carta está orientada hacia la cocina de autor e internacional. En el siglo XVII se establecieron los fundamentos de la cocina mexicana como la conocemos actualmente y no hay mejor lugar para degustar la magnífica fusión de tradición y modernidad de la gastronomía del país que Domingo Santo, sitio donde se forjó la historia del mestizaje entre conquistadores e indígenas.
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Santo Domingo
S/N Belisario Domínguez
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Cocina Internacional República de Cuba 96, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 Domingo Santo es un referente de la gastronomía en Ciudad de México. Ubicado a tan sólo un par de cuadras del Zócalo, la principal plaza del centro de la ciudad. Su carta está orientada hacia la cocina de autor e internacional. En el siglo XVII se establecieron los fundamentos de la cocina mexicana como la conocemos actualmente y no hay mejor lugar para degustar la magnífica fusión de tradición y modernidad de la gastronomía del país que Domingo Santo, sitio donde se forjó la historia del mestizaje entre conquistadores e indígenas.
Cocina Oaxaqueña Luis Moya 59, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc. C.P. 06300 La Tlayuda de Mole Negro con Tasajo y los Chapulines son espectaculares. Compleméntenlo con un mezcal minero. Grace LettuceAgosto 7, 2016 El mole está riquísimo, también el amarillito y las enfrijoladas. De postre el helado de mamey. La salsa verde esta muy buena, pica lo que tiene que picar. En lugar de pan te traen tamalitos.
Oaxaca en Mexico
59 Luis Moya
Cocina Oaxaqueña Luis Moya 59, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc. C.P. 06300 La Tlayuda de Mole Negro con Tasajo y los Chapulines son espectaculares. Compleméntenlo con un mezcal minero. Grace LettuceAgosto 7, 2016 El mole está riquísimo, también el amarillito y las enfrijoladas. De postre el helado de mamey. La salsa verde esta muy buena, pica lo que tiene que picar. En lugar de pan te traen tamalitos.
Cocina Yucateca Isabel la Católica 83 Pido 2, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06090 Coox Hanal que en Maya significa: "Vamos a comer", es el mejor lugar en la ciudad para comer comida yucateca. Es un lugar ubicado en Isabel la católica (En crucé con Republica del Salvador, casi enfrente de un oxxo) las referencias son necesarias ya que el lugar esta semi-escondido y en un segundo piso. La mayoría de los días tienes que hacer fila de hasta 40 minutos para poder entrar (señal de que la comida esta deliciosa), pero vale muchísimo la pena. De cajón, tienes que probar la sopa de Lima, los panuchos de cochinita pibil y el chamorro (con uno pueden comer hasta 3 personas), también tienen cosas típicas de Yucatán, como su tipo de cervezas y sus postres. Aunque el lugar es pequeño, los fines de semana a partir de las 4:00 pm tienen show en vivo, ya sea de bailes típicos, imitadores, tríos o trovadores; un ambiente muy ameno y familiar. Y la verdad es que no es caro, con $500 pueden comer y beber bien hasta 5 personas. Muy recomendable lugar, aaaahh por cierto, si te gustan las salsas bravas esto será el paraíso para ti.
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Coox Hanal
83 Isabel La Católica
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Cocina Yucateca Isabel la Católica 83 Pido 2, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06090 Coox Hanal que en Maya significa: "Vamos a comer", es el mejor lugar en la ciudad para comer comida yucateca. Es un lugar ubicado en Isabel la católica (En crucé con Republica del Salvador, casi enfrente de un oxxo) las referencias son necesarias ya que el lugar esta semi-escondido y en un segundo piso. La mayoría de los días tienes que hacer fila de hasta 40 minutos para poder entrar (señal de que la comida esta deliciosa), pero vale muchísimo la pena. De cajón, tienes que probar la sopa de Lima, los panuchos de cochinita pibil y el chamorro (con uno pueden comer hasta 3 personas), también tienen cosas típicas de Yucatán, como su tipo de cervezas y sus postres. Aunque el lugar es pequeño, los fines de semana a partir de las 4:00 pm tienen show en vivo, ya sea de bailes típicos, imitadores, tríos o trovadores; un ambiente muy ameno y familiar. Y la verdad es que no es caro, con $500 pueden comer y beber bien hasta 5 personas. Muy recomendable lugar, aaaahh por cierto, si te gustan las salsas bravas esto será el paraíso para ti.
Cocina Yucateca Lucerna 12, Col. Juarez, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06600 Fundado hace más de 70 años, es el primer restaurante yucateco que abrió sus puertas en la CDMX. La Cochinita Pibil, queso relleno, sopa de lima, salbutes, panuchos, relleno negro y los papadzules son solo algunos de los platillos típicos que ofrece.
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Círculo del Sureste
12 C. Lucerna
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Cocina Yucateca Lucerna 12, Col. Juarez, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06600 Fundado hace más de 70 años, es el primer restaurante yucateco que abrió sus puertas en la CDMX. La Cochinita Pibil, queso relleno, sopa de lima, salbutes, panuchos, relleno negro y los papadzules son solo algunos de los platillos típicos que ofrece.
Cocina Mexicana Luna 188, Col. Guerrero, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06300. Especialidad: Cabrito al horno. "El cabrito es el animal que se quita los años porque si no sería un cab..." esa es la frase de mi mamá y la dice cada que comemos esta deliciosa carne de fuerte sabor e inconfundible textura. En el DF no conozco muchos lugares buenos para probarlo salvo los de rigor que están en el centro, pero experimenten y vayan a la Casa Noste en la colonia Guerrero ¡es un tesoro escondido que merece mucho reconocimiento! Como todo en la Warrior, tiene hartos años existiendo, desde 1923 y no sólo el sabor es lo que le admiro sino el esmero y la calidad con la que atienden su anfitrión meseros, de verdad no le piden nada a los sitios de moda donde hasta por el nombre nos llaman; en Casa Noste aún se siente el ambiente hogareño con precios súper justos y música de variedad. De entrada les darán caldo de camarón y empanadas fritas de ternera y luego les tocará el turno de pedir a la carta o la especialidad: el cabrito. Existe por pieza para compartir o en porción individual que puede ser pierna (carne más seca), espaldilla (término medio en suavidad y juego) o riñonada (lo más suave), todos acompañados de tortillas de harina, guacamole o frijoles refritos que los pueden cambiar por ensalada. Lleguen antes de las 2:30 para que no tengan que esperar mesa y disfruten con sus paredes y techos llenos de murales de personajes políticos, culturales y de la farándula mexicana. A ver a quienes reconocen. Tip 1: el flan de la casa no tiene abuela porque lo preparan con nueces pero si el huevo no es lo suyo, intenten las fresas y los plátanos flameados con helado de vainilla. Tip 2: cuando acaben de comer pregunten qué es el beso de ángel, ¡échenselo de digestivo!
Casa Noste
188 Luna
Cocina Mexicana Luna 188, Col. Guerrero, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06300. Especialidad: Cabrito al horno. "El cabrito es el animal que se quita los años porque si no sería un cab..." esa es la frase de mi mamá y la dice cada que comemos esta deliciosa carne de fuerte sabor e inconfundible textura. En el DF no conozco muchos lugares buenos para probarlo salvo los de rigor que están en el centro, pero experimenten y vayan a la Casa Noste en la colonia Guerrero ¡es un tesoro escondido que merece mucho reconocimiento! Como todo en la Warrior, tiene hartos años existiendo, desde 1923 y no sólo el sabor es lo que le admiro sino el esmero y la calidad con la que atienden su anfitrión meseros, de verdad no le piden nada a los sitios de moda donde hasta por el nombre nos llaman; en Casa Noste aún se siente el ambiente hogareño con precios súper justos y música de variedad. De entrada les darán caldo de camarón y empanadas fritas de ternera y luego les tocará el turno de pedir a la carta o la especialidad: el cabrito. Existe por pieza para compartir o en porción individual que puede ser pierna (carne más seca), espaldilla (término medio en suavidad y juego) o riñonada (lo más suave), todos acompañados de tortillas de harina, guacamole o frijoles refritos que los pueden cambiar por ensalada. Lleguen antes de las 2:30 para que no tengan que esperar mesa y disfruten con sus paredes y techos llenos de murales de personajes políticos, culturales y de la farándula mexicana. A ver a quienes reconocen. Tip 1: el flan de la casa no tiene abuela porque lo preparan con nueces pero si el huevo no es lo suyo, intenten las fresas y los plátanos flameados con helado de vainilla. Tip 2: cuando acaben de comer pregunten qué es el beso de ángel, ¡échenselo de digestivo!
Cocina Española Peralvillo 30, Col. Guerrero, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06300 Fundado en 1892 como cantina y hotel, se transforma en restaurante en 1943. Ha digo objeto de visita de grandes personalidades como María Félix, Agustín Lara y Mario Moreno Cantinflas. Su tradicional receta del cabrito estilo correo español ha sido elogiada desde su creación.
Correo Español
55 Av. de la República
Cocina Española Peralvillo 30, Col. Guerrero, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06300 Fundado en 1892 como cantina y hotel, se transforma en restaurante en 1943. Ha digo objeto de visita de grandes personalidades como María Félix, Agustín Lara y Mario Moreno Cantinflas. Su tradicional receta del cabrito estilo correo español ha sido elogiada desde su creación.
Cocina Alemana Dr. Rio de la Loza 221, Col. Doctores, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06720 Lugar donde encontrarás cocina tradicional alemana y cerveza de barril en un entorno casual y bien ambientado. Salchichas Frankfurter, Schubling, Bratwurst y Krakauet, sauerkraut, Eisbern (chamorro de cerdo) y pierna de cerdo al horno, goulash estilo Húngaro, Fleischrouladen, postres y más.
Fritz
221 Avenida Doctor Río de la Loza
Cocina Alemana Dr. Rio de la Loza 221, Col. Doctores, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06720 Lugar donde encontrarás cocina tradicional alemana y cerveza de barril en un entorno casual y bien ambientado. Salchichas Frankfurter, Schubling, Bratwurst y Krakauet, sauerkraut, Eisbern (chamorro de cerdo) y pierna de cerdo al horno, goulash estilo Húngaro, Fleischrouladen, postres y más.
Cocina Italiana Av. Juárez 76, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 El tradicional spaghetti Bolognesa y amplia variedad de pastas, carpaccios, pizzas, etc.
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Italiannis
76 Av. Juárez
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Cocina Italiana Av. Juárez 76, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 El tradicional spaghetti Bolognesa y amplia variedad de pastas, carpaccios, pizzas, etc.
Cocina Francesa Medellín 40, Col. Roma Norte, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06700 Presenta un menú en el que reinterpreta los clásicos de la cocina francesa y homenajea a distintas regiones Gastronómicas de su país, Francia. Sus platillos están plagados de sabores tradicionales, bien construidos y que cambian cada temporada para ser servidos con ingredientes locales y de la estación.
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Galiachef Bistrot Álvaro
101 Av. Álvaro Obregón
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Cocina Francesa Medellín 40, Col. Roma Norte, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06700 Presenta un menú en el que reinterpreta los clásicos de la cocina francesa y homenajea a distintas regiones Gastronómicas de su país, Francia. Sus platillos están plagados de sabores tradicionales, bien construidos y que cambian cada temporada para ser servidos con ingredientes locales y de la estación.
Cocina Brasileña Av. Francisco I. Madero 6, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 Una rica combinación de ensaladas puestas en la barra para prepararlas al gusto y acompañadas por espadas, es el inicio de una grata experiencia culinaria al más puro estilo carioca. Las espadas, constan de brochetas que llevan ensartados trozos de carne de cerdo, res, pollo, chistorra, pimientos y mas ingredientes asados a las brasas. Son servidas por expertos meseros que blanden las brochetas en un brazo, mientras el otro sostiene un machete o espada con el que cortan la pieza y ración de tu elección. No olvides degustar la típica caipiriña, bebida regional preparada con cachaza, lima y azúcar.
Brazilian Terraza
6 Av Francisco I. Madero
Cocina Brasileña Av. Francisco I. Madero 6, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 Una rica combinación de ensaladas puestas en la barra para prepararlas al gusto y acompañadas por espadas, es el inicio de una grata experiencia culinaria al más puro estilo carioca. Las espadas, constan de brochetas que llevan ensartados trozos de carne de cerdo, res, pollo, chistorra, pimientos y mas ingredientes asados a las brasas. Son servidas por expertos meseros que blanden las brochetas en un brazo, mientras el otro sostiene un machete o espada con el que cortan la pieza y ración de tu elección. No olvides degustar la típica caipiriña, bebida regional preparada con cachaza, lima y azúcar.
Cocina Mexicana Calle de La Palma 32, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 Especialidad: Pavo En un día normal, El Rey del Pavo es una romería. Con más de 100 años de historia, desde 1910 ofrece muchas variedades en su preparación y es un clásico que no puedes dejar de visitar. Sus recetas tienen mucha tradición. Podrás disfrutarlo en tortas y tacos; ahumado o natural, con mole negro y al estilo navideño y por si fuera poco degustar un excelente consomé.
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El Rey del Pavo
32 C. de la Palma
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Cocina Mexicana Calle de La Palma 32, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 Especialidad: Pavo En un día normal, El Rey del Pavo es una romería. Con más de 100 años de historia, desde 1910 ofrece muchas variedades en su preparación y es un clásico que no puedes dejar de visitar. Sus recetas tienen mucha tradición. Podrás disfrutarlo en tortas y tacos; ahumado o natural, con mole negro y al estilo navideño y por si fuera poco degustar un excelente consomé.
Cocina Japonesa Motrolinia 31-A, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 En el corazón de la CDMX, en pleno Centro Histórico, se encuentra Ah-Un, un espacio dedicado a la comida japonesa tradicional. Con una decoración minimalista de madera y piedra, con detalles de latón y espejos, este lugar se destaca entre los que se encuentran a su alrededor en la calle de Motolinia. Lo primero que se aprecia al entrar es una barra con una gran variedad de bebidas: mezcal, whisky, ginebra, tequila y el tradicional sake, del cual tienen tres variedades. Todos son encargados de protagonizar los tragos, que destacan por ser frescos y ligeros. A espaldas de la zona de bebidas hay una habitación con una barra cuadrada dedicada a las especialidades frescas. Al centro hay un espacio en el que un chef filetea pescado, arma sushi y tiene la oportunidad de conversar con los comensales. Dentro de estas especialidades, destaca su sashimi de distintos pescados: salmón, atún y sierra. Cada bocado es una verdadera delicia, se puede sentir como si acabara de salir del mar. Ah-Un abrió sus puertas en 2016 y, desde entonces, se ha posicionado como el mejor restaurante de comida japonesa en el centro de la ciudad. Su nombre hace referencia a una deidad complementaria, algo parecido al Ying y Yang. “Ah» como el inicio del todo; y «Un» como el final. Su vasto menú tiene similitudes con el de MOG Bistro, ya que en sus inicios, Ah-Un hizo colaboraciones con el restaurante de la Roma para lograr posicionarse. Actualmente, ambos son totalmente independientes. Como entrada, tienes que probar sus edamames preparados. Su sabor es fenomenal y la porción es excelente para compartir y abrir el apetito. Si la plática está agradable y quieres prolongar tu estancia, puedes pedir un Rollo Dragón, con tempura de camarón, cebollín, aguacate, salsa de anguila y zanahoria frita, una verdadera delicia. De plato fuerte no te puedes perder su delicioso ramen de cerdo. La carne llena de sabor el caldo y los fideos, y cada cucharada es un deleite para el paladar. La porción está muy bien servida, por lo que te recomendamos dividirla, para que puedas probar más platillos del menú. Finalmente, como postre, su pastel de chocolate es un must. Se sirve con una espuma de vainilla y se acompaña de frutos rojos. Su textura es inigualable, se puede sentir el chocolate derretido en un pan esponjoso y suave. Cada bocado se derrite en la boca. Ah-Un es un recinto que logró conjuntar un amplio y delicioso menú con un ambiente acogedor y relajado, y un servicio de primera para ofrecer una experiencia distinta, al más puro estilo japonés en el Centro de la CDMX.
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Ah-Un
31 A Calle de Motolinia
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Cocina Japonesa Motrolinia 31-A, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 En el corazón de la CDMX, en pleno Centro Histórico, se encuentra Ah-Un, un espacio dedicado a la comida japonesa tradicional. Con una decoración minimalista de madera y piedra, con detalles de latón y espejos, este lugar se destaca entre los que se encuentran a su alrededor en la calle de Motolinia. Lo primero que se aprecia al entrar es una barra con una gran variedad de bebidas: mezcal, whisky, ginebra, tequila y el tradicional sake, del cual tienen tres variedades. Todos son encargados de protagonizar los tragos, que destacan por ser frescos y ligeros. A espaldas de la zona de bebidas hay una habitación con una barra cuadrada dedicada a las especialidades frescas. Al centro hay un espacio en el que un chef filetea pescado, arma sushi y tiene la oportunidad de conversar con los comensales. Dentro de estas especialidades, destaca su sashimi de distintos pescados: salmón, atún y sierra. Cada bocado es una verdadera delicia, se puede sentir como si acabara de salir del mar. Ah-Un abrió sus puertas en 2016 y, desde entonces, se ha posicionado como el mejor restaurante de comida japonesa en el centro de la ciudad. Su nombre hace referencia a una deidad complementaria, algo parecido al Ying y Yang. “Ah» como el inicio del todo; y «Un» como el final. Su vasto menú tiene similitudes con el de MOG Bistro, ya que en sus inicios, Ah-Un hizo colaboraciones con el restaurante de la Roma para lograr posicionarse. Actualmente, ambos son totalmente independientes. Como entrada, tienes que probar sus edamames preparados. Su sabor es fenomenal y la porción es excelente para compartir y abrir el apetito. Si la plática está agradable y quieres prolongar tu estancia, puedes pedir un Rollo Dragón, con tempura de camarón, cebollín, aguacate, salsa de anguila y zanahoria frita, una verdadera delicia. De plato fuerte no te puedes perder su delicioso ramen de cerdo. La carne llena de sabor el caldo y los fideos, y cada cucharada es un deleite para el paladar. La porción está muy bien servida, por lo que te recomendamos dividirla, para que puedas probar más platillos del menú. Finalmente, como postre, su pastel de chocolate es un must. Se sirve con una espuma de vainilla y se acompaña de frutos rojos. Su textura es inigualable, se puede sentir el chocolate derretido en un pan esponjoso y suave. Cada bocado se derrite en la boca. Ah-Un es un recinto que logró conjuntar un amplio y delicioso menú con un ambiente acogedor y relajado, y un servicio de primera para ofrecer una experiencia distinta, al más puro estilo japonés en el Centro de la CDMX.
Cocina Italo-Argentina Gante 11, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06010 Agentalia es el lugar donde se logra fusionar el sabor de la auténtica y tradicional cocina italiana con la exquisita cocina Argentina. En la elaboración del menú participaron auténticos profesionales de la cocina nacidos en Italia y Argentina quienes vertieron no sólo sus conocimientos, pasión, experiencias y gusto por la comida; resultando en un menú hecho para deleitar tu paladar y hacer de tu próxima visita toda una experiencia con diversos platillos como pizzas y empanadas preparadas de manera artesanal en un horno de piedra único que le da un sabor particular y especial a cada ingrediente; nunca volverás a ver igual a las demás pizzas. Y si tu gusto se inclina por la carne selecta, también encontrarás jugosos y bastos cortes de carne asados al momento en el fuego de las brasas hasta alcanzar el término de tu preferencia. Y para acompañar no podría faltar los vinos con certificación de origen junto con ensaladas, guarniciones, postres y cocteles que te llevarán a explorar y enamorarte de la cocina Ítalo-Argentina. Te invitamos a visitar las dos sucursales ubicadas en la Ciudad de México, donde seguramente encontrarás un espacio a la altura de tu próxima junta de negocios, de tu próxima cita romántica, para tu próxima reunión familiar o de amigos e incluso para ese gusto personal de comer y viajar por un instante a la bella Italia o la hermosa Argentina. ¡Ven pronto!
Argentalia
296 Av. Paseo de la Reforma
Cocina Italo-Argentina Gante 11, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06010 Agentalia es el lugar donde se logra fusionar el sabor de la auténtica y tradicional cocina italiana con la exquisita cocina Argentina. En la elaboración del menú participaron auténticos profesionales de la cocina nacidos en Italia y Argentina quienes vertieron no sólo sus conocimientos, pasión, experiencias y gusto por la comida; resultando en un menú hecho para deleitar tu paladar y hacer de tu próxima visita toda una experiencia con diversos platillos como pizzas y empanadas preparadas de manera artesanal en un horno de piedra único que le da un sabor particular y especial a cada ingrediente; nunca volverás a ver igual a las demás pizzas. Y si tu gusto se inclina por la carne selecta, también encontrarás jugosos y bastos cortes de carne asados al momento en el fuego de las brasas hasta alcanzar el término de tu preferencia. Y para acompañar no podría faltar los vinos con certificación de origen junto con ensaladas, guarniciones, postres y cocteles que te llevarán a explorar y enamorarte de la cocina Ítalo-Argentina. Te invitamos a visitar las dos sucursales ubicadas en la Ciudad de México, donde seguramente encontrarás un espacio a la altura de tu próxima junta de negocios, de tu próxima cita romántica, para tu próxima reunión familiar o de amigos e incluso para ese gusto personal de comer y viajar por un instante a la bella Italia o la hermosa Argentina. ¡Ven pronto!
Cocina Árabe Mesones 169, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06090 Al Andalus abre en 1994 como un restaurante de comida libanesa bajo un menú exótico, con el fin de apoyar a la comunidad árabe que llegó a Mesones. Pese a haber abierto sus puertas apenas en el año de 1994, la atmósfera que se respira en el restaurante Al Andalus parece remontarse a las primeras décadas del siglo anterior, cuando la comunidad árabe llegó al Centro Histórico, para abrir sus negocios que, a la fecha, conservan en el corazón de la ciudad, misma que enriquecieron con su cultura. Sobre Mesones, calle caracterizada por las tiendas de productos papeleros que tiene en ambos lados de su acera, se encuentra el inmueble de dos niveles del siglo XVII ocupado por este restaurante, al que suele acudir los integrantes de la comunidad árabe que, pese a radicar por otros rumbos de la ciudad, a la fecha, todavía operan sus negocios en el barrio, y que ocupan la mesas igual que el resto de los vecinos y los amantes de la gastronomía árabe, que ubican al restaurante entre los mejores de su tipo en la Ciudad de México. Para ordenar de comer, no hay duda: la llamada "mesa libanesa" ofrece, con su docena de platillos tradicionales, un muestrario abundante de la gastronomía del Medio Oriente. Platos de jocoque seco, tabule (ensalada elaborada con perejil, trigo y jitomate, entre sus ingredientes principales), garbanza y berenjena molidas, arroz con lentejas y arroz con fideos, tacos de col rellenos de carne de cordero, lo mismo que sus rollos de hojas de parra; keppe crudo (como carne tártara) y keppe bola (empanizada y frita), entre otros, llegan a la mesa para recubrirla. Adicionalmente, el comensal puede escoger entre brochetas de carne preparadas a la parrilla, o un taco árabe de carne de cordero, antecedente directo de nuestros mexicanísimos tacos al pastor. No falta el arak, el licor tradicional de aquellas latitudes, un destilado con toque anisado de alta graduación alcohólica, que suele tomarse mezclado con agua, lo cual le hace adquirir un tono lechoso. Adicionalmente, el restaurante Al Andalus tiene su propia etiqueta de vino elaborado en Líbano, de diversas variedades de uva. Otro elemento emblemático de Al Andalus, y de la gastronomía árabe en general, es su repostería, del que puede ordenarse al final un auténtico muestrario de dulces, elaborados con nuez, pistache y miel, que pueden acompañarse con una jarra de café árabe, que pueden preparar dulce o amargo.
30 місцеві жителі рекомендують
Al Andalus
171 Mesones
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Cocina Árabe Mesones 169, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06090 Al Andalus abre en 1994 como un restaurante de comida libanesa bajo un menú exótico, con el fin de apoyar a la comunidad árabe que llegó a Mesones. Pese a haber abierto sus puertas apenas en el año de 1994, la atmósfera que se respira en el restaurante Al Andalus parece remontarse a las primeras décadas del siglo anterior, cuando la comunidad árabe llegó al Centro Histórico, para abrir sus negocios que, a la fecha, conservan en el corazón de la ciudad, misma que enriquecieron con su cultura. Sobre Mesones, calle caracterizada por las tiendas de productos papeleros que tiene en ambos lados de su acera, se encuentra el inmueble de dos niveles del siglo XVII ocupado por este restaurante, al que suele acudir los integrantes de la comunidad árabe que, pese a radicar por otros rumbos de la ciudad, a la fecha, todavía operan sus negocios en el barrio, y que ocupan la mesas igual que el resto de los vecinos y los amantes de la gastronomía árabe, que ubican al restaurante entre los mejores de su tipo en la Ciudad de México. Para ordenar de comer, no hay duda: la llamada "mesa libanesa" ofrece, con su docena de platillos tradicionales, un muestrario abundante de la gastronomía del Medio Oriente. Platos de jocoque seco, tabule (ensalada elaborada con perejil, trigo y jitomate, entre sus ingredientes principales), garbanza y berenjena molidas, arroz con lentejas y arroz con fideos, tacos de col rellenos de carne de cordero, lo mismo que sus rollos de hojas de parra; keppe crudo (como carne tártara) y keppe bola (empanizada y frita), entre otros, llegan a la mesa para recubrirla. Adicionalmente, el comensal puede escoger entre brochetas de carne preparadas a la parrilla, o un taco árabe de carne de cordero, antecedente directo de nuestros mexicanísimos tacos al pastor. No falta el arak, el licor tradicional de aquellas latitudes, un destilado con toque anisado de alta graduación alcohólica, que suele tomarse mezclado con agua, lo cual le hace adquirir un tono lechoso. Adicionalmente, el restaurante Al Andalus tiene su propia etiqueta de vino elaborado en Líbano, de diversas variedades de uva. Otro elemento emblemático de Al Andalus, y de la gastronomía árabe en general, es su repostería, del que puede ordenarse al final un auténtico muestrario de dulces, elaborados con nuez, pistache y miel, que pueden acompañarse con una jarra de café árabe, que pueden preparar dulce o amargo.
Cocina Hindú Plaza de la Constitución No.13, Col.Centro,, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 En este restaurante no hay medias tintas, no hay una salsa picante para consentir el paladar mexicano, ni se recorta la grasita del pollo para complacer a la clientela más melindrosa. Aquí se prepara comida india genuina y esto es un arma de doble filo: puedes amarla u odiarla, dependiendo de cuál sea tu aguante estomacal con respecto a la comida ultraespeciada. El curry amarillo, por ejemplo, tiene muy presente el sabor y el aroma a cardamomo y anís; los arroces se sazonan con cúrcuma, pimienta y algunos otros agentes aromáticos que siguen en la misma línea. Para tomar, si quieres continuar con lo auténtico indio, la opción es un vaso frío de lassi dulce que es, básicamente, un licuado de yogurt. Como punto final, te sugerimos el kheer, un postre cercano a nuestra cultura, se trata de un arroz con leche, pasas, almendras y un toque de cardamomo.
Bukhara
465 Av. Insurgentes Sur
Cocina Hindú Plaza de la Constitución No.13, Col.Centro,, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 En este restaurante no hay medias tintas, no hay una salsa picante para consentir el paladar mexicano, ni se recorta la grasita del pollo para complacer a la clientela más melindrosa. Aquí se prepara comida india genuina y esto es un arma de doble filo: puedes amarla u odiarla, dependiendo de cuál sea tu aguante estomacal con respecto a la comida ultraespeciada. El curry amarillo, por ejemplo, tiene muy presente el sabor y el aroma a cardamomo y anís; los arroces se sazonan con cúrcuma, pimienta y algunos otros agentes aromáticos que siguen en la misma línea. Para tomar, si quieres continuar con lo auténtico indio, la opción es un vaso frío de lassi dulce que es, básicamente, un licuado de yogurt. Como punto final, te sugerimos el kheer, un postre cercano a nuestra cultura, se trata de un arroz con leche, pasas, almendras y un toque de cardamomo.
Cocina Cubana Ignacio Allende 27, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 Desde su origen, la cocina cubana ha sido el resultado de la confluencia de los propios factores que permitieron la formación de la nacionalidad en el siglo XIX; la mezcla de costumbres españolas, aborígenes, africanas y la posterior influencia de la inmigración asiática y yucateca. El plato nacional es el ajiaco criollo, un conjunto de viandas, vegetales y carnes de diversos tipos cocinados juntos, que varía por la diversidad de los ingredientes empleados en su confección. Los platos cubanos más típicos son, además del ajiaco y de las combinaciones del arroz con distintos ingredientes, la carne de cerdo asada o frita y los tostones o chatino (trozos de plátano verde aplastados y fritos).
Los Guisaditos De Allende Comida Cubana
27 Ignacio Allende
Cocina Cubana Ignacio Allende 27, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 Desde su origen, la cocina cubana ha sido el resultado de la confluencia de los propios factores que permitieron la formación de la nacionalidad en el siglo XIX; la mezcla de costumbres españolas, aborígenes, africanas y la posterior influencia de la inmigración asiática y yucateca. El plato nacional es el ajiaco criollo, un conjunto de viandas, vegetales y carnes de diversos tipos cocinados juntos, que varía por la diversidad de los ingredientes empleados en su confección. Los platos cubanos más típicos son, además del ajiaco y de las combinaciones del arroz con distintos ingredientes, la carne de cerdo asada o frita y los tostones o chatino (trozos de plátano verde aplastados y fritos).

Iglesias y Cultos

La mayor parte de los capitalinos profesa la religión católica. Por lo menos han sido bautizados como tales, aunque para efectos prácticos, muchos son solamente creyentes que se consideran adeptos al catolicismo, sin ser practicantes regulares. Además de la apabullante Catedral Metropolitana, el Centro Histórico de la Ciudad de México está plagado de iglesias de menor tamaño, igualmente bellas y majestuosas, que cuentan historias sobre el pasado de nuestra hermosa capital: más de 40 templos de diferentes estilos arquitectónicos, fundados por distintas órdenes religiosas y construidos (o reconstruidos) en diversas épocas.
Plaza de la República S/N, Centro Histórico CDMX. Culto Católico. La Catedral Metropolitana de la Asunción de la Santísima Virgen María a los cielos de la Ciudad de México es la sede de la Arquidiócesis Primada de México y se ubica en el lado norte de la Plaza de la Constitución en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en la Demarcación Cuauhtémoc. Al formar parte del mencionado conjunto arquitectónico en esa área de la ciudad, es en consecuencia Patrimonio de la humanidad desde 1987. Las medidas aproximadas de este templo son 59 metros de ancho por 128 de largo y una altura de 67 metros hasta la punta de las torres. Es una de las obras más sobresalientes de la arquitectura hispanoamericana.3​4​5​ Fue construida, según los planos del arquitecto español Claudio de Arciniega, quien se inspiró en catedrales españolas,6​ alrededor de una iglesia que fue erigida en el lugar poco después de la conquista española de Tenochtitlán. Las obras comenzaron en 1573, concluyeron en el interior en 1667 y en el exterior hasta 1813.7​ Debido al prolongado tiempo que llevó su construcción, poco menos de 250 años, prácticamente todos los principales arquitectos, pintores, escultores, doradores y demás artistas plásticos del virreinato trabajaron en algún momento en la edificación del recinto. Esa misma condición, la de su extenso lapso de edificación, permitió que se integraran en ella los diversos estilos arquitectónicos que estuvieron vigentes y en boga en esos siglos: gótico, barroco, churrigueresco, neoclásico, entre otros. Misma situación experimentaron los distintos ornamentos, pinturas, esculturas y mobiliario en el interior.8​9​ Su realización significó un punto de cohesión social, pues en ella participaron lo mismo autoridades eclesiásticas, gubernamentales, distintas cofradías y hermandades religiosas, que múltiples generaciones de grupos sociales de todas las clases.10​ Es también, como consecuencia de la influencia de la iglesia católica en la vida pública, que el inmueble se entrelazó con acontecimientos de trascendencia histórica para las sociedades de la Nueva España y del México independiente. Por citar algunos, se encuentran la coronación de Agustín de Iturbide y Ana María Huarte como emperadores de México por el Presidente del Congreso; el resguardo de los restos fúnebres del mencionado monarca; sepultura hasta 1925 de varios de los próceres de la independencia como Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón; las disputas entre liberales y conservadores ocasionadas por la separación de la iglesia y el estado en la Reforma; el cierre del inmueble en los días de la Guerra Cristera; las visitas de los Papas Juan Pablo II (26 de enero de 1979) y Francisco (13 de febrero de 2016); los festejos del bicentenario de la independencia, entre otros.11​ La catedral presenta cuatro fachadas en las que se abren portadas flanqueadas por columnas y estatuas. Cuenta con cinco naves que se componen de 51 bóvedas, 74 arcos y 40 columnas; Hay dos torres-campanario que contienen actualmente 35 campanas. En su interior destacan dos grandes altares, la sacristía y el coro. Existen dieciséis capillas dedicadas a diferentes santos, cuya construcción fue patrocinada por diferentes hermandades religiosas. Las capillas están ricamente adornadas con altares, retablos, pinturas, muebles y esculturas. En el coro catedralicio se encuentran dos de los órganos dieciochescos más grandes del continente. Bajo el edificio hay una cripta en la que reposan los restos de algunos arzobispos de México. Junto a la catedral se encuentra el sagrario, en cuyo interior se ubica el baptisterio. HISTORIA Antecedente: La Iglesia mayor Luego de la conquista española del imperio azteca, y tras el regreso de Hernán Cortés de la exploración de la actual Honduras, los conquistadores decidieron construir una iglesia en el lugar en el que se encontraba el Templo Mayor de la ciudad azteca de Tenochtitlán para, de este modo, consolidar el poder español sobre el territorio recién conquistado. Hay constancia de la existencia de un gran templo mayor dedicado al dios Quetzalcóatl, un templo dedicado al dios Huitzilopochtli12​ y otras edificaciones menores.13​14​15​ El arquitecto Martín de Sepúlveda fue el primer director del proyecto entre 1524 y 1532, mientras que Juan de Zumárraga fue el primer obispo de la sede episcopal en el Nuevo Mundo. La catedral de Zumárraga se encontraba en la parte noreste de lo la que es la actual catedral. Tenía tres naves separadas por columnas toscanas, el techo central presentaba intrincados grabados realizados por Juan Salcedo Espinosa y dorado por Francisco de Zumaya y Andrés de la Concha. La puerta principal era probablemente de estilo renacentista. El coro tenía 48 sitiales realizados a mano por Adrián Suster y Juan Montaño en madera de ayacahuite. Para la construcción, utilizaron las piedras del destruido templo del dios Huitzilopochtli, dios de la guerra y deidad principal de los aztecas. A pesar de todo, este templo pronto fue considerado insuficiente para la creciente importancia de la capital del virreinato de Nueva España. Esta primera iglesia fue elevada a catedral por el rey Carlos I de España y el papa Clemente VII según la bula del 9 de septiembre de 153416​ y, posteriormente, nombrada metropolitana por Paulo III en 1547.17​ Esta iglesia pequeña, pobre, vilipendiada por todos los cronistas que la juzgaban indigna de una tan grande y famosa ciudad, prestó bien que mal sus servicios durante largos años. Bien pronto se ordenó que se levantase un nuevo templo, de proporcionada suntuosidad a la grandeza de la Colonia más, más esta nueva fábrica tropezó con tantos obstáculos para su comienzo, con tantas dificultades para su prosecución, que el templo viejo vio pasar en sus naves estrechas suntuosas ceremonias del virreinato; y solo cuando el hecho que las motivaba revestía gran importancia, preferíase otra iglesia, como la de San Francisco, para levantar en su enorme capilla de San José de los Indios el túmulo para las honras fúnebres de Carlos V. Viendo que la conclusión de la iglesia nueva iba para largo, ya comenzaba su fábrica, el año de 1584 se decidió reparar totalmente la catedral vieja, que sin duda estaría poco menos que ruinosa, para celebrar en ella el tercer Concilio Mexicano. La iglesia tenía de largo poco más que el frente de la catedral nueva; sus tres naves no alcanzaban 30 metros de ancho y estaban techadas, la central con una armadura de media tijera, las de los lados con vigas horizontales. Además de la puerta del Perdón había otra llamada de los Canónigos, y quizás una tercera quedaba a la placeta del marqués.18​ Años más tarde, la catedral quedó pequeña para su función. En 1544, las autoridades eclesiásticas ya habían ordenaron la construcción de una catedral nueva y más suntuosa. Inicio de la Obra En 1552, se llegó a un acuerdo por el cual el coste de la nueva catedral sería compartido por la corona española, los comendadores y los indios bajo la autoridad directa del arzobispo de la Nueva España.20​ Los planes iniciales para la fundación de la nueva catedral comenzaron en 1562, dentro del proyecto para la edificación de la obra, el entonces arzobispo Alonso de Montúfar habría propuesto una monumental construcción compuesta de siete naves y basada en el diseño de la Catedral de Sevilla; un proyecto que a palabras del propio Montúfar llevaría 10 o 12 años. El peso de una obra de tales dimensiones en un subsuelo de origen pantanoso requeriría de una cimentación especial. Inicialmente se colocaron vigas cruzadas para construir una plataforma, algo que requería altos costos y un constante drenado, al final dicho proyecto se abandonaría no solo por el mencionado coste, sino por las inundaciones sufridas por el centro de la ciudad. Es entonces que apoyados en técnicas indígenas se inyectan sólidos pilotes de madera a gran profundidad, alrededor de veinte mil de estos pilotes en un área de seis mil metros cuadrados. El proyecto es disminuido de las siete originales naves a solo cinco: una central, dos procesionales y dos laterales para las 16 capillas. La construcción comenzó con los diseños y modelos creados por Claudio de Arciniega y Juan Miguel de Agüero, inspirados en las catedrales españolas de Jaén y Valladolid. En 1571, con algo de retraso, el virrey Martín Enríquez de Almansa y el arzobispo Pedro Moya de Contreras colocaron la primera piedra del actual templo. La catedral comenzó a construirse en 1573 en torno a la iglesia existente que fue derribada cuando las obras avanzaron lo suficiente para albergar las funciones básicas del templo.15​ La obra comenzó con una orientación norte-sur, contraria a la de la mayoría de las catedrales, esto debido a las aguadas del subsuelo que afectarían el inmueble con una orientación tradicional oriente-poniente. Primero se edificaron la sala capitular y la sacristía; la construcción de las bóvedas y las naves tomó cien años. Desarrollo de la construcción El inicio de las obras se encontró con un terreno fangoso e inestable que complicó los trabajos, debido a ello, el tezontle y la piedra de chiluca fueron favorecidos como materiales de construcción en varias áreas, sobre la cantera, al ser estos más livianos. En 1581, se comenzaron a levantar los muros y en 1585 se iniciaron los trabajos en la primera capilla, en esos momentos los nombres de los canteros que trabajaban en la obra eran: en las capillas las labraba Juan Arteaga y los encasamentos Hernán García de Villaverde, que además trabajaba en los pilares torales cuyas medias muestras esculpía Martín Casillas. En 1615 los muros alcanzaron la mitad de su altura total. Las obras del interior comenzaron en 1623 por la sacristía, derribándose a su conclusión la primitiva iglesia. El 21 de septiembre de 1629, las obras fueron interrumpidas por la inundación que sufrió la ciudad, en las que el agua alcanzó los dos metros de altura, causando daños en lo que actualmente es la plaza de la Constitución y otras partes de la ciudad. A causa de los daños, se inició un proyecto para construir la nueva catedral en las colinas de Tacubaya, al oeste de la ciudad pero la idea fue descartada y el proyecto continuó en la misma ubicación, bajo la dirección de Juan Gómez de Trasmonte.21​ El arzobispo Marcos Ramírez de Prado y Ovando realizó la segunda dedicación el 22 de diciembre de 1667, año en que se cerró la última bóveda. A la fecha de consagración, (careciendo, en ese momento, de campanarios, fachada principal y otros elementos construidos en el siglo XVIII), el coste de lo construido era equivalente a 1 759 000 pesos. Dicho coste fue cubierto en buena parte por los reyes de España Felipe II, Felipe III, Felipe IV y Carlos II.17​ Anexos al núcleo central del edificio se agregarían con el paso de los años el Colegio Seminario, la Capilla de las animas, y los edificios del Sagrario y de la Curia. En 1675 fue concluida la parte central de la fachada principal, obra del arquitecto Cristóbal de Medina Vargas, que incluía la figura de la Asunción de María, advocación a la que está dedicada la catedral, y las esculturas de Santiago el mayor y San Andrés custodiando. Durante lo que resta del siglo XVII se construye el primer cuerpo de la torre del oriente, obra de los arquitectos Juan Lozano y Juan Serrano. La portada principal del edificio y las del lado del oriente fueron construidas en 1688 y la del poniente en 1689. Se concluyeron los seis contrafuertes que sostienen la estructura por el lado de su fachada principal y los botareles que apoyan las bóvedas de la nave mayor.22​ Durante el siglo XVIII poco se hizo para adelantar en el término de la construcción de la Catedral; en gran medida porque, ya concluida en su interior y útil para todas las ceremonias que se ofrecían, no se presentaba la necesidad urgente de continuar trabajando en lo que faltaba. Aunque la obra hubiese sido suspendida de hecho, algunas obras al interior continuaron; hacia 1737 era maestro mayor Domingo de Arrieta. El hizo, en compañía de José Eduardo de Herrera, maestro de arquitectura, las tribunas que rodean el coro. En 1742 Manuel de Álvarez, maestro de arquitectura, dictaminó con el mismo Herrera acerca del proyecto de presbiterio que presentó Jerónimo de Balbás. En 1752, el 17 de septiembre, se colocó en la coronilla del cimborrio de esta Iglesia una cruz de fierro, de más de tres varas, con su veleta, grabada en uno y otro lado la oración del Sanctus Deus, y en medio de ella un óvalo de a cuarta, en que se puso por un lado una cera de Agnus con su vidriera y en el otro lado una lámina en que se esculpió a Señora Santa Prisca, abogada de los rayos. La espiga de dicha cruz es de dos varas y todo su peso de catorce arrobas; se clavó en una peana de cantería.23​ En 1787, el arquitecto José Damián Ortiz de Castro fue designado, tras un concurso en el que se impuso a los proyectos de José Joaquín de Torres e Isidro Vicente de Balbás, a dirigir las obras de construcción de los campanarios, la fachada principal y la cúpula. Para la edificación de las torres, el arquitecto mexicano Ortiz de Castro diseño un proyecto para hacerlas eficaces ante los sismos; un segundo cuerpo que parece calado y un remate en forma de campana. Su dirección en el proyecto continuó hasta su fallecimiento en 1793. Momento en el que fue sustituido por Manuel Tolsá, arquitecto y escultor impulsor del Neoclásico, quien llegó al país en 1791. Tolsa se encarga de concluir la obra de la catedral. Reconstruye la cúpula que resultaba baja y desproporcionada, diseña un proyecto que consiste en abrir un anillo mayor sobre el que edifica una plataforma circular, para levantar desde ahí una linternilla mucho más alta. Integra los flameros, las estatuas y las balaustradas. Corona la fachada con figuras que simbolizan las tres virtudes teologales (Fe, esperanza y caridad). La catedral en el México independiente Concluida la independencia de México, la catedral no tardó en ser escenario de capítulos importantes de la historia del nuevo país. Al ser el principal centro religioso y sede del poder eclesiástico fue parte de distintos acontecimientos que involucraba la vida pública del México independiente. El 21 de julio de 1822 se realizó la ceremonia de coronación de Agustín de Iturbide como emperador de México. Desde temprano sonaron las salvas de veinticuatro cañones, se adornaron balcones y las fachadas de los edificios públicos fueron engalanadas, así como atrios y portales de iglesias. En la catedral se colocaron dos tronos, el principal junto al presbítero y el menor cerca del coro.26​ Poco antes de las nueve de la mañana, los miembros del Congreso y del Ayuntamiento ocuparon sus lugares destinados. Tropas de caballería e infantería hicieron valla al futuro emperador y a su séquito. Tres obispos oficiaron la misa. El presidente del Congreso, Rafael Mangino, fue el encargado de colocar la corona a Agustín I, acto seguido el propio emperador ciñó la corona a la emperatriz. Otras insignias les fueron impuestas a los recién coronados por los generales y damas de honor, el obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo exclamó ¡Vivat Imperator in aeternum!, «¡vivan el emperador y la emperatriz!».27​ Terminada la ceremonia, el tañido de las campanas y el estrépito de los cañones comunicaron al pueblo que la coronación se había consumado.28​ En 1825 las cabezas de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez rescatadas y resguardadas tras haber permanecido colgadas frente a la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato, fueron trasladadas desde la Parroquia de Santo Domingo hasta la Catedral Metropolitana en una procesión solemne. La marcha de los cráneos resguardados en una urna cubierta con terciopelo negro fue acompañada por el repicar de las campanas, las voces del Coro del Cabildo y las cofradías que en aquel entonces eran las responsables de las capillas de la Catedral. Meses antes, esos mismos cráneos pendían frente a la Alhóndiga y ahora el arzobispo Pedro José de Fonte y Hernández Miravete daba autorización de que la Puerta Jubilar del recinto fuese abierta de par en par para recibir a los ya llamados ‘héroes’ de la Independencia. También se recibieron los restos de José María Morelos, Francisco Javier Mina, Mariano Matamoros y Hermenegildo Galeana. Los restos fueron colocados en la Cripta de los Arzobispos y Virreyes y en aquel entonces se escribió: “A los honorables restos de los magnánimos e impertérritos caudillos, padres de la libertad mexicana, y víctimas de la perfidia y el nepotismo, la patria llorosa y agradecida erigió este público monumento”. Sin embargo, allí no permanecieron mucho tiempo; hacia 1885, por órdenes del entonces presidente Porfirio Díaz Mori, los restos fueron sacados de la Catedral y luego, de nueva cuenta, fueron llevados en procesión hacia el recinto catedralicio, pero esta vez, la procesión estaba encabezada por el presidente de la República, los Ministros y Secretarios de Ayuntamiento, autoridades civiles, organizaciones populares, banderas mexicanas y estandartes laicos que reflejaban el carácter de la época. De nueva cuenta, la Puerta Jubilar vio desfilar a los héroes de la Patria, aunque esta vez sin Morelos. Entonces fueron colocados en la Capilla de San José, y allí estuvieron cerca de cuarenta años hasta que en 1925 salieron de la Catedral para ser colocados en la base de la Columna del Ángel de la Independencia sobre Paseo de la Reforma. El gobierno mexicano no se llevó el cuerpo, sin embargo, de Agustín de Iturbide, que permanece en la Capilla de San Felipe de Jesús.11​ Siendo Arzobispo de México José Lázaro de la Garza y Ballesteros, se pronunció en contra de las Leyes de Reforma contenidas en la Constitución de 1857. En marzo de 1857, declaró durante un sermón, que las nuevas leyes eran "hostiles a la Iglesia". El 17 de abril, envió una circular a todos los sacerdotes de su diócesis "previniendo que no se absolviera sin previa retractación pública a los fieles que hubiesen jurado la constitución". Su postura fue escuchada por muchos empleados que se negaron a jurar la Carta Magna, quienes fueron destituidos de sus puestos por el gobierno mexicano. En diferentes partes del país, se realizaron diferentes pronunciamientos y levantamientos armados bajo el grito de "Religión y fueros".29​ En consecuencia, la sociedad mexicana quedó dividida en dos facciones. Los liberales que apoyaron las reformas a la Constitución y los conservadores que la detractaban apoyando al clero. Estalló la Guerra de Reforma en el territorio mexicano, estableciéndose dos gobiernos. Por una parte el Constitucional a cargo de Benito Juárez y el promulgado por una Junta del Partido Conservador bajo el mando de Félix María Zuloaga. El 23 de enero de 1858 el gobierno conservador quedó formalmente establecido, el gobierno de liberal tuvo que escapar de la capital. El Arzobispo ofició una misa en la Catedral y para celebrar el acontecimiento se cantó el Te Deum. El 12 de febrero De la Garza envió una carta al presidente interino Zuloaga para congratular a su gobierno de forma oficial y brindarle su apoyo.30​ Durante buena parte de los siglos XIX y XX, una serie de diversos factores influyeron para una parcial perdida de su patrimonio artístico; al natural deterioro del tiempo se le sumaron, los cambios generacionales en el gusto, los incendios, los robos, pero también la falta de un marco normativo y de una conciencia para la conservación del inmueble y sus propiedades, esto claro, tanto por las autoridades eclesiásticas como las gubernamentales. De esta manera ambos entes hicieron uso de los tesoros artísticos para solventar las consecuencias de la inestabilidad política y económica del país. Por ejemplo las lámparas y atriles de plata, así como los vasos de oro y otras joyas se fundieron para financiar las guerras de mediados del siglo XIX. El cambio en la moda artística también influyo cuando el altar mayor del siglo XVII fue sustituido con un ciprés barroco en el siglo XVIII hecho por Jerónimo de Balbás; mismo que fue sustituido por el de Lorenzo de la Hidalga de estilo neoclásico y retirado para mejorar la visibilidad del Altar de los Reyes en 1943. El 12 de junio de 1864 fue parte de la fastuosa recepción en la Ciudad de México de los emperadores Maximiliano de Habsburgo y Carlota Amalia, quienes asistieron a un misa de acción de gracias ese día en el inmueble.31​ Como parte de la serie de eventos que derivaron en el desencadenamiento de la Guerra Cristera, el 4 de febrero de 1926, en el periódico El Universal se publicó una protesta que había declarado el arzobispo José Mora y del Río nueve años antes en contra de la nueva Constitución, pero la nota se presentó como una noticia nueva,32​ es decir, como si se tratase de una declaración reciente.33​ Por órdenes del presidente Calles —quien consideró la declaración como un reto al Gobierno— Mora y del Río fue consignado ante la Procuraduría General de Justicia y detenido; se clausuraron varios templos, entre ellos la misma Catedral y se expulsó a los sacerdotes extranjeros. El artículo 130 consitucional fue reglamentado como la Ley de Cultos (mejor conocida como Ley Calles), se cerraron las escuelas religiosas y se limitó el número de sacerdotes para que solo uno oficiara por cada seis mil habitantes. El 21 de junio de 1929, durante la presidencia de Emilio Portes Gil, la Iglesia y el Gobierno firmaron los arreglos que pusieron fin a las hostilidades en el territorio mexicano, con lo cual quedó reabierto el recinto. El 26 de enero de 1979 recibió por primera vez en la historia la visita un sumo pontífice de la iglesia católica, el Papa Juan Pablo II, quien en medio de un acto multitudinario, ofreció una histórica misa en la que habría de pronunciar una de sus celebres frases: ¡México siempre fiel!34​ Seria hasta el 13 de febrero de 2016 que habría de sucederse una nueva visita por parte de un máximo líder católico, cuando el Papa Francisco acudió a una reunión con todos los obispos de las diócesis de México.35​ La noche del 15 de septiembre de 2010 fue uno de los escenarios protagónicos de los festejos del bicentenario de la independencia; un espectáculo multimedia de imágenes y sonido proyectado sobre su fachada principal, acompañada de fuegos artificiales, fue el cierre de los eventos principales en el Zócalo capitalino. Incendio de 1967 El 17 de enero de 1967, un cortocircuito generó un importante incendio en la catedral. En el altar del perdón, se perdió parte de la estructura y decoración, así como las pinturas La Santa Faz de Alonso López de Herrera, El Martirio de San Sebastián de Francisco de Zumaya y La Virgen del Perdón de Simon Pereyns. En el coro se perdieron 75 de sus 99 asientos, una pintura de Juan Correa y muchos libros que se encontraban en el mismo. Los dos órganos de la catedral fueron muy dañados al fundirse parcialmente sus tubos. En otras partes de la catedral se dañaron destacadas pinturas de Rafael Ximeno y Planes, Juan Correa y Juan Rodríguez Juárez. Cuatro años después del incendio, en 1972, se iniciaron las obras de restauración de la catedral, para devolverle su aspecto original.20​ Los altares del perdón y de los reyes fueron limpiados y restaurados. En el Altar del Perdón, se añadieron varias pinturas que sustituyeron a las quemadas, La huida de Egipto, El Divino Rostro y El martirio de San Sebastián, todas obras de Pereyns. Además, se encontraron 51 pinturas, obras de Nicolás y Juan Rodríguez Juárez, Miguel Cabrera y José de Ibarra, ocultas tras el altar. Los órganos fueron desmantelados y enviados a los Países Bajos donde fueron reparados en un proceso que se prolongó hasta 1977. En el interior de uno de los órganos se encontró una copia de 1529 del nombramiento de Hernán Cortés como gobernador de Nueva España. El coro fue reconstruido en 1979. En el exterior, algunas de las estatuas fueron reparadas o sustituidas por réplicas debido a los daños que presentaban por la contaminación. En la pared del arco central de la catedral fue encontrado el sepulcro del presidente Miguel Barragán20​ Restauración La construcción de la catedral en suelo inestable conllevó problemas desde el inicio de las obras. La catedral, junto con el resto de la ciudad, se hunde en el lecho del lago desde el inicio de su construcción. Este proceso se aceleró a raíz de la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos por parte de la enorme población que habita en el lugar. Este hecho provocaba el hundimiento a ritmos diferentes en distintas secciones de la catedral, así, los campanarios, presentaban una peligrosa inclinación en la década de 1970. En 1990, dieron comienzo unos trabajos para la estabilización de la catedral, aunque se encontraba construida sobre una base sólida,20​ esta se localizaba a su vez sobre un suelo de arcilla blanda que era una amenaza para su integridad estructural, puesto que se sufría un hundimiento sobre las capas freáticas inferiores, produciendo un daño de la estructura. Por ello, la catedral fue incluida en la World Monuments Fund como uno de los cien sitios en mayor riesgo. Tras la estabilización y conclusión de los trabajos, la catedral fue eliminada de dicha lista en 2000.15​Entre 1993 y 1998 se realizaron trabajos que ayudaron a la estabilización del edificio. Bajo la catedral se excavaron pozos y se colocaron ejes de hormigón que propiciaron una base más sólida al edificio. Con ello no se detuvo el hundimiento pero sí asegura que sea uniforme. Además, se corrigió la inclinación de las torres.36​ A la par del rescate estructural del edificio, también se iniciaron trabajos de remodelación, acondicionamiento y rescate del interior del conjunto arquitectónico, sobresaliendo la del Altar de los Reyes, que se realizó en colaboración con el gobierno de España. Características[editar] Exterior[editar] Portadas[editar] La fachada principal de la catedral presenta orientación sur. En ella se abren tres puertas, siendo la central de mayor tamaño que las laterales. La puerta central está flanqueada por unas parejas de columnas separadas por hornacinas en las que se encuentran las esculturas de san Pedro y san Pablo. Sobre la puerta se encuentra un altorrelieve en mármol de la Asunción de la Virgen María, inspirado en una obra del pintor flamenco Peter Paul Rubens, al igual que el resto de relieves de las fachadas; flanqueada igualmente por parejas de columnas, estás tritóstilas, en cuyas hornacinas se encuentran las esculturas de san Andrés y San Mateo. Por encima, se encuentra el escudo de México, con el águila con las alas extendidas. El conjunto lo culmina la torre del reloj, sobre el cual se encuentran las esculturas que representan la Fe, la Esperanza y la Caridad, obras del escultor Manuel Tolsá.38​20​ La escultura de la Esperanza cayó durante el terremoto del 19 de septiembre de 2017. La fachada oeste fue construida en 1688 y reconstruida en 1804. Presenta una portada dividida en tres secciones con imágenes de los cuatro evangelistas. Presenta un gran relieve que representa a Jesús entregando las llaves del cielo a san Pedro. Por su parte, la portada este es similar a la anterior, con cuatro apóstoles ocupando las hornacinas, con san Pedro a la cabeza, y un relieve de la nave de la Iglesia navegando por los mares de la eternidad. La fachada norte fue construida en el siglo XVI en estilo herreriano, es la parte más antigua de la catedral y la de menor altura. Campanarios Las torres fueron construidas entre 1787 y 1791, a pesar de que entre 1642 y 1672 se construyó la base y primer cuerpo de la torre oriental. Las obras estuvieron a cargo del arquitecto José Damián Ortiz de Castro. Las torres de la catedral presentan una altura de entre 64 y 67 metros cuyo acceso interior se realiza mediante unas escaleras elipsoidales construidas en madera. El remate de las torres presenta forma de campana, construida con roca tezontle procedente de Chiluca. Ambas torres, están coronadas por una cruz de metal sobre una esfera también de metal. La esfera de la torre oriental fue utilizada como cápsula del tiempo, en 2007, durante los trabajos restauración de la catedral, fue abierta y se descubrió en su interior una caja de plomo con medallas religiosas, monedas de la época, un relicario, una cruz de palma, diversas imágenes de santos y oraciones y testimonios autorizados por el cabildo de la catedralicio. Bajo la esfera, en la parte más alta de la torre, se encontró la inscripción «14 de mayo de 1791. Tibursio Cano» tallada en la piedra.41​ La cruz de la torre oriente cayó durante el terremoto del 19 de septiembre de 2017. Cada torre tiene ocho esculturas representativas de santos protectores de la ciudad, siendo cuatro de doctores de la Iglesia occidental y las otras cuatro de doctores de la Iglesia en España. Las esculturas de la torre occidental son obra de José Zacarías Cora y representan a Gregorio Magno, Agustín de Hipona, Leandro de Sevilla, Fulgencio de Cartagena, san Francisco Javier y a santa Bárbara. Por su parte, las de la torre oriental fueron esculpidas por Santiago Cristóbal de Sandoval y representan a san Ambrosio, san Jerónimo, santa Rosa de Lima, santa María, san Felipe de Jesús, san Hipólito y san Isidro Labrador. Las dos torres cuentan con espacio para albergar 56 campanas, aunque, a día de hoy existen 35, ubicándose 23 en la torre oriental, 11 en la occidental, y una más fuera de las dos torres que se ubica bajo un nicho cerca del coro. La campana de mayor tamaño de todas tiene el nombre de «Santa María de Guadalupe», fue fundida por Salvador de la Vega en 1791 y colocada en 1793, pesa alrededor de trece toneladas. La campana más antigua se fundió en 1578, y es conocida como «Santa María de la Asunción» o «Doña María», tiene un peso aproximado de 7 toneladas y fue colocada en 1653, al igual que «La Ronca», conocida así por su tono grave. La más moderna es del año 2002, fue colocada con motivo de la canonización de Juan Diego Cuauhtlatoatzin y fue bendecida por el papa Juan Pablo II. Las campanas de la catedral han repicado en momentos importantes en la historia de México, así, convocaron al pueblo al recate de El Parián en 1682, repicaron en la coronación del emperador Agustín de Iturbide y en su fallecimiento y entierro, convocaron al pueblo a las defensa de la ciudad ante la invasión estadounidense el 14 de septiembre de 1847 y marcaron el inicio de las festividades del centenario de la Independencia nacional el 15 de septiembre de 1910 y el inicio de las festividades del Bicentenario de la Independencia Nacional el 15 de septiembre de 2010. Repican en su totalidad todos los años en la fiesta de Corpus Chisti, en la noche del 15 de septiembre, en la noche de Navidad, en la misa de Año Nuevo y en la misa de Pascua de resurrección. Actualmente ya no se utilizan con frecuencia, debido a que las torres están siendo reparadas por los daños que sufrieron durante el sismo del 19 de septiembre de 2017. Cúpula Se terminó con adaptaciones al proyecto de Ortiz de Castro. En el interior también se representó la Asunción de la Virgen (Rafael Ximeno y Planes, 1810). La cúpula que existe hoy en día, es obra de Manuel Tolsá, y de tambor octogonal, levantada al centro del crucero, sobre cuatro columnas y rematada por una linternilla. Las actuales ventanas son de Matías Goeritz. En el incendio de 1967, ocasionado por un corto circuito en el Altar del Perdón la pintura de la Asunción se consumió. Interior Altar Mayor Este desapareció en los años cuarenta del siglo XX. Con motivo del Jubileo del año 2000, se realizó una nueva mesa del altar mayor para sustituir a la anterior. Esta fue construida en estilo modernista por el arquitecto Ernesto Gómez Gallardo. Altar de los Reyes El Altar de los Reyes se encuentra en el ábside del templo, detrás del Altar Mayor. Es obra de Jerónimo de Balbás, autor entre otros del altar del Perdón de esta misma catedral, y del desaparecido Altar Mayor de la Iglesia del Sagrario de la Catedral de Sevilla. Su construcción se inició en 1718, está realizado en estilo churrigueresco42​ en madera de cedro blanco y ayacahuite pandorada, fue finalizado en 1737 por Francisco Martínez, lo que lo convierte en la obra churrigueresca más antigua de México. Mide 25 metros de altura, 13,75 m de ancho y 7,5 m de profundidad, debido a estas dimensiones es conocido como «la cueva dorada». Fue restaurado en 2003.43​ El retablo se divide en tres calles, presentando una exuberante composición de pilastras, columnas, follaje, guirnaldas y querubines. Toma su nombre de las tallas de santos pertenecientes a la realeza que forman parte de su decoración.42​ En la parte inferior, de izquierda a derecha, aparecen seis reinas canonizadas: Margarita de Escocia, Helena de Constantinopla, Isabel de Hungría, Isabel de Portugal, Cunegunda de Luxemburgo y Edith de Wilton. En el centro del altar se encuentran seis reyes canonizados: Hermenegildo, Enrique II del Sacro Imperio Romano Germánico, Eduardo el Confesor y Casimiro de Polonia, ubicados en una posición inferior, y Luis IX de Francia y Fernando III de Castilla, ubicados en una posición superior a los cuatro anteriores. En el centro de estos reyes se encuentra una pintura al óleo de la Adoración de los Reyes de Juan Rodríguez Juárez que muestra a Jesús como Rey de reyes. La parte superior cuenta con una pintura de la Asunción de la Virgen, del mismo autor, como reina celeste. La pintura de asunción está flanqueada por dos bajorrelieves ovalos que representan a San José con el niño Jesús y a Santa Teresa de Ávila con una pluma en la mano y el Espíritu Santo, que la inspira a escribir, por encima de ella. El retablo se completa con las imágenes de Cristo y María rodeados de ángeles que portan atributos de alabanzas a la virgen como Fuente Sellada, Casa de Oro, Pozo de Agua Viva y Torre de David. El conjunto está coronado por una doble bóveda dorada en la que aparece la imagen de Dios Padre sosteniendo el mundo.44​ Coro La sillería del coro está fabricada en una excelente talla de tapincerán. Tiene dos niveles de sitiales: el alto para canónigos y el bajo para seises y sochantres. En la parte superior presenta 59 relieves de obispos y santos realizados en caoba, nogal, cedro y tepehuaje. La sillería del coro fue realizada por Juan de Rojas entre 1696 y 1697. También fue dañada en el incendio de 1967. En el centro del coro, entre la reja y la sillería, está un facistol de caoba, adornado con figuras de marfil, una de las cuales, es un crucifijo que corona toda la obra. Se usa para sostener los libros de canto, y está conformado por tres cuerpos. La portada del coro y la crujía fueron realizadas según el diseño del pintor Nicolás Rodríguez Juárez bajo la supervisión del sangley Quiauló. La reja del coro fue realizada en 1722 Sangley Queaulo. La construyó en Macao, China, utilizando tumbaga y calain. Fue estrenada en 1730 sustituyendo a una anterior de madera. Órganos La catedral ha tenido varios órganos en su historia.46​ La primera vez que consta de su existencia es un informe por escrito al rey de España en 1530, aunque no aparecen detalles del mismo. En 1655, Diego de Sebaldos construyó un órgano. El primer gran órgano lo construyó Jorge de Sesma en Madrid en 1690 y fue instalado en la catedral por Tiburcio Sanz en 1695.47​48​ Los dos órganos actuales de la catedral fueron construidos en México por el español José Nassarre entre 1734 y 1736.49​ En el órgano de la Epístola, Nassarre reutilizó elementos del órgano de Jorge de Sesma.47​En el incendio de 1967 sufrieron importantes daños, por lo que fueron restaurados en 1978 y posteriormente restaurados entre 2008 y 2014 por Gerhard Grenzing. Altar del Perdón Se ubica en el trascoro, en la parte delantera de la nave central. El retablo fue realizado por el arquitecto español Jerónimo de Balbás en 1735, siendo una de sus obras más importantes. Es barroco, acabado en pan de oro, representa el primer uso del estípite en las Américas, en el cual, las columnas representan el cuerpo humano. A principios de 1967 hubo un incendio en la catedral que dañó el altar. Gracias a la restauración practicada, se puede admirar el día de hoy una gran obra de arte virreinal.38​ Se llama así porque se encuentra detrás de la puerta del mismo nombre. Aunque hay otras dos leyendas sobre el origen del nombre, la primera establece que los condenados por la Inquisición eran llevados al altar para pedir perdón antes de su ejecución. La segunda, se refiere al pintor Simon Pereyns, autor de muchas obras en la catedral, que al parecer fue acusado de blasfemia y condenado a prisión, mientras estaba en la cárcel, pintó una bella imagen de la Virgen María, por lo que su crimen fue perdonado.44​ En este altar se encuentra la imagen de Jesucristo crucificado realizada en pasta de caña de maíz conocida como el Señor del Veneno.51​ La imagen data del siglo XVIII y originalmente se encontraba en la capilla del Seminario de Porta Coeli de la Ciudad de México, pero tras ser clausurada al culto público en 1935, fue trasladada a la Catedral Metropolitana. Su fiesta se celebra el 19 de octubre. Capillas Capilla de Nuestra Señora de las Angustias de Granada La capilla sirve de asiento a la torre más antigua del templo, fue techada entre los años 1624 y 1627, y se utilizó originalmente como sacristía. La capilla presenta un estilo medieval, con la bóveda acanalada y dos retablos simples. En su retablo lateral derecho cuenta con una pintura ovalada del siglo XVI, obra del pintor flamenco Martín de Vos, San Rafael, arcángel y el joven Tobías. En la parte superior de este retablo se encuentra una pintura de la Virgen del Carmen y por encima de esta otra pintura de la Última cena. El retablo frontal que preside la capilla, es de estilo churrigueresco, y está presidido por una pintura de la Virgen de las Angustias de Granada. En el siglo XIX se perdió el banco original del retablo lateral por lo que en 1964 le fue colocado otro elaborado por Miguel Ángel Soto, por encargo de la Comisión Diocesana de Orden y Decoro. El retablo principal fue mutilado en el siglo XX. Una escultura que albergaba de san Felipe de Jesús se encuentra ahora en Tepotzotlán y un lienzo de san Nicolás de Bari se integró a la colección pictórica que se ubicó en el sagrario y que fue posteriormente desmantelada. Capilla de San Isidro Conocida también como capilla del Santo Cristo Negro, El Señor del Veneno. También terminada entre 1624 y 1627, comunica internamente a la Catedral con el Sagrario, debido a que el Cabildo decidió abrir un acceso que la convirtió en “simple pasadizo”. Cuenta con una portada barroca en cantera gris, obra de Lorenzo Rodríguez (de fines de 1767 y principios de 1768) que hoy día se encuentra gravemente fracturada, debido a una severa grieta que apareció en la nave procesional oriente y que partió a toda la capilla. El parentesco de esta portada “va más con los marcos de las ventanas que... con las portadas exteriores del edificio”, debido a la composición del coronamientos de los marcos. Capilla de la Inmaculada Concepción Retablo principal de la capilla de la Inmaculada Concepción. Terminada su bóveda durante el período constructivo de 1624-1648, contó originalmente en su testero con un “retablo reticulado, con soportes salomónicos datable en el último tercio del siglo XVII” dedicado a Santa Ana y con 6 tablas de Juan Sánchez Salmerón. Tan solo se conservan en la iglesia dos pinturas colocadas en la capilla de la Divina Providencia: la Anunciación a Santa Ana y Los desposorios de la Virgen. Las telas dedicadas a La Purísima con San Joaquín y Santa Ana, La aparición del Arcángel a San Joaquín y El nacimiento de la Virgen se localizan ahora en el Museo del Virreinato. El 21 de julio de 1752 el canónigo Joaquín Zorrilla regaló a la capilla una importante lámpara de plata que fue fundida en 1847. El sacristán mayor, bachiller Ventura López, no se quedó atrás y también donó un “nicho de vidrios azogados, dentro del cual había dos ceras de Agnus y algunas reliquias; más un Santo Niño recostado en una cruz de madera, con dos chapetas de plata sobredorada”, además de esmeraldas y perlas finas. No se sabe el destino de estas piezas. El arzobispo michoacano Labastida y Dávalos –quien decidió su nueva advocación- ordenó la primera remodelación de la capilla, colocando un altar neoclásico de alabastro proveniente de la Hacienda de los Negros en Guadalajara, y que fue compartido con la Capilla de San José. Finalmente reconstruido fue enviado al templo de la Asunción en la colonia Industrial, donde desapareció en 1985. En pleno siglo XX la capilla obtuvo nuevamente un retablo barroco de la modalidad anástila (sin columnas), el del Altar de San José localizado primeramente en el muro oriente de la portada norte. Este altar contiene obras de Simón Pereyns, Baltasar de Echave Orio y José de Ibarra. Desaparecieron de la capilla un medio punto del siglo XVII que representaba a Jesús en gloria y una pintura de la Asunción de la Virgen de José Ibarra, además de las esculturas representativas de Santa Ana, San Joaquín, San Antonio de Padua, San Lorenzo, San Nicolás Tolentino y dos santos niños. Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe. Fue techada en la tercera etapa de cerramiento del edificio, entre 1653 y 1660, y utilizada antes de la segunda consagración catedralicia, primero como bautisterio y después como sala de juntas de la archicofradía del Santísimo Sacramento y de la Caridad. Contó con retablos del siglo XVII ensamblados entre 1670 y 1675, que fueron renovados en 1754 mediante un contrato entre la archicofradía y José Joaquín de Sáyago, incluyendo el retablo de Guadalupe y los costados dedicados a San Juan Bautista y lienzos de Cristo Nuestro Señor. En 1807 se decide intervenir nuevamente estos retablos en virtud de que “ya están muy antiguos, están notablemente deteriorados e indecentes por lo que no corresponde al decoro de la misma Santa Iglesia ni al esplendor de un cuerpo tan ilustre y distinguido como la Archicofradía”. La obra es realizada entre 1807 y 1809 (conforme al dictamen de la Real Academia de San Carlos), por José Martínez de los Ríos, con la colaboración, para diecisiete esculturas, de Clemente Terrazas. Fueron trabajados tres altares: el central continuó dedicado a la Guadalupana, flanqueada por San Joaquín y Santa Ana; el izquierdo dedicado a San Juan Bautista, con sus padres San Zacarías y Santa Isabel; y el derecho que cambió de advocación en 1809, antes con lienzos de Cristo vinculado al Santísimo Sacramento y después dedicado a los jesuitas San Luis Gonzaga, San Estanislao Kostka y San Juan Francisco Regis. Capilla de Nuestra Señora de La Antigua La Virgen de la Antigua. Abajo, el Niño Cautivo. Está consagrada a la advocación mariana del mismo nombre, y en el retablo principal, neoclásico, obra de Juan de Rojas (1718), hay una copia de la imagen de la Virgen de la Antigua cuyo original se encuentra en la Catedral de Sevilla. Esta imagen de influencia bizantina era muy venerada por la población española de la ciudad de México durante el período colonial. Bajo la imagen de la virgen hay una magnífica escultura sevillana del Niño Jesús, original de la primera mitad del siglo XVII y atribuida a Juan Martínez Montañés. Es conocida popularmente como El Santo Niño Cautivo, debido a que permaneció en Argel junto a Francisco Sandoval de Zapata, racionero de la catedral, quien fue hecho prisionero por piratas del norte de África en 1622, cuando llevaba la escultura hacia México. Capilla de San Pedro La capilla de San Pedro custodia otros dos retablos. El primero y principal está dedicado a honrar la vida del santo apóstol y fue edificado hacia 1670. En él se observan ya los lineamientos del barroco temprano en los que aún se observan elementos manieristas como los relieves de lacería, las ménsulas y los pinjantes. El retablo está formado por tres cuerpos, el último de los cuales se integra al espacio arquitectónico dejando al centro el vano de la ventana. El retablo se merece una mención especial por su decoración general en la que sobresalen los variados motivos vegetales e inanimados propios del barroco. En cuanto a las pinturas de este retablo, no se ha podido saber a ciencia cierta quiénes fueron los autores, se trata de obras cuyo tema es la vida de San Pedro, y en un pasaje se recuerda el martirio del apóstol que pidió ser crucificado de cabeza “por no ser digno de morir como su maestro”. Capilla del Santo Cristo y de las Reliquias Retablo principal de la capilla de las reliquias, con el Cristo de los Conquistadores y el Santo Entierro. Se construyó entre 1610 y 1615 dedicada al Santo Cristo de los Conquistadores. También recibe el nombre de Capilla de reliquias por las reliquias insignes guardadas en los retablos barrocos. Según algunos historiadores la imagen de Cristo crucificado conocida como el "Santo Cristo de los Conquistadores" (S. XVI O XVII) fue un regalo de Carlos V, otros sostienen que se trata de una obra realizada en estas tierras, lo cierto es que ya en la primera catedral recibía gran veneración. Las pinturas y esculturas escenifican momentos de la pasión de Cristo uniendo a este tema la pasión o tormento de los santos y santas màrtires. La escultura del "Santo Entierro" es utilizado todos los años en la procesión del Viernes Santo. El retablo de la derecha tiene al centro una Virgen de Guadalupe, de José de Ibarra, ante la que se juró a Santa María de Guadalupe como la Patrona General y Universal de todos los reinos de la Nueva España el 4 de diciembre de 1746, y que conserva una reliquia del ayate de Juan Diego Cuauhtlatoatzin. Las reliquias de esta capilla se exponen anualmente el día de todos los santos y el día de los fieles difuntos (1 y 2 de noviembre). De acuerdo a la tradición, en esta capilla se custodian reliquias de, entre otros, San Vicente de Zaragoza, San Vito, Santa Úrsula, San Gelasio, San Vital de Milán, así como una astilla de la Vera Cruz y una espina de la corona de Jesús. Capilla de San Felipe de Jesús Exhibición de los restos de Agustín de Iturbide en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, con motivo de los festejos del Bicentenario de la Independencia Mexicana 2010 en la capillas San Felipe de Jesús. La Capilla de San Felipe de Jesús se terminó en la primera etapa constructiva de la Catedral, en 1615; su bóveda fue cerrada en piedra de cantera con nervaduras al estilo gótico, ya que es una de las techumbres más antiguas del templo. Aquí se encuentran los restos de Agustín de Iturbide. Asimismo, aquí se conserva el corazón de Anastasio Bustamante. En esta capilla se encuentra una escultura alusiva al primer santo mexicano: San Felipe de Jesús. Esta obra, a modo de ver de muchos críticos de arte, es la escultura estofada, tallada y policromada mejor elaborada de Iberoamérica.52​ Capilla de Nuestra Señora de los Dolores Es de las más antiguas de la Catedral. Terminada hacia 1600 estuvo dedicada a la archicofradía del Santísimo Sacramento, que la decoró suntuosamente. Fue dedicada a la Virgen de los Dolores cuando se colocó en el altar central la escultura, obra de Clemente Terrazas. Esta imagen estuvo en la capilla de Palacio Nacional en la época de Maximiliano I de México. Capilla del Señor del Buen Despacho (n.º 5 en el plano) Señor del Buen Despacho. Se estrenó el 8 de diciembre de 1648 estuvo dedicada al gremio de los plateros que colocaron en ella dos imágenes de plata maciza, una de la purísima concepción y otra de San Eligio o Eloy. La decoración de toda la capilla es estilo neoclásico pertenece la primera mitad del siglo XIX. Capilla de Nuestra Señora de la Soledad (n.º 4 en el plano) La capilla dedicada a la Virgen de la Soledad fue abierta al culto en la segunda mitad del siglo XVII. Ella protege a los albañiles y obreros que participaron en la construcción de la catedral. El retablo principal está formado por dos cuerpos y un remate, en él se aprecian las columnas salomónicas de capitel corintio que separan las entrecalles. Es una virgen de la Soledad copia de una imagen española. El retablo puede ser ubicado en la década de 1670-1680 gracias a las pinturas con el tema de la Pasión de Cristo hechas por el pintor Pedro Ramírez. Capilla de San José (n.º 3 en el plano) El Señor del Cacao. Su retablo principal es barroco, procedente de la antigua Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat y tiene en el centro la imagen de San José con el Niño, rodeado de santos, entre los que destaca Santa Brígida de Suecia. El retablo lateral es una composición de pinturas barrocas, que consiste en El triunfo de la Fe, La transfiguración, La circuncisión y La asunción. Hay un antiguo Ecce homo sedente, llamado popularmente el Señor del cacao. Es una escultura mexicana de caña de maíz procedente de la primera catedral, y muy venerada por los indígenas durante la colonia, quienes a falta de monedas depositaban como ofrenda semillas de cacao, que en época prehispánica se consideraban valiosas piezas de cambio. En la actualidad es común que los niños depositen ofrendas en forma de caramelos. Capilla de San Cosme y San Damián (n.º 2 en el plano) Entre los retablos que decoran el interior de la capilla, el principal está dedicado a honrar a los santos tutelares de la capilla. Consta de dos cuerpos, el remate y tres entrecalles. Es uno de los retablos catedralicios del siglo XVII en los que se puede afirmar que tiene un acento manierista y como prueba de ellos están las columnas clasicistas estriadas. El retablo fue concebido para albergar pinturas, las cuales exaltan la vida de los santos médicos Cosme y Damián y se deben al pintor Sebastián López Dávalos. Al centro hay un antiguo crucifijo de madera conocido como el Señor de la Salud, que es invocado contra enfermedades y se considera protector de la ciudad en casos de epidemias. La última vez que la imagen fue sacada a la calle en procesión y trasladada al altar del perdón fue en 2009, con ocasión de la epidemia de gripe A (H1N1); la imagen no se sacaba desde 1850,53​ cuando hubo una epidemia de peste en la ciudad. Un pequeño retablo lateral está consagrado al nacimiento de Jesús, y proviene del templo franciscano de Zinacantepec. Capilla de los Ángeles (n.º 1 en el plano) Sirve de basamento a lo torre occidental, y fue concluida entre 1653 y 1660. Esta primera capilla fue destruida por un incendio en 1711, por lo que fue inmediatamente sustituida por la actual, finalizada en 1713. Cuenta con unos fastuosos retablos barrocos con esculturas estofadas y policromadas, obras de Manuel de Nava, que representan a los siete arcángeles. Sacristía Es el espacio más antiguo de la catedral. En 1626, al ordenar el virrey Rodrigo Pacheco y Osorio, Marqués de Cerralvo (1624-1635) la demolición del antiguo templo, la Sacristía funcionó (hasta 1641) como el lugar donde se celebraban los oficios. Lógicamente ahí fue colocado el altar mayor y según el inventario de 1632, éste contaba con dos atriles, uno de hierro dorado y el otro de plata hecho por el maestro Pedro Ceballos. En el interior de la sacristía se pueden admirar enormes cuadros de los pintores novohispanos Cristóbal de Villalpando y Juan Correa. Los títulos de los cuadros son: El Triunfo De La Iglesia, La aparición de San Miguel, La Mujer del Apocalipsis (Villalpando); El Tránsito De La Virgen y La Entrada De Cristo A Jerusalén (Correa). Asimismo, hay una pintura atribuida al pintor español Bartolomé Esteban Murillo. No se cuenta aún con la suficiente documentación para darse idea de la decoración interior que presentaba entre 1641 y 1684, pero en cambio, si se registran abundantes ornamentos y orfebrería en los inventarios de 1632, 1649, 1654 y 1669, dando pistas sobre lo que había. Los muebles que hoy alberga son del último tercio del siglo XVIII: armarios y cajoneras en madera de bálsamo “que se apegan fielmente a los preceptos que al respecto formuló San Carlos Borromeo”, cardenal y arzobispo de Milán, en sus instrucciones de la fábrica y del ajuar eclesiásticos de 1577. Juan de Viera comenta que en las cabeceras de la Sacristía había “dos mesas de caoba de China, negras como azabache, donde se ponen los cálices preparados para el sacrificio, siendo sus tableros de una pieza de dos varas de ancho y dos y medio de largo”. Y continúa señalando que la “caxonera” es de maderas “exquisitíssimas de palo de Saongolica y otros, con sus cerrajes dorados y repartidos a proporción, alacenas con puertas de la misma madera... y en la circunferencia... junto a los caxones distantes dos varas, sillas de brazos de la misma caoba”. Dichas cajoneras fueron alteradas en fecha reciente debido, al parecer, a problemas de funcionamiento. Todavía el libro de Toussaint de 1948 registra fotográficamente el ajuar de sillas con patas de cabriola y una credenza con cajones de faldones abombados, patas de cabriola y garra, además de relieves fitomorfos. El armario para cálices, originalmente ubicado en el muro poniente bajo la Virgen del Apocalipsis de Cristóbal de Villalpando, albergaba gran número de “cálices de oro y vasos del mismo metal guarnecidos de finísimas piedras y otras vasijas y vasos sagrados, candeleros, pedestales, acheros de plata sobre dorada y cruceros... es mucha su riqueza. Solo de custodias de oro y diamantes tiene cinco, sin una nueva que ha costado 116,000 pesos”. El inventario de 1662 da cuenta de los aguamaniles, uno de ellos obra del platero Ena. En 1957 se cambiaron el piso y la tarima perimetrales de madera por otro pétreo escalonado; se colocó una reja gemela a la de la sala Capitular (adaptada por el arquitecto Antonio G. Muñoz) para vestibular el espacio creándose una antesacristía. También el maestro Soto alteró las proporciones originales de algunas cajoneras: fue cortada la cajonera corrida del muro testero y se colocó al centro un oratorio de caoba “de gusto híbrido”. Por último, el lienzo de la Virgen de Guadalupe con donante, obra de Francisco Martínez realizada en 1747 que permaneció largo tiempo en el sótano, ahora preside la sala Guadalupana del antiguo edificio de la Curia de la virgen de guadalupe Criptas Bajo el Altar de los Reyes se encuentra la cripta de los arzobispos, en la que se encuentran los restos de los arzobispos de México, desde Fray Juan de Zumárraga hasta el Cardenal Ernesto Corripio y Ahumada, cuyos restos fueron depositados en abril de 2008. La entrada se realiza por una gran puerta de madera tras de la cual, se desciende una escalera de caracol que da acceso a la cripta, realizada por el arquitecto Ernesto Gómez Gallardo Argüelles. En el centro se encuentra un cenotafio con una escultura a tamaño natural de Zumárraga, en cuya base se encuentra un cráneo tallado en piedra en estilo azteca, puesto que era considerado protector de los indios frente a los abusos de sus amos. Detrás de este, existe un altar con otra escultura geométrica prehispánica ubicada en la parte inferior. Los demás arzobispos se encuentran en nichos en las paredes, señalados por placas de bronce en las que aparecen el nombre y el escudo episcopal de cada uno. En el suelo se encuentran losas de mármol que cubren los nichos de otras personas enterradas en la cripta. Sagrario Metropolitano El Sagrario Metropolitano de Ciudad de México se sitúa al este de la catedral. Fue construido siguiendo el diseño de Lorenzo Rodríguez entre 1749 y 1760,38​ durante el apogeo del barroco. Tenía la función de albergar los archivos y vestimentas del arzobispo, además, es el lugar para la reserva y comunión de la Eucaristía.55​ La primera iglesia que fue construida en el lugar de la actual catedral también tenía un sagrario aunque su ubicación exacta es desconocida. Durante la construcción de la catedral, el sagrario se ubicó en el lugar que actualmente ocupan las capillas de san Isidro y de la Virgen de las Angustias de Granada. Sin embargo, en el siglo XVIII se decidió construir una edificio separado pero conectado a la catedral. El actual sagrario está construido en piedra tezontle roja y piedra chiluca blanca que forma una cruz griega. Está conectado a la catedral a través de la capilla de san Isidro.20​38​ El edificio presenta dos entradas principales desde el exterior; la fachada principal se abre al sur, a la plaza de la Constitución; mientras que la otra se abre al este, a la plaza del Seminario. Las dos fachadas se encuentran ricamente decoradas. El tema principal glorifica la Eucaristía con imágenes de los apóstoles, los padres de la Iglesia, los santos fundadores de órdenes religiosas, mártires, así como escenas bíblicas. Se encuentran algunos relieves zoomorfos y otros antropomorfos, destacando un león rampante y el águila real presente en el escudo nacional de México. La fachada este, por su parte, presenta escenas del Antiguo Testamento, así como, imágenes de san Juan Nepomuceno y san Ignacio de Loyola. En esta fachada se encuentras inscritas las fechas de las diferentes fases de construcción del sagrario.55​ El exterior del sagrario es de estilo barroco, presenta decoraciones tales como estantes nichos de variadas formas, cortinas flotantes y un gran número de querubines. Destacan elementos frutales como racimos de uva y granadas, que simbolizan la sangre de Cristo y la Iglesia, y elementos florales como rosas, margaritas y diversos tipos de flores de cuatro pétalos.38​ El interior está construido con piedra chiluca y tezontle, la chiluca cubre las paredes y suelos, mientras que el tezontle se encuentra en los marcos de las puertas y ventanas. El crucero se cubre con una cúpula apoyada en arcos. El templo está dividido en tres naves. La nave central se dispone desde la entrada principal hasta el altar mayor, en el que se encontraba el desaparecido retablo churrigueresco que realizó Pedro Patiño Ixtolinque en 1829. En la nave oeste se encuentra el baptisterio, mientras que en la este, se encuentran unas oficinas, junto a la entrada, y una sacristía, junto al altar mayor; todo separado por muros del templo interior. Capilla de las Ánimas Ubicada fuera de la catedral, vecina al ábside el nor-poniente del mismo, esta capilla del siglo XVII desentona con el resto del edificio por su magra construcción. Su sencilla portada, un arco de medio punto, flanqueado por pilastras tableradas; su segundo cuerpo- remate, a su vez flanqueado por un par de ventanas ovaladas. De ningún mérito artístico, esta capilla sirve hoy día, para los bautizos que se llevan a cabo en la Catedral Primada de México. Maestros de capilla de la Catedral durante el virreinato Durante todo el periodo virreinal la catedral contó con una intensa y brillante actividad musical organizada por sus correspondientes maestros de capilla. Estos tenían la obligación no solo de organizar la vida musical eclesiástica de la catedral para todas las festividades mayores, sino también la de instruir a los músicos correspondientes, componer las obras musicales necesarias y organizar los archivos musicales. Resultado de esta constante actividad es un riquísimo archivo musical que compite en América con el espléndido archivo musical de la catedral de Puebla, el de la basílica de Guadalupe o los archivos musicales conservados en Cuzco o en Chuquisaca. Ninguno de todos estos archivos musicales ha sido estudiado exhaustivamente y la mayor parte de esa música se mantiene inédita. Lamentablemente no existe un intento contemporáneo de continuar con la tradición musical de las catedrales hispanoamericanas tocando el acervo conservado o contratando a compositores que escriban nuevas obras. Los maestros de capilla de la catedral de México de los cuales en su mayoría se conservan obras en el archivo catedralicio fueron: Juan Xuárez (1538-1556) Lázaro del Álamo (1556-1570) Juan de Victoria (1570-575) Hernando Franco (1575-1585) Juan Hernández (1586-1618) Antonio Rodríguez de Mata (1619-1648) Fabián Ximeno (1648-1654) Francisco López y Capillas (1654-1673) Jacinto de la Vega Francisco Ponce (1673-h.1676) Joseph de Loaysa y Agurto (h.1676-1688) Antonio de Salazar (1688-1715) Manuel de Sumaya (1715-1739) Domingo Dutra y Andrade (1741-1750) Ignacio de Jerusalem y Stella (1750-1769) Mateo Tollis della Rocca (1769-1780) Martín Bernárdez Rivera (1781-1791) Antonio de Juanas (1791-1814) Vicente Gómez Matheo Manterola (1815-1818?) José María Bustamante y Eduardo Campuzano (1818-1821?) José Mariano Elízaga (1822) El archivo musical de la catedral de México es uno de los mayores de América; posee un acervo de más de 5000 obras, que abarca desde los siglo XVI al XX, en variados formatos como Libros de coro, música religiosa, profana y tratados musicales.
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Мексико Сіті Мітрополітен Кафедральний Собор
S/N P.za de la Constitución
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Plaza de la República S/N, Centro Histórico CDMX. Culto Católico. La Catedral Metropolitana de la Asunción de la Santísima Virgen María a los cielos de la Ciudad de México es la sede de la Arquidiócesis Primada de México y se ubica en el lado norte de la Plaza de la Constitución en el Centro Histórico de la Ciudad de México, en la Demarcación Cuauhtémoc. Al formar parte del mencionado conjunto arquitectónico en esa área de la ciudad, es en consecuencia Patrimonio de la humanidad desde 1987. Las medidas aproximadas de este templo son 59 metros de ancho por 128 de largo y una altura de 67 metros hasta la punta de las torres. Es una de las obras más sobresalientes de la arquitectura hispanoamericana.3​4​5​ Fue construida, según los planos del arquitecto español Claudio de Arciniega, quien se inspiró en catedrales españolas,6​ alrededor de una iglesia que fue erigida en el lugar poco después de la conquista española de Tenochtitlán. Las obras comenzaron en 1573, concluyeron en el interior en 1667 y en el exterior hasta 1813.7​ Debido al prolongado tiempo que llevó su construcción, poco menos de 250 años, prácticamente todos los principales arquitectos, pintores, escultores, doradores y demás artistas plásticos del virreinato trabajaron en algún momento en la edificación del recinto. Esa misma condición, la de su extenso lapso de edificación, permitió que se integraran en ella los diversos estilos arquitectónicos que estuvieron vigentes y en boga en esos siglos: gótico, barroco, churrigueresco, neoclásico, entre otros. Misma situación experimentaron los distintos ornamentos, pinturas, esculturas y mobiliario en el interior.8​9​ Su realización significó un punto de cohesión social, pues en ella participaron lo mismo autoridades eclesiásticas, gubernamentales, distintas cofradías y hermandades religiosas, que múltiples generaciones de grupos sociales de todas las clases.10​ Es también, como consecuencia de la influencia de la iglesia católica en la vida pública, que el inmueble se entrelazó con acontecimientos de trascendencia histórica para las sociedades de la Nueva España y del México independiente. Por citar algunos, se encuentran la coronación de Agustín de Iturbide y Ana María Huarte como emperadores de México por el Presidente del Congreso; el resguardo de los restos fúnebres del mencionado monarca; sepultura hasta 1925 de varios de los próceres de la independencia como Miguel Hidalgo y Costilla y José María Morelos y Pavón; las disputas entre liberales y conservadores ocasionadas por la separación de la iglesia y el estado en la Reforma; el cierre del inmueble en los días de la Guerra Cristera; las visitas de los Papas Juan Pablo II (26 de enero de 1979) y Francisco (13 de febrero de 2016); los festejos del bicentenario de la independencia, entre otros.11​ La catedral presenta cuatro fachadas en las que se abren portadas flanqueadas por columnas y estatuas. Cuenta con cinco naves que se componen de 51 bóvedas, 74 arcos y 40 columnas; Hay dos torres-campanario que contienen actualmente 35 campanas. En su interior destacan dos grandes altares, la sacristía y el coro. Existen dieciséis capillas dedicadas a diferentes santos, cuya construcción fue patrocinada por diferentes hermandades religiosas. Las capillas están ricamente adornadas con altares, retablos, pinturas, muebles y esculturas. En el coro catedralicio se encuentran dos de los órganos dieciochescos más grandes del continente. Bajo el edificio hay una cripta en la que reposan los restos de algunos arzobispos de México. Junto a la catedral se encuentra el sagrario, en cuyo interior se ubica el baptisterio. HISTORIA Antecedente: La Iglesia mayor Luego de la conquista española del imperio azteca, y tras el regreso de Hernán Cortés de la exploración de la actual Honduras, los conquistadores decidieron construir una iglesia en el lugar en el que se encontraba el Templo Mayor de la ciudad azteca de Tenochtitlán para, de este modo, consolidar el poder español sobre el territorio recién conquistado. Hay constancia de la existencia de un gran templo mayor dedicado al dios Quetzalcóatl, un templo dedicado al dios Huitzilopochtli12​ y otras edificaciones menores.13​14​15​ El arquitecto Martín de Sepúlveda fue el primer director del proyecto entre 1524 y 1532, mientras que Juan de Zumárraga fue el primer obispo de la sede episcopal en el Nuevo Mundo. La catedral de Zumárraga se encontraba en la parte noreste de lo la que es la actual catedral. Tenía tres naves separadas por columnas toscanas, el techo central presentaba intrincados grabados realizados por Juan Salcedo Espinosa y dorado por Francisco de Zumaya y Andrés de la Concha. La puerta principal era probablemente de estilo renacentista. El coro tenía 48 sitiales realizados a mano por Adrián Suster y Juan Montaño en madera de ayacahuite. Para la construcción, utilizaron las piedras del destruido templo del dios Huitzilopochtli, dios de la guerra y deidad principal de los aztecas. A pesar de todo, este templo pronto fue considerado insuficiente para la creciente importancia de la capital del virreinato de Nueva España. Esta primera iglesia fue elevada a catedral por el rey Carlos I de España y el papa Clemente VII según la bula del 9 de septiembre de 153416​ y, posteriormente, nombrada metropolitana por Paulo III en 1547.17​ Esta iglesia pequeña, pobre, vilipendiada por todos los cronistas que la juzgaban indigna de una tan grande y famosa ciudad, prestó bien que mal sus servicios durante largos años. Bien pronto se ordenó que se levantase un nuevo templo, de proporcionada suntuosidad a la grandeza de la Colonia más, más esta nueva fábrica tropezó con tantos obstáculos para su comienzo, con tantas dificultades para su prosecución, que el templo viejo vio pasar en sus naves estrechas suntuosas ceremonias del virreinato; y solo cuando el hecho que las motivaba revestía gran importancia, preferíase otra iglesia, como la de San Francisco, para levantar en su enorme capilla de San José de los Indios el túmulo para las honras fúnebres de Carlos V. Viendo que la conclusión de la iglesia nueva iba para largo, ya comenzaba su fábrica, el año de 1584 se decidió reparar totalmente la catedral vieja, que sin duda estaría poco menos que ruinosa, para celebrar en ella el tercer Concilio Mexicano. La iglesia tenía de largo poco más que el frente de la catedral nueva; sus tres naves no alcanzaban 30 metros de ancho y estaban techadas, la central con una armadura de media tijera, las de los lados con vigas horizontales. Además de la puerta del Perdón había otra llamada de los Canónigos, y quizás una tercera quedaba a la placeta del marqués.18​ Años más tarde, la catedral quedó pequeña para su función. En 1544, las autoridades eclesiásticas ya habían ordenaron la construcción de una catedral nueva y más suntuosa. Inicio de la Obra En 1552, se llegó a un acuerdo por el cual el coste de la nueva catedral sería compartido por la corona española, los comendadores y los indios bajo la autoridad directa del arzobispo de la Nueva España.20​ Los planes iniciales para la fundación de la nueva catedral comenzaron en 1562, dentro del proyecto para la edificación de la obra, el entonces arzobispo Alonso de Montúfar habría propuesto una monumental construcción compuesta de siete naves y basada en el diseño de la Catedral de Sevilla; un proyecto que a palabras del propio Montúfar llevaría 10 o 12 años. El peso de una obra de tales dimensiones en un subsuelo de origen pantanoso requeriría de una cimentación especial. Inicialmente se colocaron vigas cruzadas para construir una plataforma, algo que requería altos costos y un constante drenado, al final dicho proyecto se abandonaría no solo por el mencionado coste, sino por las inundaciones sufridas por el centro de la ciudad. Es entonces que apoyados en técnicas indígenas se inyectan sólidos pilotes de madera a gran profundidad, alrededor de veinte mil de estos pilotes en un área de seis mil metros cuadrados. El proyecto es disminuido de las siete originales naves a solo cinco: una central, dos procesionales y dos laterales para las 16 capillas. La construcción comenzó con los diseños y modelos creados por Claudio de Arciniega y Juan Miguel de Agüero, inspirados en las catedrales españolas de Jaén y Valladolid. En 1571, con algo de retraso, el virrey Martín Enríquez de Almansa y el arzobispo Pedro Moya de Contreras colocaron la primera piedra del actual templo. La catedral comenzó a construirse en 1573 en torno a la iglesia existente que fue derribada cuando las obras avanzaron lo suficiente para albergar las funciones básicas del templo.15​ La obra comenzó con una orientación norte-sur, contraria a la de la mayoría de las catedrales, esto debido a las aguadas del subsuelo que afectarían el inmueble con una orientación tradicional oriente-poniente. Primero se edificaron la sala capitular y la sacristía; la construcción de las bóvedas y las naves tomó cien años. Desarrollo de la construcción El inicio de las obras se encontró con un terreno fangoso e inestable que complicó los trabajos, debido a ello, el tezontle y la piedra de chiluca fueron favorecidos como materiales de construcción en varias áreas, sobre la cantera, al ser estos más livianos. En 1581, se comenzaron a levantar los muros y en 1585 se iniciaron los trabajos en la primera capilla, en esos momentos los nombres de los canteros que trabajaban en la obra eran: en las capillas las labraba Juan Arteaga y los encasamentos Hernán García de Villaverde, que además trabajaba en los pilares torales cuyas medias muestras esculpía Martín Casillas. En 1615 los muros alcanzaron la mitad de su altura total. Las obras del interior comenzaron en 1623 por la sacristía, derribándose a su conclusión la primitiva iglesia. El 21 de septiembre de 1629, las obras fueron interrumpidas por la inundación que sufrió la ciudad, en las que el agua alcanzó los dos metros de altura, causando daños en lo que actualmente es la plaza de la Constitución y otras partes de la ciudad. A causa de los daños, se inició un proyecto para construir la nueva catedral en las colinas de Tacubaya, al oeste de la ciudad pero la idea fue descartada y el proyecto continuó en la misma ubicación, bajo la dirección de Juan Gómez de Trasmonte.21​ El arzobispo Marcos Ramírez de Prado y Ovando realizó la segunda dedicación el 22 de diciembre de 1667, año en que se cerró la última bóveda. A la fecha de consagración, (careciendo, en ese momento, de campanarios, fachada principal y otros elementos construidos en el siglo XVIII), el coste de lo construido era equivalente a 1 759 000 pesos. Dicho coste fue cubierto en buena parte por los reyes de España Felipe II, Felipe III, Felipe IV y Carlos II.17​ Anexos al núcleo central del edificio se agregarían con el paso de los años el Colegio Seminario, la Capilla de las animas, y los edificios del Sagrario y de la Curia. En 1675 fue concluida la parte central de la fachada principal, obra del arquitecto Cristóbal de Medina Vargas, que incluía la figura de la Asunción de María, advocación a la que está dedicada la catedral, y las esculturas de Santiago el mayor y San Andrés custodiando. Durante lo que resta del siglo XVII se construye el primer cuerpo de la torre del oriente, obra de los arquitectos Juan Lozano y Juan Serrano. La portada principal del edificio y las del lado del oriente fueron construidas en 1688 y la del poniente en 1689. Se concluyeron los seis contrafuertes que sostienen la estructura por el lado de su fachada principal y los botareles que apoyan las bóvedas de la nave mayor.22​ Durante el siglo XVIII poco se hizo para adelantar en el término de la construcción de la Catedral; en gran medida porque, ya concluida en su interior y útil para todas las ceremonias que se ofrecían, no se presentaba la necesidad urgente de continuar trabajando en lo que faltaba. Aunque la obra hubiese sido suspendida de hecho, algunas obras al interior continuaron; hacia 1737 era maestro mayor Domingo de Arrieta. El hizo, en compañía de José Eduardo de Herrera, maestro de arquitectura, las tribunas que rodean el coro. En 1742 Manuel de Álvarez, maestro de arquitectura, dictaminó con el mismo Herrera acerca del proyecto de presbiterio que presentó Jerónimo de Balbás. En 1752, el 17 de septiembre, se colocó en la coronilla del cimborrio de esta Iglesia una cruz de fierro, de más de tres varas, con su veleta, grabada en uno y otro lado la oración del Sanctus Deus, y en medio de ella un óvalo de a cuarta, en que se puso por un lado una cera de Agnus con su vidriera y en el otro lado una lámina en que se esculpió a Señora Santa Prisca, abogada de los rayos. La espiga de dicha cruz es de dos varas y todo su peso de catorce arrobas; se clavó en una peana de cantería.23​ En 1787, el arquitecto José Damián Ortiz de Castro fue designado, tras un concurso en el que se impuso a los proyectos de José Joaquín de Torres e Isidro Vicente de Balbás, a dirigir las obras de construcción de los campanarios, la fachada principal y la cúpula. Para la edificación de las torres, el arquitecto mexicano Ortiz de Castro diseño un proyecto para hacerlas eficaces ante los sismos; un segundo cuerpo que parece calado y un remate en forma de campana. Su dirección en el proyecto continuó hasta su fallecimiento en 1793. Momento en el que fue sustituido por Manuel Tolsá, arquitecto y escultor impulsor del Neoclásico, quien llegó al país en 1791. Tolsa se encarga de concluir la obra de la catedral. Reconstruye la cúpula que resultaba baja y desproporcionada, diseña un proyecto que consiste en abrir un anillo mayor sobre el que edifica una plataforma circular, para levantar desde ahí una linternilla mucho más alta. Integra los flameros, las estatuas y las balaustradas. Corona la fachada con figuras que simbolizan las tres virtudes teologales (Fe, esperanza y caridad). La catedral en el México independiente Concluida la independencia de México, la catedral no tardó en ser escenario de capítulos importantes de la historia del nuevo país. Al ser el principal centro religioso y sede del poder eclesiástico fue parte de distintos acontecimientos que involucraba la vida pública del México independiente. El 21 de julio de 1822 se realizó la ceremonia de coronación de Agustín de Iturbide como emperador de México. Desde temprano sonaron las salvas de veinticuatro cañones, se adornaron balcones y las fachadas de los edificios públicos fueron engalanadas, así como atrios y portales de iglesias. En la catedral se colocaron dos tronos, el principal junto al presbítero y el menor cerca del coro.26​ Poco antes de las nueve de la mañana, los miembros del Congreso y del Ayuntamiento ocuparon sus lugares destinados. Tropas de caballería e infantería hicieron valla al futuro emperador y a su séquito. Tres obispos oficiaron la misa. El presidente del Congreso, Rafael Mangino, fue el encargado de colocar la corona a Agustín I, acto seguido el propio emperador ciñó la corona a la emperatriz. Otras insignias les fueron impuestas a los recién coronados por los generales y damas de honor, el obispo Juan Cruz Ruiz de Cabañas y Crespo exclamó ¡Vivat Imperator in aeternum!, «¡vivan el emperador y la emperatriz!».27​ Terminada la ceremonia, el tañido de las campanas y el estrépito de los cañones comunicaron al pueblo que la coronación se había consumado.28​ En 1825 las cabezas de Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez rescatadas y resguardadas tras haber permanecido colgadas frente a la Alhóndiga de Granaditas en Guanajuato, fueron trasladadas desde la Parroquia de Santo Domingo hasta la Catedral Metropolitana en una procesión solemne. La marcha de los cráneos resguardados en una urna cubierta con terciopelo negro fue acompañada por el repicar de las campanas, las voces del Coro del Cabildo y las cofradías que en aquel entonces eran las responsables de las capillas de la Catedral. Meses antes, esos mismos cráneos pendían frente a la Alhóndiga y ahora el arzobispo Pedro José de Fonte y Hernández Miravete daba autorización de que la Puerta Jubilar del recinto fuese abierta de par en par para recibir a los ya llamados ‘héroes’ de la Independencia. También se recibieron los restos de José María Morelos, Francisco Javier Mina, Mariano Matamoros y Hermenegildo Galeana. Los restos fueron colocados en la Cripta de los Arzobispos y Virreyes y en aquel entonces se escribió: “A los honorables restos de los magnánimos e impertérritos caudillos, padres de la libertad mexicana, y víctimas de la perfidia y el nepotismo, la patria llorosa y agradecida erigió este público monumento”. Sin embargo, allí no permanecieron mucho tiempo; hacia 1885, por órdenes del entonces presidente Porfirio Díaz Mori, los restos fueron sacados de la Catedral y luego, de nueva cuenta, fueron llevados en procesión hacia el recinto catedralicio, pero esta vez, la procesión estaba encabezada por el presidente de la República, los Ministros y Secretarios de Ayuntamiento, autoridades civiles, organizaciones populares, banderas mexicanas y estandartes laicos que reflejaban el carácter de la época. De nueva cuenta, la Puerta Jubilar vio desfilar a los héroes de la Patria, aunque esta vez sin Morelos. Entonces fueron colocados en la Capilla de San José, y allí estuvieron cerca de cuarenta años hasta que en 1925 salieron de la Catedral para ser colocados en la base de la Columna del Ángel de la Independencia sobre Paseo de la Reforma. El gobierno mexicano no se llevó el cuerpo, sin embargo, de Agustín de Iturbide, que permanece en la Capilla de San Felipe de Jesús.11​ Siendo Arzobispo de México José Lázaro de la Garza y Ballesteros, se pronunció en contra de las Leyes de Reforma contenidas en la Constitución de 1857. En marzo de 1857, declaró durante un sermón, que las nuevas leyes eran "hostiles a la Iglesia". El 17 de abril, envió una circular a todos los sacerdotes de su diócesis "previniendo que no se absolviera sin previa retractación pública a los fieles que hubiesen jurado la constitución". Su postura fue escuchada por muchos empleados que se negaron a jurar la Carta Magna, quienes fueron destituidos de sus puestos por el gobierno mexicano. En diferentes partes del país, se realizaron diferentes pronunciamientos y levantamientos armados bajo el grito de "Religión y fueros".29​ En consecuencia, la sociedad mexicana quedó dividida en dos facciones. Los liberales que apoyaron las reformas a la Constitución y los conservadores que la detractaban apoyando al clero. Estalló la Guerra de Reforma en el territorio mexicano, estableciéndose dos gobiernos. Por una parte el Constitucional a cargo de Benito Juárez y el promulgado por una Junta del Partido Conservador bajo el mando de Félix María Zuloaga. El 23 de enero de 1858 el gobierno conservador quedó formalmente establecido, el gobierno de liberal tuvo que escapar de la capital. El Arzobispo ofició una misa en la Catedral y para celebrar el acontecimiento se cantó el Te Deum. El 12 de febrero De la Garza envió una carta al presidente interino Zuloaga para congratular a su gobierno de forma oficial y brindarle su apoyo.30​ Durante buena parte de los siglos XIX y XX, una serie de diversos factores influyeron para una parcial perdida de su patrimonio artístico; al natural deterioro del tiempo se le sumaron, los cambios generacionales en el gusto, los incendios, los robos, pero también la falta de un marco normativo y de una conciencia para la conservación del inmueble y sus propiedades, esto claro, tanto por las autoridades eclesiásticas como las gubernamentales. De esta manera ambos entes hicieron uso de los tesoros artísticos para solventar las consecuencias de la inestabilidad política y económica del país. Por ejemplo las lámparas y atriles de plata, así como los vasos de oro y otras joyas se fundieron para financiar las guerras de mediados del siglo XIX. El cambio en la moda artística también influyo cuando el altar mayor del siglo XVII fue sustituido con un ciprés barroco en el siglo XVIII hecho por Jerónimo de Balbás; mismo que fue sustituido por el de Lorenzo de la Hidalga de estilo neoclásico y retirado para mejorar la visibilidad del Altar de los Reyes en 1943. El 12 de junio de 1864 fue parte de la fastuosa recepción en la Ciudad de México de los emperadores Maximiliano de Habsburgo y Carlota Amalia, quienes asistieron a un misa de acción de gracias ese día en el inmueble.31​ Como parte de la serie de eventos que derivaron en el desencadenamiento de la Guerra Cristera, el 4 de febrero de 1926, en el periódico El Universal se publicó una protesta que había declarado el arzobispo José Mora y del Río nueve años antes en contra de la nueva Constitución, pero la nota se presentó como una noticia nueva,32​ es decir, como si se tratase de una declaración reciente.33​ Por órdenes del presidente Calles —quien consideró la declaración como un reto al Gobierno— Mora y del Río fue consignado ante la Procuraduría General de Justicia y detenido; se clausuraron varios templos, entre ellos la misma Catedral y se expulsó a los sacerdotes extranjeros. El artículo 130 consitucional fue reglamentado como la Ley de Cultos (mejor conocida como Ley Calles), se cerraron las escuelas religiosas y se limitó el número de sacerdotes para que solo uno oficiara por cada seis mil habitantes. El 21 de junio de 1929, durante la presidencia de Emilio Portes Gil, la Iglesia y el Gobierno firmaron los arreglos que pusieron fin a las hostilidades en el territorio mexicano, con lo cual quedó reabierto el recinto. El 26 de enero de 1979 recibió por primera vez en la historia la visita un sumo pontífice de la iglesia católica, el Papa Juan Pablo II, quien en medio de un acto multitudinario, ofreció una histórica misa en la que habría de pronunciar una de sus celebres frases: ¡México siempre fiel!34​ Seria hasta el 13 de febrero de 2016 que habría de sucederse una nueva visita por parte de un máximo líder católico, cuando el Papa Francisco acudió a una reunión con todos los obispos de las diócesis de México.35​ La noche del 15 de septiembre de 2010 fue uno de los escenarios protagónicos de los festejos del bicentenario de la independencia; un espectáculo multimedia de imágenes y sonido proyectado sobre su fachada principal, acompañada de fuegos artificiales, fue el cierre de los eventos principales en el Zócalo capitalino. Incendio de 1967 El 17 de enero de 1967, un cortocircuito generó un importante incendio en la catedral. En el altar del perdón, se perdió parte de la estructura y decoración, así como las pinturas La Santa Faz de Alonso López de Herrera, El Martirio de San Sebastián de Francisco de Zumaya y La Virgen del Perdón de Simon Pereyns. En el coro se perdieron 75 de sus 99 asientos, una pintura de Juan Correa y muchos libros que se encontraban en el mismo. Los dos órganos de la catedral fueron muy dañados al fundirse parcialmente sus tubos. En otras partes de la catedral se dañaron destacadas pinturas de Rafael Ximeno y Planes, Juan Correa y Juan Rodríguez Juárez. Cuatro años después del incendio, en 1972, se iniciaron las obras de restauración de la catedral, para devolverle su aspecto original.20​ Los altares del perdón y de los reyes fueron limpiados y restaurados. En el Altar del Perdón, se añadieron varias pinturas que sustituyeron a las quemadas, La huida de Egipto, El Divino Rostro y El martirio de San Sebastián, todas obras de Pereyns. Además, se encontraron 51 pinturas, obras de Nicolás y Juan Rodríguez Juárez, Miguel Cabrera y José de Ibarra, ocultas tras el altar. Los órganos fueron desmantelados y enviados a los Países Bajos donde fueron reparados en un proceso que se prolongó hasta 1977. En el interior de uno de los órganos se encontró una copia de 1529 del nombramiento de Hernán Cortés como gobernador de Nueva España. El coro fue reconstruido en 1979. En el exterior, algunas de las estatuas fueron reparadas o sustituidas por réplicas debido a los daños que presentaban por la contaminación. En la pared del arco central de la catedral fue encontrado el sepulcro del presidente Miguel Barragán20​ Restauración La construcción de la catedral en suelo inestable conllevó problemas desde el inicio de las obras. La catedral, junto con el resto de la ciudad, se hunde en el lecho del lago desde el inicio de su construcción. Este proceso se aceleró a raíz de la sobreexplotación de los acuíferos subterráneos por parte de la enorme población que habita en el lugar. Este hecho provocaba el hundimiento a ritmos diferentes en distintas secciones de la catedral, así, los campanarios, presentaban una peligrosa inclinación en la década de 1970. En 1990, dieron comienzo unos trabajos para la estabilización de la catedral, aunque se encontraba construida sobre una base sólida,20​ esta se localizaba a su vez sobre un suelo de arcilla blanda que era una amenaza para su integridad estructural, puesto que se sufría un hundimiento sobre las capas freáticas inferiores, produciendo un daño de la estructura. Por ello, la catedral fue incluida en la World Monuments Fund como uno de los cien sitios en mayor riesgo. Tras la estabilización y conclusión de los trabajos, la catedral fue eliminada de dicha lista en 2000.15​Entre 1993 y 1998 se realizaron trabajos que ayudaron a la estabilización del edificio. Bajo la catedral se excavaron pozos y se colocaron ejes de hormigón que propiciaron una base más sólida al edificio. Con ello no se detuvo el hundimiento pero sí asegura que sea uniforme. Además, se corrigió la inclinación de las torres.36​ A la par del rescate estructural del edificio, también se iniciaron trabajos de remodelación, acondicionamiento y rescate del interior del conjunto arquitectónico, sobresaliendo la del Altar de los Reyes, que se realizó en colaboración con el gobierno de España. Características[editar] Exterior[editar] Portadas[editar] La fachada principal de la catedral presenta orientación sur. En ella se abren tres puertas, siendo la central de mayor tamaño que las laterales. La puerta central está flanqueada por unas parejas de columnas separadas por hornacinas en las que se encuentran las esculturas de san Pedro y san Pablo. Sobre la puerta se encuentra un altorrelieve en mármol de la Asunción de la Virgen María, inspirado en una obra del pintor flamenco Peter Paul Rubens, al igual que el resto de relieves de las fachadas; flanqueada igualmente por parejas de columnas, estás tritóstilas, en cuyas hornacinas se encuentran las esculturas de san Andrés y San Mateo. Por encima, se encuentra el escudo de México, con el águila con las alas extendidas. El conjunto lo culmina la torre del reloj, sobre el cual se encuentran las esculturas que representan la Fe, la Esperanza y la Caridad, obras del escultor Manuel Tolsá.38​20​ La escultura de la Esperanza cayó durante el terremoto del 19 de septiembre de 2017. La fachada oeste fue construida en 1688 y reconstruida en 1804. Presenta una portada dividida en tres secciones con imágenes de los cuatro evangelistas. Presenta un gran relieve que representa a Jesús entregando las llaves del cielo a san Pedro. Por su parte, la portada este es similar a la anterior, con cuatro apóstoles ocupando las hornacinas, con san Pedro a la cabeza, y un relieve de la nave de la Iglesia navegando por los mares de la eternidad. La fachada norte fue construida en el siglo XVI en estilo herreriano, es la parte más antigua de la catedral y la de menor altura. Campanarios Las torres fueron construidas entre 1787 y 1791, a pesar de que entre 1642 y 1672 se construyó la base y primer cuerpo de la torre oriental. Las obras estuvieron a cargo del arquitecto José Damián Ortiz de Castro. Las torres de la catedral presentan una altura de entre 64 y 67 metros cuyo acceso interior se realiza mediante unas escaleras elipsoidales construidas en madera. El remate de las torres presenta forma de campana, construida con roca tezontle procedente de Chiluca. Ambas torres, están coronadas por una cruz de metal sobre una esfera también de metal. La esfera de la torre oriental fue utilizada como cápsula del tiempo, en 2007, durante los trabajos restauración de la catedral, fue abierta y se descubrió en su interior una caja de plomo con medallas religiosas, monedas de la época, un relicario, una cruz de palma, diversas imágenes de santos y oraciones y testimonios autorizados por el cabildo de la catedralicio. Bajo la esfera, en la parte más alta de la torre, se encontró la inscripción «14 de mayo de 1791. Tibursio Cano» tallada en la piedra.41​ La cruz de la torre oriente cayó durante el terremoto del 19 de septiembre de 2017. Cada torre tiene ocho esculturas representativas de santos protectores de la ciudad, siendo cuatro de doctores de la Iglesia occidental y las otras cuatro de doctores de la Iglesia en España. Las esculturas de la torre occidental son obra de José Zacarías Cora y representan a Gregorio Magno, Agustín de Hipona, Leandro de Sevilla, Fulgencio de Cartagena, san Francisco Javier y a santa Bárbara. Por su parte, las de la torre oriental fueron esculpidas por Santiago Cristóbal de Sandoval y representan a san Ambrosio, san Jerónimo, santa Rosa de Lima, santa María, san Felipe de Jesús, san Hipólito y san Isidro Labrador. Las dos torres cuentan con espacio para albergar 56 campanas, aunque, a día de hoy existen 35, ubicándose 23 en la torre oriental, 11 en la occidental, y una más fuera de las dos torres que se ubica bajo un nicho cerca del coro. La campana de mayor tamaño de todas tiene el nombre de «Santa María de Guadalupe», fue fundida por Salvador de la Vega en 1791 y colocada en 1793, pesa alrededor de trece toneladas. La campana más antigua se fundió en 1578, y es conocida como «Santa María de la Asunción» o «Doña María», tiene un peso aproximado de 7 toneladas y fue colocada en 1653, al igual que «La Ronca», conocida así por su tono grave. La más moderna es del año 2002, fue colocada con motivo de la canonización de Juan Diego Cuauhtlatoatzin y fue bendecida por el papa Juan Pablo II. Las campanas de la catedral han repicado en momentos importantes en la historia de México, así, convocaron al pueblo al recate de El Parián en 1682, repicaron en la coronación del emperador Agustín de Iturbide y en su fallecimiento y entierro, convocaron al pueblo a las defensa de la ciudad ante la invasión estadounidense el 14 de septiembre de 1847 y marcaron el inicio de las festividades del centenario de la Independencia nacional el 15 de septiembre de 1910 y el inicio de las festividades del Bicentenario de la Independencia Nacional el 15 de septiembre de 2010. Repican en su totalidad todos los años en la fiesta de Corpus Chisti, en la noche del 15 de septiembre, en la noche de Navidad, en la misa de Año Nuevo y en la misa de Pascua de resurrección. Actualmente ya no se utilizan con frecuencia, debido a que las torres están siendo reparadas por los daños que sufrieron durante el sismo del 19 de septiembre de 2017. Cúpula Se terminó con adaptaciones al proyecto de Ortiz de Castro. En el interior también se representó la Asunción de la Virgen (Rafael Ximeno y Planes, 1810). La cúpula que existe hoy en día, es obra de Manuel Tolsá, y de tambor octogonal, levantada al centro del crucero, sobre cuatro columnas y rematada por una linternilla. Las actuales ventanas son de Matías Goeritz. En el incendio de 1967, ocasionado por un corto circuito en el Altar del Perdón la pintura de la Asunción se consumió. Interior Altar Mayor Este desapareció en los años cuarenta del siglo XX. Con motivo del Jubileo del año 2000, se realizó una nueva mesa del altar mayor para sustituir a la anterior. Esta fue construida en estilo modernista por el arquitecto Ernesto Gómez Gallardo. Altar de los Reyes El Altar de los Reyes se encuentra en el ábside del templo, detrás del Altar Mayor. Es obra de Jerónimo de Balbás, autor entre otros del altar del Perdón de esta misma catedral, y del desaparecido Altar Mayor de la Iglesia del Sagrario de la Catedral de Sevilla. Su construcción se inició en 1718, está realizado en estilo churrigueresco42​ en madera de cedro blanco y ayacahuite pandorada, fue finalizado en 1737 por Francisco Martínez, lo que lo convierte en la obra churrigueresca más antigua de México. Mide 25 metros de altura, 13,75 m de ancho y 7,5 m de profundidad, debido a estas dimensiones es conocido como «la cueva dorada». Fue restaurado en 2003.43​ El retablo se divide en tres calles, presentando una exuberante composición de pilastras, columnas, follaje, guirnaldas y querubines. Toma su nombre de las tallas de santos pertenecientes a la realeza que forman parte de su decoración.42​ En la parte inferior, de izquierda a derecha, aparecen seis reinas canonizadas: Margarita de Escocia, Helena de Constantinopla, Isabel de Hungría, Isabel de Portugal, Cunegunda de Luxemburgo y Edith de Wilton. En el centro del altar se encuentran seis reyes canonizados: Hermenegildo, Enrique II del Sacro Imperio Romano Germánico, Eduardo el Confesor y Casimiro de Polonia, ubicados en una posición inferior, y Luis IX de Francia y Fernando III de Castilla, ubicados en una posición superior a los cuatro anteriores. En el centro de estos reyes se encuentra una pintura al óleo de la Adoración de los Reyes de Juan Rodríguez Juárez que muestra a Jesús como Rey de reyes. La parte superior cuenta con una pintura de la Asunción de la Virgen, del mismo autor, como reina celeste. La pintura de asunción está flanqueada por dos bajorrelieves ovalos que representan a San José con el niño Jesús y a Santa Teresa de Ávila con una pluma en la mano y el Espíritu Santo, que la inspira a escribir, por encima de ella. El retablo se completa con las imágenes de Cristo y María rodeados de ángeles que portan atributos de alabanzas a la virgen como Fuente Sellada, Casa de Oro, Pozo de Agua Viva y Torre de David. El conjunto está coronado por una doble bóveda dorada en la que aparece la imagen de Dios Padre sosteniendo el mundo.44​ Coro La sillería del coro está fabricada en una excelente talla de tapincerán. Tiene dos niveles de sitiales: el alto para canónigos y el bajo para seises y sochantres. En la parte superior presenta 59 relieves de obispos y santos realizados en caoba, nogal, cedro y tepehuaje. La sillería del coro fue realizada por Juan de Rojas entre 1696 y 1697. También fue dañada en el incendio de 1967. En el centro del coro, entre la reja y la sillería, está un facistol de caoba, adornado con figuras de marfil, una de las cuales, es un crucifijo que corona toda la obra. Se usa para sostener los libros de canto, y está conformado por tres cuerpos. La portada del coro y la crujía fueron realizadas según el diseño del pintor Nicolás Rodríguez Juárez bajo la supervisión del sangley Quiauló. La reja del coro fue realizada en 1722 Sangley Queaulo. La construyó en Macao, China, utilizando tumbaga y calain. Fue estrenada en 1730 sustituyendo a una anterior de madera. Órganos La catedral ha tenido varios órganos en su historia.46​ La primera vez que consta de su existencia es un informe por escrito al rey de España en 1530, aunque no aparecen detalles del mismo. En 1655, Diego de Sebaldos construyó un órgano. El primer gran órgano lo construyó Jorge de Sesma en Madrid en 1690 y fue instalado en la catedral por Tiburcio Sanz en 1695.47​48​ Los dos órganos actuales de la catedral fueron construidos en México por el español José Nassarre entre 1734 y 1736.49​ En el órgano de la Epístola, Nassarre reutilizó elementos del órgano de Jorge de Sesma.47​En el incendio de 1967 sufrieron importantes daños, por lo que fueron restaurados en 1978 y posteriormente restaurados entre 2008 y 2014 por Gerhard Grenzing. Altar del Perdón Se ubica en el trascoro, en la parte delantera de la nave central. El retablo fue realizado por el arquitecto español Jerónimo de Balbás en 1735, siendo una de sus obras más importantes. Es barroco, acabado en pan de oro, representa el primer uso del estípite en las Américas, en el cual, las columnas representan el cuerpo humano. A principios de 1967 hubo un incendio en la catedral que dañó el altar. Gracias a la restauración practicada, se puede admirar el día de hoy una gran obra de arte virreinal.38​ Se llama así porque se encuentra detrás de la puerta del mismo nombre. Aunque hay otras dos leyendas sobre el origen del nombre, la primera establece que los condenados por la Inquisición eran llevados al altar para pedir perdón antes de su ejecución. La segunda, se refiere al pintor Simon Pereyns, autor de muchas obras en la catedral, que al parecer fue acusado de blasfemia y condenado a prisión, mientras estaba en la cárcel, pintó una bella imagen de la Virgen María, por lo que su crimen fue perdonado.44​ En este altar se encuentra la imagen de Jesucristo crucificado realizada en pasta de caña de maíz conocida como el Señor del Veneno.51​ La imagen data del siglo XVIII y originalmente se encontraba en la capilla del Seminario de Porta Coeli de la Ciudad de México, pero tras ser clausurada al culto público en 1935, fue trasladada a la Catedral Metropolitana. Su fiesta se celebra el 19 de octubre. Capillas Capilla de Nuestra Señora de las Angustias de Granada La capilla sirve de asiento a la torre más antigua del templo, fue techada entre los años 1624 y 1627, y se utilizó originalmente como sacristía. La capilla presenta un estilo medieval, con la bóveda acanalada y dos retablos simples. En su retablo lateral derecho cuenta con una pintura ovalada del siglo XVI, obra del pintor flamenco Martín de Vos, San Rafael, arcángel y el joven Tobías. En la parte superior de este retablo se encuentra una pintura de la Virgen del Carmen y por encima de esta otra pintura de la Última cena. El retablo frontal que preside la capilla, es de estilo churrigueresco, y está presidido por una pintura de la Virgen de las Angustias de Granada. En el siglo XIX se perdió el banco original del retablo lateral por lo que en 1964 le fue colocado otro elaborado por Miguel Ángel Soto, por encargo de la Comisión Diocesana de Orden y Decoro. El retablo principal fue mutilado en el siglo XX. Una escultura que albergaba de san Felipe de Jesús se encuentra ahora en Tepotzotlán y un lienzo de san Nicolás de Bari se integró a la colección pictórica que se ubicó en el sagrario y que fue posteriormente desmantelada. Capilla de San Isidro Conocida también como capilla del Santo Cristo Negro, El Señor del Veneno. También terminada entre 1624 y 1627, comunica internamente a la Catedral con el Sagrario, debido a que el Cabildo decidió abrir un acceso que la convirtió en “simple pasadizo”. Cuenta con una portada barroca en cantera gris, obra de Lorenzo Rodríguez (de fines de 1767 y principios de 1768) que hoy día se encuentra gravemente fracturada, debido a una severa grieta que apareció en la nave procesional oriente y que partió a toda la capilla. El parentesco de esta portada “va más con los marcos de las ventanas que... con las portadas exteriores del edificio”, debido a la composición del coronamientos de los marcos. Capilla de la Inmaculada Concepción Retablo principal de la capilla de la Inmaculada Concepción. Terminada su bóveda durante el período constructivo de 1624-1648, contó originalmente en su testero con un “retablo reticulado, con soportes salomónicos datable en el último tercio del siglo XVII” dedicado a Santa Ana y con 6 tablas de Juan Sánchez Salmerón. Tan solo se conservan en la iglesia dos pinturas colocadas en la capilla de la Divina Providencia: la Anunciación a Santa Ana y Los desposorios de la Virgen. Las telas dedicadas a La Purísima con San Joaquín y Santa Ana, La aparición del Arcángel a San Joaquín y El nacimiento de la Virgen se localizan ahora en el Museo del Virreinato. El 21 de julio de 1752 el canónigo Joaquín Zorrilla regaló a la capilla una importante lámpara de plata que fue fundida en 1847. El sacristán mayor, bachiller Ventura López, no se quedó atrás y también donó un “nicho de vidrios azogados, dentro del cual había dos ceras de Agnus y algunas reliquias; más un Santo Niño recostado en una cruz de madera, con dos chapetas de plata sobredorada”, además de esmeraldas y perlas finas. No se sabe el destino de estas piezas. El arzobispo michoacano Labastida y Dávalos –quien decidió su nueva advocación- ordenó la primera remodelación de la capilla, colocando un altar neoclásico de alabastro proveniente de la Hacienda de los Negros en Guadalajara, y que fue compartido con la Capilla de San José. Finalmente reconstruido fue enviado al templo de la Asunción en la colonia Industrial, donde desapareció en 1985. En pleno siglo XX la capilla obtuvo nuevamente un retablo barroco de la modalidad anástila (sin columnas), el del Altar de San José localizado primeramente en el muro oriente de la portada norte. Este altar contiene obras de Simón Pereyns, Baltasar de Echave Orio y José de Ibarra. Desaparecieron de la capilla un medio punto del siglo XVII que representaba a Jesús en gloria y una pintura de la Asunción de la Virgen de José Ibarra, además de las esculturas representativas de Santa Ana, San Joaquín, San Antonio de Padua, San Lorenzo, San Nicolás Tolentino y dos santos niños. Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe Capilla de Nuestra Señora de Guadalupe. Fue techada en la tercera etapa de cerramiento del edificio, entre 1653 y 1660, y utilizada antes de la segunda consagración catedralicia, primero como bautisterio y después como sala de juntas de la archicofradía del Santísimo Sacramento y de la Caridad. Contó con retablos del siglo XVII ensamblados entre 1670 y 1675, que fueron renovados en 1754 mediante un contrato entre la archicofradía y José Joaquín de Sáyago, incluyendo el retablo de Guadalupe y los costados dedicados a San Juan Bautista y lienzos de Cristo Nuestro Señor. En 1807 se decide intervenir nuevamente estos retablos en virtud de que “ya están muy antiguos, están notablemente deteriorados e indecentes por lo que no corresponde al decoro de la misma Santa Iglesia ni al esplendor de un cuerpo tan ilustre y distinguido como la Archicofradía”. La obra es realizada entre 1807 y 1809 (conforme al dictamen de la Real Academia de San Carlos), por José Martínez de los Ríos, con la colaboración, para diecisiete esculturas, de Clemente Terrazas. Fueron trabajados tres altares: el central continuó dedicado a la Guadalupana, flanqueada por San Joaquín y Santa Ana; el izquierdo dedicado a San Juan Bautista, con sus padres San Zacarías y Santa Isabel; y el derecho que cambió de advocación en 1809, antes con lienzos de Cristo vinculado al Santísimo Sacramento y después dedicado a los jesuitas San Luis Gonzaga, San Estanislao Kostka y San Juan Francisco Regis. Capilla de Nuestra Señora de La Antigua La Virgen de la Antigua. Abajo, el Niño Cautivo. Está consagrada a la advocación mariana del mismo nombre, y en el retablo principal, neoclásico, obra de Juan de Rojas (1718), hay una copia de la imagen de la Virgen de la Antigua cuyo original se encuentra en la Catedral de Sevilla. Esta imagen de influencia bizantina era muy venerada por la población española de la ciudad de México durante el período colonial. Bajo la imagen de la virgen hay una magnífica escultura sevillana del Niño Jesús, original de la primera mitad del siglo XVII y atribuida a Juan Martínez Montañés. Es conocida popularmente como El Santo Niño Cautivo, debido a que permaneció en Argel junto a Francisco Sandoval de Zapata, racionero de la catedral, quien fue hecho prisionero por piratas del norte de África en 1622, cuando llevaba la escultura hacia México. Capilla de San Pedro La capilla de San Pedro custodia otros dos retablos. El primero y principal está dedicado a honrar la vida del santo apóstol y fue edificado hacia 1670. En él se observan ya los lineamientos del barroco temprano en los que aún se observan elementos manieristas como los relieves de lacería, las ménsulas y los pinjantes. El retablo está formado por tres cuerpos, el último de los cuales se integra al espacio arquitectónico dejando al centro el vano de la ventana. El retablo se merece una mención especial por su decoración general en la que sobresalen los variados motivos vegetales e inanimados propios del barroco. En cuanto a las pinturas de este retablo, no se ha podido saber a ciencia cierta quiénes fueron los autores, se trata de obras cuyo tema es la vida de San Pedro, y en un pasaje se recuerda el martirio del apóstol que pidió ser crucificado de cabeza “por no ser digno de morir como su maestro”. Capilla del Santo Cristo y de las Reliquias Retablo principal de la capilla de las reliquias, con el Cristo de los Conquistadores y el Santo Entierro. Se construyó entre 1610 y 1615 dedicada al Santo Cristo de los Conquistadores. También recibe el nombre de Capilla de reliquias por las reliquias insignes guardadas en los retablos barrocos. Según algunos historiadores la imagen de Cristo crucificado conocida como el "Santo Cristo de los Conquistadores" (S. XVI O XVII) fue un regalo de Carlos V, otros sostienen que se trata de una obra realizada en estas tierras, lo cierto es que ya en la primera catedral recibía gran veneración. Las pinturas y esculturas escenifican momentos de la pasión de Cristo uniendo a este tema la pasión o tormento de los santos y santas màrtires. La escultura del "Santo Entierro" es utilizado todos los años en la procesión del Viernes Santo. El retablo de la derecha tiene al centro una Virgen de Guadalupe, de José de Ibarra, ante la que se juró a Santa María de Guadalupe como la Patrona General y Universal de todos los reinos de la Nueva España el 4 de diciembre de 1746, y que conserva una reliquia del ayate de Juan Diego Cuauhtlatoatzin. Las reliquias de esta capilla se exponen anualmente el día de todos los santos y el día de los fieles difuntos (1 y 2 de noviembre). De acuerdo a la tradición, en esta capilla se custodian reliquias de, entre otros, San Vicente de Zaragoza, San Vito, Santa Úrsula, San Gelasio, San Vital de Milán, así como una astilla de la Vera Cruz y una espina de la corona de Jesús. Capilla de San Felipe de Jesús Exhibición de los restos de Agustín de Iturbide en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, con motivo de los festejos del Bicentenario de la Independencia Mexicana 2010 en la capillas San Felipe de Jesús. La Capilla de San Felipe de Jesús se terminó en la primera etapa constructiva de la Catedral, en 1615; su bóveda fue cerrada en piedra de cantera con nervaduras al estilo gótico, ya que es una de las techumbres más antiguas del templo. Aquí se encuentran los restos de Agustín de Iturbide. Asimismo, aquí se conserva el corazón de Anastasio Bustamante. En esta capilla se encuentra una escultura alusiva al primer santo mexicano: San Felipe de Jesús. Esta obra, a modo de ver de muchos críticos de arte, es la escultura estofada, tallada y policromada mejor elaborada de Iberoamérica.52​ Capilla de Nuestra Señora de los Dolores Es de las más antiguas de la Catedral. Terminada hacia 1600 estuvo dedicada a la archicofradía del Santísimo Sacramento, que la decoró suntuosamente. Fue dedicada a la Virgen de los Dolores cuando se colocó en el altar central la escultura, obra de Clemente Terrazas. Esta imagen estuvo en la capilla de Palacio Nacional en la época de Maximiliano I de México. Capilla del Señor del Buen Despacho (n.º 5 en el plano) Señor del Buen Despacho. Se estrenó el 8 de diciembre de 1648 estuvo dedicada al gremio de los plateros que colocaron en ella dos imágenes de plata maciza, una de la purísima concepción y otra de San Eligio o Eloy. La decoración de toda la capilla es estilo neoclásico pertenece la primera mitad del siglo XIX. Capilla de Nuestra Señora de la Soledad (n.º 4 en el plano) La capilla dedicada a la Virgen de la Soledad fue abierta al culto en la segunda mitad del siglo XVII. Ella protege a los albañiles y obreros que participaron en la construcción de la catedral. El retablo principal está formado por dos cuerpos y un remate, en él se aprecian las columnas salomónicas de capitel corintio que separan las entrecalles. Es una virgen de la Soledad copia de una imagen española. El retablo puede ser ubicado en la década de 1670-1680 gracias a las pinturas con el tema de la Pasión de Cristo hechas por el pintor Pedro Ramírez. Capilla de San José (n.º 3 en el plano) El Señor del Cacao. Su retablo principal es barroco, procedente de la antigua Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat y tiene en el centro la imagen de San José con el Niño, rodeado de santos, entre los que destaca Santa Brígida de Suecia. El retablo lateral es una composición de pinturas barrocas, que consiste en El triunfo de la Fe, La transfiguración, La circuncisión y La asunción. Hay un antiguo Ecce homo sedente, llamado popularmente el Señor del cacao. Es una escultura mexicana de caña de maíz procedente de la primera catedral, y muy venerada por los indígenas durante la colonia, quienes a falta de monedas depositaban como ofrenda semillas de cacao, que en época prehispánica se consideraban valiosas piezas de cambio. En la actualidad es común que los niños depositen ofrendas en forma de caramelos. Capilla de San Cosme y San Damián (n.º 2 en el plano) Entre los retablos que decoran el interior de la capilla, el principal está dedicado a honrar a los santos tutelares de la capilla. Consta de dos cuerpos, el remate y tres entrecalles. Es uno de los retablos catedralicios del siglo XVII en los que se puede afirmar que tiene un acento manierista y como prueba de ellos están las columnas clasicistas estriadas. El retablo fue concebido para albergar pinturas, las cuales exaltan la vida de los santos médicos Cosme y Damián y se deben al pintor Sebastián López Dávalos. Al centro hay un antiguo crucifijo de madera conocido como el Señor de la Salud, que es invocado contra enfermedades y se considera protector de la ciudad en casos de epidemias. La última vez que la imagen fue sacada a la calle en procesión y trasladada al altar del perdón fue en 2009, con ocasión de la epidemia de gripe A (H1N1); la imagen no se sacaba desde 1850,53​ cuando hubo una epidemia de peste en la ciudad. Un pequeño retablo lateral está consagrado al nacimiento de Jesús, y proviene del templo franciscano de Zinacantepec. Capilla de los Ángeles (n.º 1 en el plano) Sirve de basamento a lo torre occidental, y fue concluida entre 1653 y 1660. Esta primera capilla fue destruida por un incendio en 1711, por lo que fue inmediatamente sustituida por la actual, finalizada en 1713. Cuenta con unos fastuosos retablos barrocos con esculturas estofadas y policromadas, obras de Manuel de Nava, que representan a los siete arcángeles. Sacristía Es el espacio más antiguo de la catedral. En 1626, al ordenar el virrey Rodrigo Pacheco y Osorio, Marqués de Cerralvo (1624-1635) la demolición del antiguo templo, la Sacristía funcionó (hasta 1641) como el lugar donde se celebraban los oficios. Lógicamente ahí fue colocado el altar mayor y según el inventario de 1632, éste contaba con dos atriles, uno de hierro dorado y el otro de plata hecho por el maestro Pedro Ceballos. En el interior de la sacristía se pueden admirar enormes cuadros de los pintores novohispanos Cristóbal de Villalpando y Juan Correa. Los títulos de los cuadros son: El Triunfo De La Iglesia, La aparición de San Miguel, La Mujer del Apocalipsis (Villalpando); El Tránsito De La Virgen y La Entrada De Cristo A Jerusalén (Correa). Asimismo, hay una pintura atribuida al pintor español Bartolomé Esteban Murillo. No se cuenta aún con la suficiente documentación para darse idea de la decoración interior que presentaba entre 1641 y 1684, pero en cambio, si se registran abundantes ornamentos y orfebrería en los inventarios de 1632, 1649, 1654 y 1669, dando pistas sobre lo que había. Los muebles que hoy alberga son del último tercio del siglo XVIII: armarios y cajoneras en madera de bálsamo “que se apegan fielmente a los preceptos que al respecto formuló San Carlos Borromeo”, cardenal y arzobispo de Milán, en sus instrucciones de la fábrica y del ajuar eclesiásticos de 1577. Juan de Viera comenta que en las cabeceras de la Sacristía había “dos mesas de caoba de China, negras como azabache, donde se ponen los cálices preparados para el sacrificio, siendo sus tableros de una pieza de dos varas de ancho y dos y medio de largo”. Y continúa señalando que la “caxonera” es de maderas “exquisitíssimas de palo de Saongolica y otros, con sus cerrajes dorados y repartidos a proporción, alacenas con puertas de la misma madera... y en la circunferencia... junto a los caxones distantes dos varas, sillas de brazos de la misma caoba”. Dichas cajoneras fueron alteradas en fecha reciente debido, al parecer, a problemas de funcionamiento. Todavía el libro de Toussaint de 1948 registra fotográficamente el ajuar de sillas con patas de cabriola y una credenza con cajones de faldones abombados, patas de cabriola y garra, además de relieves fitomorfos. El armario para cálices, originalmente ubicado en el muro poniente bajo la Virgen del Apocalipsis de Cristóbal de Villalpando, albergaba gran número de “cálices de oro y vasos del mismo metal guarnecidos de finísimas piedras y otras vasijas y vasos sagrados, candeleros, pedestales, acheros de plata sobre dorada y cruceros... es mucha su riqueza. Solo de custodias de oro y diamantes tiene cinco, sin una nueva que ha costado 116,000 pesos”. El inventario de 1662 da cuenta de los aguamaniles, uno de ellos obra del platero Ena. En 1957 se cambiaron el piso y la tarima perimetrales de madera por otro pétreo escalonado; se colocó una reja gemela a la de la sala Capitular (adaptada por el arquitecto Antonio G. Muñoz) para vestibular el espacio creándose una antesacristía. También el maestro Soto alteró las proporciones originales de algunas cajoneras: fue cortada la cajonera corrida del muro testero y se colocó al centro un oratorio de caoba “de gusto híbrido”. Por último, el lienzo de la Virgen de Guadalupe con donante, obra de Francisco Martínez realizada en 1747 que permaneció largo tiempo en el sótano, ahora preside la sala Guadalupana del antiguo edificio de la Curia de la virgen de guadalupe Criptas Bajo el Altar de los Reyes se encuentra la cripta de los arzobispos, en la que se encuentran los restos de los arzobispos de México, desde Fray Juan de Zumárraga hasta el Cardenal Ernesto Corripio y Ahumada, cuyos restos fueron depositados en abril de 2008. La entrada se realiza por una gran puerta de madera tras de la cual, se desciende una escalera de caracol que da acceso a la cripta, realizada por el arquitecto Ernesto Gómez Gallardo Argüelles. En el centro se encuentra un cenotafio con una escultura a tamaño natural de Zumárraga, en cuya base se encuentra un cráneo tallado en piedra en estilo azteca, puesto que era considerado protector de los indios frente a los abusos de sus amos. Detrás de este, existe un altar con otra escultura geométrica prehispánica ubicada en la parte inferior. Los demás arzobispos se encuentran en nichos en las paredes, señalados por placas de bronce en las que aparecen el nombre y el escudo episcopal de cada uno. En el suelo se encuentran losas de mármol que cubren los nichos de otras personas enterradas en la cripta. Sagrario Metropolitano El Sagrario Metropolitano de Ciudad de México se sitúa al este de la catedral. Fue construido siguiendo el diseño de Lorenzo Rodríguez entre 1749 y 1760,38​ durante el apogeo del barroco. Tenía la función de albergar los archivos y vestimentas del arzobispo, además, es el lugar para la reserva y comunión de la Eucaristía.55​ La primera iglesia que fue construida en el lugar de la actual catedral también tenía un sagrario aunque su ubicación exacta es desconocida. Durante la construcción de la catedral, el sagrario se ubicó en el lugar que actualmente ocupan las capillas de san Isidro y de la Virgen de las Angustias de Granada. Sin embargo, en el siglo XVIII se decidió construir una edificio separado pero conectado a la catedral. El actual sagrario está construido en piedra tezontle roja y piedra chiluca blanca que forma una cruz griega. Está conectado a la catedral a través de la capilla de san Isidro.20​38​ El edificio presenta dos entradas principales desde el exterior; la fachada principal se abre al sur, a la plaza de la Constitución; mientras que la otra se abre al este, a la plaza del Seminario. Las dos fachadas se encuentran ricamente decoradas. El tema principal glorifica la Eucaristía con imágenes de los apóstoles, los padres de la Iglesia, los santos fundadores de órdenes religiosas, mártires, así como escenas bíblicas. Se encuentran algunos relieves zoomorfos y otros antropomorfos, destacando un león rampante y el águila real presente en el escudo nacional de México. La fachada este, por su parte, presenta escenas del Antiguo Testamento, así como, imágenes de san Juan Nepomuceno y san Ignacio de Loyola. En esta fachada se encuentras inscritas las fechas de las diferentes fases de construcción del sagrario.55​ El exterior del sagrario es de estilo barroco, presenta decoraciones tales como estantes nichos de variadas formas, cortinas flotantes y un gran número de querubines. Destacan elementos frutales como racimos de uva y granadas, que simbolizan la sangre de Cristo y la Iglesia, y elementos florales como rosas, margaritas y diversos tipos de flores de cuatro pétalos.38​ El interior está construido con piedra chiluca y tezontle, la chiluca cubre las paredes y suelos, mientras que el tezontle se encuentra en los marcos de las puertas y ventanas. El crucero se cubre con una cúpula apoyada en arcos. El templo está dividido en tres naves. La nave central se dispone desde la entrada principal hasta el altar mayor, en el que se encontraba el desaparecido retablo churrigueresco que realizó Pedro Patiño Ixtolinque en 1829. En la nave oeste se encuentra el baptisterio, mientras que en la este, se encuentran unas oficinas, junto a la entrada, y una sacristía, junto al altar mayor; todo separado por muros del templo interior. Capilla de las Ánimas Ubicada fuera de la catedral, vecina al ábside el nor-poniente del mismo, esta capilla del siglo XVII desentona con el resto del edificio por su magra construcción. Su sencilla portada, un arco de medio punto, flanqueado por pilastras tableradas; su segundo cuerpo- remate, a su vez flanqueado por un par de ventanas ovaladas. De ningún mérito artístico, esta capilla sirve hoy día, para los bautizos que se llevan a cabo en la Catedral Primada de México. Maestros de capilla de la Catedral durante el virreinato Durante todo el periodo virreinal la catedral contó con una intensa y brillante actividad musical organizada por sus correspondientes maestros de capilla. Estos tenían la obligación no solo de organizar la vida musical eclesiástica de la catedral para todas las festividades mayores, sino también la de instruir a los músicos correspondientes, componer las obras musicales necesarias y organizar los archivos musicales. Resultado de esta constante actividad es un riquísimo archivo musical que compite en América con el espléndido archivo musical de la catedral de Puebla, el de la basílica de Guadalupe o los archivos musicales conservados en Cuzco o en Chuquisaca. Ninguno de todos estos archivos musicales ha sido estudiado exhaustivamente y la mayor parte de esa música se mantiene inédita. Lamentablemente no existe un intento contemporáneo de continuar con la tradición musical de las catedrales hispanoamericanas tocando el acervo conservado o contratando a compositores que escriban nuevas obras. Los maestros de capilla de la catedral de México de los cuales en su mayoría se conservan obras en el archivo catedralicio fueron: Juan Xuárez (1538-1556) Lázaro del Álamo (1556-1570) Juan de Victoria (1570-575) Hernando Franco (1575-1585) Juan Hernández (1586-1618) Antonio Rodríguez de Mata (1619-1648) Fabián Ximeno (1648-1654) Francisco López y Capillas (1654-1673) Jacinto de la Vega Francisco Ponce (1673-h.1676) Joseph de Loaysa y Agurto (h.1676-1688) Antonio de Salazar (1688-1715) Manuel de Sumaya (1715-1739) Domingo Dutra y Andrade (1741-1750) Ignacio de Jerusalem y Stella (1750-1769) Mateo Tollis della Rocca (1769-1780) Martín Bernárdez Rivera (1781-1791) Antonio de Juanas (1791-1814) Vicente Gómez Matheo Manterola (1815-1818?) José María Bustamante y Eduardo Campuzano (1818-1821?) José Mariano Elízaga (1822) El archivo musical de la catedral de México es uno de los mayores de América; posee un acervo de más de 5000 obras, que abarca desde los siglo XVI al XX, en variados formatos como Libros de coro, música religiosa, profana y tratados musicales.
Mejor conocido como Iglesia de San Judas Tadeo, el Templo de San Hipólito y San Casiano; localizado en el cruce de Paseo de la Reforma y Avenida Hidalgo, se ha convertido en un centro de peregrinación para los católicos. El templo se edificó el 14 de Agosto de 1521, día de San Hipólito (por eso su nombre). Sin embargo, hoy en día se conoce como el Templo de San Judas Tadeo, santo de los casos perdidos. Los días 28 de cada mes lis creyentes católicos asisten al templo para celebrar al santo apóstol. ARQUITECTURA: La fachada presenta un estilo clasicista y se compone de tres cuerpos. El primero es el acceso principal, con un arco de medio punto con frondas resaltadas, un par de nichos y columnas toscanas de tres cuartos. Al centro del el segundo cuerpo se encuentra San Hipólito labrado en cantera, y a su lado dos imágenes de bulto, representadas por San Antonio Abad y San Antonio de Padua. En el tercer cuerpo se localiza la Virgen Maria en un vitral elaborado el siglo pasado. El templo tiene dos torres que muestran en sus paramentos unas ajaracas, separando con una cornisa la base del campanario. Las torres fueron construidas giradas 45 grados respecto al alineamiento del resto del templo. Se compone de una planta de una sola nave con brazos a manera de cruz latina, orientada de sur a norte y cubierta por dos bóvedas de casquete esférico. El templo mira hacia el norte y muestra un retablo reformado y sin estilo definido. El fino tambor, domo y linternilla bien delineados de la cúpula de base octagonal, proveen de gran belleza al templo. Los muros y las bóvedas son de piedra de tezontle, cal y canto y en forma opus incertum. En el atrio de la capilla de San Hipólito se encuentra un monumento esculpido por el arquitecto José Damián Ortiz de Castro que consiste en un águila levantando a un indio entre sus garras. HISTORIA: El Templo de San Hipólito y San Casiano fue edificado para rememorar la toma de Tenochtitlan el 13 de Agosto de 1521. Se construyó donde anteriormente estaba la Ermita que Hernán Cortés había mandado construir en conmemoración de los españoles caídos durante la Noche Triste. La construcción del templo comenzó en 1599 y finalizó hasta 1740. NOCHE TRISTE El templo se conoce como el lugar donde el 1 de Julio de 1520 los españoles fueron derrotados por los Mexicas, evento que se conoce como la noche triste. Después de la toma de Tenochtitlan y dado este precedente, Hernán Cortés mandó edificar una Ermita, conocida como la Ermita de los Mártires para conmemorar a los españoles caídos. TOMA DE TENOCHTITLAN Tras la conquista de Tenochtitlan, Cortés ordenó construir la Ermita de los Mártires sobre k lo a actual Calzada México-Tacuba, con el fin de depositar ahí los restos de los españoles caídos. Durante la mayor parte del siglo XVI el templo continuó como una remembranza de los “justos caídos”contra los Mexicas. Durante la colonización española de America y hasta la consumación de la independencia, el templo comenzó a cobrar gran importancia en la festividad en conmemoración a la toma de México, conocido como el Paseo del Perdón. Dado que San Hipólita se había convertido en el Patrón de la Ciudad de México las festividades eran llevadas a cabo el 13 de Agosto. El evento consistía de un desfile desde el Palacio Nacional hasta la iglesia de San Hipólito, encabezada por el virrey y las autoridades eclesiásticas, civiles y militares. HOSPITAL En 1563 se fundó el primer hospital de la Nueva España que participó en el conjunto arquitectónico de San Hipólito. En 1567, el arzobispo Montúfar ordenó construir el hospital junto a la ermita de San Hipólito con el mismo título. La fundación del hospital se le atribuye a Bernardino Alvarez, que asimismo agregó más cuartos en 1657 para alojar a los convalecientes del Hospital del Amor de Dios y de la Concepcion, a los enfermos mentales, ancianos, sacerdotes decrépitos y sanos pobres. El hospital era dirigido por la primera orden religiosa mexicana conocida como Los Hermanos dd la Caridad. En 1770 el hospital originó su reedificación con ayuda del tribunal del consulado debido al mal estado en que se encontraba. La arquitectura del hospital sufrió grandes transformaciones particularmente por la apertura de la calle de Héroes ya que demolieron gran parte de su conjunto. PRIMER PERIODO (1892-1917) En un inicio los padres paulinos regentearon la iglesia, el hospital y el convento hasta la ciudad exclaustracion, pasando después al clero diocesano. Fue el arzobispo de México Alarcon y Sanchez, quien propuso entregar el templo a los padres de la congregación de misioneros del inmaculado corazón de María mediante un documento donde se concedía el uso formal del templo y las facultades originarias y extraordinarias concernientes al ministerio apostolico. En 1892 el arzobispo Pelagio Labastida entregó el templo de San Hipólito a los padres misioneros claretianos. En 1893 es l interior del templo fue remodelado por el arquitecto Manuel Francisco Alvarez. SEGUNDO PERÍODO (1917-1942) El templo estaba considerado como curia provincial de México, Cuba, las Antillas y las comunidades claretianad en Estados Unidos. Dada la revolución y persecuciones religiosas en el país, el templo permaneció cerrado hasta 1919. TERCER PERÍODO (1942-1967) En 1942 la comunidad claretiana celebró sus “bodas de oro” por su estancia de 50 años en San Hipólito. En febrero de 1955 se funda una escuela por el padre Fierro para sordomudos pobres del país con r en l nombre de “Rosendo Olleta” en unii o s salones anexos al templo. CUARTO PERIODO (1957-1991) La escuela “Rosendo Olleta” permanece la única en México organizada por la iglesia católica totalmente gratuita, sostenida por los donativos que recibe el templo. Para abril de 1986, las tareas del templo se concentraron en la modificación de la escuela y la fabricación de un proyecto comunitario. En 1969. Por motivo de la construcción del Metro Hidalgo la asistencia al templo disminuyó ñ, y en 1985, la estabilidad estructural sufrió gravemente debido a los sismos de ese año. SAN JUDAS TADEO En 1982, la imagen de San Judas Tadeo fue colocada en el manifestador . Hoy en día, el templo de San Hipólito es conocido popularmente como el templo de San Judas Tadeo , haciéndolo su principal sitio de culto. El 38 de Octubre, día de San Judas Tadeo, los alrededores del templo permanecen cerrados debido a la gran cantidad de fieles que atienden a venerar al Santo Apóstol. No obstante, el 28 de cada mes, se celebran misas especiales.
Церква Сан Іполіто
12 Zarco
Mejor conocido como Iglesia de San Judas Tadeo, el Templo de San Hipólito y San Casiano; localizado en el cruce de Paseo de la Reforma y Avenida Hidalgo, se ha convertido en un centro de peregrinación para los católicos. El templo se edificó el 14 de Agosto de 1521, día de San Hipólito (por eso su nombre). Sin embargo, hoy en día se conoce como el Templo de San Judas Tadeo, santo de los casos perdidos. Los días 28 de cada mes lis creyentes católicos asisten al templo para celebrar al santo apóstol. ARQUITECTURA: La fachada presenta un estilo clasicista y se compone de tres cuerpos. El primero es el acceso principal, con un arco de medio punto con frondas resaltadas, un par de nichos y columnas toscanas de tres cuartos. Al centro del el segundo cuerpo se encuentra San Hipólito labrado en cantera, y a su lado dos imágenes de bulto, representadas por San Antonio Abad y San Antonio de Padua. En el tercer cuerpo se localiza la Virgen Maria en un vitral elaborado el siglo pasado. El templo tiene dos torres que muestran en sus paramentos unas ajaracas, separando con una cornisa la base del campanario. Las torres fueron construidas giradas 45 grados respecto al alineamiento del resto del templo. Se compone de una planta de una sola nave con brazos a manera de cruz latina, orientada de sur a norte y cubierta por dos bóvedas de casquete esférico. El templo mira hacia el norte y muestra un retablo reformado y sin estilo definido. El fino tambor, domo y linternilla bien delineados de la cúpula de base octagonal, proveen de gran belleza al templo. Los muros y las bóvedas son de piedra de tezontle, cal y canto y en forma opus incertum. En el atrio de la capilla de San Hipólito se encuentra un monumento esculpido por el arquitecto José Damián Ortiz de Castro que consiste en un águila levantando a un indio entre sus garras. HISTORIA: El Templo de San Hipólito y San Casiano fue edificado para rememorar la toma de Tenochtitlan el 13 de Agosto de 1521. Se construyó donde anteriormente estaba la Ermita que Hernán Cortés había mandado construir en conmemoración de los españoles caídos durante la Noche Triste. La construcción del templo comenzó en 1599 y finalizó hasta 1740. NOCHE TRISTE El templo se conoce como el lugar donde el 1 de Julio de 1520 los españoles fueron derrotados por los Mexicas, evento que se conoce como la noche triste. Después de la toma de Tenochtitlan y dado este precedente, Hernán Cortés mandó edificar una Ermita, conocida como la Ermita de los Mártires para conmemorar a los españoles caídos. TOMA DE TENOCHTITLAN Tras la conquista de Tenochtitlan, Cortés ordenó construir la Ermita de los Mártires sobre k lo a actual Calzada México-Tacuba, con el fin de depositar ahí los restos de los españoles caídos. Durante la mayor parte del siglo XVI el templo continuó como una remembranza de los “justos caídos”contra los Mexicas. Durante la colonización española de America y hasta la consumación de la independencia, el templo comenzó a cobrar gran importancia en la festividad en conmemoración a la toma de México, conocido como el Paseo del Perdón. Dado que San Hipólita se había convertido en el Patrón de la Ciudad de México las festividades eran llevadas a cabo el 13 de Agosto. El evento consistía de un desfile desde el Palacio Nacional hasta la iglesia de San Hipólito, encabezada por el virrey y las autoridades eclesiásticas, civiles y militares. HOSPITAL En 1563 se fundó el primer hospital de la Nueva España que participó en el conjunto arquitectónico de San Hipólito. En 1567, el arzobispo Montúfar ordenó construir el hospital junto a la ermita de San Hipólito con el mismo título. La fundación del hospital se le atribuye a Bernardino Alvarez, que asimismo agregó más cuartos en 1657 para alojar a los convalecientes del Hospital del Amor de Dios y de la Concepcion, a los enfermos mentales, ancianos, sacerdotes decrépitos y sanos pobres. El hospital era dirigido por la primera orden religiosa mexicana conocida como Los Hermanos dd la Caridad. En 1770 el hospital originó su reedificación con ayuda del tribunal del consulado debido al mal estado en que se encontraba. La arquitectura del hospital sufrió grandes transformaciones particularmente por la apertura de la calle de Héroes ya que demolieron gran parte de su conjunto. PRIMER PERIODO (1892-1917) En un inicio los padres paulinos regentearon la iglesia, el hospital y el convento hasta la ciudad exclaustracion, pasando después al clero diocesano. Fue el arzobispo de México Alarcon y Sanchez, quien propuso entregar el templo a los padres de la congregación de misioneros del inmaculado corazón de María mediante un documento donde se concedía el uso formal del templo y las facultades originarias y extraordinarias concernientes al ministerio apostolico. En 1892 el arzobispo Pelagio Labastida entregó el templo de San Hipólito a los padres misioneros claretianos. En 1893 es l interior del templo fue remodelado por el arquitecto Manuel Francisco Alvarez. SEGUNDO PERÍODO (1917-1942) El templo estaba considerado como curia provincial de México, Cuba, las Antillas y las comunidades claretianad en Estados Unidos. Dada la revolución y persecuciones religiosas en el país, el templo permaneció cerrado hasta 1919. TERCER PERÍODO (1942-1967) En 1942 la comunidad claretiana celebró sus “bodas de oro” por su estancia de 50 años en San Hipólito. En febrero de 1955 se funda una escuela por el padre Fierro para sordomudos pobres del país con r en l nombre de “Rosendo Olleta” en unii o s salones anexos al templo. CUARTO PERIODO (1957-1991) La escuela “Rosendo Olleta” permanece la única en México organizada por la iglesia católica totalmente gratuita, sostenida por los donativos que recibe el templo. Para abril de 1986, las tareas del templo se concentraron en la modificación de la escuela y la fabricación de un proyecto comunitario. En 1969. Por motivo de la construcción del Metro Hidalgo la asistencia al templo disminuyó ñ, y en 1985, la estabilidad estructural sufrió gravemente debido a los sismos de ese año. SAN JUDAS TADEO En 1982, la imagen de San Judas Tadeo fue colocada en el manifestador . Hoy en día, el templo de San Hipólito es conocido popularmente como el templo de San Judas Tadeo , haciéndolo su principal sitio de culto. El 38 de Octubre, día de San Judas Tadeo, los alrededores del templo permanecen cerrados debido a la gran cantidad de fieles que atienden a venerar al Santo Apóstol. No obstante, el 28 de cada mes, se celebran misas especiales.
Guerrero 39, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06300. Culto Católico. Es un templo ubicado en lo a Colonia Guerrero, junto al panteón del mismo nombre. Formó parte del Colegio Apostolico de Propaganda Fide de la Orden de los Franciscanos, en donde se formaban los misioneros que participaron en la evangelización de la Nueva España. Fue construido bajo la advocacion de San Fernando Rey, y es un ejemplo de Barroco novohispano. HISTORIA Hacia 1730 los misioneros del acólese Propaganda Fide de Queretaro, decidieron fundar un colegio en la Ciudad México. En Enero de 1731, el virrey Márquez de Casafuerte autorizó la fundación del colegio y con este fin, los misioneros compraron unos terrenos sobre la actual Calzada México-Tacuba que pertenecían al Sr. Agustín Oliva. En 1735 se puso la primera piedra de la iglesia, la cual fue realizada en estilo Barroco y terminada hacia 1751 por los arquitectos Manuel Alvarez y José Eduardo de Herrera, con retablos del célebre maestro ensamblador José Joaquín de Sayago. Con la aplicación de las Leyes de Reforma, en Diciembre de 1860, es l b c colegio fue desalojado y dividido en tres lotes, la iglesia y la biblioteca fueron saqueadas y los retablos destruidos. A principios del siglo XX la sillería del coro fue llevada a c la Basílica de Guadalupe y el colegio fue destruido en su totalidad. Desde el sumo de Septiembre de 2017, el acceso al templo y al panteón están prohibidos por los riesgos derivados de los daños estructurales sufridos por el complejo arquitectónico.
Parroquia de San Fernando
39 C. Guerrero
Guerrero 39, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06300. Culto Católico. Es un templo ubicado en lo a Colonia Guerrero, junto al panteón del mismo nombre. Formó parte del Colegio Apostolico de Propaganda Fide de la Orden de los Franciscanos, en donde se formaban los misioneros que participaron en la evangelización de la Nueva España. Fue construido bajo la advocacion de San Fernando Rey, y es un ejemplo de Barroco novohispano. HISTORIA Hacia 1730 los misioneros del acólese Propaganda Fide de Queretaro, decidieron fundar un colegio en la Ciudad México. En Enero de 1731, el virrey Márquez de Casafuerte autorizó la fundación del colegio y con este fin, los misioneros compraron unos terrenos sobre la actual Calzada México-Tacuba que pertenecían al Sr. Agustín Oliva. En 1735 se puso la primera piedra de la iglesia, la cual fue realizada en estilo Barroco y terminada hacia 1751 por los arquitectos Manuel Alvarez y José Eduardo de Herrera, con retablos del célebre maestro ensamblador José Joaquín de Sayago. Con la aplicación de las Leyes de Reforma, en Diciembre de 1860, es l b c colegio fue desalojado y dividido en tres lotes, la iglesia y la biblioteca fueron saqueadas y los retablos destruidos. A principios del siglo XX la sillería del coro fue llevada a c la Basílica de Guadalupe y el colegio fue destruido en su totalidad. Desde el sumo de Septiembre de 2017, el acceso al templo y al panteón están prohibidos por los riesgos derivados de los daños estructurales sufridos por el complejo arquitectónico.
Se sitúa en la esquina de las calles 20 de Noviembre y Venustiano Carranza, justo al sur del Zócalo capitalino. Fue parte de un convento del mismo nombre que fue patrocinado por Juan Márquez de Orozco, un rico comerciante que dejó su fortuna a la iglesia con la estipulación de que el dinero se utilizara para fundar un convento de la Orden Cisterciense. Después de su muerte. Juan Retes de Lagarche, marqués de San Jorge, se convirtió en benefactor del convento y adquirió el terreno para la iglesia y el convento. Fue fundado en 1636 por tres de las hermanas Orozco y dos monjas, todas del convento de Regina Coeli, concepcionista. En el siglo XIII, Miguel de Berrio y Saldivar, conde de San Mateo de Valparaíso, se hizo cargo de unos trabajos de reparación y utilizó piedra de tezontle cortada geométricamente. La iglesia fue rededicada en 1777. Sin embargo, el convento nunca albergó a a la orden para la que fue construido. Fue cerrado junto con todos los conventos y monasterios durante el período de la Reforma en 1861 bajo el gobierno de Benito Juárez u este convento en especial fue demolido a excepción de la iglesia. Su demolición allanó el camino para la apertura de la calle que a la postre se convertiría en 20 de Noviembre.
Iglesia de San Bernardo
33 20 de Noviembre
Se sitúa en la esquina de las calles 20 de Noviembre y Venustiano Carranza, justo al sur del Zócalo capitalino. Fue parte de un convento del mismo nombre que fue patrocinado por Juan Márquez de Orozco, un rico comerciante que dejó su fortuna a la iglesia con la estipulación de que el dinero se utilizara para fundar un convento de la Orden Cisterciense. Después de su muerte. Juan Retes de Lagarche, marqués de San Jorge, se convirtió en benefactor del convento y adquirió el terreno para la iglesia y el convento. Fue fundado en 1636 por tres de las hermanas Orozco y dos monjas, todas del convento de Regina Coeli, concepcionista. En el siglo XIII, Miguel de Berrio y Saldivar, conde de San Mateo de Valparaíso, se hizo cargo de unos trabajos de reparación y utilizó piedra de tezontle cortada geométricamente. La iglesia fue rededicada en 1777. Sin embargo, el convento nunca albergó a a la orden para la que fue construido. Fue cerrado junto con todos los conventos y monasterios durante el período de la Reforma en 1861 bajo el gobierno de Benito Juárez u este convento en especial fue demolido a excepción de la iglesia. Su demolición allanó el camino para la apertura de la calle que a la postre se convertiría en 20 de Noviembre.
La Profesa es el nombre popular con que se conoce a un templo católico barroco del siglo XVIII ubicado en la esquina de Madero e Isabel la Católica en el centro histórico de la CDMX. Su nombre oficial es Oratorio de San Felipe Neri y pertenece a la congregación del oratorio, aunque en sus inicios fue una iglesia jesuita llamada Templo de San José del Real. HISTORIA Era originalmente parte de un conjunto arquitectónico conocido como Casa Profesa, donde residían sacerdotes jesuitas que habían emitido, además de los votos religiosos comunes de pobreza, castidad y obediencia, un cuarto voto de “particular obediencia al Papa en cuanto a misiones se refiere”. A estos presbíteros se les llama profesos en el derecho interno de la Compañía de Jesús. Laa a primera iglesia fue inaugurada en 1610. El templo actual, que sustituyó al primero, consta de tres naves y fue edificado en estilo barroco según diseño de Pedro de Arrieta entre 1714 y 1720, y financiado por el Marqués de Villapuente de la Peña y su esposa la Marquesa de las Torres de Rada. En 1767, tras la expulsión de la Compañía de Jesús de los dominios españoles, La Profesa fue fue entregada a la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri (padres filipenses), quiénes hasta entonces tenían su templo en lo que hoy es la Biblioteca Lerdo de Tejada. A inicios del siglo XIX (el 22 de Mayo de 1805) se introdujo el estilo neoclásico en el interio, u Manuel Tolsá diseñó el retablo mayor, dedicado a San Felipe Neri. Destacan las imágenes del Señor del Consuelo (un crucifijo bastante venerado), la Inmaculada Concepción (también diseño de Tolsá) y el Señor de la Columna. El Oratorio resguarda una importante colección de libros antiguos que pertenecieron a Benito Díaz de Gamarra y Dávalos, Juan Ramírez y Luis Rubio, así como a la Universidad Pontificia de México, la orden de los dominicos y la Compañía de Jesús. 8,014 libros forman la biblioteca del Oratorio. Las obras son una muestra de la formación de los miembros de la Congregación, ya que la temática versa sobre ascética, filosofía, ciencia y derecho. Los textos provenientes de imprentas mexicanas, italianas y francesas, son dignos ejemplos de los trabajos editoriales de los siglos XVII y XVIII. PINACOTECA DE LA PROFESA Además es poseedora de una magnífica pinacoteca que contiene una de las colecciones de pintura de caballete más importante de México, tanto por la relevancia de sus autores, como por el número extraordinario de obras de los siglos XVII, XVIII y XIX. Se pueden admirar pinturas de destacados artistas novohispanos como Cristobal de Villalpando, Juan Correa y Miguel Cabrera, que nos regalan una pálida idea de cómo estuvieron decorados en su interior los conventos de la capital del virreinato y de Mexico Independiente hasta la primera mitad del siglo pasado. La pinacoteca de la Profesa fue inaugurada el 26 de Mayo de 1978, al concluirse un largo periodo de costosas obras de reconstrucción de los salones en que se encuentra instalada, que habían servido hasta entonces de bodegas, salas de Juntas y habitaciones de los padres oratorianos. Posteriormente quedó clausurada por algunos años durante los cuales fueron restauradas algunas de las pinturas por parte de la SAHOP. CONSPIRACIÓN DE LA PROFESA El templo es conocido también porque ahí se celebró en 1820 la llamada Conspiración de la Profesa, que resultó en la Independencia de México. Al cerrarse la Catedral de México durante la Guerra Cristera (1926-1929), la Profesa sirvió como catedral provisional.
Храм Святого Філіпа Нері Ла Професа
21 Isabel La Católica
La Profesa es el nombre popular con que se conoce a un templo católico barroco del siglo XVIII ubicado en la esquina de Madero e Isabel la Católica en el centro histórico de la CDMX. Su nombre oficial es Oratorio de San Felipe Neri y pertenece a la congregación del oratorio, aunque en sus inicios fue una iglesia jesuita llamada Templo de San José del Real. HISTORIA Era originalmente parte de un conjunto arquitectónico conocido como Casa Profesa, donde residían sacerdotes jesuitas que habían emitido, además de los votos religiosos comunes de pobreza, castidad y obediencia, un cuarto voto de “particular obediencia al Papa en cuanto a misiones se refiere”. A estos presbíteros se les llama profesos en el derecho interno de la Compañía de Jesús. Laa a primera iglesia fue inaugurada en 1610. El templo actual, que sustituyó al primero, consta de tres naves y fue edificado en estilo barroco según diseño de Pedro de Arrieta entre 1714 y 1720, y financiado por el Marqués de Villapuente de la Peña y su esposa la Marquesa de las Torres de Rada. En 1767, tras la expulsión de la Compañía de Jesús de los dominios españoles, La Profesa fue fue entregada a la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri (padres filipenses), quiénes hasta entonces tenían su templo en lo que hoy es la Biblioteca Lerdo de Tejada. A inicios del siglo XIX (el 22 de Mayo de 1805) se introdujo el estilo neoclásico en el interio, u Manuel Tolsá diseñó el retablo mayor, dedicado a San Felipe Neri. Destacan las imágenes del Señor del Consuelo (un crucifijo bastante venerado), la Inmaculada Concepción (también diseño de Tolsá) y el Señor de la Columna. El Oratorio resguarda una importante colección de libros antiguos que pertenecieron a Benito Díaz de Gamarra y Dávalos, Juan Ramírez y Luis Rubio, así como a la Universidad Pontificia de México, la orden de los dominicos y la Compañía de Jesús. 8,014 libros forman la biblioteca del Oratorio. Las obras son una muestra de la formación de los miembros de la Congregación, ya que la temática versa sobre ascética, filosofía, ciencia y derecho. Los textos provenientes de imprentas mexicanas, italianas y francesas, son dignos ejemplos de los trabajos editoriales de los siglos XVII y XVIII. PINACOTECA DE LA PROFESA Además es poseedora de una magnífica pinacoteca que contiene una de las colecciones de pintura de caballete más importante de México, tanto por la relevancia de sus autores, como por el número extraordinario de obras de los siglos XVII, XVIII y XIX. Se pueden admirar pinturas de destacados artistas novohispanos como Cristobal de Villalpando, Juan Correa y Miguel Cabrera, que nos regalan una pálida idea de cómo estuvieron decorados en su interior los conventos de la capital del virreinato y de Mexico Independiente hasta la primera mitad del siglo pasado. La pinacoteca de la Profesa fue inaugurada el 26 de Mayo de 1978, al concluirse un largo periodo de costosas obras de reconstrucción de los salones en que se encuentra instalada, que habían servido hasta entonces de bodegas, salas de Juntas y habitaciones de los padres oratorianos. Posteriormente quedó clausurada por algunos años durante los cuales fueron restauradas algunas de las pinturas por parte de la SAHOP. CONSPIRACIÓN DE LA PROFESA El templo es conocido también porque ahí se celebró en 1820 la llamada Conspiración de la Profesa, que resultó en la Independencia de México. Al cerrarse la Catedral de México durante la Guerra Cristera (1926-1929), la Profesa sirvió como catedral provisional.
2 de Abril 6, Col. Guerrero, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06300 Es una de las más antiguas instituciones religiosas de la CDMX. Fue establecida por una hermandad religiosa fundada por Hernán Cortés. La iglesia parroquial fue construida originalmente en 1568, pero este edificio fue sustituido en el siglo XVIII por el que subsiste hasta el día de hoy. La mayoría de su decoración interior ha sido modificada pero sigue siendo el hogar de dos imagines importantes: el Cristo de los Siete Velos y la Virgen de los Remedios. La iglesia está ubicada en el lado este de la Plaza de la Santa Veracruz sobre la Avenida Hidalgo, con una ubicación privilegiada respecto a la Alameda Central. HISTORIA Su fundación se llevó a cabo por la archicofradia de la Cruz, formada por Hernán Cortés en agradecimiento por haber desembarcado con bien en lo que ahora es el Puerto de Veracruz en 1519. A esta cofradía pertenecieron los miembros de la nobleza por lo que también fue conocida como Cofradía de los Caballeros, La ara mediados del siglo XVI la población española de la traza estaba creciendo rápidamente, siendo este crecimiento orientado hacia el norte y el poniente de la traza por las mejores zonas, y la Parroquia del Sagrario resultó insuficiente ya que era única de la ciudad para los españoles, por lo que el 2 de Mayo de 1563 se expide una cédula real que ordena al virrey Luis de Velasco y al arzobispo Montúfar la creación de 4 nuevas parroquias, pero la ciudad no podía costear k lo a construcción de estas, y los templos disponibles pertenecían a órdenes religiosas, por lo que el virrey y el arzobispo acudieron a ja Cofradía de Santa Catarina y a la archicofradia de la Santa Cruz, las cuales habían fundado una Ermita cada una, y se consultó con ambas cofradías al elevar sus ermitas a la categoría de parroquias, y estas aceptaron con gusto ya que les traería prestigio a sus respectivas sedes y en 1568 se crearon las Parroquias de la Santa Veracruz y la Parroquia de Santa Catarina en ambas ermitas, lo que desahogó la Administracion de las necesidades espirituales para las familias españolas y criollas en las zonas norte y poniente de la ciudad. A mediados del siglo XVIII fue necesario reconstruir el templo. Las obras estuvieron a cargo del arquitecto criollo Ildefonso de Iniesta Bejarano de 1759 a 1776, año en que se terminaron las Torres y la portada lateral de estilo churrigueresco, mientras que la fachada de la casa parroquial fue realizada por el arquitecto Lorenzo Rodriguez. En 1796 fue trasladada a esta iglesia la imagen conocida como el Cristo de la Misericordia, proveniente de la Iglesia de la Misericordia ubicada en la calle del mismo nombre y que estaba en proceso de demolición por los daños que le causó el sismo de 1792. Esta imagen acompañaba a los reos en las ejecuciones civiles durante el periodo colonial. Su paradero actual es desconocido. Originalmente, el interior de la iglesia de la Santa Veracruz fue rico y ostentoso, tenia grandes retablos barrocos hechos con base en maderas preciosas y laminado dd oro. Empero, a principios del siglo XX fueron destruidos, de manera que de aquella riqueza solo quedan huellas en la decoración de las bóvedas de plato que cubren la nave, las cuales conservan cenefas doradas de querubines elaborados en bulto. EDIFICIO El edificio cuenta con fachadas en el oeste, sur y este, con ja fachada sur frente a la calle Hidalgo como la principal. En el abside está el Cristo de los Siete Velos, que según la tradición se le dio a Carlos V por el Papa Pablo III. Carlos V lo regaló entonces a la hermandad. Otra imagen importante aquí es la Virgen de los Remedios, que también se conoce como la Gachupina. Gachupin es un término de origen Nahua para referirse a los españoles. Recibió Yessica nombre por ser la protectora de los españoles en Mexico. La Virgen originalmente tenía su propio santuario, pero fue traída aquí para pedir lluvia durante un periodo de sequía, y se quedó. Como hecho histórico, cabe mencionar que en esta parroquia fue enterrado el célebre arquitecto y escultor Manuel Tolsá, quien era vecino y asistente a este templo.
Iglesia de la Santa Veracruz
6 2 de Abril
2 de Abril 6, Col. Guerrero, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06300 Es una de las más antiguas instituciones religiosas de la CDMX. Fue establecida por una hermandad religiosa fundada por Hernán Cortés. La iglesia parroquial fue construida originalmente en 1568, pero este edificio fue sustituido en el siglo XVIII por el que subsiste hasta el día de hoy. La mayoría de su decoración interior ha sido modificada pero sigue siendo el hogar de dos imagines importantes: el Cristo de los Siete Velos y la Virgen de los Remedios. La iglesia está ubicada en el lado este de la Plaza de la Santa Veracruz sobre la Avenida Hidalgo, con una ubicación privilegiada respecto a la Alameda Central. HISTORIA Su fundación se llevó a cabo por la archicofradia de la Cruz, formada por Hernán Cortés en agradecimiento por haber desembarcado con bien en lo que ahora es el Puerto de Veracruz en 1519. A esta cofradía pertenecieron los miembros de la nobleza por lo que también fue conocida como Cofradía de los Caballeros, La ara mediados del siglo XVI la población española de la traza estaba creciendo rápidamente, siendo este crecimiento orientado hacia el norte y el poniente de la traza por las mejores zonas, y la Parroquia del Sagrario resultó insuficiente ya que era única de la ciudad para los españoles, por lo que el 2 de Mayo de 1563 se expide una cédula real que ordena al virrey Luis de Velasco y al arzobispo Montúfar la creación de 4 nuevas parroquias, pero la ciudad no podía costear k lo a construcción de estas, y los templos disponibles pertenecían a órdenes religiosas, por lo que el virrey y el arzobispo acudieron a ja Cofradía de Santa Catarina y a la archicofradia de la Santa Cruz, las cuales habían fundado una Ermita cada una, y se consultó con ambas cofradías al elevar sus ermitas a la categoría de parroquias, y estas aceptaron con gusto ya que les traería prestigio a sus respectivas sedes y en 1568 se crearon las Parroquias de la Santa Veracruz y la Parroquia de Santa Catarina en ambas ermitas, lo que desahogó la Administracion de las necesidades espirituales para las familias españolas y criollas en las zonas norte y poniente de la ciudad. A mediados del siglo XVIII fue necesario reconstruir el templo. Las obras estuvieron a cargo del arquitecto criollo Ildefonso de Iniesta Bejarano de 1759 a 1776, año en que se terminaron las Torres y la portada lateral de estilo churrigueresco, mientras que la fachada de la casa parroquial fue realizada por el arquitecto Lorenzo Rodriguez. En 1796 fue trasladada a esta iglesia la imagen conocida como el Cristo de la Misericordia, proveniente de la Iglesia de la Misericordia ubicada en la calle del mismo nombre y que estaba en proceso de demolición por los daños que le causó el sismo de 1792. Esta imagen acompañaba a los reos en las ejecuciones civiles durante el periodo colonial. Su paradero actual es desconocido. Originalmente, el interior de la iglesia de la Santa Veracruz fue rico y ostentoso, tenia grandes retablos barrocos hechos con base en maderas preciosas y laminado dd oro. Empero, a principios del siglo XX fueron destruidos, de manera que de aquella riqueza solo quedan huellas en la decoración de las bóvedas de plato que cubren la nave, las cuales conservan cenefas doradas de querubines elaborados en bulto. EDIFICIO El edificio cuenta con fachadas en el oeste, sur y este, con ja fachada sur frente a la calle Hidalgo como la principal. En el abside está el Cristo de los Siete Velos, que según la tradición se le dio a Carlos V por el Papa Pablo III. Carlos V lo regaló entonces a la hermandad. Otra imagen importante aquí es la Virgen de los Remedios, que también se conoce como la Gachupina. Gachupin es un término de origen Nahua para referirse a los españoles. Recibió Yessica nombre por ser la protectora de los españoles en Mexico. La Virgen originalmente tenía su propio santuario, pero fue traída aquí para pedir lluvia durante un periodo de sequía, y se quedó. Como hecho histórico, cabe mencionar que en esta parroquia fue enterrado el célebre arquitecto y escultor Manuel Tolsá, quien era vecino y asistente a este templo.
Jalapa 94, Col. Roma Norte, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06700 El Centro Budista de la Ciudad de México es un espacio abierto a las personas que desean practicar budismo, meditación y practicas de Cuerpo Consciente como Yoga, Tai chi, Chi kung y Shiatsu. Contamos con espacios agradables y amplios en los cuales se llevan a cabo las actividades, estas actividades requieren que mantengamos una atmósfera conducente que nos lleve a generar Calma y tranquilidad en los que asisten a nuestra comunidad. Todas nuestras políticas y recomendaciones son pensadas por tu seguridad y comodidad para que pases un momento agradable con nosotros, por eso te invitamos a tomarlo con un espíritu de apoyo y comprensión siguiendo estas guías y recomendaciones: Inscripción y registro •Cada actividad tiene su requerimiento específico sigue las instrucciones para terminar el proceso de inscripción. •En cursos, retiros o talleres es necesario inscribirte con anterioridad, recuerda que nuestros espacios cuentan con cupo limitado por lo que inscribirte antes puede asegurar tu lugar en la actividad de tu preferencia. •Es necesario llenar la carta del alumno y entregarla en la recepción el día de tu actividad. •Llegar con tiempo de anticipación para poder realizar tu registro de entrada en la actividad o clases (15 o 20 min.) que deseas tomar, así este pueda ser más ágil y puedas disfrutar el espacio que tenemos con calma. •Respeta el horario de entrada marcado en las actividades aunque ya estés inscrito, para evitar que se retrase el comienzo de la misma. •Una vez tomada tu clase no se permite la salida por cuestiones de seguridad. Uso de Salones •Dentro del salón de actividades es necesario quitarse los zapatos o tenis, esto es con la finalidad de mantener en buen estado la misma. •Al término de su evento deberá dejar vacío los salones y todas las velas apagadas. •Para tomar tu clase es necesario usar ropa adecuada, ropa deportiva, pants y playera de manga corta o sin Mangas. En el caso de los hombres no se permite tomar clases de yoga sin playera. •Vuelve a dejar el material que usaste de manera adecuada y acomodado en su lugar. Uso del espacio general •Ayúdanos a mantener el espacio en tranquilidad, te invitamos a mantener una atmósfera de silencio si otros salones se encuentran meditando. •Llevar la basura a los contenedores separado de acuerdo a su origen. •Tenemos horarios de apertura y cierre de atención al público para poder llevar a cabo actividades de limpieza y mantenimiento del CBCM, por lo que les pedimos puedan respetar dichos horarios. •Respeta los señalamientos y letreros que nos ayudan a mantener seguro los espacios. •En caso de incendio o sismo en los que tengamos que desalojar el inmueble sigue las instrucciones del personal de recepción o personas encargadas.
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Buddhist center of Mexico City AC
94 Jalapa
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Jalapa 94, Col. Roma Norte, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06700 El Centro Budista de la Ciudad de México es un espacio abierto a las personas que desean practicar budismo, meditación y practicas de Cuerpo Consciente como Yoga, Tai chi, Chi kung y Shiatsu. Contamos con espacios agradables y amplios en los cuales se llevan a cabo las actividades, estas actividades requieren que mantengamos una atmósfera conducente que nos lleve a generar Calma y tranquilidad en los que asisten a nuestra comunidad. Todas nuestras políticas y recomendaciones son pensadas por tu seguridad y comodidad para que pases un momento agradable con nosotros, por eso te invitamos a tomarlo con un espíritu de apoyo y comprensión siguiendo estas guías y recomendaciones: Inscripción y registro •Cada actividad tiene su requerimiento específico sigue las instrucciones para terminar el proceso de inscripción. •En cursos, retiros o talleres es necesario inscribirte con anterioridad, recuerda que nuestros espacios cuentan con cupo limitado por lo que inscribirte antes puede asegurar tu lugar en la actividad de tu preferencia. •Es necesario llenar la carta del alumno y entregarla en la recepción el día de tu actividad. •Llegar con tiempo de anticipación para poder realizar tu registro de entrada en la actividad o clases (15 o 20 min.) que deseas tomar, así este pueda ser más ágil y puedas disfrutar el espacio que tenemos con calma. •Respeta el horario de entrada marcado en las actividades aunque ya estés inscrito, para evitar que se retrase el comienzo de la misma. •Una vez tomada tu clase no se permite la salida por cuestiones de seguridad. Uso de Salones •Dentro del salón de actividades es necesario quitarse los zapatos o tenis, esto es con la finalidad de mantener en buen estado la misma. •Al término de su evento deberá dejar vacío los salones y todas las velas apagadas. •Para tomar tu clase es necesario usar ropa adecuada, ropa deportiva, pants y playera de manga corta o sin Mangas. En el caso de los hombres no se permite tomar clases de yoga sin playera. •Vuelve a dejar el material que usaste de manera adecuada y acomodado en su lugar. Uso del espacio general •Ayúdanos a mantener el espacio en tranquilidad, te invitamos a mantener una atmósfera de silencio si otros salones se encuentran meditando. •Llevar la basura a los contenedores separado de acuerdo a su origen. •Tenemos horarios de apertura y cierre de atención al público para poder llevar a cabo actividades de limpieza y mantenimiento del CBCM, por lo que les pedimos puedan respetar dichos horarios. •Respeta los señalamientos y letreros que nos ayudan a mantener seguro los espacios. •En caso de incendio o sismo en los que tengamos que desalojar el inmueble sigue las instrucciones del personal de recepción o personas encargadas.
Gante 5, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 La iglesia cristiana metodista llegó a México proveniente del sur de los Estados Unidos en 1873. Este templo fue la primera propiedad de los metodistas. El edificio fue uno de los conventos más grandes del continente americano. Contaba con panteón, botica, huerto, jardines, bodegas, cocinas, comedor para 500 personas, 300 celdas, siete lujosas capillas y la iglesia principal. Estos terrenos se fraccionaron y solo sobrevivió la iglesia, estilo neogótica.
The Holiest Trinity Methodist Church
5 Gante
Gante 5, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000 La iglesia cristiana metodista llegó a México proveniente del sur de los Estados Unidos en 1873. Este templo fue la primera propiedad de los metodistas. El edificio fue uno de los conventos más grandes del continente americano. Contaba con panteón, botica, huerto, jardines, bodegas, cocinas, comedor para 500 personas, 300 celdas, siete lujosas capillas y la iglesia principal. Estos terrenos se fraccionaron y solo sobrevivió la iglesia, estilo neogótica.
El templo y exconvento de San Francisco de la Ciudad de México​ o Convento de San Francisco es un templo católico, restos de lo que fue la sede principal de la Orden Franciscana en el actual México, luego del arribo de dicha orden por la Evangelización en la Nueva España.2​ Dicha sede, establecida en 1525, fue la construcción monástica más grande de la Nueva España,3​ y aún en el siglo XIX conservaba más de 32 mil metros cuadrados de superficie. Derivado de las Leyes de Reforma y de la venta en 1868 por Matías Romero,1​ del templo y exconvento, sus instalaciones novohispanas fueron casi demolidas y la superficie del inmueble —que llegó a alcanzar aproximadamente hacia el norte la Avenida Francisco I. Madero, hacia el poniente Eje Central Lázaro Cárdenas, al oriente la calle Gante y al sur la actual calle de Venustiano Carranza— fue fraccionada en diversos predios. Entre los edificios contemporáneos que los ocupan están la Torre Latinoamericana, el Templo Expiatorio Nacional de San Felipe de Jesús, el Templo Metodista de la Santísima Trinidad y la Librería del Fondo de Cultura Económica Juan José Arreola, entre otros inmuebles de valor histórico. El edificio actual que se conserva es el tercero de los erigidos en el lugar, fracasados los dos primeros a causa del terreno acuoso. Se comenzó el día de San Carlos (4 de noviembre) de 1710 y fue terminada seis años más tarde. Anexa a la iglesia se construyó en 1766 la capilla de Balvanera, cuya fachada es el acceso principal a la iglesia de San Francisco ya que su fachada principal está tapiada. La capilla de Balvanera se atribuye a Lorenzo Rodríguez, el principal arquitecto del barroco novohispano y autor del Sagrario metropolitano y posiblemente de la iglesia de la Santísima Trinidad.
Церква Сан-Франциско
7 Av Francisco I. Madero
El templo y exconvento de San Francisco de la Ciudad de México​ o Convento de San Francisco es un templo católico, restos de lo que fue la sede principal de la Orden Franciscana en el actual México, luego del arribo de dicha orden por la Evangelización en la Nueva España.2​ Dicha sede, establecida en 1525, fue la construcción monástica más grande de la Nueva España,3​ y aún en el siglo XIX conservaba más de 32 mil metros cuadrados de superficie. Derivado de las Leyes de Reforma y de la venta en 1868 por Matías Romero,1​ del templo y exconvento, sus instalaciones novohispanas fueron casi demolidas y la superficie del inmueble —que llegó a alcanzar aproximadamente hacia el norte la Avenida Francisco I. Madero, hacia el poniente Eje Central Lázaro Cárdenas, al oriente la calle Gante y al sur la actual calle de Venustiano Carranza— fue fraccionada en diversos predios. Entre los edificios contemporáneos que los ocupan están la Torre Latinoamericana, el Templo Expiatorio Nacional de San Felipe de Jesús, el Templo Metodista de la Santísima Trinidad y la Librería del Fondo de Cultura Económica Juan José Arreola, entre otros inmuebles de valor histórico. El edificio actual que se conserva es el tercero de los erigidos en el lugar, fracasados los dos primeros a causa del terreno acuoso. Se comenzó el día de San Carlos (4 de noviembre) de 1710 y fue terminada seis años más tarde. Anexa a la iglesia se construyó en 1766 la capilla de Balvanera, cuya fachada es el acceso principal a la iglesia de San Francisco ya que su fachada principal está tapiada. La capilla de Balvanera se atribuye a Lorenzo Rodríguez, el principal arquitecto del barroco novohispano y autor del Sagrario metropolitano y posiblemente de la iglesia de la Santísima Trinidad.
Fue construido en los terrenos que ocuparon la capilla de Nuestra Señora de Aranzazú del Templo de San Francisco, la cual fue demolida por su deterioro. Es obra de Emilio Dondé, y su construcción ocurrió entre 1886 y 1897.1​ En la promoción de su construcción participó Carmen Romero Rubio,2​ esposa de Porfirio Díaz. Fue inaugurado el 5 de febrero de 1897. Su arquitectura es neorrománica, y en su interior la decoración es en su mayoría de mosaicos de estilo neobizantino. En este templo están depositados los restos de Felix de Jesús Rougier. El templo está a cargo de la orden de los Misioneros del Espíritu Santo, y en ella se realiza desde 1900 el ritual católico de la adoración nocturna mexicana.
Templo Expiatorio Nacional de San Felipe de Jesús
11 Av Francisco I. Madero
Fue construido en los terrenos que ocuparon la capilla de Nuestra Señora de Aranzazú del Templo de San Francisco, la cual fue demolida por su deterioro. Es obra de Emilio Dondé, y su construcción ocurrió entre 1886 y 1897.1​ En la promoción de su construcción participó Carmen Romero Rubio,2​ esposa de Porfirio Díaz. Fue inaugurado el 5 de febrero de 1897. Su arquitectura es neorrománica, y en su interior la decoración es en su mayoría de mosaicos de estilo neobizantino. En este templo están depositados los restos de Felix de Jesús Rougier. El templo está a cargo de la orden de los Misioneros del Espíritu Santo, y en ella se realiza desde 1900 el ritual católico de la adoración nocturna mexicana.
La iglesia de Nuestra Señora de Loreto ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México fue la última iglesia importante construida durante el periodo colonial. Construida entre los años 1806 y 1819, la iglesia se encuentra inclinada significativamente hacia un lado debido a que fue construida con piedra de dos pesos diferentes. Loreto es una de las iglesias de la zona histórica que la arquidiócesis de México señala que se encuentran en peligro inminente de se perdidas debido al daño estructural que presentan por el hundimiento. Frente a la iglesia se encuentra la plaza Loreto, como la iglesia, la cual solía ser el lugar de la primera sinagoga de la Ciudad de México. Historia A principios del siglo XIX, el conde de Bassoco decidió construir una iglesia dedicada a Nuestra Señora de Loreto, cuya imagen fue guardada en un principio en el Colegio de San Gregorio. Después de que los jesuitas fuesen expulsados de dominio español, esta imagen fue trasladada del Colegio de San Gregorio al convento de la Encarnación.​ El lugar fue originalmente una iglesia, utilizada como bautisterio para la iglesia de San Pedro y San Pablo en 1680.​ Aunque Manuel Tolsá presentó diseños para la iglesia,2​ los artistas Ignacio Castera y Agustín Paz diseñaron y dirigierion el trabajo, siendo construido en tres etapas.5​ La primera piedra fue colocada en 1809, y la iglesia fue consagrada el 21 de agosto de 1816.4​ Terminaría siendo la última iglesia construida durante los tiempos coloniales debido a la Guerra de Independencia de México, la cual terminó en el año de 1821.5 Cuando terminó, la imagen de Nuestra Señora de Loreto fue recuperada del convento de la Encarnación y colocada aquí. Fue colocada en las manos de los jesuitas.5​ Sin embargo, había un error con el diseño de esta iglesia. Un lado estaba construida con piedra sólida, pesada, pero el otro estaba construida con tezontle, una piedra volcánica, ligera y porosa. Esto ha causado que la iglesia ceda hacia su lado derecho.​ En el año 1832, la iglesia ya se había hundido y las autoridades temían su colapso inminente y ordenaron que fuese cerrada, y la imagen de Nuestra Señora de Loreto fue trasladada a la Iglesia de San Pedro y San Pablo. Después de algunos años, en 1850, se determinó que la iglesia era lo suficientemente segura para abrir otra vez sus puertas1​, y la imagen una vez más regresó a casa.​ El 15 de julio de 1909, P. Wilfrido en nombre de la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús y María, tomaron posesión del templo de Nuestra Señora de Loreto. A las 6 a.m. la primera misa fue celebrada por Fr. Wilfrido. Descripción Loreto es una de las pocas iglesias en la Ciudad de México que muestra un fuerte y gran diseño neoclásico, aunque su diseño básico sigue siendo Barroco. Esto es porque el Neoclasicismo había empezado a estar de moda en México a principios del siglo XIX, y la Independencia pondría fin a la amplia construcción de iglesias en la capital. Cúpula de la iglesia Su característica más grande es el excepcional tamaño de su domo, la construcción más grande en la Ciudad de México durante el periodo colonial. El domo da espacio a una cúpula que mide 30 metros de ancho y 15 metros de alto.​ El lado de esta cúpula requiere que la iglesia tenga largas, gruesas paredes y contrafuertes para soportar su peso. En el estilo Neoclásico, las torres reproducen las principales líneas del cuerpo de la iglesia y los pequeños frontones, linternas, costillas y cruzan todas para unirse a las líneas del gran domo.​ Vista de la rotonda desde la nave Dentro de la iglesia la nave es larga, tiene 2800 m² y 30 m de alto.​ En la parte de atrás de la nave se encuentra la rotonda, iluminada por las ventanas de la cúpula. Sin embargo, la luz no llega al vestíbulo. Una gran diferencia con el interior de esta iglesia es que no hay una pieza de altar principal en el área de la rotonda.5​ Otra "característica notable es que el techo, tanto de la cúpula como de la nave, se encuentran casi completamente desnudos de decoración, así como casi todo se ha deteriodado debido a la humedad y a las grietas de la estructura.7​ Deterioro de la iglesia La mayor amenaza a la supervivencia de la iglesia son las grietas y la fuerza en la estructura debido al hundimiento desigual del terreno. Es uno de los ireligiosas que la arquidiócesis dice que está en peligro inminente de colapsar y es un peligro para los visitantes. Recientemente una gran ventana se cayó desde el alto techo de la iglesia y casi golpea a una familia.3​ Las grietas han ido apareciendo en las paredes y la cúpula está mostrando señales de daño.5​Una larga grieta en el centro de la nave fue reparada en 1995, pero no se ha hecho nada para intentar corregir la grave inclinación de esta iglesia.7​ La otra señal más notable de deterioro es el estado de las pinturas en los techos. Aquí casi todos los frescos han desaparecido.5​ La cúpula fue sellada para contrarrestar la lluvia en 1995, y un intento de revitalizar las pinturas de la iglesia fue realizado en el 2001, invirtiendo un millón de pesos, pero el arte aún permanece en una condición muy pobre.​ El problema principal es el pasar del tiempo y la falta de mantenimiento.​ Lo que queda de los frescos de 200 años de antigüedad se está descascarando. El polvo, manchas de pintura y pedazos de yeso, todas las mañanas son limpiados del piso de la iglesia. La Arquidiócesis afirma que no tiene el dinero para reparar el daño. El gobierno federal tiene interés en preservar la estructura debido a su valor histórico, ya que sigue siendo una institución religiosa activa, la Iglesia de Loreto no puede recibir fondos federales de agencias como la INAH.​ La plaza La plaza frente a la iglesia también es llamada "Loreto" y se encuentra rodeada por las calles Justo Sierra, Mixcalco, San Ildefonso y San Antonio Tomatlán. Su fecha de origen proviene de un plan realizado entre 1556 y 1562 para el área atribuida a Alonso de Santa Cruz. Sin embargo, había una pequeña construcción aquí y la mayor parte del área era utilizada para tirar basura, hasta principios del siglo XVIII, cuando un grupo de monjas Carmelitas decidió construir en ese lugar, que se convirtió en el Convento de Santa Teresa la Nueva. El nombre inicial de la plaza era Plaza Santa Teresa.​ El establecimiento del convento llevó a la limpieza del área, que conllevó a la construcción de hogares en la zona. Algunos de estos fueron construidos entre 1739 y 1742 por el arquitecto José Eduardo de Herrera en el lado oeste de la plaza. Él también definió dos de las esquinas de las plazas colocando nichos y cruces en ellas. La fuente En los años 1880s, la plaza recibió una fuente para que funcionase como fuente de agua para proporcionar agua a el vecindario. Después la luz fue instalada. Un mercado dedicado a el hierro y el cristal fue instalado aquí, pero más tarde fue movido al Mercado de San Cosme.​ En 1925, la fuente fue colocada en la intersección de Bucareli y Barcelona, creada por Manuel Tolsá, fue colocada aquí para reemplazar a la fuente anterior. En 1968, la plaza fue exhaustivamente remodelada, causando la destrucción de la primera sinagoga construida en México. Solía estar en el lado sur de la plaza y fue construida en 1934. La fuente de Tolsá fue restaurada en ese momento, las casas de los alrededores y el lado de la fachada de la Iglesia de Santa Teresa fueron demolidas para hacer más grande la plaza. En el sur de la plaza se colocó una estatua del escritor y educador Erasmo Castellanos Quinto(1880-1955
Iglesia de Nuestra Senora de Loreto
80 San Ildefonso
La iglesia de Nuestra Señora de Loreto ubicada en el Centro Histórico de la Ciudad de México fue la última iglesia importante construida durante el periodo colonial. Construida entre los años 1806 y 1819, la iglesia se encuentra inclinada significativamente hacia un lado debido a que fue construida con piedra de dos pesos diferentes. Loreto es una de las iglesias de la zona histórica que la arquidiócesis de México señala que se encuentran en peligro inminente de se perdidas debido al daño estructural que presentan por el hundimiento. Frente a la iglesia se encuentra la plaza Loreto, como la iglesia, la cual solía ser el lugar de la primera sinagoga de la Ciudad de México. Historia A principios del siglo XIX, el conde de Bassoco decidió construir una iglesia dedicada a Nuestra Señora de Loreto, cuya imagen fue guardada en un principio en el Colegio de San Gregorio. Después de que los jesuitas fuesen expulsados de dominio español, esta imagen fue trasladada del Colegio de San Gregorio al convento de la Encarnación.​ El lugar fue originalmente una iglesia, utilizada como bautisterio para la iglesia de San Pedro y San Pablo en 1680.​ Aunque Manuel Tolsá presentó diseños para la iglesia,2​ los artistas Ignacio Castera y Agustín Paz diseñaron y dirigierion el trabajo, siendo construido en tres etapas.5​ La primera piedra fue colocada en 1809, y la iglesia fue consagrada el 21 de agosto de 1816.4​ Terminaría siendo la última iglesia construida durante los tiempos coloniales debido a la Guerra de Independencia de México, la cual terminó en el año de 1821.5 Cuando terminó, la imagen de Nuestra Señora de Loreto fue recuperada del convento de la Encarnación y colocada aquí. Fue colocada en las manos de los jesuitas.5​ Sin embargo, había un error con el diseño de esta iglesia. Un lado estaba construida con piedra sólida, pesada, pero el otro estaba construida con tezontle, una piedra volcánica, ligera y porosa. Esto ha causado que la iglesia ceda hacia su lado derecho.​ En el año 1832, la iglesia ya se había hundido y las autoridades temían su colapso inminente y ordenaron que fuese cerrada, y la imagen de Nuestra Señora de Loreto fue trasladada a la Iglesia de San Pedro y San Pablo. Después de algunos años, en 1850, se determinó que la iglesia era lo suficientemente segura para abrir otra vez sus puertas1​, y la imagen una vez más regresó a casa.​ El 15 de julio de 1909, P. Wilfrido en nombre de la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús y María, tomaron posesión del templo de Nuestra Señora de Loreto. A las 6 a.m. la primera misa fue celebrada por Fr. Wilfrido. Descripción Loreto es una de las pocas iglesias en la Ciudad de México que muestra un fuerte y gran diseño neoclásico, aunque su diseño básico sigue siendo Barroco. Esto es porque el Neoclasicismo había empezado a estar de moda en México a principios del siglo XIX, y la Independencia pondría fin a la amplia construcción de iglesias en la capital. Cúpula de la iglesia Su característica más grande es el excepcional tamaño de su domo, la construcción más grande en la Ciudad de México durante el periodo colonial. El domo da espacio a una cúpula que mide 30 metros de ancho y 15 metros de alto.​ El lado de esta cúpula requiere que la iglesia tenga largas, gruesas paredes y contrafuertes para soportar su peso. En el estilo Neoclásico, las torres reproducen las principales líneas del cuerpo de la iglesia y los pequeños frontones, linternas, costillas y cruzan todas para unirse a las líneas del gran domo.​ Vista de la rotonda desde la nave Dentro de la iglesia la nave es larga, tiene 2800 m² y 30 m de alto.​ En la parte de atrás de la nave se encuentra la rotonda, iluminada por las ventanas de la cúpula. Sin embargo, la luz no llega al vestíbulo. Una gran diferencia con el interior de esta iglesia es que no hay una pieza de altar principal en el área de la rotonda.5​ Otra "característica notable es que el techo, tanto de la cúpula como de la nave, se encuentran casi completamente desnudos de decoración, así como casi todo se ha deteriodado debido a la humedad y a las grietas de la estructura.7​ Deterioro de la iglesia La mayor amenaza a la supervivencia de la iglesia son las grietas y la fuerza en la estructura debido al hundimiento desigual del terreno. Es uno de los ireligiosas que la arquidiócesis dice que está en peligro inminente de colapsar y es un peligro para los visitantes. Recientemente una gran ventana se cayó desde el alto techo de la iglesia y casi golpea a una familia.3​ Las grietas han ido apareciendo en las paredes y la cúpula está mostrando señales de daño.5​Una larga grieta en el centro de la nave fue reparada en 1995, pero no se ha hecho nada para intentar corregir la grave inclinación de esta iglesia.7​ La otra señal más notable de deterioro es el estado de las pinturas en los techos. Aquí casi todos los frescos han desaparecido.5​ La cúpula fue sellada para contrarrestar la lluvia en 1995, y un intento de revitalizar las pinturas de la iglesia fue realizado en el 2001, invirtiendo un millón de pesos, pero el arte aún permanece en una condición muy pobre.​ El problema principal es el pasar del tiempo y la falta de mantenimiento.​ Lo que queda de los frescos de 200 años de antigüedad se está descascarando. El polvo, manchas de pintura y pedazos de yeso, todas las mañanas son limpiados del piso de la iglesia. La Arquidiócesis afirma que no tiene el dinero para reparar el daño. El gobierno federal tiene interés en preservar la estructura debido a su valor histórico, ya que sigue siendo una institución religiosa activa, la Iglesia de Loreto no puede recibir fondos federales de agencias como la INAH.​ La plaza La plaza frente a la iglesia también es llamada "Loreto" y se encuentra rodeada por las calles Justo Sierra, Mixcalco, San Ildefonso y San Antonio Tomatlán. Su fecha de origen proviene de un plan realizado entre 1556 y 1562 para el área atribuida a Alonso de Santa Cruz. Sin embargo, había una pequeña construcción aquí y la mayor parte del área era utilizada para tirar basura, hasta principios del siglo XVIII, cuando un grupo de monjas Carmelitas decidió construir en ese lugar, que se convirtió en el Convento de Santa Teresa la Nueva. El nombre inicial de la plaza era Plaza Santa Teresa.​ El establecimiento del convento llevó a la limpieza del área, que conllevó a la construcción de hogares en la zona. Algunos de estos fueron construidos entre 1739 y 1742 por el arquitecto José Eduardo de Herrera en el lado oeste de la plaza. Él también definió dos de las esquinas de las plazas colocando nichos y cruces en ellas. La fuente En los años 1880s, la plaza recibió una fuente para que funcionase como fuente de agua para proporcionar agua a el vecindario. Después la luz fue instalada. Un mercado dedicado a el hierro y el cristal fue instalado aquí, pero más tarde fue movido al Mercado de San Cosme.​ En 1925, la fuente fue colocada en la intersección de Bucareli y Barcelona, creada por Manuel Tolsá, fue colocada aquí para reemplazar a la fuente anterior. En 1968, la plaza fue exhaustivamente remodelada, causando la destrucción de la primera sinagoga construida en México. Solía estar en el lado sur de la plaza y fue construida en 1934. La fuente de Tolsá fue restaurada en ese momento, las casas de los alrededores y el lado de la fachada de la Iglesia de Santa Teresa fueron demolidas para hacer más grande la plaza. En el sur de la plaza se colocó una estatua del escritor y educador Erasmo Castellanos Quinto(1880-1955

Teatros y Centros de Espectáculos

Espectáculo la palabra hace referencia a una función o diversión pública celebrada en un cine, en un circo o en otro edificio o lugar en que se congrega la gente para presenciarla y a cualquier cosa que se ofrece a la vista o a la contemplación intelectual y es capaz de atraer la atención y mover el ánimo infundiéndole deleite, asombro, dolor u otros afectos más o menos vivos o nobles también es zona de entrenamiento.
Donceles 36, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000. Es uno de los más emblemáticos recintos del centro histórico de la CDMX. Su fachada principal presenta elementos del estilo neoclásico. Fue inaugurado el 25 de Mayo de 1918. Este espacio se llegó a consagrar como el teatro más importante de la ciudad y del país; en este lugar llegaron a presentarse las más importantes figuras tanto del ámbito nacional como el internacional. Es el foro por excelencia para las artes escénicas de la ciudad: cada año se presentan grupos de más de 30 países del mundo. Este espacio emblemático de la ciudad y Patrimonio Cultural de la Humanidad, alberga las mejores muestras de la vida artística local, nacional e internacional, constituyéndose como un escenario imprescindible para el público capitalino y los visitantes del interior de la República y del extranjero. Con un aforo de 1,344 butacas, programa producciones musicales, danza, teatro, ópera, opereta, zarzuela, espectáculos interdisciplinarios, cine, festivales y todo tipo de montajes de gran formato, con una gran calidad.
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Міський театр
36 Donceles
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Donceles 36, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06000. Es uno de los más emblemáticos recintos del centro histórico de la CDMX. Su fachada principal presenta elementos del estilo neoclásico. Fue inaugurado el 25 de Mayo de 1918. Este espacio se llegó a consagrar como el teatro más importante de la ciudad y del país; en este lugar llegaron a presentarse las más importantes figuras tanto del ámbito nacional como el internacional. Es el foro por excelencia para las artes escénicas de la ciudad: cada año se presentan grupos de más de 30 países del mundo. Este espacio emblemático de la ciudad y Patrimonio Cultural de la Humanidad, alberga las mejores muestras de la vida artística local, nacional e internacional, constituyéndose como un escenario imprescindible para el público capitalino y los visitantes del interior de la República y del extranjero. Con un aforo de 1,344 butacas, programa producciones musicales, danza, teatro, ópera, opereta, zarzuela, espectáculos interdisciplinarios, cine, festivales y todo tipo de montajes de gran formato, con una gran calidad.
Eje Central Lázaro Cárdenas 16, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06300. Inaugurado el 27 de agosto de 1960, en este recinto se han presentado muchos DF los últimos histriones del teatro de carpa, de revista o comediantes que iniciaron su carrera en este escenario y después se volvieron famosos,
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Teatro Blanquita station
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Eje Central Lázaro Cárdenas 16, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06300. Inaugurado el 27 de agosto de 1960, en este recinto se han presentado muchos DF los últimos histriones del teatro de carpa, de revista o comediantes que iniciaron su carrera en este escenario y después se volvieron famosos,
Av. Independencia 90, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06050. Con amplias instalaciones, el teatro está dedicado principalmente a la realización de obras de teatro, conciertos musicales, recitales y presentaciones de danza, entre otros; tanto a nivel nacional como internacional. Es por ejemplo, una de las sedes del Festival Internacional de Jazz de la CDMX.
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Метрополітен театр
90 Avenida Independencia
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Av. Independencia 90, Col. Centro, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06050. Con amplias instalaciones, el teatro está dedicado principalmente a la realización de obras de teatro, conciertos musicales, recitales y presentaciones de danza, entre otros; tanto a nivel nacional como internacional. Es por ejemplo, una de las sedes del Festival Internacional de Jazz de la CDMX.
Virginia Fábregas 40, Col. San Rafael, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06470. El último recinto teatral que construyera la iniciativa privada había sido el Teatro de los Insurgentes; así que el actor y productor Manolo Fábregas siempre tuvo la ilusión de construir un teatro desde sus cimientos y que funcionara con todos los adelantos técnicos, para mejorar sus producciones y proporcionar grandes comodidades al público y a los actores. El 17 de septiembre de 1975 se puso la primera piedra, y el 15 de Mayo de 1977 se inauguró con la reposición de la comedia musical “Mi Bella Dama” de Alan Jay Lerner y Frederick Loewe.
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Театр Сан-Рафаель
40 Virginia Fábregas
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Virginia Fábregas 40, Col. San Rafael, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06470. El último recinto teatral que construyera la iniciativa privada había sido el Teatro de los Insurgentes; así que el actor y productor Manolo Fábregas siempre tuvo la ilusión de construir un teatro desde sus cimientos y que funcionara con todos los adelantos técnicos, para mejorar sus producciones y proporcionar grandes comodidades al público y a los actores. El 17 de septiembre de 1975 se puso la primera piedra, y el 15 de Mayo de 1977 se inauguró con la reposición de la comedia musical “Mi Bella Dama” de Alan Jay Lerner y Frederick Loewe.
Av. Hidalgo 23, Col. Guerrero, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06300 Fue construido a partir de 1958 por el arquitecto Alejandro Prieto e inaugurado el 9 de Mayo de 1962. Su primera representación fue La y Orestiada de Esquilo bajo la dirección de Ignacio Retes, la actuación de Isabela Corona y escenografía de Julio Prieto.
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Театр Ігнасіо Ретеса
23 Av. Hidalgo
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Av. Hidalgo 23, Col. Guerrero, Alcaldia Cuauhtemoc, C.P. 06300 Fue construido a partir de 1958 por el arquitecto Alejandro Prieto e inaugurado el 9 de Mayo de 1962. Su primera representación fue La y Orestiada de Esquilo bajo la dirección de Ignacio Retes, la actuación de Isabela Corona y escenografía de Julio Prieto.

Vida Nocturna

La vida nocturna u ocio nocturno es un término colectivo utilizado para referirse a cualquier actividad popular de recreación, ocio y entretenimiento que se realiza o está disponible desde el atardecer o noche hasta las primeras horas de la mañana. Entre estas actividades que se dirigen generalmente a un público de adultos o adultos/jóvenes, se incluyen bares, pubs, discotecas, casinos, conciertos o música en vivo, clubes, teatros y cines alternativos o funciones de trasnoche, shows o cenashows, restaurantes, cervecerías y cafeterías. Bajo ciertas circunstancias, vida nocturna también puede significar «diversión para adultos» como una zona roja, aunque también pueden incluirse en este término otras actividades propias del turismo cultural y urbano, tales como: citytours nocturnos visitando monumentos iluminados, miradores, visitas nocturnas a zoológicos, cementerios, observatorios astronómicos o museos; desfiles y espectáculos públicos (como desfile nocturnos de corsos y carrozas en épocas de carnaval, espectáculos de luces o fuegos artificiales, etc.). Las ciudades más importantes y otras con atributos particulares como noches cálidas o con costas o playas, son reconocidas como las de mejor vida nocturna por la mayor cantidad de oferta disponible. Si bien los gobiernos pueden restringir en horarios la extensión de la vida nocturna, suelen también complementarlo con servicios especiales de transporte y seguridad.
República de Guatemala 4, Col. Centro, Alc aldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 Privilegiada por la vista que tiene del Centro Histórico, esta terraza destaca gracias a su coctelería de autor y su ambiente. No hay mejor imán de extranjeros que la terraza de un hostal. Dicho lo anterior, te cuento que el Hostal Mundo Joven tiene una fresca y recién remodelada terraza. Aventarte un rooftop party toma un nuevo sentido, pues la vista a la Catedral Metropolitana es imponente. El ambiente es muy relajado y podrás tomar desde un cocktail hasta pedir una botella, mientras comes algún platillo exquisito del menú de este lugar. La vista de este roof del centro es impresionante y perfecta para una tarde de copas con buenas música, pero no con muy alto volúmen para que puedas mantener una conversación adecuada con tus acompañantes o tu próximo ligue.
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Terraza Catedral
4 República de Guatemala
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República de Guatemala 4, Col. Centro, Alc aldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 Privilegiada por la vista que tiene del Centro Histórico, esta terraza destaca gracias a su coctelería de autor y su ambiente. No hay mejor imán de extranjeros que la terraza de un hostal. Dicho lo anterior, te cuento que el Hostal Mundo Joven tiene una fresca y recién remodelada terraza. Aventarte un rooftop party toma un nuevo sentido, pues la vista a la Catedral Metropolitana es imponente. El ambiente es muy relajado y podrás tomar desde un cocktail hasta pedir una botella, mientras comes algún platillo exquisito del menú de este lugar. La vista de este roof del centro es impresionante y perfecta para una tarde de copas con buenas música, pero no con muy alto volúmen para que puedas mantener una conversación adecuada con tus acompañantes o tu próximo ligue.
Av. Paseo de la Reforma 297, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06500 Con un concepto similar a los bares de altura de grandes ciudades como Nueva York y Londres, Cityzen busca abrirse paso entre los mejores hot spots de CDMX.Para lograrlo cuenta con una característica inigualable: su extraordinaria vista de 180 grados a los principales atractivos de Paseo de la Reforma, el Ángel de la Independencia y el Castillo de Chapultepec. Entre las mejores terrazas en CDMX 2019, ésta es —sin duda— la de la vista más espectacular. ¡Qué se arme la fiesta! Las mejores terrazas de CDMX: vistas increíbles y hasta piscina. Es el nuevo destino de vida nocturna en el piso 38, con un espacio ideal para cócteles clásicos con toques mexicanos elegantemente sutiles.
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Cityzen
297 Av. Paseo de la Reforma
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Av. Paseo de la Reforma 297, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06500 Con un concepto similar a los bares de altura de grandes ciudades como Nueva York y Londres, Cityzen busca abrirse paso entre los mejores hot spots de CDMX.Para lograrlo cuenta con una característica inigualable: su extraordinaria vista de 180 grados a los principales atractivos de Paseo de la Reforma, el Ángel de la Independencia y el Castillo de Chapultepec. Entre las mejores terrazas en CDMX 2019, ésta es —sin duda— la de la vista más espectacular. ¡Qué se arme la fiesta! Las mejores terrazas de CDMX: vistas increíbles y hasta piscina. Es el nuevo destino de vida nocturna en el piso 38, con un espacio ideal para cócteles clásicos con toques mexicanos elegantemente sutiles.
Av. Independencia 40, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 Este coqueto y divertido lugar situado en el centro histórico de la ciudad es un gran lugar para fiestear o asistir a eventos culturales, desde conciertos hasta exposiciones y clases de arte, el club atlántico es un lugar con gente muy relajada y con ganas de promover la cultura. Había escuchado muchas veces antes del Club Atlántico pero no fue hasta hace muy poco que lo conocí, cuando fui a ver a Toy Selectah tocar en una fiesta en la que si entrabas en calzones era gratis. La verdad es que estuvo muy divertido. Además los precios de las bebidas me parecieron muy razonables. Casi me da un infarto de tantas veces que subí y baje las escaleras para ir a fumar, no fue hasta el final que descubrí que había un cuarto para fumadores, así que fumadores póngase truchas para que no les pase lo que me pasó a mí. Los jochos de afuera están muy ricos también, para los que les entre el hambre.
Club Atlántico
46 Av Independencia
Av. Independencia 40, Col. Centro, Alcaldía Cuauhtémoc, C.P. 06000 Este coqueto y divertido lugar situado en el centro histórico de la ciudad es un gran lugar para fiestear o asistir a eventos culturales, desde conciertos hasta exposiciones y clases de arte, el club atlántico es un lugar con gente muy relajada y con ganas de promover la cultura. Había escuchado muchas veces antes del Club Atlántico pero no fue hasta hace muy poco que lo conocí, cuando fui a ver a Toy Selectah tocar en una fiesta en la que si entrabas en calzones era gratis. La verdad es que estuvo muy divertido. Además los precios de las bebidas me parecieron muy razonables. Casi me da un infarto de tantas veces que subí y baje las escaleras para ir a fumar, no fue hasta el final que descubrí que había un cuarto para fumadores, así que fumadores póngase truchas para que no les pase lo que me pasó a mí. Los jochos de afuera están muy ricos también, para los que les entre el hambre.
Gutierrez Nájera 291, Col. Obrera, Alcaldía Cuauhtemoc, C.P. 06800. Local nocturno tradicional con bandas de música en vivo de salsa, merengue y cumbia para bailar, para adultos de amplio criterio.
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Barba Azul
291 Gutiérrez Nájera
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Gutierrez Nájera 291, Col. Obrera, Alcaldía Cuauhtemoc, C.P. 06800. Local nocturno tradicional con bandas de música en vivo de salsa, merengue y cumbia para bailar, para adultos de amplio criterio.
Eje Central Lázaro Cárdenas 95, Col. Obrera, Alcaldía Cuauhtemoc, C.P. 06720. Salón de baile con música viva, para adultos de amplio criterio.
Balalaika
95 Eje Central Lázaro Cárdenas
Eje Central Lázaro Cárdenas 95, Col. Obrera, Alcaldía Cuauhtemoc, C.P. 06720. Salón de baile con música viva, para adultos de amplio criterio.